Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


domingo, 9 de enero de 2022

Acoquinando para Margarita.

 
 
¿Quién es la Margarita de la hablamos? Pues es la infantita que sale en el centro del cuadro de Velázquez titulado “Las Meninas”. El que ven adjunto.

 
Margarita María Teresa de Austria –que ese era su nombre completo- nació en Madrid el 12 de Julio de 1651 y murió el 12 de Marzo de 1673 en Viena (Austria). Y este hecho es el que nos lleva a fijarnos en esta Infanta de España y emperatriz del Sacro Imperio Romano-Germánico. Fue hija de Felipe IV y de Mariana de Austria, y hermana del rey de España Carlos II. Un buen perfil para una corta vida.
 
No era la hija mayor de Felipe IV pero la posibilidad de que su hermana María teresa de Austria casara con Luis XIV –como así fue en 1659- le hizo aparecer, durante un tiempo, como heredera al trono de la Monarquía hispánica tras la muerte de Baltasar Carlos. Entiendan que aún no habían nacido sus hermanos posteriores: Felipe Próspero, Fernando Tomás y el futuro Carlos II.
 
“Marga” era el adhesivo en una alianza familiar con los Habsburgo austriacos para hacer la pinza a Francia. Por ello, aquel nacimiento se celebró en Madrid con comedias, luminarias y el preceptivo Te Deum junto a representaciones teatrales como la obra “La Gara” (1652). En esta obra había una disputa entre las cuatro partes del mundo por el privilegio de poder celebrar la venida al mundo de la princesa. ¡Toma! ¿Una tontería? No porque buscaba difundir las pretensiones políticas imperiales. Les explico: las cuadrillas que representaban la parte victoriosa estaban encabezadas por el rey Fernando IV de Hungría y Bohemia, futuro Emperador y perfecto candidato a esposo de la infanta Margarita Teresa. Pero ¡Ay! El hombre propone y Dios dispone y la muerte de Fernando IV en 1654 permitió que la sucesión recayera en su hermano Leopoldo, consagrado en principio a la carrera eclesiástica. Leopoldo se libró de ser religioso y se convirtió en el prometido oficial de la infanta española.


Con diez años fue la madrina de su hermano Carlos II y cuando cumplió doce se empezaron a negociar las capitulaciones matrimoniales. El 6 de abril de 1663 se publicaron los esponsales. En el contrato matrimonial se señaló a la infanta una dote 500.000 escudos de oro de a trece reales españoles. Una cantidad que, al parecer, nunca se satisfizo. Nada extraño como iremos viendo en esta entrada. La firma del documento se celebró en Madrid el 18 de diciembre de 1663. Desde ese momento era posible realizar las bodas, por poderes, para proceder después a su traslado a Viena, pero… hubo retrasos causados por: el importante gasto que suponían los esponsales y la necesidad de dinero que tenía Felipe IV para sostener la guerra de Portugal; la agónica salud de Carlos II que, si moría tempranamente, convertiría a Margarita Teresa en Princesa de Asturias –lo que obligaría a replantearse el negocio austriaco-.
 
Por fin se fijó la fecha de la ceremonia por poderes para el mes de octubre de 1665, pero la muerte de Felipe IV volvió a parar la operación. Finalmente el enlace tuvo lugar en el Alcázar de Madrid, el 25 de abril de 1666, Domingo de Pascua de Resurrección, cuando la novia tenía catorce años. Tres días después Margarita Teresa inició su largo viaje rumbo a Viena. ¡Que duró ocho meses!


Las principales etapas del viaje transcurrieron entre Valdemoro, Aranjuez, Ocaña, Fuente la Higuera y una vez en tierras valencianas por Onteniente, Gandía y finalmente Denia. Saltó a Barcelona y pasó a Italia y a Austria.
 
Margarita se puso a cumplir y tuvo su primer hijo a los dieciséis años, Fernando Wenceslao que murió a los pocos meses. Después de él, hubo varias concepciones, de las cuales sólo llegó a adulto la archiduquesa María Antonia. La Emperatriz nunca consiguió hablar el alemán lo que le impidió integrarse en el ambiente vienés y la Corte Imperial y obligó a que permaneciera un séquito español que fue conocido como “La Familia”. Este grupo de servidores españoles las pasaron canutas pues, su mantenimiento debía correr a cargo del rey de España, que no consiguió que las mesadas llegaran a su destino periódicamente y sin contratiempos.
 
