Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


lunes, 27 de abril de 2015

De Románico, cine y nacionalismo culinario.

Todo el mundo de la parte occidental de Las Merindades ha oído hablas de la Olla Ferroviaria. Usada desde León a Bilbao a lo largo, y es un largo muy largo, de la línea de "La Robla". ¿No les suena así? Quizá mejor como puchera ferroviaria. Palabra puramente latina que proviene de Puls, unas gachas de harina para los pobres, y que podemos ver escrita como "putxera" en Valmaseda. Esta ciudad organiza por San Severino una fiesta de ollas ferroviarias y se arroga su origen y difusión. 


Mariano Alonso y primitivo Merino (Arija.org)

Por lo menos así lo resaltan numerosa páginas de la internet (que la catalogan como invento vasco) sin tener en cuenta que lo mismo dicen en Mataporquera (Cantabria) donde está el Centro de Interpretación del Ferrocarril de La Robra y que celebra su fiesta de la olla el 16 de julio. Sin contar con las fiestas de la olla ferroviaria de Maliaño, Reinosa (día de San Sebastián) o Cistierna (día de San Fernando).

 

El Centro de Interpretación informa que fue el jefe de "hojalatería", Esteban García Martínez, quien tras varios prototipos dio con el definitivo modelo en 1915. Fue utilizada por cuatro o cinco mozos de tren de Mataporquera (Florencio, Eugenio, Damián y algún otro) durante un tiempo, hasta aproximadamente el año 1935. Esta olla carecía de puchero y estaba hecha toda ella de chapa de hojalata, de una capacidad de dos litros, cilíndrica, con la chimenea en el centro y el fuego se hacía en el interior de la chimenea cociendo la comida alrededor de la misma.


Olla Ferroviaria (Centro de interpretación de La Robla en Mataporquera)

 

La Olla Ferroviaria es tanto un plato como un tipo de cocina que nace a causa de los largos viajes que hacían los trabajadores de "La Robla" (jornadas de entre 10 y 16 horas) y a la dureza de la climatología del sur de la Cordillera Cantábrica que exigía una cocina nutritiva y potente. Podríamos decir, generalizando, que los creadores de todo el ingenio fueron los maquinistas y fogoneros, que ingeniaron un sistema para cocinar con el calor de la locomotora. Sin olvidar el saber hacer de los obreros de los talleres de la compañía en Cistierna y Valmaseda. Como hemos dejado caer más arriba, no fue un desarrollo sencillo: Al principio probaron a conectar un tubo desde el serpentín de la locomotora hasta una vasija, donde conseguían preparar unos excelentes cocidos al vapor.

 

Los maquinistas y fogoneros que cada mañana salían de Cistierna y de Valmaseda, haciendo trenes de mercancías hasta Mataporquera, conectaban la olla al vapor de la locomotora a la salida del tren para que durante la marcha se fuese cociendo la comida del mediodía. Cuando ya estaba cocida, la desconectaban del vapor y llegada la hora de comer volcaban el contenido en una cazuela de barro. Comían la pareja, maquinista y fogonero, mano a mano de ella, bien durante la marcha del tren, o a tren parado sentados en el suelo al lado de la locomotora en alguna estación intermedia, aprovechando que el tren hacia parada prolongada esperando el cruzamiento con otro en sentido contrario o cuando el tren llegaba a su destino en Mataporquera.


 

Recordemos que las parejas de tracción de los trenes correos num. 1 de León a Bilbao y num. 2 de Bilbao a León, comían la olla a diario en Mataporquera, sentados a la mesa del cuarto de agentes, aprovechando la parada de 40 minutos que tenia cada uno de los trenes grafiados (para dar tiempo a la comida de los viajeros en la fonda de la estación).


 

Los que salían en los mercancías de la tarde, también conectaba la olla para que durante el trayecto se le fuese cocinado la cena y que a la llegada a Mataporquera estuviese ya preparada. Por lo regular, los maquinistas y fogoneros preparaban todos los días la comida del mediodía a base de cocido de legumbres con carne, chorizo, tocino, etc. y para la cena ponían patatas guisadas con carne.

 

E, incluso, se ideó un método para comer chuletas y chuletones que se denominaba "a la pala" donde bastaba con untar la carne con grasa y sobre la pala con la que se echaba carbón en la caldera de la máquina acercarla al fuego.

