El protagonista de hoy es Manuel de Arroyo y
Valdivielso. Villarcayés nacido en 1686, cuando reinaba Carlos II “el
hechizado”, en una familia hidalga procedente del valle de Valdivielso.
Vinagrera, campanilla y bandeja. |
Fue un paisano generoso. ¡A ver! No diría que a
un paso de la santidad pero, cierto es que, la iglesia de Villarcayo obtuvo
cosas de él. Ayudó a salvarse espiritualmente mediante la donación a la Parroquia de Santa Marina,
en torno a 1750, de un juego de plata sobredorada elaborado en México y compuesto
por vinajeras, campanilla y bandeja. En el reverso de esta última grabaron la
inscripción “el Coronel D. Manuel Arroyo
a Villarcayo" – no vaya a ser que Dios no recuerde a un hombre piadoso-.
También daría a esta iglesia un atril de plata y un rosario de Nuestra Señora
de Villarcayo, el cual constaba de siete decenas de cuentas de coco engarzadas
y engastadas en oro, con tres medallas de oro y esmalte.
Lo de las ofrendas de metales preciosos a la
iglesia de Villarcayo no eran nada extraordinario tal y como nos informa el
inventario de las alhajas de la iglesia de Santa Marina de los años 1769 y
1859. Hubo otros benefactores como Pablo de Arce que fue regidor perpetuo de la
Corte de Méjico o José Linares de Salazar.
Y, no solo eso, fijó un censo de doscientos
ducados de principal sobre una serie de bienes a favor de la Obra Pía del
Puente.
Puerto de Veracruz. |
Pero, contradictoriamente a esa imagen de
santurrón muy de la época, Manuel, en su testamento otorgado poco antes de
morir en el Reino de Nueva España en 1752, dejó 8.000 pesos para fundar una
escuela de primeras letras en la villa de Villarcayo. El secreto de sus dádivas
parece que tenía un pie en una exitosa aventura americana.
“Yo el
Coronel de Dragones, D. Manuel de Arroyo, caballero del Orden de Santiago,
capitán de una de las compañías montadas que guarecen la plaza de Nueva Vera
Cruz, comandante de todas ellas, por S.M. y natural de Villarcayo... Destino
8.000 pesos del cuño mejicano para la fundación de una escuela de primeras
letras en la dicha villa de Villarcayo a fin de que los hijos de ella, los de
su jurisdicción y de cualquier otra parte que pudiesen acudir tengan el
beneficio de aprender a leer, a escribir y contar sin pagar cosa alguna… y notifico
a mis albaceas que lo envíen a España en dos remesas y en navíos del Rey si
puede ser, cuyo envío será a mi costa…”
Pero, ¿qué sabemos de este Coronel benefactor de
la Iglesia y el Pueblo? Digamos, primero, que Manuel era hijo de Juan de Arroyo
y Vélez de Valdivieso (Natural de Arroyo de Valdivielso) y de Clara María de
Valdivielso y Porras Salazar y que fue bautizado el 20 de enero de 1686. En
Villarcayo, claro. En este acto litúrgico recibió los nombres de Manuel Vicente
y fueron sus padrinos el licenciado Antonio Fernández de Valdivielso, su
pariente y abad seglar de Tabliega, y su hermana Catalina de Arroyo.
Relación de pasajeros de Pedro de Irls y Pineda. |
Hemos dicho que su padre fue Juan de Arroyo y
Vélez de Valdivieso, nacido en 1624. Ocupó cargos en el mundillo administrativo
de las Siete Merindades de Castilla la Vieja: regidor general por el estado de
caballeros hijosdalgo de la Merindad de Valdivielso (años 1656, 1669), regidor
por el mismo estado de la villa de Villarcayo (1669, 1672, 1676 y 1682),
corregidor de las Siete Merindades de Castilla la Vieja en 1669 y teniente de
corregidor de dichas merindades en 1682. Figura como hijodalgo notorio en los
padrones de Villarcayo de 1645, al igual que su madre, y 1698, en este último
junto con sus hijos varones.
El 16 de marzo de 1662, se casó en la iglesia
Parroquial de Santa Marina de Villarcayo con Clara María de Valdivielso y
Porras Salazar (nacida en 1641 en Villarcayo). Ella era hija del licenciado
Francisco (Díaz o Díez) de Valdivielso Olavarría, abogado de los Reales
Consejos, Alcalde Mayor de Cádiz y Corregidor de las villas de Molina de
Aragón, Villarcayo y Ciudad Real. La Madre de Clara María era María Josefa de
Porras Salazar. Curiosamente, ambos naturales y vecinos de la villa de
Villarcayo porque los estudios realizados sobre la población de Villarcayo nos han
mostrado la gran movilidad de los residentes en esta población.
