Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


domingo, 19 de enero de 2020

Iglesia de Santa Olalla

Retomamos la visita a Santa Olalla de manos de José Antonio San Millán Cobo centrándonos en la iglesia de la localidad. Pasen y disfruten.

Según la enciclopedia del Románico de Castilla y León, “la pequeña iglesia de Santa Eulalia, constituye uno de los edificios más sorprendentes de todo el románico burgalés”. Y sin dudas, lo más interesante desde el punto de vista artístico. Un templo prerrománico, que en su estilo parece derivado directamente del arte asturiano. El exterior del templo no nos indica ninguna pista de la antigüedad del edificio, nada hace entrever la importancia de la iglesia. Construida en mampostería, exceptuando vanos y esquinas, no conserva en sus altos muros, ni el alero original, ni ventana alguna al exterior que nos hable de sus comienzos. Es un templo de una sola nave y planta de salón. Que podríamos situarlo en los S. IX o X.


La fachada sur, que permite el acceso a los fieles, tiene la puerta de acceso cubierta con un pórtico bajo y empedrado para resguardarse los días de frío y lluvia. Esta puerta presenta un arco de medio punto por el exterior y de medio punto peraltado al interior. Y a su derecha la sacristía cuadrada adosada, probablemente, en el S. XVIII o XIX. Cerrando el pórtico por el Oeste, partiendo desde el suelo, tenemos una pequeña espadaña, con dos campanas en cada uno de los dos vanos lisos de medio punto, de remate apiñonado y de altura inferior al tejado de la nave de la Iglesia, lo que le da una apariencia extraña. Este elemento es un añadido posterior a la construcción primigenia.

En la zona norte de la Iglesia hay una vivienda exenta, que utiliza la “plazoleta” entre la iglesia y su casa como elemento privativo. Tiene varios perros, que hacen prácticamente imposible fotografiar el muro norte. Al este del templo encontramos adosado el cementerio de la localidad.

Plano de la iglesia

Al estar situada en una ladera tiene la parte norte rehundida en el terreno. La nave tiene en su exterior una cubierta a dos aguas, y cuyos esquinales de caliza están bien escuadrados. Se accede al templo por una simplísima portada con arco de medio punto sin moldurar. En el interior podemos ver un ábside cuadrado, que parece ser una ampliación o remodelación del templo en algún momento, probablemente del S. XII (¿?) (Momento en el que aparece la inscripción de consagración en la pared sur). El ábside tiene bóveda de arista encalada, es claramente pos medieval, es de formas barrocas y parece obra del S. XVII o XVIII. Se aprecian restos de unos arranques de nervaduras de una posible bóveda de arista anterior a la actual. El pavimento es de losas de piedra. El paso de la nave al ábside se realiza a través de un moderno arco triunfal de medio punto. Pero sin lugar a dudas, lo más destacado, es la nave del templo. Destaca por su esbeltez. A ambos lados observamos unas enigmáticas series de arcadas adosadas a los muros laterales. Presentan cuatro arcos de medio punto a cada lado, algo peraltados, apoyados sobre pilastras prismáticas encapiteladas por zapatas lateralmente molduradas por estrías escalonadas a modo de engranaje (similar decoración la encontramos en una imposta de la portada de Bortedo, aunque aquella parece más evolucionada y es más moderna) que delimitan así cuatro cortos tramos. Esta sabia estructura es ajena a cualquier otra obra precedente en la zona.


Tiene dos tipos de cubierta, en el presbiterio presenta bóvedas de arista, mientras que en la nave vemos una cubierta de madera. Comentábamos antes que en el exterior del templo solo se veían ventanas modernas, bueno, pues en el interior encontramos una ventana original en el muro sur, protegida de los fríos vientos del Norte. La ventana es muy pequeña, está fuertemente abocinada, como si fuera una aspillera, y en la parte superior tiene un arco redondo. La ventana está actualmente cegada. Presenta un coro de madera situado a los pies de la nave, al que se accede mediante seis escalones de piedra, para continuar el resto de escalones en madera. Este coro, o más bien otro anterior, debió de proyectarse hacia delante porque se observan las marcas en las columnas adosadas delanteras. Sobre la bóveda se encuentra la estructura de madera que sustenta la cubierta a base de enripiado de madera y cobertura de teja árabe.


