Este es un viejo castillo de Burgos, de una época en que Burgos no existía. Bueno, para ser exactos, no es un castillo sino una fortaleza. ¿Son lo mismo? NO. Un castillo es un edificio con una serie de dependencias pero una fortaleza es una muralla con una o varias puestas que puede contener una ciudadela, un cuartel, iglesia…
Da igual, es el “castillo de Tedeja”. Para algunos habría que catalogarlo, como mínimo, del siglo V (el último emperador romano de occidente es depuesto en 476, siglo V), y alcanza el XIV. José Ángel Lecanda estimaba que su origen era un punto de control tardorromano de tipo Turris fechable en el siglo III D.C. o albores del IV (alrededor del año 300), a causa de las cerámicas y estructuras encontradas. Según el libro «Condado de Castilla» de Fray Justo Pérez de Urbel, el fundador del Castillo de Tedeja fue don Pedro, duque de Cantabria, muerto en el 740 y suegro de Pelayo, primer rey de Asturias.
Para el fantástico y fantasioso Hauberto Hispalensis de Gregorio de Argaiz, los refugiados godos del duque Pedro se replegarían a Tetelia tras la caída de Amaya frente a los árabes. Cerrando el desfiladero salvaguardaban el valle de Tobalina y la costa, algo así como “el último bastión” frente al invasor. En la huida desde Toledo, los espatarios supervivientes de la batalla de Guadalete, trasladarían (siempre según el diploma que encontró) el panteón real de los reyes godos hasta aquí. (¡Anda tú, qué coincidencia!). Para otros el panteón godo estaría en Oña (Anda tú, igual que el de los reyes de Castilla. Otra interesada coincidencia).
La primera referencia que se tiene del castillo es del año 790 cuando se le menciona en una donación del abad Alejandro Quelino al monasterio de San Juan de Cillaperlata, el cual se encuentra «in locum qui dicitur cellaprelata subtus Tetelia. Cierto que el documento es posterior al Siglo V pero tiene un valor indiciario ya que los datos arqueológicos conocidos para este monasterio evidencian, para sus fases iniciales, un contexto avanzado del siglo VIII o quizás de principios del IX.
A partir de ésta, las referencias se suceden de forma continua desde el siglo X hasta que el rey Enrique II de Castilla cede sus derechos en el alfoz de Tedeja a Pedro Gómez de Porras, hecho que se produciría, según Cadiñanos, en 1366.
Pero Tedeja dejó de vivir solo en viejos textos cuando Roberto Fernández (15 años de paseos por la sierra de La Tesla) lo encontró en 1981 y se produjeron las primeras aportaciones de fondos para poder excavar el castillo.
Tedeja ocupa un saliente en el extremo oriental de la Sierra de la Tesla, en la desembocadura del río Nela en el Ebro. A sus pies está el desfiladero de la Horadada, que es uno de los pasos naturales entre Las Merindades y la llanura de La Bureba. Lugar este claramente estratégico por sus condiciones topográficas, por el dominio visual que llega hasta Medina de Pomar situada a unos 20 Km. y por el control de la vía de comunicación que transcurre a su lado.
La Turris de Tetelia (Siglo III a siglo V)
Viajemos en el tiempo hasta llegar a los años iniciales de Tedeja: el Turris. El entorno que se observa difiere, como no podía ser menos, del actual. Hay una serie de castros habitados en estos años Bajo imperiales: Nocedo (Návagos), La Quintana (Rosales), Castillo (Rosío) o San Pantaleón. Estas defensas se complementan con las turris de Peña Partida, de la Peña del Mazo y el Castillo de Tedeja.
¿Pero para qué servían los turris? Formaban parte del sistema de vigilancia y control policial de las vías del Imperio, especialmente allí donde existía un motivo de inseguridad: bandolerismo, la amenaza exterior o la convulsión social. En este caso se explica por la situación marginal y periférica de las latitudes situadas al norte de Las Merindades, y por los diferentes grados de romanización del área.
Reconstrucción de una Torre de vigilancia romana. |
Para hacernos una idea, eran pequeñas fortificaciones aisladas que funcionaban como torre de vigilancia, como estación de señales o ambas cosas a la vez. La nuestra sería de piedra (Técnica usada a partir del siglo II). Solían ser de 4,8 a 6 m. de lado y, generalmente estaban rodeadas por un foso y una empalizada. Se conservan restos arqueológicos de centenares de torres, pero ninguna integra. Recordemos que los ejércitos de Roma destruían sus fortificaciones al retirarse.
