Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


jueves, 27 de diciembre de 2012

De 1929 a 2012

Como estamos en el final de año y es tiempo de reflexión y análisis siempre viene bien mirar atrás y ver como hemos cambiado. Nada más.

Recurro para ello a la revista “La Esfera” que el 10 de agosto de 1929 publicaba un artículo fotográfico firmado por Julián García Sainz de Baranda.

Los textos conservan el valor de lo añejo pero carecen del rigor histórico que ahora pedimos. ¿Se animan a buscar equívocos?

Junto a esto presento la comparación individualizada de las diversas fotografías del artículo. Falta la de Quintanilla Socigüenza que es un pueblo propiedad partícular. Una pena.







Finalmente, tres fotos de Medina de Pomar marcando tres momentos:




lunes, 24 de diciembre de 2012

Navidad 2012


"No saber lo que ha ocurrido antes de nosotros es seguir siendo niños"
(Marco Túlio Cicerón)

jueves, 20 de diciembre de 2012

“No me circundaste el primero”. Gonzalo Gómez de Espinosa.

Conocemos desde pequeños a Magallanes y a Elcano[1], ambos al servicio la Corona de Castilla. el primero se encargó de realizar el viaje a Cipango por el oeste para ver si era viable económicamente  y soslayar así a los portugueses en su ruta.

En cambio, lo que todos conocemos es que hicieron el viaje para confirmar algo que cualquier estudioso sabía. Pensar eso es pensar que los que nos precedieron eran soberanos imbéciles. El mundo mediterráneo conocía la redondez de la tierra desde la Grecia clásica. Nos han enseñado que Magallanes murió en Filipinas y Juan Sebastián Elcano tomó el relevo, que llegó con una tripulación diezmada a la península, y ya en Castilla, que pudo demostrar la redondez de la Tierra, la gloria de haber descubierto dos de las cinco partes del mundo y el haber medido la magnitud del mismo con las quillas de sus naves. ¿Seguro que pensaron esto los políticos de Castilla cuando organizaron la expedición?

Magallanes

Luego lo revisaremos para corregir el cliché. Nosotros tocamos el tema a causa de las personas que participaron en la aventura porque la historia es olvidadiza y hubo otros marinos que completaron el periplo. Por un lado Juan de Santandrés o de Santander, grumete. Unas semanas después llegaron doce hombres que habían sido capturados en el archipiélago de Cabo Verde por los portugueses y que fueron puestos en libertad por la mediación del emperador Carlos V. Entre ellos había dos castellanos más, Simón de Burgos que era preboste (persona que en un determinado ámbito político, económico, profesional, etc., tiene una posición de gran poder e importancia.), y Juan Martín de Aguilar de Campóo y que era supernumerario.

Elcano

Pero el goteo siguió y años después llegarían parte de la tripulación que al igual que los de Cabo Verde fueron hechos prisioneros por los portugueses en las Molucas. Entre ellos se encontraría el Espinosiego Gonzalo Gómez de Espinosa. Éste a la muerte de Magallanes y de Duarte Barbosa (el sucesor de Magallanes); fue elegido en Mindanao jefe de la expedición, la cual contaba a esas alturas solamente con dos naves. Elcano quedo como capitán en una de ellas.

Este es nuestro héroe de hoy: Gonzalo Gómez de Espinosa. Un navegante de tierra adentro nacido en Espinosa de los Monteros hacia 1479 y muerto probablemente en Sevilla hacia 1530. Burgalés e hidalgo, según el cronista Fernández de Oviedo, Gonzalo debió de estar relacionado con el obispo de Burgos, que intervino seguramente en su nombramiento como alguacil mayor de la armada de Magallanes. Se le encargó reclutar tripulantes en Málaga y embarcó en la nao capitana “Trinidad” en 1519.

Soldados Castellanos aprox. 1520

Ayudó a Magallanes a reprimir el motín del puerto de San Julián, fraguado por Juan de Cartagena y Gaspar de Quesada. Los rebeldes disponían de tres naves ("San Antonio", "Concepción" y "Victoria") y establecieron su cuartel general en la "Victoria" y enviaron una nota a Magallanes en la que pedían que pasase a dicha nave para darles cuenta del derrotero, ya que no podía actuar personalmente, sin consultarles. El capitán general envió a Gómez de Espinosa a la nao rebelde “Victoria”, con Elcano entre los amotinados, (Para que luego digan que la historia no se burla de nosotros) con seis hombres y armas ocultas, pretextando llevar su respuesta a Luis de Mendoza. Y eso lo cumplieron pero Mendoza no pudo terminar de leerla. Cuando estaba en ello Gonzalo le apuñaló en la garganta y otro de sus hombres lo acuchillaba en la cabeza. Durante el vacío de poder de los revoltosos embarcaron los soldados que Magallanes había enviado con Duarte de Barbosa. Se apoderan de la nave en unos minutos y levaron anclas para situarla junto a la “Trinidad” y la “Santiago”, lo que abortó el motín. Tenemos ante nosotros un cuarentón que era un frío y decidido hombre de armas.

Gómez de Espinosa estuvo junto a Fernando de Magallanes (1480-1521) en el combate de Mactán (Filipinas) donde el Capitán General de la expedición muere, pero el logró salir con vida. Huyó de Cebú al mando de la nao “Victoria”, mientras Lope de Carvalho hacía lo propio con la “Trinidad” y Juan Sebastián Elcano con la “Concepción”.

Armas aprox. 1520

Tras la destitución del general Carvalho, asumió el mando de la “Trinidad” a la par que Elcano lo hizo de la “Victoria”; la “Concepción” fue quemada. Así llegaron a las Molucas, negociaron con los naturales de Tidore, cargaron sus naves con las especies y dispusieron el regreso a España. A poco de zarpar advirtieron que la “Trinidad” hacía mucha agua, por lo que Elcano y el Capitán General accidental Gonzalo Gómez de Espinosa decidieron que el guipuzcoano siguiera hacia España con su nao y el espinosiego lo haría con dirección a América en la “Trinidad” después de ser arreglada convenientemente.

¿Por qué? ¿Por qué no quiso ser Gonzalo el primero? Porque nunca se pensó en dar la vuelta al mundo. Lo repito para que se entienda: NO tenían intención de dar la vuelta al mundo.La armada de Magallanes había tenido el único objetivo de ir a la Especiería y regresar por la misma vía de ida, como lo demuestran las instrucciones del Rey Carlos I de Castilla o Emperador Carlos V a Magallanes de 8 de mayo de 1519 en las que se le autorizó a dejar durante el viaje de ida algunos desterrados en las tierras que fuera descubriendo, para recogerlos a la vuelta y conocer los secretos de ellas: “y si os pareciere dejar en ella (nueva tierra) algunos de los desterrados, para que entretanto que vais a hacer vuestro descubrimiento, tengan plática de lo que en la tierra hay, para la tornada saber lo que tienen descubierto e hallado en la tierra, dejarles heis”. Las mismas instrucciones le ordenaron al General llevar una cuenta exacta de los alimentos que se iban gastando en la ida “para conforme a los que llevan, hagan cuenta de lo que se gastare, e pongan orden en lo que queda, y conforme al tiempo provean en ello, de manera que a la contina tengan abastanza para el tornaviaje”. Fue por tanto en Tidore, y no antes, cuando se tomó la decisión de que la “Victoria” diera la vuelta al mundo, y esto por acuerdo de ambos capitanes, Elcano y Gómez de Espinosa, como afirmó Gómara y confirmó Maximiliano de Transilvano: “que aquella (la “Victoria”), que se había de partir luego, no volviese por la vía del Archipiélago (Filipinas) y estrecho por donde habían ido (Magallanes), sino que tirase la vía oriental hacia el cabo del Catigaran”. Fernández de Oviedo añadió que además debía hacerlo “por alta mar (y) navegasen cuanto más apartado pudiesen de la costa del Asia, porque no fuese vista de los portugueses”. ¿Recuerdan por qué inició Colón el viaje hacia el oeste?


