Como recordarán nuestros lectores, el año pasado, con fecha 8 de septiembre
de 2024, Ricardo publicó el artículo “Papeles y puentes en Las Merindades(I)”, quedando por estudiar un documento (signatura 1987, Fondo
Corregimiento) de los años 1626-1636. A ello vamos, pero ya a través de la
prosa de Ricardo:
He localizado también, sobre
el Puente de Arenas y calzada de los Hocinos, una serie de documentos con
signatura 2019 del Fondo del Corregimiento. Un extenso legajo de más de 145
folios, más otras catorce cuartillas de doble tamaño (como un A-5, que son
recibos de recepción de pagos de cupo de la calzada y puente). Lleva por
título: “Repartimiento para obras [y] reparos [del] Puente de
Arenas sobre el Ebro y calzadas y requerimientos [de] pago”.
Muchos de los pliegos están
fechados en Villarcayo y van de 1720 a 1723. Este legajo puede catalogarse como
en buen estado de conservación, cosidos todos los folios con bramante. Aunque la
calidad de la tinta en algunos de estos es mala, desvaída, lo cual dificulta la
lectura y comprensión del contenido, la mayor parte de los folios contienen
desgloses de gastos por obras y otros describen la necesidad o los requisitos
de las obras.
Arranca con el dinero que se
ha de pagar a los diferentes maestros que intervinieron en las obras: 299.200
maravedís. Para los derechos del juez ejecutor: 30.000 mrs., para pagar cinco
reales provisiones: 20.000 mrs., los pregones que se leyeron en diversos
lugares: 5.000 mrs.; para traer de Burgos, Valladolid y Palencia ciertos
certificados: 3.602 mrs.; pago al veedor de las obras durante 400 días: 163.200
mrs.; al corregidor, el licenciado don Juan Gómez Suárez: 7.200 mrs. En uno de
los folios se estima en “cinco cuentos”, es decir, cinco millones: 5.331.589
mrs. el dinero que se gastará hasta el final de las obras.
Es interesante ver la
población en ciertos pueblos y lo que les toca pagar:
- Bocos (por tres vecinos, 1.800
mrs.).
- Aforados de Cuesta Urría (por
seis vecinos, 3.600 mrs.)
- Valle de Tobalina (por 125
vecinos, 75.000 mrs.).
- Frías (por 48 vecinos, 29.100
mrs.).
- Medina de Pomar (por 59
vecinos, 35.400 mrs.).
- Santa Gadea, Bozoó o Vozo (por
ocho vecinos y ¿medio?, 5.100 mrs.).
- Miranda (por 96 vecinos,
34.600 mrs.).
- La Puente del valle de
Valdivielso (“a el Conzejo del lugar de la Puentte del valle de
Valdiuielsso, donde esttá sitta la de esta obra por la mittad de doze vezinos”,
3.600 mrs.).
- Villarías (por dos vecinos y
medio, 1.500 mrs.)
- Santo Domingo de la Calzada
(por 318 vecinos, 190.800 mrs.).
- Laredo (por 276 vecinos,
159.600 mrs.).
- San Vicente de la Barquera
(por 38 vecinos, 24.054 mrs.)
Se mencionan otras localidades
que no detallo en su totalidad por no hacer este artículo excesivamente largo:
Gumiño (?), Puebla de Arganzón, Treviño, Casalarreina, Trigo, Cuzcurrita,
Pancorbo, Moriana, Losa, Bureba, Bujedo, Valverde, Montañana, Portillo, Orón,
Revilla del Campo, Berberana, San Zadornil, Villalba de Losa, Mecerreyes o
Covarrubias. He contado aproximadamente 400 ciudades y villas comprendidas en
un radio de 20 leguas (unos 112 km) a la redonda del puente de Puente Arenas
que debían contribuir en proporción al número de vecinos.
En otra parte del legajo tenemos
que fueron 8.894 vecinos a los que les tocó contribuir al pago de las obras en
el puente y calzada. Dice el documento: “Todas lass dichas parttidas
ymporttan los dichos zinco quenttos ttreszienttos y treyntta y seis mill y
quattrozienttos y onze maravedís” (5.336.411mrs.) Lo firman Tomás Ruiz de
Salazar, Francisco Rodríguez Galaz (escribano de su majestad) y Jacinto Saravia
de Rueda. Fue depositario Juan Gómez de las Bárcenas con fecha de 28 de marzo (?)
de 1720.