Disponían de una balconada de madera y de un poste inclinado en cuyo extremo existía una cestita metálica donde se colocaba el fuego para enviar señales luminosas o de humo a las torres próximas. Tenían cuatro plantas con el acceso en la primera para evitar asaltos en tromba. Sus partes eran:
- Planta baja: despensa y almacén de suministros, accesible solo desde la planta superior.
- Planta 1ª: Posee la entrada, se utilizaba para cocinar, comer y dormir y solía tener una ventana relativamente amplia.
- Planta 2ª: el “cuarto militar”, donde estaban depositadas los pertrechos militares y el retén de guardia
- Planta 3ª: en ella se encastraba la balconada exterior de madera, que rodeaba todo el perímetro de la torre.
En el extremo Noroeste del yacimiento de Tedeja destacan los restos de una torre cuadrangular que rondaría el siglo III que encajaría en un sistema de torres/Turris intercomunicadas para controlar el territorio. De hecho, Tedeja procede del término latino Tetelis, que significa tutela, vigía, lo que remarca su situación e importancia.
La construcción de la muralla. (Siglo V)
La primera fase importante del castillo de Tedeja se inaugura allá por la segunda mitad del siglo V d.c, con la construcción de un amplio recinto, enriscado y muy fortificado, potente y vanguardista desde el punto de vista poliorcético; estratégico desde el punto de vista militar y político, justamente en los instantes finales de Roma; esta fase se continúa con la históricamente inmediata y caracterizada por la instauración de la monarquía visigoda en Toledo; la etapa se prolongará más allá de la desaparición de la institución dinástica, caída tras los acontecimientos del 711. Tengan claro que un recinto para albergar un mayor número de tropas que indicaría una mayor inseguridad de la zona.
Es decir, que en el periodo visigodo, siglos V-VIII nos consta la ocupación de Tedeja y la Peña del Mazo que acabamos de ver como defensas romanas. Esta ocupación se ve reforzada por la presencia de monasterios que buscarían la protección de aquellos. Son las iglesias-monasterio como Santa María de los Reyes Godos (300 m de Tedeja) que pudo ser panteón godo de reyes o nobles, y otras cercanas a lugares con nombres como Castillo o Castro. Puede que la basílica visigoda de Santa María (Mijangos) se construyese al abrigo de Tedeja.
El levantamiento de la muralla arrancaría con la construcción de los cubos situados frente al actual acceso al yacimiento y que marcan el trazado de la línea defensiva en los puntos más elevados del frente septentrional, el más vulnerable. Ambos cubos disponían de acceso individualizado mediante una escalera de tramo único adosada por el interior. Después se trabajó la unión entre ambas torres y la construcción del resto de la muralla con un cubo semicircular en cada extremo. Finalmente se remata su engarce con los precipicios.
Muralla de la Fortaleza de Tedeja |
En el lado que mira a Trespaderne está la puerta flanqueada por su torre. Probablemente sea la única puerta, algo desplazada con respecto a la línea de fachada. Es estrecha, recta y relativamente profunda, ligeramente retranqueada hacia el interior con una anchura en el umbral de 1,70 m por el exterior. La profundidad de la puerta es superior a los 3 m. A lo largo de este umbral encontramos la impronta que han dejado los goznes de los ejes de las puertas y los topes para los batientes, así como la solera de opus caementicium.
Los análisis realizados para datar la muralla, aun con alteraciones por arreglos posteriores y algunos hallazgos diversos, nos sitúan su inicio en el siglo V. Recordemos que los Visigodos llegan como fedatarios a lo largo de esta centuria del 400. ¿Quién ordenó acrecentar las defensas de Tetelia? ¿Roma o Teodorico?
Primeros Añadidos por peligro de derrumbe. (Siglo VI)
En plena existencia del reino Visigodo, y en unos años en que esta zona marca el límite de su poder, se construye el cubo central que se adosa al paramento exterior de la muralla para, actuando como contrafuerte, reforzarla. Se emplaza en una zona de fuerte desnivel donde la presión que ejerce la masa construida sobre la situada en el plano inferior es considerable. Pero, además, la torre viene a reforzar la capacidad defensiva de la muralla al instalarse en un punto donde esta construcción resultaba de inicio bastante vulnerable.
No solo eso sino que se añade un paso de ronda por el interior, entre los cubos principales y anulando los peldaños inferiores de las escaleras de acceso, inutilizando las mismas desde esa fecha. No parece que se realizasen muchos años después de la primera muralla al ser de fábrica similar y por ello podría situarse a lo largo del siglo VI.
