Qué
recio suena llamar a algo “Casa Fuerte” pero, ¿qué es una casa fuerte? Diremos
que podría ser un inmueble a medio camino entre la torre y la simple vivienda
campesina. La torre tenía que tener formas externas defensivas contundentes, foso,
contrafoso y puente levadizo. La casa fuerte era una construcción más barata, y
de menos pretensiones que la torre, que servía de vivienda, de silo y, en caso
necesario, de defensa. Reconoceremos estas casas por sus pequeñas torres adosadas
a la vivienda, situadas en terreno llano, construidas de mampostería, con
frecuentes vanos en la vivienda, algunas saeteras sin almenas ni torrecillas.
No
eran construcciones militares y, sí, estaban habitadas. Solían tener escudos
heráldicos y vinculación con la fundación de un mayorazgo y su explotación. Generalmente,
la vivienda y la torre se construían simultáneamente y la comunicación entre
ambas se realizaba por el interior. De hecho, si vemos una torre con entrada
exterior podremos pensar que ambos inmuebles son de épocas distintas. Estas
edificaciones duraron hasta el siglo XVIII transformándose tanto que podría
confundirse con una simple vivienda campesina de cierto lujo. Y, comúnmente no
las llamamos como en el encabezamiento sino “Casa Torre”.
Llegados
a este punto ya podemos reconocer, cuando entramos en Quecedo de Valdivielso, la
casa torre de los Huidobro, superviviente del siglo XVI, en el barrio de San
Lorenzo. Dispuso de muralla, almenas y barbacana. En 1752, dentro de las
declaraciones del Catastro del Marqués de la Ensenada, pertenecía a Diego
Manuel de Vera Fajardo y Varona, Marqués de Espinardo, y tenía diez y nueve
varas (unos 16 metros) de ancho por otras tantas de fondo, con hermosa huerta
de regadío, cercada de pared, de cuatro fanegas de sembradura. Se comentaba
allí que este marqués poseía una capilla en la iglesia parroquial al lado de la
epístola a la advocación de San Juan, San Andrés y Santiago. También ha sido
conocida como casa torre de los “Varonas”, que la heredaron de los anteriores,
y en el siglo XIX perteneció a un tal González Peña.
Decían
Julián García y Luciano Huidobro que “Se entra a ella por un gran arco, con
escudo del siglo XVI, ya destruido. En su fachada de Oriente, donde se abre
actualmente la puerta principal, con dos buitreras, se observan dos pisos y dos
épocas en la construcción; la primitiva está a la izquierda y es del tiempo de
la torre y fachada del Mediodía, y la parte añadida, a la derecha, donde se ven
incrustados los escudos de Varona y del Marqués de Espinardo”.
Pero,
ya que empieza la descripción, seguiremos con la descripción. La torre consta
de tres pisos, y además de los cubos y barbacana, tiene un matacán con dos
escudos sobre las ventanas, que indican claramente quiénes fueron sus dueños
primitivos: los Huidobros e Incinillas. Todos los garitones están defendidos
por troneras que también existen en el centro de cada lienzo de la torre. Esta
es algo más larga (en el sentido del eje mayor) que ancha. A ambos lados de la
buharda pueden verse las ventanitas de un palomar. Todos los vanos son
adintelados. Los ventanales bajo el alero muestran claramente que ni por sus
proporciones ni por el coronamiento moldurado fueron nunca auténticas almenas,
sino puro elemento decorativo. Mientras que la torre es de buena sillería la
vivienda adosada es de mampostería, excepto en la fachada principal, en la que
también destaca buena sillería.
El
genealogista Luis Varona -que fue uno de sus dueños- describía así su palacio: “La
casa es de anchurosa vivienda, contigua a ella una fuerte Torre, coronada de
almenas y cubos en las quatro esquinas de lo alto della y con narices para su
defensa y encima de unas ventanas están unos escudos pequeños con las Armas de
Huydobro… Está cercada con muralla, coronada de almenas con saeteras y se entra
en la Barbacana, por una ostentosa portada, rodea la casa una amena y
fructífera huerta… como coto redondo y una puerta de la huerta adornada de
cubos y escudos de Armas, sale cerca de la Iglesia, donde tiene la Capilla de
S. Juan Bautista la más antigua y en ella sus honoríficos entierros”.
Francisco
Oñate nos confirma que en el muro que da a la huerta, que es la parte más
antigua de la casa fuerte, sobre sendas ventanas, hay dos escudos de armas muy
bien conservados y protegidos por guardapolvos.