El edificio está catalogado como de interés histórico-artístico nivel Y, y así mismo figura en el catálogo provincial con el número 101-06/001. Todas estas formas descritas son totalmente originales en la zona y no encajan con ninguno de los templos románicos de las Montañas de Burgos, lo que convierte por derecho propio a esta iglesia en una iglesia única.

Además de todo esto, encontramos tres inscripciones. Dos de ellas se encuentran en el muro Norte. En la zona alta de la pilastra entre el tercer y el cuarto tramo, la más cercana al ábside. Encontramos una inscripción que parece inacabada, presenta una cruz y podemos leer lo siguiente:

“(Cruz) TELLU ABA FU”

Podríamos traducirla como “Abad Tello Fundo(¿?)”. Probablemente un abad importante en los primeros momentos del pequeño monasterio o en su fundación. Ya que antes de ser Iglesia dependiente de Oña, fue monasterio, quizás fundado por alguna familia poderosa de Santa Olalla o de Espinosa. Las dos últimas letras no aparecen en la transcripción de muchos libros sobre la inscripción. Quizás por que esta inconclusa, o quizás porque no se aprecia bien y esta alto.


La segunda inscripción es un poco más compleja y de difícil lectura. Se localiza en la parte baja de la pilastra que divide el segundo y el tercer tramo. Es más fácil de leer por los fieles que la anterior, que se encontraba muy arriba, quizás ese sea el motivo por el que dejaron inconclusa la primera. La inscripción dice así:

(Cruz) TELLU
ABA PETRUS
PASCANTO
MA(g)IST(e)R FUN
/AV … DAVE)

Cuya posible traducción, con muchas reservas, y a falta de algo mejor, podría quedar así: “Abad Tello, Pedro Pascanto maestro fundo…(¿?)” Encontramos un “Paschasivs” en una inscripción de la Iglesia de Villavés, aunque esta es un poco posterior (1159) a la de Santa Olalla, y en otra iglesia, esta vez en Crespos (Valle de Manzanedo) con una inscripción en la que nombra a “Paschasi v s”. Sí que parece clara la relación entre Villavés y Crespos. Y quizás aluda al Arquitecto o constructor como señalan Aitor Lizarazu Pérez y María del Carmen Arribas Magro en sus libros. A raíz de esta inscripción podemos asegurar que Tello era Abad, y no presbítero y maestro de obras, como dice Mari Carmen, ya que el maestro seria Pedro Pascanto. En cuanto a la grafía de los dos nombres Pascanto y Paschasivs, yo me inclino a pensar que eran dos personas diferentes, primero porque son dos nombres parecidos, pero diferentes, y segundo por las fechas de las inscripciones… estaría rozando lo lógicamente asumible para su edad y la construcción de iglesias, dando por hecho que aun estuviera vivo en esa época.


La tercera inscripción, y quizás de la que más se ha escrito por aparecer una fecha, se encuentra en el muro sur, en la zona exterior del ábside. Hoy se accede por el interior a través de la sacristía de la Iglesia. Con toda seguridad esta inscripción se realizó para poder ser vista desde el exterior, como podemos ver hoy en otros templos como en la Iglesia de Villavés o en Villamartín de Sotoscueva, por ejemplo. La parte en la que se encuentra la inscripción no es la parte de la nave, que como comentábamos es la que encierra el arte asturiano, sino es la parte del ábside cuadrado que es una remodelación posterior, y quizás la fecha podría indicarnos el momento de ese cambio de estructura.

