Esta entrada
empezó con una pregunta: ¿Por qué Villarcayo es el pueblo con el nombre más
largo de los más de ocho mil que tiene España? No lo duden, Es cierto. El
nombre oficial es: Villarcayo de Merindad de Castilla la Vieja. Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrndrobwllllantysiliogogogoch no es, vale, pero es
lo que más se acerca en España.
Llegado a este
punto busqué información sobre el día de la unificación y encontré esta
noticia:
Era del “Diario
de Burgos” y estaba fechada en 1942, el 24 de abril de 1942. Seguí ese hilo
hasta descubrir que la unificación que celebraban era la de Falange Española y
las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (las J.O.N.S.) con los carlistas
que se produjo el 20 de abril de 1937. Ya lo sé: era juntar agua y aceite.
No era lo que
buscaba. No, no.
La unificación
que nos interesa se produjo al final del franquismo, no al principio, y era una
unión municipal de acuerdo a las leyes del 17 de julio de 1945 y de 1953 de
“Bases de Régimen Local” que permitía la fusión de municipios cuando carecían
de los recursos para cubrir los servicios mínimos exigidos por la ley, cuando
por el desarrollo de las edificaciones se confundan sus núcleos urbanos o
cuando existan motivos de conveniencia o necesidad económica o administrativa.
Es por eso que
los municipios de Villarcayo y de Merindad de Castilla la Vieja tenían derecho
a integrarse. Y no lo intentaron una sola vez. A los pocos meses de la anexión
de la villa de Bocos, Villarcayo insta a la Merindad a la anexión, era el 4 de
octubre de 1924.
Los de
Villarcayo insistirán en 1927, 1929 y 1939 dirigiéndose a los pueblos de Villacomparada
de Rueda, Quintanilla Socigüenza y Horna para que abandonasen la Merindad y se
integrasen en Villarcayo. En el primer intento solo contestó Horna y decidió,
por unanimidad, seguir perteneciendo a la Merindad.
A Villacomparada
se le sugiere que es un enclave entre Bocos, ya anexionado, y Villarcayo. A
Quintanilla Socigüenza se le sugiere que la propietaria de todos sus edificios
vive en Villarcayo, tienen pastos comunes y que son feligreses de la Parroquia
de Santa Marina de Villarcayo. En cuanto a Horna, aseguran que las industrias
cárnicas llevan el nombre de Villarcayo aunque estén ubicadas en Horna, que las
familias llevan vida en común, que los industriales y los trabajadores de las
industrias cárnicas y los talleres del ferrocarril viven en Villarcayo, así
como el farmacéutico, médico, veterinario y estanco... Nada, siguieron
separados pero viviendo en común.
Los treinta y
seis concejos que formaban la Merindad de Castilla la Vieja eran agrícolas y
ganaderos, pendientes del mercado del lunes de Villarcayo, del precio del
cereal y de las ferias de Soncillo, Pedrosa, Medina, Espinosa, Quincoces y
Villarcayo.
Villarcayo, en
cambio, es netamente urbana. Tiene agua corriente en sus casa desde 1921 –
enganchada desde Gazapillos (Escaño)-, telégrafo, teléfono, las Escuelas Nuevas…
Su atención está en la venta de chopos, la banda de Música y el ferrocarril Santander-Mediterráneo
que la Cámara de Comercio de Bilbao rechaza argumentando "que el Puerto de
Bilbao se arruinaría".
La unión se
produjo el 7 de junio 1975, sábado, y sus protagonistas fueron Severiano
Villanueva Báscones, alcalde de Villarcayo, y Agustín Varona Martínez, alcalde
de la Merindad. Pero no pensemos que fue algo excepcional –lo siento si
llegaron a pensarlo- porque durante la década de 1970 a 1981 fue habitual la
concentración municipal. En Burgos se suprimieron 118 municipios.
Lo peor es que
siempre habían estado unidos. Les refiero la historia: esto dos entes formaban parte
del "Corregimiento de Villarcayo". Por un Real Decreto del 23 de
julio de 1835 se dividía este Corregimiento en tantos Ayuntamientos como
Merindades había y la de Losa en tantos como Juntas, porque en la zona rural no
podían los Ayuntamientos exceder de cuatro o cinco leguas a la redonda de
extensión. Villarcayo formó un único Ayuntamiento separando la capital de su
merindad, el ager de la urbe. Se hizo porque Villarcayo tenía, por entonces, ciento
trece vecinos (familias), contra los más de 540 de la Merindad, por supuesto
sin contar los habitantes de algunas de las Aldeas de Medina que a comienzos
del siglo XX pasarían a pertenecer a la Merindad.
La división de
1835 significó que Villarcayo se queda sin tierras y sin montes. La Merindad de
Castilla la Vieja se quedó sin casa consistorial y sin las ferias y mercados. Su
nueva corporación la compondría el Alcalde Manuel de Rivera y los concejales
Sebastián López, Celestino Fernández e Isidro Varona, para Procurador del Común:
Rafael López. Fueron nombrados en octubre de 1835 por el Gobernador Civil Elías
Álvarez. El lugar de reunión fue Villacanes, 15 de noviembre de 1835, donde los
reunidos nombraron a José González, escribano y vecino de Mozares como
secretario. Todos "juraron ser
fieles a la Reina Nuestra Señora Isabel Segunda".