El
primero de ellos, sencillo y sin ornamentos presenta el campo mantelado
(digamos que dividido en tres cuarteles): El superior izquierdo tendría fondo
azul y centrada una torre de color plata. En el superior derecho, sobre fondo
de oro tendríamos dos lobos de color rojo (gules), pasantes y con garras de
plata. Finalmente, en el mantel -el inferior- habría un fondo de color verde (sinople)
con una banda amarilla (oro). La Bordura tiene ocho piezas, cuatro de oro con
un castillo de su color y cuatro de gules, con un león rampante, de oro. Son
las Armas Heráldicas de Huidobro.
El otro escudo, de parecido tamaño y labra, contiene
un castillo flanqueado por dos encinas y, en la bordura, hay ocho aspas. Son
las armas del apellido Incinillas.
Debemos
conocer un poco las familias de ambos escudos. El primero de los Huidobro de
Quecedo que conocemos fue García de Huidobro que era señor de esta casa en 1288.
En esa fecha sirvió a Sancho IV, el Bravo, en su enfrentamiento con Alfonso de
la Cerda. Su esposa fue María Ruiz. García de Huidobro testó el ocho de
septiembre de 1296. Su descendiente, el genealogista Luis Varona lo transcribía:
“Que la mi casa antigua que está en este dicho lugar de Quecedo en el Barrio
de S. Llorente, con sus huerta e pertenencias cercadas e por cercar… todo ello
que lo aya e herede en donadío perpetuo Juan de Huidobro, mi fijo, para que lo
goze e posseya en como yo e de assi lo aya e lleve Hortuño de Huidobro su fijo,
e mi nieto, sin que se lo puedan evitar, teniéndolo todos los que dellos
vinieren, para recordancia de mi, e de los vuestros ancianos e honradamente vivais
e os mantengais, en como sois honrados, sin fazer ende mal, que no les sea bien
parecido: e vos nombro por mi heredero a vos el dicho Juan de Huydobro mi fijo
solo, en todo, para que fagais e cumplais lo que vos mando, e assi como si yo
lo ficiesse en vida.” Parece que se hubiese fundado un mayorazgo.
Su
sucesor, el de García, fue Juan de Huidobro que casó con Casilda Fernández y
fueron padres de Hortuño Huidobro. Este, Hortuño, se casó con Ana García de
Salazar, de los Salazar de Castilla la Vieja. Según su testamento (Quecedo en
15 de diciembre de 1352) luchó con Alfonso XI en la batalla del Salado (1340).
Tuvo tres hijos: Alonso, que le sucedió; Juan, del que proceden los Huidobro de
Agreda, y García.
Alonso
de Huidobro, señor de la casa y solar de Huidobro de Quecedo, desposó a Elena
Sánchez de Mena, con solar en Dima (Valle de Arratia). Fueron padres de Rugúñez
de Huidobro que casó con María Saiz de Huidobro, hija de Juan Alonso de
Huidobro y nieta de la casa de Huidobro en el valle de Sedaño. La sucesora de
Rugúñez fue María de Huidobro, luego esposa de Rodrigo Alonso de Incinillas.
Será el punto de unión de ambas familias. Son los “culpables” de los primeros
escudos situados en la parte baja de la torre que hemos comentado y los constructores
hasta la altura de las ventanitas del palomar.
María
y Rodrigo criaron a Alonso de Incinillas Huidobro -alias de Valdivielso-,
canónigo y racionero de Zamora, que sucedió a sus padres como hijo mayor y
aumentó el patrimonio de la Casa. Fundará un mayorazgo en su hermano menor Lope
Sáez de Incinillas Huidobro. Juan González de Incinillas Huidobro, hijo segundo
de María y Rodrigo, también fue canónigo de Zamora y, también, dejó hacienda
agregada al mayorazgo y dinero para que se construyera una iglesia junto a la
casa de Huidobro bajo la advocación de la Virgen Santa María que no se edificó,
destinándose el dinero a erigir una capilla en Santa Eulalia, parroquial de
este pueblo, a la advocación de San Juan Bautista. Su patronato estaba ligado
al mayorazgo según las capitulaciones y escritura de dotación fechada en Burgos
el 30 de abril de 1569. Otros hijos de este matrimonio fueron Rodrigo de
Huidobro, que a la edad de 20 años entró religioso franciscano en la ciudad de
Burgos; María Incinillas Huidobro que casó con Pedro Alonso de Toba, de quien
proceden los Valdivielso de Méjico; Eulalia de Incinillas que murió soltera; Estéfana
que casó con Pedro Fernández y tuvo a Juan Fernández de Valdivielso, que pasó
con Juan de Valdivielso, su primo, a la conquista de Nueva España donde le
mataron los indios; y Antonio y Alonso de Valdivielso, clérigos.
