Esta,
creemos, será la última crónica de este arquero, un remedo de james Bond a la
fernandina, por lo menos en Las Merindades. Lo digo porque ya se descubre la
misión ordenada por Fernando II de Aragón, que no les desvelo a pesar de los
meses pasados desde la publicación de esta obra.
En
esta aventura a Güilliam le sigue acompañando La Gatusa como contrapeso y
réplica. Miguel Ángel Lamata refiere que “Daniel Bilbao ha logrado la receta
literaria perfecta: la intriga de “El nombre de la rosa” con un delicioso toque
de la picaresca española y sutil aroma a lo Monty Python”. Y yo respaldo
esas palabras. Es una obra que disfrutarán.
Distribuido
a lo largo de esta pieza literaria reconoceremos guiños a obras literarias que
se escribirían en su próximo futuro tales como “El ingenioso hidalgo don
Quijote de la Mancha” o “El mercader de Venecia”.
Visitaremos
Puentedey, Villarcayo, Cidad de Valdeporres, recorreremos el cañón del río Nela,
Valdenoceda, la subida a Las Mazorras -¿por El Almiñé?-, Pesadas y una picante
aventura en Cernégula (el pueblo de las brujas). Conoceremos los usos internos
de las casonas rurales y sus vínculos y dependencias; relaciones de sangre; alianzas
económicas entre nobles locales; y enfrentamientos donde las refriegas,
desapariciones y asesinatos están a la orden del día.
Veremos
junto a la muerte, la sangre, una investigación legal y una explicación
didáctica de la significación de lo que era ser bastardo en las postrimerías
del siglo XV en Castilla. Y, es que, había bastardos conocidos, bastardos
reconocidos y bastardos desconocidos.
Léanlo
y pasen un buen rato. Total, sólo perderían alrededor de catorce euros, que con
la inflación actual en España no es nada.
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