Nos acercaremos
a la localidad de La Cerca para hablar de un palacio que de estilo clasicista
de la primera mitad del siglo XVII. Aunque no se nota. Más bien parece un
edificio construido en el estilo fascista del franquismo. Fascista pobre,
quiero decir, porque aunque tiene las esquinas rectas –las del edificio
original- la modernidad y solidez de los bloques de piedra perfectamente
tallados se disimuló con el raseado del inmueble y la armonización de sus
ventanas.
Pero, si nos fijamos algo más detenidamente, descubriremos “cosas
raras” en la construcción: los tres Medios torreones semicirculares de piedra
en la fachada principal que evocan la época de las casas torre de la lucha
entre Velasco y Salazar; ventanas de piedra cegadas; la presencia de pilastras
sólo en el extremo derecho de la fachada… Probablemente este palacio fue
construido aprovechando una casa fuerte de los Salazar. Y lo citan como lugar
de nacimiento de don Lope García de Salazar.
Dado el empaque
de este edificio, fue modificado en 1955 y convertido en casa consistorial de La
Cerca aunque hoy se halla abandonado. Es de
planta cuadrangular, aglomerado y con soportal de triple arquería de medio
punto orientada al suroeste. Al sureste se abre, como resulta habitual en este
tipo de palacios, lo que debió ser el mirador o solana. La fachada se prolonga
con un ala estrecha que dota al conjunto de una planta en “L”, alterada en su
diseño por modificaciones contemporáneas.
La parte del
soportal de triple arquería de medio punto –para diferenciarla- tiene trazas
renacentistas como las tres columnas –pilastras de orden gigante- adosadas, que
remarcan la verticalidad del edificio, o la disposición simétrica y ordenada de
las ventanas y el balcón central. Una fachada que responde al esquema de tres
por tres, es decir tres plantas y tres ejes de vanos. Me aventuraría a
definirlo a modo de conjetura propia como del periodo barroco con un aire herreriano
dado el dicho rigor geométrico, la relación matemática entre los distintos
elementos arquitectónicos, los volúmenes limpios, el predominio del muro sobre
el vano y la ausencia casi total de decoración. Por supuesto, las paredes que
no son la principal, exceptuando la fachada arcada, están construidas con
materiales más humildes.
Como tenemos todas
las fachadas cubiertas por un enlucido blanco sobre la piedra, como tenemos la
presencia del escudo español oficial durante el régimen franquista y como tenemos
un redimensionamiento de las ventanas y balcones que, seguramente, buscaban
modernizar el edificio y darle luz terminamos confundidos con la aparente edad
del inmueble. Tampoco nos ayuda el pegote de estructura de hormigón que le
colocaron en la parte posterior.
La vista aérea
del palacio parece indicarnos que su diseño incluía una generosa huerta cuyos
límites serían fácilmente determinables por los setos que la circundan. Para entrar
en ella existieron dos puertas de arco de medio punto y doble puerta.
Dimensiones mínimas para el acceso de carros y carruajes. Por su disposición me
atrevo a situar su construcción al mismo tiempo que el palacio. Solo sobrevive
una de ellas. De hecho, aunque se observan cuatro medios torreones
semicirculares de piedra vista me aventuro a decir que pudo haber existido otro
en el punto de unión con la zona arcada y –ya rizando el rizo- uno más en la
parte posterior, siguiendo la pared de unión entre el módulo arcado y el resto
del edificio. Sería simétrico al de la pared izquierda. Pero son conjeturas.
Llevadas al extremo podría haber habido medios torreones a lo largo de las
cuatro paredes, pero debería hacerse un estudio arquitectónico profundo para
confirmarlo.
puertas de arco de medio punto
Lo interesante
es que en la esquina izquierda de la fachada, junto a la que antaño hubo un
arco de acceso a la huerta cerrada, se conserva un escudo de armas en ángulo
barroco de buena labra que nos ayuda a romper esa imagen de edificio cuasi
contemporáneo. El escudo parece tener poco definidas sus armas a causa de la suciedad
acumulada en su superficie. Lo timbra un casco, que mira al frente, y lleva por
adorno cartela de rollos, penachos y lambrequines. Son las armas de los
Hierro-Salinas. Su campo está dividido en cuatro partes:
- Una banda que son las armas del apellido Hierro.
