Los palacios renacentistas de Las Merindades son
los grandes olvidados de nuestra arquitectura. Reflejan un momento de innovación
arquitectónica y de apertura cultural, militar y comercial de nuestra comarca.
El valle de Valdivielso es un ejemplo de edificaciones supervivientes y es un
grato paseo recorrer sus pueblos y sus casonas. En otras zonas, como es el caso
de Villarcayo y de Villalaín, la supervivencia de las mismas ha sido casi
imposible y las guerras, la avaricia o la desidia las han convertido en ruinas
o en carga para camiones de piedra con destino a rellenos o chalets de dudoso
gusto.
Palacio de los Isla de Villalaín (2016) |
Los viejos edificios renacentistas son caserones
y palacios construidos para la vida doméstica, sin estridencias. Las fachadas nos
gritan, a veces con voz inteligible, los apellidos de sus ilustres habitantes.
Foto antigua de la Asociación Española de Amigos de los Castillos. |
El palacio torre de “los Isla” (aunque luego
perteneció a los Vivanco y a los Angulo) – registrado también como Casa torre
de los Díaz Isla- lo tenemos a la entrada del pueblo, en la carretera general
de Villarcayo a Burgos. Tenemos una torre, una vivienda y un poco más alejada
se ve la ermita de Santa María de Torrentero, vinculada a la familia Isla. Tanto
la casona como la ermita, fueron declarados bienes de interés cultural en 1992
(Decreto 89/1992 JCyL) por la Fundación de Patrimonio Histórico de Castilla y
León y, como tales, permanecen en un completo abandono. En especial la casa
palacio y su torre que resultan prácticamente irrecuperables.
El linaje de los Isla surgió en el lugar
homónimo del ayuntamiento de Arnuero en el partido judicial de Santoña
(Cantabria). Según el genealogista Luis Varona, fue señor de este palacio Gómez
Fernández de Isla que la vincularía al mayorazgo. Le sucede su hijo Pedro de
Isla, abuelo de Teresa Alonso de Isla que casó con Juan Rodríguez Varona.
Heredó esta casa una descendiente legítima de Pedro de Isla que casó con su
primo Diego de Vivanco. Tuvieron a María Gómez de Isla que casó con el capitán
Pedro Díaz de la Peña (No olviden a esta pareja porque volverá a salir).
Vista del interior del caserón (2016) |
El sucesor del mayorazgo fue Pedro Díaz de la Peña
Isla, bautizado el 7 de noviembre de 1576, que casó con Ana de Isla. Esta era
hija de Antonio de Isla y de Isabel Pérez, vecinos de Carrión. Fueron padres de
Mariana, Ángela, Vicencia y Pedro. Sucedió en el mayorazgo Mariana Díaz de la
Peña Isla que matrimonió con Juan de Angulo Cachipín, natural de Villanueva de
Ladrero que tuvieron a los siguientes hijos: Juan, Sebastián, Pedro, Tomás,
Francisco y Mateo.
Pedro Angulo Díaz de la Peña Isla casó con María
de la Torre, hija de Andrés de la Torre Ángulo y Teodora Brahona, vecinos de
Villarcayo. Su descendencia: María, Ángela, Pedro, Manuel, Juan (nacido
31/12/1665), José, Gabriel Antonio y Gregorio Francisco.
Juan Angulo de Isla, casado con María Fernández
de Sedano Salazar, fue padre de Andrés y Bartolomé Angulo de Isla. Andrés casó
con su prima María Sáenz de la Peña y tuvieron a María Isabel, nacida el 26 de
noviembre de 1713, Catalina Rafaela y juliana Águeda.
Detalles del Palacio de los Isla. |
Tenían capilla y entierros en el Real Monasterio
de Nuestra Señora de Rioseco y allí existía, según Varona, una bandera con el
escudo de la familia.