Viene luego una carta real de
don Felipe V, dirigida al corregidor de las Siete Merindades de Castilla Vieja,
don Vasco de la Parada y Castillo, que había sido nombrado en 1718 (seguía
activo en 1724; entre 1748 y 1754 fue oidor de la Chancillería de Valladolid).
En ella se procede a hacer el repartimiento de lo que toca pagar a cada ciudad
y villa “para la obra y reparos del puente mayor que se nombra de Arenas,
que está sobre el río Hebro, en el lugar de la Puente Merindad de Valdibieso,
caminos, calzada y pontinos de los Ozinos, cuesta de el Almiñé y Vega que se
nombra de Villarcayo, que está rematado en // Antonio de el Castillo, maestro
de cantería, vecino del lugar de Secadura, Junta de Voto, en onze mill y
quatrocientos ducados de vellón [...] mandados repartir de prometidos a
Domingo Carrera y Antonio Palacios, entre la ziudades, villas y lugares de
veinte leguas en contorno...”
Sigue el documento asignando a
cada uno de los lugares arriba nombrados las cantidades que se repartieron y
que deberán cobrar de esos aproximadamente 400 lugares, se especifican las
condiciones para el cobro, se hace referencia a los que hicieron la traza de la
obra: Alejo de Bárcena y Carlos de las Pozas, maestros canteros (se les pagaron
4.800 mrs.), por una segunda tasación tras haberse producido nuevos daños en el
puente, a Domingo y Pedro González, 4.800 mrs., por el pago de las reales
provisiones. Además del salario del escribano, al corregidor “por sus firmas
y decretos”, despachos enviados a Frías, Poza, Medina, Santo Domingo,
Santander, Reinosa y Villarcayo, 11.900 mrs., pago a ”veredetos”,
requisitorias, comisiones (varias), al veedor, contador, abogado defensor,
depositario... En definitiva, hechas las cuentas, “toca [pagar] a
cada vezino, 633 mrs.” Todo ello dado en Madrid, con fecha de 2 de octubre
de 1720, firmado por el escribano de Cámara del rey don Miguel Rubín de Noriega
y lacado con el sello real, que tras los siglos se ha desprendido, pero se
conserva dentro de este documento redactado con letra primorosa y fácil de leer.
Otro documento del legajo relata
que el maestro cantero, en Renedo, a 29 de octubre de 1720, concretaba lo que
tocaría pagar a cada uno de los 8.894 vecinos de los pueblos implicados en el
repartimiento de gastos. Hay otra similar, también datada en Renedo, a 24 de
noviembre de 1720, por la cual los maestros canteros, Antonio del Castillo y
Santiago de la Sierra, “a cuyo cargo está la referida obra”, declaran
los días que han trabajado en el puente y calzada de los Hocinos. Pasado el
tiempo, como ocurre en muchas obras públicas, se acuerdan mejoras: en este caso
el maestro Antonio del Castillo cobró por algunas de ellas 7.000 reales, pues
se habían producido daños posiblemente causados por las crecidas del río Ebro.
Surgió también, lo dicen los documentos, oposición por parte del lugar de
Arenas al trazado del camino desde el pueblo a la ermita de Nuestra Señora de
la Visitación y no por el camino viejo, de ello resultó un incremento del coste
por valor de 15.400 reales. Surgieron dificultades para pagar a los maestros
canteros porque el depositario no tenía fondos suficientes pues varios de los
lugares comprendidos en el repartimiento no habían contribuido, aunque se
procedió judicialmente contra ellos. Todo lo cual entorpeció y retrasó la
finalización de la obra. El documento especifica cada uno de los lugares que se
había negado al pago de su parte y la resolución judicial de cada caso en
múltiples folios. En la mayoría de los casos el auto resolutorio desestima las
razones aducidas por esas villas que se negaban a contribuir a la obra de
Puente Arenas. Después de examinar cada uno de los 145 folios del legajo echo
en falta un documento -debió existir, por supuesto- que recoja la certificación
de la conclusión de las obras, en qué fecha y en qué condiciones quedó el
puente tras las obras realizadas.
Me quedo con la sensación
positiva del minucioso control de ingresos y gastos habidos y de los mecanismos
de seguimiento de las obras: burocracia, papeleo, sí, pero control de todo el
proceso de restauración del puente y calzada de los Hocinos por parte de la
administración central.