El sillar donde se localiza ha estado cubierto de cal, al igual que el resto de la sacristía, pero limpiado de forma somera con posterioridad. Se encuentra aproximadamente a dos metros de altura sobre el suelo. Presenta unos caracteres algo descuidados, encuadrados por una incisión y dividida en siete renglones. La inscripción dice así:

ERA MCLX FVIT
CONSECRATA EC(c)L(esi)A
S(an)C(t)A EVLALIA NOTVM
DIE IDVS MARCII GUNDISALVVS
PR(e)SB(ite)R ET PEREGRINVS AB EP(iscop)O
MICHAEL TIRASONA FECIT CONSE
SECRARE

La última línea está en el sillar inmediatamente inferior. Y cuya traducción de esta consagración podría ser así: “En la era de 1160 (año 1122) fue consagrada esta iglesia de Santa Eulalia en el señalado día de los idus de marzo (15 de marzo) Gonzalo, presbítero y peregrino, la hizo consagrar por el obispo Miguel de Tarazona”. En vista de la arquitectura de la Iglesia y sus formas, esta debió de estar construida mucho antes del paso del Obispo por tierras tan lejanas. Resulta muy curioso que un obispo de Tarazona (Zaragoza) -¡nada menos!- que en la actualidad está a 255km por carretera y poco menos de tres horas de viaje, se desplace hasta un punto perdido en el mapa para consagrar una iglesia. Quizás la causa de esta anomalía, sea la cierta violencia impuesta en el Reino y en su principal obispado por Alfonso I el Batallador en esa época. Y sabemos que Alfonso I realizó diversas donaciones a San Salvador de Oña.


Miguel, fue el primer prelado de esta nueva diócesis de Tarazona, recién reconquistada a los musulmanes, entre 1119 y 1141 (En la mayoría de los textos dice 1151, pero Argaiz lo argumenta con un documento que dice que murió en la misma fecha que otro personaje…). Esa ciudad y todo su territorio, pertenecían a la frontera de Aragón con los reinos musulmanes. Esa frontera se estaba ensanchando poco a poco gracias a Alfonso I el Batallador. Debemos recordar que la Reina Doña Urraca se había casado en segundas nupcias con Alfonso I, y este en esa época conservaba el Alfoz de Castro dentro de la cual estaban Espinosa y Santa Olalla, esto lo sabemos por la donación de San Pedro de Noceda en Espinosa de los Monteros a Oña (1130). Doña Urraca y su marido Alfonso I, estuvieron en Guerra entre 1121 y 1123. Lo Cual explica la posible cercanía del Rey Aragonés en la zona de Espinosa. Quizás nuestro Obispo Miguel de Tarazona viniera acompañando al Rey, aunque esto no lo atestigua ningún documento. Otra teoría que tampoco presenta documentos, dice que este prelado aragonés llego a esta tierra haciendo su peregrinación a Santiago, aprovechando lo que hoy llamamos “el Camino Olvidado”. Y Gonzalo aprovecharía su paso para que le consagraran la iglesia. Y aunque ambas teorías son perfectamente validas, y pudieron incluso combinarse, quizás nunca sepamos la verdadera razón de porque un obispo de tierras tan lejanas consagro la Iglesia de Santa Olalla de Espinosa.

Según Argaiz en su Soledad Laureada, Castañeda se llama así, por estar situada en un lugar lleno de árboles de este género, “y no sé por qué camino tomo la vocación de Santa Eulalia, porque la iglesia tiene la vocación de Santa Lucia y aquel día se le hace fiesta.”  También nos habla de Gonzalo, un monje santo del cual dice lo siguiente: “Había venido a esta tierra un sacerdote llamado Gonzalo, grande siervo de Dios, no se dice su patria ni se sabe. Aficionáronse a él, y tanto, los monjes de Oña y los patrones de la Iglesia de Santa Eulalia que le dieron que sirviese y viviese en ella. Hízolo así, y fueron reconocidas sus virtudes y buen ejemplo que se le fueron aficionando más cada día los caballeros patrones, y él les ganó de modo la voluntad que le hicieron muchas donaciones…”

Aunque ya queda dicho que no se sabe la procedencia de Gonzalo, algún autor ha intentado hacerle natural de Asturias, solamente porque el Arte de la iglesia es Asturiano. Lo han relacionado, lo han mezclado bien, y ya está, ya tenemos respuesta para el misterioso origen de Gonzalo. En fin, bromas aparte, creo que es muy difícil poder asegurar de donde era a menos que se encuentre un documento o incluso los huesos de Gonzalo para poder analizar su ADN.


