Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


domingo, 24 de noviembre de 2019

Relloso de Losa, demandado.



Hoy escribiremos sobre una parte del Valle de Losa situado en el nacimiento del río Jerea. Por cierto, este río se le conocía también con el nombre de este valle. Nos iremos al Valle de Relloso y a la población de ese nombre. La zona está habitada desde la remota antigüedad y, esperamos que lo siga siendo en esta España vaciada –Las Merindades vaciadas diríamos-. Apuntaremos que los más antiguos asentamientos seguían un patrón defensivo pero cerca de fuentes de agua.

Iglesia de Relloso

En este sentido reseñamos los túmulos identificados o las cuevas sepulcrales o con evidencias de hábitat prehistórico de las Tejedoras y Sima del Pico, en Relloso.

Esta zona de la Castilla primigenia pasará bajo control de Navarra durante los reinados de Sancho III el Mayor y García el de Nájera (1035-1054) e incluida en el sistema de tenencias a partir de este último rey. Este era el sistema de gestión territorial establecido en el reino de Pamplona y en el condado de Aragón en los años finales del siglo X y comienzos del siglo XI. Lo tenían adaptado, por un lado, a las necesidades defensivas de un territorio de montaña y un sistema económico agropecuario, y, por otro, a la cercanía del enemigo, lo que hizo que la protección debiera realizarse con sus propios medios y sin tiempo de recibir auxilio regio. Se trata de un sistema perfectamente adaptable a la zona septentrional del condado de Castilla, por su parecida orografía y sistema agropecuario.

Este sistema poseía una densa malla de posiciones fortificadas con torres o castillos situados en terrenos de difícil acceso y con guarnición permanente, al frente colocaba el rey a un jefe militar que recibirá el nombre de tenente de la fortaleza y el título de senior. El senior ostentará la representación del rey quedando bajo su dependencia las poblaciones que debían solucionar las necesidades económicas de la guarnición.

Diario de Burgos
19/08/1988

Relloso estará en la tenencia de Duart. Fijémonos en esta palabra para que puedan localiarlo. La tenencia de Duart/Doharto se correspondería con Dobarto. Duart/Duharto se documenta en 1031 –in Doharto, meam portionem– junto a Castro, Mena y Vivanco; en 1352 –Castro Deuarto, Castro de Ouarto–; en 1378 –Castro Douarto–; en 1385 –Castro-Dobarto–. Y finalmente Castrobarto. La tenencia estaría compuesta por los alfoces de Oteo, Traslaloma, Rio Jerea, Área Patriniani, Villalba de Losa y, por supuesto, el valle de Relloso.

La primera referencia a esta población la encuentro en el siempre necesario “Becerro de Behetrías” donde nos deja caer, en frío, que “este logar es de doña María de Velasco”. Nos indica, también, que pagan a la Corona en dinero y servicios cuando los da la tierra. Claro que quién saca más del pueblo en la señora de Velasco y, así, cualquier labrador con un par de bueyes debe darle 12 maravedís por año en metálico; por un solar pagaban una fanega de pan, mitad de trigo y mitad de cebada; el año que engordaban los cerdos en la grana del monte cobraba “de tres puercos arriba un puerco e non mas por muchos que engorden”.

No solo cobraba por estos conceptos -¡no!- porque el que solo tenía un animal en las tierras daba 6 maravedís. Pero, es que, no se libraba ni en que carecía de animales para el que se indicaba que “si fuere varón para dar obrero veynte e ocho dineros, Et si fuere muger soltera que pague quatro dineros Et si la mujer morare en el solar entrego e non morare y otro cabadalero que dan dos parados de pan medio trigo e medio cebada”.


Así se las gastaba María de Velasco (hija de Fernán Sánchez de Velasco, adelantado mayor de Castilla y señor de Medina de Pomar) a mediados del siglo XIV. María era mujer de Diego Pérez Sarmiento y hermana de Pedro Fernández de Velasco.

En el Censo de la Corona de Castilla se ubican en los valles de Relloso y Tudela –los cuales compartían señorío- los siguientes lugares: Lorcio, Santa María, Araduenga, Santa Olaja, Santiago, Montiano, Artieta, Berrandulez y el valle de Relloso y el desaparecido Quintana.

El valle de Relloso dentro de la geografía de la Merindad de Losa tenía jurisdicción independiente de ella en 1591 dado que pertenecía al monasterio de Santa Clara de Medina de Pomar, con toda probabilidad, desde finales del siglo XIV, puesto que en 1421 las hijas de María Fernández de Velasco eran abadesas en el monasterio, y que en 1350 era solariego de doña María.