El matrimonio de Margarita fue inútil porque no cumplió el objetivo político-militar en que se había basado. Así, el 1 de noviembre de 1671, Leopoldo firmó un tratado secreto que aseguraba a Francia la neutralidad del Imperio Austriaco en caso de guerra y que se hizo público en enero de 1673, a los pocos meses de la muerte de la Emperatriz.

 
Vale, llevamos muchos párrafos y no ha aparecido nuestra comarca de Las Merindades por ningún lugar. Les he de responder que es cierto. La Infanta no pasó por nuestras tierras de camino a Austria pero eso no significa que esta parte de Castilla, como todas las tierras del resto de España, dejase de participar en los fastos del viaje. Vamos: que hubo tributos especiales.
 
Volvamos al año 1666 cuando se recibe un mandato de la Reina Doña Mariana de Austria, Regente por la minoría de edad del rey Carlos II, donde se indica a Las Merindades que deben contribuir a dicho viaje con 2.303 reales, o con 40 acémilas para traslado de la futura Emperatriz desde Madrid hasta Alemania. Y alguna cosita más como, quizá, un carruaje:
 
"La Reyna Nuestra Señora me ha mandado que para conducir desde essa Villa de Villarcayo y Merindades a esta Corte, el carruaje que se ha mandado prevenir para la jornada de la Señora Emperatriz Margarita, Infanta de España, por órdenes del señor D. García de Medrano del Consejo, haga proveer en dinero, de contado, dos mil trescientos y tres reales a disposición de V. m., para que según las órdenes que le diere el señor Don García los distribuya en el efecto referido: Y porque no se falte a cosa tan precisa, y necesaria, y que requiere tan grande brevedad, ordeno a V. m. que de estos dos mil trescientos y tres reales se valga, por quenta de las medias annatas (Cantidad que se pagaba por los oficios) de juros de que Su Majestad se ha valido ú de otro qualesquiera efectos procedidos de los servicios y rentas que se pagan en essa Villa que en virtud desta orden y de la que V. m. diere al Tesorero, Receptor, Arquero, Depositario, ó otra persona de poder de quien se sacare, se le harán buenos en su quenta, y V. m. me avisará del efecto de donde lo sacare, y a quien toca, para que aquí se le dé satisfacción, executando V. m. esto luego con toda precisión; de manera, que por esto no se dexe de remitir este carruaje, estando V. m. advertido de que esta cantidad se libra en suposición de que V. m. ha de remitir quarenta acémilas, muías de silla y coches; y que en caso que no se enbíe este número, no se ha de valer V. m. de la cantidad que se libra, sino de la que respectivamente tocare al carruaje que V. m. remitiere. Guarde Dios a V. m. como deseo; Madrid, 1 de Febrero de mil y seiscientos y sesenta y seis". "Al Corregidor de Villarcayo y las 7 Merindades."

 
En este lenguaje para nosotros ya un poco farragoso se le pedía dinero o animales para el convoy a la costa mediterránea. No fue la única misiva y así se recibe en Villarcayo lo siguiente: "La Reyna nuestra señora ha sido servida de mandarme que para conducir desde Villarcayo y las siete Merindades de Castilla a esta Corte el carruaje que se ha mandado provenir para la toma de la dicha Emperatriz Margarita, por orden del Sr. D. García de Medrano del Consejo Real de Castilla: Haga proveer en dinero de contado Dos mil trescientos y tres reales de vellón a disposición de V. m. para que según las órdenes que diere el dicho Sr. D. García, los distribuya en el efecto referido: y porque no se falte a cosa tan precisa y necesaria y que requiere tan grande brevedad, ordeno a V. m. que de estos dos mil trescientos y tres reales se valga V. m. por quenta de las mismas Anatas de Juro de que su Majestad se a balido este año o de otros qualesquiera efectos propios de los servicios y Rentas Reales que se pagan en esa villa y Merindades, que en virtud desta orden y de la que V. m. diere al Escribano Real Arquero Depositario, o otra qualquier persona de cuyo poder se sacaren se la arán buenos en su quenta, y V. m. avisará del efecto de donde sacare la dicha cantidad y a quien tocare para que aquí se le de satisfacción della, ejecutando V. m. luego esto con toda precisión de manera que presto no se deje de remitir el carruaje respecto de saber resuelto la Reyna Nuestra Señora que la Señora Emperatriz salga de la Corte a los diez del mes que viene estando V.m. advertido de que esta cantidad se le libra en suposición de que V.m. a de remitir cuarenta acémilas, y cue en caso de que no se envíe este número no se a de baler V. m. de toda la cantidad que se le libra sino de la que respectivamente tocare al carruaje que V.m. remitiere. Y de Dios a V. m. muchos años. Diez de Marzo de 1666".
 