- Cinco estrellas de ocho puntas, puestas en aspa.
- Un árbol con perro pasante a su tronco.
- Cinco flores de lis, puestas en aspa.
- En la bordura trece estrellas: las conocidas armas de Salazar.
Según Luis Varona
Saravia, personaje del siglo XVII, el origen de este apellido es aragonés y su
solar se ubicaba en la localidad de Daroca. Sus armas primitivas se componían
de una barra de oro, posteriormente de hierro, en campo verde. En la bordura
las trece estrellas de oro, en campo de gules, de los Salazar por lo de la casa
de La Cerca, primitiva de esta familia, en la que entraron los Hierro.
Contaba Luis que
Hernán Sáez de Hierro, natural de la casa y lugar de Hierro casó con Casilda de
Mardones y Resines, natural de Bóveda de la Rivera. Entre los numerosos hijos
que tuvieron estuvo Hernán González Hierro que se casó con María González de
Betarres y que fue padre de Andrés González Hierro, que fue sacerdote, y de
Pedro González Hierro.
Pedro González Hierro
se casó, en La Cerca, con María Ruiz de la Cerca, hermana de Martín Ruiz de la
Cerca que fue abuelo de Lope García de Salazar, el que ganó las estrellas. Y
aquí vemos el entronque con los Salazar. Tuvo entre otros hijos a: Pedro Ruiz
Hierro que participó en las contiendas de sus parientes los Salazar contra los
Velasco. Se cuenta que viéndose perdido en un combate escapó por unas peñas hasta
unos molinos y cogió una palanca de hierro de las que se utilizaban para mover
las muelas y volviendo a los suyos los animó y arremetió a varazos contra los
Velasco.
Casó este Pedro
Ruiz Hierro, llamado brazo de hierro por el suceso del molino, con María Fernández
Salinas vecina de Salinas de Rosío. Hijo de esta pareja fue Juan González
Hierro Salinas –Ya aparecen los apellidos del palacete-, alcaide de los Arcos
de Navarra y después de la villa de San Sebastián (Guipúzcoa), donde murió.
Siendo alcaide del castillo de San Sebastián se incendió éste y él, echándose
las llaves al cuello, dijo: "Si el
favor no viene del cielo aquí se quemarán las llaves y Juan Hierro, primero que
se abra la puerta a hombres del suelo". Fue su mujer María Sáenz de
Villamayor y Rosales, natural de La Cerca, que llevó en dote un azor y un
caballo blanco. Sucedió en la casa Hernán González Hierro, señor de las casas
de Salinas y La Cerca, que casó en Salinas de Rosío con María Sáez Vallejo.
Fueron padres de Hernán González Hierro (II) que heredó los títulos y que viviría,
seguramente, en la primera mitad del siglo XVI. Casó Hernán, en segundas
nupcias, con María López Vivanco y de la Peña. En este matrimonio no hubo
hijos. Hernán González desposó a su hijo Hernán (II) ¡de 10 años! con su cuñada
María Saravia de la Peña, hermana de su segunda mujer.
Hernán González Hierro
(II) reedificó la casa de La Cerca -¡Ya tenemos al constructor del edificio!- y
salió de la tierra por no someterse al Condestable de Castilla que,
evidentemente, era un Velasco. Aquí me surge la duda sobre el momento de
construcción de esa casa o la existencia de más de una reforma al tener una horquilla
de casi un siglo entre Hernán (II) y la fecha asumida de reforma. También fue
uno de los doce caballeros que llevaron a entregar a los Delfines a Francia
(¿?). En su matrimonio con María Saravia de la Peña tuvo: a María González
Hierro que casó en Espinosa de los Monteros con Pedro Ortiz de Vivanco, montero
real, cuyos hijos fueron los capitanes Pedro Ortiz de Vivanco y Fernando de
Vallejo; a Fernando de Vivanco, comendador de Vallejo; a Juan de Vivanco,
capitán de caballos en Flandes donde murió en compañía del duque de Parma; y a Ana
de Vivanco que se casó en Torme con Francisco de Rocas.
Hernán González
Hierro (II), tras enviudar de su esposa María Saravia, tuvo como concubina a
Inés Pérez de Carrasquedo y fueron padres de Hernán González Hierro (III) que
se avecindó en Logroño donde se casó con Mariana Ramírez y, después, con
Francisca de Vidaria Treviño.