Diario de Burgos (21/04/1991)

Entonces tenemos que la jurisdicción pertenecía a la Abadesa de Santa Clara que nombraba alcalde, merino, alguacil, etc. El valle de Relloso tenía un merino independiente del merino del valle de Tudela que ejecutaba los mandamientos del alcalde del valle de Tudela en Relloso. Los cargos se turnaban entre los distintos lugares de cada valle, especialmente en el de Tudela, cuando en un lugar no había bastantes vecinos para cubrir las ternas se completaban con el lugar siguiente. La abadesa tenía la jurisdicción civil y criminal; y por ello elegía alcalde ordinario y mayor (para apelaciones), y un merino alguacil que hiciera sus mandatos. Es curiosa la unión de los valles de Tudela y Relloso, ambos son limítrofes, pero están separados por la Sierra de la Carbonilla, Relloso como prolongación del valle de Losa; y Tudela como prolongación del valle de Mena. Su única relación era su dependencia común de la abadesa del monasterio de Santa Clara de Medina de Pomar.

En el siglo XVI, alrededor de 1594, el barrio de San Miguel tenía veinticuatro vecinos y el de San Martín treinta vecinos.

Fuente de San Miguel de Relloso

La siguiente parada en el conocimiento de esta población será en Catastro del Marqués de la Ensenada de 1752. Hasta Relloso se acercó Manuel Delgado como subdelegado asignado para el censo acompañado de José del Ribero, alcalde de la Santa Hermandad de Ungo. La reunión se completó con Nicolás de la Bobeza, Andrés de Angulo, Juan de Villaluenga, Antonio de (¿?) y Domingo del Campo. Por supuesto tenemos también al cura beneficiado del pueblo que para eso les cobraba diezmos y primicias.

En ese tiempo Relloso lo conformaban tres barrios que eran San Miguel, San Martín y Angulo. Nos confirma que continuaban perteneciendo al convento de Santa Clara de Medina de Pomar. El valle logró la autonomía de Santa Clara por sentencia de revista en 1766 y en 1845 el valle de Relloso quedó incorporado a la Junta de Oteo en las Merindad de Losa.

La tierra del lugar era de secano con muchas parcelas que debían dejarse en barbecho un año por cada tres cultivados. Recogían trigo, garbanzos, nabos y cebada de baja calidad según quisieron dejar constancia en el catastro. No sé si continuarán viéndose los ciruelos, manzanos, membrillos, nogales, fresnos y olmos negros que existían en 1752.

Había dos molinos harineros y cuarenta y ocho colmenas y sobre el ganado les adjunto el detalle para que lo lean ustedes:


  
Todos estos animales eran criados por los veinticuatro vecinos entre los que incluimos un alto número de viudas: ocho. La localidad tenía veintiocho casas de las cuales, nos dicen, que hay veintiuna habitables. Tienen una taberna municipal arrendada en el barrio de San Martín que también era posada y panadería. Estaba arrendada a Domingo Gutiérrez, vecino del pueblo. Nada más, ni siquiera pobres de solemnidad. Bueno, había algo por duplicado: curas. Tenemos dos curas beneficiados: Pedro y Francisco Castresana.




Por cierto, antes de que se nos olvide, en estas fechas, el Convento de Santa Clara, además de la jurisdicción, cobraba 2.000 mrs, 1.000 por alcabala y 1.000 por montazgo y además en cada año podía entrar la Sra. Abadesa en los castros del Valle ocho bueyes, a pacer libremente, para el gasto del convento, sin pagar derechos.

Durante la primera carlistada, como la mayor parte de Las Merindades, hubo unidades militares en este apartado lugar porque estaba en la intangible línea del frente. Como en la guerra civil de 1936 a 1939 esta sierra fronteriza era permeable y a través de ella la gente situada en el lado equivocado corrigió esta situación y vecinos y conocidos se daban novedades. No debemos olvidar el túnel de Relloso que se impregnó de este fatalismo como lo estuvo antes de carbón del monte Gurdieta.

Pero centrándonos en la de 1833 a 1840 vemos que para una escaramuza de febrero de 1838 en que unas unidades bajarían hace el valle de Tudela para atacar a los carlistas por su retaguardia. Leamos el “Boletín oficial de la provincia de Palencia”: “(…) El Brigadier D. Víctor Sierra, con cuatro batallones, y un escuadrón colocado en Relloso sobre la peña de Igaña, tenía la orden de bajarla al tiempo de la acción, para concurrir ventajosamente a ella atacando al enemigo por la espalda(…)”.

