Hoy nos acercaremos a la ermita de Nuestra
Señora del Somo o, como también es conocida, ermita de Santa Isabel. No hay
duda del porqué del primer nombre. Según la Real Academia Española: Somo, del
latín summum, significa “cima”. Y
esta la tenemos en una loma desde la que hay una hermosa vista del contorno y a
la que se llega desde Villamor por una pista apta para coches. El templo está
situado en la falda oriental del monte El Castillo –dicen que allí hubo uno- que
separa Villamor de Salinas de Rosío.
Ermita de Santa Isabel o Nuestra Señora del Somo. |
Santa Isabel era la madre de San Juan Bautista y
pariente de María. En su boca se colocan las famosas palabras: "Bendita tú entre todas las mujeres, y
bendito el fruto de tu vientre", añadiendo: "¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron
dichas de parte de Dios!".
Isabel –y sus numerosas variantes- significa “Consagrada
a Dios” y, evidentemente, es de origen Hebreo. El día de celebración es el
cinco de noviembre. Esta mujer era descendiente del hermano de Moisés, y su
vida y la de su esposo Zacarías la cuenta San Lucas en el primer capítulo de su
Evangelio. Nos dice que eran santos, ancianos y justos ante Dios y que un ángel
del señor les anunció que se les concedían el don de ser padres. Será Juan
Bautista.
El ángel Gabriel cotilleó a María (la madre de
Jesús) que Isabel iba a tener un hijo. Ella se fue corriendo a casa de Isabel y
allí estuvo tres meses acompañándola y ayudándole en todo, hasta que nació
Juan.
Así pues tenemos una ermita con la advocación a
la prima de la madre de Dios… ¡Qué menos! Para eso somos de Las Merindades que
no es Bilbao pero está cerca. Por eso la romería se hará el cinco de noviem…
¿Qué no? ¿Qué no es en noviembre sino el primer domingo de julio? ¿Y eso?
Santa Isabel de Portugal. |
Pues porque lo más probable es que la Isabel de
esta ermita sea Santa Isabel de Portugal cuya festividad es el cuatro de Julio.
¿Qué quién era? Les cuento: Isabel de Portugal (Zaragoza, 1271-Estremoz,
Portugal, 1336), también conocida como Isabel de Aragón, fue reina de Portugal entre
1282 y 1325. Y, como ya suponen fue una santa. Esto ya le influía desde su
niñez.
Isabel dedicaba parte de su tiempo a atender desvalidos
para los que ella misma confeccionaba ropa. Durante su reinado ordenó construir
hospitales, escuelas gratuitas y refugios para huérfanos. Colaboró en la creación
de un buen número de conventos. Claro que, en eso, no divergía de la tendencia de
otros nobles cristianos. El rey Dionisio la dejaba hacer hasta el punto de que
la reina distribuía de forma regular las monedas del Tesoro Real entre los
pobres. Isabel siguió estrechamente el ejemplo de su ancestro Santa Isabel de
Hungría, adoptando su filosofía de vida cristiana hasta tal punto que la
leyenda popular portuguesa adoptó el episodio de la transformación del pan en
rosas de la princesa húngara, colocando como personajes principales al rey
Dionisio y a su esposa.
En diversas ocasiones se trasladó hasta el campo
de batalla para acabar con las disputas entre su marido y su hijo Alfonso. Se
colocaba entre los dos y rezaba para que la pelea finalizara.
En 1325 Isabel enviudó y poco después peregrinó
a Santiago de Compostela, ingresando a su vuelta en el convento de Santa
Clara-a-Velha en Coimbra, que ella misma había fundado, donde tomó el hábito de
las clarisas, pero sin hacer los votos de la orden, lo que le permitía mantener
la administración de su fortuna, que dedicó a las obras de caridad.
Aun así, tuvo que volver a mediar, esta vez
entre su hijo Alfonso y su nieto Alfonso XI de Castilla. Inició un viaje hacia
el campo de batalla de Castilla para poner paz entre los dos familiares. A su
regreso se encontró indispuesta y murió en Estremoz el 4 de julio de 1336. Sus
restos fueron sepultados en su convento de Santa Clara-a-Velha; pero al
resultar éste progresivamente anegado por las aguas del río Mondego tuvieron
que ser trasladados en el siglo XVII al nuevo convento de Santa Clara-a-Nova.
Tras su muerte se dice que se produjeron milagros.
