Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


domingo, 22 de julio de 2018

Fiestas de Verano en Villarcayo.



Volvemos a la villa cabeza de partido judicial para disfrutar de un día de fiesta. Como estamos en pleno verano y no tenemos mucho tiempo para leer la internet nos iremos a leer el periódico. Piensen que están en una terraza y eso.

Sentados con la fresca cervecita –o lo que tomen- abriremos el “Diario de Burgos” del 25 de julio de 1954, en una sección local, para leer los saludos de Sigifredo Albajara Bodega, el alcalde del momento. Son unas fiestas que no coinciden con las patronales. Personalmente me parece un día de celebración para agasajar a los veraneantes, no sé. Junto a loas a los productores, y a los productos, derivados del cerdo podrán disfrutar de anuncios de negocios que hemos llegado a conocer, y paladear: la farmacia, el bar Chico, SEYCO, la estación de servicio Rivera…

No digo más. Vengan conmigo a sumergirse en este par de páginas:






Bibliografía:

Periódico “Diario de Burgos”.




miércoles, 11 de julio de 2018

García Fernández significa dignidad.



Dejábamos a Almazor saqueando Barcelona. Bien. Vale. No es nuestro tema, ni antes ni ahora. Nos interesa más lo que ocurre en León. Al fin y al cabo es “nuestro reino”. Está ocupado, sometido al enemigo cordobés y desgarrado por las luchas internas. Lo tiene todo, ¿verdad? Pues faltaba un ataque de Almanzor. Será en el año 987. Recordemos que Bermudo II quiere acabar definitivamente con Ramiro III. Para ello pedirá ayuda a Almanzor que termina sometiendo León y colocando tropas (para fortalecer la posición de su rey) en el corazón del reino cristiano. Hoy diríamos que instaló una base militar de “apoyo a un aliado”.

Bermudo II, rey de León

Los “aliados” bereberes actuarán como un ejército de ocupación, es decir, saqueando. Esto daba más alegría a una situación ya caótica. Bermudo II indicó a Almanzor que su ayuda no era ya necesaria y que ordenase el retorno de las tropas. Ni caso. Bermudo II no podía más: las expulsó a punta de lanza. ¡¿Para qué más?! Almanzor se ofendió y desató a los cuatro jinetes del apocalipsis sobre León. Empezó por el occidente del reino, por Coimbra. Aniquilan la guarnición del conde Gonzalo Muñoz, ocupa la población y la destroza. Permaneció siete a años deshabitada y, por supuesto, en manos moras. Después, Almanzor, enfila León, la ciudad se entiende. Para ese ataque contará con el apoyo de… ¡los propios condes leoneses!

Debió ser una variación del conocido “plata o plomo” pero con unas gentes –cual políticos españoles del PP, del PSOE-PSC o nacionalistas de hoy- acostumbrados a corromperse. En Galicia, Gonzalo Menéndez rompió su compromiso con el rey de León y se sometió a Almanzor; en Saldaña, los Banu Gómez se pasaron al ejército invasor y ofrecieron sus servicios como oficiales y guías en la campaña contra el reino; García Bermúdez, conde de Luna, e incluso los Ansúrez, todos abandonaron al rey que ellos mismos habían colocado y se sometían ahora al caudillo de Córdoba.

Castillo de Burgos

Menos mal que nos queda Castilla. García Fernández, su conde sigue obsesionado con la idea de construir una coalición cristiana. Se ha casado con una condesa de Ribagorza; sus hermanas han desposado, una, al rey de Pamplona, y otra, al conde de Saldaña; de las hijas de García, una se casará con un conde de Pallars y otra con el mismísimo rey Bermudo II de León... García acude con sus tropas a orillas del Cea para defender la capital del reino. Ninguna hueste más les acompaña. Frente a León descubre de qué pasta está hecho Bermudo II: ha huido hacia Galicia. Los castellanos quieren presentar batalla, pero todo está perdido y después de tres días de resistencia, León cae.

Almanzor ordena demolerla por entero. ¿Tan poderoso era? Sí y no. La puntilla fue la colaboración de las familias leonesas. Aclaremos que una expedición tan al norte creaba problemas logísticos que ningún ejército de la época podía resolver sin apoyo local. La nobleza leonesa ofreció puntos de acampada, caminos francos y zonas libres para el saqueo. El traidor conde de Saldaña, Gómez Díaz, empieza a atribuirse el título de “imperante in Legione”, el que manda en León. Gracias a Almanzor. ¿Y Bermudo II? Este estaba escondido en Lugo.


