Volvemos
a hablar de las loberas de Las Merindades. En esta entrada conoceremos la de
“La Barrerilla” situada en Pérex, Medina de Pomar.
Y
esta era otra de las estructuras para eliminar lobos. Pero… ¿Qué utilidad tenía
un lobo muerto?
Olvidémonos
el uso que algunos pícaros alimañeros hacían de los cadáveres de lobo recientes,
los resultados de sumar las no-perdidas que dejaban de producirse y el actual
beneficio cinegético de cazarlos.
Cierto
es que se es más favorable a la conservación de los lobos cuanto más lejos se
vive de ellos, y esto ocurre en todos los grupos sociales. También la distancia
en el tiempo puede que distorsione nuestra percepción.
Distancia.
Tiempo. ¡Y religión! Para bien o para mal del depredador. Del lobo, no
nosotros.
El
tiempo nos ofrece una perspectiva ya olvidada: el que el lobo es un animal
totémico. Desde Roma donde los dos hermanos fundadores fueron criados y
amamantados por una loba (Personalmente prefiero la visión de Lupa como fulana)
hasta la mitología nórdica donde el lobo es un símbolo de victoria. Destaquemos
que ya para ambas sociedades el lobo era un guerrero.
Para
los normandos existía el lobo Fafnir (o Fenris, Fenrisúlfr, Hróðvitnir o
Vánagandr) que era el padre de los lobos y que fue creado para matar a Odín,
aunque luego fuese asesinado por el hijo de Odín, el dios Vídar. Añadamos a
Skoll y Hati que son gigantes en forma de lobos y que persiguen al sol y a la
luna. Eran causa de los temidos eclipses. Fatalistas los vikingos.
En
Roma los corníferos y signíferos estaban cubiertos con una piel de lobo, león u
oso para volcar en el militar la fuerza de la bestia. En Roma eran animales
asociados al dios Marte que se enamoró de Rhea Sílvia, la vestal madre de Rómulo
y Remo.
Los
etruscos representarán al dios Hades, dueño del inframundo, con orejas de lobo.
Para
los celtas, algo más cercano a nosotros dado que el norte peninsular –y por
tanto Las Merindades- formaban parte de esa cultura, el lobo era fuente de
energía lunar que cazaría al atardecer para permitir que el poder de la luna le
impregnase. Eso sin olvidar las cofradías guerreras de la edad del hierro.
Griegos:
el lobo se asocia al dios Apolo. Delphos (antiguamente Liconia) había sido
fundada por los supervivientes de un diluvio, guiados por los aullidos de los
lobos. El lobo también fue una de las formas atribuidas a Zeus (Lykaios), a
quien se propiciaron sacrificios, para poner término a las sequías y plagas
naturales de cualquier especie. Atentos: vemos al lobo como una representación
de dioses paganos.
Y
en esto llegó el cristianismo que, desde el principio, vio al lobo como perros de
las tinieblas, de los infiernos, del pecado, engaño, violencia, cultos paganos,
voracidad (lobo) y concupiscencia (loba). Era un competidor por el nicho
ecológico y un ejemplo para… pues para los malos ejemplos. Y, por ello, se
fomentará la mala imagen del Canis Lupus.
La
Iglesia medieval tuvo varias herramientas para su lucha contra el lobo y su
simbología precristiana. Principalmente, la prédica y los Bestiarios. Estos
últimos eran recopilaciones de animales, reales o míticos, con intención
moralizante. Los animales peligrosos se reservan al servicio del mal. Esta
imaginería y asociaciones de significado pudieron ser empleadas en el discurso
doctrinal de los predicadores de la época para atemorizar y ejemplificar a los
oyentes. Esto llevó a la creación de falsos tópicos sobre el lobo.
Cierto
que algunos tienen una base real como que le brillan los ojos en la oscuridad o
que en periodos de hambre "se alimentan de tierra" (porque desentierran
los restos de alguna presa). También que un lobo robaba la voz a las personas y
esta mudez puede darse por el miedo.
Alegoría de los "domini canes" en la santa cueva de Segovia |
Otros
tópicos son directamente mentira como el que el lobo nunca bebe agua (al
contrario, tan necesaria les es que no pueden vivir demasiado lejos de ella),
que no puede volver la cabeza, que es un animal concupiscente (sólo hay una
pareja en una manada de lobos, y sólo se aparea una vez al año, además las
parejas de lobos suelen mantenerse estables). Añadamos esa que dice que pueden
aullar con una pata en el hocico para que parezca que son varios en lugar de
uno solo. Las peores son las que conciernen a la crueldad del lobo, por
ejemplo, que el lobo ataca deliberadamente a una cierva preñada para robarle el
feto y devorarlo delante de ella, para después matarla.