Tras
hablar de los Huidobro nos giramos a observar, un poco, a los portadores del
apellido Incinillas. Procedían de Incinillas y, más tarde, pasaron a El Almiñé
donde pusieron su casa solariega. El primero que conocemos es Ruy García de
Incinillas que matrimonió con Urraca Fernández y fueron señores de Quintanilla
de Vildado. Participó Ruy en las guerras de Andalucía, como consta en una
escritura del año 1300 que se halla en el archivo de la Iglesia de Burgos, en
tiempo de Fernando IV y en el sitio de Gibraltar por Alfonso XI. Fueron padres
de Juan Alonso de Incinillas, que heredó la casa; Alonso de Valdivielso que
vivió en Burgos; y Ruy Díaz que pasó a Ávila.
Juan
Alonso de Incinillas, ya pariente mayor, desposó a Elena Ruiz y fue sucedido
por Gonzalo Alonso de Incinillas que fue vecino de El Almiñé, casó con María
Sainz Bustillo y fueron padres de García Alonso de Incinillas. Este muchacho se
unió a Juana de Isla Peña, natural de Quecedo, donde pasó a vivir y fueron
padres de Gonzalo Alonso de Incinillas. Gonzalo se casó con Urraca Alonso de
Incinillas, su prima segunda. Tuvieron a Rodrigo Alonso de Incinillas que les
sucedió; al licenciado Alonso de Incinillas de Valdivielso, canónigo de la
Santa Iglesia de Zamora, donde murió en 1518; al licenciado Juan de Incinillas
de Valdivielso, igualmente canónigo racionero de Zamora; a Pedro de Incinillas,
criado de Juan de Aragón, arzobispo de Zaragoza; a García Alonso de Incinillas
que, casado, vivió en Burgos. Hijo
de este último fue el licenciado Juan Alonso de Valdivielso, racionero de
Zamora por resignación de su tío el licenciado Alonso de Incinillas de Valdivielso.
La importancia de Rodrigo Alonso de Incinillas es que se casó con María de
Huidobro, señora de la casa de Huidobro en el lugar de Quecedo. Y, como ya
hemos comentado arriba, se juntan los dos apellidos en Alonso de Incinillas
Huidobro, canónigo racionero de Zamora y en Lope Sáez de Incinillas, hijo menor
de Rodrigo y de María.
Lope
casó con María Sainz, natural de Quecedo y tuvieron a:
- Alonso
de Incinillas Huidobro.
- María
Sáinz de Incinillas Huidobro, que casó con Juan Zorrilla, señor de la casa y
mayorazgo de Zorrilla en Santa Olalla.
- Isabel
González de Incinillas Huidobro, que casó con el capitán Juan Rueda Velasco,
señor de la casa de El Almiñé.
- Catalina
de Incinillas Huidobro, que casó en Zamora con Juan Vélez.
- Urraca,
que casó con Rodrigo Alonso de Huidobro.
- Ana
González de Incinillas Huidobro, que casó con Alonso de Pereda, vecino de
Quecedo, quienes fundaron la capilla de San Ildefonso en la parroquial de
Quecedo.
- Francisco
de Incinillas que murió en casa de sus padres.
- Lope
Sáez de Incinillas que murió el once de noviembre de 1560.
De
este montón de hijos debemos destacar, y centrarnos, en el primero, Alonso, de
ellos que será el señor de la casa de Huidobro, de Quecedo, y pariente mayor
del linaje de Incinillas. Su esposa fue Urbana Fernández, señora de la casa y mayorazgo
de Fernández del lugar de Quecedo. Este casamiento juntó los tres apellidos y
casas de Incinillas, Huidobro y Fernández.
Heredera
de este “imperio” fue María de Incinillas Huidobro. Por supuesto, después de la
muerte de Alonso de Incinillas que testó el 23 de noviembre de 1538. María se
desposó con Gabriel Varona Saravia, de la casa de Varona del lugar de Arroyo.
Fueron padres del licenciado Andrés Varona.
El
licenciado Andrés Varona Incinillas Huidobro, tras ocupar durante muchos años diversos
puestos de Justicia marchó a Lima donde fue oidor y consultor del Santo Oficio.
Murió el 28 de enero de 1639. Su esposa fue María Saravia de Rueda, hija de
Pedro Saravia de Rueda, de la casa Saravia del lugar de Valhermosa. Fueron
padres de Juan Varona, sucesor, asesinado en Lima la noche del último día de
Navidad del año 1629; a Esteban Varona clérigo comisario del Santo Oficio, que
murió en Quecedo el año de 1640; a Andrés Varona, capitán de caballos en Chile
y gobernador de Asangaro y Asillo que murió en Lima el 6 de mayo de 1644; y a
Luis Varona que heredó el tinglado. El mencionado capitán Andrés Varona que,
antes de pasar al Perú con su padre, había servido en la carrera de los
galeones de Indias dejó mucha hacienda agregada a la casa de Huidobro. Hubo
también cuatro hijas de Andrés y María: María, la mayor, que casó con Juan Díaz
Ortega, señor de la casa de Sotopalacios; Antonia y Urbana. monjas en Santa Clara
de Medina de Pomar; y Josefa, que casó con Juan Varona, su primo segundo.
