Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


domingo, 11 de junio de 2023

La torre de Villanueva de Mena

 
 
Hoy nos trasladamos a un pueblo tranquilo, asentado en las faldas del monte Redondo y lugar donde se instaló el archivo del Valle de Mena. Una localidad que no sufre directamente el tráfico que se dirige hacia el centro de Las Merindades, pero cuya torre destaca desde la circunvalación del Villasana de Mena.

 
Según el catastro del marqués de la Ensenada, Lorenzo de Vallejo vinculó los bienes que los de este apellido gozaban en Villanueva. Entre las numerosas propiedades se encontraba “una casa al sitio de las Revillas de cuarenta pies de alta y treinta y dos de ancho y su fondo veinte y dos” que coinciden con las medidas de la torre comentada. A mediados del siglo XVIII el mayorazgo estaba en manos de José Martínez de Vallejo, vecino de Anzó. El escudo de la puerta corresponde a Vallejo: en oro, cinco barras, o bandas, de azur con bordura de plata, con siete armiños de sable y en jefe un aspa de gules.

 
Julián García de Baranda decía que una de las ramas de los Vallejo tuvo su solar en Villanueva de Mena, como lo confirman los escudos. A esta rama pertenecía Francisco Vallejo Capacho Sotela que casó con una hija de Pedro Alonso de Huidobro. Ambos fueron padres de Juan de Vallejo que marcharía al valle de Valdivielso y se casaría en El Almiñé. Fue padre de Catalina que se casó con Cristóbal Fernández quienes vivieron en Burgos.
 
Dada la primera referencia que hemos dado sobre la torre, esta se halla en lo más alto del pueblo, separada del resto del caserío. Entenderíamos que es posterior a 1470 porque no se cita en las “Bienandanzas e Fortunas” de Lope García de Salazar. La torre es un rectángulo, de lados ligeramente desiguales, con un palacete adosado al Norte, todo lo cual mide 18`20 metros por 9`80 metros. El grosor de los muros es de 1`11 metros de espesor en la parte baja, pero disminuye en la parte superior, cerca ya del tejado.

 
La puerta de ingreso es de arco de medio punto a base de excelente dovelaje con un escudo de armas en el arco. Está situada en la fachada este. Sobre ella un balcón y en el resto de la fachada diversas ventanas de similar tamaño, y diferentes aditelamientos, distribuidas asimétricamente. A la derecha de la puerta la mirada se desvía a una saetera y en la tercera planta se observan dos de las piedras donde podría haberse asentado el cadalso. El cuerpo adjunto dispone de una ventana abalconada y otra adintelada.
 
Al Sur destacan cuatro vanos, todos distintos: uno de arco apuntado con tronera en la parte inferior, otro de arco rebajado, otro mixtilíneo y el más inferior posiblemente abierto el siglo pasado, pues presenta el pronunciado derrame externo característico de las ventanas fusileras. Descentrado y situado hacia la esquina aparece el escudo de los Vallejo.

 
La fachada oeste tiene dos ventanas altas que definiríamos como simétricas, otra pequeña ventana y cinco saeteras. Dos de ellas tienen un ligero engrosamiento, quizá, para armas de fuego y bajo ellas cierto deterioro del muro. Remata la construcción un tejado de teja roja a cuatro aguas.
 
Al norte, tiene adosada una construcción de apariencia similar a la torre y en la que se abren -al oeste- dos ventanas cuadradas, la inferior enrejada, y otro escudo de armas diferente al de los Vallejo y protegido por un guardapolvo. Podría contener un árbol acompañado de tres flores de lis y dos perros, lobos o zorros, empinados sobre el tronco. Un cuerpo adosado, sobre el que más tarde se levantó un piso de ladrillo prensado. También hay en este cuerpo una ventana rectangular. Hoy día la torre posee un revoque descascarillado y amarillento. En los trozos desconchados puede apreciarse el predominio de la mampostería, a base de piedra de toba.

 
Dentro, en el portal, sorprende la columna central que sostiene el armazón interior y la escalinata de piedra a cuya izquierda también corre un zócalo de piedra. Esa columna, ese pie, es de piedra con collarino, en cuyo basamento, por la cara anterior, según se entra, están grabadas las armas de la casa y en la posterior, una flor plegada. En un tiempo cerraba la escalera un tabique de relleno de toba con armazón de roble. Hoy en día es una vivienda moderna y su planta está muy cambiada.


 
Durante la primera guerra carlista esta torre, tras la destrucción del fuerte de Mercadillo en 1836, se convirtió en el referente militar liberal. Será el "fuerte de Mena", la plaza fortificada más importante que poseían las fuerzas isabelinas en este territorio. Entre 1836 y 1838 resistió numerosos ataques por parte de las tropas carlistas dada su importancia geoestratégica al controlar la nueva carretera entre Bercedo y Castro-Urdiales. Una carretera que conectaba las provincias rebeldes y el resto del territorio de Las Merindades y permitía un rápido desplazamiento de las tropas -ya fuesen liberales como carlistas- y de su artillería hacia Burgos.

 
En febrero de 1838, el fuerte de Villanueva de Mena se amplió al conjunto del barrio de Santiago, el contiguo a la torre. Se creó una especie de ciudadela o plaza fuerte dividida en tres zonas: la oriental, que abarcaba el entorno de la iglesia actual y contaba con dos portillos fortificados y con puente levadizo para el acceso al recinto; al oeste de la anterior y comunicada con ella -que contenía la torre actual- estaba la segunda zona que contenía la escasa artillería defensiva; y en el extremo oeste del recinto fortificado y comunicado mediante una poterna subterránea, se dispuso la fortificación de una casa hoy aún existente, para proteger ese flanco del fuerte. El fuerte de Villanueva sufrió cinco duros asedios durante toda la guerra, sin que pudiera ser tomado nunca por las tropas carlistas.

 
En 1842 el gobierno de la nación ordenó la demolición de las obras de fortificación del fuerte, conservándose en la actualidad la torre, la iglesia o la casa fortificada de la poterna, pese a los daños sufridos en los asedios. Cuenta con la declaración de Bien de Interés Cultural.
 
 
 
Bibliografía:
 
“Arquitectura fortificada en la provincia de Burgos”. Inocencio Cadiñanos Bardací.
“Rutas de las Guerras Carlistas en el Valle de Mena”.
“Boletín Oficial de Burgos”.
Web del Ayuntamiento del Valle de Mena.
Web “Castillos del olvido”.
Web “Castillos.net”.
Periódico “El eco del comercio”.
“Las torres de Mena”. José Bustamante Bricio.
Web “Idealista.com”
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, tenga usted buena educación. Los comentarios irrespetuosos o insultantes serán eliminados.