Valle de Relloso

La siguiente mención a este pueblo la he encontrado en el diccionario Madoz de mediados del siglo XIX. Siento decir que en el diccionario Miñano de 1925 no lo he encontrado. En este nos da la siguiente descripción de Relloso:

“Lugar con ayuntamiento en la provincia, diócesis, audiencia territorial y capital de Burgos (19 leguas), partido judicial de Villarcayo (6 leguas). Se compone de dos barrios llamados San Miguel y Sta. Cristina. Situado en un hondo y rodeado de peñas, que dificultan algún tanto la pronta comunicación de ambos; su clima es templado; sus enfermedades más comunes los constipados. Tiene 48 casas, 20 San Miguel y 28 Sta. Cristina; la de concejo; escuela de primeras letras frecuentada por 20 niños de ambos sexos, con la dotación de 500 rs. y 2 iglesias parroquiales: San Miguel y San Martín. Aquella en el barrio de su mismo nombre, y la de San Martin en el de Sta. Cristina; para su servicio hay dos párrocos, cuya vacante se provee por oposición entre patrimoniales. Una fuente de buenas aguas proporciona a los moradores de ambos pueblos, la necesaria para sus usos domésticos. Confina: N. Peña Igaña; E. el Valle de Ángulo; S Quincoces, y O. Viliabasil; en su término hay dos despoblados. El terreno es de secano y de poco fondo. Los caminos son locales; recibe la correspondencia de la estafeta de Mena. Producción: trigo, cebada, avena, patatas y pastos; cría ganado vacuno y cabrío, y caza de liebres. Población: 46 vecinos; 164 almas. Capacidad productiva:260.000 rs. Imp: 26.469”.

Para los amigos de los pequeños detalles veremos que uno de los tres barrios que nos referiría el catastro de Ensenada ha desaparecido y posiblemente deberemos asumir que será uno de los dos despoblados que recoge Madoz.

El posible barrio de Angosto se localiza en la vega del río Cerera, en la margen derecha y a escasos metros de su curso, en un área de perfil llano inmediatamente al Norte del inicio de un tramo en el que el río forma un valle encajado, protegido al Este y al Oeste por laderas pronunciadas. El yacimiento se localiza por la presencia de bloques de caliza de pequeño y mediano tamaño amontonados fruto de derrumbes de estructuras alteradas por el cultivo, aunque en la actualidad este espacio está destinado a pastos, ofreciendo escasas evidencias superficiales. Cuenta la tradición que se despobló por los ataques de los lobos.


Y, ya que nos hemos metido con los despoblados, miraremos los demás que aparecen en la localidad. Nos fijaremos ahora en el llamado Moscadero que se encontraría situado en la zona de contacto entre el fondo de valle del curso alto del río Cerera, en su margen izquierda, con las estribaciones inferiores occidentales del Alto de Paredes, en una plataforma destacada de perfil llano desde la que se ejerce un amplio dominio visual del curso alto de este río.

Este enclave es identificado por una edificación de planta rectangular y orientación Este-Oeste, de 15 x 12 m, que conserva muros de 1`5 m de espesor por 1 m de altura, construidos con mampuesto de caliza trabado con argamasa. A su alrededor hay numerosos muros cubiertos por densa vegetación, que dificultan su caracterización. A 40 m al oeste localizaron un camino que daría acceso al poblado. La zona occidental del yacimiento es un pastizal de perfil liso en el que se identifican los pequeños relieves de antiguas estructuras. Los viejos del lugar evocan relatos sobre la existencia de un pueblo y un ayuntamiento en este lugar.

Lo desagradable es que en San Miguel de Relloso se halló otro despoblado llamado San Andrés. Está situado en la zona de contacto entre el fondo del valle del río Cerera, en su margen izquierda, y las estribaciones inferiores de Sierra Carbonilla (Alto del Cuadro); en concreto se localiza en una plataforma de perfil llano con terrazas agrícolas. Desde allí se domina el valle del curso alto del Cerera. Aquí identificaron evidencias de ocupación prehistórica e histórica. En el primer caso se trata de dos posibles túmulos separados unos 17 m entre sí, construidos con tierra y piedras. El situado más al Oeste tiene un diámetro de unos 5 m y una altura de unos 70 centímetros. El segundo, situado al Sureste del anterior, presenta unos 3 m de diámetro y levanta unos 25 cm sobre su entorno.

San Miguel de Relloso

Por otro lado, se documentan los restos de una ermita de planta rectangular de 10 x 4 m y orientación Este-Oeste. Conserva en torno a 1`5 m de alzado de sus muros, de 70 cm de espesor, construidos con mampuesto de caliza trabado con argamasa. En el flanco este parece diferenciarse un pequeño ábside de planta cuadrangular de unos 3 m de lado. En torno a la ermita y en el resto de la plataforma delimitada se documentan pequeños amontonamientos de piedra y fragmentos de teja curva. La tradición conoce el lugar pero no lo identifica con una ermita sino que señala que en este lugar estaba el antiguo cementerio.

Como vemos Madoz se quedó corto: había tres despoblados. Y al paso que vamos habrá más. Pensemos que la iglesia de San Miguel de Relloso, que estuvo en activo hasta mediados del siglo XX, es hoy una ruina.

El INE fija en 1857 una población de 185 personas que habitaban 37 casas. Aparece el pueblo porque se segrega de la Junta de Oteo. El último registro es de 1860 y reduce el número de inmuebles en dos. Esta desaparición es debida a que… ¡Se reintegra en la Junta de Oteo!