Por lo que se refiere a las 14
cuartillas en un tamaño similar a A5
(14`8 x 21 cm), obtenemos la siguiente información: fueron receptores de
esos cupos los jueces, procuradores generales, regidores y alcaldes ordinarios
de varias villas: Burón, Campo Redondo, Ribera de Río Pisuerga, Pedrosa,
Aguilar, Valle de Valderredible (contribuyó con 68.400 maravedís), alfoz de
Santa Gadea, valle de Valdebezana, Becerril del Campo, Reinosa, Nogales,
Herrera, Ventosa, Naveros, San Llorente de la Vega, Abia de las Torres, Santa
Cruz del Monte, Espinosa de Villagonzalo, Villalquite, Mirariel (?), Villanuño,
Castrillo de Villavega, Bárcena, Villaherreros, Sarracín, Itero, los 38 lugares
de Cervera, Olmos de Santa Eufemia, Salinas de Rio Pisuerga, etc.
Los receptores de “los cupos”
que le toca pagar como repartimiento a cada ciudad o villa fueron los alcaldes
y regidores de esos lugares: Alonso Crespo, Lorenzo de la Puerta, Gregorio de
Villanueva, Antonio de Terán (?), Juan Santos, Miguel Serrano, Juan de
Mediavilla, Juan de las Cuevas, Pedro de la Madrid, Carlos de Castillo Salazar,
Manuel Sainz de Villegas, Manuel Martínez, Juan de Mediavilla, Juan Antonio
Palacios, Miguel Álvarez, Marcos de Manzanedo, Pedro Cuende, Pedro León, Santos
García, Tomás de Almanza, Juan de las Heras, Pedro Abad Vélez, Isidoro Caro,
Lucas Rodríguez, Matías Pérez, Matías Fernández Gómez, Manuel del Campo, Matías
Merino, Fueron pagadores Lorenzo López Salazar y Pedro Gómez de Célis.
De esos mismos reparos de 1720
a 1723 trata el legajo con signatura 2.022 (Fondo Corregimiento) “Comisión
contra la ciudad de Nájera y otras para que paguen los reparos del puente de
Arenas”. Ante el corregidor de las Siete Merindades, don Fernando de Beas y
Ortega, se presenta Joseph Antonio del Castillo, maestro de cantería, y declara
que la obra del puente de Arenas “la qual tenía finalizada y acauada y
declarada por maesttros y be[e]dor de puentes [...] de auer
cumplido con las condiziones y posttura que auía hecho en la dicha obra, en la
qual hizo mejora de siette mill reales, poco más o menos...”, y para
apremiar que se le pague lo que se le debe, expone que ha tenido muchos gastos
en viajes, fianzas, bajas, reparos, detención de obras, daños, oficiales y por
la oposición judicial que presentó el ermitaño... El documento detalla los
nombres de los lugares que presentaron alegaciones para no pagar su parte del
repartimiento.
El eximirse del pago de los
cupos de los repartimientos fue postura común en muchas ciudades y villas que
entendían que, por la distancia del puente, no estaban afectados por esa
obligación. Tal es el caso de lo contenido en el legajo (signatura 2.020, F.
C.) del año 1721. Varios lugares: Frómista, Población de Campos, Palacios del
Alcor, Bobadilla del Camino, Itero de la Vega, Olmos del Río, Aguilar de Campoo
y otros, entienden que no se les puede aplicar el cupo del repartimiento por
estar más lejos de las veinte leguas que engloban a quienes deben contribuir. Para
determinar si procede o no el cobro de su participación se recurre al
testimonio de acemileros y trajineros que recorren pueblos con sus mercancías. Así
lo vemos también en los documentos de otra carpeta (sig. 2.016, Fondo
Corregimiento) del año 1719. El “ministro”, Antonio de Pereda, encargado del
cobro de un nuevo repartimiento para reparos en el puente de Valdivielso,
recibe la declaración jurada de testigos: uno de ellos, Santiago Pereda, vecino
de Gayangos, trajinero, declara cuál es la distancia en leguas entre diferentes
pueblos que habitualmente recorre; con su testimonio y la suma de las leguas
declaradas se decide si un lugar está dentro o no de las 20 leguas para
contribuir a la obra del puente y calzada de los Hocinos.
Daré aquí una visión histórica
retrospectiva de las obras en el puente de Arenas, la calzada de los Hocinos y subida
del Almiñé. En mi libro Las Merindades: documentos para su historia,
recojo lo contenido en el documento del Archivo General de Simancas fechado en
Medina de Pomar el 28 de febrero de 1499, que detalla las obras que son
necesarias hacer en ese puente de Arenas y en la calzada de los Hocinos: “Término
del Almiñé, que es de Baldibielso, que se midieron desde la dicha puente de
Valdibielso fasta el lugar del Almiñé doçientas brazas de calzada que se
apreçiaron por el dicho Rui Sánches, a treinta e quatro maravedís braza, en que
se monta seys mill e ochoçientos maravedís”.