Dominio Árabe (del 711 al 745. Siglo VIII)
En el corto periodo de dominio bereber (711 a 745) constan elementos de orden defensivo o de vigilancia. Parece que reutilizan las torres circulares romanas o visigodas, y sería lógico que Tedeja también. Hay una estructura circular de unos 8 metros de diámetro cuyo muro tenía una anchura de 2 metros, esta torre pudo construirse entre el año 700 y el 1000.
Reformas, refuerzos y nuevos elementos añadidos por peligro de derrumbe. (siglos XI-XII)
Parece que durante un periodo de tiempo no se realizan reformas en la muralla. Otro tema es lo que se produjo en el interior de la fortaleza donde pudo haberse construido con materiales perecederos. Se aguantan las aceifas musulmanas, surgen los condes de Castilla y, en el siglo XI (años 1028 a 1054) se produce el dominio del reino de Pamplona… En una donación del rey navarro García Sánchez III, el de Nájera, a su mujer Estefanía de Foix vemos como este rey decide sobre los territorios de Castilla Vetula, también nos indica que el señor del castillo de Tedeja es Fortún López. A su vez nos informa de un tal Galindo Bellacoz, de Colindres, que para 1054 será quién controle el Alfoz de Tedeja.
Recreación del "castillo" de Tedeja |
La tenencia de Tedeja toma el nombre del castillo pero Tedeja es también la zona más norteña del valle de Valdivielso (San Pedro de Tejada) y su castro. La tenencia debió comprender los alfoces Campo Redondo, Cigüenza, Medina, Torres (La Cerca), Mijangos, Los Butrones, el valle de Valdivielso, y el valle de Caderechas, cada uno de ellos con su correspondiente elemento defensivo. El registro documental de Tedeja como tenencia finaliza en 1127.
Mientras todo eso pasaba, el sector largo de la muralla, sin torres, (145m y 10 % de desnivel) sufrió problemas estructurales provocando la ruina de algunos tramos. Como hemos indicado esta fue la causa de la construcción de una de las torres. Esto se ve también en la muralla con cortes en el paramento que se corresponden con una profunda reforma llevada a cabo desde la misma base porque “se caía”. Reparación que dispuso un alineamiento de bloques rectangulares de arenisca que sirve de cimiento a partir del cual se levanta el resto del paramento, empleando material del mismo derribo.
Idénticos problemas de estabilidad se observan en la torre construida en la fase anterior y en el cubo de la puerta. El colapso de ambos se evitó adosándoles un potente refuerzo exterior, ejecutado a modo de forro, consistente en una construcción maciza de planta cuadrada que emplea grandes sillares de arenisca, similares a los empleados en la reparación del tramo de muralla. El alzado total de este refuerzo rondaría 1,30 m, ya que de otro modo habría tapado los drenajes que presentan los cubos en su tramo inferior.
Este proceso de reforma se completa con la construcción de una nueva torre que se distingue por ser de planta cuadrada, aunque asimétrica. Esta, también maciza, se adosa al exterior de la muralla en una zona destacada, incrementando con ello el potencial estratégico y de defensa del recinto.
¿Qué nos dice todo esto? Que la muralla llevaba mucho tiempo en uso y que todavía era necesaria como para trabajar en su mantenimiento. Las técnicas empleadas, tanto en las reparaciones como en la obra nueva, muestran la evolución de la técnica de cantería. La talla de los sillares se ha realizado con instrumentos como el trinchante o la escoda, herramientas empleadas en cantería desde finales del siglo XI hasta bien avanzado el siglo XIII. Traducido: una cronología Plenomedieval.
Para los expertos de Arakitos Arqueólogos, S.L. los refuerzos cuadrangulares documentados se conocen desde las excavaciones efectuadas en los años noventa, no obstante, la falta de una perspectiva global del recinto defensivo y de los diferentes elementos que lo integran, llevó a interpretarlas como torres de planta cuadrada arrasadas hasta la cimentación construida en época tardorromana. Y ya en época visigoda se levantarían sobre ellas los cubos semicirculares de la muralla. Si les suena esta idea es porque es la hipótesis comúnmente conocida y, también, aceptada. Para Ángel L. Palomino Lázaro, María Negredo García y Ramón Bohigas Roldan, sin embargo, las estructuras de planta cuadrada documentadas en la base de los cubos semicirculares no son cimentaciones, sino potentes refuerzos exteriores construidos en una fase avanzada, cuando éstos ya presentan unos problemas de estabilidad evidente.