 

Con el tiempo se avanzó, como con los trenes, en la sofisticación del invento: el carbón sustituyó al vapor y la cocción lenta en la cola del tren se impuso sin discusión. Por cierto, para que los compañeros de los talleres hicieran las ollas ferroviarias los interesados debían llevar el puchero del interior.

 

En un rincón del convoy viajaba esta carcasa de chapa de hojalata de tres patas, con un agujero en el fondo para dejar salir el vapor de agua y que contenía el puchero. Dentro de este, hecho de porcelana esmaltada o barro, se cocinaba lo que el gusto de los ferroviarios hubiese decidido y, además, calentaban el habitáculo del furgón de cola, donde viajaba el guardafrenos. La olla de carbón vegetal se empleó a diario en los correos de León a Bilbao y de Bilbao a León, por el guardafrenos de detalle y el mozo de cola, entre los años 1.940 a 1.980. Todos los días cuando el tren salía de León y de Bilbao, sobre las nueve de la mañana, prendía fuego a la olla para que se hiciese la comida para los dos agentes. A veces también participaba el jefe de tren y algún viajero invitado.


Sor citroén

 

Cuando el cocido estaba hecho, sobre las trece horas, generalmente en la parada de Las Rozas y de Vado-Cervera pasaban los comensales al furgón. Sentados sobre arquillas o bultos del porte comían todos ellos mano a mano o “cuchara y paso atrás” en la cazuela de barro. Imagínense: Mientras el tren traquetea por la ruta la mayor parte del personal de a bordo comían el fuerte potaje. Seguramente, tras el ágape tomarían un café y un orujo aprovechando una parada para carga y descarga.

 

La Olla ferroviaria fue usada por los guardafrenos de los correos, los agentes de los trenes de mercancías y también por el personal suplementario de estaciones (jefes de estación, factores autorizados, factores y guardagujas) cuando debían trabajar fuera de sus lugares de residencia.


 

En estos más que habituales casos existía, como dicen ahora, un protocolo de actuación: Para la cena, que se hacía en compañía, se encargaban de los ingredientes y de prepararla en la cocina del cuarto de agentes el que llegaba en el primer tren. En los trenes correo, los ingredientes los ponía para los dos el guardafrenos (en el de León a Bilbao) y el mozo de cola en el de Bilbao a León.

 

El  paso del tiempo, la jubilación de los agentes antiguos, la desaparición de las máquinas de carbón, la generalización del vehículo privado y los horarios más humanos llevó a la desaparición funcional de la olla ferroviaria.


El románico y el tren de La Robla

 

Este tren ha salido en varias películas y documentales. Peridis lo definió como el tren del románico al pasar por poblaciones que se caracterizan por poseer templos de este estilo y la propia RENFE lo utiliza como reclamo de la línea.

 

En la gran pantalla aparece, al menos, en:

 

"Cuerda de presos" de Pedro Lazaga (1955): Una injustamente olvidada película donde dos Guardias Civiles, como remedo de Quijote y Sancho, llevan un preso desde León a Vitoria para su juicio.

"Sor Citroën" de Pedro Lazaga (1967) donde el padre de la monja es el Jefe de estación de La robla. Si quieren verla pinchen.

"Luna de lobos" de Julio Suarez (1987) donde una escena se hace en Cistierna.

"A galope tendido" de Julio Suarez (2000)donde una buena parte de la película fluye en este ferrocarril.

 

Buen Provecho.


 

 

Bibliografía:

 

"Bertan Bilbo. La Villa y el euskera: historia social del siglo XX"

Artículo de Arturo Sánchez Ojanguren

"BREVE HISTORIA DEL FERROCARRIL EN EL PAÍS VASCO" Juanjo Olaizola Elordi.

"El Ferrocarril de La Robla (1894-1972): semblanza del Hullero". José Ramón Suárez

"Ferrocarril y Territorio; el centenario del ferrocarril de La Robla" Eria 1994.

Diario oficial de avisos de Madrid.

"Gaceta de los caminos de hierro"

"Historia de la olla ferroviaria" por Julio García García, ferroviario de "La Robla".

Periódico "La Época"

Gaceta de Madrid

Periódico "La Monarquía"

ABUAF

Valoración del Patrimonio Rural de la Obra Pública.

