Jacques Tatí –o Taticheff- nunca estuvo en Las
Merindades pero un reflejo de sus preocupaciones sí que ha surgido entre
nosotros. En su obra siempre subyace la crítica a la angustia que se produce en
el hombre moderno asaltado por una arquitectura sujeta al funcionalismo, al
diseño y plagada de automatismos. Circunstancias que llevan a que cada ciudad
sea idéntica a la vecina y que reconozcamos la misma edificación en ciudades
diferentes.
Fotograma de "Mi tío". |
Si tienen ocasión les invito a ver la obra de
este meticuloso autor destacando, eso sí, “Mi tío” y “Playtime”. Ahora, tras
esta introducción –que ustedes decidirán si ha sido conveniente- hablaremos de
la historia de Villarías.
Fotograma de "Playtime". |
Este lugar podría haber nacido en tiempo de la
"repoblación" altomedieval. Decimos año 800 pero el entorno estuvo
poblado desde la prehistoria como se ve en La Lastra. En el despoblado de Los
Valles hay restos del bajo imperio romano.
Como no podía ser menos, Villarías aparece
documentado en la carta fundacional del monasterio de San Salvador de Oña,
fechada el 11 de febrero del a. 1011. El conde D. Sancho García y su mujer D.
Urraca constituyen el patrimonio inicial del nuevo Monasterio mediante la
donación de una serie de lugares, entre los cuales está la parte que tienen en
Villarías: “Uilla Aresi et uilla Andino
nostram portionenz".
Villarías en 2018 |
Esta Villa de Ares es Villarías porque en 1282 el
abad de Oña arrendaba a Juan Pérez de Torres, por toda su vida y junto con la
villa de Santa Cruz y el solar de Quintananazar, los solares donados por el
conde Sancho en Villarías. Aún más, la iglesia parroquial, cuyo ábside responde
al románico oniense, pudo construirse gracias a que el Monasterio de Oña tenía
importantes propiedades en Villanías y es señal evidente de la existencia de un
pueblo en plena edad media o, incluso, en la alta edad media basándonos en los
sepulcros situados alrededor del templo. Dependía directamente del priorato de
Tejada, en Valdivielso, y estaba regentada por clérigos que, en el siglo XIII,
eran denominados abades.
Vista aérea de Villarías de 1946 |
En cuanto al nombre mismo del pueblo, los
documentos muestran divertidas variaciones quizá causadas por el evidente
analfabetismo de la población y a que los escribanos trabajan “de oído” y desconocen
su origen semántico. En el s. XIII la documentación de Oña escribe Villaries,
Villariez, en clara dependencia del inicial Villa Aresi. Desde el s. XIV
predomina Villarías, aunque alguna vez degenera en Villaerías y, con mayor
frecuencia, en Villerías.
Entre los testigos de un contrato de compraventa
de 1298 aparecen "don Pedro, abat de
ViIlaries, e don Pedro, el otro abat de Villaries”. El beneficiario era Ferrant
Sánchez de Velasco, "morador en
Villarías". Tras el pleito del año 1322 entre el monasterio de Oña y este
Velasco, ambas partes pusieron en manos de los jueces árbitros Lope García de
Salazar, Fernando Sánchez de Andino, Juan Pérez y Martín Ruiz la solución de la
disputa. El pleito trataba, también, sobre solares en Orbañanos y Pangusión,
así que la sentencia contempla un reparto entre Oña y Velasco de los solares en
los tres lugares. ¿Causa del pleito? Quizá la testamentaría de su hermana
Elvira Díaz, que debió dejar sus bienes al monasterio, a juzgar por lo referido
en la sentencia. Como en tantos otros casos, ese testamento no ampliaba los
bienes de Fernando, así es que debió ocuparlos por la fuerza. Lo que parece
algo muy de esta familia.
Iglesia de Villarías |
A efectos de Villarías la sentencia determinó
que los solares que el monasterio de Oña tenía en Villarías, y que dependían
del priorato de San Pedro de Tejada, los tuviese Ferrán, Ferrant o Fernando,
con usufructo vitalicio.
Lo sorprendente es que, tras esta sentencia, el
lugar de Villarías no aparece en el Becerro de behetría (1352). Tal vez por ser
un avispero vinculado al conflicto que, muy probablemente, se mantenía soterrado
entre los frailes de Oña y los Velasco. María Carmen Arribas Magro duda que la
sentencia de 1322 se cumpliese, especialmente porque no ha quedado registro de
la toma de posesión que se producía siempre con acta notarial.
