Hoy nos vamos a
la granja. Mejor dicho acudiremos al lugar en donde estuvieron dos granjas. El
asunto que me ha decidido a hablar de ellos ha sido el tren. Me explico: la
conversión en vía verde del trayecto del desaparecido Santander Mediterráneo
que pasa junto a los restos de estas localidades.
Dicho esto
pasaremos a hablar de Andinillo. Empezamos por este lugar por mero orden
alfabético. Increíblemente es un lugar muy documentado si lo comparamos con la
media de Las Merindades. Tenemos constancia de este actual despoblado dentro
del término de Andino durante casi mil años, de monasterio altomedieval con
iglesia y dotación agropecuaria a granja en el siglo XIX y siglo XX. Y a nada
en el siglo XXI.
Leemos Andinillo
desde el año 1011, cuando aparece como “celia sancti Iacobi de Andino” (“celia”
sería un monasterio altomedieval). Esta Celia es donada, en su integridad, por
el conde Sancho García al refundado monasterio de Oña. Esas cinco palabras nos
dicen mucho porque el culto a Santiago surge en el siglo IX cuando se descubre
su tumba y comienza el peregrinaje a la misma. Además la voz lacobi nos traslada
a un mundo franco.
Vuelve a los
papeles San Jacobo de Andino en 1082, cuando el cinco de septiembre el conde
Gonzalo Salvadores, antes de marchar a la guerra con el rey Alfonso VI, lo dona
de nuevo al monasterio de Oña. ¿Dos veces? ¿A los “curas”? ¡Si esos no sueltan
nada! ¡Si hubo que quitarles todo en el siglo XIX! El tema es que el conde
Sancho García entregó a su hija Tigridia una gran parte de sus propiedades y
derechos en el Norte del condado de Castilla –a ella, a su hija- y no al
monasterio. El conde buscaba con este subterfugio, garantizar la herencia del
infante García Sánchez, un niño de pocos años entonces. Por esta razón San
Jacobo de Andino vuelve a la Corona que lo donaría posteriormente.
Este Gonzalo
Salvadores disponía no solo el monasterio de Santiago sino que atesoraba: Santa
Cruz de Andino, la iglesia de San Andrés y Palazuelos, Villapanillo, Quintana
María, Villavedeo, y los lugares de Hermosilla y Busto, entre otras posesiones.
En una investigación
realizada en 1187 por orden de Alfonso VIII para conocer los lugares y villas
que eran de su propiedad nos indica que Andinillo era una villa del rey situada
en el Alfoz de Cigüenza. ¡¿Pero no habíamos dicho que se había donado a los
benedictinos de Oña?! Puede ser que solo tierras allí o que no se refiera al
conjunto Andino más Andinillo o… El 17 de junio de 1279 el infante don Sancho,
hijo de Alfonso X, confirma a Oña la donación de Gonzalo Salvadores, realizada
en 1082, por la que se conceden a Oña los monasterios de Santiago y de Santa
Cruz de Andino. En 1290 vuelve a aparecer en la documentación como Andinillo.
Sabemos que Domingo Pérez de Andinillo se menciona en la venta de un huerto al
monasterio de Rioseco. “Andiniello” estaba despoblado en 1350, al
confeccionarse el Libro Becerro de las Behetrías.
En 1404, en un
apeo del monasterio de Oña aparece Andinillo por el nombre del centro de culto.
El monasterio de Rioseco siguió comprando tierras en Andinillo, las que estaban
situadas junto a las de Juan Sánchez de Velasco, como se documenta en 1406. A
finales del siglo XVI el lugar ya se había convertido en granja, señal de su
despoblamiento, en la que habitaba un solo vecino hidalgo.
Ya en la Edad
Moderna, Andino también es una granja. Las propiedades del monasterio de Oña se
habían perdido hasta el extremo -cosa rara entre los ensotanados- de no saber
donde estuvieron situadas debido a que se despobló en la Baja Edad Media,
volviéndose a poblar en el siglo XVII y XVIII con vecinos venidos de fuera que
cambiaron los nombres de las tierras como incluso aclara el propio apeo. No
solo eso sino que Andinillo lindaba con propiedades de la abadía de Rueda lo
que provocó un conflicto dirimido en los tribunales en el siglo XVII ya que los
abades seglares de Rueda impedían la restauración de los monasterios de
Santiago y de Santa Cruz, especialmente el primero, habiendo sido condenados,
al menos en primera instancia.