Manolo Serrano.

Tecnología Obsoleta.

Vacarizu.es

Ezagutu Barakaldo

Arija.org

Ferropedia.es

Historias del tren

Naturmendi

El Mule Carajonero

Ferrocarriles de España.

Ventas ollas ferroviarias

Putxeras.es

 

lunes, 20 de abril de 2015

Majestad, ¿Por cuánto me deja Bocos?


La mayoría de nosotros conoce de Bocos lo que hay a ambos lados de la carretera CL-629: un bar, unas bocacalles, la iglesia, una portada labrada promesa de un interior fastuoso y oculto, un puente, un molino...

El primer rastro de este pueblo data de 972 cuando aparece en el "Privilegio de los votos de San Millán" dentro de la relación de los pagadores al Monasterio de San Millán. Su rastro continúa en el "Becerro de Behetrías" donde figura como Bocos de la Roza (actual nombre de un barrio junto al río Trema).

Iglesia de Bocos

Figurar en el "becerro" significaba que eras de realengo y, así, solo pagarán de tributos monedas, servicios y fonsaderas. Y sobre este último derecho regio indicar que posteriormente lo adquirieron los Velasco que lo donaron al Hospital de la Vera Cruz de Medina de Pomar cobrándose por ello (siglo XVIII) 31 fanegas y 5 celemines y medio, mitad trigo y mitad cebada. De hecho, esta situación llevó a que el primer corregidor de Las Merindades, el doctor Mendizabal, pleitease desde el 6 de octubre de 1565, con vista y revista en Valladolid, hasta el 20 de diciembre de 1568.

Becerro de Behetrías

Pero el origen de Bocos podría ser neovisigodo, entre el 800 y el 900, por su iglesia sujeta a la advocación de San Pedro y que posee una sencilla portada románica (siglo XII) superviviente en un edificio del siglo XVI. Más: Son dos naves con tres tramos marcados con contrafuertes. Cabecera con contrafuertes en esquina. Espadaña de dos cuerpos con tres huecos. Cubierta inclinada de teja. Cornisa de piedra. Escalera de caracol adosada. Porche con columnas toscanas, que protege portada románica, con arquivolta de decoración taqueada. Y atrio.

Pórtico iglesia de Bocos 

Juan I (rey de 1379 a 1390) entrega el lugar a Pedro Gómez de Porras "el Mozo" que constituyó con él un mayorazgo. Su hijo, también llamado Pedro, lloraba que había gastado la dote de su esposa en mantenerlo. Este segundo Pedro murió sin descendencia (+1597) y sus posibles herederos disputaron durante medio siglo. El sucesor designado, Juan de Porras que era sobrino del finado, mantuvo un largo pleito con Jerónimo de Medinilla Salinas y Porres que se hacía titular Señor de Bocos y que, finalmente, tomó posesión de los bienes. Dicho, pero con muchas reservas ante la "holgura y contradicción" en las fuentes.(Este párrafo tiene inexactitudes, les ruego lean los comentarios al respecto al pie de la entrada).
Notas de la real Academia de la Historia

Hagamos un inciso con la genealogía de los señores de Bocos, los Medinilla. Para ello nos guiaremos por el borrador manuscrito de la Real Academia de la Historia de España y cuya copia adjuntamos para su disfrute. Procedamos:

  • El primero fue Hernán Martínez de Medinilla.
  • El segundo: Agustín de Medinilla Salinas.
  • Tercero: Juan López de Medinilla. Casado Con María de Sarabia y Rueda.
  • Cuarto: Juan López Bocos Medinilla. "Heredó" el Señorío de Bocos que comprendía las villas de Bozas, Remolino y el solar de Villalobos de su bisabuelo. Casado con Marina de Porras, de la línea de Virtus, nacida en Porras. y fallecida en 1595.
  • El quinto: Jerónimo de Medinilla Porras, Sr de la casa en Bocos, Caballero de Santiago, Licenciado, caballerizo del rey, Sr. de las villas de Bocos, Rozas y Remolinos, Sr. de Villanueva de los Infantes, Ciudad Real y Justicia mayor de Córdoba. Casado con Petronila de Velasco y de Salinas de Mendoza, natural de Burgos, enterrada en el Convento de San Pedro de Villanueva de los Infantes. Petronila era hija de Pedro de Velasco, octavo señor de la Revilla (+1598) y hermana de Alonso de Velasco y Salinas Hurtado de Mendoza que sería el primer Conde de la Revilla.
  • Sexto: Jerónimo Antonio de Medinilla Porres Velasco. (+1650). Caballero de Santiago, Sr. de Bocos, Bozas y Remolino, Bailio de Carayaca (Venezuela). Soltero. Primer traductor del latín de “La Utopía" de Tomas Moro (1637), aunque incompleta, y “El Método de la historia" de Juan Bodino.
  • Séptimo: Pedro de Medinilla y Velasco, hermano del anterior, (+1653) fue oidor de la Real Chancillería de Valladolid, Consultor de Hacienda, miembro del Consejo de Castilla, Colegial del Arzobispo. Casado con María Salgado. Tuvo una hija, Teresa, que murió de niña.
  • Octavo: Juan de Medinilla y Maldonado, primo de los dos anteriores. Casado con su prima Teresa de Salinas y Medinilla.
  • Noveno: Agustín de Medinilla Salinas y Porres.
  • Décimo: Jerónimo de Medinilla Salinas y Porres, hermano del anterior. (+1744) Casado con Isabel María de Porras Medrano y Salcedo. Figuraba como señor de Bocos en los censos de 1723 y 1730 y son mencionados en el Catastro de Ensenada.


Saltemos hasta el padrón de 1723 donde había 95 personas inscritas, de las cuales 93 eran hijosdalgo y dos pecheros. En 1730 tendremos 101 inscritos de los cuales 6 eran Pecheros y los demás hijosdalgo.

En 1729 los Medinilla compraron la jurisdicción, dejando Bocos de ser Realengo, donde ya tenían su torre y enterramiento. Obtuvieron la jurisdicción civil y criminal, señorío, vasallaje, alta y baja, primero y mixto imperio, penas de cámara y sangre y demás rentas jurisdiccionales de la villa. Se dice que entonces plantaron el rollo de justicia en la plaza de Bocos. La venta se hará a través de una escritura fechada el 3 de mayo de ese año y con un precio de 1.190.625 maravedís de vellón y con carácter de propiedad hereditaria.

Portada Palacio Medinilla

De esta época sería el palacio que tuvieron en Bocos y del cual solo queda el muro perimetral y la portada (siglo XVIII) con el escudo de la familia Medinilla. ¿Cómo era? no lo sé. Por las fechas podemos suponer que tendría aires barrocos y un patio central al gusto del momento. Sobreviven algunas ventanas de la planta baja junto a la portada que podrían apoyar esta hipótesis. Vanas especulaciones. Lo que conocemos, la portada, disfrutó del trabajo de los canteros de La Montaña (actual Cantabria) Juan de Quero y Marcos de la Lastra naturales de Liaño y que tallan la fachada del palacio. Será el año de 1621 cuando el escudo surja de la piedra gracias a Pedro de la Sierra, un hijo de Praves.


(Sup/Izq) Medinilla, (sup/dcha) Velasco,
(Inf/Izq) Porras o Porres y (Inf/dcha) Mendoza

Lo que hoy vemos podríamos describirla como portada adintelada con escudo y apilastrado recercándola. Remates semicilíndricos a ambos lados. Muro rematado con pináculos piramidales. Remates cúbicos en esquinas de mayor altura que los muros. Trabajo de sillería y sillarejo. El cercado, en cambio, de mampostería. Cercado que está derribado por el lateral opuesto a la iglesia y que nos permite ver el interior del recinto palaciego. Una pena, y un desastre. Parece ser que hasta inicios del siglo XX existió una torre de origen medieval y parte del palacio renacentista pero al ser adquiridos por un consejero de la empresa Babcock & Wilcox fueron derribados para configurar la presente estructura. Cuentan que ha pasado por diversas manos y actividades de dudosos gusto o legalidad. Subrayemos que fue declarado BIC en 1949.

Interior actual "palacio" de los Medinilla

Del periodo renacentista, y quizá no por casualidad, es el rollo de justicia que nos sorprende en la Plaza Mayor de Bocos. Compuesto por un pilar sobre estilóbato de dos niveles y rematado con una cruz. Es de fábrica de sillería compuesto por columna entallada con basa y capitel con equino y ábaco. La cruz es de forja y se asienta sobre un basamento cuadrado de dos niveles. Es Bien de Interés Cultural desde 1963.

