Acerquémonos
al Valle de Mena. A Vallejo. Este pueblo aparece en los papeles por primera vez
en 1170 cuando Alfonso VIII confirmó sus propiedades al monasterio de San
Cristóbal de Ibeas entra las cuales figura una serna entre Villanueva y Vallejo.
La
primera mención documental a la encomienda de la orden de San Juan de Jerusalén
de Vallejo se produce en 1220 en la que aparece como testigo Gil, comendador de
Vallejo. Esta orden es una orden militar medieval nacida de esa corriente
socioreligiosa del siglo XII. Sus miembros -freires- se hallaban sujetos a
disciplina y votos monásticos y al servicio a las armas. Aunque la del Hospital
de San Juan de Jerusalén, orden de San Juan u Hospitalarios tenía como función
principal la atención a peregrinos y caminantes a través de sus hospitales.
Iglesia de San Lorenzo (Cortesía de Ricardo Martín)
La
orden se dividía administrativa y jerárquicamente en lenguas, éstas en
prioratos; los prioratos se dividían en encomiendas o bailías. Una de esas
encomiendas fue establecida en Vallejo de Mena, y tenía como iglesia de
referencia la de San Lorenzo. El establecimiento debió surgir por la donación
de Enderquina, la mujer protagonista de este artículo. San Lorenzo aparece
entre las advocaciones de la orden desde su establecimiento en San Juan de
Acre, por tanto, la donación de Vallejo de Mena debió producirse a partir de
1187 y antes de 1220 en que ya existía el comendador de Vallejo.
La
pregunta es: ¿quién es Enderquina? Para ello debemos analizar la inscripción
grabada en letra Carolina, en ocho campos separados por un motivo floral que se
repite: “DOMN (roseta) A: EN (roseta) DREQVI (roseta) NA: DE (roseta) MENA
(roseta): DIIO : E (roseta) STACA (roseta) SA : AHIE (roseta) // RUSSALEM”
Traducido dice “Domna Enderquina de Mena dio esta casa a Hierusalem”. La
tardía grafía del epígrafe, su complicada adaptación entre los florones que
decoran la lauda y el mismo hecho de desbordar la línea, partiendo la palabra
“Hie/rusalem”, hacen pensar que fuera grabada a posteriori sobre la pieza, que
podríamos datar en el tránsito del siglo XII al XIII.
Foto cortesía de José Antonio San Millán Cobo.
Lope
García de Salazar fija la versión canónica de quién es Endrequina en la segunda
mitad del siglo XV en su obra “Bienandanzas e Fortunas”. Hay referencia de ella
en dos epígrafes diferentes:
“De
la casa e linaje / de los señores de la casa de ayala, e donde su / cedieron, e
de sus fechos: En el tiempo que reinaua el Rey don / Alonso en Castilla, que
ganó a Toledo // vino un fijo vastardo del Rey de Aragón, que lla / mauan don
Vela, a lo seruir. E andando este / Rey don Alonso a correr monte sobre las
peñas de Mena, vió dençima la tierra donde es agora / Ayala, que no era
poblada, que se llamaua la / Sopeña. Estando el Rey sobre la peña de Sal /
vada, dixiéronle los caualleros que porque no po / blaua aquella tierra, e
dixoles que la poblaría. E algunos que allí esta / van que lo querían bien,
dixieronle señor, Ayala. / E el Rey dixo pues Ayala, e por esto ovo nombre
Ayala, e llamóse Conde don Vela Se / ñor de Ayala, e poblada aquella tierra de
/ vascos e latinados, morió, e está se / pultado en Santa María de Respaldiça.
E muerto este Conde don Vela, quedó por Señor de la / casa de Ayala don Vela
Velasques, su fijo. E / muerto este don Vela Velasques, dejó fijos / a don
Galindo Velasques e a don Sant Velas / ques, que pobló en Mena, e después pobló
/ a Valmaseda. E don Galindo Velasques ere / dó el Señorío de Ayala...”
Y
en este:
“De
cómo sucedió el señorío de la casa de ayala en la generacion de doña Mari
Sanches, fija legitima de d. Sant Garcia de Salzedo: Contando ha la ystoria
destos se / ñores de Ayala, como Don Sant García de Salsedo, Señor de Ayala, /
que morió en Alarcos, ovo fijos a una fija / que llamaron Doña Mari Sánches de
Sal / sedo, que casó con Don Pedro Velas de Guebara, / estando viudo. E ovieron
fijos a Don Sancho Peres de Ganboa, que fue el primero que / tomó este nombre,
por que pobló en Ubi / varri Ganboa, que ge la dio este su padre / que era
suya, en arras a su madre,... e casó con Andrequiña Días, fija de Diego Sans de
Mena, e / njeta de Don Sant Velazques de Ayala. / E ovo en ella una fija sola,
que llama /ron Doña Elujra Sanches, que casó con Don Pedro López, fijo de Don
Lope el chico, que fue fijo vastardo de Don Lope Días, Señor de Vizcaya...”