Villarías en 1956 |
Entendamos que es probable que los Velasco tuviesen
posesiones en el lugar en el s. XIII. Consta que el 18 de noviembre de 1294
Ferrán Sánchez y sus hermanos Enderquina y Lope, hijos de Sancho Sánchez de
Velasco, vendieron al abad Domingo de Oña unas heredades en Santotís. Pues
bien, entre los fiadores se menciona a la madre de los vendedores, D. Urraca Álvarez
de Villariez. Esta vinculación, directa o indirecta, de Villarías a los Velasco
persistirá durante siglos.
Escudo de los Arce |
Pero no serán los Velasco los que marquen el
devenir histórico del lugar. Ese privilegio corresponde a los Arce quienes
ejercieron la autoridad señorial. Esta familia procedía de
Arce, en el valle de Piélagos (Cantabria). Descendientes del caballero Rodrigo
de Arce –las tres casas de Arce: de Villarías, Carriedo y Piélagos proceden de
él- se extendieron por toda España e incluso en el virreinato de Nueva España.
A finales del s. XVI y durante el XVII, varios Arce ingresaron en diversas
órdenes militares y alcanzaron títulos nobiliarios. La rama que se instala en
Villarías en el último tercio del s. XIV prosperó a la sombra de los Velasco
con los que estableció vínculos familiares. Ello les permitió ir ascendiendo en
la escala social. Atienza describe su escudo: "En campo de plata, un puente de piedra de tres arcos, bajo el que
corre un río; en el puente, un castillo, también de piedra, surmontado de cinco
flores de lis de azur, y en torno del castillo estas palabras: “Arcendo vinces
Arce”. Bordura jaquelada de plata y gules, en dos órdenes". Pero, como
habrán comprobado, el escudo que luce la casona no es ese –quizá porque tampoco
esa fuese la casa- sino el de los marqueses de Villarías de los que hablaremos
más adelante.
García Sánchez de Arce es un personaje del
entorno de Pedro Fernández de Velasco, hijo de Fernando Sánchez de Velasco, del
que, bien pudieron recibir la ocupación usurpada de Villarías. En esta
situación el monasterio de Oña debió considerar ventajoso deshacerse de una
propiedad que no controlaban, así es que el 4 de agosto de 1392 cambiaron sus
propiedades en Villarías y en Santa Marina por otras en Hontomín que eran de
García Sánchez de Arce, o más bien de su mujer Juana Sánchez de Barahona,
quienes crearon la Casa de Arce y señores de Villarías a partir de este cambio.
Lope García de Salazar, el fantasioso “primer
historiador de Vizcaya”, en sus “bienandanzas e fortunas”, escribe que, entre
los Arce, "del que ay más memoria,
que más valió, fue Garci Sánchez de Arse, que fue, seyendo escudero asás de
poca renta, venir de contino con Pedro Ferrandes de Velasco, e valió mucho con
él, e casó, e pobló en Villerías". Vamos, lo dicho.
El Salazar lo debió menospreciar al estar
asociado a los Velasco porque no era ya un escudero de poca renta sino que, gracias
a sus patronos había prosperado con los Trastamara. Incluso su mujer era ama
del Rey. De hecho, Enrique III le había donado el monasterio de S. Vicente de
la Maza, en el valle de Guriezo, "con
todos los pechos y diezmos, y rentas y derechos que él había"; prestó
dinero a su hijo Gonzalo para que comprara la casa fuerte de Población de
Valdivielso "con las heredades e
parrales e otras cosas que le pertenecen"; y tenía "casas fuertes e llanas, heredades e
solares, e molinos e molinares" en la zona de las Asturias de Santillana.
Cementerio de Villarías |
A este respecto hay que corregir la afirmación
de García Sainz de Baranda que consideraba Villarías creado por García Sánchez
de Arce en el siglo XV puesto que toma los datos de Lope García de Salazar en
el que no se cita fecha. García Sánchez de Arce debió levantar la torre
bajomedieval al lado de la iglesia; torre de la que, en los años 80 del pasado
siglo, no quedaban más que un montón de piedras y a la que se llegó a llamar
fortaleza en alguna ocasión.
¿Y ese odio del Salazar? Pues porque Arce era
del enemigo como lo muestra este relato de unos hechos de 1385: Juan Sánchez de
Salazar (un genuino buscalíos) fue "a
Villerías fablar a Garci Sánchez de Arce, que era governador de Juan de
Velasco, que era muerto Pedro Ferrandes, su padre, e él queda pequeño, con LX
omes, e prendiolo ally, no como devía... e soltolo por CC ducados que le enbiaron
luego de Somorrostro, e vínose a su casa". Así se las gastaban
entonces.
