Hoy
toca una de esas cosas tan queridas en Las Merindades: arqueología e historia
de lo que ya no tenemos. Este es el caso del monasterio de San Julián de Mena cuya
mención más antigua es del 18 de agosto de 1174, durante el reinado de Alfonso
VIII, y que desapareció al sufrir graves daños en la última guerra civil al
estallar los explosivos que almacenaban en ella porque, cuentan, había una
unidad artillera republicana allí acuartelada. Por eso, si quieren verlo rebajen
sus expectativas. Sus restos son irreconocibles, apenas un paño al borde del camino
hacia el norte.
Son
unas piedras asociadas al nombre de un mártir, máximo exponente de la fe en
Cristo. No es un templo que señale el lugar de martirio del homenajeado (únicos
templos inicialmente con nombre) sino de una etapa posterior al siglo VI donde
se produce un incremento del culto a los santos (y con ello de las iglesias con
nombre). Julián fue martirizado el año 304 D.C. y nació en Antioquía. Junto a
su novia hicieron voto de castidad y se fueron, cada uno, a un desierto diferente
a orar. Luego, cada cual, fundó un monasterio. Su vida fue ayuno, abstinencia y
oración. Hasta el pogromo anticristiano que estalló en Antioquía cuando el
gobernador Marciano ordenó apresar a Julián y a todos sus monjes. Fue
torturado, pero obró un milagro “médico” en su verdugo. Le cortaron la cabeza y
Celso, hijo del gobernador Marciano, al ver la valentía de Julián ante la
muerte, se declara él también cristiano. Esta conversión fue considerada como
un milagro obtenido por el martirio de Julián.
Al
derrumbarse el mundo clásico, de la antigüedad, la institución monástica por su
adaptabilidad a los cambios estructurales que se estaban produciendo o por la
posibilidad de crear monasterios familiares por quien dispusiera de la voluntad
y los bienes requeridos, será un pilar en la sociedad de la Alta Edad Media.
Restos de la Iglesia de San Julián en 1946
En
Las Merindades, a finales del siglo VI o comienzos del VII, tenemos una Iglesia
Secular y abundantes eremitorios rupestres muchos de los cuales forman laudas
monacales. La invasión musulmana no alteró esta situación tanto por su precario
dominio en el norte realizado mediante pequeñas guarniciones beréberes en
lugares estratégicos como por su brevedad en el tiempo.
La
advocación de San Julián, para Ángel Fábrega, es de origen visigodo (siglo VII)
añadiendo que San Leandro de Sevilla, en sus viajes en el siglo VI, incorpora
al santoral a Julián y Basilisa. García Rodríguez considera que el culto a San
Julián se habría extendido al norte de la Península en el siglo VIII y Lecanda también
lo considera del siglo VIII. Lo que sabemos claro es que Alfonso VIII entregó,
a la catedral de Burgos, el monasterio de San Julián de Mena. Este documento
figura en la Colección Salazar y Castro de la Real Academia de la Historia.
Restos de la iglesia entre 1973-1986
Y
decimos que sabemos claro la donación porque el anónimo autor de “Noticia del
Noble y Real Valle de Mena, provincia de Cantabria” ya dejó escrito “En el
sitio donde hoy se extiende el pueblo de Sopeñano existió en la Edad Media otro
más importante, el más importante seguramente entre todos los del valle de
Mena. Todavía se descubren restos de la villa de San Julián (así se llamaba el
destruido pueblo) en las que son heredades de pan sembrar de la parte arriba de
Sopeñano. Era la villa de San Julián del Obispo y del Cabildo de la Iglesia de
Burgos, á los que por todos sus derechos pagaban los moradores 1.600
maravedises. D. Alonso VIII otorgó un privilegio en favor de los moradores de
San Julián de Mena eximiéndoles de pagar fonsadera; y San Fernando confirmó el
privilegio de exención en el año 1219 (Burgos, 20 de Febrero). D. Diego López
de Haro, Señor de Vizcaya, tenía en préstamo del Obispo y Cabildo de Burgos, en
atención á su calidad de canónigo de la iglesia de Santa María {en la cual
tenía asiento preeminente en el coro), la villa de San Julián de Mena; y para
recibirla en su poder otorgó una escritura declarando que “dicha villa era del
Obispo y del Cabildo, y que volviese á ellos (año 1252)” (P. M. Enrique
Flórez. Esp. Sag., Trat. de Burgos)”. El dato de Flórez es recogido por
Julián de San Pelayo que ubica equivocadamente San Julián en Sopeñano. Error
originado por localizarse allí otra iglesia advocada a este santo.
