Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


domingo, 29 de noviembre de 2020

Arenas negras en Villanueva Rampalay



Trasladémonos a un pueblo que es generalmente conocido por su hermoso puente sobre el río Ebro y su entorno natural.

Un entorno natural que llegó a estar en peligro hace cien años. Debemos saber que esta zona es rica en areniscas wealdenses, una formación continental entre el Jurásico medio y el final del Cretácico inferior, y tienen que ver con el petróleo.

Villanueva Rampalay (Google)

La fiebre del oro negro –no podía evitar introducir este sintagma- en Villanueva Rampalay es temprana, llegó al poco de empezar a degustar el siglo XX. El alma inquieta que revolucionó el ambiente fue Antonio Ruiz Robledo, cantero y uno de los constructores del balneario de Corconte. Este caballero observó flotando en el río manchones de lo que creyó podía ser petróleo. ¿De dónde podía proceder? Dedujo que el origen de las manchas debía estar en las arenas impregnadas que afloran en una parte del monte, al occidente del pueblo.

No quiso quedarse con la duda y, recogiendo muestras de las manchas, las envió, junto a otras de la arenas, a analizar. No tenemos constancia de quienes las analizaron. Se sospecha que fueron los técnicos que trabajaban en los sondeos de Robredo Ahedo o Cubillos del Rojo. Los informes serán positivos: ahí había petróleo. Tras lo cual se anima a denunciar los terrenos de las arenas asfálticas.

Antonio Ruiz Robledo.

El siguiente paso será contratar de su bolsillo a algunos peones del pueblo para extraer más materiales que siempre manda analizar. Todo este trajín le llevó a ser conocido en Zamanzas, quizá de forma burlona, como "El Rey del Petróleo". Pero su empeño se vio coronado… ¡con la ruina!

Contaba Félix Fernández, en 2005, que "Mi abuelo fue el que empezó a hacer las primeras prospecciones, con gente de aquí, que excavaba y sacaba las arenas. Las lavaba y las mandaba a analizar; y es el que trajo el primer geólogo, que era de Rusia. Él vio las manchas por el Ebro, en el río. Salían manchas, y entonces se conoce que él consultaría con alguien, o eso. Se conoce que haría los primeros análisis y le dijeron que era petróleo. Y entonces, a partir de ahí, empezó a hacer excavaciones: no diríamos minas, pero sí excavaciones, y sacaban arenas y las llevaban a analizar. Él solo, con obreros, con chicos de aquí; los pagaría, claro: ¡como que se arruinó una o dos veces!".

Esta enojosa situación lo obligó a vender la mina a un francés que apareció un día por este valle de Zamanzas para comprar nogales. Cuentan que este maderero emprendedor murió ahogado en el hundimiento que sufrió el barco en el que regresaba a su patria. ¿Resultado? La mina continuará siendo propiedad de Antonio Ruiz, quien de nuevo la pone en venta, esta vez a una sociedad cuyo nombre parece que no nos ha llegado y que, pudiera ser la del señor Luis Ornilla Larrazabal, de Bilbao que hacía sondeos en los páramos de Cubillos del Rojo a finales de los treinta.

Diario de Burgos 05/09/1923

Y, como se suele decir, a la tercera fue la vencida. Será esta sociedad la que empiece con el aprovechamiento del petróleo escondido entre las arenas asfálticas. Para ello, contrató mineros de Barruelo de Santullán (Palencia), especialistas en explotaciones subterráneas, que fueron los que excavaron, posiblemente antes y después de la Guerra Civil, un laberinto de galerías comunicadas en la montaña arenosa. Estas galerías, con casi tres metros de altura y dos de anchas, estaban perfectamente entibadas y tenían instalación de raíles para las vagonetas que sacaban al exterior el producto. Los mineros se iluminaban con carburos, y algunas veces se les apagaba por la cantidad de gases. Era una explotación relativamente superficial, con cabrestantes movidos a mano, que extraían las vagonetas por un plano inclinado. Gente del pueblo que conocieron las minas en su momento recuerdan lo tiznados que salían quienes allí entraban y que las vagonetas no excedían de veinte.

Una vez fuera, las vagonetas eran arrastradas por bueyes hasta unas pilas de cemento y ladrillos con varios compartimentos situadas junto a la carretera que sube hacia Arreba. La arenisca, desmenuzada, se introducía con agua caliente producida por una caldera de vapor en unas hormigoneras. La mezcla se removía hasta un punto de masa en el que se llevaba a unos decantadores donde el petróleo “flotaba”. Allí, mediante cazos o cucharones, se extraía el petróleo.

La cantidad obtenida era muy poca: según refieren personas que trabajaron en estas instalaciones, en una jornada de ocho horas venía a ser de 200 litros. Y, encima, era un petróleo que solo servía para quemar en fábricas.

El Sol 21/06/1927

No sabemos cuánto les duraría el negocio pero sí conocemos que en la postguerra era la compañía CAMPSA la que poseía las arenas de Villanueva Rampalay, y que fue esta empresa la que intensificó su explotación.

Era tal la necesidad de recursos y de motivación popular de la dictadura que destacamos esta noticia del “Diario de Burgos” de abril de 1944:

"El Boletín Oficial del Estado del día 17 publica una orden de la Presidencia del Gobierno concediendo superpreferencia a los pedidos de materiales, cualquiera que sea su clase formulados por la Delegación del Gobierno en la CAMPSA con destino a la intensificación apreciable de las investigaciones petrolíferas y de la explotación de las arenas impregnadas que la Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos está llevando a cabo actualmente con muy buenos auspicios en el valle de Zamanzas, en esta provincia".