A mediados del
siglo XVIII el Catastro de Ensenada registró dos granjas: la granja de
Andinillo que se correspondía con la propiedad de los abades de Rueda, y el
solar de Santiago y su ermita que dependían del priorato que el monasterio de Oña
tenía en Campo. Cada uno de los propietarios recogía los diezmos de sus
terrenos. Finalmente el monasterio de Oña debió averiguar cuáles eran sus tierras,
porque entre 1807 y 1809 dejaron constancia en apeos de que tenían un solar
junto a la ermita de Santiago de 69 fanegas de sembradura. Por ese apeo sabemos
que la ermita de Santiago tenía a la parte de poniente su torre tejada y
enmaderada, pero arruinada en su parte inferior, y unas eras junto a ella; todo
ello se localizaba dentro del término de la entonces granja de Andino. Además,
como propiedad que era, recogían el diezmo de ambas granjas.
Villa Andino (según
copia del siglo XIV) -o Villa Handino que también figura así- aparece en el
documento de refundación de Oña, ese del 12 de febrero de 1011. En 1175 descubrimos
que su iglesia estaba bajo la advocación de San Vicente, que tenía carácter de
monasterio y que pertenecía íntegramente al rey. Como el culto a San Vicente se
generalizó entre los siglos V y VIII correspondería a este periodo un sarcófago
que hacía las veces de pila para el ganado hasta hace pocos años delante de una
de las casas de Andino.
En 1237 el
monasterio de Rioseco disponía de algunas heredades en Andino, y como hemos
visto también en Andinillo, según la confirmación del rey Fernando III. En 1246
don Gil de Andino hace de testigo en una venta de tierras al monasterio de
Rioseco en Tobalina. La documentación de Rioseco contiene un documento, de
1273, referido a Andino y Villalaín sin más datos. Tres años más tarde sabemos
que una serna del monasterio de Oña en Andino había sido usurpada por lo que el
monasterio concertó con Sancho Núñez Carro su recuperación a cambio de gratificarle
de por vida con los rendimientos de la explotación; ese mismo año Sancho la
recupera, pero la devuelve de inmediato a Oña a cambio de la cantidad de dinero
que necesitaba para acompañar a su señor, el infante Fadrique.
En 1342 el
monasterio de Rioseco cambiaba con Sancho Gómez de Cueva sus propiedades en
Andino por otras en el Valle de Manzanedo. Estas últimas eran de la mujer de
Sancho, de nombre Elvira López, descendiente de Lope de Porras, a la que habían
llegado a través del testamento de Sancha González, tía carnal casada con el
que fue comendador de la Orden de San Juan de Jerusalén (Gómez Pérez de Porras).
Andino era
behetría en 1350, pertenecía a los escuderos hidalgos, salvo la heredad que
continuaba siendo del monasterio de Oña. Nos vamos aclarando en relación con
eso de ser de Oña y a la vez regio. Pagaban al rey moneda y servicios. Pagaban
a los hidalgos a cada uno en los suyo. Este documento lo denomina “Andrino” que
sería una corrupción del término “Endrino” que es un ciruelo silvestre con
espinas en las ramas, hojas lanceadas y lampiñas, y fruto pequeño, negro
azulado y áspero al gusto. Por supuesto, Andinillo sería “Endrinillo”.
La descendiente
de Sancho Gómez, de nombre Juana Sánchez de Andino, hija de Sancho Gómez de
Arreba y nieta de Mencía González dona, en 1404, el solar que sus antepasados
habían comprado y que se había quedado con el nombre de solar de Rioseco, al
mismo monasterio, a cambio de tumba al lado de su abuela. Ese mismo año de 1404
nos ha dejado la noticia de que Pedro Gómez de Andino era camarero del rey
Enrique III y tenía propiedades en Andino. Pedro, probablemente hijo de Ferrán
Sánchez, tenía una torre enyesada en Andino. Parece ser que Pedro formó
mayorazgo y que alguien homónimo fue armado caballero en 1307 por el infante
Fernando. El nieto de Pedro casará con María Sarmiento de torres y, por ello,
obtendrá el mayorazgo de esa familia en Torme.
