Hoy recibimos nuevamente
la visita de José Antonio San Millán Cobo, veterano portador de la memoria de
Espinosa de los Monteros, para que disfrutemos con una escondida joya de su
municipio. Ya ha visitado nuestra página en otra ocasión donde nos habló de un
edificio moribundo de Espinosa. Hoy, el autor de “Pasiegos y Merindades”, lo
hace sobre el pueblo de Santa Olalla. Dado lo exhaustivo de su trabajo lo
dividimos en dos partes que publicaremos en jornadas consecutivas. Pero no
quiero nublar su esfuerzo con esta somera presentación por lo que les dejo con
él:
Santa Olalla es una
pedanía de Espinosa de los Monteros, que se encuentra apenas a 600 m de
distancia del casco urbano de la Villa. Uno de los caminos de acceso pasa junto
a la Torre Ilustre que vigila el paso del Río Trueba, el otro camino lo
encontramos unos centenares de metros más adelante en dirección a Sotoscueva. Se
localiza a media ladera del Monte de la Herbosa, que Madoz dice “llamada de Canto-Blanco” y que durante
la Guerra Civil se llamó “El Mirador de
Espinosa”, por las excelentes vistas que hay de Espinosa y de toda la
Depresión que abarca la Merindad de Montija, Sotoscueva, y los Valles Pasiegos.
En el año 2018 Santa
Olalla tenía una población de 35 habitantes. Dentro del casco urbano, encontramos
una casa palaciega con dos escudos parejos de muy bella facción y perfectamente
conservados, y con los yelmos girados hacia el centro de la fachada, lo cual
desmonta una vez más el mito de que si el yelmo mira hacia un lado es bastardo
y bla, bla, bla. No se puede ser bastardo a medias, o se es, o no se es…
Este bello palacete de
estilo barroco montañés es la casa más importante de Santa Olalla,
nobiliariamente hablando. Es la única que se conserva que presenta escudos
antiguos porque hay otras casas cuyos dueños han puesto escudos recientemente. Describamos
someramente el escudo, porque es algo que me intriga desde hace mucho. Tiene
cuatro cuarteles divididos a su vez en 2, 4, 1 y 1. Lo que hace que el escudo
sea sumamente complejo para identificar los cuarteles y los apellidos. El
cuartel superior izquierdo dividido en dos (cortado), tiene un león rampante en
la parte de arriba y tres espadas en punta en la de abajo, desconociendo a que
dos apellidos hace referencia. El cuartel superior derecho, está dividido en
cuatro (cuartelado); de estos, el superior derecho tiene un castillo con una
cruz en la parte de arriba y dos estrellas de ocho puntas a los lados del
castillo. Que son las armas de Vivanco, el superior derecho una cruz de
Santiago a cuyos lados hay dos veneras, en el inferior izquierdo hay una rueda,
que quizás correspondan al apellido Rueda, y el inferior derecho tiene cuatro
bandas, y también desconozco el apellido al que representa. En la parte de
abajo del escudo, el tercer cuartel, parte inferior izq. Tiene un árbol con dos
lobos(¿?) pasantes a su tronco y ocho aspas en la bordura. Desconocemos el
apellido. Y el inferior derecho es un castillo en el que desde las almenas
aparece un brazo tirando hogazas de pan. Este escudo pertenece a la familia
Villasante. Quizás el Marqués de Santa Olalla, este relacionado con este escudo
y con la familia de los Marqueses de Vivanco.
Francisco Oñate Gómez en
su libro se equivoca al decir que los libros parroquiales de Santa Olalla
comienzan en 1710. Como demostramos abajo, los libros parroquiales de Santa
Olalla comienzan en 1603. El origen de Santa Olalla, o Santa Eulalia de
Castañeda, como aparece en algunos documentos, podría estar relacionado con el
monasterio de Santa Eulalia, que hoy es su iglesia parroquial, o podría ser muy
anterior, no lo sabemos con certeza, lo que sí parece claro es que a partir de
la Edad Media fue el núcleo donde se gestó la localidad. Según Argaiz, este
monasterio debió de ser incorporado al patrimonio Condal y entregado a San
Salvador de Oña, aunque Mari Carmen Arribas Magro no opina lo mismo. También
nos comenta esta autora que el culto a esta santa se difunde entre los S. V y
VIII.
