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domingo, 22 de enero de 2023

Casa fuerte de Quecedo de Valdivielso.

 

 
Qué recio suena llamar a algo “Casa Fuerte” pero, ¿qué es una casa fuerte? Diremos que podría ser un inmueble a medio camino entre la torre y la simple vivienda campesina. La torre tenía que tener formas externas defensivas contundentes, foso, contrafoso y puente levadizo. La casa fuerte era una construcción más barata, y de menos pretensiones que la torre, que servía de vivienda, de silo y, en caso necesario, de defensa. Reconoceremos estas casas por sus pequeñas torres adosadas a la vivienda, situadas en terreno llano, construidas de mampostería, con frecuentes vanos en la vivienda, algunas saeteras sin almenas ni torrecillas.

 
No eran construcciones militares y, sí, estaban habitadas. Solían tener escudos heráldicos y vinculación con la fundación de un mayorazgo y su explotación. Generalmente, la vivienda y la torre se construían simultáneamente y la comunicación entre ambas se realizaba por el interior. De hecho, si vemos una torre con entrada exterior podremos pensar que ambos inmuebles son de épocas distintas. Estas edificaciones duraron hasta el siglo XVIII transformándose tanto que podría confundirse con una simple vivienda campesina de cierto lujo. Y, comúnmente no las llamamos como en el encabezamiento sino “Casa Torre”.
 
Llegados a este punto ya podemos reconocer, cuando entramos en Quecedo de Valdivielso, la casa torre de los Huidobro, superviviente del siglo XVI, en el barrio de San Lorenzo. Dispuso de muralla, almenas y barbacana. En 1752, dentro de las declaraciones del Catastro del Marqués de la Ensenada, pertenecía a Diego Manuel de Vera Fajardo y Varona, Marqués de Espinardo, y tenía diez y nueve varas (unos 16 metros) de ancho por otras tantas de fondo, con hermosa huerta de regadío, cercada de pared, de cuatro fanegas de sembradura. Se comentaba allí que este marqués poseía una capilla en la iglesia parroquial al lado de la epístola a la advocación de San Juan, San Andrés y Santiago. También ha sido conocida como casa torre de los “Varonas”, que la heredaron de los anteriores, y en el siglo XIX perteneció a un tal González Peña.

 
Decían Julián García y Luciano Huidobro que Se entra a ella por un gran arco, con escudo del siglo XVI, ya destruido. En su fachada de Oriente, donde se abre actualmente la puerta principal, con dos buitreras, se observan dos pisos y dos épocas en la construcción; la primitiva está a la izquierda y es del tiempo de la torre y fachada del Mediodía, y la parte añadida, a la derecha, donde se ven incrustados los escudos de Varona y del Marqués de Espinardo”.
 
Pero, ya que empieza la descripción, seguiremos con la descripción. La torre consta de tres pisos, y además de los cubos y barbacana, tiene un matacán con dos escudos sobre las ventanas, que indican claramente quiénes fueron sus dueños primitivos: los Huidobros e Incinillas. Todos los garitones están defendidos por troneras que también existen en el centro de cada lienzo de la torre. Esta es algo más larga (en el sentido del eje mayor) que ancha. A ambos lados de la buharda pueden verse las ventanitas de un palomar. Todos los vanos son adintelados. Los ventanales bajo el alero muestran claramente que ni por sus proporciones ni por el coronamiento moldurado fueron nunca auténticas almenas, sino puro elemento decorativo. Mientras que la torre es de buena sillería la vivienda adosada es de mampostería, excepto en la fachada principal, en la que también destaca buena sillería.

 
El genealogista Luis Varona -que fue uno de sus dueños- describía así su palacio: “La casa es de anchurosa vivienda, contigua a ella una fuerte Torre, coronada de almenas y cubos en las quatro esquinas de lo alto della y con narices para su defensa y encima de unas ventanas están unos escudos pequeños con las Armas de Huydobro… Está cercada con muralla, coronada de almenas con saeteras y se entra en la Barbacana, por una ostentosa portada, rodea la casa una amena y fructífera huerta… como coto redondo y una puerta de la huerta adornada de cubos y escudos de Armas, sale cerca de la Iglesia, donde tiene la Capilla de S. Juan Bautista la más antigua y en ella sus honoríficos entierros”.
 
Francisco Oñate nos confirma que en el muro que da a la huerta, que es la parte más antigua de la casa fuerte, sobre sendas ventanas, hay dos escudos de armas muy bien conservados y protegidos por guardapolvos.

