Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


domingo, 12 de enero de 2025

Rozas: Casa de La Revilla, su iglesia y su palacio.

  
El poblado de Rozas surge del monasterio de San Juan de Porres. Este centro religioso aparece por primera vez el 2 de enero de 1133 cuando el rey Alfonso VII lo dona al monasterio de Oña. Esa donación identifica el lugar al hacerlo limítrofe con el río Engaña, e incluso hacer referencia al barrio de Río, conocido después como Río Arriba. En 1209 se cita entre las iglesias monasteriales propiedad de Oña y hacía las veces de parroquia en el lugar de Rozas, consecuencia de la organización del sistema parroquial en el obispado de Burgos a finales del siglo XII. Escribían: “in loco, que dicitur las Rogas”. En 1271 el monasterio de San Juan de Porres se arrienda a Juan, hijo de Juan del Campo, como explotación agropecuaria.
 
El monasterio de San Juan tuvo que ser una productiva explotación en la Edad Media, puesto que vemos, en 1317, a Lope Diaz de Haro -alférez del rey y señor de Vizcaya- interceder para que Oña cediese la renta a su repostero Juan Pérez de Tudela. La renta ascendía a 50 almudes de pan mediado puestos en Medina de Pomar, Durante treinta años. Oña cedía la renta, y lo indica en el documento, por los muchos favores que López de Haro les había hecho y les hacía, y por guardar y amparar Cigüenza y al propio monasterio de San Juan de Porres. En los meses de abril y mayo de ese mismo 1317, Lope García hijo de Pero Gómez de Porres, recibe de Oña una tierra en San Juan de Porres alrededor de la iglesia de San Juan, a excepción de la era de delante de la iglesia y un prado sobre ella, a cambio de cuatro parcelas y un prado. Aparece como testigo del acto “Garçia, fi de Garçi Aluarez de la uilla de Sant Yuannez”.

 
Este monasterio y todo lo que tenía anejo, como su antigua torre, fue entregado por Oña en 1339 a la mujer de Sancho Sánchez de Velasco, Sancha, a cambio de la casa fuerte de Cascajo, Cigüenza, Bárcina, La Aldea del Portillo del Busto y Zangández. Consta un poder en Medina de Pomar a favor de Fenán Sanchez de Velasco fechado en 1345 que, con autorización del rey Alfonso XI, se certificaba ese trueque. Así es cómo los Velasco se hacen con sus primeras posesiones en Valdeporres. En el Becerro de Behetrías, en 1350, el lugar todavía se llamaba Sant Yuannez de Porres. Era de behetría y de un monasterio (el monasterio del mismo nombre), a los que se añadían los solares que tenían Pedro Fernández de Velasco y Pedro González de Porres. Pagaban al rey moneda, servicios y martiniega que llevaba el prestamero de los Velasco. Los solares de behetría pagaban por la protección un almud de pan mediado los que tenían dos bueyes y el resto nada. El monasterio llevaba los diezmos del lugar y dos almudes de pan del solar que había poblado y seis maravedís. Los solares de señorío pagaban infurción. Vemos, por tanto, que este Monasterio se incorporó a la Casa solariega de los Velasco, con su iglesia parroquial. Los ya Señores de La Revilla cobraban los diezmos, y nombraban a los párrocos y curas beneficiados.
 
Los fundadores de la Casa de La Revilla fueron Sancho Sánchez de Velasco, nieto de Fernán, y su esposa María Estíbaliz de Butrón, Señora de los Palacios de Valmaseda. Este Sancho fue hijo de Pedro Fernández de Velasco, camarero mayor de los Reyes Enrique II (1334-1379) y Juan I (1358-1390), Caballero de Santiago y Merino Mayor de Castilla que falleció en el cerco de Lisboa. Sancho recibió de su padre Pedro, y con la cesión de su hermano mayor Juan, Señor de Medina de Pomar, la Casa de La Revilla en Valdeporres. Con esto tenemos al primer señor de La Revilla desde el 14 de septiembre de 1401. Estará titulado como Señor de San Julián, del Monasterio de San Juan de Porres, y Casas de San Llorente. Caballero de Santiago. Sancho, construye el palacio y la iglesia de La Revilla, y se establece junto con su mujer en Valdeporres. Fue enterrado en la iglesia de Rozas con el siguiente epitafio:
 
“Aquí yace Sancho Sánchez de Velasco, hijo del famoso caballero Pedro Fernández de Velasco, que acabó sobre el cerco de Lisboa, siendo Camarero mayor del Rey D. Juan I. Fue casado con doña María Estíbaliz de Butrón, hija de Gonzalo Gómez de Butrón. Murió el año 1433, siendo de la Orden de Santiago”.

