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domingo, 7 de abril de 2024

Gregorio, el desconocido laureado menés.

 
 
Hoy intentaremos conocer algo de la vida de Gregorio Conde y Ortiz de Taranco que nació en Villasana de Mena en 1792. Nada hay publicado sobre su infancia ni su familia, pero debieron tener “posibles” porque el muchacho seguía estudiando con dieciséis años. Es entonces, diciembre de 1808, cuando abandona sus estudios de tercer año de Filosofía para ingresar como soldado distinguido en el Batallón de Estudiantes de la Real Universidad de Toledo. Por tanto, debemos suponer que estaba estudiando en esa ciudad. ¿No les decía que era una familia con posibles económicos?

Villasana de Mena
 
El Batallón fue creado por profesores de esa universidad en agosto de 1808. Inicialmente fueron seiscientos hombres distribuidos en cuatro compañías con oficiales y suboficiales profesionales extraídos del ejército. Al batallón podían incorporarse alumnos y profesores. Los alumnos gozarían de beneficios académicos que incluían ser aprobados por el tiempo que debieran destinar a la Milicia Nacional junto al Batallón. En la retirada a Sevilla de la Junta Suprema Central y Gubernativa del Reino, el batallón de voluntarios les escoltó llegando a esa ciudad hacia el 17 de diciembre. Dicha junta se formó en septiembre de 1808 en Aranjuez y fue un órgano que ejerció los poderes ejecutivo y legislativo durante la ocupación napoleónica de España. Lo componían representantes de las juntas que se habían formado en las provincias españolas. De Sevilla partiría a la Real Isla de León en enero de 1810.
 
Este batallón de Toledo fue el embrión de la Academia Militar de Sevilla. Para que comprendamos la calidad de los integrantes de la unidad de Gregorio estaba el futuro Regente de España durante la minoría de edad de Isabel II y líder del Partido Progresista Baldomero Espartero.


Conde y Ortiz de Taranco fue ascendido a sargento segundo en 1809. El avance francés empujó al Ejército de Extremadura -donde estaba integrado el Batallón de Estudiantes de la Real Universidad de Toledo- a la isla de León. Será el momento en que nuestro menés fuese transferido al Regimiento de África. En 1810 asciende a subteniente. El 5 de marzo de 1811 tomó parte en la batalla de Chiclana y, a continuación, en la defensa de la isla de León, en la expedición y desembarco en Almería, en el ataque a la Venta del Baúl (Granada) y, en el mes de diciembre, en el sitio y fractura de la línea de Valencia formando su unidad parte del segundo ejército de la derecha español. Su suerte se terminará en enero de 1812 cuando capituló la ciudad ante el mariscal francés Suchet y a Gregorio lo trasladaron a un campo de prisioneros en Francia.
 
El avance de los reinos coaligados hacia Francia y el derrumbe del estado napoleónico permitió a Gregorio fugarse en febrero de 1814 y unirse al ejército aliado ruso. A su regreso a España se reincorporó al ejército con el empleo de subteniente de su antiguo Regimiento de África. Entre octubre de 1816 y junio de 1820 defendió la plaza de Ceuta. De ahí pasó a la Península al Regimiento Provisional de la Princesa. En 1823, a las órdenes del mariscal de campo Juan Downie Forrester -un escocés que vino con Wellington y que fue ascendido por Fernando VII- Gregorio defendió, en Sevilla, las vidas de la Familia Real frente al gobierno del “Trienio Liberal”. Fue apresado en el Real Alcázar; se fugó; y participó, el 13 de junio, en el levantamiento de Sevilla en apoyo del Rey y contra el régimen constitucional. Formó parte de la turba del día 16 en el ataque del puente de Triana contra las tropas del liberal general López Baños.

 
Y tras analizar estos años de la vida de Gregorio y rastrear la prensa nos encontramos a un Gregorio Conde que, en 1821, firma un documento a favor del gobierno como miembro del Regimiento de África. Tras las firmas de muchos militares el texto terminaba: “Lagrimas de ternura derramamos al ver el puro y desinteresado patriotismo de todos los ciudadanos militares; ¡facción liberticida confúndete en el polvo, ó huye de un suelo en donde no se oye más grito que el de constitución ó muerte!” ¿Seguía en el regimiento de África y no en el de la Princesa? ¿Mutó de constitucionalista a absolutista en tres años? ¿Era un militar acomodaticio? ¿Había varios Gregorios Conde?
 
Lo digo porque en Jimena de la Frontera (Cádiz) hubo un levantamiento liberal el uno de agosto de 1824. Conde y Ortiz de Taranco, al mando de seis hombres, arrolló a los antifernandinos y los dispersó. ¿Fue recompensado? ¡Claro! Obtuvo la Cruz de San Fernando de primera clase. Un año más tarde le sería permutada por la Cruz de segunda clase laureada. En diciembre de ese año ingresó en el tercer Regimiento de Granaderos de la Guardia Real de Infantería con el empleo de capitán. Una carrera meteórica a la sombra del poder de la década ominosa.
 
Tras la muerte de Fernando VII, y a pesar de su perfil absolutista, como otros muchos militares se mantuvo fiel a la reina regente y luchó contra los carlistas en la guerra de 1833 a 1840. No sé si se mantendría en el último regimiento mencionado por tres razones: no parece probable que la Guardia Real fuese al frente de guerra; la regente y sus cortesanos mantendrían alejado de ciertos puestos a un “persa”; y le situamos en la retirada de Hernani a San Sebastián, el 13 de mayo de 1835, cuando se le concedió el empleo de primer comandante y la Cruz de segunda clase, laureada, que le sería concedida por Real Orden de 30 de diciembre de 1844, una vez superado el obligado juicio contradictorio. Vemos un Gregorio Conde combatiendo en territorio foral contra los carlistas en la zona de Arroyabe el 31 de agosto de 1836. El texto da a entender que estaría encuadrado en una de las siguientes unidades: regimiento de infantería de San Fernando, el tercero ligero y el de la Reina.

 
Siendo primer comandante graduado de coronel y estando en situación de retirado en Madrid, por Real Orden de 17 de marzo de 1845, se le concedió una pensión de 10.000 reales anuales por estar en posesión de dos Cruces laureadas. Tendría, entonces, unos 53 años. Siguiendo el rastro de la prensa nos encontramos un militar homónimo que cobra del Tesoro Público de Madrid por los servicios prestados en la fecha de 1856. En este caso, de ser nuestro hombre, tendría 64 años de edad que no resultaría extraña.
 
No hemos encontrado la fecha de su muerte ni su estado civil ni si tuvo descendencia.
 
 
 
 
 
Bibliografía:
 
Real academia de la Historia.
Diario Oficial de Avisos de Madrid.
Periódico “El español”.
Periódico “El eco del comercio”.
Periódico “El espectador”.
Gaceta de Madrid.
 
 
 

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