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domingo, 5 de octubre de 2025

Busnela o Busnuela: más que un dolmen. O menos.

 
 
Busnela, Busnela, o Busnuela como aparece de en algunos textos, ¿De dónde procede este nombre? Dice María del Carmen Arribas Magro que los espacios denominados roza, bustum, bustellum, bus y gus significan lugares ganados al bosque por los agricultores (los lugareños limpiaban una zona del bosque para cultivar, pero, con el tiempo, se reconvertía en pastos). Las formas compuestas por los elementos bus o guz, proceden de la voz busto. Así pues, nada tiene de extraño que a veces se utilicen como sinónimos los busta/bus-branea. Por su parte Julián García Sainz de Baranda entendía que el término significaba “que va al río Nela o hacia el Nela”. Otras fuentes nos hablan de que bustum tiene el significado de lugar donde se quemaban los cadáveres, sepulcro, tumba. En nuestra toponimia ha dejado rastro en esta localidad de Busnela, situada en la ladera sur de los montes del Somo.

Busnela en 1946
 
Dicho esto, nos dirigimos a este rinconcito de la merindad de Valdeporres que descansa perdido entre los montes de La Virga, del mismo macizo que El Escudo, a una altura ya considerable. Para llegar deberemos circular por una estrecha carretera que parte de Santelices y pasa por Cidad de Valdeporres. El caserío da vista por el sur al gran castro de La Maza; limita por el norte con las branizas de los pasiegos de San Roque de Río Miera, por el este con los Montes de La Engaña y por el oeste con las tierras de Ahedo de las Pueblas y altos de Porto Seguro.
 
Hay rastros de que este lugar pudo estar habitado en la Alta Edad Media. Se encontraron dos sarcófagos -¿recuerdan eso de Bustum como lugar de tumbas?- y el trozo de un tercero. A falta de mejor interpretación debemos suponer que estuvieron en algún monasterio cercano que no se ha encontrado todavía. De los dos sarcófagos completos, uno es de bañera con la cabeza y hombros marcados y mide dos metros de largo; el otro es antropomorfo con cabecera rectangular de esquinas redondeadas y pies muy estrechos, mide 1`90 metros. Se han fechado en la Plena Edad Media, aunque podrían ser de la Alta Edad Media en base a la inscripción de la lápida conservada en el Museo de Burgos: “967”, la más antigua de Las Merindades después de Mijangos. Fue recogida en el Prado de la Brañía, en Busnela, en 1990 y llevada al Museo provincial de Burgos. Álvaro Castresana estudió el texto: “Ofrece el siervo de Dios Flaino. Este partió el día quinto de febrero en la era de 1005 (año 967)”. La lápida presenta un chaflán central que separa dos cartelas de 30 cm. La inscripción está tallada en escritura visigótica mayúscula; se localiza en el lado derecho en dirección cabeza a pies. Además, la parte superior de la cabecera, fuera del campo epigráfico, tiene una cruz latina y otra girada noventa grados a su derecha.

Lápida de Busnela.
 
El aprovechamiento eremítico del dolmen de Peña la Llana y otra cueva cercana, sin nombre, y a pocos metros del cruce de la carretera que lleva a Ahedo de las Pueblas, parecen manifestar la presenta de ermitaños en la zona de Busnela. Por si ayuda.
 
Busnela no aparece en el Becerro de Behetrías. En 1497 se la incluye con el resto de los lugares del Valle de Valdeporres en una demanda por el aprovechamiento de las zonas comunales en contra de lo recogido en las ordenanzas antiguas. No aparece en el apeo de los bienes diocesanos de 1515. El pleito que se produce en 1587 sobre ocupación de puestos, entre los lugares de Ahedo y Robredo por un lado y casi el resto del Valle y Merindad de Valdeporres no incluye en ninguna de las dos partes a Busnela. En 1591 Busnela tenía cinco vecinos, dos de los cuales eran hidalgos y tres eran pecheros. La referencia documental ha sido siempre a Las Pueblas, y dada su distancia a Ahedo de las Pueblas, en línea recta ésta incluso más cerca que Robredo de las Pueblas, nos inclinamos por pensar que Busnela formase parte de Las Pueblas. A principios del siglo XVII, Busnela tenía ocho vecinos.

