Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


viernes, 31 de julio de 2020

Romería de la Virgen de las Nieves.



Hoy nos acercamos al pueblo de Las Machorras situado en el municipio de Espinosa de los Monteros pero que formaría parte de la zona de los "Cuatro Ríos Pasiegos". Área híbrida entre La Montaña y Las Merindades. Es momento de conocer su famosa romería del cinco de agosto. Una de las celebraciones más antiguas y de mayor contenido folklórico de la provincia de Burgos.

Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves

En su origen, esta festividad reunía ante el santuario a los pasiegos que habían estado dispersos en sus cabañas durante el año, ofrecía una excusa para la contar chismes, negociar y permitir la relación entre los jóvenes. Hoy es otra cosa. Por supuesto, Las Machorras no es un lugar de celebración exclusivo, el 5 de agosto se celebra en numerosas localidades de España, de Italia y de Hispanoamérica.

La advocación de Virgen de las Nieves o Santa María de las Nieves, hace referencia al templo de Santa María la Mayor, situado en una de las colinas de la antigua Roma. Y la denominación "de las Nieves" data desde el siglo IV cuando un matrimonio romano, sin hijos, al que se le atribuía gran caridad y devoción a María rezó para que la Madre de Dios los guiara. La Virgen se les apareció y dijo que allá donde señalara, se le construyese un templo. Así, en la mañana del 5 de agosto de 358, amaneció nevado el monte Esquilino de Roma y el matrimonio lo interpretó como voluntad de la Virgen y así lo hizo saber al Papa.

Entrada del pueblo desde Espinosa de los Monteros

Como en muchos milagros, hay versiones y diferentes grados de participación de sus protagonistas. Así tenemos otra que dice que por la generosidad del matrimonio la Virgen se les apareció la noche del 4 de agosto diciéndoles que construyeran una basílica en el Monte Esquilo (una de las siete colinas de Roma), en el punto que ella señalaría con una nevada. Por supuesto, también se le apareció al Papa Liberio informándole de lo que había pedido a ese matrimonio adinerado -supongo que para que los fiscalizase no fuesen a arrepentirse-. En la mañana siguiente, el 5 de agosto, mientras brillaba el sol, la ciudad quedó sorprendida al ver un terreno nevado en el monte citado. La pareja se acercó al lugar y el Papa Liberio llegó encabezando una procesión. La nieve cubrió exclusivamente el espacio que debía ser utilizado para la basílica y desapareció una vez señalado el lugar.

La obra se concluyó un año después. La pena es que la iglesia desapareció al poco tiempo y fue reconstruida por el Papa Sixto III alrededor del año 434.

Por cierto, en algunos lugares podrán llegar a leer que también en Espinosa de los Monteros nevó un 5 de agosto. Probablemente sea una réplica del milagro original.

El Bobo y uno de los ocho Danzantes.

La Romería de Nuestra Señora de las Nieves comienza en la festividad de Santiago, tras la misa mayor, cuando se presentan los aspirantes al Alcalde pedáneo manifestándole su interés por los puestos. La elección puede ser a dedo, subasta o sorteo que efectúa la Junta Vecinal. Si no hubiera candidatos, el Alcalde los buscará. Una vez elegidos, El Bobo y el Mayoral reclutarán al Rabadán y a los Danzantes, para empezar los ensayos. Trabajarán el baile hasta la víspera de la romería. También buscarán a quienes les compongan los versos, si no lo hacen ellos.

El día 4, en que se celebran las Vísperas, se realiza un ensayo general de las danzas y, usando versos de años anteriores, los Danzantes, Mayoral y Rabadán practican el recitado con la entonación y el ritmo adecuado, ayudándose de la mano derecha los primeros o del ramo apoyado en el suelo los dos últimos. Después del ensayo, se distribuyen los trajes que se guardan en la Casa Concejo. Esa misma tarde, los mozos levantan la “maya” en lo alto de la cual se pone el adorno y la bandera nacional.

Artículo del "Diario de Burgos" (1939)

Los personajes protagonistas son, y han sido siempre, varones: El Bobo, el Mayoral, el Rabadán y ocho Danzantes. Todos ellos, excepto El Bobo y el Mayoral, son niños, aunque antiguamente estos papeles eran desempeñados por mozos.

Describámoslos:

  • El Bobo: Tendrá más de dieciséis años y su tarea es divertir, abrir paso a la procesión, ayudar y animar a los Danzantes y pedir las propinas desde primeras horas de la mañana. Este personaje formaría parte del mundo en que están los Birrias, Zaharrones, Cipotegatos, Guirrios,... Representaría, indistintamente, al demonio o a las fuerzas del mal (entre ellas el Lobo), a las muchas divinidades, a la fortuna… Todos estos personajes citados podrían llegar a tener una raíz prerromana –abusan de los fonemas “rr” y “z”- aunque han evolucionado en su indumentaria y en su actividad.
  • El Mayoral: También mayor de dieciséis años. Es el que enseña y dirige a los danzantes y controla los tiempos del ritual. También se encarga de preparar las varas de avellano, de dos metros de largas, para el baile de “Las varas” o del “Ahorcado”.
  • El Rabadán: Es el más joven de la comitiva de Danzantes, pues tiene seis o siete años. Encabeza una de las filas durante el baile de "El pasacalles” e imita con sus movimientos lo que hace el Mayoral, es como su “alguacilillo”. En sus versos puede decir verdades, con la ingenuidad de los niños. Aunque, como leerán en un artículo de "La estampa" puede que no fuese siempre así.
  • Danzantes: Son ocho. Su edad está entre los doce y los dieciséis años y han de ser hijos del pueblo o que, al menos, uno de sus padres lo haya sido. Para una familia pasiega es un honor estar allí representada por uno de sus hijos. Podrán participar excepto que haya muerto alguien en la familia durante ese año.


En esta farsa El Bobo viste blusa amplia con bolsillo para guardar el dinero y pantalón fruncido por debajo de la rodilla, ambos estampados de flores en dos tonos cuartelados. Cubre la cabeza con gorro cónico y su cara está cubierta con una máscara, ahora de goma, con facciones de viejo. Del cinto le cuelgan cuatro cencerros. Una pierna la tiene descubierta, calzando ese pie con alpargata negra, mientras un calcetín negro cubre la otra pierna calzando ese pie alpargata blanca. En las manos lleva espada de madera y tenazas articuladas rematadas en cuernos de cabra.

Mayoral

Mayoral y Rabadán visten igual: camisa y pantalón blancos con faja roja de paño a la cintura y banda de seda del mismo color cruzando el pecho; en el brazo derecho llevan lazo amarillo y en el izquierdo, lazo rojo. Cubren la cabeza con boina roja. Calzaban alpargatas blancas que han sido sustituidas por calzado deportivo de ese color. Llevan en la mano el ramo: palo pintado en rojo y verde rematado en un ramo de flores artificiales y con dos penachos de cintas también rojas y verdes, uno bajo el ramo y el otro en su parte inferior. Antiguamente, el Rabadán vestía como los Danzantes, llevando como signo distintivo un gorro blanco festoneado.

Los Danzantes visten camisa y enagüillas blancas, con faltriquera de distinto color y dos bandas de seda, una roja a la cintura a modo de faja y otra amarilla cruzada por el pecho; mantienen los mismos lazos en los brazos que el Mayoral y el Rabadán y el mismo calzado. Esos lazos recuerdan a los que se les colocaban a los difuntos en un intento de ralentizar la putrefacción del cadáver. ¿Convertiría eso a estos personajes vestidos de blanco en enlaces con el mundo de los difuntos? ¿en unos psicopombos? Pensemos que el día seis es de recogimiento y recuerdo. Completando su vestimenta diremos que sus boinas son negras y llevan en las manos castañuelas. Antiguamente también realizaban el baile del paloteo.

Rabadán del año 2019

El Mayoral con el Rabadán y los Danzantes, al son de la dulzaina y del tambor, bailan las siguientes piezas:

  • El pasacalles: Bailan en dos filas formando, a veces, al cruzarse, una sola y cambiando de puesto en ellas con rítmicos saltitos.
  • El ahorcado: Esta danza la bailan llevando cada danzante una vara con la que trenzan figuras simbólicas que marcan con el ritmo de El Pasacalles. En una de las evoluciones saltan sobre la vara y, después, bailando en rueda, las van colocando alrededor del cuello del Mayoral, lo que explica el nombre de esta danza. Una danza similar y del mismo nombre, pero efectuada con espadas tiene lugar en Obejo (Córdoba) en la romería de San Benito; Atienza la considera derivada, al igual que otras vascas, de la fiestas romanas Mamuralia, que se celebraban en Roma el 14 y 15 de marzo.
  • El caracol: Llevan los danzantes un par de palos cada uno y lo bailan a lo llano, haciendo movimientos que imitan la busca del caracol. También se ha interpretado como representación de tareas agrícolas o de acciones guerreras. Sin perder el ritmo de la danza juegan chocando los palos con los que llevan el compás, y terminan dando todos ellos una rápida vuelta marcada con un fuerte golpe en el tambor. No la verán, ya no se ejecuta.


Los actos del día 5 empiezan temprano, cuando el Bobo sale a la carretera que da acceso al pueblo desde Espinosa de los Monteros y detiene a todos los vehículos, para hacer la cuestación, con la amenaza de espada y tenazas. Antiguamente, desde el alba, iban todos por las cabañas pasiegas recordando la fiesta y recogiendo la propina.

Entrada del pueblo con el "Maya" al fondo
 y los danzantes en posición

En torno a las 10:30 horas el Bobo se reúne con los Danzantes –que todavía no danzan- y oyen en el templo la Santa Misa, dirigida especialmente a ellos. El Bobo entra con caperuza y máscara, aunque al dirigirse hacia su sitio en la primera fila se echa la caperuza hacia atrás, manteniendo la máscara. Terminada la eucaristía, El Bobo vuelve a pedir a la entrada del pueblo, mientras los Danzantes, el Rabadán y el Mayoral –que los dirige- quedan en la carretera, bailando de forma intermitente “El pasacalles”, al ritmo de las castañuelas.