Pero, aunque esta aventura de las arenas bituminosas no parecía que fuese a descollar, no todo fue malo para el Valle de Zamanzas de los años cuarenta, los años del racionamiento, los años del hambre y la emigración. ¿Por qué? Porque CAMPSA convirtió el valle de Zamanzas en el centro de sus investigaciones petroleras en el norte de Burgos. Entendían que la existencia de las arenas era un síntoma muy esperanzador –al náufrago cualquier tablón le vale- , y eso debió animar a esta empresa a continuar con su explotación, así como a iniciar labor de prospección, con sondeos de profundidad, en busca de las posibles e importantes bolsas que se suponía existían en el subsuelo de la zona.

Las arenas se abandonaron a los pocos años, seguramente en el momento en que hicieron acto de presencia las torres de perforación y éstas comenzaron a hacerse familiares entre los vecinos de los pueblos. Uno contaba que "la primera máquina que se trajo para perforar tardó siete años en alcanzar 400 metros. A esa profundidad, salió [petróleo] a tubo lleno, pero fue una [pequeña] vena que encontraron, pues se agotó enseguida".

Diario de Burgos
10/04/1949

Después hubo varias perforaciones próximas a Villanueva de Rampalay: en Tudanca, en La Ribera y en Peña Ortún. Con ello, muchos hombres de Villanueva Rampalay y de su entorno, dejaron de ser campesinos para travestirse en obreros del petróleo mientras sus mujeres asumían la actividad en tierras y establos. Los mineros de Barruelo construyeron carreteras sobre caminos infames; los canteros de Zamanzas levantaron dos barriadas de piedra de sillería, que sirvieron para alojar a ingenieros, maestros sondistas llegados de Murcia, mineros de Barruelo y oficinistas, y todos ellos con sus respectivas familias.

Se trajo luz eléctrica de “El Porvenir” de Burgos, de Quintanilla Escalada, instalándose un transformador. Fueron construidos también talleres y almacenes; hubo incluso una gasolinera para el servicio de CAMPSA, situada junto a la carretera, así como un polvorín para los explosivos empleados en los sondeos. Se trabajaba a tres turnos, y las explosiones con pólvora para desobstruir tapones en los pozos se sucedían; los jornales corrían, y los dos establecimientos tienda-bar y una pensión para solteros que había en Villanueva hacían su particular agosto, vendiendo ultramarinos y dando alojamiento, al igual que lo hacían también las casas particulares.

No faltaba baile todos los domingos en la plaza del pueblo, bien animados por una gramola o bien por músicos de la zona. Fueron unos años de prosperidad y optimismo en los que la población aumentó en Villanueva en cerca de cien personas, cantidad importante si se tiene en cuenta que este pueblo contaba por entonces con apenas veinticinco vecinos. Un esplendor y un nivel de vida que bien podía contrastar con las penurias por las que debían pasar en otras zonas de Las Merindades en los difíciles años cuarenta y cincuenta del siglo XX.

Diario de Burgos 30/07/1964

Desde Villanueva Rampalay partían las expediciones petroleras, supervisadas por el ingeniero Ruperto Sanz, a otros lugares de Zamanzas y el norte de Burgos como Gallejones, Báscones y los páramos de Cubillos del Rojo (1955) y de Masa (Dobro y Villalta). Cuando salió petróleo en Villalta, personal del centro de operaciones de Villanueva acudió allí y algunos guardan todavía, en botellas, muestras del petróleo allí aflorado.

Todo empezará a morir en 1962 cuando se traslade el cuartel general de CAMPSA a La Lora. En la actualidad, hundidas las cuatro boca-minas de las arenas y desaparecida la actividad en Zamanzas solo nos quedan los recuerdos y las edificaciones de la empresa, diferentes a la arquitectura local.


Bibliografía:

“El petróleo de la Lora. La esperanza que surgió del páramo”. Varios autores coordinados por Miguel Moreno Gallo.
Periódico “Diario de Burgos”.
Periódico “El Sol”.
“Características de algunos vecinos del nuevo Ensanche y de Siete Calles. Bilbao en 1800-1900: mis ocho bisabuelos y sus familias”. Gonzalo Duo Benito en la revista “Bidebarrieta”.


domingo, 22 de noviembre de 2020

Criales no es de Losa sino de Medina de Pomar



Estamos en el borde sur de las tierras de Losa, en un terreno alto y desigual, con una carretera propia desde la que conduce de Trespaderne a Arciniega y hermanada con la de La Cerca. La Wikipedia dice que este lugar está vinculado a la búsqueda del Santo Grial, y que antaño se llamó “Griales”. Buenoooo…


Este pueblo aparece por primera vez en 1175 cuando, en una pesquisa ordenada por el rey Alfonso VIII, se pone de relieve la existencia de la jurisdicción de Críales que había sido organizada por su abuelo Alfonso VII (1126-1157). Dos estelas discoidales, que han sido datadas en esta misma época, fueron halladas embutidas en el muro Sur de la tapia del atrio de la iglesia parroquial. Son de roca caliza y una de ellas presenta una cruz griega de brazos rectos en campo rehundido que medía 26 cm de alto por 30 cm de ancho. La otra tenía el mismo motivo con los brazos ligeramente ensanchados y presentaba un relieve marcado y parte del vástago, sus medidas eran 34 cm de alto por 32 cm de ancho.


