Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


sábado, 1 de marzo de 2014

El Parque de Álava de San Sebastián honra al General Sagardía y su Columna.

Según la página de la enciclopedia Auñamendi, que posee el clásico sesgo nacionalista vasco, Antonio Sagardía Ramos fue un General del ejército español “de origen vasco” aunque Zaragozano desde el 5 de septiembre de 1879, día en que nació. El ABC, en 1956, lo motejaba de Navarro, en fin, yo prefiero llamarlo Aragonés, pero los doctores de ciertas religiones…

Volviendo al tema, nuestro protagonista ingresó en la Academia de Artillería en 1898 y ascendió a comandante en 1921. Don Antonio Sagardía Ramos no era un militar “africanista” sino un profesor sumergido en el mundo de la Matemática y de la Física, como correspondía a su condición de artillero. El 17 de julio de 1936 estaba retirado con el cargo de comandante (fue de los primeros en acogerse a la "ley Azaña" que ofrecía el paso a la reserva al no jurar la nueva república) y residía en Francia.

Sagardía a Caballo
El general Mola, desde Pamplona, le llama al inicio de la sublevación del ejército de Marruecos para entregar personalmente un mensaje a las guarniciones del Loyola (para otros Loiola) buscando su aquiescencia con el golpe de estado. Al mismo tiempo, el comandante es ascendido a teniente coronel (En el ABC de 1956 dicen que ascendió directamente a Coronel), empleo que le hubiera correspondido de haber seguido en servicio activo. Fracasa la sublevación en Donosti y, atravesando Aralar, vuelve a Pamplona. Sagardía es nombrado Segundo Jefe de las tropas que tomarían Guipuzcoa. Dos meses después estaba en manos de los nacionales.

Fue entonces cuando a Sagardía se le encomendó “su” misión: organizar una columna con voluntarios vascos, navarros y riojanos que marcharía a luchar, inicialmente, al norte de Burgos. Es la Columna que lleva su nombre, oficialmente terminará llamándose División 62, formada con 750 voluntarios y soldados que provienen de grupos falangistas y requetés (775 hombres según otras fuentes). La tropa, el armamento y los cuadros de mando se organizaron en la capital foral liberada. En su destino, llegaron poco después del 30 de Septiembre de 1936, se unirían voluntarios de Las Merindades: El Tercio de Santa Gadea formó parte de la 62ª División. La Columna Sagardía defendió con éxito un amplio arco de más de 80 Km. que abarcaba desde Villarcayo a La Lora, todo en Burgos.

Las columnas eran unidades pensadas para golpes rápidos en una guerra corta. En ellas están los hombres más audaces, dispuestos a arrebatar al enemigo las tierras y las ciudades en disputa. Pero, siempre hay un pero, la mayoría de los que forman su columna es gente fuera de edad militar (adolescentes y ancianos). El grupo crece pero aún no alcanza dimensiones para formar una unidad compacta; por otra parte, la ausencia de material bélico adecuado limita la efectividad de las tropas. Fue algo así como una guerra de trincheras, pero en Las Merindades, con escarceos, tiroteos, escaramuzas y bombardeos.

De estas tropas de segundo orden dependía que las fuerzas republicanas no avanzaran hasta Burgos, capital de la España de Franco, o el valle del Ebro. Evidentemente, las fuerzas republicanas del norte, durante los meses de septiembre, octubre y noviembre, forzaron acciones menores pero es a finales de noviembre y en diciembre cuando se ejecuta el ataque más importante de 1936. Entre el 22 y el 24 de noviembre se ejecutó una maniobra complementaria del ataque a Villareal, buscando avanzar a través de Las Merindades hasta Vitoria y el Ebro y separar Navarra del territorio faccioso.

Nunca consiguieron arrollar al ya Coronel Sagardía y a sus hombres en los resecos páramos del norte Burgalés. El coronel se desplazaba de unos puestos sitiados a otros en situación aún más precaria, infundiendo ánimo a sus hombres y organizando la defensa. Cumplieron, lo que atrajo a la propaganda oficial que franquista que en plena postguerra construye monumento en honor a la Columna.


Homenaje a la Columna Sagardía

 
En la batalla de El Escudo, su unidad avanzará por los puertos de Los Tornos, La Sía y Estacas de Trueba hacia Santander. Se alejaba de esta forma quien, siendo militar al mando de la zona, ayudó a la represión de los “Rojos” en Burgos: fusilamientos en el kilómetro 14 de la carretera de Covanera o las ejecuciones en la Torca Palomera de Mozuelos de Sedano.

Tras su campaña en Burgos Sagardía se desplaza con su Columna a Santander, Asturias, Aragón y en 1938 al pirineo catalán, donde se le acusa de la matanza indiscriminada de 67 personas en el pueblo de Sort, comarca del Pallars Sobirá al norte de Cataluña. Por los incidentes aquí ocurridos es también conocido en algunos círculos con el mote de “Carnicero de Pallars”. El 30 de marzo de 1939 tomaba la ciudad de Alcalá de Henares tras tres años de resistencia.

