Todos
nos hemos acercado alguna vez hasta el pantano de Arija. Hemos visto el lago,
el campanario saliendo de las aguas y la playa. Pero quizá en esa excursión no
nos acerquemos al centro de la población, bueno a uno de sus barrios, al más
alejado de la estación de tren, de la playa y de la fábrica. Aunque seguro que
cuando se dirijan al barrio de la estación verán a lo lejos las ruinas de un
edificio que, por su altura, destaca sobre el resto de casas.
León de Argüeso |
¿Qué
es eso? ¿Qué estamos viendo? Son los restos de las escuelas construidas por León
de Argüeso. ¿Que quién es este señor? Podría decirles que alguien que está
cayendo en el olvido en Las Merindades y que ahora es de otro lugar… al que
llegaremos.
Trasladémonos
al año 1810 durante una guerra abierta en varios frentes: españoles contra
españoles y españoles contra franceses; ingleses contra franceses; y guerrillas
contra franceses. Y todos ellos viviendo sobre el terreno. A costa de los
pueblos y comarcas.
Sanlúcar de Barrameda (cortesía de Fotos y postales antiguas de Sevilla) |
La
salida económica estaba al sur donde los ingleses comerciaban libremente con Cádiz
y, desde esta ciudad, hacia el interior de la península y hacia América. El
protagonista de esta historia partirá cuando mejore el tiempo y atravesará un
país en guerra. Será una gran aventura para un chaval de 9 años, si nos
atenemos a la fecha de nacimiento que da la historiadora Ana Gómez
Díaz-Franzón: 1801.
Fijémonos
un poco más en este joven valiente: León de Argüeso y Argüeso. Es uno de los seis
hijos de Manuel de Argüeso e Isabel de Argüeso. Hidalgos. Los otros son
Melchora, Manuel, María, Francisco y francisca. Esta familia procede de Campoo
de Suso con mayorazgo en la, actualmente sumergida, población de Quintanilla de
Valdearroyo. A finales del siglo XVI se traslada el mayorazgo a Arija. Entre
las diversas ramas de la familia encontramos –y esto es importante para la
historia- jándalos en la zona de Cádiz.
Sanlúcar de Barrameda (cortesía de Fotos y postales antiguas de Sevilla) |
Un
jándalo es un emigrado a Andalucía que retorna a su tierra. En 1775 figura en
Sanlúcar de Barrameda (según archivo de Indias) otro arijano llamado Juan de
Argüeso, hijo de Miguel Argüeso y María Fernández. Era criado de un comerciante
de vinos que exportaba a América vinos y aguardientes. ¿Un pariente? Probablemente.
Si la fecha de nacimiento arriba dada es la correcta podríamos pensar que León
marchó en busca de, o llamado por, un pariente; que –lógicamente- no marcharía
solo; y que, por ello, nunca tuvo el deseo de emigrar a América. O puede ser
una fecha de nacimiento equivocada porque tampoco la fecha de defunción
coincide con la de otros autores. Personalmente me fio de la de defunción que
sale en el libro sobre los bodegueros de Sanlúcar de Barrameda: 1880.
Arribará
a la zona gaditana con la vendimia -¡tres meses en llegar a Jerez!-. Su
estación final fue Sanlúcar de Barrameda. La población estaba tomada por las
tropas francesas y formaba parte del cerco a Cádiz. Su rey era José I. Bueno,
hasta agosto de 1812.
Debemos
dejar caer una pregunta en este punto. ¿Era normal que un niño marchase al sur
o es que León era de otra pasta? Miren, la inmigración procedente de La Montaña
(Santander, Las Merindades, norte de Palencia y aledaños) en la bahía de Cádiz ya
en el último tercio del siglo XVIII eran el 29`5% de la inmigración a la zona.
(Cortesía de Arija.es) |
Los
montañeses procedían, en la mayoría de los casos, de poblaciones pequeñas y de
los valles, empotrados en las montañas de la cordillera cantábrica, que se
extienden desde Asturias y Santander hasta las estribaciones de los Pirineos.
La escasez de tierra y la relativamente alta densidad de población son los
factores que explican estos desplazamientos, sobre todo de campesinos y
artesanos desde el siglo XVI.
Los
acomodados podían llegar hasta los virreinatos americanos. Los demás se quedaban
por la zona: El Puerto de Santa María, Jerez, Sanlúcar de Barrameda o San
Fernando. Montañeses que, desde el principio, monopolizaron el comercio de comestibles
y bebidas, abriendo tabernas y almacenes de ultramarinos o abacerías, que
solían quedar anexos en un mismo establecimiento. Los capitales los
diversificaban en otros sectores como navieras, comercio ultramarino o el vitivinícola.