Ábside de la iglesia de Criales
 
Hay noticias de la concesión, por dicho rey, de un fuero, probablemente en 1193 –otra fecha con la que figuran es 1209-, que habría sido el instrumento jurídico regio para llevar a cabo su política en este lugar. Sería un fuero concedido conjuntamente a Mijangos y a Criales. En él se otorgaban a los dos lugares el fuero de Logroño en lo referido a las caloñas (multas) y a los homicidios, se señalaba que sus habitantes pagarían dos sueldos en Pentecostés y dos almudes de pan de la medida de Burgos en agosto, se concedía la exención de facendera y también de peajes en todo el reino. Esto lleva a pensar que algunos de los avecindados en el pueblo se dedicaban al comercio o a la arriería. 



Esos privilegios fiscales fueron confirmados por los reyes que le sucedieron. Por supuesto en los textos históricos nos aparecen más nombres que los de los reyes: Juan Pérez de Críales y Martín Pérez de Críales hicieron de testigos en una venta al monasterio de Oña de diversas propiedades en lugares de la actual Merindad de Cuesta Urria en 1265. El hijo de Juan Pérez de Críales hacía también de testigo en 1280 en otra venta a Oña. En 1282 el que vendía es nuestro Juan Pérez de Críales que tenía heredades en Urria y que las vendió a Oña por 200 maravedís. El rey Fernando IV (1285-1312) otorgó una carta protegiendo el comercio de los de Críales que se veían asaltados en la vecina Álava.


En el Becerro de Behetrías (1350) nos aparece dos veces. Nada raro porque es algo que ocurrió con casi todos los lugares de Medina de Pomar. Era “Ciella” donde quedaba un solo poblador y, como hemos dicho, era de la vecindad de Medina. Pagaban al rey moneda y servicios, y el resto de los tributos con Medina. El mismo epígrafe refleja las aldeas dependientes de Críales que estaban despobladas: Estibañez, Valcavada, Llano, Quintanillas y Santa Gadea. En 1385, el rey Juan I (1358-1390) concedía una rebaja en los tributos, justificada por el despoblamiento de las aldeas de Críales.



¿Cómo terminó Criales bajo el poder de Medina de Pomar? Primero la explicación: Si nos fijamos en el fuero de Medina de 1181 ya disponía de varias poblaciones circundantes a la que estamos visitando. Pero, en 1352 eran 32 los lugares asignados a la vecindad de Medina, entre ellas Criales: “et isti sunt termini infra quos populatores debent pascere ganata eorum et ligna sectent, scilicet, a summo de Lubro usque ad villam, et ad montem Robusta usque ad villam, et de Petraleda usque ad villam, et de los Brianos usque ad villam, et de Espinosa usque ad villam. Infra istos prenominatos terminos populatores de Medina et eorum ganta livere er sine inquitationes sectent et pascant”. García Sainz de Baranda ha identificado “Lubro” con el Cabrio (Merindad de Montija), “Robusta” con la sierra de la Tesla, “Petraleda” con Petralata; Cadiñanos Bardecí identifica “Brianos” con Criales.

Cortesía de María del Carmen Arribas
 
Entendemos que la prosperidad de Medina de Pomar debió llevar a una política de compras que asegurasen un cierto territorio montuoso para alimentar su ganado. Consta la compra del lugar de Criales, en 1327, por el concejo de Medina a Lope de Mendoza, que la heredó de su madre y ella, a su vez, del señor de Vizcaya. Dicen que se pagaron 25.000 maravedíes.



En 1515 Santa María era la titular parroquial de Críales. En 1591 Críales tenía 60 vecinos sin distinción de clases, una pila bautismal y tres clérigos. En 1707 se documentaron tres ermitas: San Esteban, Nuestra Señora de la Peña y Santa Marina; y dos más que se citan a mediados del siglo XIX: San Roque y Santiago de ubicación desconocida. Figuraba, también, un hospital de leprosos y San Cristóbal. El lazareto estaba situado a la derecha de la carretera de acceso, donde sale un camino de subida a la población. Tenía dos camas y era atendido por una hospitalera. Los hospitales de leprosos estaban organizados por la orden de San Lázaro y administrados después por la orden San Juan de Jerusalén en la que se integró la de San Lázaro. Estos hospitales se construían a la entrada de las poblaciones para impedir el paso de los enfermos al centro urbano y para permitirles pedir limosna con que mantenerse
. 

Gracias al catastro de La Ensenada conocemos bien el pueblo en 1753. Ese año se acercó hasta Criales Nicolás Fernández de la Peña que se reunió con el cura beneficiado -Bachiller Andrés de Mardones-, el alcalde Francisco Zorrilla, José de Oteo y otros vecinos para cumplimentar el cuestionario. Nos recuerdan que pertenecía al duque de Frías y estaba incluida en la jurisdicción de Medina de Pomar, de donde dependía el nombramiento de los alcaldes. Se le pagaba de alcabalas 496 reales de vellón.