En 1886 se
preocuparán de construirse un ayuntamiento. Pantaleón Martínez comunicaba que
no había edificio de la Corporación y que en la Audiencia de Villarcayo –donde se
reunían- ya habían ocurrido varios accidentes de derrumbamiento cuando estaban
reunidos. Entendieron que buscarían en Cigüenza un terreno con vivienda para el
secretario, orientación al mediodía y cerca de la vía pública, sin estorbar a
nadie, puesto que la de Villarcayo está en ruinas.
Mientras tanto
se alquiló la casa de Cigüenza de Pantaleón Martínez por 150 pesetas anuales
desde que se construyó en 1887 y se tasa en venta en 8.975`61 pesetas. En 1902
se tasan las obras de una nueva construcción de la casa Consistorial en 8.375`61
pesetas y de esa manera se ahorraría el precio del alquiler. Sin embargo se
adquiere a Pantaleón Martínez, en 7.250 pesetas más gastos, la del número nueve
de la calle San Lorenzo frente a la carretera que atraviesa Cigüenza. Fue a
plazos. Como vemos, Pantaleón, que asimismo era Administrador del Marquesado de
Villarías, hizo una buena "rebaja".
La Merindad siguió
su ritmo administrativo. Un alguacil repartía por los concejos las circulares.
Hasta los años 1925-30, no se construyeron las Escuelas y la enseñanza se
impartía en la Casa del Concejo. En el año 1925 se instaló la energía
eléctrica. Con la traída del agua a las fuentes públicas, arreglos de los caminos,
siguieron acudiendo a las ferias y mercados de Soncillo, Medina, Pedrosa,
Espinosa y, por supuesto, al mercado del lunes de Villarcayo.
Entre los
argumentos de la Merindad para la fusión estaban que: los vecinos de la
Merindad estaban obligados a acudir a Villarcayo sede del comercio, mercados y ferias;
que Villarcayo era el centro de expansión y de relaciones sociales; que en
Villarcayo se encuentran las escuelas; que los funcionarios del Estado y
profesionales de la Merindad viven en Villarcayo (médicos, sacerdotes y farmacéutico);
hay edificaciones que pueden dar lugar a confusión al estar en los dos
términos; el teléfono depende de la centralita de Villarcayo y son llamadas urbanas;
las industrias están fuera de Villarcayo por falta de espacio pero la etiqueta
lleva el nombre de “Villarcayo” como por ejemplo los chorizos, los autobuses
(A.N.S.A) o la estación de ferrocarril.
En la sesión del
ayuntamiento de Villarcayo del 18 de setiembre de 1973, se aprueba una moción
de la Alcaldía para dar principio al expediente de fusión con la Merindad de
Castilla la Vieja, por ser necesario y conveniente. Se nombra la comisión que
ha de iniciar y proponer las bases de futura fusión siendo nombrados el
Teniente de Alcalde Maximiliano Castaño Martín y Félix Vadillo Celada
asesorados por el Secretario Javier García Quiroga.
Jesús Zaldivar,
Vicepresidente de la Diputación, convocó a ambos ayuntamientos a una reunión en
la diputación el sábado seis de octubre de 1973. El Gobernador Civil, Jesús Gay
Ruidíaz, solicitará el 29 de marzo de 1974 documentación adicional para dar
curso al expediente hacia el ministerio de Gobernación para su aprobación.
No parecía un
asunto difícil porque Villarcayo ya había trabajado con Merindad de Castilla la
Vieja al formar una mancomunidad para el sostenimiento del servicio de incendios
en el año 1965, además de la concentración escolar: Pero será a partir del año
1970, siendo Alcaldes Severiano Villanueva Báscones en Villarcayo y Agustín
Varona Martínez en la Merindad, cuando se trabaje por la fusión.
En las Actas del
Consistorio villarcayés con fecha 15 de febrero de 1974, se asegura "que se presenta para Diputado el
Alcalde de la Merindad y que pronto se fusionarán ambos municipios".
La documentación del ayuntamiento de Villarcayo denota cierto recelo por parte
de la Merindad, particularmente en lo relativo al tema de los impuestos. Se
repiten las frases "es conveniente
despejar el camino", "son
nuevos tiempos", "volver a
la vieja unidad", "Villarcayo
no dispone de montes ni pastos", "Villarcayo
marcha merced a la vitalidad que le presta la circundante Merindad", "vivimos juntos y permanecemos diferenciados"…
La verdad es que
la población de la Merindad decrecía entre los que emigraban al País Vasco y los
que se instalaban en Villarcayo, que casi duplicaba la población de la
Merindad. El secretario de Castilla la Vieja, Amador Moral Ortiz, certificó que
en 1969 tenía 2.724 habitantes, y en el 1973, solamente 2.088.