Rollo de Bocos

Parémonos un poco ante esta excepcional y rara figura que viene de la reconquista y que marcaba el derecho a impartir justicia en la localidad. Las villas que disponían de esta concesión erigían, a su entrada o en la plaza, un monolito o columna de piedra con la finalidad dar a conocer esa potestad. Coexistían con otras construcciones similares, los “rollos de justicia” denominados vulgarmente “picotas”, cuya finalidad era someter al escarnio público a delincuentes y reos, e incluso servir de patíbulo y lugar de exhibición de los restos de los ajusticiados. Con el paso de los siglos, y en ocasiones por razones económicas de aprovechar una sola construcción para dos fines diversos, las dos clases de “rollos” se fueron confundiendo hasta el punto que las Cortes de Cádiz, al abolirlos, ordenaron la destrucción y demolición de todos ellos sin distinción. Por eso es importante el de Bocos, porque ha sobrevivido.

Venga, lancémonos ya al "Catastro de Ensenada". Bocos, uno de Abril de 1753, fecha en la que el Subdelegado Nicolás Fernández de la Peña con el cura Juan Sainz (Beneficiado de la parroquia de Bocos); Gregorio Fernández como alcalde ordinario del pueblo; Juan López Negrete; Martín Gómez de Escalante; y los testigos Agustín López de Brizuela y Manuel Ortiz realizan el informe local.

Detalle iglesia de Bocos

Nos detallan que Bocos es gobernado por los señores del Real Consejo de Castilla en nombre de Don Francisco de Salinas Medinilla, vecino de Briviesca; y por don José Pérez Ortiz como marido de Josefa Teresa Franco de León y Medinilla que reside en Oaxaca (Nueva España o México), heredera del mayorazgo.

Serán los Medinilla los que nombran anualmente al alcalde ordinario a propuesta del consejo, de dos vecinos. Será este alcalde el que conozca en primera instancia de todas las causas y pleitos.

El catastro se centraba en calcular los recursos económicos del lugar y sus capacidades tributarias lo que ha permitido tener un registro valiosísimo de los territorios comunes del reino de Castilla en 1750. Por ello, nos dice que son tierras de secano y que las hay que producen todos los años y las que necesitan periodos de barbecho. Detalla los árboles -manzanos, perales, ciruelos, olmos nogales...- y las cantidades de trigo, habas, acelgas, legumbres, cebada, etc. que se recogen anualmente y los tributos que se pagan.

Torre trasformada y usada como vivienda (¿s XIV-XVIII?). Se
conservan los sillares de las esquinas, el contrafuerte cúbico
y ventanas saeteras.

Indica el catastro que se cobran, como fonsadera, seis fanegas de trigo. Pagan 37 fanegas y 5 celemines al Hospital de los cartujos de la Santa Vera-Cruz extramuros de Medina de Pomar y, de ellas, 6 fanegas al señor Bocos. Destacan que se pagan diezmos y fonsaderas.

Disponía esos años de dos molinos harineros, de dos ruedas sobre el río Trema, que muelen durante 8 meses. Sus propietarios: Doña Margarita Saravia de Rueda, viuda, de Villacomparada de Rueda en la Lama (produce unos 550 Rv/año); y otro propiedad del Mayorazgo de los Medinilla que, situado junto al puente, es atendido por la molinera Ángela Marañón (530 Rv/año).

Bocos (Google)

Tenían cinco colmenas que pertenecían a Juan Sainz Saravia, A. López de Brizuela, Domingo y Esteban Sainz y Julián Ruiz de Cachupín que producen unos cuatro reales.

Otras especies que convivían en el pueblo eran las vacas, bueyes, cerdos, caballos y yeguas, ovejas y carneros. Los humanos no se detallan diciéndonos que son diecisiete vecinos y cinco viudas. Añadamos un pastor, Francisco de la Peña, y un pobre de solemnidad. Se cobijaban en alguna de las 25 casas abiertas -no hay casas de campo ni alquerías-, dos inhabitables y una ya arruinada, bebían en la taberna que regentaba Pedro López Borricón y compraban el pan en su panadería. Había un mesón propiedad del mayorazgo y, eso sí, ni hospitales ni conventos ni asilos.