Situación actual (2016) del edificio del colegio de la Fundación León Argüeso |
La
norma de la emigración norteña era la modesta de tipo familiar que llegaba con
escasos recursos y bajo el patrocinio de algún familiar, paisano o amigo
comerciante ya establecido en la bahía de Cádiz. Trabajaban a su lado para terminar
independizándose y abriendo nuevos negocios. Pensemos que cuando el rico
comerciante necesitaba ayuda en las tiendas de su clan escribía a los padres
respectivos dándoles las instrucciones necesarias para que, aprovechando el
viaje de vuelta de algún criado que había ido de permiso, viniera bajo su
custodia. Y esto pudo ser el auténtico viaje de León de Argüeso. Nada de la
épica de un muchacho cruzando solo una España en guerra en busca de la fortuna andaluza
o ultramarina.
Fachada |
Con
esa coyuntura León encontró trabajo en un comercio que durante las 24 horas
daba servicio a todos los transeúntes que llegaban y partían en cuanto era
posible hacia las Américas. Es decir: fue “chicuco”. Tras aprender el oficio
durante cinco años, -y ya con Fernando VII en el poder- creó su propia tienda llamada
"Almacén del Reloj"(en la calle Bolsa). Vendía clavos, mantas, queso,
alpargatas y levitas. Para entenderlo pensemos en las actuales tiendas de
chinos de nuestras ciudades con la familia viviendo en el comercio. Pues él
igual.
Desde
el negocio de los coloniales añadió algunas actividades portuarias y, lo que
sería su riqueza: una bodega. Vemos que actuaba aplicando el sistema de los del
norte. Adquirió unas viejas soleras y la bodega "San José", en el
callejón de Santo Domingo. Con ello debía comprar tierras para no depender de
la uva de los demás. Parece ser que también ejerció el oficio de prestamista.
Placa sobre la puerta |
Dado
el bajo nivel de vida de una España destrozada por la guerra, la perdida de
capitales de los virreinatos independizados y la situación de ciudad portuaria
de Sanlúcar lo mejor era orientar el producto hacia Cuba. La Habana era la
ciudad española más rica del momento. Gracias a este mercado, en 1822 crea las
bodegas de Argüeso.
Un
gran industrial que -vayan a saber por qué- permaneció soltero y sus bienes los
heredarán sus sobrinos (Algunas referencias dicen tres y otras dos). De hecho, uno
de ellos, Juan de Argüeso participaba en la dirección de la empresa. A la
muerte de León (1878 unos o 1880 los más) el negocio y su cuantiosa fortuna recayeron
en dos sobrinos: Juan y Francisca. De ahí viene la leyenda que refleja el
escudo de la actual bodega " Herederos Argüeso" con las siglas "J
y F".
Puerta de las escuelas |
Argüeso
no fue un visionario. Constatamos que desde finales del siglo XVIII, ante la
pujanza industrial y comercial de los vinos de Jerez muchos montañeses se
habían animado a invertir en el negocio. Un vino que ofrecía enormes
posibilidades de beneficios en el mercado internacional. Eso sí, tuvieron
el reconocimiento de la sociedad como conocedores del sistema de soleras y
expertos en la manipulación del vino y las botas y desempeñaron una labor muy
importante, hasta el punto que investigaciones recientes tienden a afirmar que
fueron ellos, no ingleses y franceses, quienes transformaron el sector del vino
y la realidad social de las ciudades del área del Jerez.
Vale.
Ya conocemos la vida de una saga de vinateros sanluqueños vinculados con Arija.
Y me dirán: ¿Y el edificio en ruinas? ¿Qué tiene usted que contarnos sobre el
edificio?
Ventanas donde se aprecia la cantería y la decoración. |
Para
entender el edificio, y la fundación, debemos comprender la
situación de la educación en España en la segunda mitad del siglo XIX. La
crisis, la necesidad de reconstrucción del país y la guerra que padeció España
frenaron los ímpetus liberales en el proceso de escolarización. Veremos un
lento aumento del número de escuelas con el lastre de un modelo de escolarización basado
en la asignación de la enseñanza elemental –coste y gestión- a los ayuntamientos
y la configuración del aula como unidad organizativa. Lo que nos dice esto es
que ayuntamientos pobres conllevan escuelas pobres o inexistentes.
León
buscará paliar este problema en su terruño. Mandó construir y pagó, dotándolo, el
colegio y la fundación educativa asociada. El 23 de Noviembre del año 1871 se
crean los estatutos de la Fundación con una clara inclinación de cultura
humanística y religiosa para todos los niños y niñas de Arija y sus pueblos
limítrofes. Las obras se extienden hasta 1891. No lo vio don León que ya había
fallecido. Por ello la placa de la fachada es un remedo de lápida.