Nicolás López Martínez
en su libro sobre los monasterios primitivos, nos dice que el lugar donde se sitúa
la Iglesia se llama Castañeda, pero he de decir, que además de no haberlo oído
nunca a los lugareños, en el Catastro tampoco aparece. Por lo que quizás, y
solo quizás, haya tomado la parte por el todo. Ya que siglos atrás a Santa
Olalla se la identificó como Castañeda. Los topónimos que sí que aparecen
alrededor de la Iglesia son Pando (Que transformado, sobrevive en la ladera del
monte que da a Espinosa como Pendu, justo encima de la Presa) y El Palacio,
topónimo que también tiene el barrio inferior de la Iglesia.
Este topónimo, a mi
entender, tiene dos posibles orígenes, uno sería que el palacio hiciera
referencia a la Torre Ilustre que está en el camino de Espinosa, aunque me
parecería raro que así fuera, y otro que, en la zona donde hoy hay casas,
realmente hubiera habido en la antigüedad algún palacio. Los más mayores de
Santa Olalla, no lo han conocido y ni siquiera han oído hablar a nadie de un
palacio en esa zona, lo que nos da señal de su posible antigüedad. Por lo que
cabe la remota posibilidad de que hubiera habido un palacio antiguo junto a la
Iglesia, no sabemos si coetáneo a la iglesia, lo que nos daría una estampa
sumamente pintoresca, parecida a la de Santa María de Naranco y San Miguel de
Lillo (salvando las distancias…), o podría ser posterior en el tiempo, que es
más fácil, y haber desaparecido hace siglos dejando el topónimo y dando nombre
a un barrio de Santa Olalla. Quizás algún día aparezca algún documento o se
hagan excavaciones y se aclare un poco el misterio.
La cita documental más
antigua que conocemos de la localidad, data del 13 de octubre de 1105, cuando
la Condesa Doña Mayor dona al Abad de Oña, Juan I, la “quarta ratione de illo monasterio Sancte Eulalie Spinosensi” junto
con otras propiedades. Tres años más tarde, en 1108, Rodrigo Gutiérrez cede a
Oña su heredad en Espinosa y su parte en los monasterios de Santa Olalla, Santa
Juliana de Bárcenas, Santa Cruz de Soba y Santa María de Porres. En el Año
1110, también Rodrigo, dona a un sacerdote llamado Gonzalo, una parte que no
había entregado un par de años antes. Quizás es el mismo Gundisalvvs que hizo consagrar la Iglesia en el año 1122, y que
aparece en la inscripción de la que luego hablaremos. También en ese año de
1110, de nuevo, Doña Mayor le dio medio solar en Tasugueras (junto a Santa
Olalla), media parte del prado, y una parte del molino “de junto a la puente de Berrueza” en Espinosa.
Fronilde Gutiérrez,
hermana de Anderquina Gutiérrez y quizás también de Rodrigo Gutiérrez, según palabras
de Argaiz, en 1125 y de nuevo Doña Mayor en 1128, realizaron sendas donaciones
al mismo Gonzalo antes mencionado, quien acabó tomando el hábito benedictino y
profesando en Oña, según consta en un documento del 8 de marzo de 1128, con la
que sus propiedades en este y otros monasterios pasan a Oña. En 1131 reciben
los monjes nuevas donaciones realizadas por Oximina Muñoz, entre ellas en
Castañeda “illo solare de Cida Tielliz”.
Probablemente uno de los solares de los Monteros que aparecen en la pesquisa de
los Solares dada en 1208 por Alfonso VIII.
Como vemos el patronato
de la Iglesia está repartido entre varias personas, lo que suele indicar la
antigüedad de la fundación. En el interrogatorio de los delegados papales a los
testigos de San Salvador de Oña en el año 1209, aparece ya Sancta Eolalia como iglesia, al frente de la cual estaba Dominico
presbítero. Por lo que podemos entender que la desaparición de la vida
monástica debió de producirse tiempo atrás, quizás en el momento en el que se
hizo la incorporación al monasterio de Oña. Y quien sabe si la desaparición del
monasterio de Santa Eulalia, como tal, fuera el motivo de su incorporación a
Oña.
Parece ser, según Fray
Gregorio Argaiz, que eran también patrones de la iglesia algunos caballeros de
la Casa de Velasco, porque “Sancho Díaz
de Velasco hizo dexacion a Oña de ella, y sus derechos, lo cual confirmaron
después sus hijos Diego y Sancho Sánchez de Velasco en el año 1223, junto con
la de Santa Juliana de Bárcenas”. Mari Carmen Arribas Magro nos da
testimonio de un documentos de 1205, en el que María Díaz y Doña Mayor Díaz,
hijas de Diego Díaz de Velasco y de Doña Anderquina (Enterrada en la iglesia de
San Lorenzo en Vallejo de Mena, de la cual se puede ver la tapa de su sepulcro
en el interior de la Iglesia), con sus primos Diego López y Elvira López, Hijos
de López de Velasco, conceden al abad de Oña el patronato de Santa Olalla a
cambio de ser enterrados en Oña.
