domingo, 9 de octubre de 2022

Las crónicas de Güilliam de Canford. Cuarta crónica: Los bastardos legítimos.

 
 
Esta, creemos, será la última crónica de este arquero, un remedo de james Bond a la fernandina, por lo menos en Las Merindades. Lo digo porque ya se descubre la misión ordenada por Fernando II de Aragón, que no les desvelo a pesar de los meses pasados desde la publicación de esta obra.
 
En esta aventura a Güilliam le sigue acompañando La Gatusa como contrapeso y réplica. Miguel Ángel Lamata refiere que “Daniel Bilbao ha logrado la receta literaria perfecta: la intriga de “El nombre de la rosa” con un delicioso toque de la picaresca española y sutil aroma a lo Monty Python”. Y yo respaldo esas palabras. Es una obra que disfrutarán.

 
Distribuido a lo largo de esta pieza literaria reconoceremos guiños a obras literarias que se escribirían en su próximo futuro tales como “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha” o “El mercader de Venecia”.
 
Visitaremos Puentedey, Villarcayo, Cidad de Valdeporres, recorreremos el cañón del río Nela, Valdenoceda, la subida a Las Mazorras -¿por El Almiñé?-, Pesadas y una picante aventura en Cernégula (el pueblo de las brujas). Conoceremos los usos internos de las casonas rurales y sus vínculos y dependencias; relaciones de sangre; alianzas económicas entre nobles locales; y enfrentamientos donde las refriegas, desapariciones y asesinatos están a la orden del día.
 
Veremos junto a la muerte, la sangre, una investigación legal y una explicación didáctica de la significación de lo que era ser bastardo en las postrimerías del siglo XV en Castilla. Y, es que, había bastardos conocidos, bastardos reconocidos y bastardos desconocidos.

 
Léanlo y pasen un buen rato. Total, sólo perderían alrededor de catorce euros, que con la inflación actual en España no es nada.

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