Villarías en 1973. Se ve la concentración parcelaria. |
Este Garci Sánchez de Arce, en 1396, obtuvo del
rey Enrique III un albalá de merced, que le autorizaba a "hazer mayorazgo de la su casa fuerte de Villerías y de otros
bienes". En este documento Garci Sánchez de Arce se dice hijo de Garci
Saiz, "amo de mi señor el rey e su
camarero", y manifiesta que estaba casado con Juana Sánchez Baraona, "ama del dicho señor el rey".
Constituye el mayorazgo en favor de su primogénito Gonzalo de Arce pero tenía otros
tres hijos y cuatro hijas, una de ellas, Constanza Sánchez, casada con Fernán
Sánchez de Velasco.
El mayorazgo contenía: "La casa fuerte de Villerías, con todas las otras cosas
solariegas, e solares, e vasallos, e parrales, y heredamientos de pan e vino coger
e lleuar, árboles de leuar fruto e no fruto, molinos e molinares, e presas e
represas, y prados y pastos, montes y exidos, y dehessas, y aguas corrientes e
estantes, de la piedra del río a la foja del monte y de la foja del monte a la
piedra del río, que yo, el dicho Garci Sánchez y Juana Sánchez, mi muger,
hauemos y heredamos, nos o qualquier de nos en qualquier manera y por qualquier
razón en el dicho lugar de Villerías e en sus términos; y en santa Marina e en
sus términos; y en término de Medina fasta la Conclouera; y en Villanueua de la
Lastra e en sus términos; en Quintanula de los Adrianos y en sus términos; en
santa Cruz de Andino y en sus términos; en Villaitre y en sus términos; y en
Villacilis y en sus términos; y en Queciles y en sus términos; en el Aldea y en
sus términos; y en la dehessa de Orispe, con todos sus montes y prados, y
pastos, y todos los otros pechos, derechos, e con el señorío, e con la justicia
ceuil y criminal.., y con la merced de los quinze escusados que yo, el dicho
Garci Sánchez, he de mi señor el Rey en el dicho lugar de Villerías e en sus
términos, y en los otros lugares que los yo llevo".
Evidentemente no hay nada como arrimarse a un
buen árbol. Claro que no siempre ocurre y algún Arce se torcía. Saltemos al año
1421, cuando Las Merindades tratan de retornar a realengo. Tenemos del lado
antivelasco a Juan de Arce, hijo de García Sánchez de Arce. Durante cuarenta
días cercaron Medina: "Aposentáronse
todas estas gentes en Villerías e en Rueda e en rededor de Medina".
Pedro Fernández de Velasco, señor de Medina, sobornó a los cabecillas
nombrándoles merinos en la Castilla Vieja bajo su control.
También encontramos en la Guerra de Las
Comunidades a un García de Arce del lado comunero. Otro visionario. Pero la
familia capeó bien el temporal. Al fin y al cabo las purgas del emperador no
fueron tan graves como hubieran podido ser. Así vemos que en 1519 Diego García,
vecino de Villarías, vendió a García Sánchez de Arce -señor de Villarías-
partes de casas y en 1548 tenemos a Martín López y su hijo Mateo vendiendo a Marina
de Arce siete tierras. Lo mismo ocurrió con Isabel González, viuda y vecina de
Medina de Pomar. ¡Es un no parar de compras! En 1550, Pedro de Salazar y Juana
de Salazar, su mujer, vendían a García Sánchez de Arce Cabeza de Vaca y a Marina
de Arce Manrique, su mujer, unas casas en Villarías tejadas y sobradas con su
corral delante.
Villarías entre 1980-1986 |
Cuando en 1581 Martín García, "cura y
clérigo en el lugar de Villerías", empieza a firmar partidas de bautismo
podemos seguir el devenir del lugar. La iglesia de Villarías está advocada a
San Cristóbal, como así consta desde 1515. En 1591 Villarías tenía 12 vecinos,
tres de los cuales eran hidalgos, ocho pecheros y un clérigo. Podemos estimar
una población media que oscilaba entre 9 y 16 vecinos y que mantuvo el
poblamiento hasta tiempos recientes. Estos vecinos los podemos traducir en unos
50 a 80 habitantes. Después de 1968 residirán unos pocos años miembros de las
tres familias que compraron la propiedad al Marqués. Y, desde 1990 y hasta
2007, ni eso.
En 1593 tenemos la boda de Jerónimo de Arce con
su prima Isabel de Arce Manrique que murió a los dos meses. Pena de gasto de 50
fanegas de trigo para pobres de Villarías y algunas dotes para huérfanas del lugar.
Para más inri Isabel, fue enterrada en la iglesia de San Francisco de Medina de
Pomar. Esa que derribaron para facilitar la construcción de pisos y cuyos
restos supervivientes son un restaurante. Ella ha desaparecido como lo ha hecho
el Villarías histórico.
