Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


domingo, 2 de junio de 2019

Fernando Álvarez Martínez. Sic transit gloria mundi.



Nuestro protagonista era hijo de Pedro Pablo Álvarez y Alonso Pérez de Guzmán el Bueno natural de Burgos y poseedor –aparte de ser un hombre con un largo nombre- de la distinción de comendador de la Orden de Carlos III. Pedro Pablo alcanzó el empleo de brigadier de los ejércitos durante la Guerra de la Independencia. La madre, de Fernando, era la medinesa María Martínez y Sáez de Villegas. La familia disponía en esta población, Medina de Pomar, cuantioso patrimonio.

Fernando Álvarez Martínez.

Fernando nació el 30 de mayo de 1814. Supongo que estudiaría las primeras reglas en Medina. Se trasladó a Burgos a estudiar Filosofía y luego Derecho en Valladolid. Era liberal y esto lo demostrará en la primera guerra carlista cuando deja sus estudios para alistarse en la compañía de voluntarios “Minerva” al mando del zamorano Claudio Moyano y Samaniego en la expedición contra el carlista Batanero. Fue recompensado con la Cruz de Isabel II. Tras este periodo militarizado se reincorpora a las aulas pucelanas en 1836. Poco aguantó: se presenta voluntario ante la llamada de la Diputación de Burgos para apoyar el esfuerzo bélico en el norte. Demostrará predisposición, experiencia militar y dotes de mando que le conseguirán el grado de capitán con mando sobre cuatro compañías. Finalmente, decide concluir sus estudios en la universidad de Alcalá de Henares obteniendo el grado de doctor en Derecho. El objetivo, ahora, era Madrid.

En 1839, después de doctorarse ingresó en la Secretaría de Gracia y Justicia como auxiliar y oficial de la mano de Lorenzo Arrazola que será su padrino político. Lorenzo era jurista, presidente del Tribunal Supremo, catedrático de la Universidad de Valladolid y rector de la Universidad Complutense. Como político de corte conservador liberal ocupó durante seis ocasiones el Ministerio de Gracia y Justicia, dos veces más el de Estado y fue presidente del Gobierno en 1864. Se le ha encuadrado entre los miembros de la generación de “ministros burócratas”, según expresión de Alejandro Nieto. Parece un calco de los actuales “políticos funcionarios aparatchiks” según palabras mías.


Presenca de Fernando Álvarez en el Congreso.

El itinerario político de Fernando Álvarez lo marcarán los cambios políticos de la nación. Fue sustituido en su cargo –las cesantías que tan bien refleja Benito Pérez Galdós en sus “Episodios Nacionales”- tras los sucesos de septiembre de 1840. Resumen rápido: El caos empezó por una ley de ayuntamientos que daba la potestad de elegir al alcalde al gobierno (¡Como en la Segunda república Española!) que llevó a su rechazo por los progresistas y desencadenó una crisis del sistema. María Cristina, la regente, dará el gobierno a Espartero y los progresistas.

Decide aprender árabe y otros idiomas como fórmula de promoción personal. Volcará sus inquietudes en el estudio de la historia, bien sobre los materiales arqueológicos extraídos de las excavaciones oficiales, bien leyendo los libros históricos que llegaban a su alcance. Fue este refinamiento el que, sin duda, reforzó su personalidad y su amor por conocer que le acompañaría toda su vida. Esta afición intelectualoide junto a su habitual presencia en clubes, ateneos científicos, literarios y círculos académicos propició su ingreso en estos ámbitos del saber oficial institucionalizado. De hecho, fue secretario primero del Ateneo Científico y Literario de Madrid al menos desde 1840 y constando seguro como tal también en 1842 y 1843 al publicarse las “Memorias del Ateneo”. Indirectamente desarrollaría su red de contactos, digo yo. Ingresó en la Academia Matritense de Jurisprudencia y Legislación como académico, desempeñando tareas de censor, bibliotecario y secretario. Además, obtuvo un premio con ocasión de su discurso sobre el "Estado de la legislación en tiempos de Alfonso XII".

En 1843, con el ministro Luis Mayans y Enríquez de Navarra, fue subsecretario del Ministerio de Justicia siendo comisionado como notario mayor del reino con motivo del traslado de los restos mortales de la infanta Luisa Carlota de Borbón-Dos Sicilias, tía y suegra de la reina Isabel II, al panteón regio de El Escorial el 29 de enero de 1844.

Ser poder fáctico en el distrito de Villarcayo ayudaron a su carrera parlamentaria –vamos: era el “cacique” local- obteniendo la credencial de diputado nacional desde las elecciones de 1844.




Documentos de 1867 alusivos a su
nombramiento como senador.

Por ese tiempo se casa con Manuela Guijarro y Gonzalo del Río, hija del noble Francisco Guijarro de Ripoll, que había sido capitán de Infantería, administrador real y secretario de S. M. la Reina; y de manuela Gonzalo del Río. De este matrimonio nacieron Luisa, Carlos (que será Senador, Diputado y Abogado), Natalia, Fernando, María Benita, Luz y Josefina. Francisco Guijarro fue distinguido con la Encomienda de la Orden de Carlos III y la de San Gregorio Magno.

En el Congreso de los Diputados, a tenor de las actas y del Diario de Sesiones, es dinámico, participativo en muchas comisiones y con algunas iniciativas legales importantes. Citaremos el caso del proyecto de ley de naturalización de extranjeros donde proponía como uno de los requisitos tener la fe católica por parte del solicitante arguyendo que esta religión era “un dique todopoderoso contra el comunismo, el socialismo y todas las creencias peligrosas”.