De toda esa
memoria representada en el caserón familiar, hoy en día, sólo queda el solar en
el que estuvo situada la torre junto a una de las pocas casas de Andino. Cadiñanos
aún llego a tiempo de conocerla y estudiarla: “ocupa un rectángulo de casi el doble de largo que de ancho 10`50 m por
6`50 m y poco más de un metro de grosor en los muros. Posee pocos vanos, entre
ellos uno geminado a la altura del primer piso. La cubierta del tejado es a
cuatro aguas con alero apoyado en ligera comisa. Constó de sótano y cuatro
pisos. Pueden verse aun numerosas puertas y ventanas de arco apuntado, así como
abundantes saeteras repartidas por los diversos lienzos. Al conjunto lo
protegió una tapia dentro de la que también existían diversos patios y aún
queda el pozo. Todo es de mampostería con algo de sillarejo en las esquinas”. Inocencio
Cadiñanos recoge, en su libro sobre la arquitectura fortificada, una mención a
un texto incluido en el Catastro de la Ensenada que no aparece en los
documentos que he consultado referidos a estas dos granjas lo que no quiere
decir que no figure en otra población o que haya una errata y lo afirmado por
Cadiñanos proceda de otro documento. Sigamos con lo que comenta Inocencio: “El catastro de la Ensenada describe el
conjunto por ser del conde de Murillo: primeramente una casa fuerte con su
torre barbacana que tiene la fachada al oriente de largo 44 varas que las 22
del centro de ella tienen de alto 8 y 22 de largo que están a los extremos
tiene altos 6 y las 34 de largo se compone su ancho de 16 y las dos restantes
sólo tienen 8 de ancho y hacia la parte del mediodía se halla una tome que su alto
es de 17 varas y de fondo 8 se compone el suelo terreno de tres portales
pequeños una cocina, un martillo pequeño 3 caballerizas y en el primer suelo
alto dos cocinas y un cuarto y en el segundo suelo se halla en tres cuartos y
dos Pajares y dicha tome se compone de un cuarto pajar para gobierno del
rentero y tiene a la pared del Norte un tejado a teja vana. (…) Pertenece al
siglo XV aunque se aprecian reformas o añadidos de al menos un siglo después”.
Como les he
comentado, hoy no hay nada. Pero nada de nada en ese lugar.
Dicho lo
anterior, una vez recuperadas por el monasterio de Rioseco sus propiedades
originales se dedicaron entre 1416 y 1417a seguir incrementándolas en el lugar
de Andino. En 1515 la
iglesia de San Vicente de Andino estaba unida a la de Santa Cruz de Andino por
tener escasa población, aunque conservó su pila parroquial sin uso. En 1591 ya
tenía la consideración de granja en la que habitaban dos vecinos hidalgos.
Jurídicamente la
merindad de Castilla Vieja estuvo dividida en tres partidos a partir del siglo
XVI que se llamaban de Horna, Cabo del Agua y Valle de Valdelugaña. Las dos
poblaciones de nuestro trabajo estaban dentro del partido de Horna, o el de
“esta parte del agua”, que incluía el lugar homónimo, Villarcayo, Santa Cruz,
La Granja de Andino, la de Andinillo, Bisjueces, La Granja de Villautre,
Villalaín, Cigüenza, Quintanilla Socigüenza, Villacomparada de Rueda, Tubilla,
Escaño de Yuso y Escaño de Suso.
San Vicente de Andino
Un documento
sobre apeos –deslindes de fincas- entre Villarcayo y Andino fechado el 16 de
febrero de 1636 nos da algunos nombres. Por Villarcayo fueron los apeadores
Juan de la Peña y Pedro de Pereda y por la Granja y Casa de Andino, Pedro Ruiz.
El aquel lejano acto se fijaron los términos en que los ganados de Villarcayo
podían pastar en tiempo de derrota (después de que se recogiesen los frutos de
una finca). Dos días antes los mismos individuos realizaron una operación
similar en Andinillo.
El catastro del
marqués de la Ensenada visitó el siete de marzo de 1752 los lugares de Andino y
Andinillo. Ambos simultáneamente. Acudió Bernardo Ramírez de Arellano, abogado,
para hacer la investigación. Se reunió con Felipe Fernández, cura del lugar
pero que residía en Horna, Isidro González y Francisco Sainz que eran los
vecinos más antiguos de Andino. También nos dan razón de Francisco González,
Bernardo García y Andrés Sainz González que eran agricultores de estas dos
granjas llamados para responder a las preguntas que se plantearían. Nos dice el
catastro que era lugar de realengo y que pagaba por los diversos impuestos
1.123 reales.
Nos ratifica que
las tierras son de secano. Algunas de ellas trabajadas en ciclos de tres años
(trigo, cebada y barbecho); algunas en dos años (Trigo y cebada); tierras que
se cultivan un año y otro no; hay tierras abandonadas; y, finalmente, tierras
que no se pueden cultivar por diversas razones. Cosechándose trigo, cebada,
centeno, maíz y habas. Los árboles de que se disponen son nogales, ciruelos,
olmos y sauces.