Torre (2016) |
Desde el interior del palacio se accedía a la
torre de cuatro alturas situada en el extremo norte del conjunto. Es
cuadrangular, con casi siete metros de lado. En sus lienzos se abren pequeños
vanos, algunos adintelados y otros de arco de medio punto. No hay almenas. Seguramente
de los siglos XV-XVI.
Adosado a la torre tenemos el cuerpo del
palacio, la vivienda, con fachada de buena sillería y balcón. Es de solo dos
alturas. Sería del siglo XVII. El escudo heráldico de los Isla aparece en la
parte delantera, sobre una columna, y preside un patio cerrado con ripio (salvo
la esquina) al que se accede por dos portalones trabajados con piedra de buena
labra. Sobre la causa de que el escudo aparezca tan desplazado, junto a una
obscena puertezuela, se debe a que estaba en una columna centrada entre dos
arcos y que hoy en día –por el deterioro y la hiedra- no se distinguen. La
columna citada merece un poco de atención. Parece que su capitel es una basa de
orden corintio reciclada (nada extraño) que no coincide en sus dimensiones con el
fuste.
El escudo de armas es de campo partido. En el
primer campo aparece un castillo mazonado y donjuanado, sobre ondas de agua, y
surgiendo de su homenaje un brazo armado que sujeta un estandarte. En el otro
cuartel vemos una barra engolada en boca de dragones, cargada con tres flores
de lis mal ordenadas y acostada por dos ruedas de carro. Son las armas de Isla.
Según Varona el primitivo escudo de esta familia era: Castillo aislado y en él
una bandera blanca con tres flores de lis.
Puerta principal (2016) |
Los portalones exteriores son de arco de medio
punto con grandes dovelas. El del lateral del patio es un arco simple por lo
que podemos pensar que fuese el acceso secundario. Es de sillería, mampostería
y fábrica revocada. Cierra el área con la casa extrema del complejo. El otro
arco, el principal, está frente a la entrada y está flanqueado dos pequeños
cubos almenados, con aspilleras en forma de cruz, de carácter decorativo. Su fábrica
es de sillería y mampostería, con recercado de huecos en la sillería.
Puerta secundaria (2016) |
Esquina de buenos sillares |
Una vez entrado en el patio del conjunto
observamos una puerta de factura posterior, muy posterior seguramente, al
palacio. Esta fue la entrada tras la obra de sillarejo que cegó los dos arcos
de entrada al patio interior de la casa y que desembocaba en la escalera
renacentista por la cual se accedía a la primera planta y a la torre. La misma escalera
fue cerrada con otra puerta de baja calidad y tosco muro. Si somos capaces de
acceder y empujar la puerta de entrada podremos observar el pasamano de
sillares de piedra rebajados similares a los presentes en un conocido palacio
renacentista de Puente Arenas.
Imaginémonos entrando en el patio por el arco
principal y encontrarnos frente a nosotros un zaguán visible a través de los
amplios arcos -al que se podría acceder montado- y con el pasamano de la
escalera de grandes sillares y los escalones de nariz en saledizo (borde
redondeado) invitando a pasar a la zona noble.
Detalles de los escalones y la puesta interior. |
Detalle del pasamanos. |
Actualmente gran parte de la torre y del edifico
están cubiertos de hiedra. Pequeños detalles como la ventana enrejada dan un
toque de decadente romanticismo pero alejado de la artificiosidad de los preparados
jardines decimonónicos.
Parte posterior del Palacio de los Isla. |
Siguiendo el camino posterior nos encontramos
con la ermita, capilla del palacio. Originariamente fue románica pero la
reformaron en los siglos XV y XVI. En su interior cuenta con pinturas murales y
arrastra la leyenda de que albergó la tumba de Laín Calvo, uno de los
legendarios jueces de Castilla.