Iglesia de la Casa de La Revilla (1973-1980)
 
A continuación, les damos la relación de señores de La Revilla existentes:
 
  • Fernán Sánchez de Velasco: II Señor de La Revilla, Señor de los Palacios de Valmaseda, primer heredero del Mayorazgo de La Revilla, según escritura firmada en Valmaseda, en 1449, y confirmado por el Rey Juan II en Palencia, el 21 de febrero de 1452. Caballero de Santiago. Desposó a Teresa de Guzmán. Falleció en 1481. Estuvo a punto de ser conde porque el Título de “Conde de La Revilla”, fue creado por los Reyes Católicos en octubre de 1481 en Fernán pero falleció antes de que se le expidiese el privilegio. Una penita. Fue enterrado en la iglesia del palacio con el siguiente epitafio: “Aquí yace Fernán Sánchez de Velasco, hijo de Sancho Sánchez de Velasco, y su mujer doña Teresa de Guzmán, hija de D. Luis de Guzmán, Maestre de Calatrava. Murió el año 1481, siendo de la Orden de Santiago”. Fernán construye el cercado de piedra de sillería que delimitará el recinto de la Casa. Por otro lado, establece la iglesia de La Revilla como lugar de enterramiento de los Señores. En total se llegarán a enterrar seis de ellos, desde el I Señor hasta el VIII, ya que los Señores VI y VII se enterraron en diferente lugar.
  • Gonzalo de Velasco: III Señor de La Revilla. Caballero de Santiago (1474). Casó con Leonor de Bustamante y, muerta esta, con Catalina de Cartagena. Falleció en 1507. Además, gozó de dos amantes, Elvira de Pedriza y Juana de la Puente, y la segunda le dio un hijo póstumo llamado Juan de Velasco, Capitán General de la Armada y Flota de Indias del Rey Felipe II. Su epitafio en la iglesia de Rozas fue: “Aquí yace Gonzalo de Velasco, hijo de Fernán Sánchez de Velasco, y su mujer, doña Leonor de Bustamante, hija de Alonso Fernández de Bustamante, Señor de este Solar. Murió el año 1502, siendo de la Orden de Santiago”.
  • Pedro de Velasco: IV Señor de La Revilla, de San Julián, de los Palacios de Valmaseda, y I Señor de Rozas. Continuo de la Casa de los Reyes Católicos, Juana I, y Carlos I, entre otros cargos. Era hijo de Leonor y casó con Isabel de la Costana. En su tumba de la iglesia de Rozas decía: “Aquí yace Pedro de Velasco, hijo de Gonzalo de Velasco, y su mujer, doña Isabel de la Costana, hija de Francisco de la Costana, Señor de este Solar y apellido. Murió el año 1548, siendo de la Orden de Santiago y Comendador de Biedma”. Juan, el bastardo que era el hermano del IV Señor de La Revilla, aportará su patrimonio en la comarca de La Bureba para el engrandecimiento de la Casa de La Revilla. ¿Por qué? La nieta de Juan y su heredera, Ana de Velasco, se casaría, en 1609, con Pedro de Velasco, II Conde de La Revilla. Como parte de este patrimonio se integraría el Barrio de Díaz Ruiz, dónde está el panteón de los Condes de La Revilla.