Era rey de nombre porque la mayor parte de su reino estaba en manos moras o condales. Aquellas ciudades que veinte años antes fueron los centros neurálgicos del reino, desde Coímbra hasta Sepúlveda pasando por Simancas, Zamora o la misma León, habían sido demolidas; la repoblación al sur del Duero, desmantelada; los condes ya no obedecían al rey sino a Almanzor.

Parece que era el momento de que el caudillo moro pensase en el futuro de su familia. Su objetivo será transmitir a sus hijos el poder usurpado. Crear la dinastía amirí. Pero eso no formaba parte de los usos del califato. Vale, el califa Hisham está recluido en su palacio y el poder auténtico lo tiene el hayib Abu Amir. Había una anormal separación entre el poder político y el religioso. Y lo que ahora se proponía nuestro hombre era oficializar eso. Fundará una monarquía islámica. El califa seguiría siendo califa, pero Almanzor sería rey y sus hijos heredarían el trono.

Cortesía de "Consuegra Medieval"

Las figuras relevantes que hubieran podido bloquearle estaban eliminadas y él, hábilmente, había emplazado contingentes de guerreros bereberes en los puntos estratégicos del califato. A la tribu Sanhadja la instala en Granada, a los Maghrawa los sitúa en las montañas de Córdoba, a los Banu Birzal y a los Banu Ifran los coloca en Jaén. Estos pueblos bereberes actúan en sus nuevos dominios como un ejército de ocupación; despóticos, no tardan en ganarse el odio de la población local. Pero eso entraba en la estrategia de Almanzor: por un lado, privaba a estas tribus guerreras de apoyo popular; al mismo tiempo, inclinaba a las gentes a pensar que sólo en Almanzor podían encontrar justicia. Es un régimen de terror populista.

Por ejemplo, en 990, cuando una tremenda hambruna azotó Al-Ándalus, el dictador ordenó fabricar todos los días, desde el principio hasta que terminó, 22.000 panes que eran repartidos diariamente entre los pobres, con lo que los necesitados vieron remediada su situación.

En 991, cuando su hijo Abd al-Malik alcanza la mayoría de edad, le traspasa el título de hayib, es decir, primer ministro del califato. Almanzor, por su parte, se investirá de los títulos de “señor” (sayyid) y “rey generoso” (malik karim).Y al mismo tiempo ordena que en todos los documentos de la cancillería aparezca su sello, y no el del califa. ¿Así de fácil? No. Se opuso alguien inesperado: su hijo Abdalá.

Cortesía de Justo Jiménez.

Expliquemos el drama: tenemos tres protagonistas llamados Abdalá ben Amir, el hijo que vive en Zaragoza; Abdalá ben Abdelaziz, un omeya -conocido como Piedra Seca- que es gobernador de Toledo; y Abderramán ben Mutarrif, gobernador de Zaragoza. Hacia 989 se ponen a conspirar. Abdalá, el hijo zaragozano de Almanzor, no heredaba los títulos que había obtenido Abd al-Malik. Terreno fértil para adherirse a la conjura del omeya Piedra Seca que representaba la vieja legitimidad. Es posible que Subh, Aurora, la madre del califa participase de alguna manera en el asunto. Y, claro, como no podía ser de otra manera, Almanzor descubrió el complot. Para que veamos que un hombre tan ocupado tenía tiempo para informarse sobre las andanzas de la familia.

Y estaba ocupado porque en este 989, en julio, atacó las posiciones castellanas en las tierras sorianas. Puso sitio a Gormaz pero fue rechazado por los defensores castellanos. En esta batalla murió el obispo de Valpuesta, Nuño Vela. Los moros, entonces, enfilan hacia Osma. En agosto de ese 989 cae la ciudad; en octubre cae Alcoba de la Torre. Toda la comarca es saqueada, pero Almanzor tiene que levantar el campo. El invierno se acerca y ningún ejército de la época puede afrontar los fríos sorianos a campo abierto.