Disponían de pastos; trigales, centeno y cebada; cultivaban habas y otras legumbres como las alubias; nogales, manzanos, ciruelos y olmos. Había tres molinos harineros de una rueda. Disponían de 47 colmenas: 18 de Andrés de Mardones; 2 de Andrés López; 2 de José de Oteo; 5 de Diego del Val; 9 de María de Oteo; 3 de Pedro de Artiatiegui; una de Juan de Ortega; una de Francisco de Mardones; dos de Santiago Ortiz; y cuatro de la parroquia.


 
Había bueyes, vacas, novillos, yeguas, caballos, pollinos, cerdos, ovejas y cabras que eran propiedad de los treinta vecinos, las cuatro viudas, los dos pastores –Andrés Ordoño y Mateo Alonso- y el pobre de solemnidad Juan de Quiñones. Bueno, este último no tenía ganado.


El pueblo lo constituían 39 casas habitables y tres arruinadas. Ningún convento pero sí una taberna que producía 1.080 reales y una panadería. Un herrero –Tomás de Landezas-, un carpintero (Santiago de Landezas) y un sastre, Antonio González.



El hospital de Criales se refleja en el catastro dejando constancia de seguir teniendo las dos camas para pobres y una renta de 49 reales y medio y una fanega y media de trigo.




Durante la década ominosa se publicó el diccionario de Sebastián Miñano, redactado entre 1826 y 1828, que comentaba lo siguiente sobre Criales: “CRÍALES, V. S. de España, provincia y arzobispado de Burgos, partido de Castilla la Vieja en Burgos, jurisdicción de Medina de Pomar. A. P., 42 vecinos, 163 habitantes, una parroquia. Situada a la margen derecha del río Jerea. Confina con términos de Castraciones, Quintanilla la Ojeda, Lechedo, y Quintana Entre-peñas. Produce granos, legumbres, pastos y ganados. Dista 15 leguas de la capital. Contribuye con 789 reales y 20 maravedises”.


A mediados del siglo XIX, en el diccionario de Pascual Madoz, se hace la siguiente radiografía: “CRÍALES: v. en la prov., dióc., aud. terr. y c. g. de Burgos, part. jud. de Villarcayo, y ayuntamiento de Medina de Pomar; sit. en un hondo cercado de alturas de bastante consideración, las cuales se hallan coronadas de pinos, bayas y robles por todos los puntos del horizonte menos por el Sur. El CLIMA es sano y templado, aunque en la estación de invierno es muy frío, a causa de las abundantes nieves; los vientos N. y O. son los que reinan con más frecuencia, y las enfermedades que de ordinario se experimentan, suelen ser las fiebres catarrales y dolores de costado. Tiene 60 casas que forman cuerpo de población; una escuela de ambos sexos a la que asisten 38 alumnos, cuya dirección está confiada a un maestro con la retribución de 20 fanegas de trigo; una iglesia parroquial (Ntra. Sra. de la Asunción), servida por un cura párroco y un sacristán, cuyo oficio desempeñan los vecinos por turno; 2 ermitas (San Roque y Santiago), situadas sobre unos pequeños riscos a distancia de 500 pasos de la villa la primera, y de 1.000 la segunda, ésta contigua al camino que conduce al valle de Losa y aquella al de Tobalina; en el campo nacen varios manantiales excelentes. Confina el término: N. Gobantes, Peréx, Castriciones y Quintanilla la Ojada; E. Monte-cabezas; S. Quintana entre peñas, Lechedo, Hierro y Ael; y O. Almendros, Bóveda de la Ribera y Villate. El TERRENO es montuoso y de mediana calidad, báñale el río llamado Rioseria, (que tiene su origen en el valle de Rellón; la v. está rodeada de montes, todos ellos poblados, CAMINOS: los que dirigen al valle de Losa y al de Tobalina, los cuales se hallan en muy mal estado. CORREOS: la correspondencia se recibe de Medina de Pomar por los interesados, PRODUCCIÓN: trigo, cebada, avena, yeros y exquisitas legumbres; cría ganado vacuno, caballar, lanar y cabrío; caza de liebres, perdices y algunos jabalíes; y pesca de truchas, barbos y otros peces. INDUSTRIA: la agrícola y molinos harineros de poco mérito, que pertenecen el uno a la villa y los restantes a particulares. POBL.: 24 vecinos, 90 almas. CAP. PROD.: 215.420 rs. Impuestos: 16.055. contr. 1.387 rs. 20 mrs.”


Vemos que en los treinta y pocos años que mediaban entre un informe y otro se produjo una reducción de la población en casi la mitad pero –se ha llegado a la conclusión de que el Madoz se configuró con datos “reducidos”- la población dada seguramente sería algo más elevada porque estas cifras servían, también, para la determinación de los quintos para el servicio militar. Aunque, ciertamente, sí bajó algo la población fruto de la emigración y de los efectos de las guerras. ¿Mejorará su situación durante la segunda parte del siglo XIX a pesar de la tercera carlistada?