Algunas evoluciones de "El Pasacalles".

Hacia las 12:00 horas se espera la llegada de las autoridades, de la pedanía y de Espinosa de los Monteros hasta donde se encuentran los Danzantes. Se reúnen con El Bobo y todos, al son de la música y del sonido de las castañuelas, se dirigen a la iglesia. Allí, toda la comitiva se arrodilla ante el altar mayor, formando un semicírculo, en cuyo centro está El Bobo, y en ambos extremos el Mayoral y el Rabadán. Estos, levantando sus varas, y los danzantes con siete toques de castañuela, invitan a la Virgen a salir en procesión. La invitación la repetirán tres veces.


Después abandonan el templo tocando sus castañuelas sin dar la espalda al altar mayor y se inicia la procesión encabezada por El Bobo, sin máscara, que abre paso a la comitiva valiéndose más de la espada que de las tenazas. Le sigue la cruz procesional del Santo Cristo, un gran pendón con dos vientos, los Danzantes, descubiertos y bailando siempre de cara a la Virgen, los músicos, la Virgen sobre andas, las autoridades y el pueblo en general. El recorrido es pequeño, llegando hasta la explanada, denominada “El campo de las Nieves” en la que se desarrollarán más tarde los actos finales y profanos de la celebración.


Escenas de la Procesión.

Tras el regreso a la iglesia se celebra la Misa institucional a la que ya no asisten nuestros protagonistas, que aprovechan para hidratarse, descansar en el porche de la iglesia, repasar los versos que han de recitar e, incluso, para realizar una prueba de sonido rápida en la explanada -que agradece el público que permanece sentada desde alguna hora antes por mor de obtener un buen lugar para la representación-.

Cuando salen las autoridades por la puerta de la Iglesia, comienza nuevamente la música y el baile que llevará a los Danzantes hasta "El Campo de Las Nieves". Fíjense que van sin Pendones, sin curas vestidos con trajes de celebrar, ni estatua de la Virgen. Estamos en una celebración diferente, profana, irreverente y carnavalesca.


Comienza la actuación con la interpretación del Baile del “Ahorcado”. A continuación es interpretado “El pasacalles”, que se viene repitiendo machaconamente a lo largo de la mañana; con el Mayoral y el Rabadán encabezando las dos filas, hacen cruces, vueltas, paradas y empieces, siempre al ritmo que marca el ramo del Mayoral, hasta que en un momento dado los Danzantes les dan la espalda y empiezan a obedecer la dirección que les marca El Bobo; tendrá que recuperar su puesto el Mayoral avanzando por el centro y sorteando los cruces de los Danzantes.



Al llegar al frente y delante de las autoridades, detiene la música y, previo permiso que el Alcalde concede al Mayoral, éste pronuncia su discurso, ayudado por el movimiento rítmico de su ramo, en el que habla de la leyenda de la Virgen de las Nieves. Al dirigirse a Nuestra Señora, el Mayoral, haciendo un gran alarde de energía, se vuelve y mira hacia el Santuario, motivo por el cual se le deja de oír por la megafonía, para hacerlo únicamente de viva voz, lo mismo ocurre al final, cuando habla a los danzantes alentándoles a pedir propinas entre la concurrencia si echan bien el verso:


Para empezar mi discurso
pido permiso al Alcalde,
señores y autoridades
y a todo el que aquí se halle

Con el transcurso del tiempo
desaparecen los seres,
y Tú siempre estás igual,
Virgen santa de las Nieves.

El mayor de tus milagros
fue tu santa aparición
el día cinco de agosto
con un sol abrasador.

Que dejaste las señales
en el monte el Esquilino,
danto tu nombre a un templo
en memoria de tu Hijo...

El Mayoral declamando.

Luego sigue con la relación con Santa María la Mayor de Roma, la fidelidad de los pasiegos hacia su Virgen, el patronazgo que ejerce sobre Las Machorras, cómo hace prosperar sus pastos... Terminará su discurso con la siguiente copla:

“Virgen Santa de las Nieves,
Reina y Madre soberana,
te venimos a cantar
los hijos de estas montañas”.

Suenan dos acordes de “El pasacalles” y, a continuación, los Danzantes comienzan el recital de los llamados “versos pasiegos”, una docena de “completas”, de carácter jocoso-satírico, realizadas por distintas personas. Cada uno lo hace con la boina quitada y ayudado rítmicamente por un movimiento del brazo derecho de adelante hacia atrás; termina con un giro sobre sí mismo, siendo felicitado por El Bobo que les coge en brazos; después, al son de la música y danzando, ocupa el último lugar de la fila. Y así hasta que todos recitan su parte. La temática es divertida y hace siempre referencia a situaciones chocantes que han sucedido en la localidad durante todo el año, teniendo algunas de ellas carácter reivindicativo y crítica social.


