Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


domingo, 14 de abril de 2013

Una visita decimonónica a Oña

En un artículo de Eduardo Rojo Díez se resaltaba la sorpresa de que destacados especialistas, como Ortega Valcárcel, no incluyen a Oña ni en su estudio sobre la Bureba ni en el dedicado a la Montaña de Burgos. Pero, por ejemplo, la página de Internet de “Las Merindades” la incluyen.

De todas formas, sí merece una referencia a una población tan vinculada a la historia de Castilla la Vieja que, prácticamente, coincide con las actuales Merindades. Les doy una breve referencia al pasado de Oña: La noticia más antigua es del 967, aunque es lugar de batallas en las crónicas árabes. El conde Sancho García, en el año 1011, funda el monasterio de Oña. Tan poderoso que llegó a estar, en ocasiones, al margen de las autoridades civiles y eclesiásticas hispánicas y depender directamente de Roma.

Con respecto a la Merindad de Castilla Vieja, se incluyen en ella lugares como Santé, perteneciente al municipio de Oña, tal y como se recoge en el Libro Becerro de las Behetrías (1352). La ubicación de Oña aparece incierta y autónoma debido al poder abacial.

Así, en el famoso Pleito de los cien testigos entre Oña y Frías, en el siglo XIII, entran en disputa unos solares en Pino (la Bureba) y Montejo (Castilla Vieja). El abad de Oña niega la relación entre ambas propiedades en un traspaso que se había realizado entre la ciudad y el monasterio porque cada solar estaba en una merindad distinta y en medio se hallaba Oña y otras muchas aldeas.

Vamos, que parece que no es “de los nuestros” pero… merece una visita ¿Verdad?
Al calor del tema he rescatado del olvido a un autor del siglo XIX, don Rodrigo Amador de los Ríos y Fernández de Villalta y su hermosa forma de describir Oña y sus monumentos. He sacado unos cuantos extractos para limitar la locura descriptiva y desbrozar elementos desfasados. Aún así, ruego a los lectores un poco de paciencia porque es una obra de 1889, con el léxico de entonces. Espero que lo disfruten.

Rodrigo Amador de los Ríos

Vamos, viajemos en el tiempo mediante el juego de integrar lo que él vió con lo que hoy en día nos encontramos:

Plaza del Padre Cereceda

Calle del Agua

(…) Sobre las escarpaduras de la derecha del camino, oculto en los pliegues de los montes, dominado por ellos, el pueblo de Oña, que es el que ocupa tan singular posición, muestra sus calles irregulares, estrechas y pendientes, formadas por humildes edificios sin importancia que revelan la sencillez de los habitantes, serios, más aún, huraños, como si la solemnidad de aquellas masas de granito se reflejase en ellos; como si se hallaran siempre entregados á graves meditaciones, cubierta la cabeza por azules boinas, proclamando en su traje y en la aspereza del tono con que hablan el castellano, pertenecer á otra raza distinta la que puebla los valles, y guardando por consiguiente analogías no dudosas con los alaveses, sus vecinos de la parte oriental, de quienes se juzgan hermanos. (…)

Monasterio de San Salvador en Oña

(…) Grandioso, cual corresponde á su fama, es con verdad el Monasterio de San Salvador, tendido de N. á S. y compuesto de varios edificios de épocas diversas que forman una sola manzana, y ocupan con la huerta crecida extensión de terreno; al costado occidental, se halla la iglesia que, desde la exclaustración, posee como parroquia la villa, y que es realmente notable, ofreciendo al exterior marcadas huellas de su antigüedad, la cual no puede sin embargo, á nuestro juicio, ser llevada más allá de los últimos días del siglo XII, ofreciendo en primer término sencilla aunque elegante portada apuntada, de fines del XV ó principios del XVI, flanqueada de agujas así como también las seis hornacinas ó ventanas del muro, en las cuales resaltan independientes y haciendo alusión á los fundadores y protectores del Monasterio, los escudos timbrados por diademas reales, de Castilla con León, de Castilla, y de Castilla, León, Aragón y Navarra en cuatro cuarteles. (…)