Google diciembre 2009
 
Cuando Nicolás Fernández de la Peña se reunió con Domingo López, cura beneficiado de Cidad por no tenerlo Busnela, Manuel Ruiz y Pedro Ruiz para redactar el catastro del Marqués de la Ensenada nos dice que había ocho vecinos más dos viudas y un habitante. Ocupaban diez casas. Pagaban anualmente al rey “por servicio real ordinario y extraordinario treinta y cinco reales de vellón”, y se dedicaba a la labranza y a la ganadería, explotando prados segaderos que producían yerba anualmente. Esta hierba alimentaba a los bueyes de labranza, vacas de vientre, novillos y novillas de recría y venta que formaban la cabaña ganadera junto a ganado ovino, caprino y cerdos para el consumo de sus dueños. La abundancia de pastos era tal que se subarrendaban a ganaderos de otros pueblos cercanos. Eso conllevaba también que estos ganaderos participasen en la propiedad de algunas cabañas tipo pasiego que había en dichos prados. El sistema era similar al aplicado por los pasiegos cántabros y los burgaleses de Cuatro Ríos Pasiegos. Y así fue hasta que mediado el siglo XX se repobló la zona con pinos. Había 224 colmenas repartidas entre Bernardo de la Peña (36), Domingo García (72), esteban Pérez (18), Gregorio Martínez (12), Gregorio de la Peña (33), José Sainz (9), José de Azcona (27), Pedro Saiz (27) y manuela Muñoz (17). Disponían de Perales, manzanos, cerezos, ciruelos, olmos y ¡un nogal! Había un molino harinero de una rueda situado a un cuarto de legua del pueblo que era propiedad de Bernardo de la Peña. Obtenía sesenta reales de vellón.
 
Lo de los censos y catastros no surgió con el de la Ensenada sino, como hemos conocido, los hubo anteriores y, evidentemente, posteriores. En 1767 se hizo otro censo de población de Las Merindades donde nos dice que en Busnela había ocho vecinos, que no ocho personas. Recogemos lo que dice el diccionario Miñano (1825) sobre Busnela: “L. R. de España; provincia de Burgos, corregimiento de Villarcayo, merind. de Valdeporres. Reg. P., 10 vecinos, 37 habitantes, 1 parroquia. Su situación y productos se hallarán en el art. Villavés. Dista 16 leguas de la capital. Contribuye con la merindad”. Nos remite a otro pueblo para ver qué producían. Y allí nos fuimos. Dice: Villavés “y los de Leva, San Martin de las Ollas, San Martin de Porres, Santelices, Pedrosa, Cidad de Valdeporres, Dosante, Aedo de las Pueblas, Rozas, Busnela y Robledo están situados en un valle muy estrecho, regado por el rio Nela; es país muy montuoso, estéril y de los más fríos de España. Confina con las montañas de Pas. Prod. Trigo, cebada, centeno, morcajo, maíz, yeros, ricas habas y otras legumb.; abunda de leña como todos los demás pueblos nombrados”. No nos aclara lo que producía este pueblo. Una pena.

 
A mediados del siglo XIX se publicaba el diccionario de Pascual Madoz. En el epígrafe referido a este pueblo tenemos: “Busnela o Busnuela: L. en la prov., dióc, aud. terr. y e . g. de Burgos (10 1/2 leg.), part. jud. de Villarcayo (5 leguas); Ayunt. de la merind. de Valdeporres, cuyas reuniones se celebran en Pedrosa, con un regidor para su gobierno interior; sit. en una ladera al S. de la cord. que cruza de Asturias á las provincias Vascongadas; le combaten libremente lodos los vientos y disfruta de clima sano. Consta de 20 casas de 18 pies de altura con solo piso bajo, diseminadas, sin formar cuerpo de población; tiene una ermita dedicada á la Santa Cruz, en la que dice segunda misa el cura de Dosante; el cementerio poco capaz en paraje bien ventilado, y una fuente de ricas aguas. Confina con Rozas, Dosante y Ahedo de las Pueblas; entre E. y S. se encuentran algunas cabañas que los pasiegos abandonan en el invierno por la mucha nieve que cae; el terreno es en parte arcilloso y el resto cascajoso; dividido en suertes de primera, segunda y tercera calidad, con hermoso arbolado; le baña el río Nela en dirección de E. á O, al cual se le unen varios arroyos de poco caudal. No tiene otros caminos que los de servidumbre y la correspondencia se recibe de la cab. del part. Prod.: trigo, centeno, maíz, cebada y legumbres; ganado lanar, cabrío, caballar y mular; y caza de liebres, perdices, jabalíes, corzos, zorros, lobos y osos. Es la agricultura la única industria. Y el comercio se reduce á la exportación de ganados é importación de trigo, vino, aceite y efectos de vestir, población: 4 vecinos, 15 almas. contr. Con el ayunt”.
 