En el mismo libro hay otro
documento fechado en Valladolid, 5 de junio de 1501, que detalla los reparos
que se deben hacer en el camino de Burgos a Laredo: “Desde el Cuerno fasta
la Peña Palomera, que es en los Hoçinos, término de la Merindad de Valdiuieso,
fasta juntar con el término de Castilla Vieja que lo fagan todo de calçadas do
fuere menester y asimismo do fuere menester en los Hoçinos, en el dicho
término, pared // fol. 6 de cal e canto, que la hagan, e quebrar e boluer
algunas peñas, que sea bien fecho, a vista de canteros e del procurador del
valle e del procurador de los mulateros: esto paguen los mesoneros las dos
terçias partes con la venta en que biue Luxón, e los pueblos de Pesadas e El
Almiñé e la Puente la otra terçia parte, e que se les den a los pueblos para
ayuda quatro mill maravedís, los quales se les da de los maravedís de los
mercaderes y de los mulateros”.
Esta zona, Puente de Arenas y
del paso de los Hocinos u Ocinos, ya se cita en 1556 como “lugar peligroso
por ser muy estrecho y por confinar con el río Ebro, muy caudaloso y furioso”.
Ciertamente el Ebro y su caudal podía causar notables daños en cualquier puente
y así consta que lo hizo en el puente de Arenas. Se dice en un informe de 1593:
“El puente de Arenas, que está llevado, necesita hacerse de un arco y dos
pilares; llevará todo 300 varas de piedra labrada, cada vara a 14 reales. De
cimba, ahorrazón y otros materiales y cal 40 o 42 ducados”.
En 1597 eran necesarios
reparos en el puente y en la calzada junto al río Ebro. Las obras se remataron,
por medio de una provisión real, con el maestro cantero Juan de Naveda en 6.000
ducados que se repartieron entre las ciudades y villas de 12 leguas a la
redonda. A lo largo de los siglos XVII y XVIII se llevaron a cabo nuevos
reparos y se ensancharon algunos tramos a la vera del Ebro “a pólvora y
pico” con objeto de que tuviese la suficiente amplitud para permitir el
tránsito de carruajes, a la vez que se procuraba mayor seguridad al paso de
viajeros porque en el desfiladero de los Hocinos murieron personas y animales
al precipitarse al río por lo escabroso del paraje.
En 1623 el Consejo local
solicitó de nuevo su reparo porque “tenía arruinado un pilar y deterioradas
varias otras partes”. De nuevo el río Ebro imponía la fuerza de sus
avenidas.
Y hete aquí que, tan sólo
pasados tres años los maestros canteros Juan de la Sierra y Juan de Sedano
hacen un reconocimiento del estado del puente y dictaminan que es necesario
reconstruir dos arcos y un pilar. Las obras fueron rematadas en el famoso
maestro cantería Juan de Naveda por un total de 3.000 ducados. El legajo tiene
cerca de 400 folios con documentos entre los años 1625 y 1636 bajo el título
“Remate y repartimiento del reparo y aderezo del puente de Valdivielso y de las
calzadas y cuestas del Almiñé”. Comienza así el documento: “En la uilla de
Villarcayo, a trece días del mes de abril de mil y seiscientos y veinte y seis
años (1626), ante su merçed el liçençiado Miguel de Vrtaza Hernanico (?),
rejidor y justicia destas Siete Merindades de Castilla Bieja, por el rey
nuestro señor, y en presencia y por ante mí Alonso Yñiguez, secretario del rey
nuestro señor […] parezió presente Bernabé de la Garza, regidor de la
Puente de Valdibielso desta dicha Merindad, y dijo que sabe e dio notizia a su
merced de cómo esta noche pasada, como a las nuebe o diez de la noche, se vndió
la puente del dicho lugar, que llaman la Puente de Baldibielso, questá fundada
sobre el río Ebro, vno de los ríos más cavdalosos de toda España, y la puente
de más ynportanzia que ay en España (sic) para el serbizio de la Corte…”
Las obras de su reparo se remataron en el maestro de cantería Pedro de Saravia, vecino de Navajeda, en cuatro mil
ducados (4.000 ducs.) Los cerca de 400 folios siguientes detallan todos los
avatares de esa larga serie de reparos (1626-1636), ¡diez años de obras!
