Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
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domingo, 11 de septiembre de 2022

Horna y los López de Cartes.

 
 
Toca irnos a Horna, una pedanía de Villarcayo de M.C.V. a punto de ser absorbida por esta última población. Lo sorprendente de este lugar se sitúa en la colina, en su plaza de la iglesia, donde envejecen dos caserones con llamativos escudos.

 
El más esbelto –y en el que nos centramos esta vez- es la torre de los López de Cartes, del siglo XVI. Mantiene su nobiliario aspecto a pesar de ser hoy una vivienda campesina. Es un cubo con tres cuerpos delimitados por la decoración y, aparentemente, cuatro plantas. Tenemos un cuadrado de 9`15 metros de lado con un muro de 1`10 metros de espesor. Es de mampostería excepto en las ventanas adinteladas, arcos, esquinas y parte del tercio superior. En la fachada lateral de la planta baja hay dos saeteras, lo que nos lleva a pensar que, posiblemente, las dos ventanas que flanquean el arco de medio punto de la puerta fuesen también saeteras burdamente agrandadas y recibidas con cemento. Los tres tramos de la fachada están separados por dos resaltes en el plano general de la fachada. La última línea de piedras forma una ménsula que circunvala todo el edificio. Sobre ella se asienta el tejado a cuatro aguas. La torre está bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
 
Volviendo a la fachada veremos un escudo de armas de campo partido. El cuartel izquierdo está dividido en cuatro partes: una Torre de dos cuerpos; dos barras engoladas en bocas de dragones; un lagarto pasante de oro surmontado por dos campanas de oro volteadas y badajo de gules, soporte de sable; y un árbol con, quizá, dos lobos empinados a su tronco. En la media bordura seis aspas: Armas de López de Cartes.


 
El cuartel derecho contiene un castillo donjonado y mazonado sobre rocas, surmontado por tres estrellas: Armas De la Peña. En la media bordura diez cabezas de moro con turbante y una estrella de ocho puntas: Armas de Díaz.
 
El escudo dispone de un adorno exterior. Es un yelmo emplenachada que mira a la izquierda indicándonos que pertenecería a un hidalgo.
 
Julián García Sainz de Baranda recoge en su libro “Historia de las antiguas Merindades de Castilla” la mención al escribano Pedro López de Cartes que firmará una escritura con fecha del 21 de 1628 vinculada a las luchas entre el Condestable y Las Merindades por las ferias y mercados. Además, por Cédula Real dada en Madrid en 24 de noviembre de 1639, Antonio de Zarate vendió el oficio de Depositario y Tesorero general de Las Merindades, que estaba en posesión de Pedro López de Cartes por escritura firmada ante el escribano Alonso de Iñiguez en Villarcayo a 18 de agosto de 1637. Teníamos, por tanto, un problema de “legitimidades”. Esto derivó en que, ante el Ayuntamiento General, el 7 de enero de 1640 compareciese Pedro con la citada cédula y requirió su cumplimiento al Corregidor Licenciado Gaspar de Teza Anuncibay. ¿Resultado? Se tomó juramento a Pedro López de Cartes y se le exigió las fianzas correspondientes.


 
¿Qué tareas eran las adscritas al cargo de Pedro? Debía tener todos los depósitos de embargos, secuestros, así civiles como criminales; los de muebles como inmuebles, en dinero o en especie, mandados hacer por el Alcalde mayor o su lugarteniente o por los Jueces y Justicias y por los Concejos y Ayuntamientos; tenía voz y voto por el dicho oficio en las juntas generales que se hacían el primer día de cada mes, presididas por el Alcalde mayor; recibía y cobraba las rentas de las alcabalas y tercios y otras rentas ordinarias; era receptor de las penas de cámara, en todas las siete Merindades, llevando por su trabajo el diez por cien al millar. Vamos, que pasaba mucho “dinerario” entre sus manos.
 