Casó Hernán
González Hierro (II), el señor de la casa, en segundas nupcias –recuerden que
lo habían casado con la hermana de su madrastra- con María Alonso de la Torre,
alias Fernández de Oteo y Angulo, natural de Río de Losa, que aportó al
mayorazgo creado abundantes propiedades en Río de Losa y San Pantaleón. Fueron
padres de Andrés González Hierro; de Hernando González Hierro; del licenciado
Gaspar Hierro, colegial de Oñate hacia 1584 y de San Bartolomé en Salamanca y
gobernador del obispado de Málaga siendo obispo Tomás de Borja; de Melchor y
Baltasar Hierro, que murieron niños; y de tres hijas: Casilda y Catalina
Hierro, casadas, y Ana Hierro, monja en Santa Clara de Medina de Pomar. José
Javier Vélez Chaurri y Pedro Luis Echeverría Goñi presentan otro hermano
llamado Agustín (González) del Hierro que para Luis Varona Saravia es sobrino.
No es algo tan raro en el estudio de estas genealogías pero hay que apuntarlo. Para
ajustar fechas nos consta que Gaspar otorgó su última voluntad en Bilbao en
1597, abriéndose el testamento en la capital andaluza en 1600.
Andrés González
Hierro que sucedió en la casa de La Cerca, se casó con Isabel de Miranda y
Olea, hija del licenciado Miranda, regente de Galicia, natural de la villa de
Oria, y de Ana de Olea, natural de Medina de Pomar. Hernando González Hierro
heredó los títulos al no tener descendencia su hermano. Estaba casado con María
Fernández de Salinas, hija de Juan Fernández de Salinas y de Constanza de Uribe
Ayala y Salazar. Evidentemente todos los matrimonios que hemos ido leyendo se
configuraban para aumentar el patrimonio familiar. Fueron padres de Agustín, el
heredero; de Jorge, que casó en Orduña con Úrsula del Barrio; y de Ana, que
casó con Juan Baltasar Alvarado Saravia.
Agustín Hierro
Salinas, señor de las casas de La Cerca y Río de Losa se casó con Casilda
Fernández de Oteo Angulo, natural de Río de Losa, hija de Pedro Fernández de
Oteo, señor de la casa de Oteo (en Oteo) y de Angulo (en Río de Losa) y de
María de Herrán. Casilda heredaría todo el patrimonio de sus padres al ser la
única heredera. Fueron sus hijos Mateo, el sucesor; Iñigo, que murió niño; Juan
Francisco (m.1671), colegial mayor de Santa Cruz de Valladolid, Catedrático de
la Universidad de Valladolid, presidente de la Real Audiencia de Valladolid,
oidor en La Coruña y Juez Mayor de Vizcaya; Agustín de Salinas (m. 1660),
Colegial de Santa Cruz en Valladolid, y del Rey en Alcalá, fiscal y Oidor de la
Chancillería de Granada, en el Consejo de Castilla y miembro del Consejo de Órdenes,
Regente del de Navarra, Alcaide de la Casa y Corte y Catedrático de la
Universidad de Valladolid. Estos dos últimos fueron doctores y catedráticos de
derecho civil y destacados jueces en la España de Felipe IV. Nos queda por
citar a una hija de Agustín, Bárbara, que se casó en San Martín de Don con
Pedro Fernández Manzanos, ¡primo hermano de Casilda, su madre!
Mateo Hierro desposó
a Feliciana de Pereda Salinas, natural de Salinas de Rosío, con la que tuvo a
Agustín Hierro (sucesor), Manuel, Luisa, Clara y Gregorio. Agustín Hierro, o
González de Hierro, se casó con Águeda Margarita de Oteo Angulo, hija de Juan
de Oteo Angulo y de María Josefa de Madrazo Escalera, vecinos de Herrán en el
Valle de Tobalina. Agustín y Águeda tuvieron a Pedro Agustín González Hierro
Salinas y Francisco Antonio González Hierro Salinas, que fue capellán en La
Cerca.