Durante la guerra es Ascendido por Franco a General y, a lo largo de los años, será condecorado varias veces. En 1940 acude a Berlín con Ramón Serrano Suñer (el cuñadisimo de Franco) para negociar la neutralidad española en la Segunda Guerra Mundial. Además recibió en San Sebastián a Himmler cuando visitó España. Sagardía es nombrado posteriormente Inspector General de la Policía Armada y de Tránsito, así como Gobernador Militar en Cartagena.



Sagardía en segunda fila con Serrano Suñer y Himmler
En 1940 se edita el libro “Del Alto Ebro a las Fuentes del Llobregat. Treinta y dos meses de guerra en la 62 División” como homenaje a los hombres que lucharon junto a él: «Les prometí a mis muchachos dos cosas para realizarlas al final de la guerra: un monumento y un libro. El monumento ya está elevado en tierras de La Lora, tan pródigamente regadas con su sangre. El libro es éste que he trazado con mis recuerdos.» Es importante al ser uno de los pocos libros que narran la guerra civil española de 1936 a 1939 en Las Merindades. El libro fue editado por la Editorial Nacional en 1940 y, evidentemente, es parcial. El libro es de gran calidad, con mapas exactos de la zona y tiene numerosas ilustraciones de gran calidad, en blanco y negro y en color, firmadas por los dibujantes Farré, Lagarda, Moisés y Viladomat. Tenía un valor de 20 pesetas.



 
Antonio Sagardía Ramos murió en Madrid el 16 de enero de 1962.

Y ese mismo año, en sesión plenaria, el Ayuntamiento de San Sebastián bautizaba una nueva arboleda como “Parque de la Columna Sagardía” para “perpetuar el recuerdo de los componentes de la citada Columna que, en el lugar en el que hoy se emplaza dicho parque, aprendieron el uso de las armas que más tarde empuñarían con decidido arrojo (...) en la Guerra de la Liberación (...)”.

En los años 30, el Parque de Álava/Araba y todos los terrenos situados al sur, la actual Sancho el Sabio, eran una vasta zona de marismas. Aunque la canalización del Urumea, sucedida diez años antes, había puesto algo Amara Nuevo seguía siendo un vergel campestre. Así, era lógico que la zona fuera utilizada como campo de maniobras. Pasarían cuatro años desde el fallecimiento del dictador para que el Parque de la Columna Sagardía se llamase Parque de Álava “en homenaje a la provincia de Álava”, que se alineó con los sublevados en esa misma guerra. (Tíos listos, si señor).

Pero Sagardía nunca dejó de estar unido a la Bella Easo (Donostia/ San Sebastián). En 1956 el Generalísimo Franco le impuso la Palma de Plata Individual en ¿No lo adivinan? Exacto: San Sebastián.

Aunque también la Columna tiene una calle en Santander.

El Monumento a la 62ª División.

Se trata de una impresionante crestería que atrae la mirada de los conductores de la carretera N-623. Está allí, en el páramo, lúgubre, descuidada, maltrecha, olvidada y pintarrajeada con soflamas a favor y en contra del fascismo. Parece inacabado al resultar difícil ver la cabeza de águila que buscaba representar. Está construida en mármol y algunos, con más o menos tino, dicen que en su interior hay una caja de hierro que contiene el diario de operaciones del General y todos los planos de la ofensiva. Es una romántica historia, ¿verdad?


No es algo único, como sabemos los de Las Merindades, sino que en 1940 se hallaban inaugurados o a punto, varios monumentos y numerosas lápidas e inscripciones a los caídos. Tenemos el monumento al general Mola, inaugurado por Franco en junio de 1939, el Monumento a los Italianos en Las Merindades de Burgos (no en Cantabria como refleja el libro “Nacionalismo español, esencias, memoria e instituciones” editado por Carlos Taibo) o el de la cuarta bandera de falange de Palencia.

La entrada flanqueada por dos columnas da acceso a unas escaleritas que conducen al águila. En la base del monumento están grabados los nombres de las unidades que formaban la columna y División 62ª y los nombres de los constructores. Diseñada en ese estilo fascistoide del cual hay muchos edificios en España y que se mantienen ante la indiferencia de los viandantes. Los que sean del norte, o conozcan Bilbao, pueden ver un ejemplo en el edificio de la Delegación Especial de la Agencia Tributaria en la plaza de Federico Moyua. No tiene pérdida, está junto al Hotel Carlton y en su parte alta tiene tallada un águila de San Juan. El monumento Sagardía no tiene tanta suerte y está en una situación ruinosa.