Por un documento se manda que
Juan de la Sierra, vecino de la Quintana, y Juan Ruiz de Sedano, vecino de la
Puente (de Arenas), ambos maestros de cantería, vayan a ver la ruina del puente
y dictaminen el riesgo que tiene el puente por los daños recibidos y hagan un
presupuesto de su reparación. El 14 de abril de 1626, ambos maestros junto con
un regidor vieron el puente: tiene dos arcos hundidos (eran de 100 pies de
anchura y tenían 50 pies de altura), también estaban hundidos los colaterales
de ellos. Dicen los maestros que “la dicha puente es antiquísima y conbiene
que se torne a reedificar y hacer de nuevo lo ansí vndido y arruinado...”
Calculan el precio de las obras entre siete u ocho mil ducados, poco más o
menos. Añaden que están en peligro otros tres arcos “que an quedado enteros,
vno a la vna parte y dos a la otra”, si se llegase a caer todo el puente su
reedificación costaría más de 20.000 ducados. Declaran que los males vienen del
gran caudal que lleva el río Ebro “y las abenidas del río muy ordinarias por
ser tierra montañosa y que cae en ella muchas niebes y lluebe muy (...)
continua”, además de que la altura del puente es una dificultad añadida.
Tratar del contenido de los
400 folios o más haría este trabajo excesivamente largo, baste decir que, con
fecha de 14 de abril de 1626, ya figura como maestro de cantería y encargado de
la obra de la calzada de los Hocinos, cuesta del Almiñé y puente de Arenas,
Pedro Saravia que había presentado su plan de obras con un presupuesto de 4.000
ducados. El coste de las reparaciones se iba a repartir entre los pueblos de
diez leguas a la redonda. La causa de las nuevas obras son la ruina de dos
arcos del puente, daños causados por el Ebro a causa “de que en tres de
abril deste año se vndieron los dos harcos principales de la dicha puente, respeto
de haber quedado tormenttada con las grandes habenidas del mes de febrero
próximo passado, con qual caussa demás de la pérdida grande [¿da?] mucho
rodeo a los mercaderes y pasaxeros...” En virtud de restablecer la
facilidad de las comunicaciones entre la costa de Vizcaya y la meseta urge que
comiencen las obras de reedificación de los arcos, fortalecimiento de la
estructura del puente y mejora del firme de la calzada y paso de los Hocinos.
Una provisión real del rey Felipe IV enfatiza lo muy útil que era ese puente
para el comercio: “... era tan pasaxero que todo quanto pescado fresco y
salado y mercaderías que venían de la villa de Viluao, Laredo, Castro de
Vrdiales y los demás puertos çircunveçinos pasauan por allí para traerlo a esta
nuestra Corte...” y otra posterior da cuenta de los destrozos que ha
causado una gran crecida del Ebro: “... auía descalçado la dicha puente por
los pilares que cayan debajo del agua y por ençima, de tal forma que si con
breuedad no se acudía al rremedio, sería pusible venirsse al suelo...”; se
concretaban otras obras necesarias: reparar uno de los arcos que estaba caído y
el hecho de que un puente provisional de madera anterior se lo llevaban las
avenidas con su fuerza.
Uno de los folios recoge un
nutrido grupo de maestros canteros que se presentaron al auto y pregón de
obras: Juan de Naveda (“maestro y bedor”), Pedro de Alvarado, Pedro
Saravia, Pedro Solárzano, García de Agüero, Juan de la Padiza (?), Miguel de la
Vega, Gregorio de la Vega, Domingo de Azas (?), Hernando de Agüero, Juan de la
Puente Solar (?), Juan de Ruigómez, Francisco de la Sierra, Francisco de Roales
(¿Rosales?), Juan del Cotero (¿Sotero?), Ambrosio Zorrilla, Melchor de la
Puente, Pedro de la Tejera, Juan de la Tejera, Melchor de la Peña, Juan Sainz
del Castillo, Gabriel de la Puente, Andrés de la Llosa, Bartolomé de la Sierra,
Juan de Mazarredonda, Pedro Barón de Berrieza... “todos maestros de cantería
y el dicho Padre Fray Sebastián y otros muchos ofiziales y gran número de gente”
a los que se les leyeron las condiciones de la obra para su remate y
presentaron sus posturas; quedó rematada la obra en 5.350 ducados, en Pedro
Saravia (en otra parte del legajo se dice que las obras se llevaron a cabo por
Pedro de Saravia y Felipe de Alvarado).
