Berberana
es una de esas poblaciones tocadas con la varita de apellidar a una casa
nobiliaria: Los condes de Berberana. Pero antes existieron los señores de
Berberana que, debemos verlo así, serían los antecesores de la casa condal.
Todo
empezó con Fernán Sánchez de Velasco, primer señor de Berberana, casado con
Mayor Gutiérrez de Olea, natural de Medina de Pomar. Era Señor de Herramélluri
(en La Rioja), Río Tirón, Obilia y Villaescusa. Consiguió del rey Juan II de
Castilla la permuta de Herramélluri por Berberana -¡¿a saber por qué!?-. En
esta nueva población fundó un mayorazgo a favor de su hijo Día Sánchez de
Velasco. Este, el segundo Señor de Berberana, se casó dos veces. La primera con
Sancha de Rojas con la que tuvo cinco hijos: Pedro, Sancha, María, Mayor y
Catalina. Después desposó a su prima Leonor de Alvarado que dio a luz a Hernán.
Torre de Berberana
El
tercer señor de Berberana fue Pedro Sánchez de Velasco que se casó con Constanza
de Porres Guevara (Hija de Lope de Porres. Señor de Agoncillo y Alcaide de
Arcos y de su primera mujer Inés de Guevara, hija de los Condes de Oñate). Tuvieron
por hijos a Diego, Pedro, Lope, Gonzalo, María, Inés y Sancha. El primogénito, Diego,
que casó con Luisa de Uzquiano, falleció antes que su padre, dejando como fruto
único de su matrimonio una hija, llamada María, por quien siguió la línea.
¡Toma “empoderamiento”!
María
de Velasco y Uzquiano -IV señora de Berberana- matrimonió con Francisco de
Mendoza y Cisneros, Caballero de Santiago, Comendador de Fuente de Maestre y mayordomo
mayor del señor Juan de Austria. Este era el segundo hijo de Alonso Suárez de
Mendoza, Conde de Coruña y de Juana Ximénez de Cisneros, sobrina del Cardenal
Fray Francisco de Cisneros. Lo que era estar muy bien relacionado. María fue
madre de Juana, que heredó el señorío. ¿Cómo decíamos? ¡Toma “empoderamiento”!
Berberana
Juana
de Velasco se casó con su primo Alonso Ramírez de Mendoza. Fue un matrimonio
sin hijos lo que nos obligará a revisar las líneas laterales para determinar
quién se llevará el premio señorial. Le tocó a Constanza de Velasco, hija de Pedro
y nieta de Pedro Sánchez de Velasco, tercer Señor de Berberana. Casó dos veces,
la primera con Fernando de Velasco, que se decía “del Barrio”, y no tuvieron
hijos. Su segundo esposo fue Francisco de Gaona González del Castillo,
Gentilhombre y Mayordomo del Emperador Fernando de Alemania. Tuvieron dos
hijos, María y Juan. Aquí no habrá “empoderamiento” y seguiremos la línea
masculina. Fundó este matrimonio, y ostentó, el patronazgo de la capilla de San
Juan, en la ya desaparecida parroquial de Vejarrúa, en donde se mandaron
enterrar.
El
séptimo señor de Berberana será Juan de Velasco Castillo. Casó con María Gallo
Bocanegra que era hija de Garci Gallo de Salamanca, de la casa “bien” de los
Gallo Matanza de Burgos. Señores primero, y Marqueses después de Fuentepelayo
por concesión del Rey Felipe V en la persona de Fernando Matanza Corcuera y
Gallo, Corregidor de Madrid, alcalde Mayor de Burgos. Caballero de Alcántara con
fecha de abril de 1704. Fueron padres de Francisco y María. Juan murió el 23 de
noviembre de 1668.
Francisco
de Velasco y Gallo, octavo señor de Berberana, murió sin contraer matrimonio,
aunque prometido con su prima Isabel de Valladolid Hurtado de Mendoza. Podríamos
decir que los hados de la corrección social contemporánea -rama retroactiva-
corrigieron la decisión “heteropatriarcal” y otorgó el título a su hermana María.