Para
Lope García de Salazar, Andrequiña Díaz de Mena era hija de Diego Sans o
Sánchez de Mena, el cual a su vez era nieto de Sancho Velázquez de Ayala -que
es el que pobló Mena y Valmaseda-, biznieto de Vela Velázquez y tercer nieto
del conde Vela, primer señor de Ayala.
Julián
de San Pelayo, en su obra titulada “Noticia del Noble y Real Valle de Mena,
provincia de Cantabria”, del año 1892, citando a Argote de Molina (historiador,
genealogista, y heraldista, de la segunda mitad del siglo XVl), escribe: “...
que el Rey D. Alonso (el de Toledo), dio al Infinite D. Vela el Señorío de
Ayala, y que preguntando a sus rico-hombres si se la daría, le dijeron ayalá,
de cuya respuesta tomó el nombre. Que el Infante (D. Vela), tuvo un hijo
llamado Sancho Velázquez, que fue padre de D. Lope Sánchez y de D. Diego
Sánchez de Mena, y que este último engendró a Doña Andrea Díaz de Mena, mujer
de Sancho Pérez de Gamboa”. Julián de San Pelayo señalaba que ambos
hermanos, Lope y Diego Sánchez de Mena, procederían del Diego Sánchez que
confirmaba los privilegios del año 1089, y más teniendo en cuenta la proximidad
entre la tierra de Ayala y Bortedo. Un baile nada excepcional. Ángel Nuño, en
su obra titulada “El Valle de Mena y sus Pueblos” (1925) y José Bustamante en
su libro “La tierra y los Valles de Mena” (1971) siguen, esta línea familiar.
Sobre
la figura de esta “doña Enderquina”, Lojendio piensa, también, en la esposa de
Sancho Pérez de Gamboa. Sobre el progenitor de la dama dice que, quizá, se
tratase de Diego Sánchez de Velasco, una de las principales figuras que
intervinieron en la repoblación del valle de Mena. Un Lope Díaz de Mena,
probablemente el mismo “Lupus de Mena” que vemos en 1181 como “merinus regis in
Castella”, aparece confirmando diversos documentos relacionados con la Orden de
San Juan entre 1174 y 1182. En “Las Bienandanzas e Fortunas” de Lope García de
Salazar se da noticia de Andrequina como residente en el valle de Mena a
principios del siglo XIII. Un lío, un problema.
Pero
el problema principal en este asunto es que se han documentado varias mujeres
de nombre Anderquina o Enderquina en la segunda mitad del siglo XII y
principios del siglo XIII. Para María del Carmen Arribas Magro, sólo hay una a
la que podamos considerar ricahembra y con la capacidad de ejercer por sí misma
al ser rica y viuda. María del Carmen opta por Anderquina de Llodio. Ella fue
la segunda mujer de Lope Díaz de Mena, que murió en 1195. Probablemente,
Anderquina tuvo un primer matrimonio del que nacieron, al menos, dos hijos. Para
afirmarlo se recurre a un documento del monasterio de Bujedo, fechado entre
1168 y 1204, donde vemos cómo Anderquina de Llodio vende a Bujedo la tercera
parte de la villa de Evernales y presenta a Eneco y Diego, sus hijos. Un segundo
documento de la misma fecha, presenta a Anderquina donando a Bujedo las casas
de Garci Vélez y el mayor castañar de Llodio, en cuyo acto hace de testigo
Martin Velaz. Dada su capacidad fecharíamos esos documentos después de 1195, en
que se dice que muere Lope Díaz de Mena.
Ese
mismo año, María Vele y Anderquina donaron el monasterio de San Pelayo de Ayega
rodeadas de sus hombres de armas y colonos, casi todos vecinos de Mena. En
febrero de 1209 Anderquina de Llodio donaba a Bujedo las heredades que tenía
junto al río Pobes por la remisión de sus pecados y del hijo que había tenido
de Lope Diaz de Mena. ¿Qué dice esto? Pues, que ese hijo habría fallecido antes
de ese febrero cuando Anderquina hace la donación al monasterio de Bujedo. Aún
existe otro documento de ese año en el que la donante se llama Anderquina que
ofrece por su alma una tierra en Valsorda, si bien el personaje no incluye el
título de Llodio.
Sucede
con Anderquina lo mismo que había sucedido con su probable pariente Sancha de
Frías, que a partir de morir el marido se ocupan y se nombran por sí mismas.
Con esa misma independencia disponen de sus bienes en su propio nombre, porque
recordemos que las dotaciones de mujeres se donan y venden, pero los documentos
están siempre encabezados por el marido cuando este vive, lo que es engañoso en
las ventas y donaciones medievales a efectos de conocer origen de las
propiedades.