Fue beatificada en 1526 y canonizada por el Papa Urbano VIII en 1625. La fiesta
se la pusieron el día de su muerte aunque en 1694 el Papa Inocencio XII la movió
al 8 de julio para que no coincidiera con la Octava de los santos Pedro y Pablo
(del 29 de junio al 6 de julio). Pero como hemos dicho que el día era el 4 de
julio la historia no acabó en 1694. Miren, en 1955 Pío XII abolió la octava; el misal romano de
1962 cambió la
categoría litúrgica de la festividad de santa
Isabel de Portugal de "Doble" a "Tercera clase"; la reforma
de 1969 del calendario clasificó la
festividad como "memoria libre"; y, entonces, retornó al 4 de julio. Claro
que, parece ser que, en Villamor, se celebraba el dos de julio.
Vistas desde la ermita de Santa Isabel |
Cuando vayan a la romería, o cuando vayan solo a
disfrutar del templo, nos encontraremos con un edificio de sencillas líneas
neoclásicas que nos llevan a principios del XVIII. La imagen de Santa Isabel, quizá
del siglo XV, aparece bajo una parte del retablo en donde Santa Isabel recibe
la visita de su prima María. (Pero, ¿no decíamos que era santa Isabel de
Portugal? En verdad, no sé qué decirles). Supongo que sería porque luciría más
esta Isabel que la otra, o por despiste o por economías... La imagen de la
virgen está convenientemente aserrada para convertirla en una de tipo vestida. Esta
Virgen preside el retablo mayor y procedería del templo anterior que sería del
siglo XV. El retablo en que está es de estilo barroco (hacia 1700).
Si se construyó este templo en sustitución de
otro debió ser porque se necesitaba más espacio para los feligreses… y había posibilidad
de obtener dinero. Los libros supervivientes de la cofradía comentan que “para animar los corazones se dio parte por
el común vulgo al muy docto y religioso Fray Pedro del Campo, predicador de
santidad y elocuencia, morador en el santo convento del glorioso San Francisco
de Medina de Pomar”.
Es decir, se contrató a un fraile orador –me imagino
a uno de esos Pastores Protestantes norteamericanos exhortando con dádivas celestiales y
maldiciones infernales a que los feligreses soltasen dinero- para que desde la
pequeña ermita lanzase soflamas a favor de la obra. Y llovió de tal forma que
bajaron a Villamor para celebrar la eucaristía. Pero, fue tan eficaz su
discurso que consiguió que tras un tiempo prudencial la tormenta de ese día de
verano se calmase y saliese el sol. ¡Milagro!
“Y
luego allí en las eras se hizo el gentío corrillos, y a voz clara y común prometieron
esforzarse y emplearse en obras y hacer de nuevo otra mayor ermita a que el
Clero y Noble Cabildo y Villa de Salinas de Rosío y otros muchos comarcanos
dijeron se esforzarían en medio de sus cortas cosechas y largas familias”.
Retablo de Nuestra Señora del Somo. |
La iglesia es de tipo basilical con un largo
tramo recto de nave y rematada por una cabecera de planta pentagonal. Toda la
fábrica del templo pertenece a los años que están a caballo de los siglos XVII
y XVIII, incluida la cabecera, a juzgar por el tipo de cornisa. Pensemos que
empezó a construirse el 21 de julio de 1698. Hay una campana, cuyos tañidos, en
días tranquilos, se oyen a varios kilómetros a la redonda, y sobre esta hay un
campanillo que no se solía tocar.
Se encargó construir la nueva ermita a Pedro de
Villasante Diez, maestro cantero vecino de Riaño de la Montaña, en un remate de
1.644 Rs. de Vellón. Será en 1707 cuando el Arzobispo de Burgos, Sr. Navarrete,
visite la ermita y -¡vaya por Dios!- halla irregularidades en las cuentas y
castiga al mayordomo. En 1708 se fundió la campana por estar
"quebrada", se le aumentó el peso del metal y se puso en la espadaña.
Todo ello costó 133 Reales y 17 Maravedís.
Consta en “los escritos” que en 1710 se
construyó una casa para la ermita con un coste de 247 reales además de un manto
para el ermitaño que costó 37 Reales y 17 Maravedís. Hay más obras en 1714
cuando una cuadrilla abrió camino para que se pudiese andar en procesión
alrededor del santuario. Pero es un no parar, en 1719 el Arzobispo manda que “se haga una sacristía para guardar y
custodia de los ornamentos, al lado de la Epístola, ajustando la obra con el
maestro que mejor y con más comodidad la hiciere, sacándolas a remate sin
prometidos”. Como vemos el mantenimiento de la ermita era un continuo flujo
de dinero. Para su conservación no solo tenían las limosnas sino que disponían
de animales y de fincas que arrendaban. Y, por lo ya dicho, eso venía bien.
