Para
todos aquellos que tienen más de treinta años e iban de copas por la calle
Mayor de Medina de Pomar el nombre con el que hemos titulado les traerán gratos
y, seguramente, etílicos recuerdos. Pero que esa peligrosa -por
distorsionadora- nostalgia no nos haga olvidar que el local estaba ajado, las
columnas de hierro recrecidas gracias a las superpuestas capas de pintura y el
baño -¡aquél baño!- era minúsculo, alojado en la zona de la muralla y con un
retrete turco. Sin olvidarnos de sus mesas cuadradas, de madera, forradas en
pana o sus mesas bajas sobre estructura de forja con mármol que algunos decían
que procedía de lápidas. Probablemente esos eran lectores de “La Colmena” de
Camilo José Cela. O, don Camilo, pudo haber escuchado esta historia de Medina
de Pomar. ¡Todo es posible!
Nos
gustaba entrar allí cuando nuestra cuadrilla aterrizaba en Medina de Pomar y
lograr sentarnos en alguna de sus múltiples mesas cargadas de tiempo era ya un
triunfo. Su arquitectura racionalista con aires neoclásicos tenía vistas a la
vega, al Trueba y a los avances carlistas de las guerras del siglo XIX. Mucha
historia envejecida. Sobre todo, para un café que, en sus orígenes, era
frecuentado por liberales de la ciudad de Medina de Pomar. Liberales o
libertinos porque, al parecer, se contrataban bailarinas o vedettes de los
tiempos anteriores a la guerra civil de 1936 a 1939. Ojo, no piensen en un
concurso de camisetas mojadas sino en algo parecido a cantantes de cuplé o
conciertos en vivo. De hecho, los muy viejos del lugar recuerdan espectáculos de magia y de
ventriloquia. Fue muy recordada la presencia del mago italiano Ranieri Bustelli
(1898-1974), entre muchos otros espectáculos.
Ranieri Bustelli
Esta
historia la comenzamos de manos de Nicolás y Domitila que regentaban un negocio
de calzado, ultramarinos y coloniales en el número 28 de la calle Mayor, en un
local de su propiedad. Al parecer, también fabricaban y vendían chocolates. Se
llamaba, en 1917, "La Fidelidad". En su entrada estaba este cartel: “Tengo
un niño chiquitín que se llama Nicolás. Si le quieres conocer, sube arriba y le
verás. No dejéis de visitarme, medineses. Os aprecio. Junto al Arco de la
Cadena he establecido el comercio”. Cuando Nicolás Fernández falleció,
Domitila casará con Juan Gutiérrez, de San Roque de Rio Miera, que figura en
1923 como titular del comercio y también como representante cajero de la
sucursal de la Caja de Ahorros Municipal de Bilbao en Medina de Pomar, que se
estableció en 1921. Conoceremos este nuevo comercio bajo el nombre de “El río
de la Plata”. La propiedad del local actualmente corresponde a los
descendientes de Nicolás Fernández, padre e hijo, los hermanos María de la Gloria,
Alberto Enrique y Juan Carlos Fernández.
El
cambio de tipo de negocio vendrá cuando, hacia 1926, Patricio del Cerro
abandonó el bar “La Unión”, que albergaba el Casino de Medina. La razón era la
reforma emprendida en la zona desapareciendo una construcción en la actual
Plaza del Carmen, una calleja y se amplió el edificio propiedad de Diego García
Ortega con los soportales y los nuevos frentes del inmueble. Pero esa no era la
preocupación de Patricio que venteaba crear un nuevo negocio junto al Arco de
la Cadena. Negoció el local que había albergado el comercio de coloniales “El
Río de la Plata" y abrió el “Café bar Del Cerro”. Y, si se han dado
cuenta, tendríamos que estar hablando del “Café Universal” y no del “Café bar del
Cerro”, ¿cómo es eso? La transición entre ambos nombres se produce porque, al
de poco tiempo, Patricio se replanteó la operación al cerrar el comercio de
tejidos de "Las tres BBB" (ya saben, por eso de bueno, bonito,
barato) del navarro de Elizondo Bonfilio Gonzálo Corcuera situado en la antigua
Plaza de Juan Francisco Bustamante número cuatro… en los soportales frente al
Ayuntamiento, cruzando la calle Mayor. Si no la sitúan es la actual Plaza
Mayor. Una localización mucho más atractiva en aquellos locos años 20, al menos
para servir a los munícipes.