 
El primero de ellos, sencillo y sin ornamentos presenta el campo mantelado (digamos que dividido en tres cuarteles): El superior izquierdo tendría fondo azul y centrada una torre de color plata. En el superior derecho, sobre fondo de oro tendríamos dos lobos de color rojo (gules), pasantes y con garras de plata. Finalmente, en el mantel -el inferior- habría un fondo de color verde (sinople) con una banda amarilla (oro). La Bordura tiene ocho piezas, cuatro de oro con un castillo de su color y cuatro de gules, con un león rampante, de oro. Son las Armas Heráldicas de Huidobro. 


El otro escudo, de parecido tamaño y labra, contiene un castillo flanqueado por dos encinas y, en la bordura, hay ocho aspas. Son las armas del apellido Incinillas.

 
Debemos conocer un poco las familias de ambos escudos. El primero de los Huidobro de Quecedo que conocemos fue García de Huidobro que era señor de esta casa en 1288. En esa fecha sirvió a Sancho IV, el Bravo, en su enfrentamiento con Alfonso de la Cerda. Su esposa fue María Ruiz. García de Huidobro testó el ocho de septiembre de 1296. Su descendiente, el genealogista Luis Varona lo transcribía: “Que la mi casa antigua que está en este dicho lugar de Quecedo en el Barrio de S. Llorente, con sus huerta e pertenencias cercadas e por cercar… todo ello que lo aya e herede en donadío perpetuo Juan de Huidobro, mi fijo, para que lo goze e posseya en como yo e de assi lo aya e lleve Hortuño de Huidobro su fijo, e mi nieto, sin que se lo puedan evitar, teniéndolo todos los que dellos vinieren, para recordancia de mi, e de los vuestros ancianos e honradamente vivais e os mantengais, en como sois honrados, sin fazer ende mal, que no les sea bien parecido: e vos nombro por mi heredero a vos el dicho Juan de Huydobro mi fijo solo, en todo, para que fagais e cumplais lo que vos mando, e assi como si yo lo ficiesse en vida.” Parece que se hubiese fundado un mayorazgo.
 
Su sucesor, el de García, fue Juan de Huidobro que casó con Casilda Fernández y fueron padres de Hortuño Huidobro. Este, Hortuño, se casó con Ana García de Salazar, de los Salazar de Castilla la Vieja. Según su testamento (Quecedo en 15 de diciembre de 1352) luchó con Alfonso XI en la batalla del Salado (1340). Tuvo tres hijos: Alonso, que le sucedió; Juan, del que proceden los Huidobro de Agreda, y García.

 
Alonso de Huidobro, señor de la casa y solar de Huidobro de Quecedo, desposó a Elena Sánchez de Mena, con solar en Dima (Valle de Arratia). Fueron padres de Rugúñez de Huidobro que casó con María Saiz de Huidobro, hija de Juan Alonso de Huidobro y nieta de la casa de Huidobro en el valle de Sedaño. La sucesora de Rugúñez fue María de Huidobro, luego esposa de Rodrigo Alonso de Incinillas. Será el punto de unión de ambas familias. Son los “culpables” de los primeros escudos situados en la parte baja de la torre que hemos comentado y los constructores hasta la altura de las ventanitas del palomar.
 
María y Rodrigo criaron a Alonso de Incinillas Huidobro -alias de Valdivielso-, canónigo y racionero de Zamora, que sucedió a sus padres como hijo mayor y aumentó el patrimonio de la Casa. Fundará un mayorazgo en su hermano menor Lope Sáez de Incinillas Huidobro. Juan González de Incinillas Huidobro, hijo segundo de María y Rodrigo, también fue canónigo de Zamora y, también, dejó hacienda agregada al mayorazgo y dinero para que se construyera una iglesia junto a la casa de Huidobro bajo la advocación de la Virgen Santa María que no se edificó, destinándose el dinero a erigir una capilla en Santa Eulalia, parroquial de este pueblo, a la advocación de San Juan Bautista. Su patronato estaba ligado al mayorazgo según las capitulaciones y escritura de dotación fechada en Burgos el 30 de abril de 1569. Otros hijos de este matrimonio fueron Rodrigo de Huidobro, que a la edad de 20 años entró religioso franciscano en la ciudad de Burgos; María Incinillas Huidobro que casó con Pedro Alonso de Toba, de quien proceden los Valdivielso de Méjico; Eulalia de Incinillas que murió soltera; Estéfana que casó con Pedro Fernández y tuvo a Juan Fernández de Valdivielso, que pasó con Juan de Valdivielso, su primo, a la conquista de Nueva España donde le mataron los indios; y Antonio y Alonso de Valdivielso, clérigos.