Bien, tras tres meses de reparaciones, Gómez de Espinosa partió de Tidore, el 6 de abril de 1522, con la “Trinidad”, al mando de cincuenta y cuatro hombres y con mil quinientos quintales de clavo a bordo. Navegó unas cuarenta leguas hasta un puerto llamado Zamafo, en la isla Morotay, perteneciente al rey de Tidore, donde compró algunos mantenimientos. Acabada esta operación volvió a zarpar y una vez en alta mar hizo consejo con su tripulación para decidir la derrota que había de tomar. Los marineros acordaron desestimar la ruta hacia el Estrecho, de la que tenían amargos recuerdos, y decidieron seguir rumbo hacia Panamá, calculando que la alcanzarían navegando nada menos que dos mil leguas.

La nao puso rumbo nordeste, pero los vientos contrarios procedentes del este la obligaron a subir cada vez más al norte. A los 5º de latitud norte halló el extremo de las islas Carolinas o Palaos, que sus tripulantes llamaron San Antonio y San Juan. Continuó hacia el norte y empezaron a sufrir los rigores del frío y a afrontar olas gigantescas, además de padecer los flagelos del hambre y de las enfermedades, principalmente el escorbuto. A los 42º de latitud norte fueron sorprendidos por una tempestad que duró cinco días y estuvo a punto de hundir la nave, que sólo pudieron salvar cortando el castillo de proa; también se rompió el de popa y se partió en dos el mastelero mayor. Las velas quedaron hechas jirones, pero lograron templarlas, cosiendo los pedazos.

Habían muerto ya treinta hombres y el ánimo de los sobrevivientes era tan bajo, que el capitán Gonzalo de Espinosa les propuso regresar a las Molucas, para intentar ir a España por la vía portuguesa de Buena Esperanza, ya que temía que el camino que les faltaba por recorrer en las latitudes norteñas fuera aún peor que del andado. Lo había evitado porque los portugueses vigilaban diligentemente sus rutas y actuaban contundentemente contra los infiltrados. Creo que por ello el Jefe de la expedición decidió que fuese su segundo el que se arriesgase por la ruta de los vecinos peninsulares y él optó por cumplir las órdenes del Emperador. La propuesta fue aprobada unánimemente, lo que supuso una decisión desafortunada, pues muy cerca de donde se encontraban y en dirección norte hubieran encontrado la corriente de Kuro-Shivo que les habría conducido a América.

Emprendieron el regreso y en agosto de 1522 arribaron a una isla donde pudieron atracar, bajando a examinarla dos miembros de la tripulación que a su regreso informaron de que era pequeña y árida. Estaba habitada por unos cuarenta aborígenes, se llamaba Mao y según Fernández de Oviedo era la más cercana a la isla de Botaha, del archipiélago de los Ladrones, situada entre 12 y 13 grados de la equinoccial. Recogieron cañas dulces y algunos frutos que sirvieron para aliviar a los enfermos, así como quince pipas de agua potable. Desde allí pusieron proas a las islas Molucas, que estaban a unas 300 leguas de distancia.

La “Trinidad” tardó mes y medio en hacer este recorrido, durante el cual fallecieron igualmente numerosos tripulantes por las enfermedades y los padecimientos. Finalmente arribaron a la costa de Zamafo, cerca de la isla de Doy, en las inmediaciones de las Molucas; era ya septiembre, por lo que resultaba que habían navegado inútilmente durante cinco meses. Encontraron entonces una nave con cuyos tripulantes pudieron entenderse. Les dijeron que dos semanas después de su partida habían llegado a Ternate cinco o siete naves portuguesas y que un capitán llamado Antonio de Brito había levantado una fortaleza en dicha isla. En realidad los portugueses no habían llegado a las dos semanas de partir la Trinidad, sino un mes y medio después, y la fortaleza de Ternate no se comenzó a construir hasta el 24 de junio de 1522, como indicó acertadamente el cronista portugués Juan de Barros, pero más que las fechas importaban los hechos.

Armas de Castilla

Gonzalo de Espinosa escribió una carta al gobernador portugués de Ternate y la envió con el escribano Bartolomé Sánchez en el navío que había encontrado. En la misiva le pedía ayuda para llevar la Trinidad hasta Tidore, ya que no tenía forma de hacerlo por sus propios medios. La mayor parte de la marinería había muerto en la travesía y los supervivientes estaban muy enfermos y eran incapaces de controlar la nave. Pero la carta no obtuvo respuesta.

Al temer que la nao diese de través en la costa, ya que no tenía ancla apropiada sino únicamente la pequeña, la tripulación izó velas y navegó como pudo hasta el puerto de Benaconora. A poco de atracar arribaron a dicho puerto Simón Abreu y Duarte Rager, seguidos de varias naves; en una de ellas viajaban los capitanes García Manrique y Gaspar Gallo. Subieron a bordo de la Trinidad y le entregaron una carta de Antonio Brito, fechada el 21 de octubre de 1521, respondiendo a la que él le había enviado. En ella se le pedía entregarlo todo a los emisarios portugueses: cartas, astrolabios derroteros, elementos de marear, etc. Los marinos lusitanos se apoderaron de la nao y la condujeron al puerto de Talangomí, entre las islas de Tidore y Ternate.

Puerto de Sevilla

Habían llegado sólo diecisiete supervivientes de los cincuenta y cuatro que embarcaron, y casi todos estaban gravemente enfermos. Desde allí, los portugueses llevaron a Gonzalo de Espinosa y a sus hombres a la fortaleza que Brito había levantado en Ternate. Espinosa pidió testimonio de todo lo que los portugueses le habían quitado, pues era del rey de España, pero Brito contestó que si se lo volvía a pedir lo colgaría de una antena. Entre el botín arrebatado a los españoles se encontraba toda la información del viaje efectuado, que Brito leyó cuidadosamente y transcribió luego al rey de Portugal en una carta de 1523. Señaló en ella que los españoles “hallaron vientos escasos, porque no supieron tomar el monzón, y fueron a los 40 grados norte. Por su cuenta habían hecho 900 leguas cuando arribaron”. Recogió así mismo papeles sobre el paso del Estrecho, que anotó con todo cuidado: “Este estrecho está en 52 grados largos y tiene 10 leguas de ancho cumplidas, y corre norte-sur la mayor parte de él. A lo largo hay lugares a cinco leguas, a una legua, a media legua y a un cuarto de legua”. La candidez no era buena consejera en esa época, ni hoy, y creo que lo que debieron hacer era destruir todo lo que hubieran podido usar los portugueses, salvo que pensasen en usarlo como piezas de negociación.

