Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
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domingo, 26 de octubre de 2025

Cuando se desconfiaba de los políticos municipales.

 
 
“VILLARCAYO 25 (11 m.). -El sábado último tomó posesión del cargo el delegado gubernativo de este partido judicial D. Antonio Calderón y López Vago, capitán de Infantería. El acto se verificó en el salón de sesiones de la Casa-Ayuntamiento. El alcalde presentó al delegado en un discurso patriótico, que terminó con vítores al Directorio y al Rey. (Febus.)”.
 
Este pequeño párrafo del periódico “El Sol” del 23 de diciembre de 1923 nos sirve de pie para hablar de una peculiaridad de la dictadura de Primo de Rivera. Y no es la censura y el arte de fabular al escribir. El gobierno del dictador buscaba modernizar España y, para ello, era necesario purgar el país de estructuras -formales e informales- que entorpecían ese cambio. Pero en lugar de cambiar a todos los cargos públicos municipales procedió a crear la figura de los Delegados Gubernativos en los partidos judiciales, ejecutores de las medidas de saneamiento dictadas para regenerar la nación:
 
“Por cada cabeza de partido judicial, y como delegados de los gobernadores civiles de las provincias, se designará un jefe o capitán del Ejército, que informará a aquéllos de las deficiencias funcionales de los Ayuntamientos que constituyan el partido judicial correspondiente, proponiendo los remedios adecuados e impulsando en los pueblos las corrientes de la nueva vida ciudadana”. (R.D. 20/10/1923)

Villarcayo 

Por tanto, los delegados eran el puente que enlazaría con la nueva ley municipal. Debían supervisar y orientar las funciones de los concejos. La pena es que solían desconocer todo sobre la zona a la que eran destinados, lo que mermaba desde el principio su posible eficacia. Dadas sus difusas funciones los Delegados Gubernativos ejercían el poder real en los municipios. Es por eso que, cuando Eliseo Cuadrado quiso dimitir, en 1925, como concejal de Villarcayo necesitó la autorización del Delegado Gubernativo según el artículo 89 del estatuto municipal.
 
Estos funcionarios eran el arma contra el caciquismo. Para ello, recurrían a “personas independientes” mientras eludían los movimientos de aproximación por parte de las estructuras caciquiles. Uno de estos movimientos era dando coba al delegado como, por ejemplo, publicando una nota de prensa por su cumpleaños:

Diario de Burgos
10/12/1924
  
Su nombramiento era por un año para evitar corruptelas del militar delegado. En este tiempo figuraban como disponibles cobrando la diferencia hasta su sueldo en activo, así como las indemnizaciones que originasen sus viajes oficiales, que se pagaban por el partido judicial a prorrateo entre los municipios. ¡Otra razón para “alegrar” a los dirigentes lugareños! Eso sí, el viaje de incorporación a sus puestos era por cuenta del Estado. A su vez el pueblo cabeza de partido judicial -en nuestro caso Villarcayo- estaba obligado a proporcionarles casa, vivienda, oficina o, en su defecto, una gratificación mensual de 75, 100 ó 150 pesetas según el empleo del delegado. En concepto de gastos de material y personal de oficina y franqueo, percibian cien pesetas mensuales, también a prorratear entre los pueblos del partido judicial.

Diario de Burgos
 
El plazo máximo de permanencia hizo que varios militares pasasen por Villarcayo como el capitán Antonio Calderón López-Bago (diciembre 1923 a abril 1924), Gerardo Diez de la Lastra y Peralta (abril 1924 a enero 1925) o Emilio Rodríguez Tarduchy que, residiendo en Briviesca, atendía ese partido y el de Villarcayo desde marzo de 1925.
 
El capitán Antonio Calderón, miembro de la logia masónica “Hijos de la africana”, falleció en 1926 en el protectorado de Marruecos. Gerardo Diez de la Lastra, en 1936, estaba destinado en el Regimiento América 23 de Guarnición en Pamplona.

El Teniente Coronel Gerardo Diez de la Lastra 
en Amorebieta.
 
El señor Tarduchy (1879-1964) fue el más conocido de los Delegados Gubernativos que estuvieron en Villarcayo. Era un militar sevillano, comandante de Infantería, que se le nombró delegado gubernativo en los partidos citados. Por Orden Circular de 23 de mayo de 1931 fue declarado indeseable por el entonces ministro de la Guerra y el 6 de julio del mismo año se le concedió el retiro causando baja en el Ejército.
 
En 1932 tomó parte en los trabajos de preparación de la sublevación del 10 de agosto, cumpliendo los cometidos que le ordenara el general Luis Orgaz. En 1933 publicó, con el periodista César González Ruano, una biografía del general Sanjurjo. Fue uno de los hombres que gozó de la confianza, el respeto y la simpatía personal de José Antonio Primo de Rivera.