Será en este momento, la llegada de los fríos, cuando Abdalá, el hijo, huyó. ¿Adónde? A Castilla. Allí el conde García Fernández le recibió con los brazos abiertos. Una baza estupenda, pensaría. También huyó Piedra Seca, el omeya, que se refugió en la corte leonesa de Bermudo II. El tercer peón, el gobernador de Zaragoza Abderramán ben Mutarrif, fue apresado por su propio hijo Samaya y decapitado. Cría cuervos… ¿Y Aurora? ¿Estaba implicada en la conjura? Nunca lo sabremos.

Conde García Fernández

Sabemos que Aurora, Subh, buscó quedarse con el Tesoro del Estado. Si tenía éxito dejaría sin recursos a Almanzor. ¿Acaso el dinero del califato no se recaudaba en nombre del califa? Pues al califa -pensó Aurora- debía pertenecer. El dictador lo supo. Convocó a los visires y les hizo firmar una orden extraordinaria que trasladaba el tesoro a la ciudad-palacio de Madinat al-Zahira.

Sofocada esta otra “traicioncita” Almanzor retoma el control del califato. Abd al-Malik, el hijo preferido de Almanzor, es enviado a África a aplastar una revuelta bereber. Y él corre a Castilla para recuperar a su hijo traidor, Abdalá y a Léon a por Piedra Seca.

García está contento con su invitado. La cuestión es saber por qué se refugió en este condado y no en el reino de León. Quizá fue porque este estaba en una guerra interna, quizá porque García le pilló más cerca en su huida… quizá porque Castilla no se doblegaba ante su padre y era un territorio militarmente más eficiente.

Cortesía de Justo Jiménez

El dictador de Córdoba lanza otra ofensiva sobre las líneas castellanas. Pero estas resisten. Tras varias semanas de asedios Almanzor negociará: o Castilla le devuelve a Abdalá o lanzará un ataque masivo contra todas las poblaciones y campos de Castilla. Es un punto de inicio de negociación. Brusco, sí, pero una oferta. García Fernández responde: entregará a Abdalá si Almanzor se compromete a respetar la vida de su hijo. Almanzor accede. ¡Sorprendente! La entrega será el 8 de septiembre. Abdalá es inmediatamente decapitado por orden de su padre. ¡Esto sí entra dentro de la lógica con Almanzor!

Y se mantiene la paz con Castilla. Gracias a esa paz el rey Bermudo pudo abandonar Galicia, volver a León e incluso casarse con una hija de García Fernández. Claro que paz no significa no intrigar, no corromper, contra el conde castellano. Conocemos muy poco sobre esos movimientos pero debemos tener claro que la codicia y el rencor siempre son buenos lubricantes para la traición.

Muchos en Castilla prefieren pactar con el moro y acabar con la guerra perpetua. Entre ellos, el propio hijo de García, Sancho que veía que se quedaba sin posesiones. Castilla había perdido a manos de Almanzor buena parte de su extensión pero nada más. No había sumisión como en los demás casos. Era debido a la voluntad de García Fernández; la orografía de su tierra y una bien defendida cadena de puntos fuertes guardados por sus montaraces castellanos.

Medina Alzahira

Aparece aquí un episodio crucial: la traición de los infanzones de Espeja. La villa de Espeja está en Soria, cerca de la raya de Burgos; en la época era un alfoz de Clunia (Coruña del Conde). ¿Y quiénes eran los infanzones? Recordemos: campesinos con medios suficientes para pagarse un caballo y unas armas, y que, por ello, gozaban de una autonomía personal muy notable. Estos, concretamente, prestaban servicio de anubda (vigilancia fronteriza) en Gormaz y Osma. Es el año 993. La frontera castellana sufre un nuevo ataque sarraceno. Las huestes de Almanzor se apoderan de Gormaz y Osma. Un infanzón de Espeja, Añaía Díaz, roba tres caballos y un esclavo y huye a tierra de moros. Otros dos infanzones, Abolmondar Obecuz y Abolmondar Flaínez, se enfrentan por un pleito. El conde ha de enviar a un merino para que ponga orden. De momento, y ante la presión militar mora, los dos infanzones deben acudir a reforzar las posiciones de frontera en Carazo y Peñafiel, pero no van; ni ellos ni, por lo que sabemos, ningún otro infanzón del mismo lugar.

Es inevitable pensar que sus voluntades habían sido corrompidas por el oro de Almanzor. Cuando llega el año 994, los sarracenos toman Clunia, que deja el camino abierto hacia el interior de Burgos. El frente castellano se está hundiendo. En esa circunstancia, el propio hijo del conde García, Sancho, se vuelve contra su padre.