Gonzalo encontró en la prisión de Ternate a los otros prisioneros españoles que habían quedado en las Molucas. Brito les obligó a trabajar como forzados durante cuatro meses, en las obras de construcción de la fortaleza de Ternate, empleándolos luego en otras labores aun más duras. Tras cinco meses de prisión, los españoles fueron llevados a Banda, donde permanecieron encarcelados otros cuatro meses. Desde allí fueron trasladados a Java y luego a Malaca, siendo entregados al gobernador Jorge de Alburquerque. Finalmente fueron conducidos a Cochín, donde los ya ocho supervivientes permanecieron algún tiempo. Tres de ellos, Gonzalo Gómez de Espinosa, Ginés de Mafra y el maestre Ance, terminaron sus desventuras en la cárcel del Limonero en Lisboa, en la que murió el último de ellos. El Cesar Carlos logró rescatar los otros dos, que volvieron finalmente a sus reinos.

Soldados año 1520

Gonzalo Gómez de Espinosa y Ginés de Mafra prestaron declaración de los sucesos en Valladolid el mes de agosto de 1527. Fernández de Oviedo[2] afirma que habló con Gómez de Espinosa en 1528, cuando Carlos I “le hizo mercedes y le concedió un privilegio de muy nobles armas, que yo he visto originalmente”. El rey otorgó efectivamente a Espinosa una pensión de 300 ducados y al año siguiente (1529) le nombró visitador y capitán de las naos de las Indias. Residía entonces en Sevilla, donde le había conocido el cronista Fernández de Oviedo.

El triste fin de todos los navegantes de la “Trinidad” fue en realidad consecuencia de no haber podido encontrar la ruta para volver desde Filipinas hasta América, cosa que hallaría medio siglo después Andrés de Urdaneta (la corriente de Kuro-Shivo) y, curiosamente, como dijimos, muy cerca de la latitud hasta la que había subido la “Trinidad” en el océano Pacífico.

Sin embargo, el balance de la circunnavegación de Elcano fue casi nulo desde el punto de vista económico y político, quedando más bien demostrado con ella que el camino hacia las ricas tierras de la seda, el marfil y las especias no era el occidental, por cuanto era imposible establecer por él la adecuada contrapartida a la navegación indo-portuguesa del cabo de Buena Esperanza

Finalmente fijémonos en la loca ironía: Si la Nao “Trinidad” no hubiera tenido que ser reparada dado que nuestro vecino era el capitán de la expedición, o Gonzalo hubiese optado por afrontar él la vía occidental podríamos hoy sentirnos orgullosos de que un vecino de Espinosa de los Monteros hubiera sido el primero en circunvalar la tierra. Pero esto quizá valga para una novela ucrónica porque la realidad fue otra.


Bibliografía

BRITO, Antonio. Carta de ... al Rey de Portugal sobre algunos sucesos en la India y los del viaje de Magallanes. En Fernández de Navarrete, t. II.

McnBiografias.com

FERNÁNDEZ DE NAVARRETE, Martín. Obras de... Madrid, Atlas, 1964, t. II.

FERNÁNDEZ DE OVIEDO, Gonzalo. Historia General y natural de las Indias. Madrid, Atlas, 1959, 5 t.

MAFRA, Gines de. Libro que trata del descubrimiento del estrecho de Magallanes. Publicado por Antonio Blázquez y Delgado Aguilera, bajo los auspicios de la Real Sociedad Geográfica, Madrid, 1920.





[1] Elcano, Juan Sebastián (1476-1526). Marino español nacido en Guetaria en 1476 y muerto en la nao Victoria en 1526, que capitaneaba camino a las Islas Molucas. Era hijo de Domingo Sebastián del Cano y Catalina del Puerto, por lo que frecuentemente se le cita en la documentación como “Del Cano”. Sus padres fueron unos pescadores acomodados con casa y embarcación. Sebastián fue pescador desde su adolescencia y llegó a tener una nave de 200 toneles, con la que sirvió en la flota marítima que auxilió al Gran Capitán en las campañas de Italia, así como en las operaciones realizadas por el Cardenal Cisneros contra las plazas de Orán, Bujía y Trípoli. No recibió ninguna compensación a cambio y se vio obligado a hipotecar su embarcación a unos mercaderes vasallos del Duque de Saboya. Como no pudo devolverles el préstamo no tuvo más opción que venderles el buque, cosa que estaba prohibida (vender embarcaciones armadas a extranjeros en tiempos de guerra). El Cano se vio perseguido por la Justicia y abandonó su tierra natal, donde dejó su hijo Domingo del Cano, que había tenido en María Hernández Dernialde. Se refugió en Sevilla y en 1518 se enroló en la expedición organizada por Magallanes para descubrir las islas de la Especiería o Molucas. Al conocer su experiencia de hombre de mar se le dio un cargo importante, como fue el de Maestre de la nao “Concepción”, equivalente al de segundo de abordo. Su capitán era Gaspar de Quesada, y el piloto era el portugués Juan López de Carvalho. Jugó un papel notable en el motín contra Magallanes, surgido precisamente en su nave, la “Concepción”. De ella partieron Gaspar de Quesada y Juan de Cartagena  con 30 hombres para ir a la “San Antonio” a pedir a su capitán y tripulantes que se unieran a la rebelión. Elcano debía ser uno de los 30 hombres, pues los amotinados le encargaron de custodiar la “San Antonio” con su artillería.
Vino luego la reacción de Magallanes, que recobró el control de la flota, y el famoso juicio en el que sentenció a morir a más de 40 hombres, si bien los perdonó “generosamente” para no quedarse sin tripulantes. Llegamos al asunto de Filipinas el 27 de abril de 1521. Se nombró entonces un mando bicéfalo con Juan Rodríguez Serrano y Duarte de Barbosa. De esta forma los portugueses se quedaron en la práctica con el control de la flota castellana. Nuevos problemas determinaron que Juan López de Carvalho fuera nombrado general de la Armada al mando de la “Trinidad”, mientras que Gonzalo Gómez de Espinosa capitaneaba la “Victoria” y Sebastián Elcano la “Concepción”. Al regresar a Mindanao, López de Carvalho fue destituido, y en Bohol decidieron quemar la “Concepción”, que hacía mucha agua. Quedaron así solo dos naves; la “Trinidad”, mandada por Gómez de Espinosa, y la “Victoria”, capitaneada por Elcano. A su regreso el Emperador fue generoso en su recompensa. Cedió su quinto real o el 20% del valor de la mercancía traída para los marineros (incluidos los prisioneros de los portugueses) y nombró caballero a Sebastián Elcano, otorgándole un escudo que rememoraba su hazaña. Estaba dividido en dos cuarteles; en el superior tenía un castillo sobre campo rojo; en el inferior dos palos de canela, tres nueces moscadas en aspa y dos clavos de especie, representados sobre campo dorado. Como cimera un yelmo cerrado sobre un globo terráqueo con la leyenda “Primus circumdediste me”.

[2] Fernández de Oviedo y Valdés, Gonzalo (1478-1557). Historiador, naturalista y etnólogo de Indias nacido en Madrid en 1478 y muerto en Santo Domingo el 26 de junio 1557. Vivió en territorio americano durante la primera mitad del siglo XVI, donde conoció personalmente a los grandes personajes del descubrimiento y de la colonización. Escribió una de las Historias de Indias más importantes, y sus perspectivas de historiador fueron frecuentemente opuestas a las del padre Las Casas. En el otoño de 1532 volvió por cuarta vez a Indias, y concretamente a Santo Domingo, donde en 1533 fue nombrado alcaide de su fortaleza. No tardó mucho en regresar a España y publicar los diecinueve libros de la primera parte de su famosa obra Historia General de las Indias (Sevilla, 1535), que siguió ampliando posteriormente, el resto se quedó inédito, y fue publicada José Amador de los Ríos por comisión de la Academia de la Historia entre 1851 y 1855. Su tono despectivo hacia el indio y favorable a los españoles produjo la indignación del padre Las Casas que decidió escribir su Historia de las Indias, iniciada ya a raíz de la publicación del Sumario de Oviedo. Su obra fue gigantesca y en varios campos. Resaltó por ser el primer gran Cronista de Indias,
Nao Trinidad

viernes, 14 de diciembre de 2012

Santa María de Siones. ¿Priorato de Sión?