En 1800 los bienes de esta ermita fueron
desamortizados según nos cuenta María del Carmen Arribas Magro. Tras la guerra
de Independencia y poco antes del pequeño periodo de gobierno liberal se construirá
la casa anexa de la cofradía tal y, como reza su dintel, en el año 1820. Consta
la existencia de cofrades al menos desde el año 1703. Formaban inicialmente parte
de esta cofradía nueve pueblos, que hoy son cuatro: Villatomil, La Cerca,
Villate y Villamor.
En 1862 se construye la nueva espadaña siendo
maestro de obras José García, vecino de La Cerca, con diez obreros. Costó 1.400
Reales y sacar la piedra para ella costó 247 Rs. y 141 Rs. para los obreros, más
el hierro de los ejes y barra colocada en la sillería para seguridad de la
campana.
En todo caso, los escasos residentes de estos
cuatros pueblos aún mantienen la tradición de subir en romería cada primer
domingo de julio. ¿Seguirán viniendo para pedir remedio a sus males o solicitar
favores? A la intercesión de Nuestra Señora de Somo se atribuyen innumerables
milagros, algunos de ellos recogidos en los libros de la cofradía.
Cortesía de "Tierras de Burgos". |
Entre los documentos supervivientes de la
cofradía nos cuentan la colocación de la escultura de la Virgen: “Colocada fue Nuestra Señora del Somo en su
capilla mayor el día de Santa Isabel (Indican que fue el 2 de julio) del año 1703, con siete estandartes y más de
500 personas, y gran número de sacerdotes. Predicó divinamente el Reverendo
Cisneros, Lector jubilado y observante y Vicario del religioso monasterio de
Santa Clara de Medina de Pomar. Hubo danza y soldadesca de 40 Hijosdalgos con
bandera y caja de guerra. Fue Capitán D. Juan Francisco de Hierro Salinas;
Alférez D. Diego de Villamor Salinas; Sargento Manuel de Aguirre: Cabo de la
Compañía José, dejado sus reales. Y nuestra Abogada subió de la parroquia de
San Martín de Villamor, a donde estuvo durante el curso de la obra. Llovió
mucho por la mañana, y la Reina del Cielo que nos ayude serenó la turbiez, en
claridad”.
Por supuesto, hubo milagros el día de la
colocación de la escultura divina: “Estando
Juan González, vecino de Villanueva de Rosales oyendo el sermón, cayó sobre su
cabeza un canto de lo alto de la pared y le hirió, y siendo la piedra bien
crecida, le amparó la madre de Dios y sanó” y “por la tarde hubo abajo (en el pueblo), junto al puente Guiza y
Estafermo, y estando un hombre mozo y recién casado vendiendo cerezas, un
soldado del tercio festejal, le pidió una libra, y al pedirle el dinero, sin
querer, le dijo: tómalo, arrimándole una escopeta al rostro y le libró Nuestra
Señora. Y sanó del fuego de aquel volcán”.
El día de la romería se sacaba en procesión una
Virgen del Rosario de escayola por los alrededores de la ermita. Esta imagen
mariana, que no era la que presidía el altar, era paseada a hombros de mujeres.
La campana que ocupa el cuerpo superior de la espadaña frontal no cesaba de
repicar durante el paseo de la imagen. Por supuesto había misa solemne para
todos los romeros. La fiesta profana continuaba por la tarde con juego de bolos
y baile.
Antes de integrarse el Ayuntamiento en el de
Medina, allá por los años siguientes a la guerra civil, declaró el Ayuntamiento
a Nuestra Señora del Somo, o de Santa Isabel, patrona del mismo, era día festivo
y se invitaba a los dieciséis pueblos que le componían a que asistieran a la
fiesta.
Llegados a este punto, ¿Dónde estaba la antigua
ermita? O bajo la actual o cerca porque estos lugares mágicos son reutilizados.
Además, como en el caso de Cantonad, los lugareños podían dirigir su mirada a
la iglesia y encontrar en la Virgen apoyo y protección. No olvidemos que eran
personas de Fe.
¿Por qué la demolieron? Nos dice Ángel
Villasante Ortega en su libro que la razón era que números romeros se quedaban sin
poder oír misa, por ser la ermita pequeña, baja, antigua, tosca, y poco decente
para "cosa tan alta y divina".
Vale, pero esa es la razón para construir la nueva, no para derribar la vieja.
Puede ser que aquella se emplease como material de construcción de la actual. Nada
extraño, por cierto. Eso reducía mucho los costes que, generalmente, procedían
de limosnas y donaciones. Por eso sorprende que Ángel Villasante añada la
condición de que “no se debía demoler la
ermita antigua, hasta que no estuviera terminada la nueva, ni destruir la
capilla antigua, antes que estuviera terminada la nueva capilla mayor”.