Otra
hipótesis sobre la señora Endrequina, esa que donó la iglesia de San Lorenzo de
Vallejo, es la de Juan Luis García Muñoz. Desarrollada mediante los estudios de,
entre otros, Ignacio Álvarez Borge, Ramón Menéndez Pidal, Jaime de Salazar Acha
o Margarita Torres Sevilla. Trabajos relacionados con el monasterio de San
Cristóbal de Ibeas de Juarros y otras facetas de esos tiempos medievales. En esta
opción, su Enderquina, vive entre los siglos XI y XII. Juan Luis parte de la
inscripción de la tapa del sepulcro (“Donna Endrequina de Mena dio esta casa
a Hierusalem”). En el texto no aparece el apellido de esta señora. Se
indica que la donante se llamaba “Doña Endrequina” y que era de Mena, o de la
casa de Mena. Entonces, ¿por qué la han apellidado Diaz? Pues, entiende este
autor que, por falta de otros datos se la asocian con la Andrequiña de la cita
de “Las Bienandanzas e Fortunas”.
Sabemos,
por una refundación y donación de bienes en relación al Monasterio de San
Cristóbal de Ibeas a principios del siglo XII (1107), que en esos años existía
el matrimonio compuesto por Alvar Díaz y su mujer Teresa Ordoñez. Enderquina,
donante de la iglesia, se la ha definido como una persona principal que
descendería del conde de Castilla Diego Álvarez de Oca, gobernador de Oca, su
abuelo paterno. Y por vía de su madre, (Teresa Ordóñez), Endrequina descendía
de Ordoño Ordoñez, uno de los magnates y ricohombres de la alta nobleza de
aquella época, y de Anderquina, su abuela, y a su vez también era sobrina del
conde de Castilla García Ordoñez.
El
matrimonio entre Alvar Díaz, señor de Oca y Grañón, y Teresa Ordoñez únicamente
tuvieron una hija, a la que se le puso el mismo nombre de su abuela Enderquina Álvarez.
Esta muchacha se casó con Diego Sánchez, probablemente del linaje de los
Sánchez de Mena descendientes de la casa de Ayala, por lo cual todas sus hijas
se apellidarían Díaz. Diego Sánchez pudo nacer hacia el año 1050 y morir en el
año 1109. Su señora Enderquina antes del año 1124.
Nuestro
Diego Sánchez puede ser el mismo Diego Sánchez de Mena que indica Julián de San
Pelayo en su libro de la siguiente manera: “Es probable que D. Lope Sánchez
de Mena procediese de D. Diego Sánchez, que confirmaba en los privilegios de
Alfonso VI del año 1089”. ¿Es posible, a su vez, que fuese hermano del Lope
Sánchez de Mena que dio privilegios y fuero en el año 1119 a Mena y a Valmaseda?
El matrimonio entre Enderquina Álvarez y Diego Sánchez tuvo, al menos, cuatro
hijas llamadas Toda, Mayor, Sancha, y Teresa Díaz. Toda Díaz casó con un
importante magnate de la época llamado Gutierre
Fernández de Castro que era pariente de Enderquina Álvarez.
Sancha
Díaz se casó con Pedro González de Frías, quien era tenente de Frías. En 1146, Sancha
Díaz donó, entre otros bienes, al Monasterio de Ibeas, el Monasterio de
Santiago de Villanueva. Así mismo, en el año 1160, donó más cosas. Según indica
Ignacio Álvarez Borge, esta familia siguió realizando más donaciones al
monasterio de Ibeas, porque consta que diez años después, en el año 1170, los
señores Lope Diaz de Mena y sus hermanos Martín y Sancho, le entregaron al
mismo cenobio, dos sernas en el Valle de Mena, en términos precisamente
situados entre pueblos de Villanueva y Vallejo, (lo que se conoce como El
Pedrón), una la donaron en el mes de noviembre del año 1170 y la otra en el mes
de junio del año 1175. Este flujo de donaciones de bienes en Mena por parte de
Sancha Díaz hace suponer que el resto de hermanas dispusiesen de bienes en el
Valle de Mena.
Juan
Luis García Muñoz asume como hipótesis razonable que Enderquina Álvarez, fuera
de Mena per se, o por casamiento con Diego Sánchez, siendo ella la doble
donante que dio por un lado a la Orden de San Juan de Jerusalén la
iglesia-monasterio de San Lorenzo de Vallejo y por otro lado, al cabildo del
Valle de Mena el molino de Parapaja y más bienes raíces con este. Si a ello
unimos que su hija Sancha Díaz (seguramente Díaz de Mena), dona por su parte el
Monasterio de Santiago de Villanueva al Monasterio de San Cristóbal de Ibeas,
vemos que todo ello en conjunto, mediante diferentes personas de una misma
familia, constituye una triple donación que…le “suena bien”. No puede ser una
casualidad que una hija de esta Enderquina done un monasterio situado en
Villanueva de Mena y su madre done la otra iglesia de este pueblo, la de San
Miguel, a la Orden de San Juan de Jerusalén.
