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domingo, 16 de octubre de 2022

Valderías de Bricia: Llegando al corazón.

  
La frontera entre Burgos y Cantabria por la zona de Bricia es una broma de mal gusto donde la división administrativa se retuerce y los pueblos se acercan y alejan de la capital provincial de forma caprichosa. Esto le ocurre a Valderías que aparece al final de un meandro burgalés entre las aguas de Cantabria. Así Valderías y Linares de Bricia son burgaleses, pero Espinosa de Bricia es Cántabro. ¡Cosas del siglo XIX!

 
La primera mención a esta población, entonces llamada Valdelías, figura en el Becerro de Behetrías en 1350. Allí se declara que formaba parte del alfoz de Bricia y que había sido de realengo hasta que el rey Alfonso XI (1311-1350) se lo donó a su hijo don Tello, del que eran vasallos en ese momento. Pagaban al rey moneda y servicios, descartando el yantar y la fonsadera, y a don Tello martiniega y fuero. Eran nueve y cuatro maravedís respectivamente. Pero, realmente, no quiere decir que la población surgiese en ese momento, sino que sería bastante anterior. Sin contar que dentro del término de Valderías se localiza el yacimiento arqueológico de Peña Escrita. Es un afloramiento de arenisca en la ribera derecha del Arroyo del Pilón, afluente del Arroyo Riopanero. Este arroyo discurre por un corredor natural entre el monte Peña Escrita (899 m) al norte y la Peña de la Viga (893 m) al sur. Presenta planta rectangular, con paredes verticales de más de tres metros y una parte superior regular, lisa, ligeramente basculada hacia el río. En todas las paredes hay zonas aprovechables, pero son las orientadas al oeste y sur las que ofrecen una superficie más regular. Precisamente en esta pared sur, hacia el extremo este, y también en el ángulo sureste, se han identificado varios grabados.

Cortesía de María del Carmen Arribas Magro
 
Pero, volviendo a mediados del siglo XIV, el Alfoz de Bricia estaba compuesto por los lugares de Montejo, Espinosa, Campino, Bricia, Villamediana, Linares, Cilleruelo, Villanueva de Carrales, Valderías, Renedo, Vallosera, Lomas, Cejancas de Yuso, Cejancas de Suso y Barrio y muy probablemente los lugares de Allen del Hoyo, Quintanilla de Rucandio, Soto Rucandio y Riopanero. Puntualicemos que Valderías es el más meridional del alfoz de Bricia.

 
San Martín es el titular parroquial de su iglesia, su culto se generaliza entre los siglos V y VIII. Entre estos siglos nacerá la población. La iglesia, del siglo XVIII, tiene pocos testimonios románicos de principios del siglo XIII. Los que hay se sitúan en la fachada meridional y son dos aspilleras y una portada de arco de medio punto doblada sobre jambas y molduras con bocel de arista. El templo hoy está en ruinas conservando una parte de sus muros. En 1943 se derrumbaron el atrio y una capilla realizada en piedra de sillería. En 1986 se vinieron abajo dos tramos de la bóveda. Lleva mucho tiempo sin ser la iglesia del pueblo a pesar de que dispone de una posición privilegiada en el alto del asentamiento.

 
Las campanas estaban situadas en una espadaña de dos cuerpos, rematada en frontón y pináculos, con tres huecos y dos campanas. la pila de bautismo era lisa. En cuanto a sus libros parroquiales, hay uno “de fábrica” de 1884; los demás fueron destruidos en la guerra civil de 1936-1939.

 
En 1987 el vicario de la diócesis Vicente Proaño Gil inauguró un nuevo templo de Valderías en el lugar en que antaño hubo una fragua. Acompañaron al vicario Antonio Gutiérrez que era el párroco de Valderías y el padre Domiciano López Esculapio. La financiaron los vecinos y el arzobispado y la advocación es San Martín -obviamente- y San Juan Bautista, que era el titular de una capilla que se ha convertido actualmente en cementerio de Valderías. Es aquí donde debemos haber encontrado cuatro tumbas del siglo VII excavadas en la roca arenisca.

 
¿Qué quiere decir esto? Sabemos que San Juan (Bautista) era un despoblado que hoy está incluido en el término de Valderías. Su culto se generalizó entre los siglos V y VIII. Tenemos, por tanto, un yacimiento datado en la alta Edad Media. El yacimiento se localiza al fondo del valle que forma el arroyo Matacalera, en la parte posterior del cementerio del pueblo, en un cruce de carreteras. El poblado contaría con una iglesia, bajo la advocación de San Juan, cerca de las sepulturas. Pudo haber sido esta iglesia el actual cementerio como ocurre en otros casos el Las Merindades. Anotaremos que en 1709 la ermita de San Juan permanece en buen estado.
 
En 1587 figuran catorce vecinos -que no personas- y se incluyen en el arciprestazgo de Santa Cruz con Bárcena. En 1591 no aparece en el Censo de la Corona de Castilla, en ninguna de las provincias.