Y detrás esta Almanzor. ¿Por qué? Porque unos años atrás, en 992, Sancho había acudido a Córdoba para ponerse a la órdenes de Abu Amir. Buscaba la tranquila sumisión que creían tener los demás territorios de Iberia. Si García quería libertad, su hijo Sancho quería seguridad. Pero todo no es un gran problema para García. Tiene fuerza suficiente para acudir a Espeja, sancionar a los infanzones, restablecer la defensa fronteriza y contraatacar. Cruza el Duero y ataca Medinaceli, obligando a los moros a desplazar de nuevo tropas hacia su retaguardia.

Alcozar (Soria)

El movimiento consigue aliviar la presión sobre el interior del condado. Pero la defensa se sujeta sobre dos plazas fuertes: Langa y Peñaranda. Y nos vamos a mayo de 995 cuando García Fernández morirá. ¿Cómo ocurrió? Los documentos cristianos hablan de una batalla cerca de Alcozar, en el sitio de Peña Sillada. Las fuentes moras no transmiten una batalla propiamente dicha, sino más bien un encuentro fronterizo puramente casual. Sea como fuere, el hecho es que García, al frente de una hueste, combate contra una tropa sarracena. En la refriega, García sufre un golpe en la cabeza, al parecer, con una lanza. El conde cae a tierra. La hueste cristiana se dispersa. Los musulmanes apresan al conde malherido.

Almanzor ordenó que fuera trasladado de inmediato a Córdoba. Pero la herida de García Fernández era demasiado seria: cuatro días después expiraba. El dictador de Córdoba fue generoso: entregó el cuerpo de García a los cristianos cordobeses, que le dieron sepultura en la iglesia de los Tres Santos. Más tarde será trasladado a San Pedro de Cardeña, como el propio García dispuso en vida. Al frente del condado de Castilla quedará Sancho que pactará con Córdoba, tal y como había deseado siempre. Vendrán años de paz en la frontera, pero será paz a cambio de sumisión. Y la furia de Almanzor seguirá sacudiendo las tierras cristianas.

Como el fácil saqueo de Santiago de Compostela en el 997. Podríamos decir que la caída de la pieza castellana facilitó a Almanzor la toma y destrucción de la ciudad del Apóstol.


Bibliografía:

“Moros y Cristianos”. José Javier Esparza.
“Historia de Castilla. De Atapuerca a Fuensaldaña”. Juan José García González.



domingo, 1 de julio de 2018

Las aguas de Errasti de Montejo de Cebas



Estamos en verano y todos, más o menos, tenemos planeado lo que haremos esos siempre escasos días de ocio que nos dan en el trabajo. Los que recorremos los caminitos de Las Merindades no necesitamos plantearnos el típico dilema entre Playa o Montaña porque veraneamos en esta vieja tierra de Castilla.

Claro que, si lo que nos preguntamos es cómo veraneamos en Las Merindades, pues, eso ya es otra cosa. Podemos optar por el chalet, la casa familiar compartida en el pueblo, un cuco hotelito o casa rural, el pisito del desarrollismo e, incluso, balnearios. Perdón, balneario porque –si la memoria no me falla (mucho)- solo nos queda el de Corconte.

Balneario de Montejo de Cebas (Cortesía Tierras de Burgos

Lejos están los tiempos en que había varias casas de baños en la comarca. Hoy solo viven en el recuerdo de los vecinos de los pueblos en que estuvieron. Como Montejo de Cebas. Población cuyo nombre evoca el monte y los acebos.

El uno de julio hubiera comenzado la temporada de baños en este balneario y acabaría el 30 de septiembre. Era conocido también como balneario de Errasti. Lo encontramos a las afueras del este pueblo del Valle de Tobalina, a orillas del río Ebro, a solo 35 km de la estación de tren de Briviesca. El tren era importante porque ayudó sobremanera al incipiente turismo burgués. Pero no nos olvidemos que todo tuvo su origen en la conocida por “Fuente de la Salud”, a cuyas aguas surgidas de las rocas al borde de la carretera a 19 grados centígrados iban a bañarse, según Pascual Madoz, muchos enfermos ya a mediados del siglo pasado. Curiosamente en el diccionario de Miñano, unos veinticinco años anterior, no aparece referencia alguna a dicha fuente y sus aguas salutíferas.