El arte mueble de la iglesia, no presenta obras importantes, a excepción de un par de tablas, quizás del Maestro de Oña, de finales del S. XV o principios del S. XVI. En la actualidad esas tablas, dedicadas, probablemente, a la Vida de Santa Lucia, que es copatrona del templo. Están restauradas y depositadas en el Museo de Arte Sacro de Espinosa de los Monteros, en la Iglesia de San Nicolás. Muy probablemente pertenecieron a un retablo mayor, de pintura gótica que se encontraría en esta iglesia antes del actual. Y estas son las dos únicas tablas que se han conservado.

Otro bien mueble muy interesante es un sagrario de madera pintado, en la segunda mitad del S. XVI y que hoy se conserva en la sacristía. Este sagrario corresponde al mismo estilo del que se encuentra en la Iglesia de San Nicolás de Espinosa y que se realizó en la misma época para colocar, por orden del Concilio de Trento, el sagrario en mitad del retablo. Produciéndose otro paralelismo interesante. Muy probablemente el retablo que había en ese momento en Santa Eulalia, era el de Santa Lucia, un retablo que en todo tuvo que ser muy parecido al de la citada iglesia de San Nicolás de Espinosa. El sagrario de Santa Olalla necesita una restauración y una puesta en valor. Este, presenta tres laterales visibles separados por columnas estriadas y capiteles de estilo dórico. En la parte superior del lateral izquierdo hay una cenefa en la que pone una inscripción: “1575”. Justo debajo, encontramos una pintura con un personaje barbado vestido de azul-gris, con una capa roja, que sostiene un libro abierto en la mano izquierda y en la derecha sostiene unas llaves (2) por lo que podría tratarse de San Pedro.

La parte central tiene otra inscripción en la cenefa superior que dice: “EXPEx(?)SISON-IE(?)” Que desconozco totalmente que puede significar. Debajo, presenta una tabla con decoración geométrica floral, con pan de oro. En el centro se abre una pequeña puerta que da acceso al interior, para cobijar el Cuerpo de Cristo. Esta puerta está pintada con un Cristo de pie, con el torso desnudo y vestido con una capa roja. Este cristo esta barbado y parece salir de su cabeza unos rayos de santidad. En el centro a su derecha conserva una pequeña cerradura que abriría con llave el sagrario. La mitad inferior izquierda de la pintura se ha perdido. El interior está pintado de azul.

La tabla de la derecha, también tiene su cenefa, pero está muy estropeada y apenas se intuye la parte superior de algo que parece un siete, pero no puedo decirlo con seguridad. Respecto a la pintura de la parte inferior, representa a un hombre maduro, barbado, vestido de rojo con una túnica verde, que sostiene un libro en su mano derecha y una espada en la izquierda, por lo que deducimos que se trata de San Pablo. La parte inferior izquierda de la pintura también se ha perdido.


También posee un par de cuadros colgados en la nave de la iglesia, uno de San Antonio de Padua, probablemente de finales del S. XIX y otro de la Virgen María, de la misma época o incluso de principios del S. XX. Ninguno de los dos es bueno. A los pies de la nave, en una esquina se encuentra la pila bautismal redonda y grande, de arenisca, sin mucho valor. A la entrada de la sacristía, se encuentra una especie de retablo construido con piezas de otros retablos, probablemente, pero inconexas entre sí. En la parte superior un Cristo crucificado, de no muy buena facción, que podría ser barroco. En el mismo montaje, pero a sus pies hay tres tablas talladas y doradas, restos de algún otro retablo. Estas tablas son barrocas, probablemente del S. XVII. Las tres son rectangulares y no muy grandes. Separadas unas de otras. La primera tiene tres figuras. Empezando por la izquierda un hombre joven, imberbe y rubio. Su mano derecha en ademan de bendecir y en la izquierda sostiene un cáliz y sobre este un cordero. Representa a San Juan Bautista. La segunda figura, la central, representa a un hombre más maduro y moreno. En su mano derecha sostiene un par de ladrillos y en la izquierda un libro abierto. Creo que este representa a San Pedro, como padre de la Iglesia. Y el tercero, también un hombre maduro, moreno y barbado con lo que parece una espada (rota) en su mano derecha, y en la izquierda sujeta lo que parece un gorro, pero no estoy seguro.