Las Merindades, deseosas de Contener en su jurisdicción todos los oficios, compraron el suyo a Pedro López de Cartes, y desde esta adquisición el Ayuntamiento general lo designaba, turnando en el ejercicio del cargo todas las Merindades.
 
Los Tesoreros tenían que afianzar su cargo, exigiéndoles el Consejo de Hacienda prestaran fianza de 50.000 y 125.000 maravedís, para lo cual presentaban fiadores personales que respondieran de su gestión.
 
Hacia 1646 todavía figuraba Pedro López de Cartes como tesorero y recaudador de las alcabalas y rentas reales de las siete Merindades. Y reitera su aparición en 1652 constando como tesorero y depositario perpetuo de las siete Merindades de Castilla Vieja y de los maravedíes del departamento de la obra y edificio de La Puente del lugar de Bercedo, en la merindad de Montija.

Valdenoceda
 
El problema que tengo es que en la obra de Luciano Huidobro y Julián García Sainz de Baranda titulada “Apuntes descriptivos, históricos y arqueológicos de la merindad de Valdivielso” aparece el siguiente párrafo:
 
“En la predela hay dos retratos de caballeros de medio cuerpo, en actitud de rezar el rosario, y en el centro, el escudo de su familia. Dos inscripciones puestas a cada lado dicen que le mandó hacer Pedro López de Cartes, vecino de este lugar de Valdenoceda y tesorero de estas siete Merindades Año de 1634. Mandóle dorar Juan López de Cartes, vecino y jurado de la ciudad de Baeza, natural de Valdenoceda, y le ofreció a la Virgen Santísima, año de 1658. Los López de Cartes son originarios de Cartes (Santander). Vinieron al servicio del Conde de Castañeda, Marqués de Aguilar, en el Valle, durante el siglo XV”.
 
Es decir, que Pedro López de Cartes tenía relación con Valdenoceda pero no nos hablan de Horna. Y ya no digamos sobre Juan López de Cartes que era escribano en 1601. Y, si se han fijado, pudo haber al menos dos Juan López de Cartes o uno muy longevo.
 
Nos consta, a su vez, una Clara López de Cartes que fue esposa de Miguel López de Salazar en un documento de 1697 firmado -¡cómo no!- en Valdenoceda referido a los bienes a heredar por su descendiente Clara López de Salazar ante la falta de testamento. Con lo cual se incide en la pertenencia de esta familia al Valle de Valdivielso.
 
Inocencio Cadiñanos Bardecí nos informa en su libro sobre la arquitectura fortificada que a fines del s. XVII aparece un tal Felipe González de Cartes “arrendador de los quatro medios por ciento de la provincia de Burgos” y que pudo haber sido sucesor de Pedro López.
 
Nos dice, también Inocencio, que 1651 era arrendada la torre de Horna “que fue de Pedro López de Cartes, escribano y tesorero, a Pedro Ruiz Cachupín, por 4 fanegas de trigo y cebada por mitad”.
 
Con lo cual sí parece que estuvieron relacionados con esta torre cercana a Villarcayo.
 
 
 
Bibliografía:
 
Periódico “Diario de Burgos”.
“Historia de las antiguas Merindades de Castilla”. Julián García Sainz de Baranda.
“Apuntes descriptivos, históricos y arqueológicos de la merindad de Valdivielso”. Luciano Huidobro y Julián García Sainz de Baranda.
“Recepción de las instituciones romanas en la biografía de Alonso Antonio de San Martín, hijo de Felipe IV”. Tesis doctoral de Beatriz García Fueyo.
“Blasones y linajes de la provincia de Burgos. V Partido judicial de Villarcayo”. Francisco Oñate Gómez.
Servicio de archivos de Álava.
Web “Castillos del Olvido”.
“Arquitectura fortificada en la provincia de Burgos”. Inocencio Cadiñanos Bardecí
www.castillos.net
“Heráldica Española. El diseño heráldico”. Luis F. Messía de la Cerda y Pita.
 
 
 

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