El hecho de estar presentes
gran número de maestros canteros (cerca de treinta) nos aporta información de
aquellos que se movían y trabajaban por Las Merindades, muchos de ellos
provenientes de Trasmiera. El número de maestros canteros presentes es también prueba
de la importancia y lo sustancioso de los remates en las obras del puente de
Valdivielso, calzada de los Hocinos y cuesta del Almiñé.
En los documentos se dice que
el puente de Arenas se había reparado hacía 24 años, es decir en 1602. Durante
el tiempo que duraron las obras las crecidas del Ebro causaron graves daños y
fueron precisos nuevos arreglos, no previstos anteriormente. Por lo contenido
en los documentos veo que surgieron múltiples inconvenientes para los
necesarios reparos. En otra parte descubro que Pedro de Solárzano, maestro de
cantería, estuvo a cargo de las mismas “... en la dicha obra y reparo del
pilar biexo y terraplanado y desbiar el agua para el dicho reparo...”, para
todo ello solicita nueva provisión de fondos, en torno a diciembre de 1629.
Las obras y reparos tanto en
el puente de Arenas, desfiladero de los Hocinos y cuesta del Almiñé, fueron constantes
y se prolongaron a lo largo de los años, una muestra más es el pequeño legajo (signatura
1995, Fondo Corregimiento) de los años 1665 y 1666, títulado: “Repartimiento
[y] reparos [del] puente [de] Arenas, los Hocinos y El
Almiñé”. Son doce folios en buen estado de conservación. Comienza con una
provisión del rey Carlos II, por ella Sebastián de Camargo, en nombre de Miguel
Barón de Berrieza, maestro cantero, solicitaba se hiciesen efectivos los 58.850
reales que estaban en poder del depositario, fruto de los repartimientos para
los reparos de 1657 hechos para el puente de Arenas y paso de los Hocinos y que
aún no había cobrado (faltaban por cobrar 441.445 maravedís). Informa también
de que han surgido nuevas obras que son preciso realizar. Va fechado en Madrid,
24 de diciembre de 1665.
En Villarcayo, el 30 de junio
de 1666, ante el corregidor de las Siete Merindades, don Francisco Llano de
Velasco, comparece Miguel Barón, maestro cantero, y presenta una provisión
real; se procede a visitar las obras de los Hocinos y cuesta del Almiñé para
levantar informe de su estado y ejecución. Por parte de dos maestros canteros
(Francisco de la Lastra y Esteban -tachado Domingo- de Iturriaga); se certifica
que las obras se han cumplido conforme a las condiciones estipuladas, pero especifican
nuevas obras que se han de hacer: paredes en los Hocinos, desgastar peñas, un
puente de un ojo con sus antepechos, la calzada por donde llaman “Peña Rubia”,
donde falta de hacer otro puente; se hace presupuesto de esas obras añadidas.
Por ese puente de Valdivielso,
transitó el noble y diplomático holandés Lodewijck Huygens el día 18 de
noviembre de 1660. Pasan los viajeros el desfiladero de los Hocinos y cruzan el
río Ebro por un puente de piedra, es la obra medieval que ahora se conoce como
Puente Arenas. Dice la crónica de su viaje: “… un puente que llaman
de Valdivielso de piedra de cantería muy antigua que se componía de diferentes
oxos y servía de paso y camino real para todo el señorío de Vizcaya [...]
y Castilla la Vieja y también se trajinaba por dicha puente los ganados de la
Cabaña Real”.
Los arreglos y remodelaciones
del puente de Arenas siguieron: el río Ebro dictaba su ley y causaba destrozos
en el mismo. Pero en 1785 se había presentado un nuevo proyecto de puente para
llegar a la planicie de Masa. Se trataba de la traza de un nuevo puente, con el
tiempo conocido como puente del Aire, de un solo ojo, proyecto elaborado por
los hermanos arquitectos de la Marina Francisco Solinis y Juan Andrés de
Solinis, que se materializaría y permitiría un acceso a los altos de Dobro por
la cuesta de la Mazorra.