Sobre el tema del carruaje parece ser una palabra ambigua que tiene varios significados desusados que se relacionan con un conjunto de carros, coches, calesas, etc., que se preparan para un viaje. ¿Podría referirse con esa palabra al envío de las acémilas o incluye un vehículo noble? Sigamos leyendo.


Por supuesto esta lucha en busca de capitales o servicios para el viaje de la Infanta a Austria por parte de una Monarquía Hispánica siempre justa de dineros podemos continuar indicando: "Respondo a la de V. m. del 14 del pasado. Como ya avisé, en tiempo, lo que se había que hacer en virtud de las libranzas que remití para la conducción de las quarenta acémilas que abían de benir de esa Villa y las demás Merindades para la jornada de la señora Emperatriz al tiempo que remití la del Sr. Conde de Villaumbrosa pues saber abía quedado consumida la del Sr. D. Miguel de Salamanca, remití esta otra para la conduzión deste ganado y presupuesto que de las quarenta que habían de venir en esta segunda ocasión no vinieron mas que nueve. Y que a cada acémila le toca cincuenta y siete reales y diez y nueve mrs. y medio. Bengo en que V. m. dé satisfazión asta nueve que son más de la quarenta que vinieron en la primer ocasión de las libranzas del Sr. Conde y esto lo pudiera V.m. aber echo desde el primer día sin haber echo tantas extorsiones a los arrieros a los que vinieron embargados por la justicia de Burgos V.m. no les debe dar satisfacción por ser repartido de la Azienda Real. Porque en Burgos les debían lo que les tocase y aquí se les dio lo que ubiese de aber, con que en esto no ay que embarafarse. E bisto por menos la carta y me acuerdo la que di como V. m. lo dije esta noche escribo por lastafeta a el Marqués de La Bega para que en la Tesorería de aquella ciudad no se ponga embarazo en pasar la libranza a D. Miguel y lo que importan las nueve acémilas de la que remitió el Sr. Conde con que no me parece habrá reparo y, si le hubiere, en virtud desta podrá V. m. obrar conforme lo que le tocare no excedido. Y junto de lo que digo no tengo más que avisar por ir satisfechas todas las dudas, y de Dios a V. m. como deseo. Julio, 3. de 1666. " García a D. Francisco de Llano Velasco.
 