 
Lo vemos a través del diccionario de Pablo riera y Sans de 1881 que comenta sobre esta población: “CRIALES.—V. agreg. al ayunt. de Aldeas de Medina, cuya casa consistorial está en la v. de Villarías, otra de las que forman este ayunt. y de la que dista la localidad que describimos 16`6 km. Cuenta sobre unos 300 hab. y 84 edif. entre habitados é inhabitados. Org. civ. Corresponde a la prov. de Burgos y contribuye con su ayunt. á las elecciones de diputados provinciales y de Cortes.-Org. militar: C.G. y G.M. de Burgos. Org. Eclesiástica: Pertenece á la dióc. de Búrgos y tiene una iglesia parroquial dedicada á Ntra. Sra. de la Asunción, convenientemente servida, y extramuros dos ermitas bajo las advocaciones de San Roque y Santiago. Org. Judicial: Hállase adscrita al part. jud. de Villarcayo, correspondiendo á las audiencia de lo criminal y territ. de Búrgos. Org. Económica: Para el pago de impuestos depende de la Delegación de Hacienda de la provincia. S. púb. Recibe y emite la corr. por la A. de Madrid á Irún, estación y Cn. de Bribiesca á Ramales, y esf. de Medina de Pomar. - Ob. Pública y medios de comunicación: sírvenle de comunicación todos los caminos del término municipal. – Instrucción pública: de fondos municipales se costea una escuela incompleta para niños de ambos sexos. Art. de. ind. Dedícanse los moradores de esta v. al cultivo de las tierras, viéndose ejercer algunas de las profesiones y of. mecánicos más indispensables. – Población: no ofrece ninguna importancia el reducido número de sus edificios, incluso la iglesia”.


Con relación a su iglesia, ¿era tan poco importante? Bueno, Nuestra Señora de las Nieves, la titular de su iglesia, es de estilo románico con una sola nave y dos capillas laterales. El exterior del ábside tiene columnas, ventanal superpuesto y canes con cabezas y modillones. La portada es también románica, con arco ajedrezado, con dos capiteles con animales y sus fustes y pórtico con arco semejante. La torre, con espadaña, más moderna, rematada en bolas y cruz, de dos cuerpos, con tres huecos y dos campanas y un campanillo. La pila es románica con gallones finos y fuste cilíndrico y el retablo mayor es neogótico.


En 1860 trabajaban en esta iglesia cuidando las almas de los 256 vecinos dos párrocos: Gregorio Rivera López de 66 años que también actuaba en Torme y Vicente González de 48 años. Dos años después solo tenemos a Gregorio y en 1872 ya es Eusebio Zorrilla que coincide, al menos tiene el mismo nombre y apellido, con el principal propietario del año 1908… ¡Qué casualidad!

Interior de la ermita del siglo XX

El diccionario Riera nos indica, también, que hay una escuelita.
Esta estuvo atendida desde, al menos, 1883 por Eugenio Fernández y López hasta 1902. Sabemos que en 1894 había dos molineros que se llamaron Vicente Villanueva y José Sainz Terrones que, a su vez, era el herrero. En 1904 figuró la maestra María Ortiz que continuaba en 1911. Otro nombre de maestra fue el de Eulalia Alonso Iglesias que se casó en 1938, en plena guerra civil de 1936 a 1939, y que no parece que fuese “depurada”. Hemos descubierto que en 1955 estaba Josefa Ruiz Labarga y que ese año se inauguraron unas nuevas escuelas o “grupo escolar” como decía el “Diario de Burgos”. No solo eso sino que se construyeron casas para los maestros. ¡Costó 265.903 pesetas de 1955!



Junto a esta fuerza viva teníamos al veterinario Pedro Zorrilla Bastigurreta que aparece en los listados desde 1894 y que sería ayudado en el cuidado de la salud pública –en este caso para los humanos- por el practicante Hilario Bárcena Arrechabala. ¡Y por los taberneros Domingo Fernández Ortiz, Pedro García Ortega y Pedro Ortiz López que cuidan también –a su manera- de cuerpo!



Con el cambio de siglo (del XIX al XX, me refiero) la población eran unos 215 habitantes. A lo largo del siglo XX esta cifra no hizo más que descender y a ello no ayudaron circunstancias como asesinatos (el 19/06/1953) y suicidios (en 1948). Cierto que en 1950, según un censo de la Junta de la Cerca, tuvo unos 260 vecinos recogidos en 54 viviendas, pero solo fue el canto del cisne. Llegando el siglo XXI aparecían sólo 35 habitantes. Y 38 en 2017.

  
Bibliografía: 
“Becerro de behetrías”.
“Valpuesta y Berberana. El Valle de Tobalina. Medina de Pomar y sus aldeas. Villalba de losa y su vez. Frías y sus arrabales”. María del Carmen Arribas Magro.
“El valle de losa. Notas para su historia”. Julián García Sainz de Baranda.
“Las Merindades de Burgos: un análisis jurisdiccional y socioeconómico desde la Antigüedad a la Edad Media”. María del Carmen Arribas Magro.
“Amo a mi pueblo”. Emiliano Nebreda Perdiguero.
“Diccionario geográfico - estadístico de España y Portugal”. Sebastián Miñano.
“Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar (1845-1850)”. Pascual Madoz.
“Diccionario, estadístico, histórico, biográfico, postal, municipal militar, marítimo y eclesiástico de España y sus posesiones de ultramar”. Pablo Riera y Sans.
“Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración”.
“Anuario-Riera”.“Indicador general de la industria y el comercio de Burgos (1894)”.
“El obispado de burgos y castilla primitiva desde el siglo V al XIII”. Luciano Serrano.
“Apuntes sobre la historia de las Merindades antiguas de Castilla”. Julián García Sainz de Baranda.
“Estadística del arzobispado de Burgos al 1° de enero de 1860”.
“Estadística del arzobispado de Burgos al 1° de enero de 1863”.
“Estadística del arzobispado de Burgos al 1° de enero de 1872”.
Periódico “Diario de Burgos”.
“Censo de población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla en el siglo XVI”.
“Nomenclátor de las ciudades, villas, lugares, aldeas y demás entidades de población de España formado por el instituto nacional de estadística con referencia al 31 de diciembre de 1950”.
Catastro del Marqués de La Ensenada.



domingo, 15 de noviembre de 2020

San Vitores, Zombi de Tamayo.



