Cuando
visitamos algunas dependencias municipales nos encontramos con pequeñas
maravillas. Recordamos el magnífico salón árabe del ayuntamiento de Bilbao con lista
de espera para alquilarlo para celebrar bodas, pero el salón de actos de
Medina, dentro de su categoría, merece una visita.
El
actual ayuntamiento medinés está en el lado norte de la Plaza Mayor. Posee soportales
y tres plantas, siguiendo la moda de los edificios consistoriales de finales
del siglo XIX y, a diferencia de lo que ocurriría en el siglo XX, respetando el
estilo del entorno. En octubre de 1899, aún sin acabar el edificio, se acordó
encargar a Julio del Val Colomé, pintor burgalés, la decoración del techo del
Salón de Plenos y, un año más tarde, se le designó para cubrir sus paramentos con
pinturas murales. Las pinturas del techo fueron terminadas en 1900 y están
realizadas al óleo sobre lienzos que, posteriormente, se adhirieron al techo.
Es decir, no son frescos al estilo de Leonardo pintando la Capilla Sixtina.
Los
cuadros de los extremos, que flanquean el central, representan dos fundaciones
importantes de la ciudad: la realizada por Agustín de Villota en 1779 para la
creación de un colegio de niñas y dotes para doncellas, y la del Hospital de la
Vera Cruz, con los cartujos, creada por Pedro Fernández de Velasco, el llamado “Buen
Conde de Haro”, en 1438 y levantado junto al Monasterio de Santa Clara. El
cuadro de mayor tamaño está situado en el centro del techo y está presidido por
una figura femenina que representa la justicia.
Las
pinturas murales de las paredes son ocho en total, y fueron realizadas al
temple de cola, y representan paisajes y escenas costumbristas. Todas estas
pinturas fueron restauradas en 1997.
Julio
del Val nació el 12 de abril de 1878. De hecho, pondrán su nombre a una calle de
su pueblo. Era el mayor de cuatro hermanos: Julio, María, Jacinta y Fausto. Sus
padres fueron Cristóbal del Val -Villalval (Burgos)- y la barcelonesa Joaquina
Colomé. Nació a las seis de la mañana en el domicilio familiar. Vivían en el
número seis de la calle Santiago de Villaverde de Peñahorada (Burgos). Aunque
sus estudios los hará en la ciudad de Burgos donde su familia se trasladó por
cuestiones laborales de Cristóbal.
En
1891 ingresa en la Academia de Dibujo del Consulado del Mar de Burgos -la
academia provincial de dibujo-, compaginando los estudios con el trabajo de
aprendiz de delineante, y los de pintura en el estudio de Marceliano
Santamaría, que marcará sus primeras obras. Durante los cuatro años que
permaneció en la Academia se distinguió pronto por su trabajo y habilidad como
dibujante. De hecho, en 1891 consiguió el premio de la clase de Principios; en
el curso 1892-1893 el premio de la clase de Modelo; y el Premio de honor en el
curso de 1893-1894. Como dato curioso diremos que junto a Alfredo “Cardeñita” e
Isidro Gil modeló las cabezas de los gigantones de la ciudad.
Abandonó
esa academia en 1895 y se trasladó a la Escuela Superior de Pintura, Escultura
y Grabado de Madrid. Consiguió una pensión de la Diputación Provincial de
Burgos de 1.500 pts. para ampliar estudios de pintura de historia en -según
dice el B.O. de la provincia de Burgos- la Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando. Rastreando en boletín provincial encontramos varios años de concesión
de esta beca (1902, 1903, 1904, 1905). En Madrid fue discípulo de Marceliano
Santa María, hasta que en 1912 comenzó a ser conocido como discípulo de Hermèn Anglada
Camarasa. Durante esa estancia en la Corte recibió la invitación del
consistorio de Medina de Pomar para decorar el Salón de Plenos de ese ayuntamiento.
El alcalde argumento en el pleno del 18 de octubre de 1899 que Julio había sido
“premiado en varias exposiciones”. Además, ese año, tenemos constancia
de que pintó el cuadro “Exploración”. Otro “premio” que obtuvo en 1899 fue el
ser declarado inútil para el servicio militar.
El
joven pintor completó el encargo a finales del verano de 1900. Ese septiembre firmará
para ejecutar las pinturas murales de las paredes del salón. Cómo hemos dicho,
las hará mediante la técnica del temple. Son pinturas de más rápida ejecución,
donde intuimos reminiscencias de su aprendizaje con Marceliano Santamaría. En
ellas encontramos una mujer cosiendo, una segadora descansando, una pescadora
con cesto, unos segadores, un pastor y unos paisajes con cisnes y lirios.