Para muchos bienes es abastecido por Villarcayo. El catastro menciona a un tal Pedro Varona que negocia con bueyes.

Río Trema

En 1826 Sebastián Miñano se refería a esta población en los siguientes términos:

"BOCO S , V . S. de España , prov. y arz. de Burgos, part. de Castilla la Vieja, en Laredo. A. O., 20 vecinos,-97 hab., 1 parr. Situada en la carretera que conduce desde Santoña á Burgos por Villalta, entre Quintanilla y Villarcayo, á 1 leg. de cada uno. Riega su término el rio Torme (Sic) que desagua en el Nela. Produce granos, pastos y ganados. Dista 14 leg. de la capital. Contr. i,33o rs. Derec. enag. 412 rs. 33 mrs".

Cuando, con la monarquía isabelina, se produce la reforma administrativa Bocos se convertirá en un Municipio único. Esta situación se extenderá desde 1835 a 1924.


Será por estas fechas cuando nazca Fray Martín Ruíz, religioso agustino que profesó en Valladolid en 1841, y que un año después partió a Filipinas. En 1842 fue ordenado subdiácono y en 1845 se encargó de la parroquia de Tanauan. En 1860 administró la de Tambobong donde terminó su iglesia bajo la dirección del arquitecto Luciano Oliver. Falleció en ese pueblo el 13 de septiembre de 1881 tras una larga enfermedad. En su congregación fue Prior vocal (1851 a 1881) y definidor de la provincia (1857).

Y, "el Madoz" ¿qué decía? Lo refleja así hacia 1850:

"Vecindad con ayuntamiento. En la provincia, dióc, aud. Terr. y ciudad de Burgos (14´5 leguas), partido Jud. de Villarcayo. (...) Situado en un llano que forma una cañada por aquel punto. La combaten principalmente los vientos N. y O. que constituyen su clima templado y benigno, sin que se padezcan otras enfermedades que las propias al cambio do la estación. Consta de 46 casa de piso alto diseminadas por el término formando varias calles pobladas de yerba y una plaza de figura irregular también con yerba, y algunas cercas de estacas en que se cultiva el terreno: tiene casa de ayuntamiento, un mesón perteneciente a propios; escuela de primeras letras concurrida por 30 niños de ambos sexos, quienes satisfacen a su maestro la retribución convenida; 4 paseos muy amenos y deliciosos , la iglesia Parr. bajo el título de San Pedro Apóstol, servida por un cura beneficiado y sacristán del nombramiento del ordinario; en paraje bien ventilado el cementerio, y una fuente de buenas y abundantes aguas para el surtido de estos habitantes.

Puente y molino

El término Confina por N. Fresnedo y Céspedes; E. Robledo; S. Villacomparada de Rueda, y O. Mozares y la Quintana, distantes todos 1/4 de legua. Se encuentra en él un barrio con el nombre de la Roza, compuesto de 5 casas. El terreno es fuerte y cascajoso, dividido en tres suertes: la primera con 200 fan. de sembradura; la segunda con 250 y 350 la tercera. Lo restante está poblado de arbolado de robles y bastantes olmos y chopos. Los ríos Nela y Torme (Trema), antes de llegar al puente que dista 8 minutos S. del pueblo: dicho puente consta de 7 arcos de piedra con 100 pies de longitud, 30 de ancho y 20 de altura. Las aguas dan impulso a dos molinos harineros, y crían truchas, anguilas, barbos , cachos y bogas; su cauce es poco profundo en este punto y tiene frecuentes desbordamientos que inundan la parte más hermosa del terreno entre la villa y el puente, siendo la causa de la mayor elevación de las aguas la presa de uno de los molinos que las hace retroceder.

Los caminos son locales en mediano estado: pasa el que conduce á Medina de Pomar. la correspondencia se recibe de la administración de Villarcayo, adonde los mismo interesados van á buscarla.

La producción a esa mitad del siglo XIX consistía en trigo, cebada, centeno, maíz , legumbres y lino; ganado lanar, cabrío, vacuno, caballar y mular, y caza de perdices, liebres y zorros. Su industria se reducía a la agricultura y los dos molinos harineros, uno de ellos en estado ruinoso, que ya existían un siglo antes. Su comercio consistía en la exportación de ganado e importación de vino, aceite y géneros de vestir. Nada fuera de lo normal en un pueblo."