¿La cumplirían a rajatabla?
Bibliografía:
“Las Siete Merindades de Castilla Vieja.
Valdivielso, Losa, Cuesta Urria”. María del Carmen Arribas Magro.
“La Junta de la Cerca y sus pueblos”. Ángel
Villasante Ortega.
Periódico “Crónica de Las Merindades”.
Blog “Tierras de Burgos”.
Anejo:
Nuestra milagrera Señora del Somo:
Extracto de libro de la cofradía.
“A
Nuestra Señora del Somo la tiene una gran devoción y la reconocen un poder
sobrenatural ante enfermedades y toda clase de dolencias, como Madre de
misericordia con suma clemencia, sin tener en cuenta nuestras ingratitudes,
pues en las secas (sequías) nos da aguas limpias con abundancia; socorre con
salud a los enfermos que de corazón la invocan; libra de las fatalidades y
peligros a sus siervos; oye los ruegos de los justos y llama a penitencia a los
pecadores; aboga por sus amantes; desvía de los hombres las tentaciones, y a la
presencia de su regalado Hijo, y Nuestro Dios y Señor pide por los mortales y
defiende a las ánimas de pena eterna.
Divierte
y convierte los horrores y tempestades de los truenos y relámpagos que furiosos
amenazan los frutos de nuestro mantenimiento, abunda nuestras cosechas, cubre
los desnudos y ha obrado su misericordia y obra tantas maravillas como puede.
Y no
hay pluma que las escriba, y sus prodigios y milagros eran de notar y pintar
como verdaderos, pues que los tenemos tan experimentados y en estos tiempos
acaecidos. Y diré, entre otros, que ha obrado nuestra Madre y Señora con el
dicho Bernabé de Hierro, vecino de Villamor, a quien yendo con carro y cuatro
bueyes con otros bienhechores a traer cal para esta obra, de un calero que se quemó
en Valdevacas, término de Villatomil, y como era con el rigor del sol la vuelta
por el monte de Rivamora, hacia acá, cargado bien el carro, acudió tan rabiosa
la mosca y tábanos a los bueyes, que, furiosos, intrépidos y enojados,
atrepellaron a Bernabé, y cayó al suelo sin remedio, y pasaron los bueyes y la
rueda del carro cargado sobre los miembros de su cuerpo. Y quedó muy maltratado
y moribundo. Y llamó a la Virgen, Nuestra Señora del Somo, en su ayuda y a
pocos días estuvo mejorado y sano de su cuerpo.
Y más
es muy poco, y no para dejar de escribir que el mismo Bernabé Hierro el
siguiente año, estando posado y recogido un enjambre de abejas en un olmo de
dos brazos gruesos, cercano a la casa del Condestable de Castilla, la próxima
al río, y camino que va y viene a La Cerca, este mismo Bernabé, por ser hombre cándido
y de buen celo, subió con un hacha al olmo, que hoy permanece y está cerca del
corral de la dicha casa contigua su raíz al río, y cortó el brazo viejo del
albergue de las fecundas abejas, y el brazo dio al caerse otro brazo más viejo,
y rechazó el de arriba, y cayó Bernabé al río, que entonces iba seco, y dio
sobre los duros colchones, cuya lana fueron crecidos y ásperos cantos, y quedó
"cuasi inmóvil" y atormentado el cuerpo, descoyuntados y quebrados
parte de los huesos de él, y se temió su fatal muerte; y como siervo y devoto
de esta Gloriosa Princesa y Reina de los cielos, sanó como hoy lo está.
Otros
mil prodigios cada día hace y no es el menor que a la falda de un terreno que
mantiene un olmo, nace una fuentecita que cae a donde dicen Ladrero, y para más
claridad a la vista del río de Villamor, y como fue pacto de que los materiales
se habían de dar puestos y costeados al pie de la obra a costa de bienhechores,
y la fuente contigua a la ermita mana hilo a hilo, y gota a gota, que para
recogerla el Beato Juan Hipólito había hecho hoyo, y cerca, para batir y
abundar los morteros de la cal. La buena disposición y maña del dicho Lic. D.
Gregorio García de Pereda, a cuyo cargo estaba, y al del dicho D. Diego de
Villamor con el de D. Juan de Hierro, hermano del dicho D. Miguel de Hierro,
depositario de limosnas, con sus modos y suavidades de llamar y atraer al servicio
de esta buena obra en los días desocupados, con ser cercano el tiempo del
agosto, traían muchas mujeres casadas, viudas, doncellas, mozos y bienhechores
con sus cántaros y vasijas para subir el agua a los morteros”.
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