Luis
Varona Saravia, señor de las casas de Huidobro y Fernández y pariente mayor del
linaje de Incinillas, fue un famoso genealogista, natural de Valderas (León), viajó
al Perú con su padre cursando leyes en la universidad de Lima, fue colegial
mayor en el San Felipe y San Marcos y catedrático de Digesto. Volvió a Castilla
y el Rey le otorgó el Hábito de Alcántara. Fue alcalde de Hijosdalgo de la
Chancillería de Valladolid y, más tarde, su presidente. Se casó con Manuela
Chumacero Sotomayor en 1647, hija de Antonio y de Beatriz de Gamboa. Tuvieron
varios hijos, pero nos centraremos en los supervivientes: Francisca María,
monja en Huelgas; Diego José, su sucesor; Juan Tomas, caballero de Alcántara,
colegial mayor y rector del colegio de San Ildefonso de Alcalá; María Josefa; y
Antonia Manuela.
Diego
José Varona Chumacero, fue caballero de Alcántara, rector de la Universidad de
Oviedo y Gobernador de Gata, y murió en Extremadura en 1687.
Antonia
Manuela Varona Chumacero, -hermana de Diego José- bautizada en la parroquia de
San Benito de Valladolid el 19 de junio de 1665 y muerta intestada en Mérida el
24 de marzo de 1714, se había casado en Madrid el 22 de mayo de 1689 con Juan
Alonso de Vera Alburquerque y Fajardo, séptimo marqués de Espinardo, vizconde
de Monteagudo, señor de las villas de Ceutí, Ontur, Albatana, Mojón Blanco,
etc. En el acta matrimonial figura como señora del mayorazgo y casa fuerte de
Varona en Quecedo, en el valle de Valdivielso (Burgos) por lo que se deduce que
había sucedido a sus hermanos mayores.
Con
todo lo que hemos comentado hasta ahora ya podemos introducir los últimos
escudos que parecía que nos habíamos olvidado. Son los más vistos y están sobre
la puerta de entrada a la casa fuerte. Uno a la derecha y otro a la izquierda. Démonos
cuenta que probablemente sean posteriores al genealogista Luis Varona porque
este no nos habla de su existencia al describir el caserón, y por su labra. En
el lado izquierdo de la fachada de entrada hay un escudo con solo las armas de
los Varona. Está timbrado por un coronel (en general es una corona) y tras el
escudo se perciben las puntas de una cruz de Alcántara. En su campo constan las
cuatro bandas y en la bordura los ocho espejos: Armas de Varona.
El
de la derecha también está timbrado por un coronel (Quizá por el marquesado de Espinardo)
y apoyado -que tiene detrás- en una cruz de Alcántara. El campo del escudo está
cuartelado:
- Primero:
de oro, cuatro bandas de gules. Bordura de gules con ocho espejos de plata
perfilados de oro: Armas de Varona.
- Segundo:
está partido. Su lado derecho tiene dos brazos armados, de plata, movientes del
flanco siniestro, sosteniendo en sus manos una maza de guerra de plata que son
las armas de Chumacero. En la bordura hay ocho elementos no identificados, que
Francisco Oñate asocia con ballestas, y ocho estrellas de ocho puntas, en
posición alterna. El lado izquierdo posee un castillo mazonado, es decir,
destacando las piedras que lo componen.
- El
tercer cuartel está partido y medio cortado. Primero tiene tres hileras de
veros y en la punta ondas de agua (Armas de Saravia). Segundo: de azur, cinco
flores de lis de oro, puestas en aspa. Tercero: de azul, dos ruedas de carro de
oro, puestas una sobre otra. Armas de Rueda.
- El
último cuartel está partido con seis hileras de ¿cruces? A la izquierda y la
alocución “Ave María gracia plena” en posición de bordura.
Bibliografía:
Web
“Castillos del Olvido”.
“Arquitectura
fortificada de la provincia de Burgos”. Inocencio Cadiñanos Bardecí.
“Blasones
y linajes de la provincia de Burgos. Partido Judicial de Villarcayo”. Francisco
Oñate Gómez.
“Apuntes
descriptivos, históricos y arqueológicos de la Merindad de Valdivielso”.
Luciano Huidobro Serna y Julián García Sainz de Baranda.
“El
nobiliario de Luis Varona de Saravia. Un tesoro genealógico del siglo XVII”. David
Huidobro Sanz.