En
1901, le encargaron las pinturas murales del techo del gran salón del Casino
Círculo de Amistad de Numancia, en Soria. Julio del Val recurrió de nuevo a la
historia para realizar los cuadros. Pensemos que el romanticismo historicista
seguía en boga. Así pintó una alegoría del heroísmo de Numancia, el Amor, la
Ciencia y la Enseñanza.
Julio del Val Colomé
Participó
en las Exposiciones Nacionales de 1899 –con el cuadro “Exploración”-, a la
exposición de 1901 presentó “Para vestir santos” y “Autorretrato”; “Cabeza de
estudio” y “un retrato” a la de 1904, en las que obtuvo mención honorífica. En
1906 presentó su lienzo “La siembra en Castilla”. Obtuvo una tercera medalla en
la Exposición de 1908, con su lienzo “El lagarejo”, que intentó vendérselo al
ayuntamiento de Burgos en 1909 por 1.500 pesetas. Sin olvidarnos que en 1907
participó en la V Exposición Internacional de Bellas Artes de Barcelona con un
“Autorretrato”. Por su parte, en la Exposición del Círculo de Bellas Artes de
1903 presentó, según el corresponsal del periódico “El Imparcial”, “una
griega”. Otra curiosidad: en 1902 participó en la confección del pendón del
orfeón “Santa Cecilia” de Burgos.
Terminados
sus estudios en Madrid, solicitó una beca a la Diputación Provincial de Burgos
para la ampliación de estudios en el extranjero. Le costó un poco conseguirla,
pues en 1906 le fue denegada por no haber justificado el artista su falta de
medios económicos y dos años después se la denegaron por falta de fondos en la
Diputación.
Durante
esos años también presentaba sus obras a certámenes internacionales, obteniendo
medalla de plata en la exposición franco española de Zaragoza de 1908; medalla
de plata en la Internacional de Buenos Aires de 1910; y de oro en la Universal
de Panamá en 1916. En esta última la medalla de plata la obtuvo la villarcayesa
Concepción Bustillo.
"Juego de bolos"
Finalmente,
en 1910, le fue concedida una beca de la Diputación Provincial de Burgos –3.000
pesetas anuales- para estudiar durante tres años en París y Roma. De este año
es su obra “Ranto y Eropción” de la novela de Vicente Blasco Ibáñez “Sónnica la
cortesana” y “Retrato de señora”. El primer año lo pasó en París, donde estudió
con Henry Marlière, profesor de la Academia Internacional de Pintura. Allí coincidió
con otro pintor burgalés: Javier Cortés. Marlière consideraba a Julio un buen
alumno, tal y como manifiesta en los certificados que le emite, en los que
califica de “muy brillantes” sus trabajos. En diciembre de 1911 se
trasladó a Roma, donde fue discípulo de Federico Francavillo, profesor de la
Academia de Bellas Artes de Roma. Francadillo le aconsejó que realizara copias
de los grandes maestros en los museos romanos. Esta es la procedencia de la copia
de un Rivera, propiedad de la Diputación de Burgos. En Roma pintó el lienzo para
la exposición Anglo-Latina de Londres (“La subasta de las ánimas”) y el
titulado “Diana y Acteón” para la exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid
de 1912. Para asistir a la exposición se trasladó por un corto periodo de
tiempo a Navalcaballo (Soria), donde pintó algunos lienzos más. Volvió a París
en noviembre para continuar con su formación bajo la dirección de Henri
Merlière. En 1913 se recurrirá a alguna de sus obras para la nueva decoración
del “Salón de Recreo” de Burgos.
Intentó
permanecer en París una vez terminada la beca, pero le denegaron la prórroga
porque la duración máxima de las pensiones de la Diputación era de tres años. A
su vuelta, presentó su instancia para ser profesor de dibujo de las Escuelas
Normales. También se presentó a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de
Madrid de 1915 con el lienzo “La adoración de los pastores”; 1917 con la obra
titulada “El bocadillo”; y 1920, con un retrato. Presentó obras en diferentes
sesiones de los Salones de Otoño como la de 1922 con “El santero y el Jardín”;
1927 con “Modista de principios de siglo”; y 1928 con el “Retrato de la
señorita M. Ferrero”. No solo tuvo tiempo para presentar cuadros, sino que hizo
carteles como el de las fiestas de San Pedro y San Pablo de Burgos de 1925. El cartel
se tituló “Castilla la Vieja” y conllevaba una bolsa de 500 pesetas.