Abandono. (Siglos XIII-XIV)
Se descubre por el desmoronamiento y ruina de la fábrica original. En términos generales, la alzada conservada ronda los 2 m en la línea de muralla y casi los 3 m en los cubos, del resto dan buena cuenta los potentes niveles de derrumbe que se amontonan junto a la muralla extendiéndose varios metros a partir de éstas, sobre todo y fundamentalmente, al exterior.
Al desaparecer el mantenimiento aplicado durante su fase de actividad se inicia su desaparición. No se han documentado acciones violentas o catastróficas como causas de dicha destrucción. Por ello, a medida que Tedeja pierde su peso como centro jerárquico, lo pierde su defensa. Debemos entender este fenómeno como un proceso paulatino producido a lo largo de la plena Edad Media. Así en el siglo IX, continuaría en uso militar sin relevancia política y, a que a partir de finales del siglo XII y avanzado el siglo XIII, únicamente parece mantenerse su referencia como topónimo. Un proceso que estaría culminado a finales del siglo XIV, cuando Tedeja deja de aparecer en las fuentes documentales escritas.
El yacimiento. Estado actual e interpretación.
Las excavaciones empezaron en 1994, en un proyecto de investigación iniciado por R. Bohigas e I. Ruiz, al que un año después se incorporó J.A. Lecanda, paralizándose en 1998. En 2000 hay trabajos pero, aparte de una campaña de limpieza la actividad no se reanudará hasta 2008
Además, con motivo de las obras de ampliación y reforma del trazado de la carretera N-629 en el año 1998 se trabajó en el yacimiento de «Peña Partida» y en el de «Santa María de los Reyes Godos» en el vallejo de Santillán. Una última referencia externa será la vecina iglesia de «Santa María de Mijangos» (Merindad de Cuesta Urría, Burgos) cuyos vínculos con Ted
Subamos al cerro y describamos lo que se ve. Debemos empezar al suroeste del cerro, donde está el mirador sobre La Horadada, en un área de fuerte pendiente en la que se ha nivelado el terreno construir el cubo. Desde ahí el cortado rocoso a cuyos pies se abre el vallejo de Santullán (o Santillán) y Santa María de los Reyes Godos. Desde este cubo la muralla remonta la fuerte pendiente, proyectándose hacia el borde norte del cerro mediante un potente lienzo de 30 m de longitud y 1,60 m de anchura, que conservaba en el momento de la excavación un alzado medio aproximado de 1,55 m. Su trazado se adapta al terreno, aprovechándolo y salvando un desnivel de 10 m.
Vista aerea de los trabajos en Tedeja |
El siguiente cubo, el más cercano a la actual entrada de vehículos, conservaba en el momento de la excavación una altura media de 2 m, con un diámetro de 7 m, sobresaliendo 5,30 m con respecto a la línea de muralla. Desde él se ha proyectado el cierre de todo el flanco septentrional del cerro, el área más vulnerable, configurando una estructura amurallada que permitiría definir este enclave más como recinto fortificado que como castillo.
El tramo total de muralla mide 175 m, con cinco cubos a intervalos variables, y se proyecta hasta el extremo noreste del relieve. Aquí, donde la ladera cae pronunciadamente hacia el este, hallamos un acceso flanqueado por una torre de planta circular en origen. Mientras, hacia el sur el recinto gira proyectándose hacia unos crestones rocosos desde los cuales se pierde su rastro, aunque se supone que continúa descendiendo hasta el cauce del Ebro.
Los muros fueron construidos mediante el sistema de doble paramento con un relleno interno relativamente compacto compuesto de piedra menuda, cascajo y barro. Su ancho ronda los 2,00 metros. Los paramentos fueron levantados con mampostería, empleando piezas de tamaño mediano, combinando los mampuestos con alineamientos de lajas que crean una serie de planos de nivelación. Para los que sepan de construcción diremos que esta fábrica se ve reforzada con ripios, lechadas de barro y un porcentaje muy bajo de mortero de arena y cal. La mayor parte de las piedras se han colocado a tizón, de modo que al penetrar en el núcleo de la muralla dotan a toda la estructura de una mayor consistencia.
No hay zanja de cimentación solo argamasa para uniformar el terreno y aportar solidez a la base de la estructura. A su vez, se conservan numerosos restos de un revoco de mortero de arena y cal aplicados en ambas caras, varias capas, lo que pone de manifiesto una intensa labor de mantenimiento mientras la defensa fue operativa.