 
Tras hablar de los Huidobro nos giramos a observar, un poco, a los portadores del apellido Incinillas. Procedían de Incinillas y, más tarde, pasaron a El Almiñé donde pusieron su casa solariega. El primero que conocemos es Ruy García de Incinillas que matrimonió con Urraca Fernández y fueron señores de Quintanilla de Vildado. Participó Ruy en las guerras de Andalucía, como consta en una escritura del año 1300 que se halla en el archivo de la Iglesia de Burgos, en tiempo de Fernando IV y en el sitio de Gibraltar por Alfonso XI. Fueron padres de Juan Alonso de Incinillas, que heredó la casa; Alonso de Valdivielso que vivió en Burgos; y Ruy Díaz que pasó a Ávila.
 
Juan Alonso de Incinillas, ya pariente mayor, desposó a Elena Ruiz y fue sucedido por Gonzalo Alonso de Incinillas que fue vecino de El Almiñé, casó con María Sainz Bustillo y fueron padres de García Alonso de Incinillas. Este muchacho se unió a Juana de Isla Peña, natural de Quecedo, donde pasó a vivir y fueron padres de Gonzalo Alonso de Incinillas. Gonzalo se casó con Urraca Alonso de Incinillas, su prima segunda. Tuvieron a Rodrigo Alonso de Incinillas que les sucedió; al licenciado Alonso de Incinillas de Valdivielso, canónigo de la Santa Iglesia de Zamora, donde murió en 1518; al licenciado Juan de Incinillas de Valdivielso, igualmente canónigo racionero de Zamora; a Pedro de Incinillas, criado de Juan de Aragón, arzobispo de Zaragoza; a García Alonso de Incinillas que, casado, vivió en Burgos. Hijo de este último fue el licenciado Juan Alonso de Valdivielso, racionero de Zamora por resignación de su tío el licenciado Alonso de Incinillas de Valdivielso. 


La importancia de Rodrigo Alonso de Incinillas es que se casó con María de Huidobro, señora de la casa de Huidobro en el lugar de Quecedo. Y, como ya hemos comentado arriba, se juntan los dos apellidos en Alonso de Incinillas Huidobro, canónigo racionero de Zamora y en Lope Sáez de Incinillas, hijo menor de Rodrigo y de María.
 
Lope casó con María Sainz, natural de Quecedo y tuvieron a:
 
  • Alonso de Incinillas Huidobro.
  • María Sáinz de Incinillas Huidobro, que casó con Juan Zorrilla, señor de la casa y mayorazgo de Zorrilla en Santa Olalla.
  • Isabel González de Incinillas Huidobro, que casó con el capitán Juan Rueda Velasco, señor de la casa de El Almiñé.
  • Catalina de Incinillas Huidobro, que casó en Zamora con Juan Vélez.
  • Urraca, que casó con Rodrigo Alonso de Huidobro.
  • Ana González de Incinillas Huidobro, que casó con Alonso de Pereda, vecino de Quecedo, quienes fundaron la capilla de San Ildefonso en la parroquial de Quecedo.
  • Francisco de Incinillas que murió en casa de sus padres.
  • Lope Sáez de Incinillas que murió el once de noviembre de 1560.
 
De este montón de hijos debemos destacar, y centrarnos, en el primero, Alonso, de ellos que será el señor de la casa de Huidobro, de Quecedo, y pariente mayor del linaje de Incinillas. Su esposa fue Urbana Fernández, señora de la casa y mayorazgo de Fernández del lugar de Quecedo. Este casamiento juntó los tres apellidos y casas de Incinillas, Huidobro y Fernández.

 
Heredera de este “imperio” fue María de Incinillas Huidobro. Por supuesto, después de la muerte de Alonso de Incinillas que testó el 23 de noviembre de 1538. María se desposó con Gabriel Varona Saravia, de la casa de Varona del lugar de Arroyo. Fueron padres del licenciado Andrés Varona.
 
El licenciado Andrés Varona Incinillas Huidobro, tras ocupar durante muchos años diversos puestos de Justicia marchó a Lima donde fue oidor y consultor del Santo Oficio. Murió el 28 de enero de 1639. Su esposa fue María Saravia de Rueda, hija de Pedro Saravia de Rueda, de la casa Saravia del lugar de Valhermosa. Fueron padres de Juan Varona, sucesor, asesinado en Lima la noche del último día de Navidad del año 1629; a Esteban Varona clérigo comisario del Santo Oficio, que murió en Quecedo el año de 1640; a Andrés Varona, capitán de caballos en Chile y gobernador de Asangaro y Asillo que murió en Lima el 6 de mayo de 1644; y a Luis Varona que heredó el tinglado. El mencionado capitán Andrés Varona que, antes de pasar al Perú con su padre, había servido en la carrera de los galeones de Indias dejó mucha hacienda agregada a la casa de Huidobro. Hubo también cuatro hijas de Andrés y María: María, la mayor, que casó con Juan Díaz Ortega, señor de la casa de Sotopalacios; Antonia y Urbana. monjas en Santa Clara de Medina de Pomar; y Josefa, que casó con Juan Varona, su primo segundo.