Pedro Agustín
González Hierro Salinas matrimonió con María Manuela de Vivanco Angulo, hija de
José de Vivanco, Abad de Vivanco, en el Valle de Mena y de Antonia de Oteo
Angulo. Este matrimonio tuvo a María Antonia Manuela, que casó con Pedro de
Angulo y Salamanca, hijo de Juan Francisco de Angulo y de María Ignacia de
Salamanca y Largacha, vecinos de Nava en el Valle de Mena; a Miguel Antonio, el
sucesor, nacido el 29 de septiembre de 1735; a Casilda, que casó con Manuel de
Villamor, vecino de Salinas de Rosío; y a Úrsula, Manuel, Mateo y Narcisa que
murieron niños.
En su testamento
Pedro Agustín González Hierro Salinas se declara único patrono del convento de
religiosas franciscanas de San Martín de Don, fundado por Juan de Ochoa
Salazar, obispo que fue de la ciudad de Plasencia, y de la obra pía y
capellanía que fundara Gaspar González Hierro en la parroquial de La Cerca a
fines del siglo XVI con cuatro misas semanales y una dotación de cien ducados
de renta. Gaspar era aquel colegial de Oñate que citábamos más arriba.
Miguel Antonio
González Hierro Salinas tuvo dos esposas. La primera fue Joaquina de la
Quintana Pando, hija de Francisco Ignacio de la Quintana y María de Pando y
Sabogal, vecinos de Valmaseda. Tuvieron dos hijas llamadas María del Rosario,
que murieron niñas. Es decir, repitieron el nombre. La segunda boda fue con su
sobrina Bernardina Ortiz de Bustamante y Ballesteros, hija de Juan Ortiz de
Bustamante y Velasco y de María Gertrudis de Ballesteros y Rozas, vecinos de
Villalázara.
Del testamento
de Miguel Antonio González Hierro Salinas, de fecha 24 de agosto de 1800 y
posterior codicilo del 21 de diciembre de 1807, deducimos que en su segundo matrimonio
no tuvo hijos y que vivía en Medina de Pomar. Dejó como heredera a su mujer
Bernardina Ortiz, en el caso de no tener descendencia con ella. En ese codicilo
cambió su lugar de enterramiento. Cambiaba la capilla familiar al lado del
Evangelio de la iglesia parroquial de La Cerca por la iglesia del arrasado convento
de San Francisco. Deseó ser enterrado en la sepultura que allí tenía con su
nombre y apellido, al lado del Evangelio y entrada de la capilla de los
Bustamante. Entiendo que, en la actualidad se ha perdido.
Murió don Miguel
Antonio en Medina de Pomar el 11 de mayo de 1808 y fue enterrado en el citado
convento. Con él dio fin la genealogía de la familia Hierro, de La Cerca.
El palacio
pasaría por varias manos hasta ser la casa consistorial del ayuntamiento de La
Junta de la Cerca de Losa que terminaría incorporándose al de Medina de Pomar. La
Cerca era la cabecera de ese municipio que estaba formado por Bóveda de La
Ribera, Quintanamacé, Rosales, Rosío, Torres, Villamor, Villanueva de Rosales,
Villate y Villota. En 1910 Se incorporaron Criales, Salinas de Rosío, Angosto,
Betarrés, la Riba, Recuenco y Villatomil procedentes del ayuntamiento de Aldeas
de Medina.
Cuando dejó de ser
un local administrativo se volvió a vender. O a perder.
Bibliografía:
“Blasones y
linajes de la provincia de Burgos. V Partido judicial de Villarcayo”. Francisco
Oñate Gómez.
“La junta de La
Cerca y sus pueblos (I)”. Ángel Villasante Ortega.
“Amo a mi
pueblo”. Emiliano Nebreda Perdiguero.
“El Valle de
Losa. Notas para su historia”. Julián García Sainz de Baranda.
“Medina de
Pomar. Arqueológico y centro de turismo”. Julián García Sainz de Baranda.
Blog “Picota y
Cebo”.
Blog “Las
Merindades en la memoria”.
“Vida del ilustrísimo
señor don Diego de Anaya Maldonado, Arzobispo de Sevilla”. Francisco Ruiz de
Vergara y Álava.
Las fuentes
gráficas de las pinturas barrocas de los padres de la iglesia de Mendiguren (Álava)
y La Cerca (Burgos). Fortuna de una invención de Pieter de Witte”. José Javier
Vélez Chaurri y Pedro Luis Echeverría Goñi. Universidad del País Vasco.
Fototeca digital
de España.
Fotos del palacio realizadas en 2016
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