En 1631 el mayorazgo debió ser comprado por Luis
Ladrón de Guevara y María de Padilla. El término de Villarías contaba en 1707
con las ermitas de San Roque, de Santa Marina, y de San Quirce. Tiene los
despoblados de Paredes en el caso de San Quirce; además, de los protohistóricos
y antiguos de los La Lastra y los Valle y de Prado Quintana y su advocación San
Andrés.
Antonio Gallardo Laureada dice que don Sebastián
de la Cuadra "compró a los marqueses
de Olías y Mortara la villa de Villarías con todas sus casas, molinos, dehesas,
derechos de aguas, pastos, montes y la jurisdicción criminal y civil del término,
cumpliendo, así, la condición para ostentar el marquesado." Bien,
bueno, vale pero no debió ser la venta tan amplia pues según el catastro de
Ensenada, quince años más tarde de la concesión del marquesado, se indica que
el marqués de Mortara poseía en Villarías "una
casa torre en esta villa que tiene de ancho catorce varas, dieciocho de fondo y
quince de alto. Confronta por todos aires hacienda del señor marqués de
Villarías."
La conmoción se producirá en 1739 cuando Felipe
V instituya el marquesado después de que Sebastián de la Cuadra Llarena (San
Julián de Musquiz –hoy Muskiz- Vizcaya, 1687 - Madrid, 1766), caballero de
Santiago, se hiciera con la propiedad. Si rastrean el nombre por la internet
les aparecerá que el marquesado fue concedido mediante un real despacho de 22
de marzo de 1739. Les apuntaremos que parece que la rezón oficial para ese
premio fue la aportación de Sebastián a la lucha contra Inglaterra. Este
caballero afortunado fue Secretario de Estado de Felipe V en sustitución de
José Patiño y cofundador de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en
1744. Hizo lobby a favor de Vizcaya en la corte y a favor de las juntas de
Avellaneda frente a las de Guernica.
Pero contemos algo con más miga sobre esta
familia. En la Enciclopedia Heráldica y Genealógica de los hermanos García
Carraffa figura que “Los de este linaje
son de Vizcaya y tomaron su apellido del nombre del barrio La Cuadra,
perteneciente al Ayuntamiento de Musques, en el valle de Somorrostro y partido
judicial de Valmaseda”. El Padre Tomás de Llano (en 1653) asegura que el
primero que tomó el apellido por fundar torre en ese lugar fue un hijo de
Ordoño Zamudio, llamado Iñigo Ordóñez de la Cuadra.
Entre sus descendientes tenemos a Iñigo López de
la Cuadra, al que tomó a su servicio el Rey Don Fernando el Católico en 1476 cuando
juró los fueros del señorío. Acompañó al monarca a Zaragoza y Barcelona. Allí
participó de forma involuntaria en el atentado contra el rey. Les cuento, salía
Fernando del palacio mayor de Barcelona cuando, al quedarse separado de sus
acompañantes, un labrador de Cañamás, en el Vallés lo ataca. Parece ser que
Íñigo interpuso su brazo quedando mal herido y muriendo al poco de regresar a
Somorrostro. Los Reyes Católicos premiaron su acción concediéndole para sí y
sus sucesores una pensión de cuatro mil ducados anuales sobre el
"pedido" de las ferrerías de Vizcaya.
Fijémonos en Juan de la Cuadra, bautizado en
Musques, que el 5 de diciembre de 1607 casó con doña Magdalena del Llano, en la
que procreó a Francisco (09/10/1611) y Juan de la Cuadra del Llano. Francisco casó
en ella el 8 de abril de 1638 con doña Isabel de Medrano y de Foncerrada y
fueron padres de Simón, Isabel y Francisco de la Cuadra y Medrano. Este último casó
(30/11/1672) con doña María de Achiga y tuvieron a Francisco de la Cuadra
Achiga. Este será padre de Juan Francisco de la Cuadra Hernández que será fiscal
de la Audiencia de Sevilla, Secretario de Su Majestad en el Despacho de Estado
y caballero de la Orden de Santiago, en la que ingresó el 4 de abril de 1740.
La casona de Villarías |
Hermanos de este Francisco de la Cuadra Achiaga
fueron: Nicolás de la Cuadra y Achiga, Ministro de Estado de Felipe V; Agustín
de la Cuadra, caballero de Santiago; y Pedro de la Cuadra, Arzobispo de Burgos.
Familia bien relacionada y situada.