La iglesia de Santa María de Siones es una iglesia románica ubicada en la población de las Merindades (Burgos) con el mismo nombre, situada en el Valle de Mena. La calzada romana que desde Herrera de Pisuerga y Reinosa permitía la conexión con el mar hasta Castro Urdiales atraviesa el valle (más adelante, esta vía favoreció el paso del camino jacobeo hasta la tumba del Apóstol Santiago).
Algunos autores indican que la población de Siones aparece mencionada en un documento del año 1011, en el que es nombrada como una de las posesiones de la abadía de San Salvador de Oña. Pero el transcurso del tiempo, las guerras y los incendios han eliminado muchas de las menciones a esta población.

Así llegamos a las "Bienandanzas e Fortunas" de mediados del siglo XIV, donde se cita que Lópe García de Salazar adquirió el monasterio de Siones y toda la heredad de la Casa de Vallejo por razón de casamiento con doña Toda del Vallejo, de cuya unión nacería don Juan López de Salazar, sucesor en el patronazgo del templo y erróneamente titulado Abad de Siones, o quizá de la Orden de San Juan de Jerusalén aquí asentada. Descartaría a los Templarios porque ni elementos decorativos o arquitectónicos aporta elementos de juicio suficientes que permitan una base sólida en qué basar tal aseveración. Pero no nos adelantemos.

La iglesia de Siones fue edificada a finales del siglo XII o principios del XIII. Durante muchos años fue una abadía seglar que contaba con propiedades y derechos sobre pueblos vecinos. Fue restaurada en el siglo XIX, perdiendo parte de su fábrica original, si bien es una de las iglesias románicas mejor conservadas del valle. En el siglo XX se restauró en dos ocasiones. En el año 1931 fue declarada Monumento Nacional. Es un bien de interés cultural de la provincia de Burgos.

Sin embargo y, quizá por la inclusión en su denominación de la extraña referencia al monte Sión, así como la proximidad de la Sierra de la Magdalena, que se define al sur, y el referente geográfico, por cercanía en la fecha de su fundación y por la intervención de los caballeros sanjuanistas de la Orden Hospitalaria en la encomienda y templo de San Lorenzo de Vallejo (que comprendía la enigmática y sorprendente iglesia de San Pantaleón de Losa), resultan suficientes para dar carta de naturaleza al mito grialista. Pero algunos desarrollan la teoría de que de Templarios y Santo Grial nada de nada. Que el nombre es deformación de la apócope de S.Ioannis, Santa María de San Juan, por tanto. Esta en la hipótesis de Laura Alberich y Manuel Gila quienes observan la deformación arriba indicada.

Aún así, empecemos por lo que parece la realidad: Describamos el Templo.

El templo presenta excelente obra de sillería. Consta de nave rectangular con dos portadas (muros sur y oeste), cabecera con ábside semicircular y torre sobre el crucero. La portada occidental es la principal y tiene un gran desarrollo con cinco arquivoltas baquetonadas de medio punto y cuatro pares de columnas. Todos ellos tienen idéntico relieve, el de una planta del que penden sus frutos (piñas). Esta iconografía se ha interpretado de forma generalizada como la del Árbol de la Vida. La puerta sur es más sencilla y pequeña. En este caso las arquivoltas muestran perfil apuntado. Lo que no varía es el motivo de los capiteles que, de nuevo, representan al Árbol de la Vida. La visita exterior descubre un templo de volúmenes escalonados y armónicos. La escultura exterior es escasa, pero ayuda a embellecer el conjunto y no faltan los motivos un tanto misteriosos como numerosas cabezas humanas de extraño rictus ocupando completamente las cestas de capiteles y canecillos.




El edificio consta de una cabecera semicircular con tramo recto y una sola nave compuesta por tres tramos, entre los que destaca el tercero, el más próximo a la capilla mayor, que hace las veces de falso crucero gracias a la construcción de dos edículos laterales y a la bóveda de mayor altura que lo cubre, rematada en el exterior con un cimborrio. El interior es de gran riqueza. El presbiterio congrega el mayor interés y vistosidad. Tiene una bellísima arquería doble de siete arcos cada una, que recorre el hemiciclo. Existe una nutrida serie de capiteles decorados con escultura fuerte y sin demasiado refinamiento. Se podría destacar la escena de "David y Goliat", así como la del "Paraíso Terrenal" con Adán, Eva, el árbol surtido de fruta y la serpiente, etc. El crucero merece una atención específica ya que cubre con bóveda de crucería sobre arcos torales y en los muros laterales sendos "edículos" con bóveda propia, variedad de arcos y capiteles.

Lo que nos describen asépticamente las obras del románico no parecen destacar nada relacionado con… EL SANTO GRIAL.

¿Entonces? La traición de las palabras.

Según teórias, esotéricas o místicas, Cáliz Sagrado habría estado dando vueltas por el mundo hasta que recaló en la iglesia románica de San Pantaleón de Losa. Pasando por la iglesia románica de Siones porque las pistas son : priorato de Sión, monte Salvat, Griales…El priorato de Sión sería la iglesia románica de Santa María de Siones, en Mena, en el monte Salvat (sierra Salvada) más conocida por La Peña, pasaría el portillo de La Magdalena. En el puerto de la Magdalena estuvo la ermita de María Magdalena bastante grande a juzgar por el cuadro de piedras que aún quedan y curiosamente la ermita era de los dos valles: Mena y Losa.

Se quemó cuando la guerra civil, pero su enclave sigue teniendo unas vistas increíblemente bellas. De ahí el Santo Grial, una vez en tierras losinas pasaría por la iglesia románica de Griales (Criales). Y de ahí saltamos a San Pantaleón.

Los Grialistas llaman a nuestra iglesia Santa María de Sión (Singularizan el nombre del pueblo) y, en los típicos canecillos románicos, ya de por sí sorprendentes, ven tallas extrañas: una calavera, caras que se tapan la boca como para omitir secretos de indescifrable poder... La calavera y las tibias, en realidad, buscan hacernos pensar en lo que queda de nosotros tras la muerte.

La fiesta continúa en el interior donde encuentran la serpiente que representaría el pecado (Si hablamos de Adán, Eva y el paraíso suele aparecer); o la lucha entre David y Goliat; o el no menos mítico combate de San Jorge y el dragón; o la justa entre dos caballeros (¿templarios? No lo se. Otra cosa sería que montasen en el mismo caballo); o lo que parece la cruz del Temple en algún capitel. Pero, especialmente, el visitante se ve obligado a pensar en el Grial por la representación de la mítica copa en uno de los capiteles interiores en manos de un caballero.

Con relación a la aparición de caballeros, según doña Magdalena Ilardia Gálliga, es un tema común en la segunda mitad del siglo XII y principios del XIII de pleno implante del sistema feudal. Además es en un área con presencia, como hemos dicho, de la Orden de San Juan de Jerusalén.