Una bonita excursión. Así definiría la visita a la ermita de San Vitores de Tamaño, frente a Oña. Además, es un santo puramente castellano, de la zona burgalesa de Río Tirón. Y habló, caminó, mató y cristianizó una vez muerto. De ahí lo de llamarlo, con todo el respeto, zombi.

Iglesia de Villalba de Cerezo del Río Tirón
(Cortesía de "Tierras de Burgos")

Nacido este santo, entorno a los siglos IX o X, en Cerezo del Río Tirón (Burgos) y bautizado en la parroquia de Santa María de Villalba con el nombre de Victor. Si se acercan a verla no se asusten porque las ruinas de la iglesia actual datarían del siglo XV-XVI. Algunos autores supusieron que sus padres debieron ser ricos, virtuosos e ilustres, pues se esmeraron en su educación: gramática, retórica y, por supuesto, las Santas Escrituras. En su adolescencia se decantó por la vida religiosa postrándose, de forma compulsiva, ante la escultura de la Virgen María y mortificando su carne con sangrientas penitencias. Finalmente fue sacerdote de la Iglesia de Santa María de Villalba y Cura de su Parroquia. Vitores lanzaba fervorosos sermones y, relatan, se volcaba sobre pobres, enfermos, encarcelados, doncellas, viudas…

Es en ese punto cuando se retiró a las montañas de la villa de Oña, a ocho leguas de distancia de Cerezo del Río Tirón, y se fabricó una cueva en la que pasó un septenio, según algunos escritores, y según otros dos lustros. En su eremítica vida de meditación vestía una túnica negra y un áspero cilicio; andaba descalzo; y las yerbas silvestres le suministraban el alimento, dicen. Amén de mortificarse con penitencias más o menos sangrientas que eran escuchadas por los que pasaban cerca. Es de suponer que en estas luchas contra las fuerzas del diablo venció siempre porque continuaba en su sucia soledad. Celebraba misa todos los días en un altar improvisado situado a media legua de Oña, y como á la mitad de esta distancia de Tamayo. Estaba en la ermita que visitaremos.

Cortesía de "Tierras de Burgos".

Recibirá la revelación de que los moros sitian Cerezo. Es un ejército numeroso al mando de Gaza o Zafa Mahomet Zaqueto, capitán general en nombre de Abderraman, segundo rey de Córdoba. Hagamos un inciso para indicar que en el manuscrito de la Biblioteca Nacional de España el moro atacante es Almanzor acompañado de otros seis reyes moros. Anotemos que el cerco se realiza durante siete años lo que chocaría con el estilo de Almanzor que ya se ha comentado en este blog.

Apenas amaneció el día siguiente a su llegada cuando Vítores, despreciando las saetas moriscas, salió al campo enemigo predicando la fe de Jesucristo. Cuando se enteró que los sarracenos escalaban la peña llamada Siete-fenestras, en la que se hallaban recluidas siete doncellas vírgenes en religiosa clausura marchó a defender su virginidad. Llegado al pie de la peña dijo: “¿cuándo os habéis de cansar de profanar altares, abrasar iglesias, desflorar vírgenes , y degollar cristianos?¿Hasta cuándo habéis de abusar de la paciencia divina? Os aviso de parte del Dios verdadero, que si no ponéis freno á vuestras tiranías, ellas mismas os han de precipitar á las penas eternas del infierno”.


Tras expulsar a los mahometanos -dicen algunos autores- consiguió la conversión de Coloma, hija del capitán general Mahomet Zaqueto. Catequizada por Vítores en los misterios de la santa fe católica -¿Cómo? ¿Cuándo?-, recibió el bautismo de su mano, dejando burlado todo el poder de los que la guardaban. Evidentemente su padre, al enterarse, se ofendió mucho y reunió a su consejo que le instó a que convenciese a su hija de volver al islam. (¿¡Pero cómo dejaban a Vitores andar libremente por el campamento sitiador!?).

Dice el autor de una obra hagiográfica de San Vitores: “deje la ley del Dios á quien adora, sin dar lugar á que se haga pública su conversión: píntala con negros colores la fealdad de su delito, representándola como un borrón sacrílego el que una doncella de sus prendas, consuelo de su familia y único renuevo en quien cifra el afligido padre la esperanza déla sucesión de sus estados, abandone la ley del Corán deshonrando su prosapia: lamentanse de ver su entendimiento malogrado, y extraviado su buen juicio; no perdonan medio para seducir su joven corazón con el lisonjero recuerdo de un himeneo feliz; y concluyen con instarla á que reconozca su desacierto, y desagravie la justa ira de su padre ofendido”. En fin, yo no lo veo muy ajustado a la realidad del momento ni a la estructura política de Al-Andalus. La doncella, cristianizada a manos de un santo, no renunció al cristianismo. Entonces los alfaquíes la insultan y su padre la decapita. Pero, ella, al ser virgen y cristiana va al cielo. Lo dicho: en fin.