¿Cómo consiguieron subir la piedra? Pues de la misma forma que parece que lo hicieron en Machi-Pichu. Es decir, de allí mismo: en numerosos sectores la superficie rocosa aparece descarnada y cortada en bloques angulosos, sobre todo en la zona del foso que antecede a la muralla. Vemos en ello un rasgo de inteligencia destinar un único esfuerzo a una doble tarea.
Corte muralla de Tedeja |
Esta forma de construir denotaría, para la fase inicial, premura en la ejecución de un plan que, a pesar de la magnitud de la obra proyectada y de los problemas inherentes a su ejecución, consigue no obstante cerrar el acceso al recinto en aquella zona en la que éste ofrece mayores facilidades de acceso, salvando además unas condiciones topográficas especialmente complejas. Una vez conseguido este objetivo, las actuaciones inmediatamente posteriores se destinarán a reforzar el potencial estratégico y defensivo de la muralla, construyendo un paseo de ronda entre los cubos originarios y construyendo un nuevo cubo que apuntala la estructura en un sector donde su estabilidad está más comprometida.
Por otra parte, es importante tener en cuenta otra serie de elementos que junto a la muralla terminan por configurar el complejo defensivo. En paralelo al paramento exterior de la muralla y en toda su longitud, se dispone una banda de terreno que cabe identificar como liza, cuya anchura oscila entre 7 y 14 m, dependiendo de la situación con respecto a los cubos o al propio paramento de la muralla. Es una superficie aterrazada que conserva la pendiente natural del terreno en sentido oeste/este, manteniendo la uniformidad gracias al aporte, directamente sobre el afloramiento rocoso, de sucesivos echadizos del sedimento natural arcilloso propio del cerro.
El segundo elemento que refuerza el sistema defensivo al exterior de la muralla es el foso, identificado parcialmente durante las intervenciones de los años 90. Su presencia se restringe al sector noroeste con el objeto de introducir una discontinuidad topográfica que dificulte el acceso en el tramo más vulnerable. El foso consiste en un vaciado de la superficie rocosa, cortada mediante aristas vivas o tajos sucesivos muy angulosos, que aprovisionó como cantera al proceso constructivo de la muralla, produciendo un corte alargado de marcada sección en V, asimétrico e irregular, con una anchura estimada de 12 m, una longitud próxima a los 30 m y una profundidad media de 4 m.
Pero esto es una descripción de lo que se encontrarán si se acercan a ver un castillo más antiguo que Castilla.
Bibliografía:
La fortaleza de Tedeja en Trespaderne y el castillo de Poza de la Sal (Burgos). Variables arqueoógicas para el análisis de la articulación del poder local en el tránsito de la tardoantigüedad a la alta Edad Media en la Castilla del Ebro (Ángel L. Palomino Lázaro, María J. Negredo García, Ramón Boñigas Roldan)
Merindades, la piedra de Castilla. Aitor Lizarazu Pérez.
Asociación Cultural de Tedeja.
Interesantisimo articulo. Yo fui uno de los que colaboraron en los inicios de las excavaciones a traves de la Universidad de Deusto. Es un orgullo que se haya llegado tan lejos en esta dificilisima excavacion.
ResponderEliminarRespecto a Santa María de los Reyes Godos es una pena el lamentable estado de conservación del yacimiento. Es cuando te preguntas: ¿ha mercecido la pena su excavación o mejor hubiera sido el dejarlo tal com estaba?
Hola Martín y gracias por participar.
EliminarEnlazando con la segunda parte de su comentario le diré que el pasado verano intenté visitarlo y desde el centro de interpretación situado en la estación de Trespaderne me convencieron de que no lo intentase al estar cubierto de maleza y mal, o nada, señalizado. Es terrible que estas joyas visigodas estén como están. No se si para preservarlas de expoliadores o porque los responsables ignoran su valor económico y cultural.
Tedeja. Estoy con usted en que lo hecho es mucho. Cualquiera puede llegar hasta el yacimiento con su coche, visitarlo, disfrutar del entorno y comprenderlo mediante los carteles explicativos. Falta el limpiarlo periódicamente para que las malas hierbas no se lo coman y el trabajar el interior del recinto que, seguramente, guardará más maravillas.