Y
el lobo fue muy útil para el cristianismo. Amén de que se le tuviese ganas por
haber sido un símbolo de las religiones paganas… o quizá por eso, ¡seamos mal pensados!
Recordemos que la tradición judeocristiana habla de que los ángeles rebeldes
perdieron su belleza para convertirse en bestias espantosas que aterrorizaban a
los santos y, para ello, asumían formas bestiales. San Antonio tuvo que
soportar el ataque de leones, osos, leopardos, toros, serpientes, áspides,
escorpiones y lobos. ¡LO-BOS! Y es que Cristo comparó a los falsos profetas con
lobos feroces: “Cuídense de los lobos con
piel de cordero”. La existencia de Maldad disfrazada de pureza. Los
corderos representan la inocencia, las almas cristianas puras, crédulas e
indefensas, por ello se lanzan mensajes de precaución, advertencia, y cautela
con el lobo. Es como si el lobo fuera el diablo en constante acecho por las
almas cristianas más despistadas.
Lobos con piel de cordero en la publicidad |
Finalmente
indicaremos una alegoría relacionada con la orden dominica les presentaba como
los perros del Señor, los “domini canes”, contra los lobos de la herejía. Se
utiliza su condición de predador y sus ataques al ganado, especialmente a las
ovejas, para simbolizar al diablo acechando y "robando" almas
cristianas, al mínimo descuido del desafortunado.
Y con todo este bagaje lo menos que podía
pasar es que la masa enfervorizada pujase por cazar a la bestia. Si lo unimos
al componente económico... ¡Bum! La caza del lobo parece alcanzar mayor
importancia a inicios de la edad moderna, al menguar el bosque se redujeron las
poblaciones de herbívoros salvajes, sus habituales presas naturales, de forma
que el lobo forzó su atención hacia la ganadería.
La
historia de la caza es la historia del bosque. Durante la Edad Media despertó
los miedos profundos del ser humano, espacio selvático, hostil y demoníaco,
propicio al crimen y habitado por toda suerte de espíritus.
Localización de la lobera de La Barrerilla (Google) |
El
tiempo transformó el denso bosque tradicional del centro de la Península,
habitado por robles, encinas y juníperas, el “monte espesso” del Mío Cid, por
otro humanizado y adehesado, salpicado de calveros, repercutiendo en el
retroceso de la caza y de los animales salvajes.
Y
todo esto estaba en la mente de los exterminadores de alimañas, de los
campesinos que sufrían la merma de sus ganados, de las familias que habían
perdido algún miembro en el bosque, es decir, de todos aquellos que
participarían en la batida para empujar a la bestia demoníaca hacia la trampa
de la lobera.
De
loberas como la de La Barrerilla.
Y
de esta forma tan ingeniosa entramos en el meollo de la entrada presente.
Debemos trasladarnos hasta Pérex, en el municipio de Medina de Pomar. Para ello
iremos hasta el pueblo de Río de Losa y disfrutaremos de un paseo (literario)
hasta la lobera.
Llegados
a ella comprobaremos que toda la estructura es de piedra caliza carniola
pequeña, irregular y porosa, y amalgamado con material de relleno. La longitud
de las paredes es de 429 metros para la oeste y 129 metros para la pared este.
Si tienen curiosidad, la suma es de 558 metros de amontonar piedras para
eliminar a un competidor y un enemigo de la iglesia.
El
muro largo tiene una forma escalonada en el lado exterior para aligerar la
parte superior y facilitar la construcción. Su altura llega al metro y medio. La
total de la pared va desde el 1`80 en la zona alejada del foso hasta 2`20
metros en la zona del mismo. La técnica constructiva fue mediante piedras
pasaderas, piedras de gran tamaño, que se colocan cada cierta distancia cuya
función es trabar en sentido transversal los muros que se están levantando.
Muro de la lobera |
Esta
lobera tiene una peculiaridad única: una puerta rematada con cargadero de
madera de 70 centímetros de ancho y metro ochenta de alto. También hay una
portillera (Paso de entrada en fincas rústicas) de 5´20 metros de anchura que
probablemente fue ampliada en tiempos posteriores a su construcción.
Llegados
al foso vemos que, también en él, se economizó trabajo realizándose sobre el
lecho de un arroyo. Tiene forma rectangular –el foso, no el arroyo- de 3`69 m
de largo por 4`50 m de ancho y una profundidad de 2`50 m. Así desde el suelo al
remate del muro tendríamos 4`73 metros. Salvo el muro frontal, claro, que es de
un metro aproximadamente para engañar al extresado lobo e incitarle a saltar.
