Gregorio, el desconocido laureado menés.
Hoy
intentaremos conocer algo de la vida de Gregorio Conde y Ortiz de Taranco que
nació en Villasana de Mena en 1792. Nada hay publicado sobre su infancia ni su
familia, pero debieron tener “posibles” porque el muchacho seguía estudiando
con dieciséis años. Es entonces, diciembre de 1808, cuando abandona sus
estudios de tercer año de Filosofía para ingresar como soldado distinguido en
el Batallón de Estudiantes de la Real Universidad de
Toledo. Por tanto, debemos suponer que estaba estudiando en esa ciudad. ¿No
les decía que era una familia con posibles económicos?
Villasana de Mena
El
Batallón fue creado por profesores de esa universidad en agosto de 1808.
Inicialmente fueron seiscientos hombres distribuidos en cuatro compañías con
oficiales y suboficiales profesionales extraídos del ejército. Al batallón
podían incorporarse alumnos y profesores. Los alumnos gozarían de beneficios
académicos que incluían ser aprobados por el tiempo que debieran destinar a la
Milicia Nacional junto al Batallón. En la retirada a Sevilla de la Junta Suprema
Central y Gubernativa del Reino, el batallón de voluntarios les escoltó
llegando a esa ciudad hacia el 17 de diciembre. Dicha junta se formó en
septiembre de 1808 en Aranjuez y fue un órgano que ejerció los poderes
ejecutivo y legislativo durante la ocupación napoleónica de España. Lo
componían representantes de las juntas que se habían formado en las provincias
españolas. De Sevilla partiría a la Real Isla de León en enero de 1810.
Este
batallón de Toledo fue el embrión de la Academia Militar de Sevilla. Para que
comprendamos la calidad de los integrantes de la unidad de Gregorio estaba el
futuro Regente de España durante la minoría de edad de Isabel II y líder del
Partido Progresista Baldomero Espartero.
Conde
y Ortiz de Taranco fue ascendido a sargento segundo en 1809. El avance francés
empujó al Ejército de Extremadura -donde estaba integrado el Batallón de
Estudiantes de la Real Universidad de Toledo- a la isla de León. Será el
momento en que nuestro menés fuese transferido al Regimiento de África. En 1810
asciende a subteniente. El 5 de marzo de 1811 tomó parte en la batalla de
Chiclana y, a continuación, en la defensa de la isla de León, en la expedición
y desembarco en Almería, en el ataque a la Venta del Baúl (Granada) y, en el
mes de diciembre, en el sitio y fractura de la línea de Valencia formando su
unidad parte del segundo ejército de la derecha español. Su suerte se terminará
en enero de 1812 cuando capituló la ciudad ante el mariscal francés Suchet y a Gregorio
lo trasladaron a un campo de prisioneros en Francia.
El
avance de los reinos coaligados hacia Francia y el derrumbe del estado napoleónico
permitió a Gregorio fugarse en febrero de 1814 y unirse al ejército aliado ruso.
A su regreso a España se reincorporó al ejército con el empleo de subteniente
de su antiguo Regimiento de África. Entre octubre de 1816 y junio de 1820 defendió
la plaza de Ceuta. De ahí pasó a la Península al Regimiento Provisional de la
Princesa. En 1823, a las órdenes del mariscal de campo Juan Downie Forrester
-un escocés que vino con Wellington y que fue ascendido por Fernando VII- Gregorio
defendió, en Sevilla, las vidas de la Familia Real frente al gobierno del
“Trienio Liberal”. Fue apresado en el Real Alcázar; se fugó; y participó, el 13
de junio, en el levantamiento de Sevilla en apoyo del Rey y contra el régimen
constitucional. Formó parte de la turba del día 16 en el ataque del puente de
Triana contra las tropas del liberal general López Baños.
Y
tras analizar estos años de la vida de Gregorio y rastrear la prensa nos
encontramos a un Gregorio Conde que, en 1821, firma un documento a favor del
gobierno como miembro del Regimiento de África. Tras las firmas de muchos
militares el texto terminaba: “Lagrimas de ternura derramamos al ver el puro
y desinteresado patriotismo de todos los ciudadanos militares; ¡facción
liberticida confúndete en el polvo, ó huye de un suelo en donde no se oye más
grito que el de constitución ó muerte!” ¿Seguía en el regimiento de África
y no en el de la Princesa? ¿Mutó de constitucionalista a absolutista en tres
años? ¿Era un militar acomodaticio? ¿Había varios Gregorios Conde?
Lo
digo porque en Jimena de la Frontera (Cádiz) hubo un levantamiento liberal el
uno de agosto de 1824. Conde y Ortiz de Taranco, al mando de seis hombres,
arrolló a los antifernandinos y los dispersó. ¿Fue recompensado? ¡Claro! Obtuvo
la Cruz de San Fernando de primera clase. Un año más tarde le sería permutada
por la Cruz de segunda clase laureada. En diciembre de ese año ingresó en el tercer
Regimiento de Granaderos de la Guardia Real de Infantería con el empleo de
capitán. Una carrera meteórica a la sombra del poder de la década ominosa.
Tras
la muerte de Fernando VII, y a pesar de su perfil absolutista, como otros
muchos militares se mantuvo fiel a la reina regente y luchó contra los
carlistas en la guerra de 1833 a 1840. No sé si se mantendría en el último
regimiento mencionado por tres razones: no parece probable que la Guardia Real
fuese al frente de guerra; la regente y sus cortesanos mantendrían alejado de
ciertos puestos a un “persa”; y le situamos en la retirada de Hernani a San
Sebastián, el 13 de mayo de 1835, cuando se le concedió el empleo de primer
comandante y la Cruz de segunda clase, laureada, que le sería concedida por
Real Orden de 30 de diciembre de 1844, una vez superado el obligado juicio
contradictorio. Vemos un Gregorio Conde combatiendo en territorio foral contra
los carlistas en la zona de Arroyabe el 31 de agosto de 1836. El texto da a
entender que estaría encuadrado en una de las siguientes unidades: regimiento
de infantería de San Fernando, el tercero ligero y el de la Reina.
Siendo
primer comandante graduado de coronel y estando en situación de retirado en
Madrid, por Real Orden de 17 de marzo de 1845, se le concedió una pensión de
10.000 reales anuales por estar en posesión de dos Cruces laureadas. Tendría,
entonces, unos 53 años. Siguiendo el rastro de la prensa nos encontramos un
militar homónimo que cobra del Tesoro Público de Madrid por los servicios prestados
en la fecha de 1856. En este caso, de ser nuestro hombre, tendría 64 años de
edad que no resultaría extraña.
No
hemos encontrado la fecha de su muerte ni su estado civil ni si tuvo
descendencia.
Bibliografía:
Real
academia de la Historia.
Diario
Oficial de Avisos de Madrid.
Periódico
“El español”.
Periódico
“El eco del comercio”.
Periódico
“El espectador”.
Gaceta
de Madrid.
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