En cuanto a Simón de la Cuadra y Medrano (bautizado
en Musques el 27 de abril de 1639) desempeñó en su pueblo el cargo de Alcalde
en 1693, 1695 y 1699. El 17 de agosto de 1676 casó con doña María de Llanera y
tuvieron, entre otros, a Sebastián de la Cuadra Llanera primer Ministro o
Secretario de Felipe V, caballero de la Orden de Santiago -en la que ingresó el
20 de octubre de 1730- y primer Marqués de Villarías. Este caballero fundó
junto a sus primos Agustín de la Cuadra, caballero de Santiago, y Pedro de la
Cuadra, Arzobispo de Burgos, los mayorazgos y vínculos de la casa de la Cuadra
que heredó su prima hermana doña María de la Cuadra de la Bodega, hija de su
tía Isabel.
Escudo del Marqués de Villarías. |
Pero, ¡ay! Tantos esfuerzos para que no te
hereden. Es decir, entiéndanme, para que no te herede ningún hijo. Le sucede su hermano mayor Agustín.
Y esto nos lleva al escudo de la casona. Está
timbrado por una incorrecta corona de marqués y lleva acolada una cruz de
Santiago. Completa la ornamentación un vistoso collar de motivo desconocido. Su
campo es partido con Una cruz flordelisada a la izquierda Y, a la derecha, Tres
barras. En la bordura general ocho cruces paté: Armas de la Cuadra.
Evidentemente es el escudo del primer marqués de
Villarías, previo vizcondado de Nelá, por Felipe V el 14 de enero de 1738, y
Real despacho de 22 de marzo de 1739. Por este motivo la corona que corresponde
al escudo debe ir realzada de cuatro florones, no de ocho, y de doce perlas,
puestas entre los florones de tres en tres y sobre pequeñas puntas.
Por supuesto este regalo regio no era “de balde”
sino que conllevaba las rentas que debían pagar los lugareños y que ya llevaban
mucho tiempo pagando a los Arce. Tanto rentas por arrendamiento como tributos
privados, ojo. La renta se pagaba en especie (mitad trigo y mitad cebada) en
septiembre. Lo sacaban de las 300 fanegas de labrantío que registra el Catastro
de La Ensenada en 1753. A saber: 154 de trigal (20 de primera clase, 84 de
segunda y 50 de tercera), 142 de centenales, 12 de erías y 3 de soto en La
Hortizuela; a las que había que añadir unas 200 fanegas de ribazos y cuestas,
en las que, además de allagas y árgomas, había algún roble. Se cultivaban
productos de secano como el dicho trigo, el centeno, la cebada, maíz, yeros,
titos, habas, avena, algo de lino, algunas legumbres y pocas hortalizas.
Pero en el haber de la cuenta tenemos "una casa, que tiene la puerta del solano,
de doce varas de alto, seis de fondo y doce de largo con más un caidizo que
tiene cuatro varas escasas de alto, de fondo ocho y de largo seis. Surca por
cierzo camino, solano campo, ábrego camino y regañón corral de esta casa."
Poseía también otras casas y diversas fincas. A saber: catorce casas, 5 eras, 3
fanegas de Soto, 28 fanegas y tres celemines y medio de tierra trigal de
primera, 90 fanegas y 9 celemines de segunda, y 14 fanegas y 16 celemines de
tercera. Item 14 fanegas y 8 celemines de tierra centenal de primera calidad,
60 fanegas y cuatro celemines y medio de segunda y 40 fanegas y media de
tercera, 835 olmos, 193 robles, 49 nogales, 7 manzanos, 7 ciruelos, 4
membrillos.
El rendimiento de las tierras del marquesado de
Villarías era bajo y con barbecho cada tres años. Incluso había años en que el
señor no recadaba sus diezmos, como en 1683 cuando el Condestable rebajó los
impuestos a sus súbditos. Con respecto al ganado… tampoco abunda. Tanto el
Catastro de 1753 como la Justificación de frutos decimales, mandada por el
arzobispo D. Javier Rodríguez de Arellano en 1776, nos informan que, además de
la pareja de bueyes cada vecino solía engordar algún cerdo para el consumo
familiar y tenía unas gallinas con su gallo. Había también alguna vaca,
novillos, jatos, pollinos de recría, caballos, ovejas, carneros, burros y
corderos, pero en escaso número. Tenían un pastor común para el ganado lanar, a
10 fanegas (mitad trigo y mitad centeno) al año.
El catastro registra las cuatro colmenas, cuyo
rendimiento se calcula en 3'5 reales cada una, propiedad de Bartolomé García
(Alcalde elegido por el marqués) y de Domingo Muñóz; un molino harinero; y una
taberna arrendada a Antonio González por 212 reales al año. Hay 11 vecinos y 2
viudas, 14 casas habitables y otra pequeña que sirve de horno. Arriendan el
Prado por 60 reales. Hay un Cura Beneficiado, Roque Martínez de Brizuela. Por
su parte el marqués pagaba de alcabalas al tesoro real 78 reales.