Capturado de 7 Merindades en FACEBOOK:
ResponderEliminarArea Patriniani:
Muy buena entrada. Tengo una pequeña pega solo con el documento del año 790 donde se menciona "Tetelia". Creo que el documento es falso o como minimo esta interpolado.(14 de febrero a la(s) 23:49)
Respuesta de 7 Merindades:
Ciertamente, la fuente de donde la tomo indica que, en el mejor de los casos, está interpolada pero que con respecto a Tetelia resulta interesante la confirmación de su existencia en este área.
Muy interesante. Me gustaría tener información de los castros habitados a los que haces referencia ( Rosales- La Quintana, Rosio-Castillo...). Conocer la bibliografía a la que puedo acceder para obtener toda la información posible.
ResponderEliminarUn saludo y muchas gracias.
Hola don Carlos. Siempre es difícil determinar los libros sobre este tema, en especial cuando la bibliografía no es parca, pero me animaré con uno que contiene múltiples referencias a otras obras. Es "Poblamiento y estructuras sociales en el norte de la península ibérica" de Iñaki Martín Viso, editado por la Universidad de Salamanca y que creo podrá usted encontrar.
EliminarUn saludo.
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ResponderEliminarJose Luis. Le recomiendo que lea. Lebato está en lo cierto.
ResponderEliminarLas Merindades de Burgos. Siglos III a.C.-1560. María del Carmen Arribas Magro. Madrid, 2016.
ResponderEliminarLas Merindades de Burgos. Una análisis jurisdiccional y sociopolítico desde la Antigüedad hasta la Edad Media. Tesis doctoral Universidad de Burgos. María del Carmen Arribas Magro. 2012.
Historia de Castilla:de Atapuerca a Fuensaldaña.García González, Juan José (coord).· La Esfera de los libros, Madrid, 2008.
Introducción a la Historia de Castilla. García González, Juan José; Lecanda Esteban, José Ángel. Instituto Municipal de Cultura. Burgos, 2001.
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ResponderEliminarNo sé a quien se refiere. Pero reitero JL que usted debe leer algo más que panfletos. Quizá prefiera quedarse con los libros de Francisco de Berganza o Gregorio de Argaiz... pero le aconsejo que lea autores actuales. A ser posible de este siglo. Le recuerdo que es el XXI. Por otro lado conozco tanto al autor como al anónimo y me consta que saben de lo que hablan. Así que si no tiene usted fuentes que ofrecer, mejor le iría creándose su propio Blog... de Historia ficción.
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ResponderEliminarDon José Luis Pedrero no sé que ha podido ocurrir con su comentario pero siento decirle que no los censuro. La mala educación descalifica a quién lo escribe y es una muestra de su insolvencia.
EliminarPor otra parte no estoy participando en la discusión que tiene usted con una o varias personas más. Como autor de esta bitácora firmo mis comentarios y, como ha podido apreciar, respondo siempre a su actitud con un respeto poco correspondido.
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ResponderEliminarGonzalo Martínez... Es curioso una gran fuente que no recuerdo que sea incompatible con JJ. Personalmente no soy el autor de este Blog. Pero entiendo que no le guste Castilla en tiempos de Fernán González. Es un libro para gente cualificada. Lo mismo con el de Atapuerca a Fuensaldaña. La siguiente cita será de Justo Pérez Urbel ganador del premio Francisco Franco??? ( lo digo porque es un personaje que usted admira )
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ResponderEliminarNo han sido dos, sino tres personas distintas las que han respondido a sus palabras... y efectivamente habrá leído mucho... o quizá no... porque de Martinez Diez, o como usted le llama Don Gonzalo no se ha escrito nada malo.
ResponderEliminarRespecto a Sánchez Albornoz, otro gran historiador... tampoco tengo ningún problema. En todo caso parece ser que los tiene usted con los modernos...
Por cierto, el materialismo histórico de Karl, no significa que el resultado de su trabajo lleve al comunismo sino que aunque le cueste entender, la economía marca el devenir de los pueblos...
Quizá para usted resulte más inteligente o más obvio explicar la "tierra quemada" de Don Claudio, pero al margen de lo que opine Lebato, parece atestiguada la presencia en toda la cornisa litoral de los musulmanes... aunque la guerra civil musulmana acabase con ese dominio. Dicho de otra manera... en un primer momento, la lucha real no existió.
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ResponderEliminarNo solo lo digo yo.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=W8jdI1lvrwU
Su buen amigo Aniano... tiene un libro interesante... pero no deja de ser hipotetico basandose en un documento que al bueno de Gonzalo ni siquiera le valía.