Aquí ya vemos que esta población, hace cerca de 200 años, cultivaba para autoconsumo y vendía ganado. Sus casas tenían una sola planta, aunque hoy encontramos entre las ruinas casas con piso superior. A mediados del siglo XIX cada casa tenía su propia hornera, al contrario que en el siglo XVIII, que había un solo horno para toda la comunidad. En esas horneras se hacía el pan con la harina elaborada en un molino de una rueda que estuvo situado a orillas del Nela.

Google diciembre 2009
 
Sabemos que en 1860 la iglesia de Busnela seguía siendo un templo anejo al de Dosante. Estaba catalogado como rural de segunda categoría y oficiaba las misas el cura beneficiado Vicente Ruiz de 54 años. Tenía a su cargo, entre las dos poblaciones, 197 almas. Este sacerdote seguía allí en 1863, año en que comienzan sus libros parroquiales. Busnela seguía siendo dependiente de la iglesia de Dosante en 1884. En 1885 encontramos un sacerdote exclusivo para Busnela que se llamaba Juan López y que, en 1911, continuaba cuidando las almas de los residentes. Residentes que, en 1894, eran 87 habitantes; en 1908, 78 de hecho; y en 1911 los habitantes de Busnela ascendían a 84 personas.
 
En 1881 Pablo Riera nos contaba en su diccionario que había 60 habitantes en Busnela en 19 edificios de los que 5 están inhabitados. Se subraya que viven de la agricultura. Referencia importante dado que Busnela es una tierra de transición entre pasiegos y campurrianos. A principios del siglo XX sus vecinos fabricaban cubas para venderlas o cambiarlas por vino en La Rioja y Aranda de Duero. Pasaban días enteros cortando robles en La Dehesa para hacer las tablas para las cubas.

 
Antes de la guerra civil de 1936-1939 contaron los ancianos del lugar a Elías Rubio Marcos que un vecino trajo un aparato de radio de Francia y que “la primera noche invitó a todos sus convecinos a su casa para oírla, y cuando más extasiados estaban, un niño desenchufó el cable de tierra y se paró, armándose una gresca de padre y muy señor mío”. Durante esa guerra civil Busnela estuvo en la línea del frente por lo que las mujeres y los niños fueron evacuados.
 
En 1950 Busnela tenía 42 habitantes -tanto de derecho como, de hecho- que vivían en diecisiete casas. Los últimos habitantes tradicionales parece que fueron de Busnela fueron los hermanos Idelio y Antonio López que se marcharon en 1987, después de haber vivido nueve años solos. El último enterrado en el pequeño cementerio de junto a la iglesia (1974) de Busnela fue Ricardo López. La última boda que se celebró fue la de Casilda López. No obstante, en la Guía diocesana del año 2000 figuran dos habitantes y María Jesús López Goitia comentaba en la bitácora de Montacedo, en 2010, que “yo soy de Busnela. Mi tio es el único censado allí, nuestra casa es la única que sigue en pie sin haber sido reformada (te mandaré una foto, tirada desde el aire) somos la única familia que se pasa los tres meses de verano en Busnela (…)”. Siempre que hablamos de las causas de la despoblación de los pequeños pueblos de Las Merindades apuntamos a el aislamiento y la falta de servicios (escuela, ocio, etc.) – a pesar de los esfuerzos de la maestra Amelia en los años 50 o 60 del siglo XX- pero también están el reclamo del trabajo en las grandes ciudades como Bilbao y -como está ocurriendo con las leyes de la UE sobre reforestación y abandono de explotaciones- la presión política plantadora de pinos que expulsó a la ganadería de la zona.