No solo eso, Vitores es conducido a presencia de Gaza y mediante su intercesión el moro es curado de lepra. Entiéndanlo, no dudo de las dotes milagreras de Víctor pero me sorprende que un alto cargo del califato estuviese enfermo de lepra. Más bien lo veo como un estigma para demostrar su mancha de espíritu, -de “moridad” podríamos decir- sobre todo porque en otros relatos se le hace enfermar de gota. Algo mucho más propio de poderosos. El autor del opúsculo continúa diciendo que “La fama de estos sucesos, y la de las conquistas que conseguía Vítores convirtiendo á la fe de Jesucristo á muchos mahometanos, dio motivo para que los caudillos sarracenos tuviesen un concilio, en el que determinaron no permitirle continuar predicando”. ¡Ya era hora!

Piedra de la decapitación de San Vitores.
(Cortesía de "San Vitores")

Buscarán a Vitores por el campamento sarraceno –insistimos en la contradicción de permitir predicar a un sacerdote del enemigo a lo largo y ancho de tu campamento-. Vitores, “encendido en el amor de Dios les salió al encuentro, y les preguntó: ¿á quién buscáis? Los que poco antes estaban llenos de arrogancia, ó su vista fueron arrebatados de un súbito temor, y le contestaron turbados: á Vitores.
-Yo soy, les dice.
-Pues si tú eres, sabe que nuestro rey, noticioso de tus prodigios, nos manda que le llevemos á su presencia: no ha venido él personalmente porque le tiene en cama una enfermedad.
-Vamos pues, les responde, veréis como yo con el favor de mi Dios le sirvo de medicina”. (¿No decíamos que Gaza estaba curado? ¿De qué enferma ahora? ¿Podríamos pensar que el relato es un “corta y pega”? ¿Gaza era rey?).

El palacio, para dar más visos de verosimilitud, estaba cerca de Cerezo del Río Tirón. Entra Vitores y lo cura… ¡Solo con mirarlo! Por supuesto, esto conlleva conversiones, rechazo de honores islámicos por parte de Vitores y llamamientos a cristianizarse. Otra vez.

Lo encierran. En su celda continúa teniendo visitas y realizando conversiones. Deciden matar al santo. Vitores pide ser ejecutado mediante crucifixión y lo llevan al monte de los sauces (no confundir con el de los olivos ni con el Gólgota) para crucificarlo. Los verdugos “se apresuraron á traspasar con dos clavos sus sagradas palmas; pero al clavarle los pies el punzante hierro tropezó en algún hueso ó ternilla, y se resistió al terrible golpe del martillo. Sin querer pasar adelante por más que neciamente porfiaban en el empeño. Advirtió Vitores la bárbara inquietud de aquellos caníbales furiosos, y lleno de una santa resignación Ies dirige la palabra en estos términos: ¿no veis que el clavo está torcido, y no puede penetrar los huesos?”. La burla a los verdugos es otro refrito recogido en más de una vida de santos. ¿Conclusión? El verdugo se convierte. Y Vitores aguanta tres días en el madero. Otro plazo virtuoso.

No falta el judío que saltándose el Sabbat se acerca a la cruz para insultarlo y vejarlo mientras el santo lo reprende y le augura un castigo. Cansino, ciertamente cansino. Por cierto, al judío lo mata un rayo.


Gaza decide degollarlo pero concedieron a Vitores el favor de ver Quintanilla de las Dueñas antes de morir. En otros lugares figura Vega de Quintanilleja. Así que, en comitiva, fueron hasta ese pueblo. Tras un último intento de que apostatase lo decapitan. Entonces brota junto al cuerpo un manantial de leche y sangre que fertiliza la tierra y hace que los secos troncos de unos morales cercanos reverdezcan. -¡Esperen que aún hay más!-: Vitores se levanta del suelo y tomando su cabeza en brazos marcha a resucitar a un niño.

Tras ello se dirigió a Cerezo, predicando sin cesar la verdadera fe del Crucificado; pero antes de entrar en la ciudad, se presentó ante Gaza y le dice: “Príncipe profano, ¿de qué te han servido tus iras? Aún estoy vivo, cuando me imaginabas muerto: soy sacerdote del Rey de los reyes y Señor de los señores: de su orden vengo á ti en esta forma, para que á vista del desengaño salgas del abismo de tus errores: nota bien mis palabras y conocerás que su eficacia es de Dios, pues me falta para pronunciarlas el instrumento de la voz”.

Gaza no fue convencido y siguió siendo moro. Figúrense la escena: un personaje digno de una película “gore” llena de casquería, con la cabeza en la mano, dejando un rastro de sangre y… bueno, como en una película de zombies. Aunque el manuscrito de la biblioteca Nacional dice: “Et entonce rogo aquel moro gasa al santo martyr que lo quisiese perdonar e touiese por bien de lo tornar cristiano. Et el bien aventurado tornolo luego cristiano a el e a otros muchos que creyeron en la fe de nuestro señor jesu cristo”. Una contradicción entre ambos textos. Bah, como si importasen. ¡¡¡Si estamos en un relato con un zombi!!!

Vitores entra en la ciudad acosada y abre una fuente, señala el lugar donde estará su sepulcro se despide y muere pero no antes de expulsar una horrible serpiente.