La siguiente tabla, la central, tiene cuatro figuras. Todas ellas varones. El primero, barbado y moreno, mirando de frente. Su mano derecha, que es la única que se ve, por estar la otra por detrás de la siguiente figura humana, sostiene algo que podría ser un bastón o un cayado, pero con su base mucho más ancha, por lo que no tengo la certeza total de que sea lo que digo. La segunda persona representa a un hombre barbado, moreno y maduro, mirando hacia el centro de la composición y sosteniendo en su mano derecha lo que podría ser un libro (¿?) y en su izquierda una sierra o una espiga. El tercero también mirando hacia el centro, sostiene en sus manos un palo, báculo o cayado, y este sí es de las mismas dimensiones en ambos extremos. El último hombre de esta tabla, es un hombre mayor, sin barba, y pelo blanco, con la mirada hacia abajo, sostiene en su mano derecha un libro y en su izquierda está sujetándose la túnica. Desconozco a que santos pertenecen estas cuatro figuras.

En la última tabla de esta serie de tres. Aparecen solo dos figuras masculinas. La tabla está mejor conservada, pero está cortada en su extremo derecho, por lo que entendemos que faltan una o dos figuras. El primer hombre es un señor mayor, sin barba y pelo casi blanco, que con su mano derecha en alto sostiene una cruz con los extremos redondeados. Con la mano izquierda sostiene un libro. El siguiente otro señor maduro, pero más joven que el anterior, con barba y pelo moreno. Sostiene entre sus dos manos la cruz de San Andrés con la que fue martirizado, por lo que entendemos que esta es la advocación para este santo.

En la parte inferior de estas tablas hay un marco pegado al suelo y de forma horizontal, que contiene una tela o cuero pintado. Cosidos entre si sus rectángulos. De estilo barroco con motivos florales y representaciones de uvas y otras frutas, nos recuerda al barroco americano, por lo que no descartamos que la pieza hubiera venido de algún Virreinato en América. La parte inferior de la composición está separada del marco y destensada, faltando algún trozo de la misma.


También en la cabecera, pero al lado del evangelio, encontramos otro retablito recompuesto con piezas de otros retablos. Es una composición barroca y la mesa del altar parece neoclásica. Comenzando la descripción del retablo desde abajo, encontramos pegado a la mesa un remate final de un retablo barroco. Con su clásica terminación piramidal en forma de conca y adornos vegetales. Todo ello dorado. A ambos lados tiene una columna dividida en dos partes, la inferior con una decoración de cortinones y una cara de ángel, y de la mitad para arriba una columna estriada sobre la que se apoya un capitel corintio. Sobre estos una cornisa tipo frontón pero cortado y unido por la parte superior en forma de arco con dos ángeles tumbados sujetando una corona en el centro, debajo de la cual hay otra cara de ángel. En la parte central hay un cuadro de la Virgen María coronada con el niño en el Cielo rodeada por ángeles adultos. La pintura parece obra de finales del S. XIX. Las columnas no están protegidas por la parte posterior por la parte central del retablo, quedando al aire, y dándole un aspecto de composición efímera y temporal. Justo delante del cuadro de la virgen hay una pequeña talla de San Benito barbado y con hábito negro. Sin duda perteneció a la iglesia cuando esta era propiedad del Monasterio de Oña. Por lo que dicha obra tiene que ser probablemente del S. XVIII.

El retablo central es neoclásico, seguramente de la segunda mitad del S. XIX. Tiene dos cuerpos y tres calles. El primer cuerpo está concebido para escultura con tres nichos. El del evangelio en el que se recoge la a la Virgen María con el niño, el central en el que se custodia una cruz plateada en un sistema tipo torno que se puede tapar en Semana Santa, y debajo de él se alberga el sagrario. Con la representación en dorado de una custodia de oro. En el tercer nicho se guarda una imagen barroca de Santa Lucia, que nada tiene que ver con este retablo, por lo que se tuvo que aprovechar de un retablo anterior.