  • Alonso de Velasco: V Señor de La Revilla. Continuo de la Casa del Emperador Carlos V, Corregidor de Trujillo y Gobernador en Badajoz. Comendador de Montánchez en la Orden de Santiago (1535). Casó con Francisca Hurtado de Mendoza, hija de Lope Hurtado de Mendoza, Señor de la Bujada, del Consejo de Carlos V, y su Embajador en Roma y Portugal. Lo decimos para dejar constancia de lo bien relacionada que estaba la Casa de La Revilla. Su epitafio en Rozas decía: “Aquí yace D. Alonso de Velasco, hijo de Pedro de Velasco, y su mujer, doña Francisca Hurtado de Mendoza, hija de Lope Hurtado de Mendoza. Murió el año 1542, siendo Caballero de la Orden Militar de Santiago”.
  • Fernando de Velasco: VI Señor de La Revilla. Caballero de Santiago. Maestre de Campo General. Capitán de las Guardias Españolas en Flandes, dónde murió en 1567. Casado con María de Porres. Su hijo, Juan de Velasco, VII Señor de La Revilla, Caballero de Santiago, murió en Flandes en 1585 sin sucesión masculina.
  • Pedro de Velasco y Hurtado de Mendoza: VIII Señor de La Revilla y hermano del VI señor. Se casó con Juana Salinas y, después, con Isabel de Landa. Falleció en 1598. Y en su tumba de la iglesia de Rozas constaba: “Aquí yace el muy ilustre caballero llamado D. Pedro de Velasco, hijo de D. Alonso de Velasco y de doña Francisca Hurtado de Mendoza, patrón de esta Iglesia y Señor de la Casa de La Revilla y palacios de Valmaseda, Comendador de Extremera de la Orden del Apóstol Santiago, del Consejo de Guerra y Capitán de las Guardias españolas”. Será el último Señor de La Revilla en ser enterrado en la Iglesia de Rozas.
  • Alonso de Velasco y Salinas: IX Señor de La Revilla. Nació en las Casas de San Llorente de Losa del mayorazgo de La Revilla, donde residían sus padres en 1558. Murió en Madrid en Julio de 1620 y fue enterrado definitivamente en la iglesia de San Salvador del Barrio de Díaz Ruiz, panteón de los Condes de La Revilla. Entró al servicio del Rey Felipe II en 1572 como paje siendo después gentilhombre de Cámara y miembro del Consejo Real. Alcanzó el grado de General de Galeras y Felipe II le nombró Veedor General del Reino de Portugal (1586) y de los Ejércitos y Armadas Españolas (1589). Desposó, en 1576, a su prima Casilda -señora de Ungo- siendo padres de Pedro (el heredero), Alonso Baltasar y Juana. En 1602, el Rey le nombró Capitán General del Mar Océano. Durante los últimos años del siglo XVI tuvo mucha relación con Francisco de Sandoval y Rojas, quién sería Duque de Lerma y gran valido caído del Rey Felipe III. Alonso fue enviado junto a su primo el Condestable a la firma del Tratado de Londres de agosto de 1604 por el que se lograba la paz con Inglaterra. Alonso fue nombrado Embajador ante laCorte de Jaime I Estuardo y Jacobo VI de Escocia, en 1608, permaneció en Inglaterra hasta octubre de 1613. De regreso a España, con 55 años y un delicado estado de salud, hizo cesión de sus mayorazgos y posesiones a su hijo Pedro, que había casado con su prima Ana María de Velasco y Velasco, hija de su hermana Ana. A partir de entonces su vida pública consistió en llevar la Casa del Duque Filiberto de Saboya, sobrino carnal de Felipe III. Fue el primer Conde de La Revilla, concedido por Felipe III, el 29 de enero de 1619. Y, Alonso, estableció la divisa familiar: “Ave María veritas vincit”. A partir de 1620, los Condes de La Revilla no vivirán en Valdeporres, dejando la Casa de La Revilla en manos de su Administrador.
 