El pergamino de la Biblioteca Nacional refiere en ese idioma de transición desde el latín vulgar o castellano inicial lo relata así: “E dio con el bordon en tierra e por la gracia de EriaS abdose allí una fuente. E lauo alli la su cabeza del poluo e de la sangre que lleliana e fueronse luego ay cerca a una cuma donde estaua una sierpe muy grandc que se avia alli criado en aquella cueua en aquellos años que la cibdat auia estado cercada e entrando par la toca de la cuetia vieron estar la sierpe. E el conpadre e los otros que con el yuan oueron muy grant pauor della e el santo martyr les dixo non ayades pauor ningnuo della nin de otras cosas celestailes que veredes marauillosas que esa. El bien aucenturado entrose para dentro e dijo a la sierpe faste a una parte que asas ay lugar para amos ä dos. E la fiera fisolo así. E luego en aquel estante venieron los angeles del cielo con grant claridad e enterraron el su cuarpo con muy grant solenidat. E así salio el glorioso martyr sant vitores deste mundo para la gloria celestial con su padre jesu cristo donde byue e regna”. El documento sigue relatando milagros pero con lo ya dicho nos podemos hacer una idea de la vida de San Vitores.
Cortesía de "Tierras de Burgos"
La cueva de la que hablaremos a continuación tiene una ermita cerrando el espacio religioso. En la actualidad, en el día de su fiesta, 26 de agosto, suben en procesión con el santo a ese lugar de romería. Es una de las procesiones más largas de la zona. Desde el lugar, los romeros dan la bienvenida al patrón danzando de frente a la imagen, y caminado hacia atrás cumpliendo la tradicional fórmula de recibimiento a la llegada a su antigua morada eremítica. Algo similar a la Virgen de las Nieves.

Como primer acto de la romería se procede a la subasta del santo, en la que a golpe de esquila el subastador anima a subir la puja a los asistentes, tradición en la que habitualmente participan las familias de la villa. Éstos inician, después, con la imagen portada en hombros por los ganadores de la subasta, el recorrido por la campa de la ermita acompañados de autoridades, las Reinas de fiestas y clérigos. Tras los actos tradicionales es costumbre la romería se prolongue prácticamente durante toda la jornada, incluyendo bailes populares en los aledaños del templo de San Vitores hasta la bajada de los romeros a Oña.

La ermita se construyó sobre el complejo rupestre original donde habitó el anacoreta en la primera mitad del siglo IX. Ya saben, la historia que hemos contado arriba. Su principal referencia es el peñón en el que se abren los habitáculos excavados en la roca. Uno de ellos sería el considerado como fabricado por el propio Vitores. Éste es, actualmente, la cabecera de la edificación, que se fecha entre los siglos XVII o XVIII, de planta cuadrangular con muros de sillería y sillarejo. La identificación de los habitáculos con un establecimiento eremítico parece clara.


La bóveda está dividida por ocho nervios y dotada de contrafuertes exteriores, siendo posible acceder a la misma por un pequeño nártex que fue alargado después, a raíz de la construcción del actual soportal.

La cueva, ermita semirrupestre, no solo está cerca de Tamayo sino también cercana a una corriente de agua. La parte rupestre del templo está excavado en roca arenisca y está conformada por dos tramos diferenciados a través del nivel del pavimento y orientados al Sur-Suroeste. El tramo más bajo, posiblemente el coro, presenta planta rectangular y está cubierto con bóveda de cañón rebajado. En el muro de la derecha, aparece labrado un arco de medio punto que alberga una pequeña hornacina y una especie de repisa.

Cortesía de "Tierras de Burgos"

A través de una grada se accede al segundo tramo, el ábside, más estrecho que el anterior y también de planta rectangular con cubierta de bóveda de cañón rebajado. A causa de algún desprendimiento, el fondo de este sector está completado con un murete de mampostería. En las paredes y el techo se observan numerosas muescas y ranuras, destacando la presencia de una argolla, simada en un lateral, que posiblemente sirvió para sujetar una lámpara.

Al exterior, en el mismo roquedo donde se emplaza la ermita, se observa una especie de hornacina labrada artificialmente. En los peñascos desgajados que rodean la iglesia se localizan más trabajos rupestres, como una pequeña cavidad artificial con un conducto excavado, quizá para la extracción de humos, y una pequeña hornacina o cuevecilla inconclusa.

Cortesía de "Tierras de Burgos".

La advocación de la ermita puede ser indicativa a la hora de establecer la cronología de los restos rupestres, anteriores a la edificación, logicamente. La parte rupestre se ajusta a la morfología y concepción general del periodo en que vivió el santo, a pesar de los retoques que se apreciar, causados por la ampliación de la iglesia con obra de fábrica.

Plano de San Vitores.

Listo.


Bibliografía:

“Vida de San Vítores de Cerezo”. Luciano Huidobro Serna.
“En torno al pergamino relativo a San Vitores existente en la Biblioteca Nacional de Madrid”. Teodoro de Izarra.
“Fiestas y romerías, tradicionales y famosas en tierras burgalesas”. Ismael García Rámila.
“Historia de la vida, sepulcro, reliquias y congregación del ínclito mártir San Vitores”. Lucas Antonio Güemes.
Periódico “Diario de Burgos”.
“Eremitorios rupestres en la comarca de Las Merindades (Burgos)”. Judith Trueba Longo.
Biblioteca Nacional de España.
Blog Tierras de Burgos.


Para saber más:

Tierras de Burgos. Ermita de San Vitores.
Tierras de Burgos. San Vitores y sus lugares.