El cuerpo superior, dedica sus tres calles a la pintura. En el lado del evangelio el Sagrado Corazón de Jesús, en el lado de la epístola el Sagrado Corazón de María, destensado en su parte superior. La pintura de la calle central, más grande que las anteriores, representa a Jesús cuando le estaban juzgando los sumos sacerdotes. Jesús está desnudo con un paño de pureza y una capa roja, atado de manos y con la corona de espinas y cuatro figuras acosándolo. Rematando el retablo vemos un ojo inscrito en un triángulo y este a su vez en un círculo del que salen rayos de sol, representando todo ello a Dios. A los pies de esta pintura de Jesús encontramos otra talla que no corresponde con el retablo. Un busto barroco de una mujer, joven y rubia, con el pelo corto, que sostiene en su mano derecha una palma del martirio y en su mano izquierda un libro. En el pecho tiene un agujero que sirvió para depositar sus reliquias. La talla representa a Santa Eulalia, patrona de la Iglesia.


Junto al altar también encontramos lo que parece un capitel románico (¿?) que hoy es base para sujetar una Cruz procesional. El pie de lectura del evangelio es una columna dorada y estriada barroca proveniente de algún otro retablo anterior, sobre la que se apoya una base de lectura para libros. A la entrada de la cabecera de la iglesia, desde la nave hay dos cuadros de finales del S. XIX. A la izquierda uno de San Antonio de Padua, con su vida y milagros, y a la derecha la Virgen María como reina del mundo, desde el cielo, sobre un globo terráqueo pisando una serpiente que representa el mal.

En el muro norte de la nave, hay un pequeño nicho y en su interior se encuentra otra imagen barroca de una santa morena, de pelo largo con dos pequeñas cabezas de ángeles saliendo de la parte de debajo de su falda. Ha perdido las manos y lo que pudiera sostener en ellas. Y aunque no estoy seguro me recuerda a las imágenes de María Magdalena.

Los libros parroquiales que hoy se encuentran en el Archivo Diocesano de Burgos son:

Libros de Bautizados: 1603-1709 (muy deficiente): 1710-1940
Libros de casados: 1620-1709; 1711-1878
Libros de difuntos 1620-1709; 1710-1947
Libro de confirmados 1895-1929
Índice de bautizados 1711-1834
Libros de fábrica 1735-1940
Libros de matrícula 1861-1905
Documentación de Inventario, casa, exp. Matrimoniales.





Bibliografía:

Arte Prerrománico en Castilla y León. Javier Sainz Saiz. Ediciones Lancia 1996
Merindades: la cuna de Castilla. Merindad de Valdeporres, Villavés y alrededores (1011 - 2011) Aitor Lizarazu Pérez.
Las siete Merindades de Castilla Vieja. Castilla Vieja, Sotoscueva, Valdeporres y Montija. María del Carmen Arribas Magro. ACCI. 2018
Enciclopedia del Románico en Castilla y León. Burgos. Vol. III.
Diccionario de Madoz
Censo-Guía de los archivos parroquiales de la diócesis de Burgos. Matías Vicario Santamaría. Publicaciones Arzobispado de Burgos. 1988
Aula activa de la naturaleza. Espinosa de los Monteros (Burgos). 1995. Junta de Castilla y León.
Soledad laureada. Provincias de Asturias y Cantabria. Fray Gregorio Argaiz. (1675)
Iconografía de los Santos. Juan Carmona Muela. Akal. 2011.
Blog “Siete Merindades”
Monasterios primitivos en la Castilla Vieja (S.VI-XII). Nicolás López Martínez.
Catálogo del patrimonio histórico del Camino. José Ángel Lecanda. Junta de Castilla y León.
Estudio arqueológico (catalogo y normativa) integrado en la Revisión de las Normas Urbanísticas Municipales de Espinosa de los Monteros (Burgos). 2011
Blasones y linajes de la Provincia de Burgos. Partido Judicial de Villarcayo. Francisco Oñate Gómez. 2015
Memorias de D. Nicolás Barquín Arana, Abad de Pechón. Primera mitad del S. XIX
Merindades: la piedra de Castilla. Aitor Lizarazu Pére

5 comentarios:

  1. Leyendo tu interesante articulo sobre Santa Olalla y al mencionar al obispo de Tarazona me ha venido a la cabeza la iglesia, no lejos de allí, de San Miguel de Cornezuelo en cuyo tímpano, muy curioso por cierto, luce una cruz de Iñigo Arista, emblema del reino de Aragon al derivar del navarro, esto quizá vendría a apoyar la teoría de que el obispo llego acompañando al rey, ya que esta iglesia es de esa época, la teoría del peregrinaje a Santiago es complicada ya que el camino olvidado proviene del País vasco y el viene de Tarazona, Alfonso I, no hay que olvidar que también era rey de Pamplona, estaba pensando en eL reparto hecho por su bisabuelo Sancho en el cual estas tierras dependían de Pamplona, ¿conoces la iglesia de San Miguel?, como curiosidad te diré que en ningún sitio que habla de esta construccion, incluido wikipedia, se menciona la cruz patada, se describen los otros elementos, pero la cruz, tan llamativa en estas tierras, parece ser que nadie la ve.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Interesante comentario que tendré en cuenta y, espero, también lo tenga el autor invitado que ha realizado la presente entrada: José Antonio San Millán Cobo.

      Un saludo.

      Eliminar
  2. Hola Albiz. Muchas gracias por tu comentario, soy José Antonio. Conozco la iglesia de San Miguel de Cornezuelo, es una verdadera Joya que no muchos conocen, desgraciadamente. Si te soy sincero, no tengo muy estudiada esa iglesia, y aunque no hay una fecha de construcción para ella, bien podría haber sido a principios del S. XII cuando las Montañas de Burgos eran parte del Reino de Navarra bajo Alfonso I el Batallador.
    El tímpano al que haces referencia es un tanto tosco, casi infantil y desproporcionado en la figura del hombre y el león, lo que a la vez, le da un carácter peculiar y atractivo. A su izq. Aparece la cruz patada a la que haces referencia, en la misma posición en la que iría dentro de un escudo. Por lo que cada vez veo más la posibilidad de que el origen de la iglesia se sitúe en esa misma época.
    Y si, la teoría del peregrinaje es complicada, pero recordemos que los reyes aún no habían potenciado el llamado Camino Francés, y el Camino Olvidado seria uno de los más importantes. La gente viajaría por este o intentaría unirse a él en algún punto. Por lo que no veo inconveniente en que el camino viniera del País Vasco o de cualquier otro lugar. Yo lo entiendo como una autopista de la Edad Media. El obispo podría muy bien haber aprovechado su viaje con el Rey para realizar el Camino, aunque probablemente nunca lo sepamos con certeza, ya que nos faltan muchos datos… pero la posibilidad existió.
    En la enciclopedia del románico de Castilla y León aparece la Cruz patada del tímpano, hace mención a la idea de salvación que puede representar la cruz, pero sin tener en cuenta el simbolismo y la relación con el Reino de Aragón, lo que, como muy bien indicas, nos daría una pista muy importante para entender la iglesia.
    Muchas gracias por tu comentario Albiz. Y por darnos a conocer la Iglesia de San Miguel de Cornezuelo, otra de las maravillas desconocidas de nuestra tierra y por aportar esa idea tan interesante sobre la Cruz patada.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es verdad que el tímpano de San Miguel esta calificado como tosco, pero en mi opinión no es así, lo que hace es usar el expresionismo típico del románico es su máxima expresión, como es sus maravillosos canecillos, incluso el león sale mordiéndole el brazo al santo, cosas que desaparecieron con el gótico y hay que procurar como sea poner esta iglesia en valor. En cuanto a la cruz patada lo mas probable es que fuera simplemente una muestra de dominio y posesión. Gracias por responder y te animo a seguir en tu labor divulgadora.

      Eliminar
  3. Muchas gracias a ti Albiz. Siempre es un placer intentar que se conozca lo que nadie conoce. Redescubrir nuestras historias no escritas y poner en valor, lo que para muchos puede ser algo habitual porque ha estado ahi siempre...

    ResponderEliminar

Por favor, tenga usted buena educación. Los comentarios irrespetuosos o insultantes serán eliminados.