Que no te asusten ni la letra ni el sendero de palabras pues, amigo, para la sed de saber, largo trago.
Retorna tanto como quieras que aquí me tendrás manando recuerdos.


martes, 8 de octubre de 2013

Cuénteme usted alguna cosa extraordinaria.

“—Cuénteme usted alguna cosa extraordinaria, algo de eso que nos ocurre a veces y del que guardamos eterno recuerdo.
— ¡Hombre! pues mi boda. Fui a Villarcayo a torear la feria y me enamoré perdidamente de una preciosidad que era la hija de la patrona donde me hospedaba, la brindé el toro en la corrida y la brindé luego mi amor, nos casamos y ella ha sido la madre de mis hijos. Quizás para muchos eso no sea extraordinario, pero para mí siempre es un grato recuerdo”.

Quién así hablaba al reportero del semanario taurino “La Fiesta Brava” de Barcelona en el número 124 del 8 de febrero de 1929 era Francisco Alonso, “Paquiro II”, quién fue pintor hasta que el gusanillo de “la fiesta Nacional” le picó con 25 años y debutó como novillero en 1900.

La Fiesta Brava

La Fiesta Brava

Era un Bilbaino nacido en Grijota (Palencia). Sus padres fueros Francisco Alonso, palentino de Villamediana, y Brígida Ezcurrra de Garagarza (Guipuzcoa). Y residía en la zona de Abando (Bilbao). Fue contemporáneo de Cástor Jaureguibeitia, “Cocherito de Bilbao”. Y, las comparaciones entre ambos toreros existieron, incluso fuera de lo estrictamente taurino, así Tomás Mendive escribió en “El Liberal” que Cocherito, en sus comienzos, era el torero de los bizkaitarras (Nacionalistas Vascos), mientras que Francisco Alonso, Paquiro, “aspirante foráneo avecindado en Bilbao”, era a quien apoyaban los trabajadores “de fuera” asentados en la villa. Por si lo dudaban, “El Liberal” era una publicación Nacionalista.

Empezó a torear en una compañía de Circo, la compañía ecuestre de Doña Micaela Alegría. En 1894 llegó a Bilbao, y uno de los números que formaban su programa era una pantomima titulada "La Feria de Sevilla" con una corrida de toros, en la que Francisco, vestido de luces toreaba un becerro. Durante su servicio militar en Cuba toreaba los animales bravos que podían surgir entre las reses. Siempre comentó que su alférez, el que sería general Sanjurjo, le incitaba a darle unos capotazos y apuntillarlo. Tras su servicio militar en Cuba, del que vuelve como sargento, retoma su afición taurina y recorre el calvario de los aficionados visitando las plazas de Orozco, Deva, Lekeitio, Villaverde de Trucios, Villaro, Arciniega, etc.

Para sobrevivir entre corrida y corrida regentó la taberna “La Taurina”, al lado de la Plaza en la calle Vista Alegre número 8 donde colocó como reclamo un cartel con esta leyenda:

                                                                      “De aquí no paso
                                                                       sin beber un vaso”

Toreó en Villarcayo en una de las primeras novilladas en la Villa e intimó con Nicolasa Consuelo Botana y Cañedo, de 24 años, hija de Juan Botana Segura, de Reinosa, y de Nicolasa Cañedo Guinea, de Villarcayo quienes regentaban la fonda Botana en la calle Nuño Rasura, 14. Por cierto, una calle con numerosos hoteles. La boda se celebró en la iglesia de Santa Marina de Villarcayo el 19 de diciembre de 1900, a las 4 de la tarde.

En 1900 su nombre figura en los carteles de Bilbao, toreando con el negro "Facultades" y con "Cocherito de Bilbao"; la empresa le incluyó en una corrida concurso que no salió como él esperaba. Ante la posibilidad de no volver a torear en España emigra a México.

Allí alterna buenas corridas con malos momentos, dedicándose, a la vez que a torear, a representar a otros en Ciudad Juárez. Llegó, incluso, a verse obligado a torear ante Pancho Villa. En 1923 se le paraliza medio cuerpo por lo cual decide emigrar a EEUU.

De seis hijos que tuvo Nicolasa Botana, tres llegaron a la edad adulta. Su hijo mayor, Julio, puso una sombrerería (según entrevistas a su padre, en Nueva York o Los Ángeles), el pequeño, Francisco, le definía Paquiro II en algunas entrevistas como abogado en EEUU y en otras como futura estrella de cine tras los pasos de su hermano mediano: Luis Antonio Dámaso Botana, alias Gilbert Roland.



La mayoría de sus biógrafos indican que Gilbert Roland nació en Ciudad Juárez, Chihuahua, México, el 11 de diciembre de 1905, pero su padre insistía ante la prensa que era nacido en Bilbao y que tenía la nacionalidad española. De hecho, a petición propia, participó en las quintas de 1930 en Villarcayo, según un artículo de “El Sol” del día 9 de febrero de 1930:

"En uno de los últimos números de "El Liberal", de Bilbao, ha sido publicada la siguiente noticia, que le comunican al colega desde Villarcayo (Burgos): "Entre los mozos alistados en el Ayuntamiento de Villarcayo para el reemplazo del año actual figura, a petición propia, Gilbert Roland, natural de Chihuahua (Méjico), de veinticuatro años, célebre actor cinematográfico en Norteamérica, cuyo verdadero nombre es Luis Alonso Botana, hijo del ex matador de novillos Francisco Alonso "Paquiro" y de Consuelo Botana, natural de Villarcayo. Luis nació en tierras americanas, a las que marcharon sus padres en busca de fortuna."

En este artículo fechan su nacimiento en 1901 y no en 1905. Bueno… seguramente su madre sí lo tendría claro.



Bibliografía:
La Fiesta brava (Barcelona). 8-2-1929, n.º 124
Revista Cinegramas
El Heraldo de Madrid
El Sol
Crónica de Madrid




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