Francisco (Díaz o Díez) de Valdivielso Olavarría
pertenecía a un linaje hidalgo y, con tal calificación figura, entre otros, en
los padrones de Villarcayo de 1639 y 1645, así como en unos acuerdos de los
años 1668 y 1672, además de haber sido regidor de Villarcayo por el estado de
hijosdalgos en 1670.
Manuel tuvo veintidós hermanos pero a la fecha
del testamento de su padre vivían ocho:
- Francisca que fue monja en Santa Clara de Medina de Pomar.
- Tomas Antonio Francisco, capitán de infantería que murió en Valencia en 1704 durante la guerra de Sucesión.
- Esteban José, presbítero capellán del Condestable de Castilla y cura en Villarcayo.
- Catalina, también en Santa Clara.
- Fray Francisco (Franciscano) que se hallaba en 1699 en el Convento de San Juan de Piérola (Campezo, Álava).
- Juan, no hay más detalles.
- José, no hay más detalles.
- María Josefa, casó con Diego de Arce Gómez, natural de El Almiñé y abogado de los Reales Consejos,
Claro que disponemos del nombre de algún hijo
más de esta prolífica pareja: Antonia, Clara, Bartolomé Francisco, Clara
Catalina, Juan Antonio Manuel, Gregorio Norberto, José Antonio, Manuel Vicente,
José Matías y Andrés Antonio.
En 1704, junto con su madre Clara María de
Valdivielso, todos los hermanos Arroyo y de Valdivielso figuran como hijosdalgo
notorios en el padrón de Villarcayo. Y como tales poseyeron casa solariega en
la Villa del Corregimiento. Seguirá figurando en los mismos, junto con su
madre, como hijodalgo notorio en los de 1711 y 1717, donde se le señala como
residente en Indias. Por extinguirse la sucesión de su tío Esteban de Arroyo y
Vélez de Valdivieso, y tras la muerte de sus hermanos mayores, recaería en él
la posesión del mayorazgo de Arroyo.
A los veinte años –si las cuentas no me fallan:
1706- marchó al Virreinato de Nueva España al ser uno de los dos criados solteros
que se le concedió llevar en su servicio al capitán de infantería Pedro de
Irles y Pineda, a quien el rey Felipe V había encargado el corregimiento de la
ciudad y puerto de Veracruz tras redondear sus virtudes con 1.200 pesos.
Domingo Marcos Giménez Carrillo comenta que “ofreció
18.000 reales, teóricamente, por el grado de Maestre de Campo, que abonaría en
dos plazos, el primero en 1704 y el definitivo en 1705, fue el que se hizo con
dicho corregimiento y, al tiempo que recibió una merced de hábito”.
Dragón |
Al poco de llegar a América sentó plaza de
cadete en la Compañía de Caballos Corazas (arcabuceros a caballo) de José
Álvarez de Nava, una de las compañías del Presidio de Veracruz. Era el 17 de
agosto de 1706. Ocupó dicha plaza hasta el 26 de marzo de 1707 cuando el X
Duque de Alburquerque, como Virrey de Nueva España, le nombra alférez de la
citada compañía. Le entregan el despacho el 21 de junio de 1707.
Estuvo en el cargo durante tres años, uno de ellos
destinado en el Puerto de Acapulco con su compañía y la de Juan de Cienfuegos.
El 27 de marzo de 1710 el Virrey le despachó título de teniente de esa compañía
de Caballos Corazas. Deja el cargo quedando disponible para nuevo destino el 6
de julio de 1713 por haber cumplido tres años en el puesto.
X duque de Alburquerque francisco Fernández de la Cueva y de la Cueva |
En aquellas fechas, el IV Duque de Linares Juan Manuel de Láncaster y
Noroña, que había sucedido al Duque de Alburquerque como Virrey, decidió
reformar las cuatro compañías de caballos que había en el Puerto de Veracruz,
creando una de ciento veinte hombres a cargo de Fernando Antonio de Noroña,
caballero de la Orden de Santiago, para la cual se despachó título de teniente
a Manuel de Arroyo con fecha de 29 de agosto de 1713. Sirvió como teniente de
esta compañía durante seis años, cuatro meses y tres días, hasta el 2 de enero
de 1720.