La capitalidad
estaría en Villarcayo. El Alcalde sería el de la Merindad. Las Nuevas
Ordenanzas serían similares en ambos Ayuntamientos. Villarcayo tendría además
calidad de Junta vecinal. En cuanto al nuevo nombre del Municipio prevaleció la
población urbana a la realidad histórica mediante la denominación de "Villarcayo
de Merindad de Castilla la Vieja".
Todo finalizará,
o se iniciará, en la sesión ordinaria del Pleno municipal del 7 de junio de
1975 cuando toma posesión la Comisión Gestora. Se realizó una Invitación común
de los dos Alcaldes. Se invitó a 231 personas: Industriales, alcaldes del
Partido, ex-diputados, ex-alcaldes de Villarcayo y de la Merindad, Secretarios
de las Merindades, Delegados de los Ministerios, Autoridades Militares, Autoridades
y Funcionarios de Villarcayo, Párrocos, Presidentes de las Juntas Administrativas,
treinta profesores y maestros, médicos, farmacéuticos, etc. De todos ellos excusaron
su asistencia diez personalidades entre ellas, Alejandro Rodríguez de Valcárcel,
Presidente de las Cortes Españolas.
Era las seis y
media de la tarde y presidía el acto el Gobernador Civil de Burgos Jesús Gay
Ruidíaz. Este leyó el nombramiento del Subsecretario del Ministerio de la
Gobernación: "Visto el escrito de
VE. de fecha 21 de marzo formulando propuesta para nombrar al Presidente y a
los Vocales que han de formar la Comisión Gestora que fija el nuevo municipio de
Villarcayo de Merindad de Castilla la Vieja, resultante de la fusión de la de
Villarcayo y de Merindad de Castilla, ambos de esa provincia, aprobada por
Decreto 3253/1974 de 14 de noviembre, este Ministerio, haciendo uso de las
facultades que le confiere el artículo 17 del Reglamento de Población y
Demarcación Territorial de las Entidades locales de 17 de mayo de 1952, ha
acordado designar a los siguientes señores:
PRESIDENTE: D. Agustín Varona Martínez.
Vocales: D. Rafael Ortiz Díaz Saravia, D.
Vicente García Alonso, D. Hipólito Uriarte Rubio, D. Gregorio González Saiz
Terrones, D. L. Carlos Gutiérrez de la Torre Peña, D. Andrés Angulo Pérez, D.
Aurelio Bustamante Mardones, D. Víctor Pérez Fernández-Rivera y D. Rodolfo
Cuesta Regúlez”.
Se evitó la anexión
o absorción realizándose la unión por medio de la fusión.
Constituida la
Junta Gestora de forma oficial, el Alcalde saliente Severiano Villanueva
Báscones, a través del Gobernador, entregó el bastón de mando e insignias al
Presidente Agustín Varona Martínez y una placa conmemorativa del suceso. Tras
ello, el alcalde saliente de Villarcayo discursó un poco. Le siguió el Presidente
de la Comisión Gestora, Agustín Varona, que solicitó de las primeras autoridades,
funcionarios y público una plena colaboración para poder cumplir bien y
fielmente cargo para el que había sido nombrado. El tercero fue el Presidente
de la Diputación Provincial, Pedro Carazo Carnicero, y cerró el turno de
discursos el Gobernador Civil de la Provincia.
También se informó
a la Corporación de la resolución de la Dirección General de Administración
Local de fecha de 10 de febrero de 1975 por el que ese nombra Secretario en
propiedad del Ayuntamiento resultante de la fusión a Javier García Quiroga que
era el secretario de Villarcayo. Siguen las firmas y rúbricas de todos.
Como eran los
años que eran, a las 8 de la tarde se realizó un Te Deum de Acción de gracias
en la Iglesia Parroquial de Santa Marina. Se descubrió una placa conmemorativa
de la fusión de los dos municipios. Finalmente se ofreció a las autoridades un
vino español. Claro que este párrafo lo pongo, un poquito, en cuarentena no por
los de los vinos sino por lo del Te Deum porque el artículo que se adjunta del “Diario
de Burgos” dice que el acto religioso antecedió al político.
Será el nueve de
junio de 1975 cuando se reúna por primera vez la Comisión Permanente de la
Comisión Gestora (el alcalde Agustín Varona Martínez, Hipólito Uriarte Rubio y
Carlos Gutiérrez de la Torre con el Secretario Javier García Quiroga).
Pero este nuevo
municipio pronto sufrirá una reducción de su territorio al segregarse Miñón y
Villamezán.
Quiero dedicar esta entrada a Manuel López Rojo.
Quiero dedicar esta entrada a Manuel López Rojo.
Bibliografía:
“Villarcayo,
Capital de la comarca Merindades”. Manuel López Rojo.
Ley de bases de
Régimen Local del 17 de julio de 1945.
“Población
municipal en los censos del siglo XX”. Francisco J. Goerlich, Matilde Mas,
Joaquín Azagra y Pilar Chorén.
“Variaciones de
los municipios de España desde 1842”. Ministerio de Administraciones Públicas.
“Ley sobre
modificación de la Ley de Bases de Régimen Local del 17 de julio de 1945 de 5
de diciembre de 1953”.
Periódico
“Diario de Burgos”.
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