Hoy polisemia que según la Real Academia de la
lengua Española (R.A.E.) es la pluralidad de significados de una expresión
lingüística. Vamos, que “lobo" puede ser muchas cosas.
Fuera de la común –e interesante en nuestro
caso- de “Mamífero carnicero, semejante a un perro grande, pelaje de color gris
oscuro, cabeza aguzada, orejas tiesas y cola larga con mucho pelo, salvaje,
gregario y que ataca al ganado” tenemos otras muchas: desde la “persona
sensualmente atractiva” a la “locha (un pez) de unos doce centímetros de largo,
color verdoso en el lomo, amarillento en los costados y blanquecino en el
vientre, con manchas y listas parduzcas por todo el cuerpo, y seis barbillas en
el labio superior”.
El R.A.E. contiene otras varias, algunas
realmente curiosas, que vamos a adjuntar:
- Escualo de la familia del cazón, sin espiráculos, de hocico más romo y que alcanza un par de metros de longitud.
- Máquina usada en hilandería para limpiar y desenlazar el algodón, consistente en un tambor cónico erizado, que gira dentro de una caja de la misma forma, llena de púas en su interior.
- Garfio fuerte de hierro que usaban los sitiados desde lo alto de la muralla para defenderse de los sitiadores.
- Masa sólida e infusible de hierro que queda depositada en el crisol de un horno, después de un largo período de funcionamiento.
- Embriaguez, borrachera.
- Lomo no removido por el arado, entre surco y surco.
Además el término es usado en diversas
expresiones del lenguaje diario como:
- Lobo de mar: Marino viejo y experimentado en su profesión.
- Lobo marino: foca.
- Camada de lobos: Personas que por tener unos mismos intereses o inclinaciones no se hacen daño unas a otras. Tiene cierto sentido peyorativo.
- Dormir con el lobo: Dormir mientras dura la borrachera.
- Esperar del lobo carne: Esperar algo de quien lo quiere todo para sí.
- Menos lobos: Locución para tachar de exagerado lo que alguien dice.
- Tener el lobo por las orejas: Hallarse excesivamente perplejo.
- Boca de lobo: Lugar muy oscuro. Estar oscuro como boca de lobo.
- Cabeza de lobo: Cosa que se exhibe u ostenta para atraer o recompensar el favor de los demás.
- Can que mata al lobo: expresión para referirse a los perros mastines.
Cazón |
Por supuesto, localismos americanos:
- En la América colonial, nacido de indio y negra, o de negro e india.
- En Chile. Arisco, huraño.
- En Perú: astuto, agudo.
Y su presencia en los nombres de diversos
elementos:
- Cerradura de loba: cerradura en que los dientes de las guardas son semejantes a los del lobo.
- Diente de lobo: Bruñidor de ágata que usan los doradores o especie de clavo grande.
- Hombre lobo: hombre que, según la tradición popular, se convierte en lobo las noches de plenilunio.
- Pedo de lobo: Hongo de color blanco, cuyo cuerpo fructífero, cerrado y semejante a una bola, a veces muy voluminosa, se desgarra cuando llega a la madurez y deja salir un polvo negro, que está formado por las esporas. Se empleaba para restañar la sangre y para otros usos. También es una persona cascarrabias.
- Pozo de lobo: Pequeña excavación disimulada con ramaje y con una o varias estacas puntiagudas clavadas en el fondo, que sirve para la guerra o para cazar. Esta definición sí tiene relación con las loberas, aunque lo que se espera capturar en el agujero es un enemigo en una guerra.
- Salto de lobo: Zanja abierta para servir de límite a un cercado e impedir el paso sin quitar la vista.
Lobera de Castrobarto (cortesía de Tierras de Burgos) |
Y esta última definición nos lleva a la lobera
del día: la lobera de Castrobarto. Esta lobera se encuentra en la Junta de
Traslaloma. Se la data entre los siglos XVII-XVIII, y a sus batidas acudían gentes
de Castrobarto, Las Eras, Lastras de las Eras, Colina, Villatarás e incluso
gentes procedentes del Valle de Mena, de localidades como Cadagua y Lezana, de
las que existe el testimonio de personas que acudieron a las batidas a
comienzos del siglo XX. Con la participación de esos pueblos meneses, el lobo
veía impedido su descenso al Valle de Mena a través de los pasos de La
Magdalena y Pico de Cantonad.
La tenemos en una ladera del monte La Lobera (Ajustado
el nombre, por cierto). Pero cuidado porque otras fuentes la colocan en el
monte de Arriba y el monte de Abajo de Castrobarto. El profundo precipicio
cercano fue un elemento acentuador de su efectividad. Nada nuevo en nuestras
loberas. Su grado de conservación es alto pudiéndose apreciar su estructura
completa Conserva los restos de una posible cabañuela con forma semicircular,
de 150 m de ancho por 2`20 m de largo, ubicada a unos 30 m del foso y abierta
hacia esta estructura.
Cortesía de Tierras de Burgos. |
La longitud de las paredes es de 470 m para la
pared norte y 270 m para la sur (740m en total). Pero el tema de las medidas
siempre es dudoso porque hay otras consistentes en: Longitud total de 705`90 m;
478`30 m la pared izquierda; y 227`60 m la derecha. Esta última se ve interrumpida
por una portillera de 1`30 m y un derribo de unos ocho metros para permitir el
paso de carros. Los tramos de pared próximos al foso presentan una altura de cerca
de dos metros. El espesor de los muros es de unos ochenta centímetros.
El foso es una estructura rectangular de 5`78 m
de largo interior por 2`30 m de ancho interior. Su profundidad es de 2`50 m y
cuenta con una escalera que baja hasta el mismo, una curiosidad no vista en otras
loberas. Su superficie es de unos 17 metros.
Según F. Murga, esta lobera también se empleó para
cazar caballos losinos. Estos pastaban libremente en todos los montes de La Peña.
Bibliografía:
Diccionario R.A.E.
“Loberas en Las Merindades (Burgos)” Judith
Trueba Longo.
“El trampeo y los demás artes de caza
tradicionales en la península ibérica” por Moisés d. Boza.
La lobera de Castrobarto (Tierras de Burgos
blog)
Para llegar:
Desde Castrobarto o bien desde Cadagua (Valle de
Mena). En ambos casos tenemos que subir a La Magdalena. Si lo hacemos desde Cadagua,
tomaremos el camino que lleva hasta el cementerio, destacado por unos altos
cipreses. Llegados a este lugar, seguiremos por un sendero que deja a la
izquierda el campo santo. Continuaremos sin desviarnos por esta senda que,
recorridos unos metros, se convierte en camino empedrado y aparece marcada con
las bandas roja y blanca del G.R-85, referencia que no debemos perder de vista
ya que guía todo el camino hasta llegar al Portillo de La Magdalena. Una vez
aquí, el camino continúa y llega hasta un pinar, donde debemos tomar una pista
que parte hacia la derecha. Llegaremos hasta un bosque de acebos y en este
punto, seguiremos por la pista que continúa de frente. Pasados unos 200 m, en el
fondo de una pequeña vaguada, encontramos, a la izquierda, el foso.
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