Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


domingo, 30 de abril de 2023

Un palacio sobre un puente.

 
Nos trasladamos a uno de los pueblos más sorprendentes de España, y por ello, de Castilla. Vamos a Puentedey donde está el Palacio fortificado de los Brizuela. O de los Porras, o Porres. Lo más probable es que esté edificado en la zona donde debió haber un castro prerromano. Pero de esto no tienen la culpa sus constructores ni sus sucesivos habitantes ni es el tema de esta entrada. De otras cosas como la presencia de balcones, sí. Pero ya no los encontrarán.

Puentedey a finales de la década de 1970
 
El edificio consta de dos torres rectangulares unidas por un cuerpo más estrecho y bajo que, como otros en Las Merindades, recuerda la disposición del alcázar de los Velasco en Medina de Pomar. Fue construido mediante mampostería de piedra caliza y arenisca trabada con mortero de cal y con sillares en los vanos. Las torres son de planta rectangular con cuatro niveles, presentan vanos rectangulares y numerosas reformas -buenas y malas- en sus muros. Amén de dos escudos. La fachada central está al este situándose en la torre sur una ventana bordeada con bajo relieve de flores y otra prácticamente idéntica en la otra torre. Está coronada por un escudo y presenta cornisa sobre el escudo y, bajo la ventana, decorada con rosetas. Resulta llamativo el distinto grado de deterioro de las piedras que componen los vanos frente a las de las paredes. En el cuerpo central, de tres alturas, se debió situar el salón del palacio. Tenemos almenas bien orientadas, pero bajo los aleros que reducen su aspecto militar a mero elemento decorativo. En su tiempo tuvimos un balcón retranqueado en la última planta de la torre sur que transformaba la misma en un remedo de casa montañesa. El tejado de las torres a cuatro aguas. Tengamos en cuenta que este edificio ha sido totalmente restaurado y no sabemos hasta qué punto fidedignamente a sus orígenes o, por contra, cercanamente a una visión fantástica del renacimiento dadas las fotografías que tenemos anteriores a su nueva y pulcra imagen.

 
Los vanos nos hablan de su construcción renacentista al tener las características generales de este estilo. Claro que, podría ser, que lo único que nos dicen esas ventanas es que hubo una reforma del inmueble en ese periodo artístico. Lo decimos porque el Inventario arqueológico lo fecha en la Baja Edad Media. En la reconstrucción actual, la puerta de ingreso desde la calle principal tiene forma apuntada con altas dovelas a base de excelente sillería, puerta de madera reforzada con grandes clavos de hierro, y dos saeteras horizontales adaptadas para el uso de armas de fuego a "matarrasa".

 
Hemos señalado que en las torres hay sendos escudos coincidentes grabados en grandes piedras y protegidos por guardapolvos con pomas. El campo de este escudo es partido:
 
  • Primer cuartel: Un haz, (¿trigo? ¿Cebada?), puesto en posición de barra, acompañado por dos aspas, y surmontado por tres fajas: Armas de Brizuela.
  • Segundo cuartel: Tres fajas de veros, y en punta ondas de agua: Armas de Saravia.
 
Y, es que, en la Baja Edad Media es cuando se producen las luchas banderizas a lo largo y ancho de Las Merindades entre los Velasco y los Salazar que, hacia finales del siglo XIV, firmarán la paz -o la victoria del clan Velasco-. El cartel explicativo del caserón comenta que: “Así el apellido Brizuela, acabó del lado de los Velasco, se les concedió la jurisdicción de Puentedei, se alzaban de su compañía y eran cada vez más conocidos en la Corte Imperial”.

 
Claro que este texto no casa bien con la versión que cuenta que los Porras, Pedro Gómez de Porras “El Viejo” (S. XIV), poseían casa en Puentedey y ciertos bienes que pasaron a las hijas de su segunda esposa, Teresa de torres. Una de ellas, Teresa de Porras Torres, se casó con Juan Fernández de Brizuela, con lo que la torre de Puentedey llegó a los Brizuela a través de este matrimonio. El primogénito de ambos, Alonso Fernández de Brizuela, ya natural de Puentedey, desposó a María Isla y fueron a vivir a Berlanga de Duero, ejerciendo allí de alcaide de su fortaleza y curador -algo parecido a un tutor- de María de Tovar, mujer de Íñigo Fernández de Velasco, condestable de Castilla. Fueron, Alonso y María, padres de Francisco, García, Melchor e Iñigo de Brizuela, que probaron su hidalguía ante la Real Chancillería de Valladolid en 1573.