Fuente de Relloso

Para 1863 el Arzobispado de Burgos nos habla de San Martín de Relloso y de San Miguel de Relloso que pertenecían al distrito de Lastras de la Torre. La iglesia de San Martín de Relloso tenía la advocación de San Martín Obispo y la de San Miguel la de San Miguel Arcángel. El cura párroco de la primera era José Eguía el cual tenía como coadjutor y ecónomo a Lino Gauna Pérez que, a su vez, era cura beneficiado de Villaventín y que cuidaban de 44 vecinos de esta parte. Para San Miguel teníamos al cura párroco Eustasio Alonso que pastoreaba 79 almas. Y me dirán que por qué no aparece su coadjutor. No lo sé pero quizá tenga que ver con la experiencia de cada sacerdote porque Eustasio tenía 61 años y José 30.

El arzobispado sigue contándonos algo más pero ya en 1872, en plena tercera carlistada, donde permanecen estas dos parroquias -¿los conocidos dos barrios?- que son atendidas por el cura párroco de San Martín. Este, de 34 años, se llamaba Pablo Rodríguez y cuidaba de la vida religiosa de 134 personas de su parroquia más las 47 de la de San Miguel. ¿Dónde estaba el de San Miguel? Pues… nuestro añorado Eustasio Alonso no aparece en las relaciones de curas de Burgos. Igual pasó a mejor vida. Entiéndanme, no quiero decir que estuviese muerto sino que, tal vez, tuvo otro destino fuera de esta provincia… o que se pasase a los carlistas. Hay diversas posibilidades.

¿Y José Eguía? ¿Dónde estaba? ¡Ese era joven! Este Padre andaba de “la ceca a la meca” al saltar entre Pajares de Tobalina y la localidad sobre la que hablamos.

Avanzando hasta 1885 vemos que el diccionario Riera nos dice que Relloso está agregado la Junta de Oteo –léase ayuntamiento de Oteo- y que estaba habitado por unas cien personas en 25 edificios más otros ocho deshabitados. Disponía de una escuela para niños de ambos sexos y de edificios anodinos.

Cortesía de Tierras de Burgos

Durante finales del siglo XIX los residentes en Relloso deberán desplazarse a otras poblaciones, como Quincoces de Yuso, para muchos de los servicios principales. Allí tendrán el médico, el farmacéutico… ¡Qué no vería en aquél 1888 Teodoro Rivero, médico en Quincoces!

En 1898 vivían 110 personas en nuestro pueblo y Marcos Alonso Fuentes gestionaba la parada de caballos. Parece que había una taberna que regentaba Ignacio Viñas Perea.

Pero parece que tenían lo suficiente porque entre 1905 y, al menos, 1911 tenemos el dato de que vivían allí unas 96 personas; que el ecónomo del pueblo era Secundino Muga; y que el profesor de la escuela era Ignacio Viñas o, según otras fuentes, Vitores. ¿Quizás era el vinatero? No tendría que serlo, pero...

(22/02/1921)

Puede ser debido a que antes la frase “pasar más hambre que un maestro de escuela” era algo mucho más literal y ajustada a la verdad. Recitemos, como si fueran los cabos que sus niños, y niñas, aprendieron con una cantinela, los nombres de algunos de ellos: Severiano Macías Pascual (vacante 20/10/1919); Antonio Sánchez (1920-1921), del que podemos decir que “se quería marchar de allí”; Gerardo Hernández (1924); Dionisio González Diez (1925); Eugenio Cerdá Alemany (1929); y José Martínez Riera (1931).

Tras la guerra y en pleno comienzo de la emigración, 1950, nos dice que había noventa y dos residentes de hecho por noventa y seis de derecho. Tenía veintiséis viviendas y diecinueve edificios diversos.

(Diciembre 1921)

En una época de despoblación es gracioso volver a encontrarse con la falacia del “oro negro” que tan frecuentemente llega a Las Merindades y de la que ya hemos hablado en esta bitácora. Pues antes de los del “Fracking” estuvieron, allá por 1982, buscando petróleo en esta zona del Valle de Losa y del valle de Relloso.

El 1988 se mejoró el acceso al pueblo. No hubo prisa. No había petróleo.