Resaltar también que en la escuela de Mena hay un cúmulo de escenas poco claras como la de la figura femenina que tira del pelo a otro personaje con un ave coronándoles. Para unos San Juliana, pero para otros es un elemento céltico que se asocia a la leyenda del Grial. Como vemos, la ambivalencia favorece el misterio.

La historia de Santa María de Siones se relaciona también con otra de las modernas teorías vinculadas al Grial: la que lo relaciona con el vientre de María Magdalena, "esposa mística" de Jesús y que para ciertas corrientes heterodoxas sería la madre de sus hipotéticos hijos y quien habría perpetuado su estirpe sagrada sobre la Tierra. Para proteger a la madre y a su descendencia, hay quienes mantienen que se creó una sociedad secreta, el llamado Priorato de Sión. Resulta realmente curioso que Santa María de Siones, con tan sonoro nombre, tenga como escenario de fondo la llamada Sierra de la Magdalena.

Evidentemente estas teorías permiten soñar y ayudan a disfrutar de un bello entorno. Y, ojo, igual los de Las Merindades tenemos “sangre real”.

¡¿A ver que pueblo elegido supera eso?!

Rematamos la visita con el reportaje fotográfico de la revista “La Esfera” del 29 de enero de 1916.







Bibliografía:

Las Merindades de Castilla la Vieja en la História.
La Esfera
Cuarto Milenio.(WEB)
Turismo Valle de Mena (WEB)

jueves, 6 de diciembre de 2012

Villasana de Mena, provincia de Santander. ¿O es Vizcaya?

Hoy toca fronteras. Todos intuimos que Las Merindades son el tercio superior de la provincia de Burgos pero las lindes interiores de los países y ciertas internacionales se mueven con el viento.
 
Por supuesto, antes de este sistema de distribución territorial hubo otros como las provincias romanas o, en época de Felipe V, las Intendencias. Pero no podría decirles si nuestro terruño formó parte de una intendencia, fue una intendencia o estuvo repartido porque en Castilla se adoptó el principio de establecer una intendencia por cada capital de una capitanía general o por cada Corregimiento de una ciudad. Con ello tenemos múltiples variantes y distinta importancia de cada Intendencia.
 
Llegamos a la Ilustración y a la primera mitad del siglo XIX, una época convulsa políticamente; la transición del Antiguo Régimen al Liberalismo, la invasión napoleónica de España, la abolición de la ley Sálica con la consecuente llegada al trono de Isabel II que derivaría en la Guerra Carlista… todas estas circunstancias constituyeron el marco político en el que se forjó, a través de diferentes proyectos, el actual mapa provincial de la nación.
 
La actual configuración corresponde a la realizada por Francisco Javier de Burgos y del Olmo, es decir Javier de Burgos[i] quien completó una variable relación de trazados geográficos. La modernidad, siempre recalcitrante en España, requería una nueva organización territorial de la Monarquía con la presencia del aparato del estado en la totalidad del territorio, acabar con la estructura de reinos independientes, aduanas e instituciones separadas que existían.
 
Pero este cambio no fue en un solo paso sino que, muy dentro de nuestro estilo, hubo diversos proyectos para un problema que nos parece eterno:
 
Nomenclátor de 1789 de Floridablanca. Las nuevas provincias marítimas.
 
Los Borbones, con los decretos de nueva planta, tratarán de terminar con las diferentes legislaciones y las peculiaridades de cada reino. Estos decretos convierten a los reinos de la Corona de Aragón en provincias, gobernadas por un capitán general y un presidente de audiencia. Éste es el sistema que se generaliza por toda España. El territorio se divide en 11capitanías-audiencias, con funciones gubernativas y judiciales. Se mantienen las 21 provincias castellanas, a las que se añaden otras cuatro de la Corona de Aragón. Ésta es la división provincial que aparece en el nomenclátor de 1789 de Floridablanca. Santander y Treviño en Burgos, como Las Merindades.
 
Las reformas ilustradas. (1799-1805)
 
El Real decreto de 25 de septiembre 1799 se crea la provincia de Santander, junto a otras cinco, con total independencia Burgos. La razón era que, igual que hoy, la costa acapara población y dinamismo económico.
 
Pero empecemos por el principio, las provincias castellanas eran las más fragmentadas y desconexas. De 1801 a 1805 el Consejo de Hacienda reformó límites como eliminar la provincia de Toro. El criterio básico era la integración de un pueblo a la provincia en función de la proximidad al centro administrativo más cercano, tanto a la capital como a la cabeza de partido; pero la distancia relevante es de la cabeza de partido respecto a la capital. ¿Valle de Mena más cerca de Vizcaya que de Burgos? Pues, a Santander. Por supuesto hubo excepciones por voluntad de la localidad, mayor facilidad de comunicación o considerar el partido en bloque.
 
Esta reforma no es rígida porque no busca una semejanza en los resultados, sino que se buscan criterios de distancias para eliminar enclaves: es un criterio muy funcional. La excepción es la cesión de Fuenterrabía e Irún de Guipúzcoa a Navarra, para darle a esta provincia una salida al mar. Y demostrar la autoridad del Estado. Esta alteración estuvo vigente desde 1805 hasta 1814. Otras variaciones también se revocaron con posterioridad.
 
Treviño siguió en Burgos.
 
Las Divisiones del rey José I Bonaparte.
 
El 7 de noviembre de 1808 -antes incluso de la conquista de Madrid- y acorde con los requerimientos de Napoleón de establecer un "sistema común" entre Francia y España, José I encargó al coronel Francisco Amorós la presentación de una memoria sobre la división de España en departamentos. Buscaba eliminar particularismos regionales que pudieran oponerse a la nueva monarquía.
 
En 1810 se intenta ordenar el territorio dividiéndolo en 38 prefecturas, como las francesas, y 111 subprefecturas. Es el proyecto de Lanz[ii] cuya formación matemática le permitió crearlos de superficies aproximadas. Incluso un distrito capitalino que la actual constitución, aunque lo esboza, no aplica. Hay indiferencia con los límites históricos y culturales de la nación, y en especial, con los de la Corona de Aragón, que hasta entonces se venían respetando.
 
Es divertida la elección peregrina de las capitales (Dedíquenle un minuto al mapa y ríanse de Zaragoza.) Cuando Napoleón decreta la creación de cuatro gobiernos independientes en las provincias al norte del Ebro, el gobierno josefino aceleró la aprobación del proyecto de prefecturas y así se aprueba en abril de 1810: 38 prefecturas peninsulares con 73 subprefecturas.
 
Las Merindades quedan distribuidas entre las prefacturas de Cabo Mayor, Cabo Machichaco y Burgos. Para los secesionistas Vascos es positiva: Treviño aparece de su lado y su “imperio” crece. Otra cosa positiva es que disparó la lucha de la burguesía local por la capitalidad y su peso económico.
 
Provincias económicas de 1812.
 
O, las provincias constitucionales. La primera propuesta llega en 1812, por Ranz y Espiga: unifica las tres provincias vascas en una, Treviño permanece en Burgos y reduce de 14 a 6 las provincias de Castilla (Burgos, Valladolid, Madrid, Toledo, Cuenca y Murcia). En España, entonces, se contaban 21 provincias en total.
 
El proyecto se aprueba, pero ante la falta de consenso, dos días después se rectifica reinstaurando las provincias vigentes a efectos electorales, salvo Toro. Santander se crea de facto el mismo año al no mencionarse en la división de partidos de Burgos el partido de Santander.
 