Posteriormente interviene el Rabadán. Al margen de cuál sea el contenido del cuerpo central de su verso, este destaca la juventud del chico y termina metiéndose con El Bobo:

Yo por ser el más pequeño
me han puesto de Rabadán (…)

Terminado su discurso el Rabadán buscará a El Bobo para golpearle con su vara. Recordad que es el único que puede pegarle. Suenan de nuevo los acordes de “El pasacalles” y se retiran de forma definitiva los Danzantes, el Mayoral y el Rabadán, que ahora serán espectadores de la actuación de El Bobo.


Se coloca un dujo -colmena hecha de un tronco- en la explanada. Se acerca El Bobo hacia él y lo mueve sin levantarlo del suelo, con cautela. Todos están expectantes por saber qué animal contendrá este año. ¿Un conejo? ¿Un gato? ¿Un jabato? ¿Palomas? Se sabrá en cuanto lo levante El Bobo.

Una vez pasado este momento de expectación, El Bobo se sube al dujo o colmeno y empieza su declamación satírica. Generalmente es un mensaje centrado en el mundo próximo lo que hace que una parte se pierda para el extraño. Es el verso más largo y en donde se percibe ironía, tristeza, burla, desesperación... Dicen que refleja el alma del pasiego burgalés.

En el discurso de El Bobo destacaríamos dos aspectos: no solo hace de bobo sino que es bobo; y porque es bobo dirá la verdad. Igual que un niño. E igual que ellos posee inocencia y falta de prejuicios. Pero, por encima de todo, el Bobo es soltero y se compadece de ello; y habla, por supuesto, de la ganadería y su vida… de soltero y ganadero.



Artículo de "La Estampa" donde nos presentan
un Rabadán diferente y parece no constar el
Mayoral


A estas alturas de la celebración ya se habrán percatado del soniquete con el trabajan: la Completa. Esta viene a ser una cuarteta de octosílabos con rima asonante, 2-4, y en ocasiones 1-3, que a veces pueden ser consonantes, aunque no siempre porque lo que tienen que decir es más importante que la rima. Además, cualquier desajuste se encuentra protegido por la entonación. Por ello, lo importante es escucharlos y no leerlos.

Por otra parte, su estructura, en términos generales, es siempre la misma: se inicia con una breve presentación del sujeto que la recita, se continúa con un comentario jocoso de hechos diversos y se finaliza con una despedida en la que se incluye una a modo de moraleja o remate del comentario sobre el que ha versado la copla.


Contaba el “diario de Burgos” del diez de agosto de 1982 que “A continuación comida campestre, ver paisajes y soltar la “tela” a los danzantes que van con sus danzas de “mesa en mesa” para ver cómo se “explican” los turistas”. Y, es que, las cuestaciones que hace El Bobo son continuas. Danzantes y Rabadán sólo hacen cuestación tras su actuación, entre la gente que se reúne para comer.

Y, por la tarde, una verbena.

El día 6, “La Nieves Chiquitas”, la celebración religiosa está dedicada a los difuntos y tiene carácter íntimo.

Antonio Montesino González opina que los Danzantes son un grupo de iguales, con un elemento integrador -el Mayoral- y uno desintegrador -El Bobo-. La entrada en el grupo de Danzantes significaría para cada uno de ellos un rito de iniciación a la pubertad social, lo que les confiere un nuevo status y el desempeño de nuevos roles. De ello se encarga el Mayoral que les enseña a superar ciertas pruebas: resistencia física, pericia, disciplina, coordinación y sociabilidad.

Esto lo consigue en tres fases: la “preliminar”, por la que se separa de la familia y es entregado al Mayoral para que le eduque en la danza; la “liminar”, donde aprende disciplina y obediencia a los mozos viejos; y la “postliminar” o de agregación a la sociedad con un nuevo status.


La función de los versos pasiegos sería la de suavizar las tensiones ocurridas durante el año mediante la trivialización. A través de ellos, se ponen de relieve los valores que regulan y conforman las relaciones sociales pasiegas. Es una catarsis colectiva, bastante atemperada en los últimos tiempos.

¿Qué significado tiene la fiesta? Bueno, sabemos que, oficialmente, es en honor a la Virgen de las Nieves y que El Bobo es lo negativo y el Rabadán el Bien. Por eso aquel es golpeado por este. Lo mismo ocurre con los demás Birrias, Cachibirrias, Zarrones, Zangarrones... que siempre acompañan a los Danzantes en festividades de carácter religioso.

Pero las interpretaciones son más amplias y, acaso, más sutiles. En algunos lugares se les asocia a la ganadería: el Mayoral sería el pastor, el Rabadán su perro, los ocho danzantes serían las ovejas y El Bobo un lobo, una alimaña. También cuenta Mauricio de Grado que el Bobo viste con “campanos” y lleva espada y tenazas, porque hubo en la comarca un lobo que diezmaba las reses. Entonces un pasiego se puso “campanos” para atraerlo a un atajo y allí con tenazas y espada lo mató. Hoy representa, según creencia popular, al pastor que cuida de las ovejas, que son los Danzantes. Vale, son contradictorias.