La relación de los Condes hasta la actualidad es la siguiente:
 
  • Pedro Fernández de Velasco y Velasco: II conde de La Revilla. Corregidor y Justicia Mayor de Toledo. Comendador en la Orden de Santiago. Capitán de la Guardia Española del Rey y de sus Consejos de Estado y Guerra. Casado con su prima Ana María de Velasco y Velasco en el año 1609, hija de Rodrigo de Velasco y Rada, Tesorero del Nuevo Reino de Galicia entre otros cargos. Pedro falleció en 1636. Tuvieron los siguientes hijos: Alonso, Juan Antonio, José, Jerónimo, Teresa y Clara Jacinta.
  • Alonso Fernández de Velasco y Velasco. III Conde de La Revilla. Alcalde y Justicia Mayor de la Villa de Madrid. Comendador en la Orden de Santiago y en la Orden de Alcántara. Mayordomo Mayor del Infante Cardenal Fernando de Austria, Gentilhombre de Cámara del Rey Felipe IV. Capitán principal de la compañía de hombres y armas de las Guardas viejas de Castilla. Casó, sucesivamente, con Nicolasa de Mendoza y Manrique de Cárdenas, en 1632, fallecida en el año 1649 y con María Enríquez Sarmiento, viuda del Condestable de Castilla, Bernardino Fernández de Velasco. Falleció en 1672. Hijos: Antonio y Alonso Manuel.
  • Antonio Fernández de Velasco Mendoza: IV Conde de La Revilla. Duque de Nájera y de Maqueda. Marqués de Cañete, de Elche, de Belmonte. Conde de Treviño y de Valencia de Don Juan. Casó dos veces la primera con Isabel de Carvajal, Marquesa viuda de Jódar y la segunda, en 1668, con Micaela de Tejada y Borja, de quien sigue la línea. Falleció en 1676. Hijos: Francisco Miguel que fallecido soltero en 1678; Manuel Fernández de Velasco, otro solterón; Teresa, sin hijos; y Nicolasa.
  • Nicolasa Fernández de Velasco Tejada: VI Condesa de La Revilla y demás. Casada con Beltrán de Guevara, hijo de los Condes de Oñate, Grandes de España. Falleció en 1709.
  • Ana Manrique de Guevara y Velasco: Hija de la anterior y VII Condesa de La Revilla, etc. Se casó tres veces: en 1713 con Pedro de Zúñiga, Marqués de Aguilafuente; en 1721 con José Osorio de Moscoso; y en 1726 con Gaspar de Portocarrero, Conde de Palma del Río, Marqués de Almenara, y de Montes Claros, Grande de España. Con este último tuvo a Joaquín de Portocarrero.
  • Joaquín de Portocarrero y Manrique de Guevara: VIII Conde de La Revilla. Falleció niño en 1731. Con esto se agotaba la línea que hemos estado siguiendo y debemos retroceder para buscar al nuevo ganador de los títulos.
Iglesia de San Salvador en Barrio de Diaz Ruiz 
(Foto de Pedro Lozano Huerta) 
 
Pero no fue sencillo. Con la muerte de Joaquín los parientes interesados pleitearon por el dominio de los estados de la Casa de La Revilla. Al final, fueron repartidos: los estados de Nájera fueron a la Casa del Duque de Arcos y de Maqueda, por los apellidos Ponce de León y Cárdenas. Los de Cañete fueron a la Casa de Los Marqueses de Fuente el Sol, por el apellido Bracamonte. El estado de Palma del Río, a la Casa del Duque de Híjar por el apellido Portocarrero, hoy en la Casa de Alba, y los Estados de La Revilla, continuaron por el apellido Velasco en la misma Casa, uniéndose al marquesado de Serdañola. El conde de Murillo, pleiteó por ciertos estados del Condado de La Revilla en Valmaseda, provenientes del mayorazgo de María Estibaliz de Butrón. El pleito duró cuarenta y cuatro años y terminó con un reparto de los bienes. A pesar de ello, Valmaseda continuó siendo un gran feudo de la Casa de La Revilla.

 
La rama que seguirá será la de Juan Antonio Fernández de Velasco, el segundo hijo del II Conde de La Revilla y, por ello, hermano del III Conde. Exactamente en Juan Antonio -casado con María Reguer y Margarit-, padre de María Fernández de Velasco y Reguer:
 