Cubierta |
Hay
publicada la idea de que el colegio se construyó en una huerta de los antepasados
de León. Podría ser. Existen próximas casas de fechas anteriores a 1800. Y esto
justificaría su construcción en el centro del pueblo y no fuera.
Hubo
una escuela anterior, que funcionó desde 1888, en un edificio cercano a las
actuales ruinas. Lo que vemos hoy no hace justicia al edificio levantado hace
más de cien años. Un colegio que contrastaría con las construcciones aledañas
por el uso de buena piedra sillería –que todavía se mantiene firme-, planta
rectangular y tres pisos con buhardillas utilizables. El centro de la fachada
está ligeramente resaltado, rematado en escalones y con una veleta con cruz de hierro.
Los aleros eran de madera de roble; las ventanas de madera, con terminación de
piedra en sus alfeizares; escaleras de roble; y artesonados en techo raso de
yeso, algo nuevo en la época. Los techos de las diferentes plantas tenían tres
metros de altura. La construcción se inició en 1890 y duró 6 años.
Pared oeste con las marcas del paso del tiempo |
Es
la mejor muestra del estilo historicista en la zona. El edificio estaba dotado
de vivienda, aulas, salones, capilla y dormitorios para unos cuarenta alumnos. Un
Vicario iba a ser el educador permanente del Colegio. Su presidente, el
Arzobispo de Burgos, y miembro permanente para vigilar el correcto
funcionamiento, el Cura Párroco de Arija.
Fue
inaugurado para el curso 1896 a 1897. En esas fechas se construía la fábrica de
vidrio en el Barrio de Abajo. Era otro disparo económico para Arija tras el
ferrocarril. Por ello, el centro llegó a tener en algún curso hasta 60 alumnos.
Límite físico, no de peticiones de ingreso.
Interior. |
Había
dos Vicarios, el Cura párroco de Arija impartía también clases. Hasta el
histórico cura-párroco de Llano, Don Bernabé, iba dos días a la semana al
Colegio de Arija. Don Bernabé era de Santa Gadea y estuvo de cura-párroco 64
años en Llano.
El
centro seguirá activo hasta los años sesenta del siglo XX. ¿Causas de la
decadencia? La despoblación, la llegada de las escuelas públicas, el desinterés
de los patronos y la perdida de la conexión con la tierra de sus antepasados…
Detalle de la primera planta |
El
edificio no solo fue escuela: se empleó como acuartelamiento durante la guerra
civil y como seminario después de 1940. Dos cursos se realizaban en el Colegio
de Arija. Cada curso pasaban 30/40 niños por sus aulas. Eran los dos primeros
cursos del Seminario de Burgos.
Jardín y puerta de la finca. |
Hoy
todo está hundido. Falló una parte del tejado que terminó afectando a una viga
maestra. Hundido el tejado, su peso aplastó los cuatro niveles del colegio. Hoy
todo el interior está amontonado confundiéndose aulas y dormitorios.
La
finca donde está el Colegio es amplia y acotada con un muro de piedra. Todo el
terreno está de césped. La valla se mantiene bien, salvo la parte delantera que
ha sido expoliada. La verja ya no existe, ha desaparecido.
El
viernes 1 de diciembre de 2006 se subastó la finca y el edificio del Colegio.
Alumno
de este colegio fue Manuel Fernández Navamuel quien después de superar los cursos
de Arija, fue a Madrid y allí completó una brillante carrera universitaria y
política. Era de Santa Gadea de Alfoz.
Bibliografía:
“MONTAÑESES
EN LA BAHÍA GADITANA” por María del Carmen Cózar Navarro.
“Historia
de la educación en España y América” por la fundación Santa María.
“Arija”
por José Fernández Arenas.
“LEON
DE ARGÜESO, UNA VOLUNTAD DE HIERRO” por Jesús Fernández Navamuel.
“Linaje
de los Argüeso” por Carlos Argüeso Seco.
Muy interesante. Y con la calidad de siempre.
ResponderEliminarBuenas tardes,me llamo Antonio Álvarez, soy de Madrid y veraneo mucho por la zona , buscando por internet, he visto varias páginas sobre arija y el antiguo colegio de argueso, lo que no me queda claro es su situación actual , ya que salió a subasta y fue comprado por 210.000 euros ,lo que no se sabe es por quién y para que . Si alguien lo sabe me gustaría enterarme un saludo y gracias
ResponderEliminarSiento no poder responderle pero, gracias por leer esta bitácora a la cual le invito a seguir visitando.
EliminarUn saludo.