A los anteriores escritos, y también referido al mismo viaje de la Emperatriz, se completa con el siguiente: "En la Villa de Villarcayo, a Primero día del mes de Octubre de mil y seiscientos y seis años el Señor Don Francisco de Llano Velasco. Corregidor destas siete Merindades por su Majestad = Dijo que por quanto en Virtud de Repetidas normas de el señor Don García de Medrano. Caballero de la Horden de Santiago. Consejero Real de Castilla, Superintendente General del avío y socorro de las acémilas para la partida de y jornada a Alemania de la Emperatriz nuestra Señora, a echo diversos apremios para que se juntasen los arrieros de estas Merindades y se acopiase el número de machos y se repartiesen las quarenta acémilas entre todos por igual y, después de eso, a pagado a todos los arrieros que han ido a Madrid y se an presentado ante Pedro de Bargas escribano de la Junta del bureo y de Cámara de los que residen en el Consejo Real y mandándose por las cartas y órdenes que primero ha tenido de los Señores Presidentes de la Real Acienda = Señor de Miguel de Salamanca y Señor Conde de Villaumbrosa se pague a cada quarenta acémilas Dos mil trescientos y tres reales, con que toca a cada una acémila a cincuenta y siete reales y diecinueve maravedís y medio y habiéndose consumido la primer libranza y carta de dicha cantidad y en esa consideración y porque en todo se remiten las órdenes de los señores Presidentes de Hacienda a lo que dispusiese el dicho señor Don García de Medrano = Abiendo remitido la segunda libranza para que además de las quarenta acémilas se paguen otras nueve y no más aunque monta el socorro de otras quarenta , su suma = Y no aliando número de que sacar en estas Merindades dicho dinero por quanto todos los débitos de su Majestad se pagan en las arcas de la Ciudad de Burgos y Villa de Laredo = Procuró su merced cobrar esta Cantidad de los Regidores Generales y no lo pudo conseguir, antes bien Domingo Martínez y Domingo Sáinz Regidores Generales de esta Merindad de Castilla la Vieja por no ponerse en pleito en Burgos, en las Arcas Reales anticiparon en ellas el dinero y sacaron cartas de pago y requirieron a su merced con ella = Por lo qual, imposibilitado se an para hacer esta cobranza, rrecurro a los Regidores Generales de Valdeporres para que nos diesen otro tanto. Cobró su merced de dicha Merindad ochocientos y veinte y cinco reales y dio todo seguro a Diego Fernández y Juan Sainz de la Cotera, Regidores Generales de dicha Merindad de Valdeporres y no alló su merced de donde sacar lo restante de el socorro de dichas cuarenta y nueve acémilas y por no exponerse a que otra vez viniese escribano de Burgos con costas y con comisión despachada del señor Alcalde Mayor de la Ciudad de Burgos en virtud de carta de su señoría el Señor Don García de Medrano, procure su merced Buscar el dinero y le prestó Don Juan del Rojo Belez de Valdivielso Regidor General desta Merindad de Castilla la Vieja, mil y doscientos y ochenta y siete reales y dispuso la restante cantidad con que montando todo el socorro de las acémilas dos mil y ochocientos y veinte y un reales y medio y teniendo su merced dichas dos cartas de los dichos señores presidentes de hacienda que montan quatro mil seiscientos y seis reales y en ellas se Refiere que guarde y execute su merced las hordenes y abisos que diere el señor Don García de Medrano y teniendo de su señoría la última carta y orden en que declara su señoría que han llegado a la Villa de Madrid las quarenta y nueve acémilas = Dijo que mandaba y mandó sean presos los dichos Domingo Martínez y Domingo Sáinz, Regidores Generales desta Merindad de Castilla la Vieja asta que den y paguen a su merced mil y novecientos y noventa y seis Reales y medio que es lo que se le Resta debiendo a su merced de dichas acémilas, que su merced ofrece carta de pago en forma, con intención de cartas de dichos Señores presidentes y carta que también Ba rreferida de dicho señor Don García en que también Su Señoría dispone que en caso que en las arcas de Burgos o por el Señor Corregidor de la Ciudad de Burgos no se pasaren dichas cantidades a su merced, este apremio y escritura a dichos señor Corregidor para que se pase en dichas arcas Reales = Y también sean presos Diego Fernández y Juan Sainz de la Cotera, Regidores Generales de la Merindad de Valdeporres y lo estén el ínterin que no Vuelven a su merced los papeles y seguro de los ochocientos y veinticinco Reales que tiene entregado dicha Merindad a su merced, a quienes se entregue en toda forma un tanto de dichas tres cartas y estarán con carta de pago de su merced para que con todo ello no aia duda de pasárseles a los regidores Generales de Castilla la Vieja los mil y novecientos y nobenta y seis Reales y medio = Y a los Regidores Generales de la Merindad de Valdeporres los ochocientos y beinteicinco reales en las quiebras de millones en dichas arcas Reales de Burgos y lo firmo"

 
Nos encontramos con problemas de pago. Nada extraño si vemos lo que les pasó a los criados y acompañantes que fueron a Viena con Margarita.
 
Dineros, siempre cuitas con los dineros…
 
 
Bibliografía:
“Torme en la Merindad de Castilla La Vieja”. Pedro María López Andino.
“Margarita María Teresa de Austria” por Carmen Sanz Ayán. Real Academia de la Historia.
 
 
 

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