1813, La División Provincial de Felipe Bauzá.
 
En 1813 se encargará una nueva división provincial a Felipe Bauzá, que determina 44 provincias. Sin embargo esta ordenación nunca llegó a aprobarse pues el regreso de Fernando VII supuso la vuelta al Antiguo Régimen, con ciertas modificaciones el 4 de mayo de 1814.
 
Aquí nos tocaba bailar al son de Santander y es un gol a favor de Álava con respecto a Treviño.
 
División Provincial de Cortes (1822)
 
El trienio liberal fue una época de efervescencia en la colocación del rompecabezas nacional. Nos encontramos con las propuestas de De Burgos (Javier) y Llorente y de Bauzá y Larramendi. Esta última pareja colocará Las Merindades en Santander, otra vez, y Treviño en las Provincias Vascongadas. Como en la mayoría de los proyectos, este de Bauzá mantendrá, en lo posible, los límites de los reinos tradicionales.



 
El 14 de enero de 1822 las Cortes aprobaron un nuevo decreto. La nueva división tuvo que superar proposiciones dirigidas a impedir su implantación. Estas alegaciones no fructifican y en enero de 1822 se aprueba, con carácter provisional, una división provincial de España en 52 provincias, regida por criterios de población, extensión y coherencia geográfica. No se respetan los límites “tradicionales” de las provincias y se caracteriza por su poco rigor histórico. Se eliminan enclaves de unas provincias en otras si pertenecen a distintos reinos, aunque se conservan muchos de estos enclaves (Aquí Treviño es alavés).
 
En cuanto a Las Merindades aparecen divididas entre Álava (ver detalle), Burgos y Santander, situándose en esta última el Valle de Mena y la zona que limita con Valderredible.
 
En octubre de 1823, Fernando VII declaraba nulos y de ningún valor todos los actos del Gobierno durante el llamado Trienio Liberal, volviendo a regir la división de intendencias.
 
El proyecto de división provincial de Larramendi (1829)
 
Definido como puente entre el de Cortes y el de Javier de Burgos fue remitido a las Cortes el 22 de Marzo de 1829. Respetaba los límites de los antiguos reinos, las provincias forales y lo trazado en el anterior proyecto. Con ello Treviño volvía a Burgos.
 
Tuvo variaciones y participación de otras personas como Lamas o Caballero. Pero el problema sucesorio, los hechos de La Granja en septiembre de 1832, la subsiguiente caída del equipo ministerial dieron al traste con la tramitación del plan de ordenación territorial desarrollado en la etapa absolutista
 
En 1833 la infanta María Cristina, encargará a Javier de Burgos la creación de una nueva división provincial.
 
La infanta María Cristina, lo primero que hace es confirmar el Gobierno de Francisco Cea Bermúdez que tiene como secretario de Fomento a Javier de Burgos y a los dos meses justos se promulga un Real Decreto en el cual se dispone una nueva división en las 49 provincias y 14 regiones.
 
Se seguían criterios «racionales»: extensión (desde el punto más alejado de la provincia debería poder llegarse a la capital en un día), población (las provincias deberían tener una población entre 100.000 y 400.000 personas) y coherencia geográfica.
 
Uno de los problemas fue el inexacto censo usado, aunque se usó esta palabra para designar un listado de todas las provincias existentes junto con la población que se les suponía. El número de habitantes fue un factor básico en la elección de las capitales, primaba el hecho de que la capital fuera el pueblo con más habitantes de la provincia. Hubo errores.

 
Los cabildos episcopales intervinieron de forma activa en la lucha por la capitalidad pretendiendo adaptar la organización territorial católica a la civil. Pero lo que si se consiguió es que los partidos judiciales se ajustasen dentro de las respectivas provincias.
 
Más problemas:
  • Se hizo sin rigor histórico: En el proyecto de Javier de Burgos subyace la idea de las provincias como estructuras territoriales (basado en los Departamentos franceses), que no políticas o históricas. El diseño provincial, siendo principalmente funcional, era el reflejo de la política uniformada liberal propia de 1833. De hecho los habitantes no podían asumir ser residentes de una provincia que no había existido.
  • Sin cartografía científica: Hasta mediados del siglo XIX, en España, sólo se contaba con la cartografía realizada por el genuino Tomás López de Vargas Machuca en el siglo XVIII, cartógrafo éste, que jamás corroboro sobre el terreno sus mapas. Con los errores que presentaba su cartografía provincial; el principal era la confusión en la ubicación de las localidades.
Este decreto divide el viejo reino de Castilla en:
  • Castilla la Nueva: Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Madrid y Toledo.
  • Castilla la Vieja: Ávila, Burgos, Logroño, Palencia, Santander, Soria y Valladolid.
Tras la división administrativa: la división judicial ajustada a este esquema provincial; en enero de 1834 se publica la nueva planta de audiencias; y en abril de 1834, se aprueba la división en partidos judiciales de todas las provincias, salvo las forales, que estaban en guerra civil ( primera Carlistada). Se publicó un nomenclátor con la composición de cada partido (donde aparece el Partido Judicial de Villarcayo con la extensión de Las Merindades), con lo que no quedaba duda de la correcta adscripción de cada municipio, y a la vez, evitaba dudas en las nuevas Diputaciones sobre los verdaderos perímetros provinciales. ¡Por fin!
 
Pero pensar que no se intentó continuar con la diversión es no conocer a los políticos españoles:
 
  • El proyecto de Caballero de 1842. Hay variaciones impactantes entre reinos y regala el condado de Treviño a Álava, convierte a Las Merindades en orgulloso Partido de Santander y revoluciona los nombres. Evidentemente no se llevó a cabo por caer el gobierno.
  • Las ideas del ministro De La Escosura.
  • Las del diputado Durán.
  • La Federalista de 1871
  • Durán, de nuevo, en 1880
  • En la Restauración se gestan dos proyectos el de Moret en 1884 y el de Silvela y Sánchez de Tosca en 1891; respetando ambos la división provincial de 1833. El proyecto de Moret presentaba un modelo similar al empleado por De la Escosura, aunque sin visión descentralizadora y con un marcado carácter ahistórico (en este caso no solo Treviño sería Alavés sino que Las Merindades lo acompañarían). El proyecto de Silvela y Sánchez de Tosca reducía a 13 el número de regiones, con una mejor configuración geográfica e histórica
  • Autonomías y regiones de la Segunda República.
  • La constitución de 1978
 

Pero bueno… ¿Qué pasa con Mena?
 
El Valle de Mena, igual que la zona de Catrourdiales, como caso peculiar que hoy en día los secesionistas vascos (¿Quieren separarse, no? Pues, entonces, secesionistas) aprovechan como factor de superioridad, como razón para justificar agravios ante el “desgarro” de su tierra o para cualquier otra razón peregrina.
 
Esta gente es la misma que reclama Mena porque dependió de Navarra unos años en el siglo XII pero calla cuando se dice que Las Encartaciones se incorporan al Señorío de Vizcaya en el siglo XIII. Estoy esperando a que algún acaparador de territorio diga que no puede ser parte del País Vasco el sur de Álava, o Valdegovía, porque es más como La Rioja que como Hernani o que los enclaves Navarros en Aragón dejen de ser Navarros. (Esperen sentados).
 
¿Entonces?
 