La Iglesia presentó a El Bobo, para hacer más festiva la celebración, como un diablo cristiano que tiene que aparecer para intentar entorpecer los actos que se hacen en honor de la divinidad o de un santo. Este personaje, en principio sólo tendría dos funciones: entorpecer a los Danzantes y espantar a los críos que siguen a las procesiones. Sin embargo, estos personajes que suelen aparecer durante el siglo XVII, salvo alguna excepción como los Zarrones de Almazán, que son posteriores, han sufrido una evolución y representan funciones diversas, como es la de ayudar a los Danzantes o la de saltar por encima de los recién nacidos. ¿Recogió o cristianizó la Iglesia un personaje tradicional de las sociedades rurales que ya existía o lo creó ella?

Las funciones de El Bobo, aparentemente, están muy alejadas de ese representación de lo negativo, aunque sí quede un rastro de ello escondido en los golpes simbólicos que el Rabadán, el David pasiego, le da. La comunidad queda libre del mal.


Excepto este detalle, por el resto de sus acciones, El Bobo es un ser benefactor para la comunidad, los divierte, pone orden y los purifica mediante la lectura de sus “completas”. Volveríamos a ese ser prerromano, en el que se encarna el espíritu de los antepasados, intermedio entre los dioses y los hombres, que viene a pasar revista a la fidelidad o no de la herencia que dejaron, trayendo beneficios o castigos en función de ello, al tiempo que purifica el lugar con el sonido de sus cencerros.

Para rematar, ¿Se han fijado en una cosita? ¿Se han dado cuenta de que en la celebración de la explanada no está la Iglesia como institución? Sí, ya sé lo que me dirán: que hay una mención del Mayoral a la Virgen de las Nieves y a los Papas. Y pueden llegar a aparecer menciones a los curas en los versos de los participantes.

El Clero, que históricamente ha tratado de "despaganizar" las fiestas y adueñarse de ellas en tanto como ha podido, frecuentemente ha menospreciado la demostración folklórica y cultural de la Romería de Las Nieves y de los pasiegos, no sabiendo encajar la parte secundaria que le ha correspondido ni las críticas satíricas.


De esta forma, la voz popular se escucha, burlando la continua represión a la que es sometida para tratar en “voz alta” determinados temas. Por eso, y quizás por más cosas, en algunas ocasiones el clero ha utilizado la ausencia como defensa, pero con o sin él, parece que la Romería se ha realizado con pocas variaciones.


Bibliografía:

“Romería al Santuario de la Virgen de las Nieves: Sus danzas, sus personajes, en las Machorras, tierra de Pasiegos (Burgos)”. Jaime L. Valdivielso Arce.
"Danzas típicas burgalesas". Justo del Río.
Periódico “Diario de Burgos”.
“Mascaradas de Castilla y León”. Bernardo Calvo Brioso.
“Romería Virgen de la Nieves”. Ignacio Ortiz Marcide.
“Pasiegos de burgos, una población por descubrir”. Mª Yolanda Carballera Cotillas.
“Pasiegos de Las Machorras. Ritual festivo de la Romería de Las Nieves”. Mauricio de Grado.
Revista “La Estampa”.

miércoles, 15 de julio de 2020

Concejero. Bucolismo escondido en Mena.



Permítanme un “concejo”… –si es posible una broma tan manida- vayan a este rincón del Valle de Mena lleno de vistas pastoriles que fotografiar. Consta de tres barrios: Allende el río, La Ribera y Concejero. Cuenta Concejero con dos torres (torre del marqués de San Isidro y torre de doña María) declaradas Bien de Interés Cultural pero que no están inventariadas arqueológicamente.


¿Desde cuándo pudo haber una población donde actualmente se asiente Concejero? Aunque su rastro documental surge en el “Becerro de Behetrías” se podría llegar a asegurar que este pequeño entorno estuvo habitado desde tiempo inmemorial… o, si lo prefieren, probablemente desde el siglo VIII. Por su advocación. Y eso.

Y, ¿Qué nos contaba el Becerro de Concejero? Bueno, lo primero es que lo llama Honzejero. Nos dice que “Este logar es de muchos e ha y un solar el abbat de Oña Et otro el abbat de sant johan. Et otro Pedro Fernández de Velasco” además de los hijosdalgos que vivían en la población. Se pagaba al rey monedas, servicios y martiniega en conjunto con los de Hoz por un importe de 24 maravedís y tres cuarterones de pan. Más aún, “dan al abbat de Oña cinco quartas de pan e a la orden del dicho vallejo (la Orden de San Juan en la encomienda de Vallejo) que ha dos quartas de pan medio trigo e medio cebada e a pedro Fernández del dicho su solar un almud e seys quartas de pan medio trigo e medio cebada e seis mrs en dineros”. Fernando Pérez de Ayala tenía el solar que perteneció a Garci Laso de la Vega, solar que pagaba dos almudes de trigo y medio de cebada.