Flujo de la lobera de La Barrerilla |
No
se pierdan, en el tramo de embudo inmediato al foso, la pequeña depresión que
asciende hasta enrasar con el borde del hoyo para disimular el foso y engañar
al ojo del cánido que creería que el borde del agujero estaría al mismo nivel
que el muro rebajado del fondo. El lobo veía un murete accesible. Y en el peor
de los casos llegaría a vislumbrar la cama de ramas que ocultaba la trampa.
Podría
ser posible que el foso hubiese sido construido sobre otro anterior dadas las
irregularidades presentes en la parte inferior de los muros que lo delimitan.
Hay
cabañuelas. Al menos dos: una reconstruida y otra derruida. La restaurada tiene
unas proporciones de 1`10 metros de fondo, 50 centímetros de ancho y 95
centímetros de alto.
Puerta en La Barrerilla |
La
lobera estaría a caballo de los siglos XVII-XVIII y fue obra de la junta o
hermandad formada por los pueblos de Oteo, Momediano, Paresotas, Robredo, Pérex
y Castriciones. Y estos serían los que acudían a las batidas contra el diablo.
Perdón, el lobo.
Ningún
vecino, ningún cristiano, podía faltar al punto señalado sin el permiso
correspondiente, bajo pena de multa, y una vez en su puesto le estaba prohibido
interrumpir el silencio en los momentos de la batida, llevar perros a la misma,
salirse del puesto que le fue designado antes de ella, así como otras faltas
que tiendan a dificultar el éxito de la correría.
Las
multas impuestas se destinaban a la reparación de la lobera, y si sobraba algo,
así como el importe de la piel y la grasa de los lobos cogidos y muertos, se
repartiría proporcionalmente entre los pueblos de la Hermandad (Y esto nos da
respuesta, en parte, a la pregunta inicial: ¿Para qué vale un lobo muerto?).
Croquis de la lobera |
Esta
lobera todavía era usable durante las primeras décadas del siglo XX. Incluso se
poseen ordenanzas, una del 19 de Febrero de 1901 y otra del 5 de junio de 1911,
que son preceptos de las antiguas, perpetuados a través del tiempo.
Los
vecinos se colocaban de la siguiente forma: De Pérex todos, seis de ellos formaban
las atalayas, desde el portillo del Tejar hasta el Pico de la Maza, y el resto
se colocaban atalayando desde la cantera de los Tejeros, por bajo del Horcón
del Callo, hasta la Campa de Santa Gadea; los de Castriciones, concurrían también
todos, y obedeciendo a los directores de Pérex, ocupaban los puestos
comprendidos entre el pico de la Maza y el extremo de la pared Sur de la lobera;
el pueblo de Momediano, ocho vecinos, formaban atalaya desde la entrada del
Hayal de Hoz hasta la campa de Santa Gadea, uniéndose por este punto con los de
Pérex; el de Paresotas, prestaba cinco vecinos, quienes se unían con los de Oteo
por Ribamediana y se colocaban en los arroyos por la parte de Sierra Liendre;
los de Oteo, daban ocho hombres, que atalayaban desde los campos de los arroyos
hasta el sesteadero de Ocejo y. por último, el pueblo de Robredo, colocaba a
sus vecinos, desde el último punto hasta el portillo del Tejar, en el que se
unían con los de Pérex.
Y
se capturaba al Lobo… ¿O era al diablo?
Bibliografía:
Jean
Chevalier, Alain Gheerbrant. Diccionario de Símbolos. Editorial. Herder,
Barcelona, 1988
Jean
Marc Landry, El lobo, Ed. Omega, Barcelona, 2004
Massimo
Izzi; Diccionario ilustrado de los monstruos, Editorial José de Olañeta,
Mallorca, 2000.
“LOS
SANTOS DOMINICOS Y LA PROPAGANDA INQUISITORIAL EN EL CONVENTO DE SANTO TOMÁS DE
ÁVILA”. Sonia Caballero Escamilla (Universidad de Salamanca)
“APUNTES
SOBRE LA CAZA EN EL ARTE MEDIEVAL HISPANO” José Luis Hernando Garrido
“EL
BESTIARIO DEL AVERNO: SOBRE ANIMALES Y DEMONIOS” Virgilio Freddy Cabanillas D.
“Loberas
en la comarca de Las Merindades” Judith Trueba Longo
“Notas
para la historia del Valle de Losa” de Julián García Sáinz de Baranda.
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