Periódico LA ÉPOCA (1935)

Y esto era lógico porque no será hasta el surgimiento de una clase alta y medio alta con deseos de viajar y -¡por qué no!- de alejarse de las cada vez más saturadas e insalubres ciudades que surja el interés mediático por los balnearios y las casas de baños. Es el momento de las ideas higienistas a lo largo de Europa que aumentaron la demanda de servicios turísticos-médicos, en especial de aguas termales y marinas. Se incrementan así las infraestructuras necesarias: balnearios, hoteles, medios de transporte, etc. La gente buscaba respirar aire fresco y tomar los baños. Aprovecharse del poder reparador de las aguas minerales y eso.

Para 1877 se contabilizaban 1.865 fuentes en España, lo que daba una media de, aproximadamente, una por cada 262 Km2. Claro que la concentración era mayor al norte sobresaliendo los de Guipúzcoa y Vizcaya, con una fuente por cada 19 km2 y 33 km2 respectivamente. La existencia de todas estas fuentes no implicaba, sin embargo, la presencia de balnearios, aunque es verdad que desde principios del siglo XIX en adelante la oferta de centros termales fue ampliándose. Importante: no es lo mismo balneario que casa de baños.

Pero todo se acaba y el final de las aguas terapéuticas vino de manos de la ciencia. Los adelantos en la bacteriología y en la inmunología desnudaron las limitaciones de la balneoterapia. Más adelante, la presión de la medicina farmacológica resultó evidente en esta batalla por una terapéutica fiable. Perdidos sus atractivos médicos los balnearios compitieron con otros lugares de ocio como el turismo de playa. Algunos centros termales lograron adaptarse pero otros languidecieron en el tiempo.

Casa de Baños Errasti (Cortesía de Vivir en Tobalina)

Hoy, a más de medio siglo de su cierre vemos el pequeño edificio alargado y adosado a la roca, que tapa una concavidad en la que se encuentra el principal manantial. Olvídense del añadido en obras que la crisis ha enquistado junto al edificio histórico que constituyó la casa-fonda de tres pisos en la que se alojaban los bañistas.

Elías Rubio Marcos en su “Burgos en el recuerdo 2” recoge el relato que le contaba una anciana monja nacida en Montejo de Cebas: "A finales del XIX se construyó una carretera entre Quintana Martín Galíndez y Frías, en la provincia de Burgos. El ingeniero que la estaba dirigiendo padecía mucho del estómago y como alivio, le dijeron los vecinos de Montejo de Cebas que allí había un agua que, tomándola antes de las comidas, se hacía la digestión con mucha facilidad. Al principio no hizo mucho caso el señor Errasti, pero viendo que su mal iba en aumento, se decidió, al estar la carretera ya a la altura de dicho pueblo, a no desperdiciar la ocasión. Los primeros días la tomó porque en aquel paraje no había otra, y con gran asombro vio que su estómago se había curado. Ante esta evidencia decidió denunciar a Madrid el manantial y, con los trámites necesarios, comprar los terrenos de alrededor. Una vez concedido el permiso para explotar el agua, le puso el nombre de Balneario de Errasti. Se hizo el edificio y se construyó la carretera pasando por medio de la finca del balneario.

Al principio sólo asistían familiares y amigos, pero pronto se extendió su fama y fue llenándose todos los veranos de gente de Madrid, Neguri (Guecho, la zona de la clase alta de Vizcaya), Francia, Suiza y Alemania. Nunca se anunció en los periódicos, lo que suponía que su fama corría de unos a otros. El agua es mineromedicinal de mesa, y está indicada para el estómago, hígado y vías urinarias.

El Siglo Futuro (30/05/1917)

La vida en el balneario era como de una gran familia. Se traía al cocinero de San Sebastián, lo que hacía agradable y suculenta la mesa, además de la simpatía y cariño de los dueños. En la temporada de verano el Gobierno de Madrid mandaba un médico al frente de las tomas y baños para los pacientes".

