Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
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domingo, 12 de enero de 2020

SANTA OLALLA DE ESPINOSA



Hoy recibimos nuevamente la visita de José Antonio San Millán Cobo, veterano portador de la memoria de Espinosa de los Monteros, para que disfrutemos con una escondida joya de su municipio. Ya ha visitado nuestra página en otra ocasión donde nos habló de un edificio moribundo de Espinosa. Hoy, el autor de “Pasiegos y Merindades”, lo hace sobre el pueblo de Santa Olalla. Dado lo exhaustivo de su trabajo lo dividimos en dos partes que publicaremos en jornadas consecutivas. Pero no quiero nublar su esfuerzo con esta somera presentación por lo que les dejo con él:


Santa Olalla es una pedanía de Espinosa de los Monteros, que se encuentra apenas a 600 m de distancia del casco urbano de la Villa. Uno de los caminos de acceso pasa junto a la Torre Ilustre que vigila el paso del Río Trueba, el otro camino lo encontramos unos centenares de metros más adelante en dirección a Sotoscueva. Se localiza a media ladera del Monte de la Herbosa, que Madoz dice “llamada de Canto-Blanco” y que durante la Guerra Civil se llamó “El Mirador de Espinosa”, por las excelentes vistas que hay de Espinosa y de toda la Depresión que abarca la Merindad de Montija, Sotoscueva, y los Valles Pasiegos.

En el año 2018 Santa Olalla tenía una población de 35 habitantes. Dentro del casco urbano, encontramos una casa palaciega con dos escudos parejos de muy bella facción y perfectamente conservados, y con los yelmos girados hacia el centro de la fachada, lo cual desmonta una vez más el mito de que si el yelmo mira hacia un lado es bastardo y bla, bla, bla. No se puede ser bastardo a medias, o se es, o no se es…


Este bello palacete de estilo barroco montañés es la casa más importante de Santa Olalla, nobiliariamente hablando. Es la única que se conserva que presenta escudos antiguos porque hay otras casas cuyos dueños han puesto escudos recientemente. Describamos someramente el escudo, porque es algo que me intriga desde hace mucho. Tiene cuatro cuarteles divididos a su vez en 2, 4, 1 y 1. Lo que hace que el escudo sea sumamente complejo para identificar los cuarteles y los apellidos. El cuartel superior izquierdo dividido en dos (cortado), tiene un león rampante en la parte de arriba y tres espadas en punta en la de abajo, desconociendo a que dos apellidos hace referencia. El cuartel superior derecho, está dividido en cuatro (cuartelado); de estos, el superior derecho tiene un castillo con una cruz en la parte de arriba y dos estrellas de ocho puntas a los lados del castillo. Que son las armas de Vivanco, el superior derecho una cruz de Santiago a cuyos lados hay dos veneras, en el inferior izquierdo hay una rueda, que quizás correspondan al apellido Rueda, y el inferior derecho tiene cuatro bandas, y también desconozco el apellido al que representa. En la parte de abajo del escudo, el tercer cuartel, parte inferior izq. Tiene un árbol con dos lobos(¿?) pasantes a su tronco y ocho aspas en la bordura. Desconocemos el apellido. Y el inferior derecho es un castillo en el que desde las almenas aparece un brazo tirando hogazas de pan. Este escudo pertenece a la familia Villasante. Quizás el Marqués de Santa Olalla, este relacionado con este escudo y con la familia de los Marqueses de Vivanco.



Francisco Oñate Gómez en su libro se equivoca al decir que los libros parroquiales de Santa Olalla comienzan en 1710. Como demostramos abajo, los libros parroquiales de Santa Olalla comienzan en 1603. El origen de Santa Olalla, o Santa Eulalia de Castañeda, como aparece en algunos documentos, podría estar relacionado con el monasterio de Santa Eulalia, que hoy es su iglesia parroquial, o podría ser muy anterior, no lo sabemos con certeza, lo que sí parece claro es que a partir de la Edad Media fue el núcleo donde se gestó la localidad. Según Argaiz, este monasterio debió de ser incorporado al patrimonio Condal y entregado a San Salvador de Oña, aunque Mari Carmen Arribas Magro no opina lo mismo. También nos comenta esta autora que el culto a esta santa se difunde entre los S. V y VIII.

