Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


lunes, 15 de agosto de 2022

Un breve: El juego de “El Bote”.

 
 
“Sobre el juego del “Bote”, tanto las autoridades locales como provinciales deben de tomar cartas en el asunto, ya que en estas fiestas ha sido una invasión y lo peor del caso es que han consentido jugar a niños de seis y ocho años”.
 
Cualquiera que no conozca el juego del que hablamos podría pensar que es una lucha en contra de que los niños pequeños estropeen los zapatos nuevos dando patadas a una lata y corriendo con los amigos. ¡Nada más lejos! Nos estamos refiriendo a un juego de azar sencillo, un clásico de las apuestas en Burgos, Palencia, Valladolid, Segovia y, evidentemente, las zonas aledañas. Y -mejor dejarlo claro- no tienen por qué participar todas las poblaciones de esas provincias. Es el juego de “El Bote”.

 
Su existencia se remonta, seguramente, más allá del siglo XVIII. Yo, humildemente, me atrevería a decir que este juego de azar existe desde que existen los dados de seis caras. ¿Se atreven a imaginar, entonces, desde cuándo? Apoya la idea de la antigüedad del juego la sencillez de diseño del tablero que carece de complicaciones mecánicas como tendría una ruleta. Así podemos crearlo mediante una tiza y unas líneas amorfas o con seis cartas de una baraja -española o de póker- que vayan del as al seis. Y, por supuesto, un cubilete que llamamos “bote”, del que deriva el nombre del juego y que suele ser una lata -bote- de metal.
 
Elementos aledaños pueden ser unas pesas de balanza, o piedras, para sujetar los billetes que se apuesten dado que se jugará en la calle en las noches de fiesta. También un cajón donde guardar los dineros. A su vez, y cómo es un juego callejero, debemos completar el escenario con una lampara de camping-gaz que genere luz, cierto calor y atraiga a algún mosquito despistado. Y una mesita plegable por poner el conjunto a la altura correcta. Creo que se me olvida algo, ¿qué puede ser? ¡Las Almendras Garrapiñadas!
 
No sé si la gente que salía con el juego de “El Bote” preparaban ellos las almendras o las compraban. Lo digo porque en algunos momentos históricos la apuesta era posible pues el premio, teóricamente, era este dulce con almendras. Aunque, después, te las pudiese recomprar el botero; o te diese algo de dinero y almendras. Así, esta venta de dulces en fiestas de pueblos y verbenas volvía tolerable este juego para la dictadura del General Francisco Franco. Vamos, que la Guardia Civil hacía la vista gorda. La mayor parte de las veces. O algunas veces. De alguna forma.

 
De todas maneras, vamos a hacer la receta por si deciden jugar a “El Bote” con amigos y familiares. Para dos botes de almendras necesitarán 200 gramos de almendras (que serán crudas con piel), 250 gramos de agua y 250 gramos de azúcar blanco.
 
Volcamos en una cazuela estos los ingredientes, los revolvemos con una cuchara de madera y calentamos a fuego medio hasta que la mezcla rompa a hervir. Sigamos removiendo hasta que el agua empiece a desaparecer. Es el momento para bajar el fuego sin dejar de remover hasta que el azúcar se transforme en caramelo líquido. La textura del azúcar cambiará, pasando a ser parecida a la de la harina. Una parte del azúcar se pegará a las almendras y otra quedará libre. Es la señal para subir la potencia del fuego. Mientras tanto, seguimos removiendo para que el azúcar se vuelva a adherir a las almendras. Saque las almendras y distribúyalas en un papel de horno para que no se apelmacen y se enfríen.
 
Ya tenemos todos los elementos que yo recuerdo haber conocido de niño en las fiestas de mi pueblo cuando metía mi mano entre los jugadores para trincar un par de almendras garrapiñadas del montoncito dispuesto para los ficticios pagos y para distraer a los jugadores. Piensen que estos comerciantes eran, aparentemente, vendedores de cucuruchos de almendras que, como los barquilleros, tenían un inocente juego para motivar las ventas. El botero agita el dado con el bote - cierro los ojos y escucho su sonido. ¡Como una campana! - y lanzarlo a la mesa. El dado queda tapado por el bote. Entonces los jugadores apuestan poniendo el dinero sobre los números. Luego se levanta el bote y si por ejemplo sale el 6 todos los que hayan apostado al 1, 2, 3, 4 o 5 perderán. El del seis recibirá 5 veces lo apostado. Por ejemplo, si apostó dos euros recibirá diez euros.


 
También eran posibles apuestas cruzadas con los números aledaños. Pensemos que el tablero estaba dispuesto en dos líneas: la superior con las cifras 1, 2 y 3 y la inferior con 4, 5 y 6. El cuatro bajo el uno y así sucesivamente. Por ello podíamos apostar colocando nuestro dinero a caballo entre el 1 y el 4. O entre el cuatro y el dos. Incluso entre el 2, 3, 5 y 6. Claro que la apuesta se repartirá entre los distintos números.
 
Era un juego con tanto arraigo que en una misma verbena podíamos llegar a tener varios boteros en la zona festera del pueblo buscando atraer a los alegres paseantes y a grupos de amigos a probar sus almendras y la suerte. Algunos boteros tenían negocios “diurnos” y dedicaban a este juego algunas horas. Por ejemplo, me viene a la memoria personas como Juan Jesús Rodríguez, “Juanje”, un carnicero de Villarcayo. Yo recuerdo que aquello era jauja para un niño de menos de diez años el cual se arriesgaba a un capón si abusaba de las almendras de un mismo botero. Sobre todo, si no estabas acompañado de tu padre o no jugabas.
 
Hoy, cuando paseo por las calles de mi pueblo en fiestas, raro es encontrarme con alguien que recree este juego. No los veo en la esquina de la cafetería “Sonata” de Villarcayo (¡No existe ni ese bar!); o junto a la fuente de la plaza; o bajo sus plataneros… No quiero ponerme nostálgico, aunque resulte irónico dada la temática de este blog.
 
Supongo que al corresponsal del “Diario de Burgos” de Medina de Pomar en el año de 1979 estaría contento dadas las admoniciones citadas en el encabezamiento y que se incluían en el artículo siguiente:
 
 
 
Bibliografía:
 
Periódico “Diario de Burgos”.
www.casinoiberico.online/index.html
Video de Susana Jimeno entrevistando a Arsenio Jimeno, antiguo botero almendrero.