Zona de San Julián en 2023
El
7 de enero de 1182 el papa Lucio III confirma a la iglesia de Burgos la
posesión de los bienes de San Julián: el monasterio con todas sus pertenencias.
El papa Inocencio III amonestó a Alfonso VIII, en mayo de 1205, por agobiar a
la Iglesia con contribuciones y exacciones, en contra de acuerdos anteriores;
por favorecer a judíos y moros, obligando a que sus esclavos convertidos fueran
rescatados con sumas desproporcionadas; por impedir que le fueran exigidos
diezmos; por haber forzado al obispo de Burgos a ceder la iglesia más prospera
a una abadesa cisterciense (Las Huelgas); y por haberse incautado del
monasterio de San Julián de Mena. Por cierto, monasterio al que otorgó el fuero
de Logroño.
Al
fallecer el rey Alfonso VIII, sus testamentarios (el arzobispo de Toledo, el
obispo de Palencia, G. Rodrigo, mayordomo del rey, y la condesa Mencía)
mandaron restituir, el 8 de noviembre de 1214, al obispo de Burgos los
monasterios de San Juan de Ordejón y de San Juan de Mena, ocupados por el
monarca, siguiendo las indicaciones de su testamento.
San
Julián de Mena fue la sede del arciprestazgo de Mena. Los arciprestazgos se
establecían, siempre que podían, en lugares de señorío del obispado. El rey
Fernando III, en 1219 confirmó a la catedral de Burgos la donación que había
realizado su abuelo Alfonso VIII en 1174. Sabemos que Diego López de Haro,
señor de Vizcaya y canónigo de Santa María de Burgos, declaraba en 1252 que la “villa
de San Illán de Mena”, que tenía en préstamo, era del Obispo y del Cabildo,
y establecía que volviese a ellos, libre, después de sus días (de su muerte). En
1350 San Julián de Mena se declaraba lugar de señorío del obispo de Burgos.
Pagaban al rey moneda, servicios y martiniega. No pagaban fonsadera porque
estaban privilegiados. Pagaban de martiniega 63 maravedís y medio. Pagaban al
obispo de Burgos por el señorío 1.700 maravedís. Además, entregaban al
prestamero del rey un cuartero de pan mediado (mitad trigo y mitad cebada).
Juan
Sánchez de Velasco se apropió del lugar contra las leyes establecidas el
monasterio de San Julián y lo devolvió al obispo de Burgos el 25 de octubre
para unos, noviembre para otros, de 1394. La catalogación del Archivo
documental de la Catedral lo denomina eufemísticamente “deja el arriendo”,
y Salazar y Castro utiliza un “se desapropia”. En 1443 el monasterio de
San Julián tenía propiedades en Retes (Álava) que fueron arrendadas por el
obispo a cambio de un florín de oro del cuño de Aragón y cuatro capones de
Balmaseda.
El
apeo de 1515 cita un solar denominado de Santa Cruz que pertenecía al
monasterio de San Julián. San Julián de Mena era un coto redondo (conjunto de
fincas rurales unidas o próximas que pertenecen a un mismo dueño) y sede del
arciprestazgo de Mena dentro del cual se localizaba el monasterio de San
Julián, una torre, el palacio y las viviendas de los sirvientes del monasterio.