Aquí
insertaremos, para aclarar la curiosa carambola de la creación del “Café bar
Universal”, una versión medinesa de “Romeo y Julieta”. El citado Bonfilio,
hombre soltero, tenía ya abierta su tienda de tejidos en 1923 y competía con
las tiendas de Ruiz-Cuevas, Miguel García y Peñita. Nada fuera de lo normal
hasta que, en 1928, se casó con Natividad García, hija de Miguel García, su competidor.
Se incorporó Bonfilio al comercio de los García, más adelante conocido como
Galerías Gonzalo. Decidió, entonces, cerrar su tienda (“Las tres BBB”) y
alquilar el inmueble. Claro que, en el contrato de arrendamiento dejó prohibida
cualquier actividad relacionada con la venta de textiles. Precavido, ¿Verdad?
Es
decir, Patricio del Cerro abrió el bar café pero no duró más allá de un año y
pico. Se trasladará al local propiedad de la familia Guinea -donde “las tres
BBB”-bajo los soportales y se llevará allá el nombre y el valor comercial del
“Café del Cerro”. Dejará a Eliseo Rasines el bar montado junto al Arco de la
Cadena y al que su nuevo gestor llamará de una forma presente en lugares como
Burgos -quizá conoció este-, Santo Domingo de la Calzada, León o Ampuero: “Café
Universal” o “Café Universal Rasines”.
Eliseo
Rasines, conocido como "El Turista", abrió el “Café Universal” en el
año 1928 y permanecerá en su familia gracias al esfuerzo de su viuda Carmen y
su hijo Antonio Rasines -Toñín o Tarzán- dado que otro hijo de la pareja
falleció joven. Toñín Rasines nació en 1938 y no llegó a conocer a su padre por
lo que la gestión del negocio fue asumida por Carmen inicialmente y más
adelante por él hasta el año 2005. Aunque la página web del Ateneo señala su
cierre en 2011.
En
su publicidad de octubre de 1929 el “Café Universal” decía: “(…) Servicio
esmerado. Tueste diario. Surtido inmenso en Champagnes. Vinos Finos, Jarabes y
Licores (...)". Importante darse a conocer porque junto al “Café
Quintana” y el “Café del Cerro” -el nuevo- formaban los mejores locales de la
medina de la segunda república española.
Diario de Burgos
El
tiempo irá transformando las “vedetes” y “varietés” en tertulia, billar, fútbol (Peña del Real Burgos), ajedrez y partidas
de brisca. Y Toñín, cuando le apetecía, servirá a las cuadrillas de medineses y
de foráneos. ¡¿Qué se puede decir de este atípico camarero aparte de que abría
cuando quería?! Cuentan que, de joven, tenía buena planta y de siempre fue
conocida su afición al ejercicio físico dejándose ver por los montes, caminos y
carreteras de Medina de Pomar sin olvidar sus baños invernales diarios en el río
Trueba. Otra faceta que recuerdan los medineses era su participación en las
procesiones de la Semana Santa en el papel de Jesucristo con la cruz a cuestas.
En
abril de 2017 el local resurge como la “Asociación Cultural Ateneo Café
Universal” integrada por personas interesadas en la recuperación del Casco
Histórico de la ciudad, el arte y la cultural. Trabajaron en la puesta al día
del viejo café sacrificando su vetusta barra en busca de espacio y
accesibilidad y destacando las desiguales columnas de hierro interiores que
fueron cepilladas y pintadas mediante poliuretano con polvo de grafito. Y no se
olvidaron de las columnas de forja de la fachada y la estética de la entrada; y
se colocaron ventanas de rotura térmica y de seguridad.
Bibliografía:
Periódico
“Diario de Burgos”.
Periódico
“La Rioja”.
“Fuimos.
Una crónica del comercio local”. Jesús Oleaga.
Página
web de “Ateneo Café Universal”.