María
de Velasco y Gallo Castillo se casó con Juan Rodríguez de Salamanca Varillas y
Pardo, Señor y Mayor de las familias de burgaleses de este apellido. No solo
eso: era caballero de Santiago; Gentilhombre de Boca del Rey Felipe IV; y señor
de las villas y de las Torres de Arroyal y Olmos Albos. El mayorazgo de Torres
del Arroyal, fue fundado, en el año 1527, por el bisabuelo paterno de Juan
Rodríguez de Salamanca Barillas, señor de esta Casa en Burgos, el licenciado
Francisco Rodríguez de Salamanca Barillas, con Cédula Real de Carlos I, y el de
Olmos Albos por el tío abuelo materno, Diego de Gamarra, tesorero de Carlos I,
para su hija Casilda en 1551.
Por
no perdernos, la familia Salamanca tuvo una torre, ya desaparecida, en el
término del Arroyal (Burgos). María y Juan tuvieron dos hijos: el primogénito
Alejo, alférez de Infantería, muerto en el asalto de Vercelli (Italia), y Juan,
que no fue tan arrojado como su hermano y lo sobrevivió.
Ribafrecha
Juan
Rodríguez de Salamanca Varillas y Velasco fue el décimo Señor de Berberana y
desposó a Inés Jerónima Vélez de Guevara y Salamanca. Ella era la única hija de
Francisco Vélez Guevara Salamanca, Caballero de Santiago, y de Francisca
Margarita Girón. Inés era señora de la Casa fuerte de Villaverde del Monte.
Tuvieron a Benito; Francisco (teniente coronel de infantería, muerto en Flandes);
Manuel, clérigo; María, monja; y Francisca.
El
título lo heredó Benito Rodríguez de Salamanca Varillas, Velasco, Gamarra,
Gaona, Varona, Alonso, Contreras y Vélez Guevara que casó con Magdalena de Riaño
en Burgos el 30 de agosto de 1676. Ella, nacida el 4 de mayo de 1661, era
hermana del tercer Conde de Villariezo, Antonio José de Riaño. Por testamento
otorgado, en 18 de octubre de 1709 ante Lázaro de Santa María, escribano,
consta que tuvieron los siguientes hijos: Antonio, por quien siguió la línea; Manuel,
Teresa, Antonia, María Teresa, Manuel y María Jacinta.
Castillo de Burgos
Antonio
Rodríguez de Salamanca Riaño, el decimosegundo señor de Berberana nació el 23
de enero de 1671 y falleció el 17 de marzo de 1721. Mantuvo los apellidos de su
antecesor que aguantaron así hasta su hija. Antonio tuvo dos esposas. Consecutivamente,
claro. La primera fue Clara Isunza Quintanadueñas. Matrimonio sin hijos. La
segunda fue Francisca Paula de Salamanca y Largacha fallecida el 17 de abril de
1724. Sus padres, los de Paca Paula, eran Francisco de Salamanca, Caballero de
Santiago y Francisca de Largacha, señora de esa casa vizcaína -Paco y Paca,
curioso-. Por testamento otorgado en 17 de marzo de 1721, ante José Martínez de
Huidobro, escribano, consta dejaron por única heredera a su hija Francisca
Antonia -Paca Toña-, por quien siguió la línea. ¡Derrota del patriarcado!
Francisca
Antonia Rodríguez de Salamanca (XIII señora de Berberana) había nacido en
Iratzagorria (Vizcaya) el 10 de mayo de 1718. Se casó en Quintanadueñas
(Burgos) el 28 de junio de 1733 con Rafael Antonio Gil Delgado y Ruiz del
Castillo, natural de Castildelgado (Burgos) –aunque vecino de Burgos ciudad- y
bautizado el 4 de noviembre de 1713, séptimo señor de Rivafrecha (La Rioja), caballero
calatravo desde el 17 de noviembre de 1755, alcalde de la Hermandad por los
Hijosdalgos y regidor perpetuo de Burgos. Será el primer Gil Delgado asociado
al señorío de Berberana. Fueron poseedores del vínculo y mayorazgo que, en San
Lesmes, fundara García de Salamanca sobre la Capilla de la Sta. Cruz.
Iratzagorria
Nos
vamos a detener un poco en el árbol genealógico de Rafael Antonio. ¿Por qué?