 
Para 1752 tenemos el catastro del marqués de la Ensenada. Hasta Valderías se desplazó Felipe López que era el delegado del catastro para la zona. Se juntó con Pedro Gómez y Nicolás Sainz, lugareños, y con el cura beneficiado Juan de la Peña y único sacerdote del lugar. Dejaban constancia de que la localidad pertenecía al alfoz de Bricia. Las tierras eran de secano “sin que sirva para hortaliza ni de maíz”. Informaban que dejaban tierras en barbecho y que había prados regaderos para yerba. Y centeno. Había un molino que era de José Gómez y Gerónimo Gallo. Tenían bueyes y vacas de labranza, ovejas, cabras y cerdos para el consumo.
 
El número de vecinos era de cinco que se repartían ocho casas habitables y cinco en ruinas. Eso era todo. Bueno, estaba la iglesia porque no había ni tabernas, ni hospitales, ni conventos…

Casona noble con ventanas labradas.
 
El catastro nos da una serie de nombres de vecinos del pueblo: Santiago Alonso, Francisco Gallo, Agustín y Rafael Gómez, Clemente López, Gerónimo Gallo, Pedro de Villanueva (que era, además, carretero). Principalmente eran agricultores y pequeños ganaderos.
 
Sebastián de Miñano y Bedoya nos recopiló en su diccionario de 1826 la situación de estos reinos y sobre Valderías nos cuenta que pertenece al arzobispado de Santander -¡qué sorpresa!- y que tiene once vecinos que se transforman en cuarenta y cuatro habitantes. Recalca que producen hierba y centeno.

 
En 1848 salió el diccionario Madoz y contaba sobre Valderías: “en la prov., aud. terr., c. g. y dióc. de Búrgos (11 leg.), part. jud. de Sedano (3), ayunt. de Alfoz de Brícia (1); Sit. en una cañada rodeada de cerros, con buena ventilación, y clima sano; las enfermedades comunes, son reumas y catarros. Tiene 23 casas, y una igl. parr. (San Martin) servida por un cura párroco. El térm. confina N. La Lastra; E. Presillas; S. Repudio, y O. Cejancas; en él se encuentra una ermita dedicada á San Juan. El terreno es de ínfima calidad; su monte está poblado de robles y mata baja. Los caminos son locales, prod.; centeno, patatas, lino y pastos; cría ganado lanar, cabrío y de cerda; caza mayor y menor, pobl.: 15 vec, 73 alm. cap. prod.: 176,000 rs. Imp.: 17,748”.
 
Frutos Arroyo Calzada, de 25 años, era el sacerdote de esta población en 1860. De 1863 sabemos que el cura beneficiado de Valderías era Bernardo Gil y Gil, de 33 años, que cuidaba de las almas de los 85 residentes en el lugar. En 1872 en sacerdote será Juan Sedano, de 37 años.

 
En 1881 tenemos la foto siguiente: “L. Agreg. al ayunt. de Alfoz de Bricia, cuya casa consistorial está en Barrio de Bricia, otro de las que forman este ayunt. y del que dista la localidad que describimos 6´9 km. Cuenta sobre unos 60 hab. y 19 edif., de los que 5 están inhabitados.- Org. Civ: Corresponde á la prov. de Burgos y contribuye, con su ayunt., para las elecciones de diputados provinciales y las de Córtes.- Org. Mil. C. G. y G. M. de Burgos.- Org. Ecle. Pertenece a la dióc. de Burgos y al arciprestazgo de Arreba. Tiene una iglesia parroquial, dedicada a San Martin, obispo, cuyo curato es de categoría rural de segunda. -Org. Jud. Hállase adscrito al part. Jud. de Villarcayo y a las aud. de lo criminal y territ. de Burgos.- Org. Econ. Para el pago de contr. depende, con su ayunt., de la Delegación de Hacienda de su prov.-S. Pub. Recibe y expide la corr. por el camino de Burgos á Sedaño, car. de Quintanilla de Escalada. -Obras Públicas y med. de com. Para sus transportes y relaciones, utiliza los caminos que cruzan su tér. -Ins. Púb. La escuela radica en la cabecera de su ayunt. Ind. La única ind. de esta localidad es la agrícola. Pob. Ninguna importancia ofrecen los edif. que la forman. -Sit. geog. y top.”


En los años siguientes a esta mención del diccionario Riera comprobamos la ausencia de servicios en el pueblo de Valderías. Para sus necesidades debían desplazarse o dar aviso a Alfoz de Bricia, a siete kilómetros, donde estaban los médicos -como Aquilino Estébanez y Juan Huidobro o Demetrio Gómez en otro tiempo - o los veterinarios. Como nota curiosa diremos que el “Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración” hace que este alfoz “salte” un par de veces entre el partido judicial de Villarcayo y el de Sedano (hoy desaparecido).