Santa Olalla (Google) |
En las cuentas de la
Abadía de Oña del año 1338 consta que Santa Olalla de Castañeda aportaba una
renta de 100 maravedís.
También en Santa Olalla,
en dirección a Para (de Espinosa) hay un despoblado llamado Tasugueras que
tenía una iglesia dedicada a San Pedro. Está situado a unos 500 m. al Oeste del
núcleo de Santa Olalla y en la actualidad existe una casa habitable. El culto a
San Pedro se generalizo entre los S. V y VIII. Respecto al nombre, solamente
decir que en esta zona de Castilla, a los tejones (Meles meles) se les llama
tasugos. Este lugar aparece en la documentación por primera vez en 1112, en el
que Doña Mayor dona a la iglesia de Santa Olalla medio solar con su prado en
Tasugueras. En sus Memorias, D. Nicolás Barquín Arana decía de su iglesia que “era muy antigua como demostraba su
estructura y podía ser hacia los años 800, poco más o menos, la conocí toda con
su altar, Santo (Un San pedro de Pontífice) y campana, que tañí muchas veces
siendo niño, no tenía patrono alguno y sus diezmos se hacían tres partes, una
para el Arzobispo y otras dos para el Cabildo de Espinosa o Beneficiado que
allí hubiese, fue barrio bien poblado con territorio campanil separado…” de
lo cual inferimos que a finales del S. XVIII aun tenia uso la iglesia como
parroquia.
De su desaparición
también nos da cuenta el mismo autor. “Y
su iglesia de San Pedro, ya arruinada, la demolió Don Cosme de Velasco en el
tiempo de la dominación de los franceses en los años de 1810 y 1811 para
agregar más terreno al que allí tiene, y que en tiempo de tantos apuros
vendieron y cedieron, introduciendo dentro de otras haciendas otra iglesia y el
huerto que tenía pegante a ella, que era de la misma, y aprovechando su piedra
sin que persona alguna le pusiese reparo”. El último beneficiado de la
Iglesia fue el Br. Juan Ruiz Quintano.
Había en las
inmediaciones una cantera de que se sacaron piedras para enlosar la Iglesia de
Santa Cecilia de Espinosa. En la primera mitad del S. XIX estaba funcionando. En
1551 existe un compromiso entre la Villa de Espinosa de los Monteros y los
barrios de Tasugueras y Santa Olalla sobre el Monte Abarejo y termino de la
dehesa de dicho Santa Olalla.
Santa Olalla en el diccionario Madoz |
Durante la pasada Guerra
Civil, Santa Olalla formaba la primera línea de fuego dentro del Sector de
Espinosa en el Frente Norte. Habiéndose dado números ataques por ambos bandos
hacia y desde la cima de la Herbosa. Esta posición tenía unas vistas
inmejorables de Espinosa de los Monteros, como ya se ha mencionado lo llamaban “El Mirador de Espinosa”, de Bárcenas y
de gran parte de la Depresión de Espinosa. La fortaleza que se situaba en la
montaña era una de las más importantes y complejas que hemos descubierto en
toda la zona Norte de Burgos donde se asentó el Frente. Hasta la época de su
abandono sirvió para tener atemorizada a la población de Espinosa, ya que desde
allí podían disparar a la plaza sin ningún problema. En agosto de 1937 se
rompió el frente y estas posiciones fueron abandonadas. Con el paso del tiempo,
en los años 60 o 70, el Servicio Forestal roturo gran parte de la montaña para
plantar pinos, destrozando quizás para siempre el yacimiento arqueológico de la
Guerra Civil.
Bibliografía:
Arte Prerrománico en
Castilla y León. Javier Sainz Saiz. Ediciones Lancia 1996
Merindades: la cuna de
Castilla. Merindad de Valdeporres, Villavés y alrededores (1011 - 2011) Aitor
Lizarazu Pérez.
Las siete Merindades de
Castilla Vieja. Castilla Vieja, Sotoscueva, Valdeporres y Montija. María del
Carmen Arribas Magro. ACCI. 2018
Enciclopedia del
Románico en Castilla y León. Burgos. Vol. III.
Diccionario de Madoz
Censo-Guía de los
archivos parroquiales de la diócesis de Burgos. Matías Vicario Santamaría.
Publicaciones Arzobispado de Burgos. 1988
Aula activa de la
naturaleza. Espinosa de los Monteros (Burgos). 1995. Junta de Castilla y León.
Soledad laureada.