Había otros propietarios de postín como el
Convento de Santa Clara que tenía una casa en el sitio de Santa Marina de 10
varas de alto, 12 de ancho y 16 de largo; y, por ejemplo, una finca de dos
fanegas en los Cuarterones. En total las posesiones de Santa Clara hacían 37
fanegas.
Ni médico, ni boticario ni cirujano-dentista.
Eso se lo buscaban en Villarcayo, supongo. ¿Y maestro? “pos, ná de ná” quizá
algo en los días invernales gracias a algún maestro que cobrase en especie para
enseñar a los críos a leer, escribir y "las cuatro reglas". Hasta la
segunda república no tuvo Villarías una escuela nacional con maestro estable.
De hecho, no aparece en el “Anuario del comercio, de la industria, de la
magistratura y de la administración” hasta 1908 cuando sí consta Santa Cruz de
Andino desde, al menos, 1880. Quizá la causa proceda de la diferente situación
jurídica inicial. Claro que, a mi entender, es una errata porque lo coloca a 11
kilómetros de Villarcayo. No sé, no sé…
Villarías en 2003 |
De hecho, dada la calidad de vida, los marqueses
nunca residieron en su feudo. Algo evidente si tenemos en cuenta sus tareas
cerca de los reyes. Nos consta el administrador de finales del siglo XIX: Pantaleón
Martínez… ¡que vivía en Cigüenza! Por él sabemos que las posesiones del marqués
rendían en esas fechas 150 fanegas por el alquiler. En caso de malas cosechas
Pantaleón se encargaba de retrasar la entrega e incluso de rebajar lo debido.
Pero no nos adelantemos más de lo conveniente
porque antes debemos detallar la situación del pueblo en las diferentes
instantáneas que se hicieron durante el siglo XIX. Empezamos por la del
diccionario de Sebastián Miñano que retrata esa España –y sus territorios de
ultramar- de 1826-1829. En él se dice que tenía 15 vecinos que se recontaban en
65 habitantes para los que trabajaba una única parroquia. Este documento
recogía, evidentemente, lo que contribuía el pueblo: 390`22 reales.
Si avanzamos hasta la mitad del siglo otro
compilador como fue Pascual Madoz nos informa que es del “(…) ayuntamiento de Aldeas de Medina. Situado en una pequeña altura
dominada por otras mayores, con buena ventilación y clima frío, pero sano, y
sujeto a constipados y pulmonías. Tiene 16 casas y una iglesia parroquial
(Santiago Apóstol) servida por un cura párroco. El terreno confina al norte con
Medina de Pomar y Villanueva de Rivacardo; al este, Paralacuesta; al sur, La
Aldea; y al oeste, Sta. Cruz de Andino. En él se encuentran el barrio de la
Ortizuela y la granja de Sta. Marina, propia de las monjas de Sta. Clara de
Medina. Esta y aquel se hallan situado a orillas del río Nela, que fertiliza el
terreno, que es arenoso y de ínfima calidad. Los caminos son locales, además
hay uno que dirige a la Rioja. Producción: centeno y abundancia de buenas
patatas; cría ganado lanar; caza menor, y pesca de truchas, anguilas y barbos. Población
11 vecinos; 41 almas. Capacidad productiva: 180`300 reales LMP. 17,30L. CONTR.
1`064 reales y 12 mrs.”
Dada la descripción podríamos decir que
Villarías era un patatal propiedad de un noble.
Campo de Golf de Villarías. |
En el año de 1.907 se agregó al Ayuntamiento de la
Merindad de Castilla-Vieja, parte del que se conoció como Aldeas de Medina, disuelto
ese año: La Aldea de Medina, Barruelo, Céspedes, Barriosuso, Lechedo, Quintanilla
de los Adrianos, Villanueva de la Lastra y Villarias. El resto de pueblos que
lo formaban pasaron al Ayuntamiento de Junta de la Cerca.
Y, como ya hemos comentado, entremos en la
profusión de texto para este pueblo en el año de gracia de 1908. El texto del “Anuario
del comercio” nos recuerda que produce cereales y patatas y que la estación más
próxima es la de Briviesca a 55 kilómetros (¿y la de Bercedo?). La ventaja es
que tenemos una retahíla de nombres. La desventaja es que no sabemos si son de
allí. Nos dice que Bartolomé Fernández era el ecónomo, supongo que de la
iglesia local. Presenta a tres molineros que, tal vez, comparten molino:
Sandalio Diez, Manuel Gómez y Felipe López. ¡Dos herreros!: Hilario y José
Saiz. Quizá familiares. ¡Un médico!: José Fernández. Y esto me sorprende
estando tan cerca de Villarcayo y teniendo tan poca población. Pero mi sorpresa
llega al extremo cuando tenemos la sastrería de francisco Antoniano Quintanilla
y dos veterinarios que eran Constantino rozas y Pedro Zorrilla. Rarito todo.