  • María Fernández de Velasco y Reguer: IX Condesa de La Revilla. Se casó en 1686 con José de Marimón y Corbera, II Marqués de Serdañola. Falleció en 1732. Fue madre de Juan Antonio.
  • Juan Antonio de Marimón Fernández de Velasco: X Conde de La Revilla. III Marqués de Serdañola. Superintendente de la Real Fábrica de Galeras de Barcelona. Protector Presidente del Real Cuerpo de la Nobleza de Cataluña. Casó en 1733 con Josefa Boil de Arenós Figuerola, Marquesa de Boil, Baronesa de Náquera y de Borriol, G. de E. Falleció en 1756. Tuvieron a José Antonio, Félix, María, Raimunda, Antonia, Juan, Felipe, Cayetano, Miguel y Pedro.
  • José Antonio de Marimón Boil de Arenos: XI Conde de La Revilla, IV Marqués de Serdañola y demás. Se casó en 1771, con Josefa Rabasa de Perellós y Lanuza. Falleció en 1793. Hijos: José que falleció sin descendencia, Juan María, María Josefa, Cayetano y Francisco de Paula.
  • Juan María de Marimón Rabasa de Perellos: XIII Conde de La Revilla. Casó en 1818 con María Dolores Queri y Peñafiel. Falleció en 1838. Tuvieron dos hijas: Dolores y Carmen. Juan María introdujo en las armas familiares el manto de armiño concedido por la Reina María Cristina, ratificado a su viuda en 1860 y a todos sus descendientes.
  • Dolores de Marimón y Queri: XIV Condesa de La Revilla. Grande de España. Casó en 1841 con José Francisco de Arróspide y Chascó, coronel de Caballería del Regimiento de Borbón, nieto del Síndico General del Señorío de Vizcaya y alcalde por el Estado Noble en Guernica, Ventura de Arróspide y Zamacona. Falleció en 1865. Dejaron en este mundo a José María Francisco de Paula y Francisco de Paula José María -son dos- al cual su hermano le cederá algunos títulos nobiliarios.
  • José María de Arrospide Marimón: XV Conde de La Revilla. Gentilhombre de Cámara de Isabel II y de Alfonso XII. Gran Cruz de Carlos III. Caballero de la Orden de Santiago. Maestrante de Zaragoza. Doctor en Derecho. Diputado a Cortes. Casó en 1867 con Isabel Álvarez de Villamañán y Montes, Duquesa de Castro-Enríquez, Marquesa de Valderas, Grande de España. Falleció en 1893.
  • El título lo recoge su hijo José María de Arróspide y Álvarez de Villamañán, Caballero de la orden de Santiago, Maestrante de Zaragoza. Gentilhombre de Cámara con ejercicio y servidumbre de Alfonso XIII. Senador por derecho propio. Casado en 1900, con su prima Dolores de Arróspide y Ruiz del Burgo, hija de los Marqueses de Boil, Condes de Albatera. Falleció en 1936. Tuvieron a José María de Arróspide (fallecido niño), Francisco de Paula, Luis Gonzaga, Dolores, Carmen, María y Pilar.
  • Francisco de Paula de Arróspide Álvarez de Villamañán: XVI Conde de La Revilla. Casado en 1919 con María de los Desamparados Zubiaurre e Iturzaeta. Falleció en 1938. Fueron padres de: María de los Desamparados, María de la Piedad, María Josefa, Francisco de Paula, Carmen y Alfonso Juan.
  • Francisco de Paula de Arróspide Zubiaurre: XVII Conde de La Revilla. XIV Barón de Náquera. Maestrante de Zaragoza. Caballero del Real Cuerpo de la Nobleza Valenciana. Caballero de la Real Cofradía de Nuestra Señora del Portillo. Casado en 1953 con Carmen Ruiz de Arana y Montalvo, hija de los Marqueses de Castromonte y de Brenes, Grandes de España. Falleció en 2002. Hijos: María, Francisco de Paula, Almudena, Carmen, Javier María e Iñigo.
  • Francisco de Paula de Arróspide y Ruiz de Arana: XVIII Conde de La Revilla. Casado en 1988 con Isabel Baselga y Cantal. Hijos: Carmen y Francisco de Paula.
 
Cómo hemos ido viendo la Casa de La Revilla se extendió por Castilla la Vieja, desde el límite Cantábrico, en Rozas y Balmaseda, hasta el centro de la comarca burgalesa en Briviesca y Barrio de Diaz Ruiz. Con el paso de las distintas generaciones fundaron y poblaron casas en Las Merindades castellanas, como Ungo, Ciella, Nava, Villasana, Espinosa de los Monteros, Santelices, Berberana, San Llórente, Trespaderne, etc. También entroncaron con otras Casas Nobles. Una ilustre familia que, a través de sus múltiples alianzas, se fue alejando de Rozas y de Las Merindades. Así, actualmente, de su palacio sólo tenemos hiedra, maleza y piedras aisladas. Ya ni la iglesia se salva.
 
¿Cómo era el palacio de La Revilla? Lo desconocemos, pero en uno de los expedientes de Ordenes Militares de la familia Velasco, se declaraba: “Que era un palacio muy honorífico, con la Iglesia parroquial incorporada, en medio de la cual están sus enterramientos, que nadie que no sea de esta Casa puede enterrarse en su capilla mayor”. Toda la Casa era almenada, con una torre muy fuerte “por de fuera”. La Iglesia linda con la Casa solariega, “de forma que los cuartos de ella tienen dos tribunas a la dicha Parroquia”. En las puertas principales y dentro de la casa había diferentes escudos de armas, los mismos que los de la capilla mayor. Del palacio nos queda parte de los muros de la torre, y restos de lo que fue el patio de armas. La Iglesia, de la que fueron y siguen siendo patronos los Condes de La Revilla, conserva en mal estado enterramientos de algunos de los primeros miembros del del linaje. En el siglo XVII, cuenta Argaiz que, el monasterio de Oña tuvo un pleito con los condes de La Revilla, que poseían un palacio adyacente a la ya simple iglesia parroquial, servida por un monje dependiente de Oña.