Provincias de Asturias y Cantabria. Fray Gregorio Argaiz. (1675)
Iconografía de los
Santos. Juan Carmona Muela. Akal. 2011.
Blog “Siete Merindades”
Monasterios primitivos
en la Castilla Vieja (S.VI-XII). Nicolás López Martínez.
Catálogo del patrimonio
histórico del Camino. José Ángel Lecanda. Junta de Castilla y León.
Estudio arqueológico
(catalogo y normativa) integrado en la Revisión de las Normas Urbanísticas
Municipales de Espinosa de los Monteros (Burgos). 2011
Blasones y linajes de la
Provincia de Burgos. Partido Judicial de Villarcayo. Francisco Oñate Gómez.
2015
Memorias de D. Nicolás
Barquín Arana, Abad de Pechón. Primera mitad del S. XIX
Merindades: la piedra de
Castilla. Aitor Lizarazu Pérez
José Antonio es castellano
viejo. Espinosiego para más señas. Estudio, a la edad en la que se estudia, Ingeniería
Forestal, de la que ha trabajado durante una buena parte de su vida. Durante
ocho años y más de 350 programas fue director del “Huellas en el Tiempo”.
Programa cultural de Radio Espinosa Merindades. En la actualidad es Guía Turístico
y director de www.pasiegosymerindades.com y se dedica a dar a conocer la tierra
que hay a ambos lados de la Cordillera Cantábrica. Las Merindades y los Valles
Pasiegos a todas aquellas personas que quieran visitarla. Investigador,
naturalista, fotógrafo y amante de su tierra.
Anexo:
ALGUNAS NOTAS DEL
CATASTRO DEL MARQUÉS DE LA ENSENADA EN SANTA OLALLA
Partido de Castilla la
Vieja en Laredo. Jurisdicción de Espinosa de los Monteros. Lugar de Santa
Olalla o Santa Eulalia. No hay libro personal de eclesiásticos por no residir
clérigo alguno en este pueblo. Comienza el 9 de octubre de 1752. Su regidor es Manuel
Gómez Marañón, y Fray Miguel Gómez es religioso del Monasterio de San Salvador
de Oña y cura del lugar de Santa Eulalia.
Este nombre de Santa
Eulalia se utiliza indistintamente junto con el de Santa Olalla, por lo que me
lleva a pensar que en ese momento se encontraba en un momento de transición
entre Santa Eulalia, que probablemente fue el original y Santa Olalla, que es
el que se conserva en la actualidad. La aldea pertenece a SM. y son sus vecinos
de estado de hijosdalgo. Por esta razón no se paga servicio ordinario ni
extraordinario.
Original del Catastro de Ensenada |
Limita por Solano (Este)
con el “ayal” (hayal) que es término comunero de la Villa de Espinosa y su
jurisdicción. Tiene igual aprovechamiento que los demás que comprenden la
jurisdicción de Espinosa y los Montes de Pas, en los montes “ayales” y pastos
que están en los términos llamados Domingo Pájaro, Bustra el Ama y el Río
Trueba.
Su territorio es todo de
secano y los montes dan leña de haya y carrascales para el gasto y consumo de
los vecinos de este pueblo. Entre los árboles encontramos perales, manzanos,
nogales, castaños, ciruelos, guindos, robles y olmos. Como frutos se recogen
trigo, centeno, cebada, maíz, lino, garbanzos, habas, arbejas, hierbas,
manzanas, peras, nueces, ciruelas, cerezas, guindas, grana de roble y hierba.
Dentro de su término se encontraban 12 eras de trillar de un celemín cada una.
Y todas ellas pertenecían a la comunidad.
Se cobran diezmos en
Tasugueras, donde había, además de una iglesia, una granja. En esta última
vivía una persona con su familia, no sé si alguien más, pero el cura
administraba la iglesia. Por lo que vemos que aún se le daba uso.
Hay 116 pies de
colmenas, incluidas 21 que hay en el término de Tasugueras. Podíamos encontrar
bueyes para la labranza, bacas, novillas, yeguas, mulas, machos, ganado de
cerda, lanar y cabrío.
En 1752 había 24
vecinos, incluido el que residía en el término de Tasugueras, y cuatro viudas.
Además de la granja de Tasugueras donde vivía un vecino. Había 25 casas con sus
corrales, pajares y solo la mitad poseían horno para su uso personal. Todas
estaban habitadas. Había dos arruinadas. No vivía de continua residencia ningún
clérigo, ya que el religioso del Monasterio de Oña, que hacía el oficio de
cura, tenía su residencia en el Concejo de Quintanilla.
Se terminó el 20 de nov
de 1752.
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