Si lo cotejamos con el Anuario Riera para el
mismo año vemos que nos dice que hay 47 vecinos de derecho. Nos da dos
propietarios principales, Juan Martínez y Segundo Martínez, que no figuran en
la relación del otro anuario. Para pensarlo, al menos.
Para 1909 la publicación se modera y mantiene a
este ecónomo y a los tres molineros. Nada más. Los demás oficios han
desaparecido. ¿Confirma eso el equívoco presumido para 1908?
Si ojeamos lo publicado en 1911 solo cambia la
titularidad del molino que lo lleva Arriola y compañía (Bernabé Martínez, Juan
Martínez Ruiz y Tomás Pereda). Y sin escuela.
Villarías en 2005 |
Por cierto, el maestro que ejercía el cargo en
1936, que procedía de Ayamonte, fue fusilado por ser de “izquierdas”. Guerra,
postguerra, emigración. Muerte. La muerte de un pueblo fechada en 1968. Al
comenzar ese año parece ser que era Marqués Ángel Ordóñez de Barraincúa y Pérez
de Tagle pero, cuando fallece, la villa de Villarías recae en un sobrino que rápidamente
la vende a un grupo de agricultores que trabajaban las tierras. De estos pasará,
por 7.000.000 pts., a una Constructora vizcaína. Por el año 1972, según nos
sigue contando Manuel López Rojo, pensó la empresa OICOSA en construir una urbanización
de chalés en Villarías. Tras tantear el mercado desechó la idea y revendió los
terrenos a antiguos vecinos del Pueblo. ¿Quizá los mismos que se lo vendieron?
Lo que tenemos claro en que durante esos años se
reorganizaron las parcelas para incrementar su eficiencia y poder emplear
maquinaria moderna. En esta operación el caserío comenzó a ser destruido.
Resistieron la "casa grande" y la iglesia –abandonada.
Lo venden en 1990 a "Villarías 90,
S.L." (Familia Alonso-Arenaza), que delimita todo el pueblo con valla metálica
e inicia la realización del "Complejo residencial deportivo Villarías".
En 1992 se restaura la "casa grande", en cuya planta baja se inaugura
un bar. Construyeron un campo de tiro al plato y un coto con recorridos para la
caza intensiva de la codorniz, perdiz y faisán. En octubre de 1996 se inauguró
un campo de golf, diseñado por el maestro Manuel Piñero, con un recorrido de
nueve hoyos. El día 5 de abril de 1997 volvió a celebrarse la misa en la
iglesia recién restaurada. Presidió la celebración el Sr. Arzobispo de Burgos, D.
Santiago Martínez Acebes.
El último año del siglo XX se crea la sociedad
navarra “Villarías 2000, S.L.” que segrega 64.000 metros cuadrados de terreno
urbano en ese pueblo para crear la urbanización “La floresta de Villarías”. Pero
para llevar a buen fin esta idea moderna y rompedora (en todo el significado de
la palabra) se eliminaron casi todos los edificios resistentes del lugar
quedando… lo que ha quedado.
Villarías en 2017 |
Bibliografía:
“Villarías” por Nicolás López Martínez.
“Anuario del comercio, de la industria, de la
magistratura y de la administración”.
“Anuario Riera”.
“Diccionario geográfico -estadístico de España y
Portugal” de Sebastián Miñano.
“Diccionario geográfico-estadístico-histórico de
España y sus posesiones de ultramar (1846-1850)”. Pascual Madoz.
“La casa solariega de los Arce-Bustillos en
Sedano” por Luciano Huidobro Serna.
“Las siete Merindades de Castilla Vieja” María
del Carmen Arribas Magro.
“Villarcayo y la Merindad de Castilla la Vieja”
Julián García Sainz de Baranda.
“Blasones y linajes de la provincia de Burgos. V
Partido judicial de Villarcayo”. Francisco Oñate Gómez.
“Villarcayo Capital de la Comarca Merindades”
por Manuel López Rojo.
Fototeca Digital de España.
Catastro del Marqués de la Ensenada.
Curiosidades:
Anejos:
Correspondencia de Pantaleón Martínez, de
Cigüenza. Administrador
Cigüenza 19 de setiembre, de 1897
Señor Marqués de Villarías.