Cuando se recogieron los datos para este diccionario Bocos tenía 27 vecinos, es decir, 101 personas. Les surtía una casa-mesón que producía anualmente 400 reales; tres ejidos (Campo común, que no se labra, para ganados o eras) uno en el Oyubal, otro en la cuesta del Pajarillo, y el último al Soto de bastante extensión y poblados de robles, olmos y chopos. Y una taberna en arriendo.

Bocos (Raroedis)

En 1881 Bocos era descrito en nuestro ya habitual " Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración" como villa con ayuntamiento , 209 habitantes y situado a 5´5 km de Villarcayo. Lo interesante es que nos cita al maestro de instrucción pública: José Ruiz García. La única variación en 1882 es que se indica la estación de ferrocarril más próxima: Briviesca, ¡a solo 65 km!

Dos años después el maestro sigue siendo José Ruiz García. La distancia a Villarcayo se ha reducido a 3 km (¿?) quizá porque hay una nueva carretera y no se ha ido por Mozares. Nos dicen las fuentes de producción agrícolas dejando caer que producen todo género de cereales. Y, cosa importante, nos refiere las fuerzas vivas del municipio. el alcalde era Fernando Martínez y como secretario municipal consta Tiburcio Varona. Y como párroco Ángel Díaz. Todos continuarán hasta 1886.

El poder judicial también estaba representado en Bocos, durante 1884, 1885 y 1886, gracias al juez local Estanislao de Pereda, al fiscal Santiago Linares y al secretario Ciriaco Fernández.

Consta, en ese grupo de años y hasta 1888, Aquilino Fernández como estanquero y Alonso Toribio como molinero y Eusebio Rosales con una herrería.

Censo 1897

Hasta 1888, al menos, el alcalde es Ventura López, el secretario del ayuntamiento es Gregorio Tursela. Hay cambios en el área judicial teniendo como juez municipal a Remigio Pereda, como fiscal a Toribio Alonso Alonso y como secretario a Tiburcio Varona.

Dando un pequeño salto en el tiempo. hasta 1894, encontramos como alcalde a Remigio Pereda, como secretario del ayuntamiento a Ciriaco Fernández y como secretario judicial a Tiburcio Varona González (seguirá en 1898). Esta situación me hace pensar en una posible errata del libro más que en un intercambio de puestos, aunque observaremos los siguientes años para salir de dudas.

Contamos 205 habitantes. Se nota el efecto de los "Ferrocarriles de La Robla a Valmaseda" con su estación de Bercedo (a 16 km). Figuraba como sacerdote Castro Rámila. Y, respecto al poder judicial local, tenemos a Antonio Alonso como Juez municipal y a Miguel Pérez como fiscal. Los alumnos de Bocos ya no disfrutan del maestro José Ruiz García sino de Braulio Martínez Serna. Descubrimos como único comerciante registrado al molinero Felipe López Carnazo.

1897. El alcalde es Pedro Linares Alonso; Ciriaco Fernández Pereda es el secretario del ayuntamiento (¿Será verdad que cambió de trabajo?) y como fiscal aparece Clemente López. No encontramos ningún cambio más sobre los ejercicios precedentes.

El año del desastre colonial, y los tres siguientes, vemos un nuevo juez municipal: José González Díez. Un nuevo sacerdote: Juan Díez Barrio. Y recuperamos a Toribio Alonso Alonso como fiscal.

Para 1902 el alcalde es Félix Álvarez, controlado por el secretario Braulio Montánchez. El juez es Remigio Pereda y el fiscal Antonio Alonso López. ¿Secretario judicial? Pues, Tiburcio Varona Alonso. Los cambios se producen en las zonas alejadas de la "función pública" con un nuevo párroco llamado Norberto Nobales, el profesor Francisco Alonso y un molinero más, Ambrosio López, que aparecerá solo en 1903.

Bocos 1966 (Francisco Villarcayo)

En ese 1903 el bastón de mando en el pueblo lo llevó Ciriaco Fernández Pérez auxiliado por el secretario Aquilino Fernández. Ambos seguirán en 1904.