Uno de sus barrios, el de La Ribera, figura en la descripción del camino que lleva a Hoz y en el que lleva a Taranco de Suso. Era el año de 1429. Será en 1471 cuando destaque Concejero al ser el lugar del reconocimiento de obligaciones por parte de vecinos de Vivanco, Ordejón, Barrasa y Taranco con respecto a solares con infurción (un impuesto) de la casa de Caniego en varios pueblos de la zona. Esta recaudación pasaba de la familia de la Vega –la cual había recuperado los bienes al finalizar la Guerra Civil Castellana de mediados del siglo XIV- a las de los Velasco que se la cedieron al hospital de la Vera Cruz de Medina de Pomar.

Así, se documenta en 1523 como un lugar en el apeo de los bienes de ese hospital de la Vera Cruz, que también tenía propiedades en: Caniego, Covides, Anzo, Villamil de Mena, Nava, Partearroyo, Ordejón, Taranco, Barrasa, Vivanco, Arceo y Panizares.


El apeo de los bienes de la diócesis de Burgos, en 1515, nos dice que Santa Eugenia era la titular parroquial y patrimonial y que el cura tenía que ser del pueblo de Concejero. En 1707 la visita diocesana nos confirma que esta es la advocación de su templo parroquial. En 1591 Concejero tenía 24 vecinos, 21 de los cuales eran hidalgos, 2 pecheros y un clérigo.

Y llegamos al 18 de mayo de 1752. ¿Qué ocurrió ese día? Pues que se reunió Gregorio Marcos Vallejo, como representante regio, con Marcos de la Torre y Manuel Gil que representaban al ayuntamiento de Concejero. Además estuvieron Julián del Valle y Juan Ángel Sánchez del Valle, José de Palacios y Francisco Taranco en función de peritos. Estaban a completar el catastro del Marqués de la Ensenada. Por supuesto no se perdió el sarao Bartolomé Ruiz Gómez que era el cura beneficiado de la localidad.

Vistas de la zona de la Torre del Marqués y de doña María.

Constataron que Concejero era de realengo y que por diversos impuestos pagaban 202 reales y que de su tramitación se encargaba el ayuntamiento general del Valle de Mena. Evidentemente había más desembolsos pero vamos a hablar de otros aspectos que nos trae el catastro más allá de eso, tributar, que tan bien conocemos nosotros. La tierra, dicen los locales, era de secano y no había pastizales. Rotaban trigo, maíz, trigo y descanso. Sembraban legumbres, también. Tenían manzanos, perales, nogales, castaños y cerezos entre otros.

Ciertamente, el río del lugar, el Hijuela, no abunda en agua y así lo reconocían en el catastro pero nos puntualizaban que el concejo tenía un molino de una rueda que molía tres meses al año y producía cincuenta reales. Eran escasos también en colmenas teniendo solo tres que pertenecían a Juan Ángel Sánchez del Valle siendo valoradas en dos reales.

En el pueblo había seis bueyes de labranza, cuarenta ovejas, veinte cerdos, dos mulas de Juan del Valle y otra de José de Palacios. ¿Mucho? ¿Poco? Bueno, el número de vecinos era de trece y tres viudas viviendo todos en diecinueve casas. Para su ocio y relación solo tenía la iglesia ya que no constaba taberna ni mesón alguno. Bueno, sí, tenían una panadería para transeúntes. Ningún servicio más.


Digamos que era una vida austera pero lejos de ser pobre. A no ser que mintiesen a los recaudadores de impuestos pues no tenía otra finalidad el catastro. El diccionario Miñano de 1825 nos da más pinceladas sobre la vida de los habitantes de este pueblo. Indicaba que había veintitrés vecinos que se traducían en 102 habitantes.

Lo que no nos cuenta Miñano –quizá porque entonces no era interesante- era que en su testamento, otorgado el 14 de julio de 1806, Joaquín Sánchez del Valle (¿les suena el apellido?), vecino de Concejero, y que murió el 8 de abril de 1807 instituyó en el pueblo una Preceptoría mandando que “...el Preceptor que fuese elegido y nombrado y posesionado en el Magisterio deberá enseñar con el mejor método la Gramática y Retórica Latina, Ortografía Latina y Castellana de balde y sin interés alguno a todos los vecinos, hijos habitantes y moradores de este Noble Valle de Mena, que quieren concurrir a su aula”.

Y tampoco comentó nada sobre la iniciativa de Petronila Romillo Sánchez del Valle que pagó para la construcción de una escuela para niñas. Era sobrina de Joaquín Sánchez del Valle. Ella también lo dispuso en su testamento otorgado el 17 de mayo de 1819. El deseo de Petronila era que el capital que donaba fuera para que “...haya una maestra que enseñe a las niñas a leer, escribir y coser y hacer medias”.

Iglesia y edificio de la escuela de niñas de Petronila

La escuela de Petronila se encontraba junto a la iglesia parroquial de Concejero. Este templo tiene un ábside rectangular con una portada de arco de medio punto con dovelas pequeñas en pórtico abierto. Tiene otra puerta en desuso bajo la espadaña, también de arco de medio punto, más noble. La espadaña es de sillería, de dos cuerpos, con tres huecos y dos campanillos.