Nicolás López Martínez en su libro sobre los monasterios primitivos, nos dice que el lugar donde se sitúa la Iglesia se llama Castañeda, pero he de decir, que además de no haberlo oído nunca a los lugareños, en el Catastro tampoco aparece. Por lo que quizás, y solo quizás, haya tomado la parte por el todo. Ya que siglos atrás a Santa Olalla se la identificó como Castañeda. Los topónimos que sí que aparecen alrededor de la Iglesia son Pando (Que transformado, sobrevive en la ladera del monte que da a Espinosa como Pendu, justo encima de la Presa) y El Palacio, topónimo que también tiene el barrio inferior de la Iglesia.


Este topónimo, a mi entender, tiene dos posibles orígenes, uno sería que el palacio hiciera referencia a la Torre Ilustre que está en el camino de Espinosa, aunque me parecería raro que así fuera, y otro que, en la zona donde hoy hay casas, realmente hubiera habido en la antigüedad algún palacio. Los más mayores de Santa Olalla, no lo han conocido y ni siquiera han oído hablar a nadie de un palacio en esa zona, lo que nos da señal de su posible antigüedad. Por lo que cabe la remota posibilidad de que hubiera habido un palacio antiguo junto a la Iglesia, no sabemos si coetáneo a la iglesia, lo que nos daría una estampa sumamente pintoresca, parecida a la de Santa María de Naranco y San Miguel de Lillo (salvando las distancias…), o podría ser posterior en el tiempo, que es más fácil, y haber desaparecido hace siglos dejando el topónimo y dando nombre a un barrio de Santa Olalla. Quizás algún día aparezca algún documento o se hagan excavaciones y se aclare un poco el misterio.

La cita documental más antigua que conocemos de la localidad, data del 13 de octubre de 1105, cuando la Condesa Doña Mayor dona al Abad de Oña, Juan I, la “quarta ratione de illo monasterio Sancte Eulalie Spinosensi” junto con otras propiedades. Tres años más tarde, en 1108, Rodrigo Gutiérrez cede a Oña su heredad en Espinosa y su parte en los monasterios de Santa Olalla, Santa Juliana de Bárcenas, Santa Cruz de Soba y Santa María de Porres. En el Año 1110, también Rodrigo, dona a un sacerdote llamado Gonzalo, una parte que no había entregado un par de años antes. Quizás es el mismo Gundisalvvs que hizo consagrar la Iglesia en el año 1122, y que aparece en la inscripción de la que luego hablaremos. También en ese año de 1110, de nuevo, Doña Mayor le dio medio solar en Tasugueras (junto a Santa Olalla), media parte del prado, y una parte del molino “de junto a la puente de Berrueza” en Espinosa.

Fronilde Gutiérrez, hermana de Anderquina Gutiérrez y quizás también de Rodrigo Gutiérrez, según palabras de Argaiz, en 1125 y de nuevo Doña Mayor en 1128, realizaron sendas donaciones al mismo Gonzalo antes mencionado, quien acabó tomando el hábito benedictino y profesando en Oña, según consta en un documento del 8 de marzo de 1128, con la que sus propiedades en este y otros monasterios pasan a Oña. En 1131 reciben los monjes nuevas donaciones realizadas por Oximina Muñoz, entre ellas en Castañeda “illo solare de Cida Tielliz”. Probablemente uno de los solares de los Monteros que aparecen en la pesquisa de los Solares dada en 1208 por Alfonso VIII.

Como vemos el patronato de la Iglesia está repartido entre varias personas, lo que suele indicar la antigüedad de la fundación. En el interrogatorio de los delegados papales a los testigos de San Salvador de Oña en el año 1209, aparece ya Sancta Eolalia como iglesia, al frente de la cual estaba Dominico presbítero. Por lo que podemos entender que la desaparición de la vida monástica debió de producirse tiempo atrás, quizás en el momento en el que se hizo la incorporación al monasterio de Oña. Y quien sabe si la desaparición del monasterio de Santa Eulalia, como tal, fuera el motivo de su incorporación a Oña.

Parece ser, según Fray Gregorio Argaiz, que eran también patrones de la iglesia algunos caballeros de la Casa de Velasco, porque “Sancho Díaz de Velasco hizo dexacion a Oña de ella, y sus derechos, lo cual confirmaron después sus hijos Diego y Sancho Sánchez de Velasco en el año 1223, junto con la de Santa Juliana de Bárcenas”. Mari Carmen Arribas Magro nos da testimonio de un documentos de 1205, en el que María Díaz y Doña Mayor Díaz, hijas de Diego Díaz de Velasco y de Doña Anderquina (Enterrada en la iglesia de San Lorenzo en Vallejo de Mena, de la cual se puede ver la tapa de su sepulcro en el interior de la Iglesia), con sus primos Diego López y Elvira López, Hijos de López de Velasco, conceden al abad de Oña el patronato de Santa Olalla a cambio de ser enterrados en Oña.