 
Lejos quedan aquellos tiempos en que, en España, se buscaba producir y alimentar a la población encontrándonos hoy que la actividad ganadera en estos montes burgaleses ha disminuido notablemente. Los pasiegos de San Pedro del Romeral y Resconorio son quienes han adquirido a los campurrianos, busnelanos y valdeporrinos la mayoría de sus prados y cabañas. Pero a inicios del siglo XIX los de Busnela subían el ganado en mayo a las cabañas y fincas de la cordillera divisoria y allí se dejaba hasta octubre. En el trascurso de ese tiempo había pequeñas temporadas en las que el ganadero se quedaba a dormir en las cabañas, y otras en las que bajaba a su pueblo para trabajar en las faenas agrícolas. Idelio López, el que fue vecino de Busnela, manifestó haber sido mecido de niño en un cuévano pasiego y haber subido a las cabañas con las vacas, el burro, cuévano, balde de ordeño, colador de la leche, cubiertos, sábanas y candil de petróleo, enseres todos necesarios para permanecer largos periodos en las cabañas. Documentamos así, unas formas de vida en Busnela que siempre se habían creído exclusivas de los pasiegos cántabros y de Cuatro Ríos.
 
Su iglesia, situada en el centro, es de una sola nave, de pequeñas proporciones y buena labra, con aleros moldurados y ábside rectangular. La portada es adintelada con grandes piedras, bajo pórtico abierto y la torre es una espadaña casi exenta del edificio, sin remates y con dos vanos para campanas vacíos. Tenía la advocación a la Santa Cruz, cuyo culto se generaliza en el siglo X, ligado a los reyes asturianos. Subrayamos que la fecha del culto es coincidente con la fecha del sepulcro de Busnela. Evidentemente, su fiesta mayor era la Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre). Al ser la última fiesta del año en Valdeporres, era muy concurrida por gentes de toda la Merindad; los bailes tenían lugar en el juego de bolos, junto a la iglesia y a la sombra de un peral centenario, y eran animados, en lo que se recuerda, por la gaita y el tamboril de músicos de Hoz de Arreba. En lo gastronómico, la fiesta se conocía por el sacrificio de una oveja.
 
 
Bibliografía:
 
“Burgos. Los pueblos del silencio”. Elías rubio Marcos.
“Las siete merindades de Castilla Vieja. Castilla Vieja, Sotoscueva, Valdeporres y Montija”. María del Carmen Arribas Magro.
“Amo a mi Pueblo”. Emiliano Nebreda Perdiguero.
“Los pasiegos de este lado”. María Yolanda Carballera Cotillas.
Blog “Tierras de Burgos”.  Regreso a los pueblos del silencio: Busnela.
“Diccionario Geográfico-estadístico de España y Portugal”. Sebastián Miñano.
“Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar (1845-1850)”. Pascual Madoz.
“Diccionario geográfico, estadístico, histórico, biográfico, postal, municipal, militar, marítimo y eclesiástico de España y sus posesiones de ultramar”. Pablo Riera Sans.
“Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración”.
“Anuario Riera General y Exclusivo de España”.
“Indicador general de la industria y el comercio de Burgos”. Marciano Velasco.
“Estadística del arzobispado de Burgos”.
“Censo de población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla en el siglo XVI con varios apéndices para completar la del resto de la península en el Mismo siglo, y formar juicio comparativo con la del anterior y siguiente, según resulta de los libros y registros que se custodian en el Real Archivo de Simancas”.
“Nomenclátor de las ciudades, villas, lugares, aldeas y demás entidades de población de España formado por el Instituto Nacional de estadística con referencia al 31 de diciembre de 1950”.
“Las Merindades de Burgos: un análisis jurisdiccional y socioeconómico desde la Antigüedad a la Edad Media”. María del Carmen Sonsoles Arribas Magro.
“Historia de las antiguas Merindades de Castilla”. Julián García Sainz de Baranda.
Catastro del Marqués de la Ensenada.
Blog “Tierras de Burgos”.
Fototeca digital de España.
 

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