Porque es el causante de que llamemos “palacio de los Berberana” al palacio de
los Berberana de Miranda de Ebro. Vamos a ello. Este muchacho era hijo de
Antonio Manuel Gil Delgado, Señor de Castildelgado, y de Manuela Ruiz del
Castillo Vergara. Nieto, de Antonio Felipe Gil Delgado, Señor y Mayor de
Rivafrecha y Castildelgado, y de Elena Ventura de Rivaguda. El primer Señor de
Rivafrecha, por concesión de Felipe II, fue Sancho González de Heredia, que
casó con Elena de Gante.
Y
dicho esto comentamos un poco ese caserón conocido como palacio de los Condes
de Berberana, o casa de las Cadenas. Lo que tenemos es un palacete construido
el año 1580 o 1600. Y,
como hemos dicho, no era original de los señores de Berberana sino de los Gil
Delgado que más tarde ostentarían el título de Condes de Berberana. En ella se
hospedó Napoleón Bonaparte y el rey Fernando VII de España, que en 1828 colocó
unas cadenas como recuerdo de su estancia. El 16 de agosto de 1837, durante la
guerra carlista, fue asesinado en su interior el General en jefe del ejército
liberal Rafael de Ceballos-Escalera por soldados amotinados. La casona se
asienta sobre una planta rectangular y tiene un tejado a dos aguas. La planta
baja eran las caballerizas y las dos superiores la vivienda.
Palacio de los condes de Berberana
Francisca
Antonia Rodríguez de Salamanca Varillas y Rafael Antonio tuvieron a Manuel Francisco
en 1735 por quien siguió la línea, y a María Antonia, quien casó el 17 de noviembre
de 1756 con Miguel Catalá, Grande de España. Otros autores dicen que Francisca
y Rafael fueron padres de teresa que casó con José María Martínez de Pisón. A
saber… Aunque el título de conde de Berberana lo obtuvo Manolo, a María Antonia
Gil-Delgado la dejaron Rivafrecha, Villalba y todo el mayorazgo de Ruiz del
Castillo y de su madre, Olmos-Alvos con el mayorazgo de Gamarra y el fundado
por Bernardino Alonso y Contreras.
El
siguiente poseedor del señorío de Berberana fue Manuel Francisco Gil Delgado
Rodríguez de Salamanca. No solo fue el decimocuarto señor de Berberana, sino
que, por Real Carta del Rey Carlos IV fechada en 12 de noviembre de 1789, fue
el primer conde de Berberana. Se otorgó este título con motivo de la jura como
Príncipe de Asturias de su hijo Fernando, y se apellidó, por estos títulos y
mayorazgos: Gil-Delgado, Ruiz de Castillo Bergara, Salazar y Delgadillo,
Heredia, Rivaguda y Luyando. Nació Manuel Francisco en Quintanadueñas el 24 de noviembre
de 1735, y se casó en Palencia, el 24 de noviembre de 1761 con María de Arriaga
Salamanca y Rivera. Ella era su prima en segundo grado, natural de Burgos,
bautizada en la pila de su iglesia familiar de San Zotes el 20 de septiembre de
1734. Falleció en Burgos el 28 de febrero de 1800. Las capitulaciones
matrimoniales; tuvieron lugar en dicha ciudad ante el escribano Andrés Martín
García fechada el 20 de octubre de 1761. Con este matrimonio entraron en poder
y disfrute de los Gil-Delgado Rodríguez de Salamanca Varillas, las heredades de
los Sanzoles, Santa Cruz, Riaño, Salamanca, Arriaga, Rivera y Forcallo, con lo
que pasó a ser, la familia más acaudalada del Burgos de los siglos XVIII y XIX.
Tuvo
este matrimonio por hijo y sucesor a Antonio Mariano Gil Delgado Arriaga y
Salamanca, segundo Conde de Berberana. Nació en Burgos el 27 de agosto de 1762,
siendo bautizado en San Lorenzo el Viejo. Matrimonió en Burgos, el 11 de febrero
de 1786, con María Manuela Demetria Zapata y Lerma, hija de los Marqueses de
Vilueña, vecinos de Soria. Tuvieron a Antonio (premiado con ser el sucesor),
Juan, María Luisa y Mariano. Accederá al título en plena lucha contra Napoleón
y José Bonaparte el 11 de febrero de 1810, cuando murió su padre. Antonio
Mariano falleció en Madrid el 17 de mayo de 1851.
Antonio
Gil Delgado y Zapata fue el tercer Conde de Berberana. Nació el ocho de abril
de 1803. Su esposa fue Concepción Senoiaín y Guizaburua, natural de Lequeitio
(Vizcaya). Los hijos de ambos fueron: Juan y Emilia.