 
Luis Varona Saravia, señor de las casas de Huidobro y Fernández y pariente mayor del linaje de Incinillas, fue un famoso genealogista, natural de Valderas (León), viajó al Perú con su padre cursando leyes en la universidad de Lima, fue colegial mayor en el San Felipe y San Marcos y catedrático de Digesto. Volvió a Castilla y el Rey le otorgó el Hábito de Alcántara. Fue alcalde de Hijosdalgo de la Chancillería de Valladolid y, más tarde, su presidente. Se casó con Manuela Chumacero Sotomayor en 1647, hija de Antonio y de Beatriz de Gamboa. Tuvieron varios hijos, pero nos centraremos en los supervivientes: Francisca María, monja en Huelgas; Diego José, su sucesor; Juan Tomas, caballero de Alcántara, colegial mayor y rector del colegio de San Ildefonso de Alcalá; María Josefa; y Antonia Manuela.
 
Diego José Varona Chumacero, fue caballero de Alcántara, rector de la Universidad de Oviedo y Gobernador de Gata, y murió en Extremadura en 1687.
 
Antonia Manuela Varona Chumacero, -hermana de Diego José- bautizada en la parroquia de San Benito de Valladolid el 19 de junio de 1665 y muerta intestada en Mérida el 24 de marzo de 1714, se había casado en Madrid el 22 de mayo de 1689 con Juan Alonso de Vera Alburquerque y Fajardo, séptimo marqués de Espinardo, vizconde de Monteagudo, señor de las villas de Ceutí, Ontur, Albatana, Mojón Blanco, etc. En el acta matrimonial figura como señora del mayorazgo y casa fuerte de Varona en Quecedo, en el valle de Valdivielso (Burgos) por lo que se deduce que había sucedido a sus hermanos mayores.

 
Con todo lo que hemos comentado hasta ahora ya podemos introducir los últimos escudos que parecía que nos habíamos olvidado. Son los más vistos y están sobre la puerta de entrada a la casa fuerte. Uno a la derecha y otro a la izquierda. Démonos cuenta que probablemente sean posteriores al genealogista Luis Varona porque este no nos habla de su existencia al describir el caserón, y por su labra. En el lado izquierdo de la fachada de entrada hay un escudo con solo las armas de los Varona. Está timbrado por un coronel (en general es una corona) y tras el escudo se perciben las puntas de una cruz de Alcántara. En su campo constan las cuatro bandas y en la bordura los ocho espejos: Armas de Varona.

 
El de la derecha también está timbrado por un coronel (Quizá por el marquesado de Espinardo) y apoyado -que tiene detrás- en una cruz de Alcántara. El campo del escudo está cuartelado:
 
  • Primero: de oro, cuatro bandas de gules. Bordura de gules con ocho espejos de plata perfilados de oro: Armas de Varona.
  • Segundo: está partido. Su lado derecho tiene dos brazos armados, de plata, movientes del flanco siniestro, sosteniendo en sus manos una maza de guerra de plata que son las armas de Chumacero. En la bordura hay ocho elementos no identificados, que Francisco Oñate asocia con ballestas, y ocho estrellas de ocho puntas, en posición alterna. El lado izquierdo posee un castillo mazonado, es decir, destacando las piedras que lo componen.
  • El tercer cuartel está partido y medio cortado. Primero tiene tres hileras de veros y en la punta ondas de agua (Armas de Saravia). Segundo: de azur, cinco flores de lis de oro, puestas en aspa. Tercero: de azul, dos ruedas de carro de oro, puestas una sobre otra. Armas de Rueda.
  • El último cuartel está partido con seis hileras de ¿cruces? A la izquierda y la alocución “Ave María gracia plena” en posición de bordura.
 
 
 
 
Bibliografía:
 
Web “Castillos del Olvido”.
“Arquitectura fortificada de la provincia de Burgos”. Inocencio Cadiñanos Bardecí.
“Blasones y linajes de la provincia de Burgos. Partido Judicial de Villarcayo”. Francisco Oñate Gómez.
“Apuntes descriptivos, históricos y arqueológicos de la Merindad de Valdivielso”. Luciano Huidobro Serna y Julián García Sainz de Baranda.
“El nobiliario de Luis Varona de Saravia. Un tesoro genealógico del siglo XVII”. David Huidobro Sanz.

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