Hoy les traigo
un autor tímido, deseoso de mantenerse en el anonimato, a pesar de ser un bilbaíno
de Recalde. Del barrio de Recalde… ¡Ahí es nada! Y le comprendo porque yo
también soy bastante retraído. Saben que me oculto tras un seudónimo y una rara
foto. ¡¿Cómo voy a juzgar a quien comete mí mismo pecado?!
Quizá la forma en que se describe en Linkedin nos diga algo sobre su personalidad o su sentido vital: “Profesor de enseñanza secundaria, teatro y talleres de escritura creativa. Escritor con diversos premios a nivel nacional e internacional. Ensayista en temas de abandono rural y africanismo (especialmente Guinea Ecuatorial). Guía en recursos del norte de Burgos (cultura, costumbres, geografía, actividades senderistas, etc.)”
José Antonio estudió
Filología Hispánica en la universidad Jesuita de Deusto (Bilbao) y después
marchó de cooperante, entre 1988 y 1990, a Guinea Ecuatorial como profesor en Malabo,
en la isla de Bioko. La impresión que obtuvo de ese país la ha definido como ''económicamente
desolador, con la miseria muy cercana, pero humanamente reconfortante.
Literalmente me cambió la vida. Y desde entonces, de una forma u otra, he
estado ocupado y preocupado con este tema''. Por eso gran parte de su
producción
literaria se centra en la temática
del colonialismo en Guinea Ecuatorial.
Continuó vinculado
con África al regresar a España al ser profesor de lengua española en la isla
de La Palma, en las Islas Canarias. Disfrutaron de sus conocimientos los
alumnos del Instituto Cándido Marante Expósito de San Andrés y Sauces. También estuvo en Formentera y Reinosa empapándose así de la diversidad de nuestra España. Y, en
Las Merindades han sido pupilos suyos los alumnos del instituto Merindades de
Castilla de Villarcayo y el Sancho Ortiz de Matienzo de Villasana de Mena. De
hecho, vive en este último municipio: Valle de Mena. Lo que podría significar
un regreso al entorno del que se vieron obligados a partir sus padres. En sus
palabras: “El origen de mi familia está en el Alto Ebro burgalés; como otras
muchas, tuvo que emigrar a Bilbao. La comarca de Las Merindades es mi lugar
elegido para comprender que en lo local se encuentra también lo universal. Y
Comunero responde a ese punto de vista”.
Villasana de Mena
Comunero. La
obra que nos ha traído aquí. Dice que “Comunero es una novela histórica,
bien documentada, que pretende reivindicar la importancia del ejército comunero
del norte, con la influencia también de la rebelión comunera en las Merindades.
Este territorio, señorío de los Velasco, causó la preocupación del corregente y
condestable de Castilla, Íñigo Fernández de Velasco, quien escribió al
emperador confesándole que “temía más la rebelión de Burgos hacia el mar que de
Burgos hacia Toledo”. Sin embargo, la fama se fue por el lado contrario, a
Villalar, olvidando que, en realidad, la derrota comunera se fraguó en la
derrota del ejército comunero del norte”.
Les puedo decir
que la novela es agradable de leer. Mantiene el ritmo narrativo a la vez que
intercala los imprescindibles datos históricos que justifican, y explican, los
vaivenes de Angélico. Parece que estemos corriendo sobre una versión en prosa
del romance de “Los Comuneros” de Luis López Álvarez. Veremos al protagonista transitar
por ciudades comuneras, ser testigo de las debilidades humanas y de los altos
ideales, visitar Espinosa de los Monteros para buscar Monteros para su reina…
Nos presentará
al enérgico obispo Acuña, a Pedro López de Ayala, conde de Salvatierra y
general de las mesnadas comuneras por Las Merindades y Álava o al licenciado
Urrez. Sabemos que Angélico salva la vida al estar el libro contado como un “Flashback”
y que llegará a América. No les digo cómo. El personaje dibujado termina siendo
tan querido al lector que difícilmente se desea su fin y, ciertamente, la obra
permite continuar sus andanzas en los nuevos territorios de la corona de
Castilla.
“Comunero”
resulta una opción atractiva para abstraerse y aprender mientras viajamos en el
metro -por ejemplo, el del Bilbao natal del autor-, escrita con una prosa eficaz
y una ajustada cadencia. Características de un escritor premiado, que sabe el
oficio.
José Antonio
López Hidalgo ha recibido los siguientes premios: Jaén 1994, con “La casa de la
palabra” (Debate, Madrid, 1995); Ínsula del Ebro e internacional Javier Tomeo
de la Universidad Rey Juan Carlos, con “De la casa del padre” (Gens, Madrid,
2006); Internacional Juan Rulfo 2006 y Radio Francia Internacional 2006, con “El
punto se desborda” (Fondachao, 2006). Los premios de relatos Villa Santurtzi,
Ciudad de San Sebastián, Valle de Benasque y Castilla y León. Además, es autor
de dos guías subjetivas del Alto Ebro: “En el lugar de la desolación” y “Entre
el Ebro y el Rudrón”.
Y es un placer y
un honor que sea nuestro convecino.
“Comunero” se
puede conseguir en cualquier librería, también a través de la distribuidora
Elkar o por internet. El precio es de 12 euros.
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