En 1515 parte del palacio y las viviendas ya estaban caídas. La iglesia recibía
el nombre de iglesuela por su pequeño tamaño. El palacio estaba situado junto a
la iglesia, tenía muchas paredes de cal y canto con saeteras. La torre era
cuadrada, construida con cal y canto; junto a la torre había otras dependencias,
que entonces ya estaban caídas. La torre era rectangular, media casi 10 m en el
lado corto y más de 16`5 m en el lado largo. Indicaba el apeador que la torre
contenía grandes antiguallas (en 1515) de gran valor. La torre estaba situada
en una esquina de un conjunto de edificios que formaban un conjunto cerrado por
una puerta en arco de unos cuatro metros de anchura. Junto a la casa había un
edificio de caballerizas con un piso superior para dependencias, caídas la
mayor parte de las paredes. Había un quintanal con siete arcos de cal y canto.
Tenía una serna alrededor de los edificios y junto al camino que iba al huerto;
contaba con un huerto de manzanas. El coto redondo contenía también varias
sernas (Valdestaño, Valtezillo, Val de las yeguas, Manzanal, Redonda,
Valcueba), viña y parral. El patio estaba cercado y con almenas viejas. La
iglesia contaba con dos campanas.
El
coto redondo comenzaba en Val de Estaño, desde allí el apeo continuaba al campo
de Ontanillas, y por la linde al Pontoncillo de San Julián, después al camino
de Carrasquedo y de allí a Valdequintana. Incluía la mayor parte del término de
Santa Cruz de Mena, toda la parte a la izquierda de la carretera de acceso a
Santa Cruz hasta el término de Llano y todo el Oeste de Llano, donde se
localizan dos topónimos (Valcueva, Ontanilla) que indica el apeo de 1515.
El
monasterio de San Julián tenía, además, propiedades en:
- Heredades
en Retes (Alava)
- La
iglesia de San Miguel de Opéllora con su cementerio. Más todos los diezmos
granados y menudos del concejo que se diezman en esa iglesia, y los de las
casas de Nocigra y Echávarri, Mendico y las defunteras.
- Doce
fanegas de trigo que entregaba la iglesia de Sojo (Álava).
- El
monasterio de San Martín de Dávala y todas sus propiedades, que se pueden
consultar en el epígrafe Dávala.
- El
monasterio de San Pedro del Valle de Tudela y sus propiedades.
- En
Montiano le pertenecían todos los diezmos que correspondían a los vecinos del
pueblo que labraban en la Llana. Además de un solar en su término.
- Seis
solares en Ventades.
- Un
solar en Nava.
- Siete
solares en La Presilla y Maltrana.
- La
ermita de San Andrés de El Berrón (Santecilla) que rentaba sin el monte cuatro fanegas
de pan anuales; además del monte que había alrededor de la ermita.
La
iglesia de San Julián era en 1515 la parroquial de los lugares de Santa Cruz,
Mena Mayor y Carrasquedo. Y recogía todos los diezmos.
En
el siglo XVII se construyó una nueva iglesia y en 1761 el párroco trasladó los
elementos a la nueva iglesia llamada San Julián de Santa Cruz situada en alto,
algo separada de la población, sucesora de la iglesuela del mismo nombre. En la
nueva construcción se utilizaron elementos románicos de la primitiva:
capiteles, canecillos y un tímpano de la antigua iglesia que se colocó en la
puerta de entrada a la torre de la iglesia. Las ruinas que hoy se ven
corresponden a la iglesia realizada en el siglo XVII. La iglesuela anterior era
el monasterio original que quedó convertida en cementerio, como suele ser
habitual con el terreno consagrado que deja de utilizarse como centro de culto
en Las Merindades. Cementerio que aún se utilizaba como tal, a comienzos del
siglo XX, como consta por la cartografía del IGN.