Amén de diputado fue un funcionario de alto nivel en ejercicio: primero como secretario de Gracia y Justicia y Asuntos Eclesiásticos en diciembre de 1846, luego en 1847 ocupó el cargo de subsecretario de dicho Ministerio participando directamente en las negociaciones del futuro Concordato con la Santa Sede de 1851. Su relación con Arrazola le coloca como miembro del Consejo Real.

Lorenzo Arrazola y García

En 1857 ingresa en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, con la medalla número 26, donde ejerció como secretario académico en plena explosión revolucionaria, desde el 8 de enero de 1878 hasta su muerte.

Su carrera administrativa se consolida con su nombramiento el 17 de enero de 1864, bajo la presidencia de Gobierno de su protector Lorenzo Arrazola García, de ministro de Gracia y Justicia que ya siete años antes, en 1857, había desempeñado ocasional e interinamente. Le dura el cargo hasta el uno de marzo de ese año.


El 8 de marzo de 1865 fue nombrado, por ciento cincuenta votos a favor de un total de 251, presidente de las Cortes, pronunciando un breve discurso formal donde hace un llamamiento a la cooperación de todos y a “la rectitud de miras y la tolerancia mutua de ambos lados de la Cámara, la deferencia de la mayoría y la minoría”. Fernando Álvarez ocupó este alto cargo del Estado apenas cuatro meses (12/07/1865).

En vísperas de la Revolución de 1868 le encontramos como senador vitalicio, legislatura 1866-1867, por Real Decreto de 29 de marzo de 1867 ajustado a los artículos 14 y 15 de la constitución de 1845. Era senador por designación real y por haber sido más de tres veces diputado y ministro de la corona. Fue diputado en las Constituyentes de 1869.

Certificación del tribunal de cuentas.

Cánovas del Castillo le ofreció la cartera de Gracia y Justicia y no la aceptó. Aun así, recupera su condición senatorial por derecho propio con motivo del nombramiento por Alfonso XII al frente del Tribunal de Cuentas el 7 de julio de 1877. Hasta su muerte compaginó ambos cargos. También ostentó la presidencia de la comisión de gracias y pensiones.

A primeros de noviembre de 1883 cayó enfermo falleciendo en Madrid a la una y media del ocho de noviembre de 1883 y siendo enterrado el 9 a las diez de la mañana en el cementerio de la sacramental de San Lorenzo y San José. Allí se reunieron políticos del momento –poderosos hoy olvidados y, en este sentido, ejemplo para nuestros próceres- como: el ministro de Hacienda, Romero Robledo; Lasala; Cos-Gayon; conde de Toreno; Cárdenas; Moyano; marqués de Pidal; Gargollo; vizconde de Campo Grande; Pidal y Mon; Domingo Moreno; Azcárate; Sánchez Bustillo; Campoamor; Ordoñez; conde de Guaqui; de Casa-Valencia; José María Álvarez…

Fernando Álvarez Martínez

Aquel carro fúnebre escoltado por varios porteros del Senado que llevaba a nuestro actualmente ignorado medinés, lo seguía un carruaje de gala del senado, el coche del señor cardenal arzobispo de Toledo y un gran número de carruajes.

Periódico "La época".

Sic transit gloria mundi.

Comunicación senatorial del óbito.

Fue político, director de la publicación "Biografía contemporánea universal" donde publicaba distintas semblanzas de personajes políticos; jurista, escribió obras como la citada "Estado de la legislación en tiempos de Alfonso XII" y el "Examen filosófico de los actos de Alfonso X como legislador" y artículos para la "Enciclopedia de Derecho y Administración" del siempre presente Arrazola, de cuya redacción formó parte desde el tercer tomo. Lo acredita como arqueólogo la "Descripción del monasterio y palacio de San Lorenzo, casa del Príncipe y demás notable que encierra bajo el aspecto histórico, literario y artístico del Real Sitio de El Escorial, para uso de los viajeros y curiosos que lo visiten".

Obituario en el periódico "El día".

Este hombre condensa la visión del mundo de la elite provincial burgalesa de esa primera generación de políticos de época isabelina cuya estela la siguen con menor entusiasmo y éxito sus hijos Fernando y en mayor medida Carlos Álvarez Guijarro, diputado en 1884 y más tarde senador. Vivía en Madrid pero mantenía fresco los lazos con que ataba su distrito de Villarcayo. Conservador en los principios refuerza su poder con clientelas y redes de presión local y sobre todo con la práctica hereditaria de transmitir el ejercicio político. Fue Comendador de la Orden de Carlos III y de la de San Gregorio el Magno.

Obituario del periódico "El Globo".



Bibliografía:

“Medina de Pomar. Cuna de Castilla”. Asociación Amigos de Medina de Pomar.
Biografía de la Real Academia de la Historia por Emiliano González Díez.
www.gv.geneanet.org
Congreso de los diputados del reino de España.
Senado del Reino de España.
“Apuntes históricos sobre la ciudad de Medina de Pomar”. Julián García Sainz de Baranda.
Periódico “El día”.
Periódico “El liberal”.
Periódico “El globo”.
Periódico “El pabellón nacional”.
Revista “Escenas Contemporáneas”.
Periódico “La época”.
Periódico “La Iberia”.



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