 
Puede que la tenencia de la iglesia del monasterio por parte de la Casa de La Revilla no fuese muy ajustada a derecho. Lo decimos porque en 1816 el monasterio de Oña solicitó a un abogado que sopesase la propiedad de la iglesia de San Juan de Porres.
 
Si se acercan a visitarlos no encontrarán mucho. Parece que el alejamiento de la Casa de La Revilla de Las Merindades acentuó la despreocupación por estas posesiones y su cuidado. Aun así, este caserón estuvo habitado de forma continuada desde 1481 a 1529. La iglesia aún conserva los muros de piedra en su totalidad, pero la cubierta está prácticamente derruida. Producto de unos cuarenta años de abandono. Antes se cuidaba porque era empleada como iglesia parroquial a pesar de estar bajo el patronazgo de los Condes de La Revilla.
 
El caserón y la iglesia adyacente estaban dentro de un bosque de robles, castaños, membrillares, ciruelos, guindos, cerezos, manzanos y perales. Un documento de mediados del siglo XVI, cifraba en el bosque 636 robles. Esta madera era utilizada para las mejoras de la Iglesia y del Palacio.

 
La iglesia está dedicada a San Juan Bautista. Es renacentista, de una nave con escudos de los Velasco y alianzas en presbiterio. Su ábside es poligonal. La portada tiene arco de medio punto sobre impostas decoradas y friso bajo la torre cuadrada, con pilastrones hasta el alero moldurados, toda ella cubierta ahora por la hiedra, también los huecos que contaban con dos campanas. Está en ruinas. Eso sí, llama la atención su grandiosidad comparada con el humilde entorno rural donde está. Quizá porque esta iglesia no era la iglesia del pueblo, sino la Iglesia de la Casa de La Revilla. Por ello, tanto la iglesia como el palacio estaban delimitados, y protegidos, por un cercado de sillería de piedra.
 
La Iglesia estaba construida en sillería. El templo está formado por dos cuerpos rectangulares: la alta torre del campanario y la nave principal de la Iglesia. Se entraba a través de un arco románico cuya puerta todavía se conserva. Es de madera con herrajes de hierro forjado y, al parecer, pintada de verde.

Armas de Velasco, Butrón y Guzmán.
 
Una vez dentro de la nave vemos que la pila de agua bendita se conserva porque fue tallada en el muro de la Iglesia. En cambio, la pila bautismal, de piedra, ha sido derribada y rota en varios fragmentos. Toda esta zona está cubierta mediante una bóveda de sillería, sobre la cual se encuentra el inaccesible coro de madera. Aquí se ve cómo las paredes de la iglesia estaban pintadas en blanco y decoradas con motivos azules. Contaba con luz natural gracias a un gran óculo situado sobre la puerta principal. Desde la nave se accedía a cuatro capillas laterales decoradas con arcos de medio punto. La capilla mayor se encuentra en el ábside del templo, siendo de planta semicircular y acabada en un arco románico. Los escudos de armas de los señores de La Revilla se ubican en el altar mayor. Son los escudos de la Casa de Velasco, Casa de Butrón y Casa de Guzmán.

 
En 1587, residía en el palacio de La Revilla Casilda de Velasco junto a sus hijos. Era la esposa del I Conde de La Revilla. Cuando se desplazó a Ungo durante unos días, dejando el Palacio bajo la custodia de los sirvientes, se produjo el robo de muebles, tapices, alhajas, etc. Pedro de Velasco y Hurtado de Mendoza, VIII Señor de La Revilla, en el año 1595 cedió el Señorío a su hijo Alonso (I Conde de La Revilla) y, a su vez, reedificó la Iglesia y el caserón. Encargó a Juan de Albiz, escultor de Burgos, una talla de San Juan, otra de San Francisco con sus llagas, y otra de San Jerónimo en actitud de meditación. La nueva iglesia -los restos que tenemos- debería tener 75 pies de largo, por 34 de ancho. El retablo para la Capilla Mayor, lo harían en 1591, entre otros, Juan de Zea, escultor, y Bartolomé de Lesmes, platero, así como dos retablos más pequeños. A partir de ese año se encarga de las obras Alonso, el hijo de Pedro. El retablo mayor debería tener 21 pies de alto, por 13 de ancho. Las vidrieras las hizo Diego Rosales, y llevaban un hábito de Santiago y una corona de Conde. La rehabilitación y mejora de la Iglesia y del Palacio, fueron encargadas a Sebastián de Alvear, cantero y escultor arquitecto de San Pantaleón de Aras y fueron tasadas en cinco mil ducados. Una cantidad importante porque las rentas anuales del Estado de La Revilla ascendían por aquel entonces a unos doce mil ducados.
 