Tanto Miñano como Madoz nos recuerdan que el Valle de Mena corresponde al obispado de Santander. Nos comenta este que está bien ventilado y que su clima es sano y las enfermedades comunes son constipados y afecciones de pecho. “Tiene 20 casas y una pequeña de concejo divididas en 3 barrios llamados Concejero, la Ribera y Allende el Río. La iglesia estaba bajo la advocación de Sta. Eugenia, servida por un beneficiado patrimonial, una ermita en el pueblo y otra en el límite jurisdiccional con Campillo y Burceña, dedicadas a Nuestra Señora del Rosario y Nuestra Señora de los Prados. Además, Constaba la advocación de Santa Olaya que podría estar indicando el recuerdo de una población. Ya consta el cementerio y comenta que hay dos buenas fuentes. Comenta que el terreno es bueno para el trigo. “Tiene un monte al N. de la pobl. y otro al O. poblados de encinas, y lo baña el mencionado río Hijuela, sobre el cual hay 2 puentes, uno de piedra y otro de madera. Los caminos son de pueblo á pueblo”. Producción: trigo, maíz, patatas, nueces, uvas, peras, cerezas y manzanas. Había ganado lanar, vacuno y de cerda y los vecinos cazaban perdices y liebres, y pescaban truchas y anguilas. Finaliza diciendo que vivían solo 38 personas en el pueblo. Una cifra demasiada baja si la comparamos con la centena de veinticinco años antes. ¿Emigración? ¿Mintieron para proteger a sus quintos?


¡¿Mentir a la administración?! Pues… sí. Porque el Anuario Riera, en 1881, nos da la cifra de 110 habitantes. La tasa de crecimiento o de inmigración era multiplicar por tres el número de residentes. Cerca de ser imposible, digo. Se fija en que los niños asistían a las escuelas municipales y, remata, dejándolo por escrito, que “ninguna importancia ofrecen los treinta y tres edificios de que consta”.

Hombre, los editores no se acercaban a los pueblos para confirmar los datos que imprimían pero en este lugar hay, al menos, dos casonas dignas de ser vistas.


Una de ellas es el Palacio de Francisco Fernando de Sojo, un edificio de Crisante y Novales que es un ejemplo característico de casona norteña muy vinculada, como no podía ser de otra forma, a los edificios cántabros y vascos de la misma tipología. Su arquitectura dieciochesca (1773) muestra una fachada principal compuesta de un modo simétrico y en la que el pórtico, con una triple arcada de medio punto, es un elemento sustancial. Parece que al edificio principal se le añadió uno secundarlo para el área de cocina y servicios, quedando en el otro las salas y alcobas de los señores de la casa. En su planta baja se situaban las cuadras, bajando de modo vertical desde el desván, donde se almacenaban el cebo para el ganado, el “pajero” conducto que llegaba a ellos y que servía para enviar el alimento.


Su estructura, de madera, está realizada en vigas y soportes de madera de haya y roble, destacando las tarimas de tablones de castaño de más de cuatro metros de largo. Al edificio se agrega una finca concebida como solaz y explotación agropecuaria.


La otra casona que destaca en la parte principal del pueblo está próxima a la ermita de Nuestra Señora del Rosario. Francisco Oñate supone que es la "Casa de los Alemanes" comprada por Heilige Franz Lotze, catedrático de Geología en la Universidad de Münster (Alemania), hacia el año 1930. En uno de sus muros se acomoda un escudo de armas, de sencillo diseño y timbrado por un casco. En su campo: De azur, una torre de plata, con dos leones, de oro, empinados a sus muros: Armas de “De la Torre”. 


En los protocolos notariales consta Carlos de la Torre, hijo de Juan de la Torre y de Clara de Mena y nieto de Sebastián de la Torre y de María de Vivanco, y por la línea materna, de Martín de Mena y de María Romillo. Este Carlos se casó, en primeras nupcias, con Francisca de Ruigómez y tuvieron a Antonia, Juana y Eufemia, de las que únicamente sobrevivió Juana. De un segundo matrimonio con María Gómez, natural de Sopeñano, nacieron Francisco, Manuel, María y Victoria.


Y, ya que estamos entre escudos, avancemos un poco más hasta la ermita de Nuestra Señora del Rosario. Se levante en el siglo XVII. Está edificado con sillarejo y piedra sillar. En su muro meridional tiene la puerta con arco dovelado y sobre ella hay un escudo de armas protegido por un largo guardapolvo. Su forma es de cartela y está pendiente de una falsa argolla. En su campo figura una cruz de Santiago, en abismo, surmontada por ambos lados, de una venera y una flor de lis, en palo, y entre ellas una venera mayor, en jefe. En la parte inferior, también a ambos lados de la cruz, una panela y una venera, alternas y en palo, y otra venera en la punta. 