(Según página Web oficial): En el siglo IX, la primitiva Castilla que nace bajo el mandato del Conde Rodrigo, irá acentuando su personalidad política y social y adquiriendo conciencia de su poder, hasta llegar así a finales de siglo al nacimiento de la Castilla independiente. Así se unió el Valle de Mena al Condado de Castilla. Desde el año 824 hasta el siglo XI el Valle de Mena se incorporará a Navarra. En el 1072, Alfonso VI, conquista Mena, la incorpora a Castilla y la otorga los fueros de Logroño, que cesan en 1421. A partir del siglo XI el Valle de Mena vuelve a ser una tierra de paso, ya que fue una vía secundaria del Camino de Santiago. Hasta el año 1260 el Señor de Vizcaya actuaba como gobernador de Mena. Al final de la Reconquista no se sabe a ciencia cierta si perteneció a Vizcaya o al Corregimiento de Laredo. Perteneció a Vizcaya, componiendo las nobles Encartaciones, y asistiendo su representante a las juntas de Guernica y Avellaneda (Pág. 159- Bustamante). Desde la división de España en provincias en el año 1789, a pertenecido a Burgos y a Cantabria, pero siempre ha mantenido su relación con Vizcaya. En 1822 el Valle de Mena pasa a formar parte de la provincia de Santander. En el año 1833 queda incluido en la provincia de Burgos, con su actual configuración. Los meneses intentaron en varias ocasiones su desanexión de Burgos y su incorporación a la provincia de Vizcaya, como los fallidos intentos de 1883 y el posterior del año 1924. Perteneció al juzgado de Balmaseda, y eclesiásticamente pertenece a Cantabria. En resumen es un territorio de la provincia de Burgos pero con gran influencia del País Vasco y de la vecina Cantabria.
 
También nuestros vecinos del norte, desconociendo la historia, arguyen que no podemos producir chacolí en Las Merindades porque no está en la provincia de Vizcaya. Como si las aleatorias líneas del mapa determinasen el pasado o los límites lingüísticos (Bueno, para algunos sí). Y es que ya desde el siglo IX se tiene constancia escrita del cultivo de la vid en el Valle de Mena. Y este vino se llama chacolí y según Madoz, y su famoso diccionario, el chacolí se producía no sólo en el País Vasco, sino también en las Montañas de Burgos, zona que engloba todo el tercio norte de la provincia, hasta Miranda de Ebro.
 
En definitiva, los límites de una comarca nunca son estáticos pudiéndose agregar, y desagregar, áreas adyacentes o depender, en uno u otro momento histórico, de tal o cual Rey o señor sin que el perímetro deba definir a los integrantes de el circunstancial territorio. Escudarnos en la frontera provincial que ayer trazó sobre un plano el delineante de turno como si hubiera sido grabada por Dios en las tablas de la ley pues…
 
Bibliografía:
  • GARCÍA ÁLVAREZ, Jacobo (2002): Provincias, Regiones y Comunidades Autónomas. La formación del mapa político de España, Madrid, Secretaría General del Senado (Temas del Senado, 8). [ISBN:84-88802-64-1]
  • BURGUEÑO RIVERO, Jesús (1996): Geografía política de la España constitucional. La división provincial, Centro de Estudios Constitucionales. [ISBN:84-259-1010-2]
  • PLAZA GUTIÉRREZ, Juan Ignacio: ¿Una nueva geografía regional de España?: Algunas propuestas para su estudio, Universidad de Salamanca, Departamento de Geografía.
  • GARCÍA ESPAÑA, Eduardo: Imputaciones de población en la primera mitad del siglo XIX.
[i] Francisco Javier de Burgos y del Olmo (1778-1848) De familia noble aunque no acaudalada estaba destinado a servir a la Iglesia, pero abandonó pronto los estudios religiosos, trasladándose a Madrid para dedicarse a la jurisprudencia. Afrancesado escapó en 1812 a París donde completó su formación mediante el estudio de las obras de los clásicos (Tradujo a Horacio al Castellano). Regresó a Madrid en 1819 y en 1822 fue nombrado director de El Imparcial, periódico alrededor del cual se reunieron los portadores de las nuevas ideas. De 1827 a 1833 desempeñó distintos cargos de importancia en la Administración. Bajo la regencia de María Cristina de Borbón, fue nombrado Secretario de Estado de Fomento bajo el ministerio de Cea Bermúdez y fue en ese cargo en el que estableció la división territorial por provincias, tomando como base la antigua división en reinos de España. El decreto fue aprobado el 30 de noviembre y el 22 de diciembre de ese año fue nombrado ministro de Hacienda. Fue senador y consejero real y en 1846 con el primer gobierno de Narváez ministro de la Gobernación.
 
[ii] Lanz, aunque nacido español, fue nacionalizado francés; de formación matemática y cartográfica, con el gobierno napoleónico le fue encargada la nueva división en departamentos. Abandonando la que mantenía de los gobiernos ilustrados.
 

jueves, 29 de noviembre de 2012

El Noble León de Rosmithal nos describe (1467)

Hoy hablaremos de un viajero de finales de la Edad Media que recorrió las tierras de la península Ibérica en un periodo difícil. Su cronista recogió dicho viaje en unas notas cuya versión latina ha llegado hasta hoy. Y dedica unas páginas a su travesía, y sus impresiones, de Las Merindades. Estamos en la guerra civil nobiliaria, ya saben: Los Pacheco, Los Mendoza, la Beltraneja, el rey Alfonso niño movido contra su padre Enrique IV… y en una esquina Isabel.
Disfruten.

VIAJE DEL NOBLE BOHEMIO LEÓN DE ROSMITAL DE BLATNA, POR ESPAÑA Y PORTUGAL
Hecho del año 1465 a 1467.
Traducción del latín por Antonio María Fabié de la Academia de la Historia.
MADRID Librería de los bibliófilos
— FERNANDO FE —
Carretera de San Jerónimo, 3
M DCCC-LXXIX (1879)
(Extraído de la copia de la Biblioteca de Toronto (Canadá))


(…) De Divaium (casi seguramente es Bilbao) á Balmaseda hay cinco millas; éste es un pueblo murado, aunque pequeño y pasa junto á él un río llamado Cadecum (Cadagua): en un espacio de cinco millas vadeamos diez y siete veces este río, en el cual nos ocurrió un caso notable (El sitio donde debió ocurrir el lance debió ser cerca de la llamada torre vieja de la Jara. El río forma allí un recodo dominado por un cerro, en el que estaba la torre hasta principios del siglo XIX, hacia 1870 era una casa de labranza y junto a ella se ven allí las ruinas de un puente que sustituiría al de madera del que habla Schaschek); hay sobre este río un puente de madera no muy largo y en uno de sus extremos una torre de bella arquitectura, en la que residen los que cobran el pontazgo á los caminantes; cuando llegamos al puente, como no habíamos pagado esta especie de tributo en ninguna parte, nos negamos a hacerlo, y los caballos que llevaban nuestros bagajes fueron tomados por los publícanos y demás gente que había en la torre, que nos quiso matar; para repeler el ataque apuntamos contra ellos nuestras escopetas (Schlopetum: arma portátil de donde viene el actual nombre); pero el Señor (Así llama siempre el cronista a Rosmithal) prohibió que se dispararan y que se tiraran flechas; porque, si heríamos a alguno de aquellos, nos matarían a todos, lo cual confesó después uno de ellos, diciendo que habían concertado, que si uno solo recibía una herida, todos moriríamos y aplicarían lo que llevábamos en nuestros cofres y alforjas para pago del pontazgo. Satisfecho este tributo nos devolvieron los caballos y recibimos las cartas preinsertas para que, si nos acontecía otra cosa semejante, estuviéramos con su protección más seguros (No es fácil determinar a cual de las cartas de reyes y príncipes se refiere el cronista, pero debe advertirse que ya entraban en territorio del Rey de Castilla, y D. Enrique IV, á la sazón reinante, no le dio carta hasta que llegaron a Olmedo y por otra parte se ve cómo las gastaban los del Valle de Mena).