La Iglesia tenía Sacristía y, por el inventario de bienes hecho a finales del siglo XVII, sabemos que entre sus riquezas había dos custodias y dos cálices de plata sobredorada y atriles, misales, infinidad de candelabros, casullas y dalmáticas de seda y oro. Pedro de Velasco y Hurtado de Mendoza, el reconstructor, parece que tuvo en la iglesia de Rozas una estatua arrodillada y en actitud orante, sobre una almohada. Era de mármol, el tiempo la mutiló la punta de la nariz y las dos manos por la segunda falange de los dedos. Sobre otra pieza de mármol estaba colocado el casco y a sus lados los guantes. Debajo de la estatua se notaba un perro de la misma materia.

 
El Palacio de La Revilla era almenado y contaba con una fuerte Torre. ¡Vale! Hoy es difícil verlo porque quedan en pie escasos restos de los muros de sillería. El Palacio tenía una sala principal con quince lienzos de Reyes, la sala de la chimenea estaba encima de la escalera principal, con trece lienzos de señores de la Casa. La sala de columnas tenía siete lienzos de escenas romanas, y había dos salas más cada una con una tribuna a la Iglesia. En ellos había seis lienzos que fueron enviados a Madrid, al Palacio del VI Conde de La Revilla, Duque de Nájera, en 1687. También tenía el caserón: Comedor, Zaguán, caballerizas, sala de armas con diecinueve mosquetes, cocina, y al menos cuatro habitaciones principales. También hubo nueve reposteros con las Armas de los Velasco, y dos inmensos cañones de bronce en el patio de armas, junto a la entrada principal, cuya puerta en piedra de sillería medía trece pies de altura, por ocho de anchura. En cuanto al mobiliario, cada sala tenía dos bufetes o sofás, y seis sillas de madera de roble. Vanos bargueños y tapices etc.
 
El Patio de Armas se encontraba en frente del Palacio, era cuadrado y de 130 pies de lado menor, con capacidad para unos mil hombres. En este punto, el muro de sillería tenía dos torres redondas en las esquinas; torres que todavía se distinguen a la perfección. Fue encargada a Francisco Montesinos. Las rejas a Domingo de Palacios y Pedro Saravia, si bien las terminaría Juan Sainz de Zarauz, herrero de Bilbao.

 
El cercado de piedra de sillería, de unos 850 metros, lo hizo Francisco Alonso de Cajigal, cantero del valle de Ruesga y la campana de la Iglesia Mateo Ahumada y Castañeda. Las puertas y ventanas de madera las hicieron Juan del Campo y Pedro González. La fuente del Palacio y el sistema de canalización para el riego de los Frutales, las hizo Juan del Carre, fontanero de Santander.
 
Mucho trabajo para un edificio en el que los señores, condes, ya no residían allí. Quizá por ello en 1679 una nevada en el Valle de Valdeporres destrozó una pared del Palacio y parte del muro de la Iglesia. Aunque el administrador lo arreglaría inmediatamente.
 
Para 1893, el palacio de La Revilla se encuentra en estado de ruina y para 1972, la iglesia de La Revilla queda en desuso.
  
Bibliografía:
 
“Amo a mi pueblo”. Emiliano Nebreda Perdiguero.
“La casa de la Revilla. Siete siglos al servicio de la monarquía española”. Francisco de Arróspide y Ruiz de Arana.
Web “Arquitectura sin memoria”.
“Las siete Merindades de Castilla Vieja. Castilla Vieja, Sotoscueva, Valdeporres y Montija”. María del Carmen Arribas Magro.
“Blasones y linajes de la provincia de Burgos. V. Partido Judicial de Villarcayo”. Francisco Oñate Gómez.
Tierras de Burgos.
Fototeca Digital de España.
Memoriasde Burgos.
 
 
 

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