Pero,
¿Es tan lioso encontrar el rastro de la “autentica” Endrequina? Para los “friquis”,
sí. Además, la vemos nombrada de manera parecida, pero de diferentes formas:
Andrea o Andrequiña en el caso de las “Bienandanzas e Fortunas”; Enriquena o
Endrequina, Enrrequina, Entrequina, en la inscripción del sarcófago y en otros
documentos.
En
cualquier caso, sobre Endrequina o Enderquina no sabemos ni nadie sabe dónde
residía exactamente, si residiría siempre en Mena, o en la corte itinerante y
pasaría temporadas en el Valle de Mena, ni tampoco que edad alcanzó. En cuanto
a lo relativo a su fallecimiento, Ángel Nuño calcula que pudo ser entre los
años 1165 y 1170, mientras que José Bustamante estima que ya a finales del
siglo XII, en el año 1188, en base al sarcófago de Vivanco. Estas fechas son
dispares y, según Juan Luis, no se sustentan. Sobre todo, si en la hipótesis más
extendida su tío Lope Sánchez de Mena estaba activo en el año 1199, y son
muchos años en el ínterin para la época. En la hipótesis de José Luis, Endrequina
ya habría fallecido antes de 1124.
Sobre
la donación de Endrequina a la Orden de San Juan de Jerusalén, se produciría en
el siglo XII. En una de las posibilidades la que venimos llamando hipótesis más
extendida o tradicional, la donación sería antes de los años 1165-70 o 1188,
que es el año de su fallecimiento según indican los autores locales citados en
el párrafo anterior. Juan Luis García Muñoz opina que, si no a finales del
siglo XI sería muy al principio del XII, antes del año 1124, con la certeza
documental, en base a su trato cercano a los reyes de Castilla.
Bibliografía:
“Vallejo
de Mena”. Texto: JMRM - Planos: PSJS - Fotos: JMRM/JLAO
“El
Valle de Manzanedo. El Valle de Mena.” María del Carmen Arribas Magro.
“La
encomienda de Vallejo: Orden de San Juan de Jerusalén”. José Luis García Muñoz
Ortiz de Taranco.
Anejos:
Gutierre Fernández de Castro: Era un personaje de primera magnitud de
la Castilla del siglo XII. Fue hijo de Fernando García de Hita o de Castro y de
su primera mujer, Trigidia Fernández, nieto del conde García Ordoñez y biznieto
de Ordoño Ordoñez. Aparece por primera vez en documentos fechados en el año
1105, durante los últimos años del reinado del rey Alfonso VI, “el Bravo”. Fue
mayordomo real de la reina Urraca en el año 1111; mayordomo mayor de Alfonso
VII de León, “el Emperador”, desde el año 1125 hasta 1137; el rey Alfonso VII
le encomendó la tutela del infante Sancho III de Castilla en el año 1134 el
mismo año de su nacimiento. Gobernó varias tenencias: en 1132 era tenente de
Amaya y Castrojeriz, entre 1135 y 1138, ya como mayordomo mayor de Alfonso VIl;
tenente de Soria entre el año 1142 y 1144 y entre el año 1145 y 1146; en
1145-1146 señor de Arnedo; tenente de Roa y Amaya en 1148; de nuevo en Soria
entre el año 1148 y 1152; tenente de Calahorra entre los años 1140 o 1150
(según versiones), y 1152. También fue mayordomo mayor de Sancho III entre los
años 1153 y 1155; participó en las principales campañas bélicas del momento,
entre ellas nos consta su participación en la campaña de Oreja (1139), y en la
toma de Almería. Gozó de la confianza personal del rey Alfonso VIl, dado que le
nombró mayordomo real; fue embajador ante Saif Al-Dawla. Posteriormente fue ayo
del infante Sancho, y protagonizó una importante comisión real, como fue
acompañar a la infanta Urraca para su casamiento con el rey de Navarra. Parece
que tuvo una larga vida para la época, nada menos que unos ochenta años, esto
le permitió mantener la mayordomía de palacio durante dos reinados, los de
Alfonso VIl y Sancho III. También fue ayo de dos infantes, Sancho III y su hijo
Alfonso VIII (el de la batalla de las Navas de Tolosa), precisamente la tutoría
del futuro rey Alfonso VIII provocó el enfrentamiento del poderoso linaje de
los lastro con los Lara. Falleció según unos en esa contienda en el año 1166 y
según otra aparición en los documentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, tenga usted buena educación. Los comentarios irrespetuosos o insultantes serán eliminados.