Hoja del Lunes
24/05/1982


Para saber más:


Bibliografía:

Becerro de Behetrías.
“Diccionario geográfico, estadístico, histórico, biográfico, postal, municipal militar, marítimo y eclesiástico de España y sus posesiones de ultramar”. Pablo Riera Sans
“Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar”. Pascual Madoz.
“Poblados, Monasterios y Castillos desaparecidos en la provincia de Burgos”. Basilio Osaba y Ruiz de Erenchun.
“Las Merindades de Burgos: Un análisis jurisdiccional y socioeconómico desde la
Antigüedad a la Edad Media”. María del Carmen Arribas Magro
“Apuntes sobre la historia de Las Merindades antiguas de Castilla”. Julián García Sainz de Baranda.
“El Valle de Losa. Notas para su historia”. Julián García Sainz de Baranda.
“Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración”.
“Anuario Riera”.
“Indicador general de la industria y el comercio de Burgos (1894)”
Periódico “Diario de Burgos”.
“Boletín Oficial de la provincia de Palencia”.
Revista “El Magisterio Español”.
Periódico “La Orientación”.
Revista “Suplemento a la escuela moderna”.
Instituto Nacional de Estadística.
“Censo de población de las provincias y partidos de la corona de Castilla en el siglo XVI”.
“Nomenclátor de las ciudades, villas, lugares, aldeas y demás entidades de población de España formado por el Instituto Nacional de Estadística con referencia al 31 de diciembre de 1950”.
“Los puentes del norte de la provincia de Burgos durante la edad moderna”. Inocencio Cadiñanos Bardecí.
“Estadística del arzobispado de Burgos”.
Catálogo municipal de bienes integrantes del patrimonio arqueológico de Valle de Losa (Burgos)”.
“Burgos en el recuerdo 2”. Elías Rubio Marcos.
Periódico “La hoja del Lunes”.
Fototeca digital de España.
Wikiburgos.


domingo, 17 de noviembre de 2019

Santa Isabel está allí arriba o Nuestra señora del Somo.



Hoy nos acercaremos a la ermita de Nuestra Señora del Somo o, como también es conocida, ermita de Santa Isabel. No hay duda del porqué del primer nombre. Según la Real Academia Española: Somo, del latín summum, significa “cima”. Y esta la tenemos en una loma desde la que hay una hermosa vista del contorno y a la que se llega desde Villamor por una pista apta para coches. El templo está situado en la falda oriental del monte El Castillo –dicen que allí hubo uno- que separa Villamor de Salinas de Rosío.

Ermita de Santa Isabel o Nuestra Señora del Somo.

Santa Isabel era la madre de San Juan Bautista y pariente de María. En su boca se colocan las famosas palabras: "Bendita tú entre todas las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre", añadiendo: "¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte de Dios!".

Isabel –y sus numerosas variantes- significa “Consagrada a Dios” y, evidentemente, es de origen Hebreo. El día de celebración es el cinco de noviembre. Esta mujer era descendiente del hermano de Moisés, y su vida y la de su esposo Zacarías la cuenta San Lucas en el primer capítulo de su Evangelio. Nos dice que eran santos, ancianos y justos ante Dios y que un ángel del señor les anunció que se les concedían el don de ser padres. Será Juan Bautista.

El ángel Gabriel cotilleó a María (la madre de Jesús) que Isabel iba a tener un hijo. Ella se fue corriendo a casa de Isabel y allí estuvo tres meses acompañándola y ayudándole en todo, hasta que nació Juan.

Así pues tenemos una ermita con la advocación a la prima de la madre de Dios… ¡Qué menos! Para eso somos de Las Merindades que no es Bilbao pero está cerca. Por eso la romería se hará el cinco de noviem… ¿Qué no? ¿Qué no es en noviembre sino el primer domingo de julio? ¿Y eso?

Santa Isabel de Portugal.

Pues porque lo más probable es que la Isabel de esta ermita sea Santa Isabel de Portugal cuya festividad es el cuatro de Julio. ¿Qué quién era? Les cuento: Isabel de Portugal (Zaragoza, 1271-Estremoz, Portugal, 1336), también conocida como Isabel de Aragón, fue reina de Portugal entre 1282 y 1325. Y, como ya suponen fue una santa. Esto ya le influía desde su niñez.

Isabel dedicaba parte de su tiempo a atender desvalidos para los que ella misma confeccionaba ropa. Durante su reinado ordenó construir hospitales, escuelas gratuitas y refugios para huérfanos. Colaboró en la creación de un buen número de conventos. Claro que, en eso, no divergía de la tendencia de otros nobles cristianos. El rey Dionisio la dejaba hacer hasta el punto de que la reina distribuía de forma regular las monedas del Tesoro Real entre los pobres. Isabel siguió estrechamente el ejemplo de su ancestro Santa Isabel de Hungría, adoptando su filosofía de vida cristiana hasta tal punto que la leyenda popular portuguesa adoptó el episodio de la transformación del pan en rosas de la princesa húngara, colocando como personajes principales al rey Dionisio y a su esposa.

En diversas ocasiones se trasladó hasta el campo de batalla para acabar con las disputas entre su marido y su hijo Alfonso. Se colocaba entre los dos y rezaba para que la pelea finalizara.

