Mezclo
a sabiendas el nombre de dos poblaciones que están a unos 800 metros entre sí
porque la vida de Llano de Mena debió discurrir siempre paralela a la de su
vecino Santa Cruz. Fue tal esta situación que, a mediados del siglo XVIII, ambas
localidades eran “barrios” de un municipio conjunto, de un Concejo. Incluso es
probable que el origen de Llano y Santa Cruz fuese consecuencia del
establecimiento en las cercanías del monasterio de San Julián, del que existe
referencia en el siglo XII (1174). Tristemente la iglesia superviviente de ese conjunto
reventó por la explosión de las municiones que se guardaban dentro durante la guerra
de 1936-1939. Lo que pueden ustedes llegar a ver son sus restos: un lienzo de
campanario y un paredón con aleros moldurados. Estos restos dan sensación de la
existencia de una sala rectangular. Existía una portada románica de finales del
siglo XII que tuvo una azarosa vida hasta terminar en el castillo de Ampudia.
Llano
se documenta en el apeo de los bienes diocesanos de 1515. Su iglesia debió
estar dedicada a Santa María y pertenecía en propiedad al obispado que recogía
allí todos los diezmos, granados y menudos. En 1591 Llano se censa en un mismo
epígrafe con Santa Cruz, Ciella y Novales, y todos suman 40 vecinos, 39 de los
cuales eran hidalgos y un clérigo. No solo entonces, sino también en la visita del
arzobispo Navarrete de 1707 recogen lo relativo a Llano en el acta de Santa
Cruz. Allí se indica que la iglesia de Santa María de Llano estaba “decente”,
no obstante, mandó el obispo llevar la imagen a la ermita. Es irónico que tuviese
esa calificación frente a los diecisiete templos calificados como
"pobres", "muy pobres" o "indecentes", dado que
ya no hay rastro de la iglesia de Llano. Entendemos que, con mucha
probabilidad, la iglesia estaría situada lejos de las casas, lo que llevaría a
ordenar el traslado de la imagen a la ermita de Santa Isabel situada en medio
del poblado. Quizá eso aceleró la desaparición de la iglesia. Santa Isabel
aparece en 1870 como santuario del que procedía una heredad desamortizada.
Si
se fijan en una pequeña loma al Suroeste de Llano, a unos 100 m en el camino a
Santa Cruz, se encuentran restos de teja, cerámica común y loza lo que es
indicativo de un hábitat y apuntamos la posibilidad de que se trate de los
restos de la iglesia de Santa María.
Llano de Mena 2023 (Google)
El
arzobispo añadió que "las iglesias de los abades de este valle..., son
las peor servidas y mal ornamentadas, las iglesias de la cámara son de las más
indecentes y desprovistas de todo y en las más es necesario hacer otra mayor y
cuidar de que estén más asistidas y ornamentadas de lo que se
hallaron...". Esta situación era causada por la imposibilidad de los
feligreses del valle de Mena para mantener sus numerosos templos y ermitas en
buen estado. El tiempo hizo el resto del trabajo. Y la guerra, claro.
Elías
Rubio Marco, amigo de entrevistar lugareños, anotaba que “las personas más
mayores del contorno sólo recuerdan en este lugar la existencia de una ermita
dedicada a Santa Isabel. Esta ermita aún se mantiene en pie, pero está fuera de
culto y totalmente vacío su interior”. Y, comentaban, que fue utilizada
como iglesia del pueblo.
Si
quieren acercarse al pueblo, Llano se encuentra a 7 kilómetros de Villasana. Se
accede por la carretera Burgos-Santoña (C-629); desde Villasana de Mena a Santa
Cruz, y desde este pueblo a Llano, por camino carretero y en un trayecto de 800
metros. Formaba, por tanto, parte del partido de Arriba del Valle de Mena. Poco
encontraremos cuando logremos acercarnos salvo un bello paisaje porque solo se conserva
una casa habitada. Nada raro en el Valle de Mena, ni en la total extensión de
Las Merindades porque, si lo recuerdan, ya se habló en esta bitácora de Berrandúlez,
en este valle, y de otros pueblos muertos.
El
inevitable Catastro de Ensenada nos mostró lo unidos que estaban ambos pueblos
al recogerlos en una única referencia. Allí se presentó Gregorio Marcos Vallejo
como subdelegado regio para entrevistarse con Francisco de llano, Antonio
Fernández de Villa, Manuel Gil, Juan Manuel Zorrilla y Antonio de San Román,
amén del cura de la parroquia conjunta, Andrés Fernández García. El texto deja
sentado desde el principio que "este Concejo se llama de Santa Cruz y
Llano, que son dos barrios unidos y es Jurisdicción Real de este Valle de
Mena". Dijeron que eran tierras de secano, alternando anualmente en
algunas de ellas el trigo y el maíz. También señala que tenían una comunidad de
pastos con Viergol. Había manzanos, perales, nogales, cerezos, ciruelos… Como
curiosidad diremos que los vecinos -no sabemos si de Llano o de Santa Cruz- no
tenían medida la extensión de las fincas. Quizá por eso -siendo irónicos-
carecían de molinos, batanes, minas o salinas. Entre ambas aldeas tenían
veintidós colmenas y solo tres vacas. Eso sí, había sesenta ovejas, ocho
pollinos, veinte cerdos y “como cien cabezas de cabras”.