(…) Compuesta de una sola nave, no es á primera vista, cual se traspone el cancel, grande la impresión que experimente el viajero al contemplar la iglesia, de cuyas bóvedas ojivales resaltados nervios se elevan á grande altura, confirmando, las fenestras, el supuesto de que hubo de ser sin duda construida toda ella en los postreros días del siglo XII o principios del XIII, durante el reinado de Alfonso VIII de Castilla, aun en épocas más recientes y en especial hacia el año de 1470 haya experimentado singulares reformas, según lo acredi tan y persuaden las capillas laterales de los pies del templo, cerradas por rejas, cuyos arcos son conopiales, recorridos de, cardinas de vichas y provistos de festones lobulados, y lo proclaman arcos subsiguientes, restaurados en días mucho más cercanos a nosotros. (…)

(…) Halla término la nave,-que se estrecha algún tanto parte superior del templo,-desembocando en cuadrado' de la total latitud de la iglesia, inclusas las capillas lato entonces es cuando se siente el ánimo sobrecogido, no por el espectáculo de la muchedumbre de fieles congregada allí para entonar alabanzas á la Virgen, cuya efigie pasean devotamente por el templo entre nasales y acompasados cánticos los concurrentes, ora arrodillados, ora sentados en la hermosa sillería de nogal que cubre los muros laterales y formó el doble coro de los antiguos monjes benedictinos; no tampoco por el retablo del altar mayor, profusamente acaudalado de efigies y labores al estilo plateresco,-sino por la solemne majestad, por la gallardía incomparable, por la riqueza y la elegancia de los dos túmulos ó templetes adosados á la una y' á la otra parte del lienzo absidal, y cuyos entallados exornos, cuyas aéreas agujas destacan sus sombríos tonos sobre el fondo blanqueado de los muros. (…)


(...)Formados de dos cuerpos, ofrécense en el inferior que, como más principal es también de mayor altura, apoyados por tres salientes machones facetados, recorridos en toda su longitud hasta por cinco ,graciosos pináculos enriquecidos de trepado en sus piramidales ápices, volteando en los espacios intermedios del frente dos gallardos arcos conopiales y uno en el costado exento, los tres de la misma disposición é iguales dimensiones, cuya archivolta, de resaltada y sobrepuesta labor, cruzándose en la clave por baja del conopio para formar con su prolongación cantrapuesto semicírculo (…) la techumbre interior de ambos túmulos es sobremanera a rica, como lo son los frentes de la tarima que, levantando el suelo, recibe las arcas sepulcrales intestando en los muros, y lo es la decoración pictórica de éstos, en los cuales y conforme las enseñanzas de la XVa centuria, á que ambos monumentos en su totalidad corresponden, se representan varios pasajes de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, velados por la persistente oscuridad que proyecta sobre ellos la estructura de los túmulos. (…)

(…) A cuatro llega el número de las arcas depositadas en cada uno de estos monumentales templetes, no todas de igual riqueza, aunque todas de la misma forma tumbada, mostrándose la primera, en el túmulo de la epístola, recorrida en los ángulos por menuda y delicada labor de resalto compuesta de grecas, de geniecillos y cardinas, ya en parte destruída en la cubierta, mientras en la parte inferior, flanqueada por un Sagitario á cada extremo, aparece esculpida la oriental fábula de Ormuz y Ahrimán, la lucha del genio del bien y del genio del mal, representada por leones que devoran aves y otros animales de distinta especie, como se ve en el tablero, recortadas y embutidas en madera amarillenta y clara, dos imágenes de san Jorge, ambas de grande ingenuidad, y á los lados del escudo de Castilla en relieve, con una orla de follaje. (…)

(…) Por medio de la espaciosa sacristía y de la habitación inmediata, ambas de ningún interés artístico, y colocadas en campo aparte al lado de la epístola, penétrase por el costado septentrional en el suntuoso Claustro, á que debe en mucha parte, si no por completo, su fama y su celebridad el Monasterio de San Salvador de Oña. (…)

Claustro San Salvador de Oña. Detalle.