En 1325 Isabel enviudó y poco después peregrinó a Santiago de Compostela, ingresando a su vuelta en el convento de Santa Clara-a-Velha en Coimbra, que ella misma había fundado, donde tomó el hábito de las clarisas, pero sin hacer los votos de la orden, lo que le permitía mantener la administración de su fortuna, que dedicó a las obras de caridad.


Aun así, tuvo que volver a mediar, esta vez entre su hijo Alfonso y su nieto Alfonso XI de Castilla. Inició un viaje hacia el campo de batalla de Castilla para poner paz entre los dos familiares. A su regreso se encontró indispuesta y murió en Estremoz el 4 de julio de 1336. Sus restos fueron sepultados en su convento de Santa Clara-a-Velha; pero al resultar éste progresivamente anegado por las aguas del río Mondego tuvieron que ser trasladados en el siglo XVII al nuevo convento de Santa Clara-a-Nova.

Tras su muerte se dice que se produjeron milagros. Fue beatificada en 1526 y canonizada por el Papa Urbano VIII en 1625. La fiesta se la pusieron el día de su muerte aunque en 1694 el Papa Inocencio XII la movió al 8 de julio para que no coincidiera con la Octava de los santos Pedro y Pablo (del 29 de junio al 6 de julio). Pero como hemos dicho que el día era el 4 de julio la historia no acabó en 1694. Miren, en 1955 Pío XII abolió la octava; el misal romano de 1962 cambió la categoría litúrgica de la festividad de santa Isabel de Portugal de "Doble" a "Tercera clase"; la reforma de 1969 del calendario clasificó la festividad como "memoria libre"; y, entonces, retornó al 4 de julio. Claro que, parece ser que, en Villamor, se celebraba el dos de julio.

Vistas desde la ermita de Santa Isabel

Cuando vayan a la romería, o cuando vayan solo a disfrutar del templo, nos encontraremos con un edificio de sencillas líneas neoclásicas que nos llevan a principios del XVIII. La imagen de Santa Isabel, quizá del siglo XV, aparece bajo una parte del retablo en donde Santa Isabel recibe la visita de su prima María. (Pero, ¿no decíamos que era santa Isabel de Portugal? En verdad, no sé qué decirles). Supongo que sería porque luciría más esta Isabel que la otra, o por despiste o por economías... La imagen de la virgen está convenientemente aserrada para convertirla en una de tipo vestida. Esta Virgen preside el retablo mayor y procedería del templo anterior que sería del siglo XV. El retablo en que está es de estilo barroco (hacia 1700).

Si se construyó este templo en sustitución de otro debió ser porque se necesitaba más espacio para los feligreses… y había posibilidad de obtener dinero. Los libros supervivientes de la cofradía comentan que “para animar los corazones se dio parte por el común vulgo al muy docto y religioso Fray Pedro del Campo, predicador de santidad y elocuencia, morador en el santo convento del glorioso San Francisco de Medina de Pomar”.

Es decir, se contrató a un fraile orador –me imagino a uno de esos Pastores Protestantes norteamericanos exhortando con dádivas celestiales y maldiciones infernales a que los feligreses soltasen dinero- para que desde la pequeña ermita lanzase soflamas a favor de la obra. Y llovió de tal forma que bajaron a Villamor para celebrar la eucaristía. Pero, fue tan eficaz su discurso que consiguió que tras un tiempo prudencial la tormenta de ese día de verano se calmase y saliese el sol. ¡Milagro!

“Y luego allí en las eras se hizo el gentío corrillos, y a voz clara y común prometieron esforzarse y emplearse en obras y hacer de nuevo otra mayor ermita a que el Clero y Noble Cabildo y Villa de Salinas de Rosío y otros muchos comarcanos dijeron se esforzarían en medio de sus cortas cosechas y largas familias”.

Retablo de Nuestra Señora del Somo.

La iglesia es de tipo basilical con un largo tramo recto de nave y rematada por una cabecera de planta pentagonal. Toda la fábrica del templo pertenece a los años que están a caballo de los siglos XVII y XVIII, incluida la cabecera, a juzgar por el tipo de cornisa. Pensemos que empezó a construirse el 21 de julio de 1698. Hay una campana, cuyos tañidos, en días tranquilos, se oyen a varios kilómetros a la redonda, y sobre esta hay un campanillo que no se solía tocar.

Se encargó construir la nueva ermita a Pedro de Villasante Diez, maestro cantero vecino de Riaño de la Montaña, en un remate de 1.644 Rs. de Vellón. Será en 1707 cuando el Arzobispo de Burgos, Sr. Navarrete, visite la ermita y -¡vaya por Dios!- halla irregularidades en las cuentas y castiga al mayordomo. En 1708 se fundió la campana por estar "quebrada", se le aumentó el peso del metal y se puso en la espadaña. Todo ello costó 133 Reales y 17 Maravedís.