Por su parte no
había ganado lanar ni cabrío pero sí vacas, bueyes de labranza, potros y cerdos.
Un molino copropiedad de Tomás González, Antonio Pérez, María Martínez y
Antonia González, que eran vecinos de Santa Cruz de Andino. Hubo seis colmenas
de las cuales cuatro eran de Francisco González y las otras dos eran de Isidro
González y Andrés Sainz González de sesenta años y con un hijo adulto y que
trabajaba con él. Ya que hablamos de personas habitaban en Andino tres vecinos
y una viuda y viven en la única casa que tiene la población. Lo cual resulta
curioso por lo que hemos ido leyendo y leeremos. En Andinillo vivían dos
vecinos en una casa.
Por supuesto no
había ningún trabajador ajeno a la agricultura y a la ganadería pero no hay
jornaleros, ojo, siempre y cuando no contemos como tal al hijo adulto de Andrés
que cobra dos reales al día. Y eso incluía la ausencia de taberneros, panaderos
y demás oficios. Y, por tanto, la ausencia de tabernas, panaderías, etc. el cura
se acerca los días festivos y cuando tenía que dar los sacramentos. En 1787
Sabemos que en la granja de Andinillo había dos personas viviendo y que en la
de Andino había cinco.
Pascual Madoz en
su Diccionario geográfico le atribuye 26 habitantes en el año 1848, entre otras
cosas que aquí les presentaré. Pero empezaremos, como antes, por Andinillo –del
que no dice mucho-: “granja en la prov.
de Burgos (12 1/2 leg.), part. jud. de Villarcayo (1/2), ayunt. de la Merindad
de Castilla la Vieja, y término de la granja de Andino”. De Andino nos
cuenta que es una granja y tras los datos administrativos nos comenta que está
situada en una extensa llanura, “con
buena ventilación y clima saludable. Consta de 15 casas de dos pisos y de 20 á
25 pies de altura; las 10 forman un cuerpo de población denominado Andino, y
las 5 restantes otro llamado Andinillo á 4 minutos de distancia al suroeste del
primero; tiene una fuente cuyo origen, viene de un terreno lagunoso durante el
invierno, el cual se seca en la estación calurosa, quedando sin embargo viva la
mencionada fuente; una iglesia bajo la advocación de San Vicente, anejo de la
de Sta. Cruz y servida por el párroco de este último pueblo y un cementerio
bien ventilado. El término confina por Norte con el de Orna, por Este con el de
Sta. Cruz de Andino, por Sur con el de Visjueces, y por Oeste con el de Villalaín,
dist. 20 minutos el que más de estos límites. Abraza 2.777,777 varas cuadradas
superficiales de tierra con el nombre de comunes ó ejidos, y se cultivan 100
fanegas de propiedad particular, divididas en primera, segunda y tercera
suertes, de las cuales la primera contiene 40 fanegas, la segunda 30 fanegas, y
la tercera otras 30 que producen de 8 á 10 por una. El terreno es todo llano,
fuerte y tenaz, á excepción de una pequeña loma en que es cascajoso, teniendo
2.300 pies sobre el nivel del mar; le baña un arroyo que corre de Norte á Sur,
cuyas aguas dan movimiento á una rueda de molino harinero en tiempo de
invierno, y riegan en verano algunos huertos que hay prójimos á las casas, que
es el único uso que de ellas se hace. Produce trigo, cebada, yeros y pocas
legumbres, ganado lanar y vacuno en corta cantidad. Comercio: extracción de algunos
granos é importación de vino y legumbres. Población: 7 vecinos, 26 almas.
Capacidad de producción: 265.100 reales; Imp. 26.683. El presupuesto municipal
asciende á 40 ó 50 rs. y se cubre por reparto entre los vecinos”. Vamos,
que no era para tirar cohetes.
Hemos encontrado
el nombre del párroco que atendía Andino y Andinillo en 1876, se llamaba Juan
González que tenía 62 años y llevaba en el lugar desde –al menos- 1863.
El diccionario
Riera de 1881 nos da unas cifras de población también bastante elevadas.
Podemos asumir que los valores dados en el Madoz estuviesen mermados pero… Les
presento el texto: “L . agreg. al ayunt.
de Merindad de Castilla la Vieja, del que dista 2 km. Cuenta sobre unos 60 hab.
y 15 edif. - Or. civ. Corresponde á la prov. de Burgos, y pertenece al primer
dist. de su part. jud. para la elección de diputados provinciales y al dist. de
Villarcayo para la de Córtes. - Org. mil. C. G. y G. M. de Burgos. - Org. ecle.