En este período, Gonzalo Gámez Mesía, en aquel
entonces Gobernador del Puerto de Veracruz, le dio comisión para que pasase con
veinticinco caballos a la Provincia de Tepeaca, para sofocar un motín de más de
trescientos mulatos, que se habían levantado con la intención de dar muerte a
su alcalde mayor, suceso que había ido acompañado de numerosos robos.
Cumplió sin crear gastos a una administración
exangüe. Enterado el Virrey, escribió el 11 de enero de 1716 a Manuel
agradeciéndole su conducta en el Real Servicio y enviándole cuatrocientos pesos
para las pagas de su tropa. Además le indicaba que informase de cualquier otra
necesidad mientras permaneciese en Tepeaca para resguardar de ladrones y
salteadores el camino entre Ciudad de México y Veracruz.
El 10 de noviembre de 1718 el nuevo Virrey, II
Marqués de Valero, Baltasar de Zúñiga y Guzmán, le envió a los puertos de
Tamiahua (Tamiagua), Tuxpan (Tuspa), Islas de Lobos, Alvarado, Punta de Antón,
Lizardo y Coatzacoalco (Guazacualco) para evitar el contrabando textil que,
evidentemente, minaba la Real Hacienda. Obtuvo la autoridad y jurisdicción
necesaria para decomisar las embarcaciones y géneros ilegales que hallase.
Baltasar de Zúñiga |
Felipe V instó al Virrey a reclutar 500 hombres
para crear cinco nuevas compañías de dragones para guarnecer el Puerto de
Veracruz. En esa tesitura Baltasar de Zúñiga se acordó de Manuel de Arroyo –en
esos momentos teniente de la Compañía de Juan Bernardo de Aguirre- y le nombró
capitán de una de ellas despachando el título el dos de diciembre de 1719 y
tomó posesión el dos de enero de 1720. Como curiosidad: cobraría 110 escudos al
mes.
Manuel de Arroyo permaneció en esta compañía
hasta el 16 de noviembre de 1722 cuando pasa a la reserva junto a otros
oficiales. Se suele achacar al cambio de virrey: ahora estaba el I Marqués de
Casa Fuerte, Juan Vázquez de Acuña y Bejarano. De hecho, Manuel recibió una
carta del Virrey fechada el uno de noviembre de 1722 donde se le informaba que
su situación de pendiente de destino no estaba basada en algún tipo de sanción
sino que las órdenes provenían de la Corte. Incluso le autorizó viajar a Madrid
a aclarar el tema embarcado en los Navíos de Azogues que estaban preparados
para partir a España.
La Corte analizó los dieciséis años de servicio
en Nueva España (el documento se encuentra en el archivo General de Indias) y, por
patente real, despachada el 17 de septiembre de 1724, fue nombrado capitán de
la compañía de Dragones de la Ciudad y Puerto de Veracruz, que se hallaba
vacante por muerte de Alfonso Carrascosa. Con su nombramiento retorna a Nueva
España en 1725. ¿Aprovecharía su estancia en Castilla para acercarse a su
pueblo? No lo sabemos. Aunque, tal vez, pudo llegar a despedirse de su madre o
a poner flores en su tumba y en la de su padre fallecidos en 1724 y 1699
respectivamente.
Juan de Acuña |
Retornando a América la nave capitana de la
flota, en la que estaba embarcado, arde. Él se salva –como si fuera una
película - agarrado a una tabla junto a otros supervivientes pero… ¡perdió los
despachos correspondientes a su empleo! El Virrey no tuvo en cuenta la pérdida
de documentos y le puso en posesión de la compañía el 24 de octubre de 1725.
En septiembre de 1727, Manuel de Arroyo quedó en
segundo lugar para ocupar la alcaldía mayor de Santa Catalina de Chichicapa y
Zimatlán. En 1728 obtuvo el hábito de caballero de la Orden de Santiago.
Y es aquí donde tenemos una descripción de las armas
de los de Manuel de Arroyo. Reflejaban las alianzas familiares y estaban
presentes en la fachada principal de la vivienda y en un balcón que estaba
sobre la puerta. El escudo tenía seis cuarteles:
- Superior izquierda. Partido. Un árbol con dos calderas pendientes de sus ramas y dos lobos alzados en su tronco; Una torre de dos cuerpos saliendo fuego por el homenaje. En la bordura general diez cabezas de moros y aspas. Las armas de los Diez.