Señor de toda mi veneración y respeto. He
recibido su atenta de fecha 14 del corriente y el recibo del saldo que entregué
con la cuenta. Adjunto le mando un estrato de las fanegas bajadas a los inquilinos
de Villarías que verá su S.S. En la lista cobratoria de 1894 bajadas dos
fanegas a Melitón García y en la lista de 1896 trece fanegas y seis celemines
de trigo y lo mismo de cebada, que con este rebajo en vez de ser 162 fanegas y
once celemines de cada grano, hoy son 148 y 5 celemines. Referente a la
contribución que usted se hizo cargo de pagarla asciende el recibo a 283
pesetas y otras 74 que pagan los inquilinos. Sin más Dios conserve la salud a
S. Sa y disponga de este su muy suyo. S. S. Q. B. S. M. Pantaleón Martínez.
Cigüenza 7 de setiembre de 1897.
Sr. Marqués de Villarías.
Señor de toda veneración y respeto. Hoy he
vendido el trigo y la cebada de la renta cobrada a los inquilinos de Villarías,
a D. Dionisio Rámila, al precio de diez pesetas setenta y cinco céntimos fanega
de trigo y cinco pesetas lo de cebada. No se cansan de darle las gracias los
inquilinos por su generosidad para con ellos, por lo que están haciendo propaganda
de ello. Que Dios le conserve la salud dilatada en años... Pantaleón.
Cigüenza a 25 de agosto de 1897.
Señor con toda mi veneración. Me comunican los
vecinos que la cosecha de este año ha sido muy corta, aproximada-mente la mitad
de otros años. Y tan pron¬to como
reciba contestación suya
pasaré a recoger las rentas.
Cigüenza a 7 de setiembre de 1898.
Le Comunico que hoy he recogido las rentas de
algunos inquilinos. Además de mal año se encuentra la cosecha muy atrasada. En
algunos pueblos han perdido la cosecha entera por apedreo. En Villarías solamente
ha sufrido daño en el término de Huerta Vieja y Soto, donde salieron las
"cenagas" y lo arrasaron todo. Esto fue del nublado de piedra que
descargó en La Aldea, Barruelo y otros pueblos. Si debo vender el trigo y la
cebada, espero me lo comunique. En este país tenemos una sequía muy fuerte y
muchos calores, incluso donde no hay río les falta las aguas para el consumo.
Sin más.
Cigüenza, 8 de abril de 1898.
Sr. Marqués de Villarías.
Señor de toda mi veneración y respeto. Le
comunico que en el mes de marzo se ha hecho una planta de chopos como de costumbre
en el Islón y Pradilla. También se han plantado dos docenas en Nogales, en la
Calzada y Sotillos. Tenemos esperanza de que la cosecha sea mejor que la del
año pasado y deseando venga temprana para que las necesidades no duren tanto. Que
Dios le conserve la salud dilatados años y disponga de éste su muy suyo.
Pantaleón.
Muy bueno el artículo. He copiado algunas partes que me interesaban sobre los Arce, parte de mis antepasados. Pienso que por cercanía mis Arce se fueron hacia Carriedo. Después aparecen en Valcaba, donde tengo a mi primer ascendiente conocido Mateo de Arce que está casado con María Sainz. Nacen sobre el 1590. Su descendiente Juan de Arce Pacheco nace en 1696 en San Miguel de Aras, pero se casa en Bueras donde su hijo Fernando de Arce termina por esa zona.
ResponderEliminarPor supuesto te cito como fuente. https://gw.geneanet.org/jlamas_w?lang=es&pz=jose+manuel&nz=lamas+revilla&p=mateo&n=de+arce&oc=1
ResponderEliminarEsa sería mi genealogía.
Solo quería comentar un detalle acerca de Juan Martinez, Domingo Martinez y Pantaleón Martinez mencionados en este blog.
ResponderEliminarJuan Martinez era Juan Martínez de Rivamontán, nacido en La Aldea en 1811. Se casó con Antonia Gonzalez de Villarias y tuvieron doce hijos que extrañamente en una época en la que la natalidad infantil era astronómica, la mayoría llegaron a adultos.
Pero hubo esta reforma del Código Civil diciendo que los recien nacidos tenían derecho a llevar los apellidos del padre y de la madre. Y en la provincia de Burgos de un día para otro todos los apellidos compuestos desaparecieron (horror!). Así que los hijos de Juan se apellidaban Martínez Gonzalez.
Segundo Martínez Gonzalez era uno de ellos. Y estoy casi segura de que este Pantaleón Martínez tambien lo era.
Juan Martinez de Rivamontán era my tatarabuelo.
Un saludo.
Gracias por complementar la información de esta bitácora y le invito a seguir leyéndola.
EliminarUn saludo.