Consta en “los escritos” que en 1710 se construyó una casa para la ermita con un coste de 247 reales además de un manto para el ermitaño que costó 37 Reales y 17 Maravedís. Hay más obras en 1714 cuando una cuadrilla abrió camino para que se pudiese andar en procesión alrededor del santuario. Pero es un no parar, en 1719 el Arzobispo manda que “se haga una sacristía para guardar y custodia de los ornamentos, al lado de la Epístola, ajustando la obra con el maestro que mejor y con más comodidad la hiciere, sacándolas a remate sin prometidos”. Como vemos el mantenimiento de la ermita era un continuo flujo de dinero. Para su conservación no solo tenían las limosnas sino que disponían de animales y de fincas que arrendaban. Y, por lo ya dicho, eso venía bien.


En 1800 los bienes de esta ermita fueron desamortizados según nos cuenta María del Carmen Arribas Magro. Tras la guerra de Independencia y poco antes del pequeño periodo de gobierno liberal se construirá la casa anexa de la cofradía tal y, como reza su dintel, en el año 1820. Consta la existencia de cofrades al menos desde el año 1703. Formaban inicialmente parte de esta cofradía nueve pueblos, que hoy son cuatro: Villatomil, La Cerca, Villate y Villamor.

En 1862 se construye la nueva espadaña siendo maestro de obras José García, vecino de La Cerca, con diez obreros. Costó 1.400 Reales y sacar la piedra para ella costó 247 Rs. y 141 Rs. para los obreros, más el hierro de los ejes y barra colocada en la sillería para seguridad de la campana.

En todo caso, los escasos residentes de estos cuatros pueblos aún mantienen la tradición de subir en romería cada primer domingo de julio. ¿Seguirán viniendo para pedir remedio a sus males o solicitar favores? A la intercesión de Nuestra Señora de Somo se atribuyen innumerables milagros, algunos de ellos recogidos en los libros de la cofradía.

Cortesía de "Tierras de Burgos".

Entre los documentos supervivientes de la cofradía nos cuentan la colocación de la escultura de la Virgen: “Colocada fue Nuestra Señora del Somo en su capilla mayor el día de Santa Isabel (Indican que fue el 2 de julio) del año 1703, con siete estandartes y más de 500 personas, y gran número de sacerdotes. Predicó divinamente el Reverendo Cisneros, Lector jubilado y observante y Vicario del religioso monasterio de Santa Clara de Medina de Pomar. Hubo danza y soldadesca de 40 Hijosdalgos con bandera y caja de guerra. Fue Capitán D. Juan Francisco de Hierro Salinas; Alférez D. Diego de Villamor Salinas; Sargento Manuel de Aguirre: Cabo de la Compañía José, dejado sus reales. Y nuestra Abogada subió de la parroquia de San Martín de Villamor, a donde estuvo durante el curso de la obra. Llovió mucho por la mañana, y la Reina del Cielo que nos ayude serenó la turbiez, en claridad”.

Por supuesto, hubo milagros el día de la colocación de la escultura divina: “Estando Juan González, vecino de Villanueva de Rosales oyendo el sermón, cayó sobre su cabeza un canto de lo alto de la pared y le hirió, y siendo la piedra bien crecida, le amparó la madre de Dios y sanó” y “por la tarde hubo abajo (en el pueblo), junto al puente Guiza y Estafermo, y estando un hombre mozo y recién casado vendiendo cerezas, un soldado del tercio festejal, le pidió una libra, y al pedirle el dinero, sin querer, le dijo: tómalo, arrimándole una escopeta al rostro y le libró Nuestra Señora. Y sanó del fuego de aquel volcán”.


El día de la romería se sacaba en procesión una Virgen del Rosario de escayola por los alrededores de la ermita. Esta imagen mariana, que no era la que presidía el altar, era paseada a hombros de mujeres. La campana que ocupa el cuerpo superior de la espadaña frontal no cesaba de repicar durante el paseo de la imagen. Por supuesto había misa solemne para todos los romeros. La fiesta profana continuaba por la tarde con juego de bolos y baile.

Antes de integrarse el Ayuntamiento en el de Medina, allá por los años siguientes a la guerra civil, declaró el Ayuntamiento a Nuestra Señora del Somo, o de Santa Isabel, patrona del mismo, era día festivo y se invitaba a los dieciséis pueblos que le componían a que asistieran a la fiesta.

Llegados a este punto, ¿Dónde estaba la antigua ermita? O bajo la actual o cerca porque estos lugares mágicos son reutilizados. Además, como en el caso de Cantonad, los lugareños podían dirigir su mirada a la iglesia y encontrar en la Virgen apoyo y protección. No olvidemos que eran personas de Fe.