"Vendedores de fruta"
Participó
en la exposición Internacional de Barcelona de 1929 con el lienzo “El rebollo”,
pintado en 1920 en Segovia. En los Salones de Otoño de 1929 con “Ranto y Eropción”
-un cuadro reciclado- y 1930 con “El poeta” y “Retrato de la señorita E.C.”. Al
ser rechazadas sus obras por el jurado de la exposición Nacional de Bellas
Artes de 1930, decidió, junto a otros expositores rehusados como él, mostrar
sus creaciones en una sala que les brindó el Diario Universal de Madrid, que
publicó algunos artículos sobre la muestra.
Se
presentó a las Exposiciones Nacionales de 1942 con la obra “Vistiendo a la
Virgen”; 1943 con los lienzos “El gazpacho” y “Bodegón”; y a la de 1945 con “Viejos
castellanos”. En el Salón de Otoño de 1942 presentó “Bebedor” y “Jardín de
monasterio”. Parece que también asistió a la exposición de 1952 presentando en
esta ocasión un retrato.
Tras
la muerte de Julio del Val el 20 de septiembre de 1963 en Madrid, el
ayuntamiento de Burgos organizó una exposición antológica del pintor en la Sala
de Exposiciones de la Torre de Santa María. Lo hacía durante las fiestas de
Burgos y valió tanto como homenaje a Julio del Val y como inauguración de la sala
de dicha torre. El pintor fue acompañado por “varios sobrinos y otros
familiares” en la visita.
El
museo del Prado es titular del lienzo “Juego de bolos en Rubena” que se
conserva en depósito en la Embajada de España en Bélgica. Esta obra sitúa al
pintor en la línea de la pintura de corte regionalista que caracterizó casi
toda su producción, con especial atención a los temas de carácter festivo
popular, temática que también distingue a otros lienzos como “El santero” o “El
rebollo”. Aunque también va a tener obras de temática histórica, mitológica,
paisajística o religiosa.
Tenemos
que comprender el momento en que pintaba Julio del Val para comprender sus
temas de trabajo. Entre finales del siglo XIX y los comienzos del siglo XX una
de las temáticas más habituales de la pintura fueron los asuntos regionalistas
que contrastaban con un mundo en el que la industrialización iba ganando
terreno. Por eso Julio del Val se orienta principalmente hacia este estilo.
Sin
embargo, podemos intuir el cambio de rumbo plástico a finales de la década de
los cuarenta del siglo XX, a juzgar por alguna de las obras que conocemos de
temática taurina, como el lienzo titulado “Suerte de varas”, fechado en 1948,
en el que la luz más mediterránea y la pincelada suelta, acerca esta obra al
estilo del pintor Francisco Iturrino. Se ha dicho, también, que pintó paisajes madrileños
con una visión moderna en los que incorpora elementos característicos de la
técnica impresionista.
"Campesinos burgaleses".
En
la obra “Campesinos burgaleses” muestra esa sociedad castellana campesina idílica
en la que los personajes parecen vivir en un continuo descanso y disfrute, nada
más lejos de la realidad del duro trabajo en el campo. La gama cromática es
principalmente a base de marrones, color que se identifica con la tierra y el
campo. Podemos ver a dos figuras en el primer plano que están en una actitud
relajada, en un momento de cortejo. Posee un gran realismo en los detalles,
como las manos de las dos personas o las pezuñas y las babas de los bueyes.
Otras
obras de Juan del Val fueron: “Embrujamiento” y “Ruinas de Arlanza” (1925); y “Retrato
de señora” (1930). También pintó dos retratos de Alfonso XIII. Sabemos que uno
de ellos lo adquirió la Junta Sindical de la Bolsa de Madrid en 1910.
Sobre
su vida familiar sabemos que fue padre, al menos, de Félix del Val. No hemos
encontrado el nombre de su esposa. Sospechamos también que pudo vivir en la
calle del Pilar, 15 de Madrid gracias a una licencia de obras municipal.
Bibliografía:
Real
Academia de la Historia. Artículo de Esther López Sobrado.
Boletín
oficial de la provincia de Burgos.
Museo
del Prado.
Periódico
“ABC”.
Museo
de Burgos.
Gaceta
de Madrid.
Periódico
“La Izquierda Dinástica”.
Periódico
“El Imparcial”.
Revista
“Arquitectura y Construcción”.
Revista
“La ilustración hispano americana”.
“Medina
de Pomar. Cuna de Castilla”. Inocencio Cadiñanos Bardecí, Emilio González Terán
y Antonio Gallardo Laureda.
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