Santa Olalla (Google)

En las cuentas de la Abadía de Oña del año 1338 consta que Santa Olalla de Castañeda aportaba una renta de 100 maravedís.

También en Santa Olalla, en dirección a Para (de Espinosa) hay un despoblado llamado Tasugueras que tenía una iglesia dedicada a San Pedro. Está situado a unos 500 m. al Oeste del núcleo de Santa Olalla y en la actualidad existe una casa habitable. El culto a San Pedro se generalizo entre los S. V y VIII. Respecto al nombre, solamente decir que en esta zona de Castilla, a los tejones (Meles meles) se les llama tasugos. Este lugar aparece en la documentación por primera vez en 1112, en el que Doña Mayor dona a la iglesia de Santa Olalla medio solar con su prado en Tasugueras. En sus Memorias, D. Nicolás Barquín Arana decía de su iglesia que “era muy antigua como demostraba su estructura y podía ser hacia los años 800, poco más o menos, la conocí toda con su altar, Santo (Un San pedro de Pontífice) y campana, que tañí muchas veces siendo niño, no tenía patrono alguno y sus diezmos se hacían tres partes, una para el Arzobispo y otras dos para el Cabildo de Espinosa o Beneficiado que allí hubiese, fue barrio bien poblado con territorio campanil separado…” de lo cual inferimos que a finales del S. XVIII aun tenia uso la iglesia como parroquia.

De su desaparición también nos da cuenta el mismo autor. “Y su iglesia de San Pedro, ya arruinada, la demolió Don Cosme de Velasco en el tiempo de la dominación de los franceses en los años de 1810 y 1811 para agregar más terreno al que allí tiene, y que en tiempo de tantos apuros vendieron y cedieron, introduciendo dentro de otras haciendas otra iglesia y el huerto que tenía pegante a ella, que era de la misma, y aprovechando su piedra sin que persona alguna le pusiese reparo”. El último beneficiado de la Iglesia fue el Br. Juan Ruiz Quintano.

Había en las inmediaciones una cantera de que se sacaron piedras para enlosar la Iglesia de Santa Cecilia de Espinosa. En la primera mitad del S. XIX estaba funcionando. En 1551 existe un compromiso entre la Villa de Espinosa de los Monteros y los barrios de Tasugueras y Santa Olalla sobre el Monte Abarejo y termino de la dehesa de dicho Santa Olalla.

Santa Olalla en el diccionario Madoz

Durante la pasada Guerra Civil, Santa Olalla formaba la primera línea de fuego dentro del Sector de Espinosa en el Frente Norte. Habiéndose dado números ataques por ambos bandos hacia y desde la cima de la Herbosa. Esta posición tenía unas vistas inmejorables de Espinosa de los Monteros, como ya se ha mencionado lo llamaban “El Mirador de Espinosa”, de Bárcenas y de gran parte de la Depresión de Espinosa. La fortaleza que se situaba en la montaña era una de las más importantes y complejas que hemos descubierto en toda la zona Norte de Burgos donde se asentó el Frente. Hasta la época de su abandono sirvió para tener atemorizada a la población de Espinosa, ya que desde allí podían disparar a la plaza sin ningún problema. En agosto de 1937 se rompió el frente y estas posiciones fueron abandonadas. Con el paso del tiempo, en los años 60 o 70, el Servicio Forestal roturo gran parte de la montaña para plantar pinos, destrozando quizás para siempre el yacimiento arqueológico de la Guerra Civil.


Bibliografía:

Arte Prerrománico en Castilla y León. Javier Sainz Saiz. Ediciones Lancia 1996
Merindades: la cuna de Castilla. Merindad de Valdeporres, Villavés y alrededores (1011 - 2011) Aitor Lizarazu Pérez.
Las siete Merindades de Castilla Vieja. Castilla Vieja, Sotoscueva, Valdeporres y Montija. María del Carmen Arribas Magro. ACCI. 2018
Enciclopedia del Románico en Castilla y León. Burgos. Vol. III.
Diccionario de Madoz
Censo-Guía de los archivos parroquiales de la diócesis de Burgos. Matías Vicario Santamaría. Publicaciones Arzobispado de Burgos. 1988
Aula activa de la naturaleza. Espinosa de los Monteros (Burgos). 1995. Junta de Castilla y León.
Soledad laureada. Provincias de Asturias y Cantabria. Fray Gregorio Argaiz. (1675)
Iconografía de los Santos. Juan Carmona Muela. Akal. 2011.
Blog “Siete Merindades”
Monasterios primitivos en la Castilla Vieja (S.VI-XII). Nicolás López Martínez.
Catálogo del patrimonio histórico del Camino. José Ángel Lecanda. Junta de Castilla y León.
Estudio arqueológico (catalogo y normativa) integrado en la Revisión de las Normas Urbanísticas Municipales de Espinosa de los Monteros (Burgos). 2011
Blasones y linajes de la Provincia de Burgos. Partido Judicial de Villarcayo. Francisco Oñate Gómez. 2015
Memorias de D. Nicolás Barquín Arana, Abad de Pechón. Primera mitad del S. XIX
Merindades: la piedra de Castilla. Aitor Lizarazu Pérez


José Antonio es castellano viejo. Espinosiego para más señas. Estudio, a la edad en la que se estudia, Ingeniería Forestal, de la que ha trabajado durante una buena parte de su vida. Durante ocho años y más de 350 programas fue director del “Huellas en el Tiempo”. Programa cultural de Radio Espinosa Merindades. En la actualidad es Guía Turístico y director de www.pasiegosymerindades.com y se dedica a dar a conocer la tierra que hay a ambos lados de la Cordillera Cantábrica. Las Merindades y los Valles Pasiegos a todas aquellas personas que quieran visitarla. Investigador, naturalista, fotógrafo y amante de su tierra.



Anexo:

ALGUNAS NOTAS DEL CATASTRO DEL MARQUÉS DE LA ENSENADA EN SANTA OLALLA

Partido de Castilla la Vieja en Laredo. Jurisdicción de Espinosa de los Monteros. Lugar de Santa Olalla o Santa Eulalia. No hay libro personal de eclesiásticos por no residir clérigo alguno en este pueblo. Comienza el 9 de octubre de 1752. Su regidor es Manuel Gómez Marañón, y Fray Miguel Gómez es religioso del Monasterio de San Salvador de Oña y cura del lugar de Santa Eulalia.

Este nombre de Santa Eulalia se utiliza indistintamente junto con el de Santa Olalla, por lo que me lleva a pensar que en ese momento se encontraba en un momento de transición entre Santa Eulalia, que probablemente fue el original y Santa Olalla, que es el que se conserva en la actualidad. La aldea pertenece a SM. y son sus vecinos de estado de hijosdalgo. Por esta razón no se paga servicio ordinario ni extraordinario.

Original del Catastro de Ensenada

Limita por Solano (Este) con el “ayal” (hayal) que es término comunero de la Villa de Espinosa y su jurisdicción. Tiene igual aprovechamiento que los demás que comprenden la jurisdicción de Espinosa y los Montes de Pas, en los montes “ayales” y pastos que están en los términos llamados Domingo Pájaro, Bustra el Ama y el Río Trueba.

Su territorio es todo de secano y los montes dan leña de haya y carrascales para el gasto y consumo de los vecinos de este pueblo. Entre los árboles encontramos perales, manzanos, nogales, castaños, ciruelos, guindos, robles y olmos. Como frutos se recogen trigo, centeno, cebada, maíz, lino, garbanzos, habas, arbejas, hierbas, manzanas, peras, nueces, ciruelas, cerezas, guindas, grana de roble y hierba. Dentro de su término se encontraban 12 eras de trillar de un celemín cada una. Y todas ellas pertenecían a la comunidad.

Se cobran diezmos en Tasugueras, donde había, además de una iglesia, una granja. En esta última vivía una persona con su familia, no sé si alguien más, pero el cura administraba la iglesia. Por lo que vemos que aún se le daba uso.

Hay 116 pies de colmenas, incluidas 21 que hay en el término de Tasugueras. Podíamos encontrar bueyes para la labranza, bacas, novillas, yeguas, mulas, machos, ganado de cerda, lanar y cabrío.

En 1752 había 24 vecinos, incluido el que residía en el término de Tasugueras, y cuatro viudas. Además de la granja de Tasugueras donde vivía un vecino. Había 25 casas con sus corrales, pajares y solo la mitad poseían horno para su uso personal. Todas estaban habitadas. Había dos arruinadas. No vivía de continua residencia ningún clérigo, ya que el religioso del Monasterio de Oña, que hacía el oficio de cura, tenía su residencia en el Concejo de Quintanilla.

Se terminó el 20 de nov de 1752. 



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