¿Por qué la demolieron? Nos dice Ángel Villasante Ortega en su libro que la razón era que números romeros se quedaban sin poder oír misa, por ser la ermita pequeña, baja, antigua, tosca, y poco decente para "cosa tan alta y divina". Vale, pero esa es la razón para construir la nueva, no para derribar la vieja. Puede ser que aquella se emplease como material de construcción de la actual. Nada extraño, por cierto. Eso reducía mucho los costes que, generalmente, procedían de limosnas y donaciones. Por eso sorprende que Ángel Villasante añada la condición de que “no se debía demoler la ermita antigua, hasta que no estuviera terminada la nueva, ni destruir la capilla antigua, antes que estuviera terminada la nueva capilla mayor”.

¿La cumplirían a rajatabla?



Bibliografía:

“Las Siete Merindades de Castilla Vieja. Valdivielso, Losa, Cuesta Urria”. María del Carmen Arribas Magro.
“La Junta de la Cerca y sus pueblos”. Ángel Villasante Ortega.
Periódico “Crónica de Las Merindades”.





Anejo:

Nuestra milagrera Señora del Somo:

Extracto de libro de la cofradía.

“A Nuestra Señora del Somo la tiene una gran devoción y la reconocen un poder sobrenatural ante enfermedades y toda clase de dolencias, como Madre de misericordia con suma clemencia, sin tener en cuenta nuestras ingratitudes, pues en las secas (sequías) nos da aguas limpias con abundancia; socorre con salud a los enfermos que de corazón la invocan; libra de las fatalidades y peligros a sus siervos; oye los ruegos de los justos y llama a penitencia a los pecadores; aboga por sus amantes; desvía de los hombres las tentaciones, y a la presencia de su regalado Hijo, y Nuestro Dios y Señor pide por los mortales y defiende a las ánimas de pena eterna.

Divierte y convierte los horrores y tempestades de los truenos y relámpagos que furiosos amenazan los frutos de nuestro mantenimiento, abunda nuestras cosechas, cubre los desnudos y ha obrado su misericordia y obra tantas maravillas como puede.

Y no hay pluma que las escriba, y sus prodigios y milagros eran de notar y pintar como verdaderos, pues que los tenemos tan experimentados y en estos tiempos acaecidos. Y diré, entre otros, que ha obrado nuestra Madre y Señora con el dicho Bernabé de Hierro, vecino de Villamor, a quien yendo con carro y cuatro bueyes con otros bienhechores a traer cal para esta obra, de un calero que se quemó en Valdevacas, término de Villatomil, y como era con el rigor del sol la vuelta por el monte de Rivamora, hacia acá, cargado bien el carro, acudió tan rabiosa la mosca y tábanos a los bueyes, que, furiosos, intrépidos y enojados, atrepellaron a Bernabé, y cayó al suelo sin remedio, y pasaron los bueyes y la rueda del carro cargado sobre los miembros de su cuerpo. Y quedó muy maltratado y moribundo. Y llamó a la Virgen, Nuestra Señora del Somo, en su ayuda y a pocos días estuvo mejorado y sano de su cuerpo.

Y más es muy poco, y no para dejar de escribir que el mismo Bernabé Hierro el siguiente año, estando posado y recogido un enjambre de abejas en un olmo de dos brazos gruesos, cercano a la casa del Condestable de Castilla, la próxima al río, y camino que va y viene a La Cerca, este mismo Bernabé, por ser hombre cándido y de buen celo, subió con un hacha al olmo, que hoy permanece y está cerca del corral de la dicha casa contigua su raíz al río, y cortó el brazo viejo del albergue de las fecundas abejas, y el brazo dio al caerse otro brazo más viejo, y rechazó el de arriba, y cayó Bernabé al río, que entonces iba seco, y dio sobre los duros colchones, cuya lana fueron crecidos y ásperos cantos, y quedó "cuasi inmóvil" y atormentado el cuerpo, descoyuntados y quebrados parte de los huesos de él, y se temió su fatal muerte; y como siervo y devoto de esta Gloriosa Princesa y Reina de los cielos, sanó como hoy lo está.

Otros mil prodigios cada día hace y no es el menor que a la falda de un terreno que mantiene un olmo, nace una fuentecita que cae a donde dicen Ladrero, y para más claridad a la vista del río de Villamor, y como fue pacto de que los materiales se habían de dar puestos y costeados al pie de la obra a costa de bienhechores, y la fuente contigua a la ermita mana hilo a hilo, y gota a gota, que para recogerla el Beato Juan Hipólito había hecho hoyo, y cerca, para batir y abundar los morteros de la cal. La buena disposición y maña del dicho Lic. D. Gregorio García de Pereda, a cuyo cargo estaba, y al del dicho D. Diego de Villamor con el de D. Juan de Hierro, hermano del dicho D. Miguel de Hierro, depositario de limosnas, con sus modos y suavidades de llamar y atraer al servicio de esta buena obra en los días desocupados, con ser cercano el tiempo del agosto, traían muchas mujeres casadas, viudas, doncellas, mozos y bienhechores con sus cántaros y vasijas para subir el agua a los morteros”.