Toca
irnos a Horna, una pedanía de Villarcayo de M.C.V. a punto de ser absorbida por
esta última población. Lo sorprendente de este lugar se sitúa en la colina, en su
plaza de la iglesia, donde envejecen dos caserones con llamativos escudos.
El
más esbelto –y en el que nos centramos esta vez- es la torre de los López de
Cartes, del siglo XVI. Mantiene su nobiliario aspecto a pesar de ser hoy una
vivienda campesina. Es un cubo con tres cuerpos delimitados por la decoración y,
aparentemente, cuatro plantas. Tenemos un cuadrado de 9`15 metros de lado con
un muro de 1`10 metros de espesor. Es de mampostería excepto en las ventanas
adinteladas, arcos, esquinas y parte del tercio superior. En la fachada lateral
de la planta baja hay dos saeteras, lo que nos lleva a pensar que, posiblemente,
las dos ventanas que flanquean el arco de medio punto de la puerta fuesen
también saeteras burdamente agrandadas y recibidas con cemento. Los tres tramos
de la fachada están separados por dos resaltes en el plano general de la
fachada. La última línea de piedras forma una ménsula que circunvala todo el
edificio. Sobre ella se asienta el tejado a cuatro aguas. La torre está bajo la
protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la
Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Volviendo
a la fachada veremos un escudo de armas de campo partido. El cuartel izquierdo
está dividido en cuatro partes: una Torre de dos cuerpos; dos barras engoladas
en bocas de dragones; un lagarto pasante de oro surmontado por dos campanas de
oro volteadas y badajo de gules, soporte de sable; y un árbol con, quizá, dos
lobos empinados a su tronco. En la media bordura seis aspas: Armas de López de
Cartes.
El
cuartel derecho contiene un castillo donjonado y mazonado sobre rocas, surmontado
por tres estrellas: Armas De la Peña. En la media bordura diez cabezas de moro
con turbante y una estrella de ocho puntas: Armas de Díaz.
El
escudo dispone de un adorno exterior. Es un yelmo emplenachada que mira a la
izquierda indicándonos que pertenecería a un hidalgo.
Julián
García Sainz de Baranda recoge en su libro “Historia de las antiguas Merindades
de Castilla” la mención al escribano Pedro López de Cartes que firmará una
escritura con fecha del 21 de 1628 vinculada a las luchas entre el Condestable
y Las Merindades por las ferias y mercados. Además, por Cédula Real dada en
Madrid en 24 de noviembre de 1639, Antonio de Zarate vendió el oficio de Depositario
y Tesorero general de Las Merindades, que estaba en posesión de Pedro López de
Cartes por escritura firmada ante el escribano Alonso de Iñiguez en Villarcayo
a 18 de agosto de 1637. Teníamos, por tanto, un problema de “legitimidades”.
Esto derivó en que, ante el Ayuntamiento General, el 7 de enero de 1640
compareciese Pedro con la citada cédula y requirió su cumplimiento al
Corregidor Licenciado Gaspar de Teza Anuncibay. ¿Resultado? Se tomó juramento a
Pedro López de Cartes y se le exigió las fianzas correspondientes.
¿Qué
tareas eran las adscritas al cargo de Pedro? Debía tener todos los depósitos de
embargos, secuestros, así civiles como criminales; los de muebles como
inmuebles, en dinero o en especie, mandados hacer por el Alcalde mayor o su
lugarteniente o por los Jueces y Justicias y por los Concejos y Ayuntamientos;
tenía voz y voto por el dicho oficio en las juntas generales que se hacían el
primer día de cada mes, presididas por el Alcalde mayor; recibía y cobraba las
rentas de las alcabalas y tercios y otras rentas ordinarias; era receptor de
las penas de cámara, en todas las siete Merindades, llevando por su trabajo el diez
por cien al millar. Vamos, que pasaba mucho “dinerario” entre sus manos.