El origen de este escudo podría esclarecerse si nos atenemos al siguiente protocolo: "En el lugar de Entrambasaguas de este Valle Real de Mena a diez días del mes de Agosto de mil setecientos y tres, ante mí el escribano público infrascrito, pareció presente don Francisco de Entrambasaguas y del Valle, vecino de dicho lugar y patrono de las buenas memorias y obras pías que dotó y fundó en la ermita de Nuestra Señora del Rosario del lugar de Concejero, de este dicho Valle, don Diego López del Valle, religioso de la Orden de Santiago, difunto, para estudiar   estudiantes y casar huérfanas de su tronco y linaje, y por serlo en grado conocido con el fundador y haberlo cobrado Ana, y María de Monasterio, naturales que son del lugar de Irús de este dicho Valle...". El citado Diego López del Valle dejó, a cada uno de los patronos, doscientos ducados en censos para atender a las citadas obras pías. Como vemos, en cuanto dejabas a uno de Concejero testar… te destinaba dinero a la educación.


Y, por seguir hablando de casas, debemos dar a conocer las que se llamaron casas de “la prueba” que tenían el privilegio reconocido en las ordenanzas de poder sacar del monte de Ordunte la madera y leña que necesitasen. Además, el derecho a llevar allí su ganado, excepto las yeguas, y de levantar cabaña donde quisieren. Debían cumplir dos condiciones: que los dueños de las casas viviesen constantemente en ellas y que pagasen a la hermandad un celemín de la medida vieja cada año. Cuando se escribieron las “Ordenanzas de la Ordunte” había diez y seis casas de la Prueba y una de ellas estaba en Concejero.

En esta población –siguiendo en ese año 1892- había dos “Arcas de Misericordia” que estaban destinadas a entregas a los vecinos grano en caso de necesidad.

Si lo pensamos bien, solo con los habitantes de estas casonas sería suficiente para completar los 28 residentes que nos decía el “Indicador general de la industria y el comercio de Burgos (1894)”. ¿Debo creerle cuando me dice que Domingo López Pereda me vendía licores y vinos en el pueblo? ¡¿A quién se los vendía?!

Casa del Alemán

Más aún, en 1901 sabemos los nombres de los profesores de la escuela de este pueblo. Había dos, maestro y maestra. De ello deduzco que el número de niños y de familias debían ser algo más que 28 personas. Se llamaban Jerónimo Ruiz y Emilia Angulo que seguían en 1911. En 1933 estaba como maestro Hermógenes Mardones Robledo que tras la guerra se vio obligado a pasar por un expediente de depuración. También impartía clases nocturnas para adultos. En 1902 el cura era Ignacio Alonso y 1904 Luis Riera Vega. Poco a poco vamos enterándonos de más negocios de la población: en 1906, Zacarías Presillas tenía una expendeduría de tabacos y una tienda de alimentación y licores que llevaba años compitiendo con la de Domingo. En 1908 nos dicen que hay 31 habitantes y todos esos negocios. Aún más, Domingo López se anima a dar comidas en su mesón.

Dejando aparte la cifra de habitantes vemos que en 1909, y al menos hasta 1911, el párroco es Julio Velasco.

Para 1950 Concejero tenía 113 vecinos de hecho que se distribuían en 26 viviendas. La guía diocesana de la provincia eclesiástica de Santander dice que en el año 2000, junto a Hoz y Taranco, tenía 69 empadronados. En 2019 había 20 empadronados.



Bibliografía:

“Amo a mi pueblo”. Emiliano Nebreda Perdiguero.
“Las Merindades de Burgos: Un análisis jurisdiccional y socioeconómico desde la Antigüedad a la Edad Media”. María del Carmen Sonsoles Arribas Magro
“Becerro de Behetrías”.
“Burgos edificado”. José Luis García Grinda.
“Noticia del noble y Real Valle de Mena”. Anónimo.
“Censo de población de España en 1877 y 1897”
“Censo de población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla en el siglo XVI”
“Nomenclátor de las ciudades, villas, lugares, aldeas y demás entidades de población de España. (1950).
“Diccionario Geográfico, estadístico e Histórico de España y sus posesiones e ultramar”. Pascual Madoz.
Diccionario geográfico, estadístico, histórico, biográfico, postal, municipal, militar, marítimo y eclesiástico de España y sus posesiones de ultramar” por Pablo Riera Sans.
“Diccionario geográfico - estadístico de España y Portugal”. Sebastián Miñano
“Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración”.
“Anuario riera. Guía práctica de industria y comercio de España”.
“Indicador general de la industria y el comercio de Burgos (1894)”.
“El Valle de Manzanedo. El Valle de mena” de la colección “Historia de Las Merindades de Buros”. María del Carmen Arribas Magro.
Catastro del Marqués de la Ensenada.
“Blasones y linajes de la provincia de Burgos. V Partido Judicial de Villarcayo”. Francisco Oñate Gómez.
“La enseñanza en el Valle de Mena. Una singularidad desde el siglo XVIII hasta nuestros días”. Armando Robredo Cerro.
Instituto Nacional de Estadística.