Acabo aquí mi artículo sobre
ese recio puente de Arenas, Puente-Arenas o Valdivielso, que de tal modo se le
conoció; puente que ha servido para el paso de reyes y plebeyos sobre el Ebro,
desde Laredo a Burgos y a la Corte madrileña. Por ese puente pasaron ilustres
figuras como el emperador Carlos V en 1556, en su viaje al retiro de Yuste; la
reina Ana de Austria, en 1570; William Surtees, en 1813, “Después de una larga marcha, llegamos al Ebro y paramos en la aldea de
Puente Arrenas (sic)”; George
Woodberry, en 1813, “aquí llegamos a Puente Arenas y pasamos el
Ebro por un bonito puente”; Thomas Graham, en 1813; J.H. Cooke, en 1831, “Pasamos el río en Puente Arenas, donde vimos a varias fornidas
mujeres de gruesas piernas […] Iban cargadas con mantequilla fresca”;
el coronel Augusto Simon Frazer,
en 1813; Richard Ford, en 1832: “En Villarcayo, la carretera de Burgos se
bifurca, descendiendo y cruza el Ebro en Puente de Arenas...” ; Francisco
de Paula Mellado, en 1842; o Emilio Valverde, en 1886: “Dos kilómetros después se salva el río Ebro por el puente de Arenas...”. Para conocer estas historias recomiendo la lectura de mi libro Viajeros
por las Merindades (2021).
Bibliografía:
Álvarez Llopis, E. 2018:
"Un itinerario histórico: el camino Laredo-Burgos en la Edad Media"
en Caminería Histórica. Actas del VIII Congreso Internacional, Madrid,
Minist. de Fomento, CEDEX-CEHOPU, 2008, pp. 1-18
Cadiñanos Bardeci, I. 2002: “Los
puentes del norte de la provincia de Burgos durante la Edad Moderna (II)”, Boletín
de la Institución Fernán González, nº 224, pp. 59-90
Cámara, C. et al. 1998: “Juan
de Naveda, en torno a su actividad en Burgos (1607-1631) y el ejercicio de la
profesión”. BIFG, nº 216, (1998/1), pp. 43-59
Domingo Mena, D. 2015: Caminos
de Burgos: Los caminos del norte (siglos XV y XVI). Burgos: Universidad de
Burgos. Tesis Doctoral.
García Huidobro Valdivielso,
15 de junio de 2017: “Reparo del puente de Puente Arenas y del paso de los
Hocinos a finales del siglo XVI”, en https://huidobrovaldivielso.blogspot.com/2017/06/reparo-del-puente-de-puente-arenas-y.html
Losada Varea, C. 2007: La
Arquitectura en el otoño del Renacimiento. Juan de Naveda (1590-1638).
Universidad de Cantabria, 368 págs.
Losada Varea, C. 2018: “Un
claustro clasicista para un monasterio medieval: Juan de Naveda del Cerro en
Rioseco (1598-1601)”, en II Jornadas del Monasterio de Rioseco: el
monasterio a través del tiempo. Diputación de Burgos, pp. 191-219
San Martín Vadillo, R. 2021: Viajeros
por las Merindades. Autoedición, 409 páginas. Ver páginas 94, 102, 118,
121, 122, 123, 125, 126, 141, 147, 148, 174, 227, 408.
San Martín Vadillo, R. 2022: Las
Merindades: documentos para su historia. Autoedición, 392 páginas. Ver
páginas 270, 271, 277, 278, 319 (Puente de Valdivielso).
Anexos:
Para finalizar, he elaborado
un cuadro con los maestros canteros que, a lo largo de la historia, trabajaron
en el Puente de Arenas y calzada de los Hocinos:
Maestro cantero
|
Año
|
Detalles de sus trabajos
|
Pedro de Saravia
|
1571
|
Fijó las condiciones para el
reparo del pilar principal del puente, junto con Pedro del Valle. También
trabajó en la obra de la iglesia de Torresandino, en 1593
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Pedro del Valle
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1571
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Junto con el anterior
intervino en la redacción de condiciones y reparo del pilar principal del
puente de Arenas
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Lope de Redondo o Arredondo,
Juan de Ortega Castañeda y Matías de Castañeda
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1582
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Establecieron 12 condiciones
para las obras del puente. Reparación de una cepa y adición de cuatro arcos
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Juan de Naveda
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1597-1598
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Por real provisión (mayo
1598) se le rematan las obras en el puente de Arenas en 6.000 ducs., Trabajó
con otros maestros de Trasmiera. Se reconstruyeron arcos, se reforzaron
tajamares, etc.
También obras en el puente
de Aranda (1572), Puente nuevo de Lerma (1573-1579), Monasterio de Rioseco
(1597), Puente de Astudillo y el de Palenzuela. Obras en Villanueva de
Ladrero, Bisjueces y Valluércanos.