Emilio Rodríguez Tarduchy
 
Constituida Falange Española, fue designado jefe de Asistencia Social y se le incluyó entre los miembros fundadores de la primera Junta Política, asistiendo a los trabajos del primer Consejo Nacional de FE de las Juntas de ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS). Como periodista, con carné número 19 de la Asociación de la Prensa de Madrid, fue director de “La Correspondencia Militar”, y subdirector y crítico militar del diario carlista “El Siglo Futuro”. Fundó, a finales de 1933, junto con Bartolomé Barba Hernández, capitán del Cuerpo de Estado Mayor, la Unión Militar Española (UME), formando siempre parte de la Junta Directiva; encargándose mayoritariamente de la misión de unir a los militares retirados por la Ley Azaña y consolidar una red de apoyo que recibió el nombre de “sección Tarduchy”. Tras el triunfo del Frente Popular, Emilio se volcó en la conspiración que dio lugar al levantamiento militar. Era vicepresidente de la Junta Central que la UME había constituido en Madrid para ello.
 
Pasó la Guerra Civil dentro de la Embajada de Chile, en Madrid, donde se refugió el 10 de octubre de 1936, con su esposa e hijos, tres de los cuales, aún menores de edad, fueron asesinados cuando, engañados, salieron de la protección diplomática para dirigirse a su domicilio para retirar algunas pertenencias de su madre. Salió de la Embajada de Chile el 3 de marzo de 1939 para ponerse al frente de los Tercios de Requetés que clandestinamente se estaban organizando en Madrid y con los cuales actuó los días 28 y 29 de dicho mes de marzo.
 
Acabada la guerra, por Orden comunicada el 6 de junio de 1939 el ministro de Defensa Nacional le nombró jefe de su Secretaría Política. Por Orden de 18 de agosto de 1939 se le reintegró a la situación de actividad; ascendió al empleo de coronel con la antigüedad de 28 de marzo de 1939. Se le concedieron tres Medallas de Sufrimiento por la Patria con carácter honorífico, por Orden de 21 de septiembre de 1939, por fallecimiento de sus tres hijos. Recibió el nombramiento de director de la Red Nacional de Radiodifusión. Por Orden de 17 de enero de 1941 fue designado para ocupar la vacante de presidente de la Junta del Patronato de Huérfanos de Militares. En 1942 pasó a ocupar la Delegación Provincial de Madrid de Información e Investigación, un organismo de los servicios de Inteligencia del Estado. En 1943 era inspector de los Servicios Provinciales de Propaganda. Procurador en Cortes en calidad de consejero nacional, en 1952 fue nombrado vocal de la Comisión de Defensa Nacional y vocal de la Comisión de Educación Nacional.

El Castellano (24/11/1924)
 
Descrito algo de la vida de los Delegados conocidos en Las Merindades diremos que su actuación, aunque formalmente igual en todo el territorio nacional, fue más intensa y directa en los municipios rurales. En los grandes municipios, en donde se producen relaciones más institucionalizadas, se guardaban más las formas con escritos a los alcaldes recordando la misión de los delegados gubernativos y menos agresividad en las intervenciones que generaban expedientes o depuraciones de funcionarios.
 
Los Estatutos Municipal de 1924 y Provincial de 1925, influyeron en los regímenes posteriores, hasta el punto de que la República dejó en vigor gran parte del Estatuto Municipal, sobre todo en materia de Hacienda y funcionarios públicos. Es de destacar la importancia que los cuerpos de secretarios e interventores tuvieron en el funcionamiento de las Corporaciones Locales y en su posterior desarrollo.

Diario de Burgos.
26/11/1924
 
La actuación, en general, de los delegados estuvo vigilada y dirigida por los gobernadores. A partir de mayo de 1924 se centraron en la formación de somatenes y núcleos del naciente partido, la Unión Patriótica, con lo que adquirió mayor peso su función de selectores del personal político. Desde estos momentos las tareas de fiscalización irían perdiendo importancia y empuje. Prestarían mayor atención a sancionar los comportamientos públicos o a organizar fiestas patrióticas de todo tipo. Quienes habían de jugar un papel esencial en la regeneración del país se estaban convirtiendo en censores de la moral pública. Para finales de 1924 se encargaban, además, de vigilancia de la confección del censo electoral, fomento de la creación de pósitos, inspección de la enseñanza primaria, ejercicio de la censura de prensa...

Diario de Burgos.
24/11/1924
 
Los Delegados Gubernativos fueron criticados por las autoridades locales por su coste y el abuso de sus competencias. En algunos casos crearon un nuevo caciquismo. Visto esto, el Directorio redujo sus funciones y su número, pasando en enero de 1925 de 426 a 138, y se les puso bajo las órdenes estrictas de los gobernadores civiles (en 1927 quedaron reducidos a 72, trabajando como asesores de los gobernadores civiles).
 
 
 
Bibliografía:
 
Periódico “El Sol”.
“Los delegados gubernativos militares (de la provincia de Alicante) durante la dictadura de Primo de Rivera”. Juan Francisco Pérez Ortiz.
“La administración local en la dictadura de Primo de Rivera”. José Antonio Gómez Pedreira.
Periódico “Diario de Burgos”.
Periódico “El Castellano”.
Periódico “El Adelantado”.
Real Academia de la Historia.
Portal digital de la cultura navarra.
“Orígenes ideológicos de los talleres masónicos contemporáneos en Melilla: Militares y Masonería (1893-1927)”. Vicente Moga Romero y Adoración Perpén Rueda.
“El Cuerpo de Oficiales en la Guerra de España de Carlos Engel”.
 

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