Nos centramos hoy en un pueblo que el diccionario de Madoz (1850) lo sitúa en la provincia, audiencia territorial y diócesis de Burgos; partido judicial de Villarcayo, ayuntamiento de la merindad de Valdeporres y situado en una ladera a la derecha del río Nela. Buena ventilación y clima frió, pero sano; se padecen pulmonías y constipados. Tiene 28 casas, y una iglesia parroquial (San Juan Evangelista) servida por un cura párroco.
El terreno es de mediana calidad; la parte montuosa contiene arbolado de robles, encinas y hayas; le cruza el río Nela, inútil para el riego. Los caminos son locales. El correo se recibe de Villarcayo y se produce: cereales, legumbres y frutas; cría ganado lanar, cabrio, vacuno y de cerda; caza menor, y pesca de truchas, barbos y anguilas. En estas fechas la población eran 13 vecinos que agrupaban 56 almas.
Lo que no aclara esta obra es la razón de que esté alejado de la orilla y desaproveche esa cómoda fuente de agua. Parece que existió un manantial en la parte alta del pueblo que lo abasteció de agua hasta que, ineludiblemente, dejó de manar.
Pero el mundo existía antes de que Madoz preparase su diccionario y, por ello, nos consta la existencia de Villavés, y de la Merindad de Valdeporres, en tiempos del Conde Sancho García allá por el año 1011. Villavés aparece en el acta fundacional del monasterio de San Salvador de Oña como dependiente de tal. Esta situación continuará hasta el inicio del estado contemporáneo, 1821.
Sabiendo que ya respiraba en 1011 deberíamos rastrear la causa de su existencia. ¿Por qué tiene menos niebla? ¿Por necesidades agrícolas? ¿Por tener más materiales de construcción? Quizá por todas o por alguna en especial. Misterio.
¿Y el nombre? Gregorio de Argaiz nos dice que vendría de Santo Evasio, Villa Evasio, y con el transcurrir de los años y la consabida economía Lingüística nos da el actual Villavés. Otra teoría era que procedía de Villabos, pueblo de Bueyes dado que Bos es Buey en latín. (Ahórrense los chistes, los han oído todos)
Hay discusiones sobre la existencia de un convento o de un monasterio que, de existir, probablemente solo fuese un almacén, una terminal recaudadora del monasterio de Oña.
En el Catastro de Ensenada, cuya entrada escribió José María de Huidobro, se subraya que es de Realengo, que se siembra de secano (cereales y legumbres), que paga al monasterio de San Salvador de Oña, nos presenta la relación de vecinos con colmenas (Alfonso López, Esteban Varona o Joaquín Sainz, por ejemplo), una relación pormenorizada de la población animal: Bueyes, mulas, burros, vacas, ovejas, patos… y de sus propietarios, ofreciéndonos una lista de vecinos y de sus bienes. Destacaremos que en la respuesta 39 se especifica que NO hay convento alguno.
En el siglo XVI consta que tenía una pila bautismal, entendemos una iglesia, y 20 vecinos que no individuos. Había 20 cabezas de familia que englobaban a sus hijos y mujeres y que servían para el cálculo tributario. El Miñano de inicios de XIX nos presenta la cifra de 39 vecinos que, lo incluye, se transformaban e 152 habitantes. Y en 1951 vivían 114 personas en el pueblo. Y siempre una iglesia.
La iglesia y el Tímpano.
El templo de San Juan evangelista tiene ábside semicircular precedido por presbiterio rectangular. Es de nave única de tres tramos con crucerías de ladrillo como cobertura. Se la data en el siglo XVII y se han hallado parte de paramentos tardorrománicos. Se adosó posteriormente un baptisterio y una primitiva sacristía. Es importante saber que la unión entre estas zonas se realizó mediante un vano del siglo XIII-XIV, dotado de chambrana nacelada. Otros indicios señalan su existencia ya en el siglo XIII.
El terreno es de mediana calidad; la parte montuosa contiene arbolado de robles, encinas y hayas; le cruza el río Nela, inútil para el riego. Los caminos son locales. El correo se recibe de Villarcayo y se produce: cereales, legumbres y frutas; cría ganado lanar, cabrio, vacuno y de cerda; caza menor, y pesca de truchas, barbos y anguilas. En estas fechas la población eran 13 vecinos que agrupaban 56 almas.
Lo que no aclara esta obra es la razón de que esté alejado de la orilla y desaproveche esa cómoda fuente de agua. Parece que existió un manantial en la parte alta del pueblo que lo abasteció de agua hasta que, ineludiblemente, dejó de manar.
Pero el mundo existía antes de que Madoz preparase su diccionario y, por ello, nos consta la existencia de Villavés, y de la Merindad de Valdeporres, en tiempos del Conde Sancho García allá por el año 1011. Villavés aparece en el acta fundacional del monasterio de San Salvador de Oña como dependiente de tal. Esta situación continuará hasta el inicio del estado contemporáneo, 1821.