Pertenece á la dióc. de Búrgos y tiene una parroquia aneja de la de Santa Cruz
y bajo la advocación de San Vicente, servida convenientemente. - Org. jud.
Forma parte del part. jud. de Villarcayo, distante 3 km., y está bajo la
jurisdicción de la aud. territ. de Búrgos, que dista 74 km.,.-Org. econ.
Depende, con su ayunt., de la admon. econ. de su prov. – S. Pub. Recibe y emite
su corr. por cn. de Bribiesca á Ramales y esf. de Villarcayo. - Ob. púb. y med.
de com. Se aprovecha de los mismos caminos de que dispone el ayunt. á que está
agreg. - Art., of. ind. Forma su mayor ind. la agricultura.- Pob. Consta de
unas pocas casas de dos pisos en su mayor parte, de construcción mezquina y
aspecto poco agradable. -Sit. geog. y top. En una gran llanura, á los 14° y 22'
de longitud y á los 43° y 24' de latitud N., se encuentra situado; goza de
buena temperatura y su clima es saludable; su tér. confina por N. con el de
Ornes (sic), por E. con el de Santa
Cruz de Andino, por S. con el de Visjueces y por O. con el de Villalaín; el más
largo de estos límites dista como 1`5 km.; el terreno es llano y fuerte,
exceptuando una lomita en que es cascajoso; un arroyo que corre de N. á S. le
cruza, y sus aguas, en la estación veraniega, riegan algunos huertos cercanos á
las casas; coséchase trigo, hieros, cebada y algunas legumbres; cría ganado
lanar y vacuno en escasa cantidad”.
El hecho de
estar esta grana englobada en la Merindad de Castilla la Vieja ha hecho
imposible que conozcamos el número de pobladores del lugar en los años 1900 y
1950. En el censo de este último año figuraban cuarenta y nueve vecinos de
hecho en Andino con doce casas y cinco inmuebles de otro tipo. Pero en los
últimos años del siglo ha estado desierto y la guía diocesana le atribuye un
habitante en el año 2000.
Su pequeña
iglesia, dedicada a San Vicente, mártir, quizá procedente de un antiguo
monasterio, es románica de transición, con canes en los aleros, rudos y
sencillos. En el interior la cabecera se ha desarrollado en gótico avanzado, en
lo demás de modo simple y sencillo. La espadaña es también románica, rematada
en cruz, con dos campanillos y escalera exterior al aire. Y la portada también
románica, sencilla, tiene arco de medio punto con dos capiteles y fustes. Sus
libros parroquiales comienzan en 1639.
Como curiosidad
les indicaremos que existe un título de nobleza, creado en 1902 por el rey
Alfonso XIII, con el título de Conde de Andino.
Bibliografía:
“Amo a mi pueblo”.
Emiliano Nebreda Perdiguero.
“Las Merindades
de Burgos: Un análisis jurisdiccional y socioeconómico desde la Antigüedad a la
Edad Media”. María del Carmen Sonsoles Arribas Magro.
Becerro de
Behetrías.
Carta
arqueológica de la provincia de burgos. Partidos judiciales de sedano Y
Villarcayo. Resumen”. Ramón Bohigas Roldán, Jacinto Campillo Cueva, José Ángel
Churruca García.
“Diccionario
geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar”.
Pascual Madoz.
“Villarcayo y la
Merindad de Castilla la Vieja”. Julián García Sainz de Baranda.
“Las Siete
Merindades de Castilla Vieja. Castilla Vieja, Sotoscueva, Valdeporres y
Montija”. María del Carmen Arribas Magro.
Catastro del
Marqués de la Ensenada.
“Diccionario
geográfico, estadístico, histórico, biográfico, postal, municipal, militar,
marítimo y eclesiástico de España y sus posesiones de ultramar”. Pablo Riera y
Sans.
“Arquitectura
fortificada de la provincia de Burgos”. Inocencio Cadiñanos Bardecí.
“Villarcayo.
Capital de la comarca Merindades”. Manuel López Rojo.
“Estadística del
arzobispado de Burgos”.
“Nomenclátor de
las ciudades, villas, lugares, aldeas y demás entidades de población de España
formado por el instituto nacional de estadística con referencia al 31 de
diciembre de 1950”.
Fototeca digital
de España.
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