Juan
Gil Delgado y Senosiaín nació en Burdeos (Francia) el 22 de junio de 1824 y disfrutó
del título de cuarto Conde de Berberana. Matrimonió con María Francisca Pineda de
Álvarez de Sotomayor y Apezteguía (6 de abril de 1834-13 octubre de 1891), hija
de los Marqueses de Campo Santo el 31 de enero de 1852. Fueron padres de Manuel,
Ramiro, Carmen, Enrique, Gonzalo, Concepción, Rosa (casada con el rico bilbaíno
Juan Jauregui en 1893 y, tras enviudar con José Vicente Ebro) e Isabel.
Falleció Juan el 23 de junio de 1874. Y su mujer se volvió a casar en Burgos el
15 de noviembre de 1875 con Juan Álvarez de Sotomayor y Domenech, Ramírez y
Aranda, Magistrado y Fiscal que fue del Tribunal Metropolitano de las Ordenes Militares.
V Conde de Berberana
El
quinto Conde de Berberana –y décimo octavo señor de Berberana- fue Manuel Gil
Delgado y Pineda. Nació el 10 de agosto de 1861 y falleció en Barcelona el 2 de
junio de 1932. A los 19 años Alfonso XII le nombró Mayordomo, y se dio la
coincidencia que al fallecer dicho Monarca el Conde de Berberana estaba de
servicio en el Pardo. Se casó el 4 de octubre de 1883 con Josefa Soto y Armesto,
hija del conde de Encinas. Ella destacó por ser la presidenta del comité de la
Cruz Roja de Miranda de Ebro durante la tercera carlistada.
Manolo
fue un hombre muy conocido en Burgos involucrándose en la vida de la ciudad. Y,
por supuesto, el conde participó en la política local y provincial. Podemos
citar su apoyo al rescate de las víctimas del accidente ferroviario de 1891 en
Burgos. De hecho, en ese tren viajaba José Canalejas que, caballerosamente,
también se volcó en el rescate de heridos. En 1897 Manuel Gil Delgado
participó, escopeta en ristre, en la batida para liquidar dos toros bravos
escapados cuando se llevaban a los corrales de la plaza de Burgos. Esta
aventura tiene mucho de farsa porque, tras abatir al primero de los toros, el
segundo llegó a Basconcillos del Tozo donde fue rodeado. Entonces el conde de
Berberana avanzó en su yegua buscando ser quien matase al animal. Disparó su
rifle americano fallando el tiro a cortísima distancia. ¿Resultado? Una yegua
destripada (propiedad de Levisson en cuya casa de Bilbao se conservó un tiempo
la piel) y un conde volteado cuatro veces con tres costillas del lado izquierdo
fracturadas y herida por asta de toro en la parte interior del muslo izquierdo.
El resto de tiradores hacían continuos disparos en un intento por salvar la
vida de Manuel (a riesgo de rematar al conde). Por cierto, el toro fue
liquidado por un cabo de la guardia civil, Benigno [Remigio] Herrero. Aunque otras
fuentes dicen que fue el Cura de Santa María del Tozo quien demostró su afición
a la caza en este acto.
Apuntaba
María Cruz Ebro: “Era una tarde de ferias, San Pedro y San Pablo. Los ánimos
andaban muy alterados comentando los episodios a que dio lugar la escapatoria
de los toros. En la plaza del Carbón, hoy Santocildes, se congregaba numeroso
público. De pronto de una de aquellas casas -no recuerdo el número- salió
corriendo un hombre perseguido por un joven, revólver en mano. Una turba de
chicos se lanzó en post del fugitivo y a punto de darle caza entró en la plaza
el Conde de Berberana, que regresaba de su asombrosa hazaña. Nuestro buen
Conde, traído en hombros y rodeado de admiradores, apareció maltrecho y
victorioso. Ante el tumulto bullió su sangre pendenciera y desafiando con el
gesto al del revólver, amparó al fugitivo infundiéndole ánimos con las
siguientes y textuales palabras: -Si conmigo no han podido los cuernos ¿cómo van a poder contigo las balas?”