Sabiendo que ya respiraba en 1011 deberíamos rastrear la causa de su existencia. ¿Por qué tiene menos niebla? ¿Por necesidades agrícolas? ¿Por tener más materiales de construcción? Quizá por todas o por alguna en especial. Misterio.
¿Y el nombre? Gregorio de Argaiz nos dice que vendría de Santo Evasio, Villa Evasio, y con el transcurrir de los años y la consabida economía Lingüística nos da el actual Villavés. Otra teoría era que procedía de Villabos, pueblo de Bueyes dado que Bos es Buey en latín. (Ahórrense los chistes, los han oído todos)
Hay discusiones sobre la existencia de un convento o de un monasterio que, de existir, probablemente solo fuese un almacén, una terminal recaudadora del monasterio de Oña.
En el Catastro de Ensenada, cuya entrada escribió José María de Huidobro, se subraya que es de Realengo, que se siembra de secano (cereales y legumbres), que paga al monasterio de San Salvador de Oña, nos presenta la relación de vecinos con colmenas (Alfonso López, Esteban Varona o Joaquín Sainz, por ejemplo), una relación pormenorizada de la población animal: Bueyes, mulas, burros, vacas, ovejas, patos… y de sus propietarios, ofreciéndonos una lista de vecinos y de sus bienes. Destacaremos que en la respuesta 39 se especifica que NO hay convento alguno.
En el siglo XVI consta que tenía una pila bautismal, entendemos una iglesia, y 20 vecinos que no individuos. Había 20 cabezas de familia que englobaban a sus hijos y mujeres y que servían para el cálculo tributario. El Miñano de inicios de XIX nos presenta la cifra de 39 vecinos que, lo incluye, se transformaban e 152 habitantes. Y en 1951 vivían 114 personas en el pueblo. Y siempre una iglesia.
La iglesia y el Tímpano.
El templo de San Juan evangelista tiene ábside semicircular precedido por presbiterio rectangular. Es de nave única de tres tramos con crucerías de ladrillo como cobertura. Se la data en el siglo XVII y se han hallado parte de paramentos tardorrománicos. Se adosó posteriormente un baptisterio y una primitiva sacristía. Es importante saber que la unión entre estas zonas se realizó mediante un vano del siglo XIII-XIV, dotado de chambrana nacelada. Otros indicios señalan su existencia ya en el siglo XIII.
En este pueblo existe un tímpano de puerta colocado en la fachada de la actual iglesia que se lo encontraron durante una cata en el muro meridional de la sacristía adosada al templo parroquial. Estuvo oculto, y preservado, gracias a los sucesivos enlucidos y encalados. Es de arenisca compacta, presenta una anchura máxima de 125 cm y una altura de 65 y dice (traducido):
“Edificó el Abad Vicente esta basílica para honor de San Juan Evangelista, favorable a promover la remisión de todos los pecados y la de todos los fieles vivos y muertos, mereciendo sin fin el concilio de su ayuda. En la era de 1159, Pascasio lo hizo”
La lápida no se encuentra en su lugar original pero no estará lejos de ese sitio. Las piedras de este tipo no viajaban mucho. Algunas versiones la traen desde San Juan de Porres, pero 10 Km. por malos caminos con una piedra pesada y en una época en que la realidad obligaba a ser pragmáticos no parece lógico.
Centrados ya en el contenido nos surgen múltiples preguntas: ¿Quién era el abad Vicente? ¿De Oña o de Villavés? ¿Había una abadía en el pueblo? Si nos fiamos de Gregorio Argaiz en su “Soledad Laureada de San Benito (1675)” nos presenta un abad de nombre Juan. En 1355 aparece otro abad, llamado Domingo.
Tenemos Abad. Ahora a por la Basílica. Si piensan que sería como La Almudena o la de Begoña…pues no. Sería un rectángulo de gruesos muros y algo chaparro con un ábside. Y no la tenemos localizada. De ese edificio del siglo XII podrían ser vestigios el arco gótico del actual templo y la inscripción hecha por Pascasio.
El templo está dedicado a San Juan Evangelista, lo cual concordaría con la actualidad, pero esta denominación ha hecho que para algunos el monasterio de San Juan de Porres lo sitúen en Villavés.
¿Y Pascasio? Hay dos corrientes: Monje o constructor. Probablemente lo segundo. No ceo a un monje firmando así.
Y ya que estamos con nombres, ¿recuerda alguien a Raimundo Ruiz que emigró a Cuba y era miembro de la “Sociedad Benéfica Burgalesa de La Habana” en el lejano año 1894?
Bibliografía:
Merindades: La cuna de Castilla, Merindad de Valdeporres, Villavés y sus alrededores (1011-2011) de Aitor Lizarazu Pérez.
Un pueblo milenario MXI - MMXI (1011-2011)
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