No
se lo creerán, pero, antiguamente, la gente andaba para ir de un lugar a otro y
no como actividad lúdica o deportiva. Hubo un tiempo en que nuestros pueblos
estaban comunicados por caminos solo válidos para peatones y caballerías y,
raramente, por carreteras.
El
actual senderismo es una actividad deportiva muy saludable que apenas tiene
peligros y se puede practicar toda la vida ajustando el paseo al individuo. Recuerden
que el recorrer caminos con contacto con la naturaleza y el aire libre es sano
y rentable económicamente. Esto lo dice un informe de Turespaña sobre turismo
de montaña que situaba al senderismo en el primer lugar entre las actividades preferidas
del turista que elige una zona rural para sus vacaciones.
Esta
actividad, para llegar a lo que es ahora, pasó por una serie de fases:
- En
la primera, clubes y asociaciones excursionistas de toda España (sobre todo en
regiones como Cataluña o el País Vasco), “abrieron” muchos kilómetros de
senderos con itinerarios marcados con piedras para evitar despistes a
montañeros. Digo montañeros porque eran para personas expertas capaces de hacer
frente a ciertas dificultades físicas o técnicas.
- La
segunda fase da comienzo al popularizarse entre los españoles los deportes de
montaña y otras actividades al aire libre, como consecuencia de la bonanza
económica y de una querencia por lo natural. Más o menos por entonces se acuñó el
concepto de turismo rural como oposición al turismo el sol y playa.
- La
última fase se caracteriza por la participación de promotores públicos tratando
los caminos como un elemento más del patrimonio cultural. Se busca favorecer la
economía del medio en el que se interviene sacando provecho de que cada día hay
más turistas con ganas de desgastar “la suela de los zapatos” ya sean locales o
llegados para retarse a recorrer un camino.
Y,
es que, caminos rurales, senderos de ribera, caminos de sirga, vías pecuarias,
vías verdes, etc. constituyen hoy un patrimonio que merece la pena conservar y
divulgar por sus valores culturales, estéticos, sentimentales y, por supuesto, también
económicos.
Y,
esto, nos lleva al camino GR 99 que recorre el río Ebro de principio a fin. Este
GR fue promovido por el Ministerio de Medio Ambiente (o como se vaya llamando
sucesivamente) con las características propias de los Caminos Naturales,
integrando los dos códigos en los soportes de señales. Comienza en Cantabria en
el paraje de Fontibre, enclave del nacimiento del río cuyo nombre deriva del
romano Fontes-Iberis (Fuentes del Ebro) y termina a orillas del Mediterráneo. Su
longitud es de 1.287`32 kilómetros y atraviesa, en 42 etapas, las Comunidades
Autónomas de Cantabria, Castilla y León, País Vasco, Navarra, La Rioja, Aragón
y Cataluña.
Nos
centraremos en un tramito de la etapa séptima de este camino que discurre por
la margen derecha del río dejando en la orilla opuesta la localidad de Rioseco.
Haremos un veraniego y relajado recorrido visual desde Incinillas al puente del
Aire atravesando la garganta de los Hocinos, gracias a las pasarelas ancladas a
la roca. O con ese atractivo. Puestos en marcha, la N-232 y Granja Hocina se
apreciarán en la orilla izquierda. Después, el GR 99 cruza por un bello bosque
de quejigos bojes y otras variedades de ribera. Todo ello acompañado del
frescor y el arrullo de las aguas. Finalmente llega hasta el citado puente del
Aire y al merendero que es el fin de nuestro paseo. Este tramo es de difícil
acceso y tránsito no siendo recomendable para personas con movilidad limitada,
ciclistas o cochecitos de niños y nos llevará algo más de una hora.
La
hoz, encajada en las sierras de Tudanca y la Tesla, configura un paisaje
singular, gracias a su relieve, riqueza botánica y biológica. No en vano ha
sido declarado Zona de Especial Protección para la Aves (ZEPA), y en ella se
puede avistar sobrevolando el cielo o aposentadas en sus roquedos, una buena nómina
de especies: águilas reales, buitres leonados o alimoches, entre otras muchas.
Siempre y cuando tengan la oportunidad de verlas.
Bibliografía:
“Caminos
naturales. Caminos con guion”. Dioni Serrano. Redactor jefe de la revista
Grandes Espacios. Editorial Desnivel.
“El
valor añadido de la naturaleza”. Joaquín Fernández. Periodista ambiental.
“Camino
natural del Ebro GR99”. De la serie Caminos Naturales.
Para el autor del blog, preguntas: ¿cómo definirías la situación del desarrollo turístico en Las Merindades? ¿Qué aspectos cabría mejorar al respecto?
ResponderEliminarA mi juicio, como veraneante, estaría bien dotar a la comarca con un hospital comarcal para terminar de lanzar la zona como destino turístico y también para fijar población estable. Es una zona con potencial, pese a los duros y a veces nivosos inviernos. Saludos y gracias.
A lo largo de los años he escuchado diversas posturas sobre la solución a la falta de turistas: mejora de servicios públicos, mejora de carreteras, mejores restaurantes y hoteles... No sé la respuesta.
EliminarLa solución más cruel que escuché fue pedir que trajesen el mar a Las Merindades.
Un saludo y mi agradecimiento por seguir esta bitácora.