Con relación a las inscripciones, tenemos mirando de frente, a la derecha:

Al Mando de la 62 División General Sagardía.
1º Bandera de F.E.T. Tercio de Santa Gadea. 
1º Bandera de Palencia 5º Bandera de F.E.T.
6º Bandera de F.E.T.
7º Bandera de F.E.T.
15º Bandera de la legión.
8º Batallón San Marcial.
9º Batallón San Marcial.
61º Batallón San Marcial.
5º Batallón Bailen.
6º Batallón Bailen.
6º Batallón América.
Batallón “C” Melilla.
Batallón “B” Ceriñola.
5º Batallón Zamora.
8º batallón Burgos.
23º Batallón Zaragoza.
1º Batallón San Fernando.
11ª Batería del ligero grupo de artillería de montaña de la brigada mixta de Asturias.
7º Batería del 2º regimiento de Montaña.
24º Batería del 13º Regimiento Ligero de Artillería Grupo “C” Schneider.
4º Grupo legionario.
14ª Batería de Morteros del Regimiento Nº 6.
27ª Batería del 11º Regimiento Ligero Zapadores Transmisiones Automóviles Intendencia-Sanidad-Veterinaria.
6º y 8º Escuadrón de Caballería del Regimiento Español Nº5.



Monumento a la División 62ª

 
 A la Izquierda:

Muertos de la 62 División: Por la España Tradicional Y el Imperio que soñasteis. En vuestra guardia eterna de Luz de Amor y de Paz Guiad los destinos de la Patria con el ejemplo de Fortaleza y de sacrificio Que alimenta en vuestra sangre De héroes.

Finalmente la firma de los constructores:

Proyectó este Monumento: Eduardo Olasagasti, arquitecto.
Dirigió su construcción: José Antonio Olano, arquitecto.
Al mando de las Compañías 14 y 6 y del 6º Batallón de Ingenieros Zapadores.
Constructor ALTUNA San Sebastián (Un nuevo vínculo con la ciudad de Donosti)

El monumento no es un homenaje al general Sagardía sino una ofrenda de este a las tropas que junto a él combatieron.

La prosa de Sagardía.

"...La artillería, compuesta por las dos baterías citadas anteriormente, más una que había llegado de 105 de montaña, la coloqué cerca de Campino, y ya cuando la noche empezaba me retiré a mi puesto de mando de Escalada, a redactar la orden para el ataque del día siguiente. Enviada ésta a las diversas unidades y estando despachando todas las disposiciones para los servicios, cerca de la medianoche el teléfono me llama angustioso para decirme que Espinosa de Bricia acababa de caer en poder del enemigo. ¿Qué había pasado?

Al retirarme de la línea de fuego por la tarde, el pueblo se sostenía valientemente. El enemigo había cesado en su fuego. También él tenía que descansar, después de cuatro días de ataques incesantes; así es que la noticia me llenó de confusión. Marché inmediatamente a Campino, y allí me confirmaron la noticia, traída desde Cilleruelo. Por lo visto, la guarnición, muy diezmada y en un estado de fatiga grande, se había replegado sobre Cilleruelo.

El enemigo mismo no se dio cuenta de la retirada, pasando los nuestros entre los batallones que sitiaban Espinosa. Los heridos y enfermos fueron evacuados, unos en camillas y otros a hombros de sus compañeros. La situación táctica había cambiado, Mi primera decisión fue cambiar de asentamientos la artillería. Libre el enemigo de Espinosa, los batallones que tenían sitiando al pueblo quedaban en libertad para atacar por el sur de Cilleruelo hacia la carretera. Era una temeridad tener la artillería tan cerca. Inmediatamente se empezó el traslado de las tres baterías, que hubo que asentarlas en las lomas al norte del pueblo de Turzo; así, aunque el enemigo llegase a la carretera, la artillería quedaba a salvo; esta suposición yo nunca creí que llegase, pero la prudencia hace que se pasen todas las probabilidades.

También a las fuerzas hubo que cambiar la hora del ataque; pues aún suponiendo que a la artillería la consiguiéramos asentar para antes del amanecer, hora que se había fijado para el ataque, era necesario preparar los datos de tiro con precisión, no bastando hacerlo por el plano, teniendo en cuenta que las tropas nuestras y las del enemigo iban a llegar al contacto, para lo cual era necesario esperar a la luz del día. Marché con las baterías a enseñarles las posiciones nuevas, que yo conocía perfectamente, dejando al Comandante Velloso la orden, modificada en el sentido de que no iniciase el ataque hasta que yo le diese la orden, que sería cuando la artillería estuviese dispuesta". (Aprox. 5 de mayo de 1937)

Bibliografía.

"La Guerra Civil Española no apta parra irreconciliables” Codex
Hemeroteca del diario ABC.
Del Alto Ebro a las Fuentes del Llobregat. Treinta y dos meses de guerra en la 62 División. Antonio Sagardía Ramos.
Diario Vasco.
El Abanderado Falangista Blog.
El Correo de las Matas Blog.
Foro El Gran Capitán.

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