- Superior derecha. Cuatro fajas de azur y una barra de oro que la cruza desde el extremo superior derecha al inferior izquierda.
- Inferior Izquierda. Un castillo y saliendo de su torre del homenaje un caballero con un estandarte en la mano izquierda y una hogaza en la derecha y cayendo por el lado diestro otras cuatro. Dos caballeros armados con lanzas apostados, uno a cada lado de la puerta del castillo y en el flanco siniestro una flor de lis. Estas son las armas de Villasante y alianzas.
- Inferior derecha. Partido y medio cortado. En el primer cuerpo hay una torre de dos cuerpos cubierta flotando sobre el mar. En los otros dos cuarteles: en uno con dos grifos y en el otro un águila. Este escudo estaba rematado por un yelmo y florituras en torno al escudo.
¿Y dónde estaba esa casa? Bien. Vayamos por
partes. Parece ser que la casa la había heredado Esteban de Arroyo y de
Valdivielso hermano de Manuel y cura en Villarcayo. Que estaba en la plaza
Mayor según nos confirma el catastro de Ensenada de 1752. Tenía cuarto alto y
bajo; una altura de once varas y media –unos 10 metros-, ancho de veinte varas
y media y fondo de veintiuna varas. Se situaba al cierzo (noroeste) el corral
de la casa, al este la casa de Josefa Gómez de las Bárcenas, al frente la plaza
de la villa y en el lado restante otra casa del mismo mayorazgo. Las armas
anteriormente descritas aún se conservan, aunque colocadas en una construcción
ubicada donde lo hacia la edificación original. ¿Quién la ocupaba? Porque, está
claro que su propietario residía en Veracruz y el anterior había muerto. Pues, parece
ser, que Antonio Bustillo a cambio de 300 reales.
La otra casa de la plaza que hemos comentado
está descrita como de dos alturas y siete varas y media de alto y trece varas y
media de ancho. La tiene alquilada Pascuala Ciruelo y pagaba anualmente 110
reales de vellón. Tras esta casa había dos corrales para dejar abono, leña y el
ganado de noche y huerta propia y otra de Francisco Barahona. Una huerta
cercada de pared a espaldas de la casa y el corral con dieciséis manzanos, veinte
ciruelos, cuatro guindos y cuatro perales. ¡Vaya! Que tenía un patrimonio en
Villarcayo. Serán estos bienes sobre los que se fijase el censo de 200 ducados.
Casa actual en donde está integrado el escudo de armas. |
Disponía de más bienes en la población: una heredad
en Entre Pontones de seis fanegas con tiene 125 olmos; otra en Entre Cenagas,
de 5 fanegas con dos sauces. Esta última estaba grabada en dieciocho reales que
cada año se pagan a los Beneficiados de esta villa. Una tercera finca en la
Cruz Blanca de 32 celemines junto al llamado camino "Real de los
mulos" y el de Horna a Cigüenza. Esta finca estaba asociada a la dotación
de una sepultura en la Parroquia de Villarcayo. Cinco fincas en la Huelga y
otra en Carreruela junto al "Camino Real de los mulos".
Con el tiempo Manuel será comandante de todas las
compañías montadas de Veracruz y coronel de Dragones. En 1735 sofocó la
sublevación que tuvo lugar en la zona de Córdoba (actual estado de Veracruz)
por parte de los numerosos esclavos negros presentes en los ingenios y
haciendas azucareras. Manuel de Arroyo, en aquellas fechas capitán comandante,
acudió en auxilio de las autoridades locales con un destacamento de Dragones
del Puerto de Veracruz, compuesto por 100 hombres, que se unirían a las tropas enviadas
por otras localidades.
No consta que contrajera matrimonio a lo largo
de su vida. Por cierto, sobre la escuela todavía estoy buscando datos.
Bibliografía:
“Blasones y Linajes de la provincia de Burgos. V
Partido Judicial de Villarcayo”. Francisco Oñate Gómez.
“Villarcayo. Capital de la comarca Merindades”
Manuel López Rojo.
“El coronel Manuel de Arroyo, benefactor de la
villa de Villarcayo, y su ilustre genealogía”. David Huidobro Sanz.
“Gobernar las Indias. Venalidad y méritos en la
provisión de cargos americanos, 1701-1746”. Guillermo Burgos Lejonagoitia.
“Los caballeros de las órdenes militares
castellanas. Entre Austrias y Borbones”. Domingo Marcos Giménez Carrillo.
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