 
Por el expediente número 1.256 para el ingreso en la Orden de Santiago de Iñigo de Brizuela, Ubierna, Arteaga y Vallejo, natural de Miranda de Ebro, sabemos de la vida y milagros de algún Brizuela.

 
Francisco de Brizuela e Isla, Contador del Condestable de Castilla Pedro Fernández de Velasco “el Viejo", poseía el solar natal de los Brizuela en Puentedey, la casa con dos torres grandes de cantería a sus lados que edificó en estilo renacentista a finales del siglo XV. Lo sabemos porque está recogido entre la documentación del Real Consejo de las ordenes nobiliarias españolas, al uno de julio de 1609. Matrimonió en Berlanga con Ana de Saravia, hija de Hernando de Saravia y de María Zumel. Aquí tenemos el segundo apellido del escudo del caserón. Tuvieron por hijos a Iñigo de Brizuela y Saravia, abuelo del pretendiente reflejado en el expediente 1.256; Melchor (nacido en 1523) que fue caballero de la Orden de Santiago, marido de Mariana de Cárdenas y que tuvieron varios hijos; y a Pedro que casó con María de Tresala, con sucesión.

 
El Rey Felipe II encargó a Melchor de Brizuela Saravia la educación y servidumbre del príncipe Felipe y la Infanta Isabel. Para ello, le otorgó la responsabilidad de ser capitán de su guardia personal. Su hijo Francisco de Brizuela Cárdenas fue Alcaide de Madrid (1625-1630), y Gobernador de Aranjuez. Consiguió el hábito de Caballero de la Orden de Santiago el 21 de abril de 1610.

 
La sepultura del Contador Francisco de Brizuela se encontraba en la Colegial de Berlanga de Duero, capilla de San Andrés, construida por su descendiente el obispo de Segovia Iñigo de Brizuela y llevaba una inscripción que decía: “Aquí yacen los muy Magníficos Señores Francisco de Brizuela, Señor de la casa y solar de Puentedey y doña Ana de Saravia, su mujer, falleció él en Berlanga año de cincuenta y un año y la Señora Ana de Saravia año de 56”.
 
Íñigo de Brizuela Saravia, familiar del Santo Tribunal de la Inquisición, natural de Berlanga, casó con María de Arteaga, hija de Domingo de Arteaga, secretario del Tribunal de la Inquisición de Cuenca, en cuya ciudad nació María. Dos de los hijos de este matrimonio fueron Francisco e Íñigo de Brizuela de Arteaga.

 
Francisco de Brizuela de Arteaga fue caballero de la Orden de Santiago, natural de Berlanga, casado con Juana de Urbina y Vallejo, de Miranda de Ebro. Son los padres del pretendiente Iñigo de Brizuela Ubierna Arteaga y Vallejo. Ese del expediente 1.256. Este Íñigo era fraile dominico, Maestro en su Orden y Vicario General en los Estados de Flandes. Siendo confesor del Archiduque Alberto, en 1596, no quiso aceptar el arzobispado de Cambray. A la muerte del Archiduque le confirieron el obispado de Segovia (1622) y la Presidencia del Consejo de Flandes, y conservó ésta renunciando el obispado. Falleció en Madrid el 16 de enero de 1629, siendo sepultado en el convento de San Esteban de Salamanca.

 
Nos falta comentar el escudo situado a la izquierda de este caserón que porta cinco flores de lis, puestas en sotuer: son las armas heráldicas de los Porras o Porres. Lógico.
 
Debemos terminar indicando que, por su posesión, según Inocencio Cadiñanos, hubo numerosos pleitos en el siglo XVIII.
 
 
 
Bibliografía:
 
“Los alfoces de Arreba, de Bricia y de Santa Gadea. Los valles de Bezana y de Zamanzas”. María del Carmen Arribas Magro.
“Blasones y linajes de la provincia de Burgos. V. Partido Judicial de Villarcayo”. Francisco Oñate Gómez.
“Amo a mi pueblo”. Emiliano Nebreda Perdiguero.
Web “Castillos del Olvido”.
Web “Asociación española de amigos de los castillos”.
“Los Porras originarios de Valdeporres. (I) Casa de Virtus y Cidad. Línea troncal (desde su origen)”. Francisco Javier Polanco Muñoz.
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, tenga usted buena educación. Los comentarios irrespetuosos o insultantes serán eliminados.