En 1905 seguimos contando con 205 habitantes. Descubrimos que la fiesta mayor es el 29 de junio. En este momento el alcalde es Miguel Pérez González y el juez municipal, desde 1904, es Paulino López Martínez que era acompañado en sus funciones por Tiburcio Varona González (secretario) y Félix Álvarez García (Fiscal desde dos años antes).

Llevan ya un año cuidando las almas de la grey católica de Bocos Cristóbal Azcona Varona, sus cuerpos el médico Nicolás Ortega y Adrián Rodríguez Alonso de la instrucción de los niños. Junto a ellos nos encontraremos a los comerciantes Aquilino Fernández y Antonio Martínez con negocios de comestibles y al molinero Ambrosio López. Ha caído de la relación el tercer comerciante de 1904, Domingo García, y el herrero Eusebio Rosales Alonso.

Para 1906 tenemos un médico más, Manuel Ruiz Oria, quizá para compensar la aparición de un estanco para Aquilino Fernández López. La única variación en 1908 entre las fuerzas vivas es que Ignacio Fernández López es alcalde.

Es evidente que los cambios se producían en todos los órdenes del poder local y así en 1909 el juez municipal es Domingo González Fernández. No puedo reprimirme e indicaré que el "anuario" introduce en este año los principales contribuyentes (¿?) de Bocos. A saber: Antonio Alonso y Remigio Pereda.

El último año que vamos a detallas es 1911. Ahora el alcalde es Antonio Alonso López pero el secretario sigue siendo don Tiburcio que hace doblete siendo también secretario del juzgado municipal. Los demás cambios proceden de los sectores educativo (maestro: Ignacio Hojas Hojas), hostelero (café de Juan Porres), el colmado de Juan Porres, Federico Rosales al frente de la herrería y el flamante veterinario Cándido Sainz.

Una docena de años después el municipio de Bocos se agregará al de Villarcayo (1924) y la historia administrativa de ambos permanecerá unida. ¿Lo siguiente? La república, la guerra civil, la emigración, la supervivencia.

Terminaré con un romance recogido por Domingo Helgueta en Bocos:

EL MARINERO

Siete años por San Juan hace
que un marinero remaba
Dando voces en el río
que le sacaran del agua.
Se acercó allí el demonio
ya por fin o por desgracia:
Marinero, marinero,
yo te sacaré del agua
Y te mando mis navíos
y mis oros y mis platas,
Solo que cuando te mueras
me mandarías tu alma.
Marcha, demonio al infierno,
no te quiero mandar nada,
El alma la mando a Dios
y a la Virgen soberana;
El cuerpo para los peces,
si acaso muero en el agua;
La pelleja al sacristán
para que haga una sotana;
Los huesos al campanero
que repique las campanas.

(Recitado por Luz González, de Bocos).



Bibliografía:

Catastro del Marqués de la Ensenada.
"DICCIONARIO GEOGRAFICO-ESTADISTICO DE ESPAÑA Y PORTUGAL" de Sebastián Miñano
Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración.
"Villarcayo, Capital de la comarca Merindades" Manuel López Rojo.
Pueblos de España.
"APUNTES HISTÓRICOS SOBRE LA CIUDAD DE MEDINA DE POMAR" Julián Sainz de Baranda.
"Las Merindades de Burgos: un análisis jurisdiccional y socioeconómico desde la antigüedad hasta la edad media" María del Carmen Sonsoles Arribas Magro. 
Censo de la población de España 1897
"Consejos Real de Castilla-De Cruzada -Supremo de Inquisición" Mariano Alcocer y Martínez, de la real Academia de la Historia (1930)
Periódico "El Imparcial"
"Escritores Burgaleses" de Fr. Licinio Ruiz y Julián García Sainz de Baranda.
"Folklore Burgalés" de Domingo Hergueta Martín
Blog PANTXIKE 
"Catálogo bibliográfico de los religioso agustinos de la provincia del Santísimo nombre de Jesús de la Islas Filipinas desde su fundación hasta nuestros días" por Elvio J. Pérez.
Crónica de Las Merindades
Catálogo de Bienes de Interés de Protección de Villarcayo de MCV por el arquitecto Leopoldo Arnaiz Eguren
Biblioteca de la Real Academia de la Historia.