El
término, de más de nueve hectáreas, que correspondía al monasterio de San
Julián de Mena se desamortizó en 1870, el lugar era conocido como Pilas; su
propiedad era ya entonces del obispado de Santander al que se había sido
traspasado al crearse el mismo, desgajándose del de Burgos. El monasterio
altomedieval y su iglesia estuvieron situados en el borde del espigón que se
localiza al Oeste de las ruinas de la iglesia del siglo XVII. En esa zona se
excavaron tumbas de lajas, restos óseos y restos de teja que nos indican la
posición de la iglesia y del cementerio adosado a ella. Los dos espacios, el
Pleno medieval y el Moderno, cuentan con la protección de yacimiento
arqueológico.
El
pueblo de Santa Cruz tenía, al menos desde 1707, una ermita dedicada a Santa
Teresa, que pasó a ser parroquia tras la destrucción de la iglesia de San
Julián, a partir de los años cuarenta del siglo XX. El término cuenta también
con el despoblado de Villaverde, Novales y el barrio de Ro o Casa Ro. Además,
consideramos que el monasterio de Santa Cruz dio nombre al lugar y a un solar,
y el lugar de Huerto probablemente.
Si
han estado leyendo esta entrada habrán visto fotos en blanco y negro que
mostraban la iglesia que no sobrevivió la guerra de 1936-1939. Tenemos la
suerte de conservar esas imágenes que acompañaron un artículo de 1933 escrito
por Luciano Huidobro en el Boletín de la Institución Fernán González. Vemos un
templo de estilo barroco con restos románicos reutilizados, tímpano aparte, y
desubicados en la torre. El tímpano fue colocado en la puerta que daba acceso
al campanario. En él se representa la lucha de un caballero con una bestia.
Cuenta
el blog “Tierras de Burgos” que “las ruinas de la iglesia quedaron
desparramadas por el lugar e inicialmente ignoradas. Poco a poco las piedras
acabarían siendo recolectadas por los lugareños y con el tiempo cayeron en la
cuenta del valor de las piedras talladas. Vecinos y cura van vendiendo los
capiteles a tratantes sin demasiados escrúpulos, hasta que ya sólo queda el
tímpano, usado como asiento a la vera del camino”. Una desgarradora forma
de describirnos la realidad tan común en nuestra comarca. Seguimos: “Alcanzamos
el año 1975 cuando comienza el desenlace que esta historia. Un santanderino
convence al cura para la venta del tímpano (cántabro es también el cura; no
olvidemos que el valle de Mena pertenece a la diócesis de Santander) y se lo
lleva para la ciudad costera. Poco más de sesenta mil pesetas tienen la culpa
(que por supuesto no acaban en las arcas de la parroquia)”.
El
tímpano románico se encuentra hoy en la Colección Fontaneda en el castillo de
Ampudia (Palencia) creada por Eugenio Fontaneda, empresario aficionado a la
recolección de piezas de valor histórico y artístico. Del resto de piezas
románicas, nada se sabe.
Bibliografía.
“El
Valle de Manzanedo. El Valle de Mena”. (Colección historia de Las Merindades).
María del Carmen Arribas Magro.
“Amo
a mi pueblo”. Emiliano Nebreda Perdiguero.
“Las
Merindades de Burgos: un análisis jurisdiccional y socioeconómico desde la
Antigüedad
a la Edad Media”. María del Carmen Sonsoles Arribas Magro.
“Advocaciones
religiosas y culto a los Santos en el núcleo primigenio del Condado de
Castilla. Siglos IX-XI y su perduración hasta nuestros días”. José Ángel
Lecanda.
“Noticias
del noble y leal Valle de Mena (provincia de Cantabria)”. Anónimo.
“La
casa de la vega. Comentarios a las behetrias montañesas y el pleito de los
valles”. Mateo Escagedo Salmón.
Blog
“Tierras de Burgos”.
“Burgos.
Todo románico”. Fundación Santa María La Real.
Instituto
Geográfico Nacional de España.