(…) Pero si grande es la·belleza del lienzo exterior ó foral en e llamado Patio gótico por el vulgo, grandes son también la suntuosidad y la riqueza desplegadas en las alas del claustro bajo, comenzando por la puerta que da á él paso desde la sacristía y en la cual estriba uno de los nervios de la bóveda, pues la labor resaltada de los batientes proclama sin género de duda y de acuerdo con cuanto llevamos hasta aquí examinado en Oña, que hubo de presidir en aquella restauración verificada por los años de 1495 a 1503, extremada magnificencia sólo propia de los insignes príncipes que ceñían á sus sienes las coronas de Castilla y de Aragón al finar del siglo XV. (…)





Refiriéndose al claustro superior, en ocasión en que el Monasterio y la iglesia yacían abandonados, decía en 1840 don Juan Guillén Buzarán, desde las páginas del Semanario Pintoresco Español: “El patio es bello y ostentoso, no sólo por su extensión, sino por el esmero, la proporción y la elegancia de su admirable obra. Su plano forma un perfecto cuadro enlosado de mármol: en uno de sus ángulos tiene una abundante y preciosa fuente de piedra; y rodéanle por sus cuatro lados los sorprendentes y magníficos claustros cuya exquisita arquitectura gótica ha sido con justicia la admiración de cuantos han visitado el monasterio” (Art. titulado El Monasterio de San Salvador de Oña, pág. 323 del t. cit. de 1840).

(…) Flanqueada por dos salientes y cuadradas torres, la fachada del Monasterio,-el cual se enorgullece con la memoria de sus gloriosos abades San Íñigo, San Antón y Santa Tigridia- Ievántase no sin majestad en anchurosa plaza; y aunque labrada ya en 1646, según en la misma se consigna; aunque no carece de belleza y de proporción en los dos cuerpos principales, que corresponden al estilo greca-romano desornado,- aféanle Sobre modo el pobre y triangular frontón que la corona y en cuyo tímpano resalta el escudo cuartelado de Castilla y León, Aragón y Navarra, los balcones de frontón también triangular á los lados y de frontón semicircular al medio, y en particular las grotescas estatuas que ocupan, dos á dos á cada parte del. grande y rebajado arco del centro, las hornacinas en sus dos alturas abiertas; igual blasón decorado de follajes al gusto de la época, surge en gran relieve sobre la cuadrada puerta de ingreso al vestíbulo, y si bien la diligencia y el buen gusto de los galantes Padres de la Compañía de Jesús, que hoy posee el monasterio, han logrado trocar el aspecto ruinoso del edificio, convirtiéndole en mansión apta así para la vida conventual como para la enseñanza que se prodiga en ella, (…) nada hay en el interior del Monasterio que sea digno de mención, en el concepto que á nosotros de presente nos interesa.
Plaza del Ayuntamiento

No lejos de estos sitios, ábrese la desigual Plaza de la Constitución
(Hoy, 2013 del ayuntamiento), y en ella, al costado de Occidente, insistiendo sobre las rocas que corta la carretera, se halla la iglesia parroquial antigua, hoy (por 1889) en restauración, consagrada á San Juan Bautista. Compuesta de cinco arcadas en distintos planos, apeadas por sus columnas correspondientes, cuyos capiteles forma un friso corrido de vichas; con la imagen en el parteluz de Nuestra Señora con el Niño, y otras representaciones análogas en sus diversos miembros, algunas de ellas más modernas,-parece corresponder la fachada, igualmente que la torre, á los principios del siglo XIII; de tres naves que se desarrollan de N. á S. y en completo desorden por las obras que en ella se estaban ejecutando cuando fué por nosotros visitada. (…)

Bibliografía:


AMADOR DE LOS RÍOS, R.: España: sus monumentos y artes. Burgos, Barcelona, Tip. Edit. Daniel Cortezo y Cía., 1888, 1072 págs. con fotograbados y fototipias, 24 cm. 1889. Ejemplar procedente de la Bizkaiko Foru Aldundia Foru Liburutegia - Diputación Foral de Bizkaia Biblioteca foral (es decir, la biblioteca de la diputación foral de Vizcaya).


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