Ermita de Santa María de Torrentero. |
Otra de las características del renacimiento fue
un cierto gusto por la historia y por difundirla. Independientemente de que los
testimonios literarios, las fuentes, fuesen reales o ficticios. En este ideal
se podría enmarcar la inscripción dispuesta en el arco de la cabecera:
“HOC
OPVS FECIT FIERI GVNDISALBVS / FERNANDEZ YSLIENSIS DO/MINVS DOMVS ET DOMINI
YSLIENSU/S IN IPPIDO QVI VOCATVR BILLA/LEIN ANNO MILLESIMO CEN/TESIMO TREDECIMO”.
Su traducción “Esta obra mandó hacer Gonzalo Fernández de Isla, señor de la casa y
del señorío de Isla, en la casa fuerte de Villalaín”. La factura y su fechado
dejan evidencia de que es una invención para dar “lustre” a la familia Isla que
hacia el siglo XVI tenían esta propiedad y la iglesia, aunque la fecha indicada
del siglo puede servir al templo románico.
Lo que vemos tiene planta rectangular, espadaña
a los pies con hueco y portada de acceso de medio punto, con escudo. Es una
ermita de una nave con cubierta inclinada de teja y cornisa de piedra. La
cabecera destaca por ser de mayor volumen, con contrafuertes diagonales y
bóveda gótica. Fábrica de mampostería, con recercado de huecos en sillería. Del
edificio del siglo XII se conserva el presbiterio con capilla cuadrangular,
apenas iluminada en su día por una sencilla ventana con arco de medio punto
doblado ilustrado con sogueado, que apoya en cimacio de rombos sostenido por
sendas columnas. Actualmente está cegado el vano por tener en su interior un
retablo barroco.
Un arco de triunfo doblado, con cierto
apuntamiento, da paso a la capilla mayor que se cubre con bóveda de cañón
apuntado, con sencilla imposta. Hacia 1500 fueron ilustrados los muros de la
cabecera con pinturas murales representando el Calvario y el Apostolado, obra
de Pedro Muñoz, artífice conocido en varias obras en Las Merindades.
En el siglo XVI se amplía el viejo edificio
románico dentro del gusto de tradición gótica, añadiendo en el costado
septentrional una nave como capilla funeraria de los propietarios disponiéndose
el sepulcro con efigies yacentes del matrimonio formado por Pedro Díaz de la
Peña, capitán de infantería, y María Gómez de Isla. Lo hicieron como poseedores
del Mayorazgo de Isla y, sobre los bienes libres, fundaron una renta para las
reparaciones de la capilla y misas por sus almas. Era el año 1607 y lo
reflejaron en su sepulcro.
Torre en 2016 |
Vieja imagen de la torre (Asociación Española de Amigos de los castillos). |
La existencia de una pintura de la Guadalupe del
Tepeyac, de época barroca, nos hace pensar en que algún Isla pudo acumular
dinero en ultramar y destinar una parte a embellecer sus propiedades en
Villalaín.
Entrada en 2017 |
En un estudio realizado por la arqueóloga Zoe
Escudero Navarro para su posible restauración se descubrieron, al levantar el
suelo, treinta enterramientos (uno de ellos un posible soldado napoleónico) que
estarían vinculados con la familia de los Isla. Una de las tumbas protegía tres
cadáveres, un hombre, una mujer y un niño pequeño, presumiblemente una familia
víctima de alguna epidemia; y había cadáveres con una moneda en una mano.
Bibliografía:
“Historia de Burgos” Arte románico. Salvador
Andrés Ordax.
“Catálogo arquitectónico de Villarcayo de
Merindad de Castilla la Vieja” por Leopoldo Arnaiz Eguren.
“Torres y castillos burgaleses” por Gonzalo
Miguel Ojeda.
“Patrimonio WEB” de la Junta de Castilla y León.
“Blasones y Linajes de la provincia de Burgos.
Partido Judicial de Villarcayo” por Francisco Oñate Gómez.
“Villarcayo, capital de la comarca Merindades”
por Manuel López Rojo.
“Románico Digital.com”
Fundación Santa María La Real.
Para Saber más:
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y, luego, el segundo)
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