 
En 1894 vivían 99 personas y en 1900 eran ochenta personas. ¡Cosas de que revisemos diferentes fuentes! Ante tal número de vecinos, y sus hijos, se necesitaba instruir a la juventud para lo cual acudieron sucesivos maestros como José Puente García en 1902. El Anuario Riera deja constancia de que en 1904 había 94 personas -más imprecisiones- por lo cual se necesitaba del profesor Celso López para instruir en la escuela mixta. Aguantó hasta 1905-1906 cuando entra Paco Blasco. Lamentablemente en las publicaciones de la época aparecen varios nombres de maestros para Valderías en 1906: Antonio Martín, Hipólito Enciso, Juan F. Amorós. ¿Por qué? No les sabría decir a ciencia cierta, pero, ajustándonos a lo que ocurre hoy, casi diría que… no les gustó el destino y buscaron alternativas. ¡No sabían lo que se perdían! Otra guía nos dicen que hay ochenta y tres vecinos en 1906, cifra que se mantiene en 1908 cuando el párroco volvió a ser un ya mayor Bernardo Gil y el maestro era Francisco Blasco. Parece que había una tienda de vinos que regía José Somavilla. Entre 1908 y 1909 la instrucción estuvo en manos de Julia Tejada Sedano. Sí, una señora que marchará en 1923 para Cilleruelo de Bricia. Y en 1909 da clases Saturnino Parte. Sabemos que en 1911 seguía. En 1924 entrará como maestra Hermerinda Laurín -o tal vez Josefa Sáinz Gil-. Se siguió moviendo la silla dado que en 1926 tenemos como maestra interina a Segunda Sáinz González. Luego fue nombrada, como interina también, Emiliana López. Y, después, la interina Sofía López Ruyales. Todas sin salir de 1926. ¡Espera! Todavía hay una más: Hilaria Porres Serna. De 1926, claro.

 
Para 1927 figurará en este pueblo Juana González Moreno. En 1930 obtuvo el cargo de maestra Cándida Benita de la Fuente Martínez. En 1931 era nombrada como maestra de Valderías María de la Concepción López. En 1941, tras el expediente de depuración correspondiente, daba clases allá Antonia Árias Parra.
 
La prensa del siglo XX nos da retazos de la vida de este pueblo, claro que no los mejores. Conocemos a Ulpiano Gómez Gallo porque arreó una pedrada al pastor Ireneo Pérez en 1912. O a Silverio Sedano (1914) que estaba loco para el sentir popular. O al generoso Juan López Lucio (1916) que aparece dando un donativo.

 
Todo parecía ir bien, pero llegó otra guerra civil y luego la emigración hacia las grandes ciudades que llevó a que el censo de 1950 redujese el número de residentes a 64 personas que se distribuían en 17 viviendas. Y eso que el 13 de mayo de 1955 se inauguró en Barrio de Bricia una casa de médico y llegó la luz eléctrica a Valderías. Se acercó el Gobernador Civil a la inauguración y el asunto se publicó en el “Diario de Burgos”. Allí recibió a esta y otras autoridades provinciales el presidente de la junta local Eutiquio Pérez, el párroco Nicanor González y la maestra nacional Filomena Moro. Vamos, las fuerzas vivas del lugar. ¡Y todo para bendecir un transformador!

 
El último curso en Valderías fue el de 1965-1966. En el año 2000 figurarán cuatro personas censadas. Y en 2015 tres.
 
 
 
Bibliografía:
 
“Diccionario geográfico, estadístico, histórico, biográfico, postal, municipal, militar, marítimo y eclesiástico de España y sus posesiones de Ultramar” publicado bajo la dirección de Pablo Riera y Sans.
“Amo a mi pueblo”. Emiliano Nebreda Perdiguero.
Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración. 1884
Indicador general de la industria y el comercio de Burgos (1894)
Estadística Arzobispado de Burgos.
“Censo de población de las provincias y partidos de la corona de Castilla”.
“Nomenclator de las ciudades, villas, lugares, aldeas y demás entidades de población de España formado por el Instituto Nacional de estadística con referencia al 31 de diciembre de 1950”.
“Burgos, todo románico”.
“Las Merindades de Burgos: Un análisis jurisdiccional y socioeconómico desde la Antigüedad a la Edad Media”. María del Carmen Sonsoles Arribas Magro.
Revista “El Magisterio español”.
Periódico “Diario de Burgos”.
Periódico “El Papa-moscas”.
Revista “El defensor escolar”.
Boletín Oficial de la provincia de Santander.
Página web de la Diputación Provincial de Burgos.
Blog“Tierras de Burgos”.
Becerro de Behetrías.
“Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar (1846-1850)” – Pascual Madoz.
“Diccionario geográfico-estadístico de España y Portugal (1826-1828)”. Sebastián Miñano y Bedoya.

Para Alfredo.
 

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