Las
Merindades, deseosas de Contener en su jurisdicción todos los oficios,
compraron el suyo a Pedro López de Cartes, y desde esta adquisición el
Ayuntamiento general lo designaba, turnando en el ejercicio del cargo todas las
Merindades.
Los
Tesoreros tenían que afianzar su cargo, exigiéndoles el Consejo de Hacienda
prestaran fianza de 50.000 y 125.000 maravedís, para lo cual presentaban
fiadores personales que respondieran de su gestión.
Hacia
1646 todavía figuraba Pedro López de Cartes como tesorero y recaudador de las
alcabalas y rentas reales de las siete Merindades. Y reitera su aparición en 1652
constando como tesorero y depositario perpetuo de las siete Merindades de
Castilla Vieja y de los maravedíes del departamento de la obra y edificio de La
Puente del lugar de Bercedo, en la merindad de Montija.
Valdenoceda
El
problema que tengo es que en la obra de Luciano Huidobro y Julián García Sainz
de Baranda titulada “Apuntes descriptivos, históricos y arqueológicos de la
merindad de Valdivielso” aparece el siguiente párrafo:
“En la predela hay dos retratos
de caballeros de medio cuerpo, en actitud de rezar el rosario, y en el centro,
el escudo de su familia. Dos inscripciones puestas a cada lado dicen que le
mandó hacer Pedro López de Cartes, vecino de este lugar de Valdenoceda y
tesorero de estas siete Merindades Año de 1634. Mandóle dorar Juan López de
Cartes, vecino y jurado de la ciudad de Baeza, natural de Valdenoceda, y le
ofreció a la Virgen Santísima, año de 1658. Los López de Cartes son originarios
de Cartes (Santander). Vinieron al servicio del Conde de Castañeda, Marqués de
Aguilar, en el Valle, durante el siglo XV”.
Es
decir, que Pedro López de Cartes tenía relación con Valdenoceda pero no nos
hablan de Horna. Y ya no digamos sobre Juan López de Cartes que era escribano
en 1601. Y, si se han fijado, pudo haber al menos dos Juan López de Cartes o
uno muy longevo.
Nos
consta, a su vez, una Clara López de Cartes que fue esposa de Miguel López de
Salazar en un documento de 1697 firmado -¡cómo no!- en Valdenoceda referido a
los bienes a heredar por su descendiente Clara López de Salazar ante la falta
de testamento. Con lo cual se incide en la pertenencia de esta familia al Valle
de Valdivielso.
Inocencio
Cadiñanos Bardecí nos informa en su libro sobre la arquitectura fortificada que
a fines del s. XVII aparece un tal Felipe González de Cartes “arrendador de los quatro medios por ciento
de la provincia de Burgos” y que pudo haber sido sucesor de Pedro López.
Nos
dice, también Inocencio, que 1651 era arrendada la torre de Horna “que fue de Pedro López de Cartes, escribano
y tesorero, a Pedro Ruiz Cachupín, por 4 fanegas de trigo y cebada por mitad”.
Con
lo cual sí parece que estuvieron relacionados con esta torre cercana a
Villarcayo.
Bibliografía:
Periódico
“Diario de Burgos”.
“Historia
de las antiguas Merindades de Castilla”. Julián García Sainz de Baranda.
“Apuntes
descriptivos, históricos y arqueológicos de la merindad de Valdivielso”. Luciano
Huidobro y Julián García Sainz de Baranda.
“Recepción
de las instituciones romanas en la biografía de Alonso Antonio de San Martín,
hijo de Felipe IV”. Tesis doctoral de Beatriz García Fueyo.
“Blasones
y linajes de la provincia de Burgos. V Partido judicial de Villarcayo”.
Francisco Oñate Gómez.
Servicio
de archivos de Álava.
Web
“Castillos del Olvido”.
“Arquitectura
fortificada en la provincia de Burgos”. Inocencio Cadiñanos Bardecí
www.castillos.net
“Heráldica
Española. El diseño heráldico”. Luis F. Messía de la Cerda y Pita.
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