Balmaseda dista de Villasana (el texto dice Villasanum) tres leguas; es éste un lugar murado en que habitan juntos y en paz judíos y cristianos; éstos comen los sábados las entrañas ó asaduras de los animales y se abstienen de otras carnes; y preguntándoles nosotros la causa de esto, nos respondieron que aquello no era carne, aunque estaba en ella. En este lugar murió el caballo en que el Señor tenía más confianza, porque le había criado y tenido mucho tiempo; el pueblo está entre unos montes, por los cuales seguimos nuestro camino, y en ellos murió otro caballo; en estos lugares encontramos por vez primera Cristianos que comían carne los sábados (El Papa había concedido bulas para esto, como más tarde concedió el indulto cuadragesimal), y en este camino montuoso empleamos trece días.

Villasana dista cinco millas de Medina de Pomar, ciudad que está á la falda de los montes y que parece que está sujeta á un Conde; pasa junto á ella un río llamado Rivo (Trueba), y se ve cerca un hermoso monasterio (Medina de Pomar pertenecía a la Casa de Velasco, Condes de Haro, los cuales tenían allí un magnífico palacio, hoy museo tras su ruina, y fundaron el convento de Santa Clara). A dos millas hay un lugar del mismo Conde, en el cual se hace sal de este modo: el agua se recoge en piscinas ó lagunas, donde se deja algún tiempo para que se cuaje y endurezca, y esta sal se pone como piedras (Salinas de Rosío).
Enrique IV
De Medina de Pomar hay siete millas á Ezernelum (Llámase Cernégula y vulgarmente Cemaula: Antonio María Fabié comenta en 1879 que está al pié de la meseta ó páramo de Villalta y sobre el camino de Burgos a Castro Urdiales construido en 1828; entre la gente vulgar se le llama el lugar de las Brujas, por ciertas consejas en que ellas figuran, y el boj abunda en aquellos montes, aunque no produce su olor los efectos de que habla el cronista); pasado este pueblo entramos en unos montes donde no crecen más árboles que bojes, y anduvimos por ellos tres días, sintiendo todos nosotros fuertes dolores de cabeza por el olor penetrante que estos árboles, humedecidos y calentados entonces por la lluvia, exhalaban, aspirando por lo tanto nosotros estas emanaciones nocivas. En estos montes hay gran abundancia de unos arbustos que llaman romero, y en estos lugares hacen lumbre con el boj y con el romero. Cernego dista de Burgos siete millas, y dos antes de llegar á esta ciudad acaba la Vizcaya y empieza España. (Aquí hay error evidente, pues nunca han llegado los límites de Vizcaya hasta donde se indica y lo que hubiera tenido que empezar hubiese sido Castilla) (…)

Esto es lo que su cronista contó de nuestra comarca, pero… ¿Quién es él?
León de Rosmithal de Blatna (denominado Barón de Rosmithal de Blatna o con caracteres especiales Rožmithal) es un noble bohemio, cuñado de Jorge de Bohemia, y conocido por haber completado en el año de 1467, un viaje documentado por Europa. El viaje se realiza desde Praga (sale el 1465) a los reinos peninsulares (1466) con una comitiva de cuarenta personas. Visita en su viaje: Renania, Flandes, Inglaterra, Castilla, León, Portugal y la Corona de Aragón, siendo recibidos por monarcas y dirigentes de estos diversos territorios. Destacamos que lo hizo en una época en que viajar era poco frecuente con grandísimas dificultades y peligros.

El objeto principal de este viaje, según en el contexto de sus dos versiones se manifiesta con mucha repetición, fue sólo conocer las costumbres de los diversos países y estudiar la disciplina militar que en cada uno de ellos se practicaba, para determinar lo que en esta parte fuese más ventajoso a la profesión de las armas, que era entonces la principal de la nobleza.

También tuvo gran influjo en la voluntad del viajero el sentimiento religioso; Deseaba ir a Compostela para hacer la romería de Santiago, por entonces casi tan importante y devota para los cristianos de Europa, como la peregrinación a Jerusalén adonde también pensó ir. Otros autores indican cuestiones relacionadas con las guerras de religión en Bohemia. Ya que cuando abandona Praga el 26 de noviembre de 1465, es un momento de convulsiones sociales y religiosas que culminaron con la excomunión del rey de Bohemia por Pío II, al defender aquel la herejía de Juan de Huss.
Dos relaciones de él nos han llegado escritas por miembros de su comitiva: Una es un llamado Schaschek, que sería uno de sus secretarios porque siempre habla con gran respeto y hasta con humildad de Rosmithal, a quien llama "el señor"; La otra es obra de Gabriel Tetzel, patricio de Nuremberg. Ambas se publicaron el año 1544. La primera se centra en lugares y distancias pudiéndose localizar la mayoría de ellos en la actualidad. Las dos relaciones de viajes se publicaron juntas por primera vez en 1844.

Rosmithal llegó a los reinos de España entrado ya el año de 1466; El año anterior había sido depuesto el rey de Castilla por los grandes, que alzaron por monarca a su hermano Don Alfonso, hallándose el reino en guerra civil. Lo primero que vio fueron las provincias Vascas y algo de los dominios del reino de Navarra, reinando Don Juan II, el cual participó en los disturbios de Castilla durante los reinados de D. Juan II y de D. Enrique IV. A su vez Navarra estaba envuelta en sus propias disputas dinásticas. Sin embargo, Rosmithal y sus compañeros se ocuparon más del aspecto del país y de sus costumbres que del estado político.
Entrando los viajeros en Castilla por la parte de Valmaseda, la primera ciudad importante que visitaron fue Burgos donde presenciaron una fiesta de toros y el cristo de Burgos y, como en otros muchos pasajes, se nota bastante confusión en lo que el compañero de Rosmithal cuenta.

En Castilla, se enfrentan a un territorio en guerra y en tal situación, se explica que los viajeros, que se desplazaban armados, encontraran con frecuencia dificultades para ser admitidos en las ciudades y villas.

Tras recorrer la península pasó por el Rosellón, Lausana, Piamonte, Milán, Venecia y Alemania. Deteniéndose en Gratz, capital del ducado de Stiria, donde estaba Federico lll con varios príncipes. Celebrándose la vuelta de Rosmithal con unas justas y armando algunos caballeros. Nota Tetzel, que el Emperador les dio vino y vituallas, pero no dineros. De Gratz fueron á Neustadt, residencia de la Emperatriz, á quien entregó Rosmithal las cartas de su hermano el Rey de Portugal, contándole lo visto, mostrándole los negros y el mono que de allí traía. Un prestamista judío les dio lo necesario para proseguir el viaje, que hubieran continuado hasta Tierra Santa, si no les hubiera negado su permiso para atravesar la Hungría el rey Matías Corvino, sucesor de Ladislao el Póstumo. Esto les decidió á volver á Bohemia entrando con gran pompa Praga, después de quince meses de viaje y de haber visitado las principales naciones de Europa.