Entre
otras curiosidades diremos que este conde de Berberana, y otros aristócratas
burgaleses, mientras estaban de tertulia fundaron un club ciclista. En el siglo
XIX el ciclismo era un deporte practicado por la alta sociedad debido a su novedad
y a lo elevado del precio de la bicicleta. Sin embargo, hasta 1912 no se formaliza
la creación del Club. Fue el tercer club ciclista de España constituido
formalmente tras la Sociedad Bilbaína y la Sociedad Catalana.
Pero
esta familia no solo estuvo comprometida con el ciclismo, sino que la prensa de
1909 –“El heraldo de Madrid”- nos señala el compromiso patriótico de esta
nobleza de provincias diciéndonos que el hijo del conde de Berberana había
marchado voluntario con el regimiento de León a la Guerra de África. En la
despedida su padre dijo: “El nombre que llevas, y tu condición de voluntario,
te obliga más que a los otros soldados. Prefiero recibir tu cadáver que
recibirte con el honor en entredicho”. Y, mientras, Álvaro Gil Delgado Soto
en uniforme de ralladito y alpargatas solo estaba protegido por su nombramiento
de cabo interino.
María
Cruz Ebro, en su obra “Memorias de una burgalesa”, hablaba de Manuel
Gil-Delgado y Pineda, Conde de Berberana, en estos términos: “fue un
descentrado. De haber nacido en la época de los Amadises y Esplandianes su
nombre hubiera figurado en los romances. Con imaginación a lo Tartarín de
Tarascón, creía en las aventuras que inventaba. Y tal era la veracidad de sus
relatos que sus oyentes lo creían también. De gran simpatía, generoso hasta la
prodigalidad, en el sentir y en el obrar fué un caballero, un caballero andante
nacido con retraso”.
Al
advenimiento de la República era decano de los Mayordomos de palacio. Manolo
murió en Barcelona, en casa de su hermana Rosa. Su mujer ya había fallecido y
su hijo, al parecer, estaba en América.
Con
el fallecimiento de quinto conde de Berberana nos sumergimos en un momento
difícil. La legislación del nuevo régimen republicano anulaba los títulos
nobiliarios junto a la monarquía porque aquellos, los títulos de nobleza, eran
diferenciadores de clase social y por ello no se concederían títulos
nobiliarios en la república española. Los existentes no llevarían aparejados
derechos o cargos o privilegios. Tampoco se dejaba a los nobles ser
identificados por su título teniendo que serlo por su nombre y apellidos, “como
un ciudadano más”. El siguiente conde de Berberana debería haber sido el ya citado
Álvaro Gil delgado. Pero no llegó a tenerlo.
Será
la Ley de 4 de mayo de 1948 la que restablecerá los títulos de nobleza, pero el
de conde de Berberana no será solicitado hasta 1973. Los solicitantes serán
Carlos Gil-Delgado y Armada (IV Marqués de Berna), Luis Fernando Gil-Delgado y
Ferrer y Daniel Gil-Delgado y Casado. Se repite la solicitud en 1989 aunque
solo por Luis Fernando Gil-Delgado y Ferrer. Lo consigue.
Le
sucederá su hijo Luis Fernando Gil-Delgado y García en 1999.
Bibliografía:
“El valle de Losa notas para su historia”
Julián García Sainz de Baranda.
“Historia del Condado de Castilla” Fray Justo
Pérez de Urbel.
“Del Burgos de Antaño”. Ismael García Rámila.
“Burgos:
Catedral, Cartuja, Huelgas. Monumentos religiosos, artísticos e históricos,
curiosidades, casas notables de Burgos y sus cercanías”. Augusto Llacayo.
Casa
de las cadenas.es
www.todocoleccion.es
Periódico
“Diario de Burgos”.
Boletín
Oficial del Estado español.
“Memorias de una burgalesa”. María Cruz Ebro.
Periódico
“La época”.
“Burgos.
Monumentos religiosos e históricos”. Augusto Llacayo.
Revista
“Nuevo Mundo”.
“La
institución monárquica en la legislación de la Segunda república”. Andrés
Javier Gutiérrez Gil.
Blog
“Tierras de Burgos”.
“Labras
heráldicas harenses Ruiz del Castillo”. José María Oria de Rueda García.
http://huermeces.blogspot.com/
“Revista
de historia y de genealogía española”.
Títulos
nobiliarios de España. Ministerio de Justicia.
www.castillos.net
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