En
el concejo había quince vecinos, cinco viudas y “dos habitantes” que no vivían
ni en casa de campo ni en alquerías. Tampoco había pobres. Ni convento. Ni
hospitales. Dadas las características del concejo no sabemos separar los
habitantes y las casas de Santa Cruz y las de Llano. Una pena.
El
diccionario Miñano (1826-1828) nos crea una entrada de este pueblo, pero nos
subraya que está integrado en el de Santa Cruz. Sin más datos. En 1850, el
diccionario Madoz nos dice que Llano, solo, tenía ocho casas y una iglesia bajo
la advocación de San Pedro que era anexa a la de Santa Cruz. Puede que este
diccionario se equivocase al nombrar la advocación por lo que dicen Elías Rubio
y María del Carmen Arribas-Magro. También nos indica que tiene la ermita de
Santa Isabel y que por allí pasa un arroyo llamado Iberino. Cosechaban trigo,
cebada, avena, yeros, habas, alholvas, maíz, patatas y lino. Había ganado
vacuno, yeguar, mular y cerda. Y, si querían variedad, podían cazar perdices,
liebres, jabalíes, zorros y codornices.
Llano de Mena 1946
En
1884 residían veinte personas en Llano y se contaban siete edificios, pero sólo
dos habitados. En 1894 son veinticuatro habitantes y Santa Cruz cincuenta y
ocho. Para 1905 han bajado a diecinueve residentes. Y en 1906 anotan dieciséis.
No nos fiemos mucho de las cifras que publicaban los anuarios porque el
“Riera”, para 1908, habla de veinticuatro vecinos de hecho. Para 1950 residían
doce personas en Llano de Mena repartidos en tres viviendas.
El
pueblo nunca tuvo escuela y sus niños asistieron a las de Medianas y Menamayor.
Al no haber tenido molino los vecinos llevaban a moler su grano al de Cerezo.
Por supuesto, nunca llegó a disfrutar de luz eléctrica ni de agua corriente. Se
surtían de una fuente lejana al pueblo. En general, los de Llano tuvieron que
desplazarse para cualquier tema, excepto para cocer la cal y fabricar tejas, al
disponer de un calero junto al camino de Viergol.
Los
últimos tres residentes de Llano de Mena fueron: Tiburcio Ortiz, Gabino Luengas
y José López. El primero de ellos, junto con su familia, permaneció en el
pueblo hasta principios de los años cincuenta. El abandono fue fruto de la
falta de servicios que empujaba a marcharse a poblaciones de mayor tamaño
cercanas, la emigración a Bilbao y el envejecimiento. Cuando hubo vecinos, las
fiestas patronales de Llano tenían lugar con motivo de la festividad de Santa
Isabel, la de la ermita. Sin embargo, en el tiempo en el que solo vivían las
tres familias citadas no se recuerda haberse celebrado fiesta alguna.
Bibliografía:
“Amo
a mi pueblo”. Emiliano Nebreda Perdiguero.
“Burgos.
Los pueblos del silencio”. Elías Rubio Marcos.
“Colección
historia de Las Merindades de Burgos. El Valle de Manzanedo. El Valle de Mena”.
María del Carmen Arribas Magro.
“Arquitectura
religiosa del Valle de Mena durante la primera mitad del siglo XVIII”. Isabel
Cofiño Fernández.
“Noticia
del noble y real Valle de Mena provincia de Cantabria”. Anónimo.
“Indicador
General de la industria y el comercio de Burgos”.
“El
espacio geográfico de Castilla la Vieja y León. I congreso de geografía de
Castilla la Vieja y León. Burgos, 4-7 mayo 1.981”.
“Las
Merindades de Burgos: un análisis jurisdiccional y socioeconómico desde la
Antigüedad a la Edad Media”. María del Carmen Sonsoles Arribas Magro.
“Diccionario
geográfico estadístico de España y Portugal”. Sebastián de Miñano y Bedoya.
“Diccionario
geográfico, estadístico, histórico, biográfico, postal, municipal, marítimo y
eclesiástico de España y sus posesiones de ultramar”. Pablo Riera y Sans.
“Diccionario
geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar”.
Pascual Madoz.
Censo
de la población de España en 1877.
Censo
de población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla en el siglo
XVI.
“Nomenclátor
de las ciudades, villas, lugares, aldeas y demás entidades de población de España
formado por el Instituto nacional de estadística con referencia al 31 de
diciembre de 1950”.
Anuario
del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración.
Anuario
Riera.
Blog
“Tierras de Burgos”.
Google.
Fototeca
Digital de España.
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