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Pedro del Río
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1597-1598
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Natural de Liérganes. Trabajó
en el puente junto con Juan de Naveda. También intervino en el puente de
Quintanilla de Pienza (Arch. Munic. Villarcayo, sign. 248
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Matías de Castañeda, Juan
del Valle, Juan y Gonzalo de Sisniega, Juan de Zorlado
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25/08/1597
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Peritos revisores de trazas
y condiciones de las obras en puente de Arenas. AHPC, Protocolos, Legajos
1096, 1100, 1103, 1104. El mismo Juan de Zorlado intervino en las iglesias de
San Pedro de Tejada y San Martín de Don
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Juan de (la) Riva
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1597
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Intervención en el puente de
Valdivielso o de Arenas como perito de trazas y condiciones de la obra. AHPC,
legajo 1096, fols. 256, 259, 315-318
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Francisco y Juan de la
Sierra
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1597
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Intervención en el puente de
Valdivielso o de Arenas: inspección, tanteo y condiciones
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Juan del Río Alvarado
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1597-1598
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Trabajó en el puente junto
con Juan de Naveda
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Diego y Juan de Sisniega
Bartolomé de Hermosa
Rodrigo de la Puente
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1596-1597
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Intervención en las obras de
reparación del puente de Arenas y calzada de los Hocinos, el primero como
responsable de las obras en 1597. Juan del Río Alvarado, Rodrigo de la Puente
y Juan de Sisniega intervinieron en las obras de la calzada de los Hocinos. Asimismo, Pedro de la Maza,
ayudante de Diego de Sisniega.
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Simón de la Llosa
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1598
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Natural de San Pantaleón de
Aras, en Trasmiera. Puente de Valdivielso, junto con Juan de Naveda. También
obras en el puente de Trespaderne, puente de Buniel (paso de Burgos al norte
de la provincia), iglesia de Torresandino, puente de Buniel (1582)
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Juan de Alvear
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1598
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En nombre del Concejo de
Arenas solicita al rey la reparación del puente y la calzada de los Hocinos. Se
dice en su informe que el pueblo de Arenas “es muy pobre”; tiene 38 vecinos
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Juan y García de Sisniega
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1601
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Tras la muerte de Juan de
Naveda prosiguieron las obras en el puente de Arenas
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Sebastián de Alvear
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1606
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Otro maestro cantero de
Trasmiera, de la Junta de Voto. Interviene en las obras de reparo del puente
de Arenas; sus herederos debieron pagar la quiebra
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Francisco de la Sierra
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1626
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Se ofreció a realizar los
reparos del puente de Arenas por 4.500 ducs.
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Pedro de Saravia
Juan de la Sierra
Juan Ruiz de Sedano
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1626
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En él se remató la obra de
reparar el puente por 4.000 ducs. También trabajó en la iglesia de Santa
María, de Miranda de Ebro y en la de San Pedro de Tejada. Vieron el puente y
dieron su dictamen y tasación los otros dos maestros canteros, tiene dos
arcos hundidos
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Pedro de Solárzano
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1629
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Interviene en las obras del
puente de Valdivielso; solicita la entrega de más dinero para las obras.
Sign. 1987, F. Correg.
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Pedro Barón de Berrieza
Miguel Barón o Varón
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1651
1653
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Remata con su sobrino,
Miguel Barón, y su hijo, Gregorio, las obras de la calzada de los Hocinos en
5.350 ducs
Tras las obras anteriores se
hizo preciso ensanchar el puente de Arenas para facilitar el paso de carros.
Otras fuentes señalan su intervención en el puentes de Arenas en 1644
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Alejo Gutiérrez de Bárcena
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1696
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El informe de las obras del
puente menciona que se trataba de un puente de cinco ojos y cuatro pilares
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Carlos de las Pozas
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1696
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Colaboró con el anterior en
el ensanche de las obras del puente de Arenas o Valdivielso
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Pedro y Domingo Gutiérrez
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1716
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Ambos hermanos llevaron a
cabo obras de reparación del puente de Arenas
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Antonio del Castillo
Santiago de la Sierra
Alejo de Bárcena y Carlos de
las Pozas
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1720-1723
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El primero procedía de
Secadura. Se les remató la realización de las obras en el Puente de Arenas en
precio de 11.400 ducs., hubo que hacer nuevas obras: 7.000 reales. A los
maestros canteros Domingo y Pedro González 4.800 mrs.
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Juan Francisco de Murga
Pedro Mateo de Gallarda
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1852
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Ambos realizaron obras por
valor de 40.000 reales en el puente para reformar y mejorar su estructura
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Francisco Solinis y Juan
Andrés de Solinis. Proyecto para un nuevo puente (puente del Aire)
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1785
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Plano numero 12 para un nuevo
puente del Aire sobre el Ebro. Registro BVMDefensa id. 66237
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