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domingo, 21 de abril de 2019

Judas. Un traidor de nuestro tiempo.



Y del pasado les podría añadir. Hoy es comúnmente desconocida una fiesta que fue muy popular en la provincia de Burgos: fiesta, función, destrucción o escarnio de Judas. Los cambios sociales y de doctrina casi la han borrado. ¡Si hasta algunos piensan en Judas como el más fiel servidor de Cristo!

La quema del Judas representaría la muestra del castigo para el apóstol traidor mediante un juicio teatralizado y la posterior condena a la hoguera de un muñeco. Sin dejar de tener ese aroma a ritos ancestrales agrarios y fertilizantes. Porque esta fiesta era una de las más populares y de más arraigo dentro del ciclo festivo de primavera. Seguramente hunde sus raíces en ritos antiguos de civilizaciones agrícolas celebrados en el año lunar, el equinoccio de marzo o cuando entra el Sol en Aries.

Quema del Judas en Trespaderne. Cortesía de ZaLeZ

Era el tiempo de resucitar del letargo invernal. Fueron frecuentes los ritos que incluyeron la quema de muñecos y peleles, simbolizando el mal y la muerte que desaparecían con el fuego purificador. En el Concilio de Nicea, año 325, recordando el calendario lunar, la Iglesia decidió celebrar la Pascua de Resurrección el domingo siguiente al primer plenilunio después del equinoccio de primavera. Y eso conllevó la cristianización de ritos varios. Este podría ser el origen de la Fiesta del Judas, discípulo traidor y símbolo del mal para los cristianos y, con ello, personificación de todos los males cometidos por el pueblo durante el año. Con Judas ardían las rencillas, estafas, robos, envidias...

La costumbre en torno a la “función del Judas" tuvo muchas variantes que van desde la simple quema de un muñeco, pelele o botarga de trapo o saco relleno de paja, borra, trapos o estopa, hasta la más completa escenificación, con sus persecuciones, interrogatorios, tribunal, sentencia e intervención de tropas para terminar con la quema del muñeco.


Había función de Judas en Castrillo del Val, Burgos, Lerma, Villadiego, Guadilla de Villamar, Cardeñajimeno, Extramiana, Villarán, Quintanar de la Sierra, Castrillo de Murcia, Torresandino, Quintana de Valdivielso, El Almiñé, Trespaderne, Belorado… pero como sucede con otras costumbres y fiestas que dejaron de practicarse no hay constancia clara de donde se realizó. 

La representación era semejante en casi todos los lugares y llegaba a durar varios días. Sigamos la explicación de un folleto de 1978: "Célebre función crítico-burlesca de Judas Iscariote, su prendimiento, presentación al Tribunal, pregón de azotamiento, sermón, acusación defensa, sentencia y ejecución, capaz de hacer reír a un muerto, por personas de genio alegre, amigas del Dr Berritos, y dado a la prensa con algún retoque por otro que no les va en zaga". Vamos que en ese periodo de dolor nos salíamos con burlas y chanzas.


El Tribunal que juzgaba a Judas estaba compuesto de Juez, con su vara de justicia, Fiscal, Defensor, Escribano y Alguacil, vestidos de calzón y media negra, frac lo más raro posible, chupa, un paño de manos por corbata, gran cuello, anteojos de buen tamaño, peluca de lino, tricornio y espadín; el juez con vuelillos en la bocamanga y el Escribano con su proceso debajo del brazo.

La función de Judas buscaba reprobar la vil traición de Judas Iscariote, discípulo amado del Redentor, y ridiculizar al mismo con una crónica jocoso-burlesca. En Lerma duraban cuatro días los festejos del Judas. En Quintana de Valdivielso varias personas mayores recuerdan hechos parecidos llevados a cabo el Día de Pascua. El protagonista principal era un vecino que debía asumir el papel de Judas.

El Judas ardiendo (Cortesía de ZaLeZ)

Esta fiesta rompe con los clásicos ritos de la Semana Santa. El primer día de Pascua en alguna plaza del pueblo se colocará un tablado capaz de contener a las personas del tribunal, con todo el aparato necesario para el juicio, mesa cubierta con una manta de caballo, sillones antiguos... A uno de los extremos del tablado, amarrado a un pie derecho se coloca el púlpito y una bota de vino al lado. Así dispuesto; de dos a dos y media de la tarde acompañado de un piquete de miñones, sube al púlpito el que haya de leer el sermón que lo comienza tras algunas genuflexiones y bostezos.

Terminado el sermón suben al tablado -muy graves- el Juez, Fiscal, Defensor, Escribano y Alguacil. El Juez se coloca en el sillón del centro, el Fiscal a su derecha, el Defensor a la izquierda, el Escribano frente al Juez y el Alguacil de pie detrás del Escribano. También se coloca al Judas a un extremo del tablado con dos guardas que le custodian. Cada individuo del Tribunal, llevaba a las espaldas un letrero en que se expresaba el papel que desempeñaba, y el Escribano un gran proceso, que pone sobre la mesa. Publicada la sentencia quedaba el Tribunal en sesión permanente, se retiraba a Judas del tablado y colocado en la horca armada de antemano, se le daba fuego (al muñeco).


Para González Casarrubios los "judas" son interpretaciones de elementos del ciclo de carnaval que han pasado al Domingo de Resurrección. Este ritual se puede ver también como un "rito de paso", definido por Van Gennep (1909).

La Fiesta del Judas estuvo muy arraigada hasta principios del siglo XX. Se celebraba en la mayor parte de nuestros pueblos y en muchas ciudades. En todos aparece la figura central del Judas: un pelele que ante el regocijo general acababa en la hoguera. En muchos, precedía a este acto, un juicio grotesco en el que se recordaba la vida de Judas y todos los males por él cometidos y los que en el pueblo seguían perpetrándose.

Como hemos dicho, se imputaban al Judas todos los males y calamidades ocurridos en la Villa durante el año y las causas de los enfrentamientos entre vecinos. El mal quedaba reducido a cenizas y el pueblo, purificado, celebraba la reconciliación. La fiesta servía para presentar y vivir de una forma sencilla el significado litúrgico de la Pascua: paso del pecado y la muerte a la gracia y a la vida.

 
Cortesía de ZaLeZ

Bibliografía:

“La función de Judas, una costumbre ya desaparecida en la provincia de Burgos”. Valdivielso Arce, Jaime l.
“Un rito de la semana santa burgalesa desaparecido. "el Judas". Temiño López-Muñiz, Mª Jesús.
“La quema del Judas en Tielmes (Madrid)”. Renero Arribas, Víctor M.
Periódico “Diario de Burgos”.
Periódico “Crónica de Las Merindades”.

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