A pesar de lo que dijera la hermana a Elías, el anuario Riera recogía información publicitaria de este “balneario” indicándonos que su propietario era Simón Errasti Larrañaga y que el médico del centro era Silverio López, al menos entre 1904 y 1908. También explicaba el tipo de aguas: bicarbonatadas sódicas indicadas para afecciones del estómago, intestino, piel, infecciones, artritis e hígado. El tratamiento era en baños o ingerido. Todo ello con un flujo de 15 litros por segundo. Y, para sorprenderles, informo que en “La actualidad financiera” del 26 de octubre de 1910 se comunicaba que “se ha otorgado a perpetuidad la concesión de 15 litros de agua por segundo del manantial denominado “Fuente de la Salud”, en la margen derecha del río Ebro, término de Montejo de Cebas del Valle Tobalina (Burgos), a don Simón Errasti Larrañaga, con destino al establecimiento de un balneario”. Y, ¿esto qué significa? Pues, que lo primero que funcionó fue una casa de baños. Estuvo en activo como tal uno 20 años. El balneario, la fonda y hostal, sería posterior y su tramitación comenzaría hacia este 1910. Esta percepción es reforzada por una Real Orden del 30 de mayo de 1911 en que estas aguas fueron declaradas de utilidad pública y que nos habla de un “establecimiento proyectado” para su explotación. Además, leemos que en mayo de 1917 se emitía otra Real Orden “autorizando la apertura oficial al servicio público del establecimiento balneario de Montejo de Cebas (Burgos) y disponiendo que la temporada oficial para el uso de las aguas en el mismo sea la de 1 de Junio a 30 de Septiembre de cada año”.

Diario de Burgos
31/08/1932

El edifico de los baños era sencillo, alargado y adosado a la roca donde se sitúa el principal manantial. Un jardín lo comunicará con la casa fonda, donde se hospedaban los bañistas. Las aguas de Fuente Salud se embotellaron y comercializaron bajo el nombre de “Aguas de Errasti”.

Es precisamente a través de una etiqueta de las botellas de este agua, como pueden conocerse algunas de sus características: "Brotan a orillas del Ebro y están clasificadas como bicarbonatadas mixtas puras. Es agua incolora, inodora e insípida y su mineralización, inferior a 0,5 gramos, la coloca entre las aguas de tipo de mesa". El manantial origen de todo se encuentra relacionado con un tramo calizo compacto formado por calcarenitas bioclásticas de tonos rojizos. Se presenta muy karstificado y con espesores comprendidos entre 80 y 150 m, correspondientes al cretácico superior. Surge en el contacto entre los materiales calizos permeables y las margas, muy impermeables, dentro de la unidad hidrogeológica Sedano-La Lora. Dicho.

Diario de Burgos (14/08/1953)

En 1946 era uno de los balnearios que se incluía en el concurso de directores médicos pertenecientes al cuerpo de médicos de aguas minero medicinales. Permaneció abierto hasta 1954 cuando causas de índole familiar lo hicieron cerrar. Más tarde pasó a una orden religiosa que lo destinó a un noviciado. También se empleó como colegio veraniego.

Tras mucho tiempo abandonado la empresa Edificaciones Goimen de San Sebastián compró en 2003 el inmueble y unos 30.000 metros cuadrados de terreno con la idea de crear un hotel-balneario de 59 habitaciones y 36 villas turísticas. De hecho, en 2006 se solicitó la declaración de estas aguas como minero medicinales. Todo se acabó en 2007 con la crisis económica. Lo que nos encontramos actualmente ha sufrido, además del abandono, robos y vandalismo.

Diario de Burgos (14/06/1939)


Bibliografía:

“Burgos en el recuerdo 2” por Elías Rubio Marcos.
“El valle de Tobalina” por Inocencio Cadiñanos Bardecí.
Blog “Tierras de Burgos”.
Periódico “Diario de Burgos”.
“Merindades hoy”.
“Diccionario geográfico estadístico de España y Portugal”. Sebastián Miñano y Bedoya.
Anuario Riera.
“El turismo en la España del siglo XIX” Carlos Larrínaga Rodríguez.
“Arte popular. Arquitectura hidráulica del norte de burgos, de la ilustración a fines del siglo xix” Tesis doctoral de Aarón Blanco Prieto.
Periódico “ABC”.
“Las aguas minerales como patrimonio hidrogeológico histórico de la provincia de Burgos”. José Mª Ruiz Hernández y José Ángel Díaz Muñoz
Periódico “El País”.
Periódico “El siglo futuro”.
Revista “La actualidad financiera”.